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All on Sat May 9 05:45:30 2020
Sábado, 09 de Mayo, 2020 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
Nuestra CRUZ nació del CORAZÓN de la TIERRA, como su NUEVA TIERRA de su VOLUNTAD perfecta por ti ahora:
El dÃa llegó para nuestro Padre celestial crear un nuevo reino, llenándolo con su asombroso amor infalible que Él siempre ha sentido abundantemente por su Hijo Jesucristo y por su EspÃritu Santo, que Él solamente pensaba en sus hijos nacidos en su
imagen y en su alma santÃsima, y asÃ, ellos sean uno con Él—confiando sólo en Él toda una eternidad entera. Aquà es cuando, nuestro Padre celestial le dijo a su Hijo Jesucristo y a su EspÃritu Santo, desandamos para crear al hombre en nuestra
imagen y conforme a nuestra semejanza, para que él sea como nosotros: conociendo el bien y el mal, llenando la Creación entera de ellos, conquistando nuevas glorias, santidades y alegrÃas interminables, complaciendo asà siempre su corazón santÃsimo
toda una eternidad.
Realmente, nuestro Padre celestial deseaba complacer su corazón santÃsimo con glorias asombrosas, poderes, santidades y alegrÃas inagotable nunca tocadas por Lucifer ni por sus ángeles caÃdos, porque Él estaba adolorido por ver el pecado en su
reino angelical, que Él únicamente pensó en crear uno nuevo, pero con sus hijos naciendo de Él, y este eres tú y yo, empezando con Adán y Eva. Ya que, Lucifer junto con una tercera parte de las huestes angelicales se habÃan ido con él, creyendo
que él podÃa tomar el santo nombre fuegos de nuestro Padre celestial no solamente para quedarse con el reino celestial junto con sus huestes angelicales, pero igualmente para él ser exaltado grandemente sobre todo lugar celestial aún con glorias jamá
s vistas antes.
Por cuanto, Lucifer realmente pensó que tomarÃa el santo nombre fuegos de nuestro Padre celestial desde el monte Sion, y asÃ, él tener las huestes angelicales, siguiéndole a él no solamente para poseer todo el reino de los cielos, pero igualmente
crear uno nuevo reino para expandir su maldad hacia la eternidad, viviendo su vida pecadora, asà como su corazón malvado lo desease ciegamente siempre. Sin embargo, por culpa del corazón malvado de Lucifer en contra de nuestro Padre celestial y su
santo nombre fuegos sobre su altar de su perfecto amor e infalible junto con su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces, infiernos nacieron para él descender allÃ, eternamente condenado junto con huestes angelicales fieles a él, y asÃ, ellos
sean separados de la gloria angelical perpetuamente.
Aquà es cuando. Lucifer se convirtió en Satanás, adversario de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo, su EspÃritu Santo, las huestes angelicales y también de sus hijos viviendo en futuras generaciones, atacándolos a ellos, asà como él atacó
inicialmente a su santo nombre fuegos y sus huestes angelicales que lo aman, le sirven y lo alaban a Él con su santo nombre por toda una eternidad, hasta hoy. Es decir, también que por culpa del corazón malvado de Lucifer en contra de nuestro Padre
celestial y su santo nombre fuegos junto con su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces, el corazón de la tierra se tornó como el corazón de Lucifer, llenó siempre de fuegos para finalmente destruir el pecado en un dÃa con perfecta verdad y
justicia hacia la eternidad.
Pues, esta es la vida que Lucifer junto con sus ángeles caÃdos encontró, rebeldes en contra de nuestro Padre celestial y su santo nombre fuegos, manifestándose en el corazón de la tierra, en donde el pecado murió finalmente junto con Lucifer y sus Ã
¡ngeles caÃdos, y asÃ, Él empezar su nueva tierra de su amor infalible naciendo de su corazón santÃsimo siempre hacia la eternidad. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Satanás derrotado en su mismo corazón malvado, manifestado
inicialmente en el cielo junto con sus ángeles caÃdos, finalmente terminaron en el corazón de la tierra, como el infierno tormentoso, en donde todos ellos ya han sido condenados para morir allÃ, lanzados postreramente al lago de fuego, como la
segunda muerte, para jamás ver la vida nuevamente para siempre.
Además, esto es algo que Lucifer ya lo conoce junto con sus ángeles caÃdos, que él ya ha sido derrotado, juzgado y condenado hacia la perdición eterna no solamente en el infierno tormentoso, pero igualmente finalmente será lanzando al lago de fuego,
y asÃ, Lucifer junto con sus ángeles caÃdos jamás regresen a la vida angelical que una vez conocieron en el cielo. Ya que, Lucifer le encantarÃa regresar hacia la vida angelical, que él una vez gozó con los ángeles caÃdos, como cuando ellos
eran santos ante nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, porque ellos realmente gozaron del amor, paz y gloria totalmente contrario a todo lo que ellos viven hoy en dÃa, y lejos del reino angelical y de Canaán.
Consiguientemente, Lucifer está en Canaán, viviendo cerca de Israelitas y de familias judÃas, porque él piensa que, quedándose en tierra santa, entonces, él no solamente puede bloquear bendiciones que están allà para Israel y para las familias de
las naciones—pero igualmente, él puede intentar ser uno con ellos para regresar a la vida angelical que en una vez valoro en el cielo. Por eso, Lucifer junto con sus ángeles caÃdos en sus diferentes rangos de poder, saben perfectamente, que ellos no
solamente ya han sido derrotados, juzgados y condenados eternamente para descender al infierno tormentoso, pero igualmente, ellos conocen que su parada final en sus vidas malvadas es el lago de fuego, y asÃ, ellos no volverán a ver vida nuevamente por
una eternidad.
Esta es la razón, que Satanás no está dispuesto a liberar a Canaán para los Israelitas, porque esta es su última esperanza para entrar de alguna manera a la vida eterna, que él en un tiempo gozó en la gloria angelical, porque Canaán es el nuevo
reino de nuestro Padre celestial de su amor asombroso y eterno para sus hijos por toda la tierra. Este es su nuevo reino de su amor eterno para su familia divina, como su Hijo Jesucristo, su EspÃritu Santo y, ahora, Israel junto con las naciones,
convirtiéndose en una semilla, un árbol, una cruz eterna victoriosa sobre el pecado por toda la tierra, empezando desde su corazón, que es ahora su mismo corazón santÃsimo, llenó de vida eterna de cada uno hijo suyo.
Ciertamente, desde que Lucifer junto con sus ángeles caÃdos conoce, que ya han sido derrotados, juzgados y condenados en el infierno tormentoso, que es su propio corazón rebelde en contra de nuestro Padre celestial y su santo nombre fuegos junto con
su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces, él solamente puede seguir rebelde en contra de Él y de sus hijos, y hasta morir finalmente. Verdaderamente, Adán nació de la imagen de nuestro Padre celestial para vivir a semejanza de su Hijo
Jesucristo únicamente para conocer glorias de su EspÃritu Santo, haciendo que él ame, sirva y alabe su santo nombre fuegos sobre el altar del monte Sion, como siempre, en la gloria angelical y sobre la tierra igualmente, dándole vida asà a su nuevo
reino venidero últimamente.
Considerando que, nuestro Padre celestial le dio vida desde su corazón santÃsimo no solamente a Adán, pero igualmente a Eva, que necesitaba nacer de él, y esta es la carne sagrada a semejanza de su Hijo amado, por ende, Él lo hizo dormirse, dándole
vida a su mujer para que sus hijos nazcan por generaciones venideras: amando, sirviendo y adorando su santo nombre fuegos siempre. Amorosamente: Nuestro Padre celestial puso a Adán a dormir, porque Él necesitaba extraer una costilla de él, para Él no
solamente darle vida a Eva, que ya estaba en él, pero igualmente a sus hijos, y con su quinta costilla en sus manos formó a Eva y cada hijo suyo, tan perfecto y santo, asà como Él mismo es por siempre en el paraÃso.
Ya que, nuestro Padre celestial le habÃa dado vida a Adán en su perfecta santidad junto con Eva y sus hijos, para que ellos vivan con Él, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo: amando, sirviendo y exaltando su santo nombre fuegos, que necesitaba ser
exaltado por ellos grandemente sobre toda la tierra, eternamente glorioso, porque Lucifer con sus ángeles caÃdos lo habÃan atacado. Efectivamente, este es el nuevo reino de nuestro Padre celestial, que necesitaba empezar con Adán y Eva para que sus
hijos vivan en generaciones futuras: amando, sirviendo y adorando su santo nombre fuegos sobre su altar, destruyendo asà pecados, maldiciones y tinieblas de Satanás, pero igualmente, crear su nuevo reino, naciendo de su corazón santÃsimo, entregando
siempre abundante amor, gozo y alegrÃas a sus hijos.
Por eso, es que: al tú arrodillarte para orar ante nuestro Padre celestial, en el nombre de su Hijo Jesucristo, entonces, tú eres muy amado por su corazón santÃsimo, que no solamente está en su pecho, pero igualmente, vive debajo de Canaán,
creciendo hacia ti con su amor infalible, riquezas y prosperidad, haciendo que tu corazón sea grandemente feliz junto con tus amados. Inusualmente, Lucifer entendió el plan de nuestro Padre celestial para crear un nuevo reino, pero sin él y sus á
ngeles caÃdos, porque este será un nuevo reino con su vida eterna floreciendo en sus hijos, sin conocer jamás el pecado, pero únicamente amor, servicio y gloria hacia su santo nombre fuegos, conquistando nuevas glorias no tocadas por el mal jamás
para su nueva Creación.
Aquà es cuando, Lucifer intentó con lo mejor de su sabidurÃa malvada de acercarse a Adán, para hacer que él crea en sus mentiras, como los ángeles caÃdos han creÃdo en él ciegamente, porque ellos están dispuestos a dar sus vidas para ayudarlo a
crear su reino, tomando el santo nombre de nuestro Padre celestial, exaltándose asà él mismo con él para siempre. Entendiendo que, si Lucifer puede controlar a cada hombre, mujer, niño y niña con su fruto prohibido y su espÃritu de error, entonces,
él tratara de poseerlo nuevamente para su reino de tinieblas en la tierra, y asÃ, finalmente derrotar a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo, su EspÃritu Santo y sus huestes angelicales, reentrando asà a la gloria celestial finalmente
victorioso.
Seguramente, esto es algo, que es totalmente imposible, porque nuestro Padre celestial le ha otorgado a Israel y a las familias de las naciones el bautismo en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, poderes del Juramento a Isaac, que Lucifer
ha fallado en descifrarlos hasta hoy—porque son poderes protegiendo a Canaán, su santo nombre fuego y a sus hijos siempre. Por ende, Lucifer no pudo acercarse a Adán, porque él fue creado a imagen de nuestro Padre celestial para vivir a semejanza de
su Hijo Jesucristo, que es la carne sagrada con poderes y dones del EspÃritu Santo, por lo tanto, él tenÃa la mente de Dios y su sabidurÃa asombrosa, por consiguiente, un acercamiento hacia él, engañándolo, era imposible siempre.
Sin embargo, Lucifer pudo acercarse al lado débil de Adán, y esto fue su quinta costilla, atrapándolo, en debilidades de Eva, porque ella tenÃa una amiga, que era más bien amiga hacia el mal que hacia ella y Adán, por lo tanto, ella fue engañada
por la serpiente que pensaba que Lucifer podÃa exaltarse a sà mismo mucho más alto que antes. Lucifer tenÃa que engañar a Eva, haciendo que ella coma junto con Adán y sus hijos del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal,
cuando nuestro Padre celestial les habÃa avisado que jamás coman de él, porque al comer de él entonces ellos morirÃan—asegurándoles que ellos vivirÃan siempre una vida diferente a su vida eterna.
Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente que Adán y Eva, pero igualmente, sus hijos tomen su santo nombre fuegos sobre su altar del monte Sion, para amarlo, servirlo y adorarlo junto con sus huestes angelicales que siempre le han
servido a Él, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo toda una eternidad, porque ciertamente necesitaba que ellos conquisten nuevas glorias para Él. Ya que, estas son glorias que los ángeles caÃdos fallaron en conquistarlas, porque son glorias que ú
nicamente pueden ser conquistadas por su familia divina, que es su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo junto toda hueste angelical, pero ahora todos los demás, como Adán y Eva junto con sus hijos viviendo en generaciones futuras, eternamente
enriquecidos por la gloria celestial y su vida eterna.
Ahora, Lucifer engañó a Eva con la serpiente, cuando le dijeron a ella, que podÃa comer del fruto prohibido, para que sus ojos se abran, conociendo el bien y el mal, asà como el Padre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo conocen el bien y el mal,
y asÃ, ella con Adán podrÃan también ser divinos como siempre ellos lo han sido eternamente. Sinceramente, Eva no solamente comió del fruto prohibido, pero igualmente, Adán junto con sus hijos en generaciones futuras, por ello, todos ahora estaban
viviendo una vida totalmente diferente a la vida eterna de nuestro Padre celestial, entregada a ellos ya en el paraÃso, porque esta fue una vida inicua y rebelde hacia su santo nombre fuegos, llevándoselos a la muerte eterna del infierno tormentoso.
Por eso, es que: porque Eva comió del fruto prohibido, entonces, no solamente Adán pecó, pero igualmente sus hijos viviendo en generaciones futuras, por ello, nuestro Padre celestial los removió a todos ellos de su vida eterna, que ya la estaban
gozando en el paraÃso para luego vivir una vida con muerte en la tierra, porque del polvo salieron—pues a él regresaran. Divinamente, nuestro Padre celestial los necesitaba regresando al polvo, como desde donde ellos fueron tomados inicialmente para
vestir su imagen, su alma viviente y su vida santÃsima, entregada a ellos al nacer de Él para vivir a semejanza de su Hijo Jesucristo, llenos de su perfecta voluntad en su EspÃritu Santo, ejecutada perfectamente en la gloria angelical y, ahora, con
sus hijos en la tierra.
Efectivamente, para que esto sea posible, entonces, nuestro Padre celestial les necesitaba renacidos, abandonando asà la carne pecadora, el fruto prohibido, el espÃritu de error y la muerte por su carne santÃsima y por su EspÃritu Santo, regresando
instantáneamente a su vida eterna del paraÃso—escondida en Canaán, su dulce hogar únicamente para vivir en perfecto amor, adoración, prosperidad y glorias de alegrÃas interminables. Estos son hijos de nuestro Padre celestial, como Adán y Eva
junto contigo y conmigo renacidos en la tierra, bautizándonos, como desde donde con un puñado del polvo, vistió su imagen, su alma viviente y su vida eterna en ti, integrada a nosotros divinamente, cuando salÃamos de Él, y asÃ, todos regresemos a
su gloria angelical sin pecado y enriquecidos eternamente con glorias cananeas.
Definitivamente, este nuevo nacimiento tenÃa que tomar lugar en el corazón de la tierra, que habÃa sido tomado por Lucifer y sus ángeles caÃdos, porque Adán y Eva comieron del fruto prohibido, además, ellos se habÃan revelado en contra de Él, su
Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, por ende, el corazón de la tierra se habÃa tornado en el reino de tinieblas. Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente a israelitas antiguos conduciendo rituales y ceremonias de perfecta
santidad del Juramento a Isaac con el tabernáculo de reunión y su Lugar SantÃsimo por el desierto del SinaÃ, pero igualmente, verlos clavados a postes del infierno con las naciones yaciendo ya sobre ellos con sus pecados cubiertos de sangres de
corderos para ascender juntos a Canaán postreramente.
Ciertamente, sólo asà nuestro Padre celestial podÃa tener a sus hijos con su carne sagrada y con su sangre expiatoria, conquistando no solamente naciones ya perdidas en pecados en infiernos tormentosos, pero igualmente, ellos tenÃan poderes del
Juramento a Isaac, convirtiendo el corazón de la tierra como su corazón santÃsimo de su pecho perpetuamente, y asÃ, sus hijos renazcan allà con vida eterna siempre. Realmente, el corazón de cada hombre, mujer, niño y niña que habÃa fallado en
bautizarse en agua era extremadamente malvado, como en dÃas de Noé, porque el corazón de la tierra era tan malvado como el corazón de Lucifer en su pecho—que Él lo cambió instantáneamente, igual como el de su pecho, santÃsimo: salvando asÃ
familias de las naciones con su amor infalible.
Ya que, Lucifer cambió el corazón de la tierra junto con el Valle de los huesos secos en su reino de tinieblas, porque él esperaba no solamente por Adán y Eva, muertos en pecados, por haber comido del fruto prohibido, pero igualmente, esperaba por
sus hijos, por ende, el santo nombre fuegos de nuestro Padre celestial fallarÃa en ser exaltado sobre la tierra siempre. Por eso, nuestro Padre celestial necesitaba tomar el corazón de la tierra del dominio de Satanás y de sus ángeles caÃdos, y asÃ,
ellos fallen en extender su reino de tinieblas hacia las familias de las naciones de toda la tierra, visto que nuestro Padre celestial la habÃa creado para convertirla en su nuevo reino venidero de su amor eterno por sus hijos.
Objetivamente, para nuestro Padre celestial manifestar su amor infalible no solamente hacia su santo nombre fuegos sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán, pero igualmente, Él tenÃa que manifestarlo sin lÃmites a cada hombre, mujer, niño y niñ
a de las familias de las naciones desde el corazón de la tierra, comiendo de Él amor eterno cada dÃa, como leche y miel, pan y vino. Ahora, para nuestro Padre celestial controlar el corazón de la tierra, destruyendo asà a Lucifer y a sus ángeles caÃ
dos, convertidos todos ellos ya en un poderoso reino de tinieblas sobre la tierra, cautivando asà familias de las naciones con mentiras, maldiciones, brujerÃas, enfermedades, pobreza y muerte, entonces, Él necesitaba tener un pacto de vida con una
familia: llenándola con su vida eterna instantáneamente.
Aquà es cuando. Nuestro Padre celestial encontró a Abraham junto con su esposa Sarah y su vientre estéril sin poder dar vida a un hijo ni a su familia ni menos a toda la tierra, por ende, Él lo llamó a él a comer del pan y vino de la mano de su
Hijo Jesucristo sobre su Mesa santa, y asÃ, su carne sagrada pueda nacer en Canaán finalmente. FÃsicamente, el plan salvador de nuestro Padre celestial por las familias de las naciones, renaciendo todas ellas bautizadas en agua, invocando la perfecta
santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, integrándose asà a su carne sagrada, en donde Él puede confiar en ellos siempre, y ellos confiar en Él ciegamente, es para que todos vivan con perfecta salvación eterna siempre.
Y es aquÃ. En donde nuestro Padre celestial junto con Abraham y sus 318 hijos adoptados, comieron de las manos de su Hijo Jesucristo pan y vino, servido diariamente a huestes angelicales, para amar, servir y alabar su santo nombre fuegos, conquistando
nuevas glorias para conquistar el corazón de la tierra finalmente, creada por Él para que sea su dulce hogar siempre contigo y con tus amados. Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba establecer su corazón santÃsimo debajo de Canaán, amando
profundamente a sus hijos, empezando con Adán y Eva, pero igualmente, manifestarte a ti su amor fundente junto con tus amados, vecinos y amistades, porque su corazón santÃsimo llenó de su amor infalible por ti, te salva hoy, y asÃ, tú solamente
conozcas su vida, paz y riquezas inagotables siempre.
Efectivamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del EspÃritu Santo, porque Él tenÃa que establecer la carne sagrada con su sangre expiatoria de su Hijo
Jesucristo, como su naturaleza divina por cada hombre, mujer, niño y niña renacido en Canaán, por el bautismo en agua. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba establecer la carne sagrada con su sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, como su
semejanza perfecta para cada familia de Israel y de las naciones, porque Él estaba listo para llevar su carne sagrada con su sangre expiatoria a conquistar el corazón de la tierra para su nuevo reino de su amor infalible por su santo nombre fuegos.
Realmente, habiendo Abraham vivido unos años con su único hijo Isaac, entonces, nuestro Padre celestial lo llamó al monte Sion, descansando sobre el monte Moriah, ofreciendo a Isaac, como su único amor de su corazón hacia Él en la gloria angelical
junto con su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, finalmente conquistando asà el corazón de la tierra para su nuevo reino venidero. Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba conquistar el corazón de la tierra con la carne sagrada y su sangre
expiatoria, que es su semejanza divina para con Israel, pero igualmente para familias de las naciones yaciendo ya en el infierno tormentoso, muertos en pecado, cuando ellos pudieron haberse bautizado en agua, escapando del pecado, la muerte y el infierno
con perfecta salvación siempre.
Por consiguiente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Abraham sacrificando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, porque Él necesitaba su roca salpicada con la sangre expiatoria de Isaac desde
Canaán sobre cada hijo suyo, renaciendo asà en su nueva tierra repleta de su amor infalible, prosperidad, paz y riquezas interminables por una eternidad entera. Esta es la roca de salvación junto con tres sacrificios con sus mitades opuestas una a
otra junto con dos aves sin cortar, que necesitaban estar a las puertas del infierno, porque nuestro Padre celestial iba a tener a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac nuevamente en Canaán, salpicando su sangre expiatoria, convirtiendo asà el corazó
n de la tierra en su nueva tierra eterna.
Honestamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a hijos de Abraham yaciendo en el Valle de los huesos secos, como puerta al infierno, con su roca de salvación, desplegando tres carneros sacrificados junto con dos aves sin cortar,
asimilando asà a su Cordero escogido con dos testigos clavados a sus maderos: finalmente salpicando su sangre expiatoria victoriosa sobre Satanás, pecados y la muerte eternamente. Por lo tanto, nuestro Padre celestial tenÃa que haber tenido toda la
casa de Israel nacida primeramente lejos de Canaán, porque ellos necesitaban vivir en tierra extranjera, Egipto, recogiendo pecados del mundo entero, y asÃ, Él finalmente conquistar el corazón de la tierra con su carne sagrada y su sangre expiatoria
victoriosa sobre Satanás, pecados, pobreza y la muerte en el bautismo del Mar Rojo.
Además, nuestro Padre celestial necesitaba la carne sagrada y su sangre expiatoria nacida con toda la casa de Israel, recogiendo pecados no solamente del mundo entero, pero igualmente recibir su santo nombre fuegos de Moisés, y asÃ, Israel lo posea,
levantándolo sobre toda la tierra después de haber conquistado el corazón de la tierra para que su nueva tierra sea por siempre enriquecida perpetuamente. Amorosamente, nuestro Padre celestial le habÃa entregado a Moisés su santo nombre fuegos, algo
que jamás lo habÃa hecho asà con nadie en el reino angelical ni menos en la tierra, pero ahora, Él estaba listo para entregárselo a Israel, porque ellos caminarÃan en seco por el Mar Rojo, abandonando cada pecado, levándolo por el desierto del
Sinaà victorioso sobre todo pecado para siempre.
Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente a Israel abandonando todo pecado del mundo, bautizándose en aguas del Mar Rojo, pero igualmente, abandonar la carne pecadora y el espÃritu de error por la carne sagrada y el EspÃritu Santo,
porque ellos iban a atravesar el desierto del Sinaà finalmente para levantar su santo nombre fuegos sobre toda la tierra victorioso sobre todo pecado eternamente. Ciertamente, fueron por poderes del santo nombre de nuestro Padre celestial que Israel
escapó del cautiverio para abandonar todo pecado de familias de las naciones en el bautismo en agua del Mar Rojo, pero igualmente, convirtiéndose en ciudadanos de Canaán inmediatamente, ellos llevaron su santo nombre al corazón de la tierra,
recogiendo a las naciones para el monte Sion victoriosas sobre todo pecado siempre.
Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba destruir todo pecado no solamente en el bautismo en agua del Mar Rojo, pero igualmente, destruirlo en el corazón de la tierra, porque cada hombre, mujer, niño y niña israelà fue su sacerdote en la carne
sagrada y su sangre expiatoria: expiando, juzgando y perdonando todo pecado por el tabernáculo de reunión y su Lugar SantÃsimo, finalmente para conquistar Canaán. Por cuanto, nuestro Padre celestial le habÃa prometido a Abraham que Canaán es una
tierra especial, como la más hermosa de toda la tierra y, además, fluye leche y miel para que las familias de las naciones coman de su maná para amar, servir y adorar su santo nombre fuegos sobre el monte Sion, conquistando asà nuevas glorias jamás
tocadas por el pecado.
Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial tener a toda la casa de Israel no solamente conduciendo rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac, para luego ser mordidos por serpientes venenosas, porque ellos descendÃ
an al Valle de los huesos secos para convertirlo en su corazón santÃsimo, fluyendo leche y miel para siempre. Pronto, nuestro Padre celestial alimentara con leche y miel no solamente a la casa de Israel, pero igualmente a cada hombre, mujer, niño y niÃ
±a de familias de las naciones, porque eventualmente ellos serán bautizados en agua, sirviéndole a Él en la carne sagrada de Isaac y su sangre expiatoria, y asÃ, su vida eterna florezca en todo su nuevo reino de su amor infalible.
Como resultado, Israel antiguo descendido al Valle de los huesos secos, clavados a los postes del infierno, mordidos por serpientes venenosas, junto con la roca de salvación y sus tres sacrificios y dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria
victoriosa sobre la muerte eternamente, haciendo postreramente que renaciesen nuevamente, pero sin pecado para vivir su vida eterna cada dÃa enriquecida en Canaán infinitamente. Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesitaba toda la casa de Israel,
clavados a postes del infierno, en donde las familias yacen esperando ser rescatadas: entonces, a los Israelitas descender para descansar sobre postes del infierno fue para ser uno con ellos, como una familia, una sola carne santa, una semilla para ser
plantada en Canaán con salvación eterna para la eternidad venidera.
Oportunamente, las manos de nuestro Padre celestial necesitaban plantar a Israel antiguo junto con las naciones que habÃan venido a ser uno con ellos, mordidos por serpientes venenosas a postes del infierno tormentoso, como una semilla, renaciendo asÃ
en tierra santa de Canaán, como un árbol, la cruz, llevando su santo nombre fuegos con perfecta salvación en contra de todo pecado en toda la tierra. Considerando que, esta es la victoria que nuestro Padre celestial necesitaba para que las familias de
las naciones vean, experimenten, vivan, amen y adoren en sus corazones, porque Israel antiguo junto con su Hijo Jesucristo, clavado a su cruz con serpientes de bronce, entonces, el infierno tormentoso se endulzó sobre el monte Sion, porque el pecado fue
quitado de toda la tierra para siempre.
Realmente, Israel antiguo habÃa venido a ser uno con las familias de las naciones yaciendo en el infierno tormentoso, cuando ellos descendieron al Valle de los huesos, mordidos por serpientes venenosas, porque nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo
Jesucristo clavado con serpientes de bronce a sus manos y pies, haciendo que ellos sean uno en su carne sagrada, pero sin pecado alguno infinitamente. Visto que, esta era la única manera posible que nuestro Padre celestial podÃa no solamente remover el
pecado victoriosamente de las familias de las naciones del pasado y del futuro, pero igualmente, removerlos del corazón de la tierra, y asÃ, su nueva tierra nazca sin pecado alguno sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán, liberados del pecado al
fin todos por una eternidad entera.
Verdaderamente, nuestro Padre celestial con su Hijo Jesucristo, el EspÃritu Santo junto con Israel antiguo descendieron al Valle de los huesos secos para ser clavados a postes del infierno, haciendo que Israel y las naciones sean una semilla, un árbol,
una cruz, endulzando la tierra entera sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán—tocándote a ti con perfecta salvación, riquezas y sanidad hoy. Ya que, nuestro Padre celestial habÃa clavado a su Hijo Jesucristo sobre Israel antiguo ya clavado
también a postes del infierno por siglos, y asÃ, él sufra todo pecado que llevó a las familias de las naciones a su eterna perdición, y asÃ, herido por sus pecados, entonces, él derramó su sangre expiatoria—borrándolos instantáneamente de sus
hermanos y hermanas de la humanidad entera.
En otras palabras, lo que nuestro Padre celestial hizo con Israel antiguo, clavándolos a postes del infierno, haciéndolos uno con las naciones ya eternamente perdidas en sus pecados, entonces, fue para que ellos renazcan como una sola semilla, torná
ndose en su cruz, en donde su Hijo Jesucristo fue clavado a ellos victorioso sobre todo pecado, pobreza, muerte, infierno y el mundo entero, salvándolos perpetuamente. Ya que, nuestro Padre celestial habÃa hecho que su Hijo Jesucristo nazca del vientre
estéril de Sarah como Isaac, por el EspÃritu Santo, logrando asà Él finalmente que todo Israel sea uno en su carne sagrada y su sangre expiatoria con las familias de las naciones del pasado y del futuro, para Él confiar en ellos siempre en su carne
sagrada por toda una eternidad.
Sinceramente, toda la casa de Israel habÃa yacido sobre los postes del infierno tormentosos por siglos, porque ellos habÃan conducido rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac, que habÃa expiado, juzgado y perdonado cada pecado,
por ende, ellos entonces podÃan recibir la sangre expiatoria, como la vida eterna de nuestro Padre celestial, para vivir eternamente enriquecidos hacia la eternidad venidera. Apropiadamente, fue la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial no
solamente de derrotar a Satanás, pecados, enfermedades, pobreza y muerte junto con ángeles caÃdos y el infierno, pero igualmente, Él necesitaba a Israel junto con familias de las naciones: amando, sirviendo y confiando en Él ciegamente, por fe, y
esto era solamente posible hasta que su Hijo Jesucristo fue clavado a ellos sobre su cruz.
Aquà es cuando. Nuestro Padre celestial declaró no solamente a Israel, pero igualmente a familias de las naciones, que ahora Él conocÃa que ellos confiaban en Él, porque únicamente en la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre
expiatoria de Isaac—Él puede ver que confÃan en Él con su santo nombre fuegos clavado a ellos con perfecta salvación, poderes y riquezas interminables por una eternidad entera. Realmente, esta era la confianza que nuestro Padre celestial necesitaba
ver en Israel antiguo junto con naciones ya clavados sobre postes del infierno tormentoso, y con la confianza de su Hijo Jesucristo que nació con la carne sagrada y la sangre expiatoria, destruyendo mentiras, maldiciones, calumnias, brujerÃas,
enfermedades, pobreza y muerte de Satanás, finalmente clavado a ellos eternamente victorioso sobre el monte Sion, en Canaán.
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