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    From IVANIVAN555@aol.com@21:1/5 to All on Sun Apr 26 09:55:22 2020
    Sábado, 25 de Abril, 2020 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    CANAÁN es el GOZO de la TIERRA como su PERFECTA VOLUNTAD para las NACIONES ya bautizadas hoy:


    A tiempo, nuestro Padre celestial llamó a Abraham para que abandone la tierra de su parentela, Haran, porque Él estaba listo para llevarlo a una tierra maravillosa, en donde él sería hecho padre de Israel, además, vendría a ser él grandemente
    conocido por toda la tierra, porque él sería bendición para otras familias, que necesitaban el toque de la gloria celestial. Ciertamente, Abraham fue obediente al llamado de nuestro Padre celestial, porque no se quedó atrás, considerando, si
    obedecería sus palabras o no, pero, más bien él tomó a su esposa Sara junto con su nieto Lot—entonces, se encamino hacia la tierra que él tenia que poseer junto con toda su familia para siempre, Canaán.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham y a Sara con su vientre estéril en Canaán, cuanto antes mejor, porque Él estaba listo para bendecirlos a ellos con un hijo, que nacería desde la gloria celestial por su vientre estéril y en la
    tierra ya muerta, y él sería una bendición para ellos junto con toda la tierra entera hacia la eternidad venidera. Urgentemente, Abraham arribó con Sara junto con su nieto Lot para poseer la tierra prometida, pero él tenía que ser visitado por
    nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo con el árbol que tenía que ser levantado sobre el monte santo de Jerusalén, bendiciendo a Canaán victorioso sobre todo pecado de toda la tierra, para siempre.


    Ciertamente, al Abraham arribar con su esposa Sara y su nieto Lot, él no pudo poseer ninguna tierra hasta que él hubo recibido a su hijo nacido del vientre estéril de Sara, por poderes del Espíritu Santo, porque este niño iba a ser el primero y el
    ultimo, el principio y el fin en Canaán para toda la tierra. Es decir, que nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sara, por poderes del Espíritu Santo, para que posea Canaán para Abraham y sus hijos
    prometidos que iban a nacer en generaciones futuras, y así, ellos vivan su voluntad perfecta, bendiciendo a cada familia de las naciones para la eternidad venidera.


    Considerando que, las familias de las naciones que nuestro Padre celestial necesitaba bendecir inmediatamente, todos ellos ya habían descendido al infierno tormentoso, porque habían fallado en bautizarse en agua, invocando la perfecta santidad de su
    nombre Todopoderoso, para escapar de sus pecados perpetuamente, conociendo su vida eterna en todos sus días en la tierra y con perfecta bendición de siempre. Además, nuestro Padre celestial necesitaba conquistar Canaán para cada hombre, mujer, niño
    y niña de las familias de las naciones, aunque ya casi todos ellos yacían en el infierno tormentoso, porque habían fallecido todos ellos sin el bautismo requerido para abandonar sus vidas pecadoras, recibiendo seguidamente su vida eterna, que los
    salva a todos ellos del poder de la muerte instantáneamente, en Canaán.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba poseer Canaán legalmente y Él necesitaba a Abraham sacrificando tres carneros sobre la roca de salvación junto con dos aves sin cortar, salpicadas con sangre expiatoria, y así, Él mismo empezar a expiar,
    juzgar y perdonar los pecados del mundo entero desde Canaán, haciendo así que su bendición de la gloria celestial se derrame sobre la tierra finalmente. Es decir, que nuestro Padre celestial tenía que ya tener a Abraham conduciendo sus tres carneros
    sacrificados con sus mitades opuestas una a otra sobre la roca de salvación junto con dos aves sin cortar, salpicadas con sangre expiatoria, y así, liberar a Canaán del Satanismo para que fluya con leche y miel para sus hijos viviendo con Él
    eternamente enriquecidos.


    Además, nuestro Padre celestial necesita a Canaán enteramente fluyendo con leche y miel, que endulzará no solamente toda la tierra, cuando las familias de las naciones se bauticen en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre Todopoderoso, pero
    igualmente, Él podrá bendecir a la humanidad entera ya tendida en el infierno tormentoso y sin esperanza de volver a ver vida nuevamente. Dado que, esta posesión de Canaán tenía que empezar con tres carneros sacrificados, conducidos por Abraham
    sobre la roca de salvación junto con dos aves sin cortar, salpicadas con sangre expiatoria, porque Él necesitaba a todos sus hijos naciendo siempre en la carne sagrada de Isaac, y así, ellos gocen de su voluntad perfecta en Canaán, enriqueciendo así
    siempre las familias de la tierra.


    Definitivamente: esta es la carne sagrada junto con los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria, pasando por el cautiverio egipcio por cuatrocientos años, recogiendo pecados del mundo entero, abandonándolos luego en el Mar Rojo, para cruzar el
    desierto del Sinaí derramando sangre expiatoria de corderos sacrificados, finalmente descender al Valle de los huesos, mordidos por serpientes venenosas, recogiendo naciones con salvación eterna en Canaán. Ciertamente, Canaán es el gozo de la familia
    de nuestro Padre celestial, que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, es el gozo del paraíso y de La Nueva Jerusalén celestial, por ende, Él necesitaba a su Hijo Jesucristo conquistándola como Isaac, para ser también el gozo
    de Israel y de las familias de las naciones por una eternidad entera.


    Como está escrito en salmos 48, que la tierra de Canaán es el gozo de toda la tierra para cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones: bautizados en agua ya, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Esp
    ritu Santo para que ellos vivan bendiciones cotidianas de su vida eterna, pero únicamente desde Canaán enriquecido. Evidentemente, nuestro Padre celestial junto con su Espíritu Santo ha vivido ya su vida eterna no solamente con Abraham y con sus
    hijos, pero igualmente, con cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones del pasado y del futuro, y así, ellos entren a su vida eterna desde Canaán eternamente enriquecidos, conociendo únicamente: amor, paz, prosperidad y la
    felicidad eterna.


    Ya que, este es su amor junto con paz, prosperidad y felicidad inagotable de tu diario vivir, que gentes por generaciones la perdieron, porque jamás se bautizaron en agua para integrarse a Isaac y su carne sagrada, en donde ellos hubiesen vivido con sus
    amados gozando de la gloria celestial en Canaán, conociendo así toda victoria de cada día en sus tierras natales siempre. Evidentemente, es únicamente en la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial que sus hijos conocerán su amor asombroso de su
    roca de salvación, para que ellos lo amen a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo con ella, porque solamente en su amor asombroso de su roca es que uno verdaderamente le dice cuanto lo ama a Él hoy y por siempre.


    De otro modo, tú siempre fallaras en conocer, como tú puedes amar a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo: porque una vez bautizado en agua, entonces la roca de salvación derrama sobre ti su amor infalible junto con otras
    bendiciones, integrándose en tu diario vivir, llenando así la gloria celestial con amor para nuestro Padre celestial cada día y continuamente. De seguro, bautizado en agua, invocando la perfecta de su santo nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu
    Santo, entonces, tú caminaras con Él y con su Espíritu Santo en Canaán, porque ahora su roca de salvación es parte de tu diario vivir: amándole, sirviéndole y alabándole a Él y su santo nombre fuegos con perfecto amor siempre por una eternidad,
    empezando ahora contigo.


    Actualmente, este es el único camino, por el cual tú entras a la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial junto con tus amados, vecinos y amistades, y esto es por el bautismo en agua para recibir la roca de salvación y sus abundantes bendiciones
    de amor, gozo, felicidad y otras bendiciones importantes para amar, servir y adorar su santo nombre fuegos en Canaán siempre. Ciertamente, tú sólo podrás estar en Canaán con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, bautizado,
    como en tu bañera hogareña, llena de agua, porque emergiendo del agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, entonces, tú integrado serás a Isaac, en donde tu vida perfecta de amor, gozos, prosperidad, paz y alegrías interminables está
    escrita en él por ti perpetuamente.


    Sin embargo, el Satanismo sigue allí, como desde el comienzo, que nuestro Padre celestial necesita removerlo de Canaán, y así, Él bendecir toda la tierra entera, porque su Hijo Jesucristo nació como Isaac en ella, entonces, sus hijos crecerán en la
    carne sagrada, en donde Él crece poderosamente en medio de ellos, para ser uno con todos sus hijos en Canaán, para siempre. Ya que, el Satanismo está allí para que tú no seas bautizado en agua jamás, invocando la perfecta santidad de su nombre, su
    Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, perdiendo así tú a Canaán enteramente, en donde su perfecta voluntad por ti, los tuyos, vecinos y amistades está escrita ya, y así, vivirla: amándote a ti en la tierra y en el cielo siempre.


    Amorosamente, tú has sido llamado a renacer en la carne sagrada de Isaac, bautizándote en agua, integrándote así a la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial, en donde Él mismo crecerá como un gigante en Canaán y en tu diario vivir por amor a
    familias de las naciones, finalmente para que todos vean su gloria antes de Él descender físicamente a Canaán, para siempre. Legalmente, así es como nuestro Padre celestial necesita descender hacia Canaán junto con su Espíritu Santo y sus huestes
    angelicales, porque con los hijos de Abraham, bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, Él crecerá poderosamente en Israel y en Canaán, que Satanás no podrá quedarse más en
    su tierra santa.


    Es decir, que con nuestro Padre celestial creciendo en ti, tus amados, vecinos y amistades, porque tú te habrás bautizado en agua, como en la bañera familiar, invocando la perfecta santidad de su nombre todopoderoso, que está en Canaán eternamente
    glorificado en su cruz, entonces, Él crecerá grandemente, empujando a Satanás y su gente de corazón malvado fuera de Canaán para siempre. En otras palabras, con todo Israel moderno, bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre,
    como el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacobo, entonces, ellos estarán viviendo en su perfecta voluntad con Él en Canaán, en donde Él crecerá en todo Israel como un gigante, haciendo así que sus enemigos abandonen a Canaán, para
    siempre.


    Aquí es cuando, Canaán finalmente será liberada de Satanás y de sus siervos de corazón malvado, que usan la hechicería en contra de Israel y del pueblo judío, engañándolos, robándoles y destruyéndolos a ellos, porque el Satanismo entró a Cana
    n para robar, matar y destruir, sin embargo, con nuestro Padre celestial creciendo en Canaán, entonces el Satanismo desaparecerá pronto y para siempre. Esto significa, que nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con las
    huestes angelicales crecerán grandemente en Israel y por todo Canaán, bendiciendo así a cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, bautizados ya en agua, invocando su santo nombre todopoderoso sobre ellos mismos en sus tierras
    natales, por toda la tierra.


    Presentemente, nuestro Padre celestial necesita crecer ya en Canaán junto con toda la casa de Israel, pero igualmente, con cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, y así, Él no solamente tener control de sus hijos de la
    humanidad entera, pero también, Él podrá físicamente descender a Canaán, quedándose, como el único Rey de toda la tierra finalmente. Empero, primeramente, nuestro Padre celestial junto con su Espíritu Santo y con sus huestes angelicales necesita
    crecer en Canaán, cuando Israel esté bautizado en agua junto con las familias de las naciones, porque con Él creciendo en Canaán por poderes del Juramento a Isaac, como su naturaleza divina y su voluntad perfecta en la tierra, entonces, Él descender
    , quedándose contigo en su dulce hogar infinitamente.


    Es decir, que nuestro Padre celestial físicamente descenderá con sus huestes angelicales en sus millares junto con cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, bautizados ya, complaciendo con toda verdad y justicia en Canaán, y
    así, todos ellos vivan su perfecta voluntad en su vida eterna con Él en toda su nueva tierra, para siempre. Visto que, nuestro Padre celestial necesita reinar, como Rey de Israel en todo Canaán, pero igualmente, con todas las familias de las naciones
    renacidas del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, Él mismo vivir su voluntad perfecta con ellos, conquistando nuevas glorias nunca vistas antes para su nuevo reino.


    Ya que, estas son glorias, poderes y riquezas insondables de su corazón santísimo, que nuestro Padre celestial necesita manifestar en cada vida de sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, pero todo esto empieza en Canaán contigo, porque
    es la tierra de su voluntad perfecta, gozándose de riquezas de su corazón santísimo con todos sus hijos por una eternidad entera. Por ende, fue importante para nuestro Padre celestial tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril
    de Sara, por el Espíritu Santo, y así, Él tener la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria en Canaán, manifestando así su voluntad perfecta con sus hijos, pero igualmente, crecer mucho entre ellos, enriqueciendo la tierra
    entera cada día y siempre.


    Considerando que, nuestro Padre celestial no solamente es la riqueza que hace a Canaán la tierra más rica de toda la tierra, pero igualmente, Él es la riqueza de cada familia de las naciones, porque sólo Él es el que necesita crecer en ti, enriqueci
    ndote a ti junto con todos tus amados y en tu tierra natal igualmente. Actualmente, es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial de llenar la tierra entera con su gloria, confiada ya no solamente a Abraham, pero igualmente a sus hijos prometidos
    viviendo en generaciones futuras, porque ellos nacen con poderes del Juramento a Isaac, que es su vida eterna junto con sus Diez Mandamientos en su estado virgen, cubriendo la tierra entera con santidad perfecta eternamente.


    Ya que, nuestro Padre celestial necesita a cada hombre, mujer, niño y niña que lo amen, sirviéndole y glorificándolo a Él y su santo nombre fuegos, que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en Canaán, y así, ellos sean conocidos en la gloria
    celestial por sus huestes angelicales antes de ascender en sus últimos días a su nuevo reino eternamente enriquecidos. Dado que, nuestro Padre celestial no solamente estará recogiendo a sus hijos de todo Israel, pero igualmente, de las familias de las
    naciones, cuando ellos son renacidos del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque: Él está listo para descender a Canaán con todo el reino angelical, quedándose para siempre con
    todos nosotros.


    Visto que, Canaán no solamente es la tierra que nuestro Padre celestial ha escogido para vivir con su Hijo Jesucristo junto con su Espíritu Santo y cada hombre, mujer, niño y niña, renacido del bautismo en agua, pero igualmente, Él está listo para
    hacer que sus huestes angelicales desciendan con La Nueva Jerusalén celestial, estableciéndola en Canaán perpetuamente junto con su Templo. Verdaderamente, esta es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial, que no solamente sus hijos de Israel y
    de las naciones sean salvadas, bautizándose en agua, invocando la perfecta voluntad de su santo nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, sus ciudades, como el paraíso, La Nueva Jerusalén celestial junto con su Templo,
    desciendan a Canaán, quedándose con nosotros perpetuamente.


    Sin embargo, para que esto suceda, entonces, nuestro Padre celestial tiene que haber tenido ya todo el Satanismo removido de Canaán, porque ellos son todo el peso del infierno tormentoso en tierra santa, bloqueando cada bendición conquistada de muchas
    generaciones hasta hoy, que te pertenecen a ti junto con todos los demás bautizados en agua y viviendo en Canaán ya con el Padre. Ya que, nuestro Padre celestial ha dicho en su palabra escrita, que no está supuesto haber enfermos ni pobres en Israel,
    porque Él ha hecho que nazcan en la carne sagrada de Isaac junto con su vida eterna y sus mandamientos en su estado virgen, llenando la tierra entera con su poder, pero todo Israel tiene que bautizarse para que esto suceda así.


    Es decir, que tú tienes que bautizarte en agua, viviendo en la carne sagrada de Isaac, en donde nuestro Padre celestial te ha enriquecido ya con su Juramento a Isaac, declarándote a ti justo, perfecto y santísimo, así como Él es, y así, tú vivas
    tu vida enriquecida sin jamás conocer enfermedades, pobreza ni muerte, pero únicamente su misma vida eterna, amándote a ti siempre. Considerando que, nuestro Padre celestial necesita crecer poderosamente en toda la casa de Israel y en Canaán de hoy
    en día, porque su Juramento fue derramado sobre la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria de Isaac sobre el monte Sion, descansando sobre el Moria, haciéndonos su perfecta voluntad instantáneamente en nuestras tierras natales,
    y sólo cuando nos bautizamos en agua.


    Por cuanto, nuestro Padre celestial necesita crecer en poderes del Juramento a Isaac, así como su Hijo Jesucristo nacido de la hija virgen de David en Canaán, creciendo únicamente para destruir el pecado, pero igualmente a Satanás, los ángeles caí
    dos y la muerte, finalmente ser clavado a su cruz, que es todo Israel antiguo con la humanidad entera, declarándolos así santos y perfectos para siempre. Ya que, fue la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial en Canaán, que su Hijo Jesucristo
    viviese victorioso en contra de Satanás, los ángeles caídos y la muerte, entonces, él necesitaba transferir sus victorias a Israel antiguo yaciendo en el Valle de los huesos secos, volviendo a vivir nuevamente, celebrando así el Sábado, La Pascua y
    finalmente vieron al SEÑOR en el Tercer Día.



    Aquí es cuando: Nuestro Padre celestial finalmente vio la casa de Israel, que se había vuelto huesos en el Valle de los huesos secos, perfectos y santos, así como Él siempre lo ha sido en la gloria celestial ante su Hijo Jesucristo, su Espíritu
    Santo y sus huestes angelicales junto con cada hombre, mujer, niño y niña, bautizado y salvado ya perpetuamente. Ya que, nuestro Padre celestial vio a su Hijo Jesucristo clavado a su cruz, como Israel antiguo con familias de las naciones del pasado y
    del futuro, convertidos en una semilla debajo de Canaán, plantada por su diestra en tierra santa, renaciendo así en su nueva tierra, su reino eterno de su amor interminable, y así, ellos vivan con Él eternamente amados finalmente.


    Ciertamente, en este día, nuestro Padre celestial no solamente quitó el pecado de toda la tierra, cuando su Hijo Jesucristo fue clavado a su cruz, que es todo Israel antiguo junto con la humanidad entera del pasado y del futuro para vivir riquezas sin
    fin por muchas generaciones, pero igualmente, Él vio perfección, poderes y santidad infinita por todo Canaán y la tierra entera. Puesto que, toda la casa de Israel nació para ver al SEÑOR en el Tercer Día, pero igualmente, ellos estaban listos para
    vivir con las familias la vida eterna en Canaán, y así, ellos crezcan con Él en la carne sagrada de Isaac, y llena del Espíritu Santo, porque el Juramento a Isaac cubrirá todas las naciones con gloria sin fin postreramente.


    Definitivamente: Nuestro Padre celestial crecerá ahora con todo Israel, bautizado ya en agua, porque invocaron la santidad perfecta de su santo nombre: como el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacobo, por ende, Él puede crecer como un
    gigante, como Padre y Rey de Israel, expandiendo así su gloria hacia las naciones de la tierra entera finalmente. Realmente, con su Hijo Jesucristo nacido en Canaán de la hija virgen de David para ejecutar su obra maravillosa, destruyendo a Satanás y
    el pecado emanando de su corazón malvado hacia las familias de las naciones, entonces, nuestro Padre crecerá, cubriendo cada hombre, mujer, niño y niña, como si Él estuviere clavado a ellos con su perfecta voluntad—enriqueciéndolos grandemente a
    todos ellos instantáneamente.


    Ya que, nuestro Padre celestial crecerá en Israel, viviendo ahora en la carne sagrada que jamás ha abandonado Canaán, creciendo Él hacía cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones, convirtiéndose en una sola cosa con todos ellos, así como
    su Hijo Jesucristo se tornó en uno solo madero con Israel antiguo y con las naciones en la cruz, enriqueciéndolos con perfecta salvación últimamente. Por ende, nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo naciendo en Canaán del vientre estéril
    de Sara, por poderes del Espíritu Santo, para que él viva su vida eterna con Abraham, pero igualmente, con sus hijos prometidos viviendo en generaciones venideras, viviendo así cada día su voluntad perfecta sin jamás conocer el pecado, porque Isaac
    jamás ha abandonado Canaán hasta nuestros días.


    Verdaderamente, nuestro Señor Jesucristo nació del vientre estéril de Sara como Isaac, por el Espíritu Santo, para vivir únicamente en Canaán sin salir jamás a ningún otro país, porque: solamente él es la carne sagrada y la sangre expiatoria
    para con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las naciones, bautizados en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre todopoderoso. Así es como: Nuestro Padre celestial conecta a cada nación, empezando con Israel, bautizados en agua,
    para vivir en la carne sagrada de Isaac que solamente vive en Canaán desde siempre sin jamás salir a ningún otro país, sin embargo, las gentes bautizadas pueden seguir viviendo sus vidas eternas en la carne sagrada y en sus países natales,
    enriqueciendo así sus familias con riquezas cananeas.


    Presentemente, con Israel bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, clavado a la cruz del monte Sion, en Canaán, entonces, nuestro Padre celestial crecerá hacia las gentes que no lo aman para que lo amen a Él, su santo nombre
    fuegos, además, ellos jamás fallaran en cumplir sus mandamientos otra vez, entregándoles así su Juramento a Isaac: declarándolos justos y santos perpetuamente. Es decir, que nuestro Padre celestial descenderá hacia cada hombre, mujer, niño y niña
    de todas las familias de las naciones, integrándose en la vida cotidiana de cada uno de ellos, así como su Hijo Jesucristo fue clavado a Israel y la humanidad entera, y así, Él vio a Israel y las naciones perfectamente santas, y los bendijo
    poderosamente al fin perpetuamente.


    Esto es algo que nuestro Padre celestial necesita hacer con Israel, bautizado en agua, invocándolo a Él, como el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacobo, y así, Él crecer como Rey de los Judíos, convirtiéndose así en Rey de cada naci
    n bautizada en agua, en la carne de Isaac que jamás salió de su presencia santísima hasta hoy. Ciertamente, es el Hijo de nuestro Padre celestial, Jesucristo, nacido como Isaac sobre la tierra del vientre estéril de Sara, que jamás ha abandonado su
    presencia santísima, como el Juramento a Isaac o su SHEKINAH gloria, pero igualmente, él siempre ha vivido en Canaán por ti, en donde su perfecta voluntad es ejecutada, como en el paraíso y como en La Nueva Jerusalén celestial.


    Considerando que, nuestro Padre celestial necesita a cada uno de Israel y de las naciones, viviendo en la carne sagrada de Isaac en sus hogares y en sus tierras natales igualmente, porque Él necesita llevar las riquezas de Canaán hacia ellos,
    bendiciendo así no solamente sus tierras, pero igualmente, cada familia y hasta que sean redimidas del pecado, muerte y del infierno para siempre. Ya que, nuestro Padre celestial necesita llevar personalmente cada bendición, que Él mismo ha traído
    con Él en su corazón santísimo a cada hijo suyo de Israel y de las familias de las naciones, y así, ellos vivan una vida enriquecida, en donde ellos conocerán únicamente su voluntad perfecta, que es enriquecerlos más allá de todo entendimiento
    humano, empezando contigo ahora mismo.


    Visto que, las familias de las naciones, empezando con Israel, necesitan ser enriquecidas no solamente de riquezas del mundo entero, pero principalmente de riquezas traídas por Él a Canaán ya, porque sus riquezas, poderes, glorias y honores ú
    nicamente pueden ser vividas en ti en la carne sagrada de Isaac, en donde Él crecerá con nosotros, como tú y yo junto con sus ángeles santísimos. Entendiendo que, al enriquecer nuestro Padre celestial a Canaán junto con todo Israel, entonces, Él
    enriquecerá cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones, porque Él necesita llenar la tierra entera con la carne sagrada de Isaac, que recibe sus riquezas cotidianas de la gloria celestial en Canaán, gozándolas todas ellas tú junto con tus
    amados, vecinos y amistades en tu tierra natal.


    Definitivamente, nuestro Padre celestial tiene que crecer en Canaán junto con todo Israel, y esto es algo que Él necesitaba hacer desde el inicio, pero, porque Israel continuaba fallando en renacer del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad
    de su nombre, entonces, Satanás con su gente ha estado siempre al lado de ellos, y así, ellos continúen fallando al no bautizarse en agua. Realmente, si Israel falla al no bautizarse en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, entonces,
    ellos jamás podrán renacer en la carne sagrada de Isaac y de Canaán, en donde Él no solamente ha derramado todo su corazón santísimo, pero igualmente, Él fallara al no poder vivir con ellos con sus riquezas asombrosas, que lo han hecho a Él
    siempre grandioso en toda su Creación.


    Es decir, también que: si nuestro Padre celestial puede vivir contigo en Canaán junto con tus amados, vecinos y amistades de alrededor del mundo entero, porque tú te habrás bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, entonces, Él
    puede vivir contigo y con sus riquezas cotidianas de Canaán en tu casa, enriqueciendo así tu tierra natal con grandes poderes de siempre. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial podrá bendecir tus escuelas, colegios, universidades, hospitales, clí
    nicas, toda clase de negocios, compañías e industrias, incrementando así la economía de las naciones, tornando las familias muy ricas—porque Él los necesita a todos ellos enriquecidos con riquezas de Canaán: amándole, sirviéndole y alabándole
    a Él y su santo nombre fuegos toda una vida eterna.


    Seguramente, nuestro Padre celestial no solamente vivirá su vida eterna contigo, tus amados, vecinos y amistades de tu hogar, bendiciendo tu tierra natal junto con sus familias y lo que les pertenece a ellos, para que sean ellos enriquecidos finalmente
    viviendo en su paraíso ya con ciudades hermosas por todas sus tierras—y sólo porque Él es Dios Todopoderoso—Él lo hará así contigo prontamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial es un Dios Todopoderoso en la gloria angelical y sobre riquezas
    terrenales, pero solamente por Canaán, porque allí su Hijo Jesucristo nació como Isaac y con su carne sagrada de cada hombre, mujer, niño y niña de la humanidad entera, y así, ellos vivan con Él sus riquezas asombrosas de la gloria celestial en
    sus hogares, como en sus tierras natales.


    Esto significa, que nuestro Padre celestial está creciendo ahora mismo en Canaán, porque Israel está bautizado junto contigo desde tu tierra natal, entonces, tú vivirás con Él, su Espíritu Santo y sus huestes angelicales en la carne sagrada de
    Isaac, llena de su voluntad perfecta, y así, tú jamás perderás una sola bendición hasta que entres últimamente a su gloria angelical, eternamente enriquecido por siempre. Así es como: nuestro Padre celestial será clavado a ti, así como su Hijo
    Jesucristo lo fue sobre la cruz del monte Sion, en Canaán, no solamente transfiriendo sus victorias, poderes y glorias conquistadas en contra Satanás y de sus secuaces, pero igualmente, transferir riquezas de la gloria celestial, que están en Canaán
    hoy, y así, tú gozarlas siempre, empezando ahora con tus amados.

    Aquí es cuando. Tú serás uno solo en la vida eterna de nuestro Padre celestial, como desde donde nosotros nacimos inicialmente para vivir en la gloria celestial con Él, pero como Eva fue engañada, engañando a Adán, dándole de comer del fruto
    prohibido, contaminando a sus hijos, como tú y yo—entonces, nosotros hemos fallado en vivir su vida eterna, amándonos con riquezas cananeas desde siempre. Verdaderamente, bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, entonces, tú
    serás clavado a nuestro Padre celestial en vida eterna, que espera por ti hoy en Canaán, como la carne sagrada de Isaac para ser uno con Él, así como su Hijo Jesucristo se hizo uno con Israel antiguo y las naciones clavado a su cruz sobre el monte
    Sion, en Canaán.


    Legalmente, nuestro Padre celestial siempre ha llamado a Israel a amarlo: sirviéndole y alabándolo a Él con todo su corazón, mente, alma, vida, cuerpo y espíritu humano, y esto es el bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre,
    porque cuando ellos renacen del agua, entonces, ellos serán uno con Él en vida eterna, amándole a Él siempre, en Canaán. Dado que, para Israel amarlo divinamente: Sirviéndole y adorándole a nuestro Padre celestial y su santo nombre fuegos,
    entonces, ellos tienen que ser uno con Él en vida eterna, que es su perfecta santidad en Canaán, haciéndolos a todos ellos tan perfectos y santos, así como Él siempre lo ha sido en el cielo: amándolo, sirviéndole y adorándole a Él con perfecta
    santidad para siempre.


    Realmente, sin nuestro Padre celestial en tu vida, entonces, tú fallaras en amar: sirviéndole y adorándole a Él y su santo nombre fuegos, así como inicialmente fuimos llamados a amar, sirviéndole y adorándole a Él con Él mismo viviendo con
    nosotros en vida eterna, vida que tú recibes bautizado en agua, para entrar a su Juramento a Isaac, eternamente enriquecido en tu tierra natal. Mejor dicho, nuestro Padre celestial ha estado llamando a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel desde
    el inicio para amar: sirviéndole y adorándole a Él y su santo nombre fuegos sobre su altar, clavados a Él como uno solo en el Juramento a Isaac, que tú recibes únicamente bautizado en agua, entrando así a Canaán eternamente enriquecido,
    enriqueciendo familias de tu nación siempre.



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