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    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Fri Apr 10 21:11:18 2020
    Sábado, 11 de Abril, 2020 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    CANAÁN es una ROCA: ENRIQUECIENDO a ISRAEL y las NACIONES BAUTIZADAS, porque el PADRE ya desciende pronto:


    Amorosamente, nuestro Padre celestial estaba listo para derramar de su voluntad perfecta sobre la tierra, para rescatar a sus hijos que ya habían descendido al infierno tormentoso, por no cumplir con toda su verdad y justicia, que es el bautismo en agua,
    invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos en sus tierras natales, y así, ellos hubiesen escapado de sus pecados perpetuamente. Ya que, nuestro Padre celestial buscó por toda la tierra, para ver si encontraba a alguien dispuesto a oírle
    a Él, para Él mismo entrar en un pacto de vida con él y con su familia, pero, Él falló en encontrarlo—hasta que conoció a Abraham, porque él era un hombre listo para obedecer su palabra junto con toda su casa.


    Por lo tanto, nuestro Padre celestial encontró a alguien que no solamente estaba dispuesto a oír sus palabras vivas, obedeciéndolas enteramente para que reciba su bendición cotidiana desde la gloria celestial, pero igualmente, él estaba por recibir
    un hijo, moldeado, como su mismo corazón santísimo, en donde Él podía derramar su corazón santísimo sobre él, como su voluntad perfecta finalmente para la humanidad entera. Considerando que, porque Adán y Eva comieron del fruto prohibido, del á
    rbol de la ciencia del bien y del mal, entonces, ellos jamás podrían recibir la perfecta santidad de su nombre todopoderoso ni menos obedecer su voluntad perfecta, que está por llenar toda la tierra con glorias sin fin, riquezas y felicidades
    interminables en cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones.


    Sin embargo, para que esto sea posible, entonces, nuestro Padre celestial no solamente tenía que manifestar sus riquezas asombrosas desde la gloria celestial a Abraham y a sus amados, pero igualmente, Él tenía que manifestarle la tierra escogida, torn
    ndolo en su nuevo reino de su amor apasionado, que es Canaán, en donde sus hijos renacerán en su perfecta voluntad, empezando con su Hijo amado. A tiempo, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a abandonar su familia y sus amistades para vivir en
    una tierra desconocida por él, y así, él empiece a recibir las promesas, que Él mismo le había otorgado ya, como un hijo, naciendo del vientre estéril de Sarah su esposa, para que le sirva siempre a Él en la carne sagrada en Canaán.


    Visto que, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac con la carne sagrada y la sangre expiatoria, pero igualmente, a ti también con tus amados, vecinos y amistades de las naciones: amándolo, sirviéndolo y
    alabándolo a Él únicamente en la carne sagrada en Canaán, ejecutando así su voluntad perfecta en tu país natal, sin fallarle a Él jamás. Entendiendo que, bautizado en agua ya: tú fallaras siempre en fallarle a nuestro Padre celestial en todos
    tus días, como en tu país natal, en donde tú naciste inicialmente, porque este Juramento a Isaac tiene todos los poderes que tú siempre necesitaras, viviendo así amado, prospero, enriquecido y protegido con felicidades sin fin en la eternidad,
    empezando ahora en tu hogar y con tus amados.


    Realmente, esta es la carne sagrada y la sangre expiatoria, en donde nuestro Padre celestial derramó enteramente su corazón santísimo sobre el monte santo de Jerusalén, para que su Hijo Jesucristo nazca como Isaac por el Espíritu Santo, haciendo su
    voluntad perfecta así en Canaán, como en el cielo con las huestes angelicales, en donde el pecado no existe, abriendo así camino a muchas riquezas. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac de Sarah, por el
    Espíritu Santo, y así, Él no solamente introducir su vida eterna en la familia de Abraham junto con sus hijos viviendo en generaciones venideras, pero igualmente, Él necesitaba establecer su perfecta voluntad sobre él, para que el corazón de la
    tierra fluya leche y miel por una eternidad entera.



    Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial sentarse con Abraham y sus 318 hijos adoptados, comprados por dinero de extraños, porque participando del pan y vino, servido por su Hijo Jesucristo de la Mesa santa con él (Abraham) y con su
    familia, entonces, Él había empezado a establecer su voluntad perfecta sobre la tierra, como en el cielo angelical. Dado que, al nuestro Padre celestial participar del pan y vino con Abraham y sus hijos, entonces, Él estaba comiendo de las manos de su
    Hijo Jesucristo, que sirve la Mesa santa para los ángeles del cielo y para Abraham y sus hijos viviendo en generaciones futuras, llenando así la tierra con sus familias y naciones de sus glorias sin fin, siempre.



    Visto que, este fue un llamado para cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones por generaciones venideras, que: si tú participas de su comida cotidiana, entonces tú comerás con Él y con su Espíritu Santo del pan y vino de su Hijo Jesucristo,
    que Él mismo comió inicialmente con Abraham y sus hijos adoptados, y así, tú vivirás en su perfecta voluntad siempre. Ya que, esto es algo que tú puedes hacer en la mesa de tu hogar, pero igualmente, en otros lugares en donde tú estarás por comer
    algo, como en un restaurante o cocina que tú te acercas para comer algo de ella, porque el Padre estará allí contigo para comer del pan y vino, que es su voluntad perfecta en tu vida siempre.


    Por cuanto, nuestro Padre celestial necesitaba también a Abraham ejecutando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos palominos sin cortar sobre la roca de salvación, salpicada con sangre expiatoria, y así, Él expiar, juzgar y
    perdonar cada pecado cometido en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo por las familias de las naciones del mundo entero. Además, esta es la carne sagrada junto con los huesos inquebrantables y sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo,
    en donde Él derramaría la perfecta voluntad de su corazón santísimo y con pecados de las familias de las naciones ya expiados, juzgados y perdonados, y así, ellos vivan su vida eterna nuevamente, viviendo siempre con Él, su Hijo Jesucristo y su Esp
    ritu Santo eternamente justificados.


    Por eso, cuando nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, entonces, Él introducía su vida eterna no solamente en la familia de Abraham, pero igualmente en cada familia de
    las naciones, y así, Él mismo vivir con ellos en su nuevo reino: eternamente amado, enriquecido y bendecidos con felicidades interminables. Entendiendo que, nuestro Padre celestial pudo vivir con la familia de Abraham su misma vida eterna junto con
    cada hombre, mujer, niño y niña que ya había nacido, pero igualmente de los que nacerán en futuras generaciones, que Él se encontró muy complacido con verte a ti, y este eres tú hoy, viviendo su vida eterna con Él en Canaán.


    Visto que, nuestro Padre celestial complacido estuvo con verte a ti junto con los tuyos, vecinos y amistades, viviendo su vida eterna en la carne sagrada y la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, que Él tenía que tener a ti ya en la gloria
    celestial viviendo su vida eterna con Él junto con sus huestes angelicales, por ello, llamó nuevamente a Abraham. Inmediatamente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham al monte Sion, descansando sobre el Moriah, ofreciendo a su único hijo Isaac,
    porque él (Abraham) había aprendido a amarlo a Él por su Hijo Jesucristo como Isaac, además, Él había vivido su vida eterna con familias de las naciones, que Él tenía que levantarla ya hacia su gloria celestial para que esté con Él siempre.


    Por ende, cuando nuestro Padre celestial llamó a Abraham con su hijo Isaac al monte Sion, sobre el Moriah, ofreciéndolo, como una ofrenda encendida hacia la gloria celestial, entonces, Él ya había vivido su vida eterna con Abraham, pero igualmente,
    con cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones, que Él necesitaba su vida enriquecida con Él en la gloria celestial inmediatamente. Ya que, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, que su Hijo Jesucristo logró introducirla en las
    familias de las naciones, empezando con la familia de Abraham, y así, Él mismo vivirla con cada hombre, mujer, niño y niña de la tierra, por poderes del Juramento a Isaac—entonces, luego levantarla hacia la gloria celestial para gozarla
    continuamente siempre.


    Además, todas estas son cosas maravillosas, que nuestro Padre celestial necesitaba cumplir con todas las familias de las naciones, aunque casi todas ellas yacían ya en el infierno tormentoso, porque murieron en sus pecados, al descuidarse del bautismo
    en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre todopoderoso, que los hubiese salvado de la perdición eterna al instante. Sin embargo, nuestro Padre celestial hizo todas estas cosas asombrosas por Abraham y por sus hijos, pero igualmente, por
    ti hoy en día, porque Él logró vivir su vida eterna contigo junto con tus amados, vecinos y amistades, y así, Él llevarse su vida eterna, vivida ya contigo hacia la gloria celestial mucho antes que tú sepas lo que hizo ya por ti.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial te ha integrado a ti junto con tus amados, vecinos y amistades, incluyendo tus hijos viviendo en generaciones futuras en la carne sagrada de Israel antiguo, como el árbol, entregándonos la cruz con su santo nombre
    fuegos victorioso sobre el pecado del mundo entero, para que tú conozcas su vida eterna ya vivida contigo en Canaán, en días de Abraham. Además, para que esto sea posible hoy en día, entonces, tú tienes que renacer del bautismo en agua, invocando
    la perfecta santidad de su santo nombre fuegos ya clavado al madero sobre el monte Sion, en Canaán, y así, tú recibas beneficios de su vida eterna, que Él mismo ya la ha vivido contigo, enriqueciéndote cada día toda una vida entera.


    Considerando que, así como su Hijo Jesucristo nació como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, entonces, él nació con la carne sagrada junto con los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria, que únicamente puede
    vivir en Canaán, en donde el pecado no existe, porque Canaán es la tierra de su perfecta voluntad para toda la tierra siempre. Por eso, tú renaces del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos, entonces, al tú
    sumergirte en el agua, abandonaras la vida pecadora, emergiendo en Canaán, para caminar con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo y con toda su misma vida eterna, enriqueciéndote cada día en tu tierra natal y por toda una eternidad entera.


    Es decir, que tú empezaras a vivir tu vida eterna con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo, porque ahora tú habrás renacido en la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, que es Isaac, que ha recibido enteramente su voluntad perfecta
    directamente de su Espíritu Santo, y así, tú jamás fallaras en recibir tu bendición cotidiana y hasta que su reino venga. Ciertamente, tú vivirlas con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo en Canaán, porque cuando Isaac vivió su vida
    entera en él (Canaán), sin conocer el pecado jamás, entonces, postreramente Isaac renació como nuestro Señor Jesucristo de la hija virgen de David y sin pecado, finalmente destruyéndolo en la tierra, y así, tú únicamente conozcas la felicidad
    con Él siempre.


    Es decir, que tú vivirás la vida eterna de nuestro Padre celestial, entregada a ti ya en su Hijo Jesucristo y en su Espíritu Santo, al bautizarte en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre todopoderoso, y así, tú solamente conozcas su
    gloria celestial y con su felicidad infinita, que Él siempre ha gozado por una eternidad y hasta hoy en día, en Canaán. Realmente, nuestro Padre celestial necesita establecer su voluntad perfecta contigo, tus amados, vecinos y amistades, así como
    empezó a establecerla en Canaán con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, pero igualmente, Él necesita establecerla en tu hogar, barrio, comunidad y nación entera, y así, tú sólo
    conozcas cada día su felicidad siempre.


    Por eso, es que cuando tú te bautizas en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos, clavado al madero del monte santo de Jerusalén, en Canaán, entonces, al tú sumergirte en el bautismo en agua, instantáneamente tú emerges en el
    Jordán con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo, integrándote así a su voluntad perfecta para siempre. Considerando que, sumergido tú enteramente en las aguas bautismales en la bañera de tu hogar, invocando la santidad perfecta de su
    nombre, como el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacobo, entonces, tú emerges en la carne sagrada de Isaac, caminando con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo y en su perfecta voluntad toda una eternidad entera.


    Aquí es cuando, tú te habrás integrado en la naturaleza divina de nuestro Padre celestial junto con su Espíritu Santo, y así, tú siempre seas parte de Él y de toda su vida eterna en Canaán, viviendo y gozando con Él de grandezas de poderes del
    Juramento a Isaac, llevando así contigo cada día su perfecta voluntad en tu hogar también siempre. Visto que, esto es algo que nuestro Padre celestial necesita vivir enteramente no solamente con la casa de Israel, pero igualmente con cada hombre,
    mujer, niño y niña de las familias de las naciones, porque una vez que ellos sean bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre fuegos, entonces, ellos habrán entrado a Canaán para vivir su voluntad perfecta, siempre enriquecidos.


    Ya que, nuestro Padre celestial realmente necesita enriquecer a cada hijo suyo de Israel y de las familias de las naciones, porque Él necesita descender a una tierra, en donde el pecado ha sido erradicado para siempre, pero igualmente, descender a las
    familias que han sido enriquecidas poderosamente, empezando con Israel, porque Él desciende ya en cualquier día hacia riquezas abundantes únicamente. Así es como. Nuestro Padre celestial va a transferir su perfecta voluntad del Juramento a Isaac con
    sus hijos bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos, clavado al madero del monte Sion, en Canaán, que es la carne sagrada de Israel antiguo con las naciones del pasado y del futuro, estableciendo así su voluntad
    perfecta en sus tierras natales finalmente.


    Realmente, tú has visto la carne sagrada de Israel antiguo, tornándose en polvo a madero, cuando descendieron al corazón de la tierra, recogiendo a cada familia de las naciones del pasado y del futuro para ser una sola carne única, su cruz, una
    familia con su santo nombre fuegos, clavado a ellos perpetuamente, en Canaán, estableciendo así su voluntad perfecta en sus tierras natales últimamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial te ha hecho a ti no solamente su hijo de su voluntad perfecta
    en Canaán, pero igualmente, Él te ha confiado todo poder del cielo arriba, todo poder de abajo la tierra y todo poder debajo de las aguas de la tierra, y así, tú seas su voluntad perfecta en tu tierra natal, enriqueciéndote así con todas las
    familias siempre.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial no solamente ha derramado todo su corazón santísimo sobre la carne sagrada de Isaac junto con sus huesos inquebrantables y su sangre expiatoria, pero igualmente, Él ha derramado toda su voluntad perfecta por ti,
    tus amados, vecinos y amistades mundialmente, porque Él necesita establecer su voluntad perfecta en toda la tierra, para pronto quedarse en Canaán finalmente para siempre. Ciertamente, bautizado en agua, invocando la perfecta voluntad de su santo
    nombre fuegos, clavado al madero del monte Sion, en Canaán, entonces, tú serás su perfecta voluntad en tu hogar, vecindad, comunidad, ciudad y en la nación entera, llenando así la tierra con su voluntad perfecta, que es su naturaleza divina,
    caminando contigo para ser por siempre amado por ti en la eternidad.


    Visto que, nuestro Padre celestial nos ha entregado una tierra llena de agua en cada país, para que las familias de las naciones se bauticen, escapando del infierno tormentoso y del Día del Juicio venidero de la humanidad entera, removiendo todo pecado
    finalmente, y así, su carne sagrada prevalezca en su nueva tierra sólo en su amor asombroso para toda una eternidad angelical. Por cuanto, nuestro Padre celestial ha derramado ya toda riqueza para cada hombre, mujer, niño y niña, bautizados en agua,
    invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos, entrando por su boca hacia su corazón, y así, ellos sean enriquecidos enteramente, pero igualmente la tierra de su nacimiento para conocerlo a Él, como el Dios Todopoderoso que los ama por toda
    una eternidad.


    Así es como: nuestro Padre celestial no solamente puede ser Dios y Padre de Israel, pero igualmente, de las familias de las naciones en sus tierras natales, porque bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos, entonces,
    ellos habrían abandonado la carne pecadora y el espíritu de error, santificando así toda la tierra de su nacimiento para siempre. Definitivamente, Israel bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su santo nombre, como Dios de Abraham, Dios
    de Isaac y Dios de Jacobo, entonces, ellos estarán enraizados en Canaán, en donde nuestro Padre celestial es Dios y Padre de Israel siempre, por ende, ellos empezarían a vivir en la carne sagrada de Isaac, santificando así la tierra entera,
    removiendo al satanismo finalmente.


    Esto significa también, que una vez Israel bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos, clavado al madero del monte Sion, entonces, ellos serán liberados de toda brujería, que han sufrido por generaciones pasadas y
    hasta hoy, y así, el satanismo fallará en asentar sus pies firmes en Canaán—y Canaán fluirá continuamente leche y miel postreramente para siempre. Aquí es cuando. Nuestro Padre celestial podrá quedarse en Canaán con sus hijos de toda la casa de
    Israel, porque cada Día Sabatino Él desciende con todo Israel antiguo junto con un gran número de huestes angelicales para descansar, y si el satanismo ha abandonado Canaán entonces Él se queda para casarse con Israel y con las naciones en la
    santidad perfecta del Juramento a Isaac.


    Históricamente, nuestro Padre celestial por su Hijo Jesucristo nacido como Isaac inicialmente y luego de la hija virgen de David nos dio el pan de vida abundantemente, entonces, Él ha terminado su obra, que tenía que ser hecha en Canaán para casarse
    con Israel y con las naciones, convirtiéndose todos ellos en una familia única para conocer juntos: amor, paz y la felicidad interminable siempre. Además, aquí es donde hoy: nuestro Padre celestial te necesita a ti junto con tus amados, vecinos y
    amistades del mundo entero, y así, Él empezar a vivir contigo en tu hogar, barrio, comunidad y nación, riquezas tuyas traídas por Él a Canaán, y así, tú mismo vivas su misma vida enriquecida antes que tú asciendas hacia la su gloria celestial,
    eternamente justificado.


    Esta es definitivamente la vida eterna de nuestro Padre celestial, otorgada a ti ya, porque tú naciste inicialmente de ella, ya que siempre hemos existido con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo desde la eternidad—lo que nos dice que somos má
    s antiguos que los ángeles, y así, nosotros gozaremos lo que su corazón santísimo siempre ha gozado en la eternidad. Ciertamente, tú fallaras en conocer su vida gloriosa, es decir, si tú fallaras en bautizarte en agua, invocando la perfecta
    santidad de su santo nombre fuegos, clavado ya a ti sobre el madero, bañado en la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, llena de poderes y dones del Espíritu Santo, ayudándote a llevar su voluntad perfecta por toda la tierra, como siempre.


    Realmente, esta es una vida eternamente maravillosa, otorgada ya a ti por nuestro Padre celestial, escribiéndola en Canaán, cuando su corazón santísimo se derramaba de su voluntad perfecta por ti, los tuyos, vecinos y amistades, porque al tú ser
    consagrado, enriqueciéndote, entonces, esto es exactamente lo que siempre Él quiso por aquellos que te rodean: la felicidad cotidiana de toda una vida entera. Porque cada palabra escrita por el dedo de nuestro Padre celestial en Canaán se manifestará
    inmediatamente, cuando tú eres bautizado en agua, abandonando la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espíritu Santo, porque enriquecido tú eres ya con riquezas de la gloria celestial en Canaán, viviendo así su vida
    eterna—amándote a ti con pasiones celestiales en tu hogar.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial te entregó ya su vida eterna, fluyendo con su amor infalible por su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo, las huestes angelicales y cada hombre, mujer, niño y niña nacido de su imagen para vivir a semejanza de
    su Hijo Jesucristo, y así, tú vivas con Él riquezas asombrosas de su felicidad infinita, llenando su Creación con sus dulzuras personales siempre. Considerando que, lo creado por nuestro Padre celestial en la eternidad y hasta hoy, siempre ha sido
    perfecto y santísimo, porque todo lo que nace de su mente, corazón santísimo y manos, entonces, es para complacerlo a Él grandemente, complaciendo así su corazón santísimo que demanda que su familia divina reciba siempre lo mejor de Él, buscando
    nuevas glorias progresivamente en la eternidad.


    Verdaderamente, fue importante para nuestro Padre celestial, después que su corazón santísimo se derramó sobre Isaac, cuando Abraham lo tendió sobre el madero del monte Sion, descansando sobre el Moriah, porque fue aquí: en donde Abraham fue
    declarado Justo eternamente, y así, él viva junto con sus hijos prometidos en su perfecta voluntad en Canaán, y la bendición cotidiana venga a la tierra siempre. Realmente, nuestro Padre celestial le aseguró a Abraham y a sus amados que Canaán es
    la más hermosa de toda la tierra, y que no existe una igual a ella jamás, por ende, él estaba llamado a vivir en ella con Él, su Hijo Jesucristo, como la carne sagrada de Isaac y el Espíritu Santo, pero como el padre de Israel y de muchas naciones.


    Ahora, desde cuando nuestro Padre celestial le manifestó Canaán a Abraham y a sus amados, como la tierra más hermosa, porque está llena del Juramento a Isaac derramada sobre su hijo amado Isaac, pero igualmente sobre sus hermanos y hermanas por todo
    Israel y las familias de las naciones—entonces, ellos pueden vivir una vida enriquecida desde allí (Canaán) siempre, en sus tierras natales. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial había cumplido su promesa a Abraham, de entregarle a él sus hijos,
    incontables, como las estrellas del cielo arriba, porque ellos iban a nacer para vivir su voluntad perfecta, pero antes que esto suceda en ellos, entonces, ellos tenían que recoger a cada pecado del mundo entero lejos de Canaán, destruyéndolos
    postreramente en un día perpetuamente.


    Puesto que, nuestro Padre celestial había declarado a Canaán como tierra santa primeramente de toda la tierra, por ende, no existió otra tierra tan santa como ella, que Él podía tener a sus hijos naciendo con el Juramento a Isaac y sus Diez
    Mandamientos en su estado virgen, recogiendo pecados del mundo entero, pero en una tierra extranjera—muy lejos de Canaán. Y esto fue algo que tomaría cuatrocientos años, recoger cada pecado cometido en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espí
    ritu Santo, y así, Él poder finalmente otorgarles su santo nombre fuegos a Moisés e Israel, para que escapen del cautiverio egipcio por tierra seca del Mar Rojo hacia tierra segura, santa, poderosa y firme, como ciudadanos de Canaán para siempre.



    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel no solamente a que abandone los pecados de las familias de las naciones del pasado y del futuro, pero igualmente, abandone la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espí
    ritu Santo, porque ahora ellos comerían mana de su boca, servida por su Hijo Jesucristo como el pan y vino. Ya que, toda la casa de Israel necesitaba convertirse en sumos sacerdotes de nuestro Padre celestial por el desierto del Sinaí, conduciendo
    rituales y ceremonias de santidad perfecta del Juramento a Isaac, expiando, juzgando y cubriendo cada pecado que había hecho que cada hombre, mujer, niño y niña descienda al infierno tormentoso, por ende, Él los necesitaba renacidos en su perfecta
    voluntad, en Canaán.


    Por cuanto, nuestro Padre celestial estaba expiando, juzgando y perdonando cada pecado de las familias de las naciones del pasado yaciendo ya en el infierno tormentoso, pero igualmente sus hijos viviendo en generaciones futuras, porque Él podía
    salvarlos a ellos, si están dispuestos a creer en su poder para renacer en su voluntad perfecta—en Canaán, perpetuamente enriquecidos para toda la tierra finalmente. Esto es algo, que nuestro Padre celestial tenía que hacerlo no solamente con Israel,
    pero igualmente por cada nación y sus tierras en toda la tierra, y así, Él expiar, juzgar y perdonar sus pecados, pero igualmente sus tierras junto con cada criatura, convirtiendo toda la tierra en una nueva, pero igualmente, hacerla mayor y más
    rica que la misma gloria celestial para siempre.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial no tuvo que ir a las naciones para expiar, juzgar y personar sus pecados personales y los de sus tierras, impurezas y demás, porque Él pudo hacerlo con Israel por el desierto del Sinaí junto con el tabernáculo de
    reunión y su Lugar Santísimo, entonces, Él descendió al corazón de la tierra, recogiéndolos a ellos en perfecta santidad finalmente. Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba que las naciones sean una sola carne sagrada, una semilla, como el á
    rbol plantado por su diestra en Canaán, renaciendo así las naciones en tierra santa de su nuevo reino, como sus hijos separados del pecado eternamente, por poderes cotidianos de la cruz del monte Sion, sobrevolando sobre la tierra entera victoriosa
    sobre el pecado toda una eternidad.


    Realmente, esta es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial, teniendo su santo nombre fuegos clavado a cada hombre, mujer, niño y niña sobre la cruz del monte Sion, en Canaán, adorándole a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo por una
    vida entera y apropiadamente, amandolo, conquistando nuevas glorias nunca antes vistas, para ser ricos, poderosos y mejores que antes por generaciones venideras. Por lo tanto, es desde su santo nombre fuegos clavado a la cruz del monte Sion, en Canaán,
    en cada hombre, mujer, niño y niña que ha nacido en la tierra ya y los que vienen en generaciones futuras para vivir en las naciones, entonces, ellos llevaran siempre su voluntad perfecta en sus tierras natales una vez bautizados en agua, invocando su
    nombre todopoderoso.


    Así es como. Nuestro Padre celestial está planeando expandir su voluntad perfecta en cada familia de las naciones, porque su santo nombre fuegos está muy en alto ya sobre la faz de la tierra por cada hombre, mujer, niño y niña del pasado y del
    futuro igualmente, por cuando se han convertido milagrosamente en una sola carne sagrada con todo Israel antiguo para la eternidad. Ciertamente, nuestro Padre celestial ha puesto su santo nombre fuegos, bañado con la sangre expiatoria de su Hijo
    Jesucristo sobre toda la tierra, por la carne sagrada de sus hijos bautizados del Mar Rojo, el Jordán y en otros lugares, por ende, sea entonces una fuente confiable: enviando su voluntad perfecta hacia cada hogar de familias de las naciones, bautizadas
    ya en agua últimamente.



    Realmente, este es el árbol que no solamente endulzó las aguas amargas de Marah, en el desierto del Sinaí, pero igualmente, endulzó el Valle de los huesos secos, que está por endulzar todo Canaán junto con cada hogar hebreo por todo Canaán y las
    comunidades judías de las naciones, porque nuestro Padre celestial necesita endulzar tu hogar en estos días junto con tus amados. Por eso, cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones puede amar, servir y alabar su
    santo nombre fuegos, clavado a su cruz del monte santo de Jerusalén, en Canaán, y así, sus glorias de su perfecta voluntad siempre te estén alcanzando a ti, tus amados, vecinos y amistades, reabasteciéndote siempre así a ti con bendiciones
    cotidianas.


    Verdaderamente, bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, tú serás por siempre toda su voluntad perfecta en la carne sagrada y en su Espíritu Santo recibido instantáneamente por
    el bautismo en agua, porque emergiendo del agua, entonces, tú caminaras en riquezas cotidianas de Canaán, aunque tú sigas viviendo en tu tierra natal. Aquí, para nuestro Padre celestial no importa si tú eres gentil, judío, musulmán, taoísta,
    budista o de cualquier otra religión o fe de alrededor del mundo—Él ya ha expiado, juzgado y perdonado cada pecado por el bautismo en agua, y así, tú vivas su misma vida eterna, enriquecida grandemente cada día, sin fallarte jamás en este mundo
    ni en el venidero.


    Ciertamente, esto es algo que nuestro Padre celestial amaría vivir enteramente con Israel y con familias de las naciones, uniéndose todos ellos con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, por el bautismo milagroso en agua de tu bañera hogareña:
    concediéndote instantáneamente a ti poderes del Juramento a Isaac, conociendo su amor apasionado cada día con poderes y riquezas insondables por ti siempre. Ya que, Canaán es su perfecta voluntad para con Israel, pero igualmente para con las familias
    de las naciones por generaciones venideras, porque el deseo profundo de su corazón santísimo es de hacer a cada hombre, mujer, niño y niña extremadamente rico, porque Él es el Todopoderoso—amando vivir continuamente entre riquezas interminables de
    sus amados, como tú y yo con ángeles incontables.


    Realmente, nuestro Padre celestial ha traído al mundo la mejor tierra posible de la Creación no solamente para que su Hijo Jesucristo nazca como Isaac, pero igualmente, tú bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, llenándote así
    de su amor, paz y riquezas insondables jamás tocadas por el pecado, y así, convertir contigo tu hogar en un cielo glorioso. Considerando que, si nuestro Padre celestial vivió su vida eterna con Abraham, pero igualmente, con cada hombre, mujer, niño
    y niña de Israel y de las naciones, como padre en Canaán de las familias, porque él fue padre de una gran nación, Israel, pero igualmente de muchas más, pero en la carne sagrada de Isaac—renacidos del bautismo en agua y del Espíritu Santo.



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