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    Algunos historiadores cristianos como Clemente de Roma y Eusebio confirman que San Pablo y otros Apóstoles visitaron las Islas Británicas. Lo cierto es que no fue sino hasta el s. XII cuando la Cristiandad Céltica fue puesta de acuerdo con los usos
    del Cristianismo Romano. Se cuenta que la antigua Iglesia Británica poseía una profunda y mística forma de cristianismo derivada de fuentes orientales provenientes de los Esenios, quienes estaban muy vinculados a Jesús por haber sido uno de sus
    miembros. Además de los sacramentos cristianos se practicaban ritos de línea Mitraica, también usados por los Esenios y puede que haya habido alguna sucesión de Misterios Judíos, no vinculados con los Colegios Romanos. Estas varias líneas de
    tradición fueron retocadas con los locales Misterios Druidas. Así los Culdeos de York amalgamaron el misticismo cristiano con los ritos nativos, eslabonándolos a la Masonería Moderna.



    Los caballeros Templarios

    La Orden de los Caballeros Templarios, llamada también los Caballeros Pobres de Cristo y del Templo del Rey Salmón, fue fundada en 1.118 por Hugues de Payes Caballero de Borgoña y Godfroid de San Omer Caballero del Norte de Francia, con el fin de
    proteger a los peregrinos en Tierra Santa. La Orden del Temple aparece como referencia inevitable en la historia del esoterismo occidental. En efecto el mito ha superado la realidad histórica y religiosa, la leyenda lo ha llevado sobre la veracidad de
    los hechos y este perdurará sobre todo en la Francmasonería Templaría del s. XVIII. Para el s. XIII la Orden estaba en su máximo esplendor, se cree que eran unos 20.000 caballeros diseminados por toda Europa y el cercano Oriente.

    Un aspecto importante acerca del esoterismo lo constituía la Tierra Santa, mas entidades físico-geográficas eran entidades espirituales, los lugares Santos eran la expresión del microcosmos humano, de una iniciación mística y de una revelación, en
    tanto Jerusalén representa un centro donde el cielo y la tierra se encuentran. Es cosa conocida que los Templarios formaban una rama de Gnosticismo y que habían adoptado las doctrinas de los Ofitas, un símbolo común en sus ceremonias era una cabeza
    barbuda que representaba al Dios eterno y creador, y que llamaban Baphometus o Bafomet, palabra griega que significa Bautismo de Sabiduría. Todo el simbolismo de la Orden evoca la doble noción temporal espiritual, el famoso Beauseant o pendón de
    guerra era mitad blanco para figurar la lealtad a los amigos, y mitad negro para el terror de los enemigos. La cruz de ocho puntas sobre el manto blanco, agregaba a la significación de la cruz, el simbolismo mediador de número ocho, y se unía al
    blanco del Conocimiento y al rojo del Santo Amor, invocado en su grito de guerra.

    La iniciación templaria constaba de tres grados: Novicio, Caballero y Profeso. En el año de 1.307 la Orden fue suprimida y todos sus miembros arrestados y muchos ajusticiados por la Inquisición. La destrucción de la Orden del Templo no significó el
    final de los misterios, algunos Templarios franceses se refugiaron con sus hermanos del Templo de Escocia, donde el mandato de disolución de la Orden no llegó a promulgarse, y en ese país sus tradiciones llegaron a fundirse con los antiguos ritos
    celtas de Heredón formando así una de las corrientes que dará origen al Rito Escocés.

    La Camaradería

    Otra sobrevivencia de los Colegios fue la Camaradería Francesa o Compañerismo en francés Compagnonnage, con este nombre se conoce a ciertas organizaciones místicas formadas entre obreros del mismo oficio, cuyo objeto es proporcionarse ayuda mutua. El
    término apareció hacia el s. XII, en las corporaciones de obreros; estos para proteger el arte de su trabajo percibieron la necesidad de formar entre sus miembros confraternidades, cuya protección debía acompañarlos en sus excursiones laboriosas, y
    proporcionarles ayuda fraternal y empleo en las ciudades desconocidas. Los Compagnons de la Tour, tienen sus leyendas y al igual que los Francmasones hacen llegar su origen al Templo de Salomón, existen tres líneas en el Compañerismo cada una de ellas
    basadas en un precursor diferente: la más antigua era la de Los Hijos de Salomón originalmente compuesta por constructores de piedra (Stonemasons) solamente; la segunda la de los Hijos de Maitre Jacque (Maestro Santiago) quienes admitían miembros de
    otros oficios como talabarteros, afiladores, zapateros, sastres; y la tercera seguía a Maitre Soubise originalmente formada por carpinteros.

    Las tres corrientes estaban organizadas de acuerdo al grado de conocimiento de sus miembros en: Aprendices, Compañeros y Maestros. Tenían un sistema de iniciación y para alcanzar un grado superior debía presentar un examen o revelación del
    conocimiento de su oficio, para ellos el Templo de Salomón era la cumbre de la sabiduría y consideraban que los maestros que habían intervenido en su construcción eran iniciados por la Divinidad.



    La Masonería y el arte simbólico

    El primer sentido es aquel que corresponde con la presentación exterior de determinada enseñanza o Doctrina. En la Masonería esta presentación consiste en símbolos, ceremonias y alegorías que caracterizan a la Orden; en la religión constituye los
    dogmas, ceremonias y obligaciones exteriores; en la Ciencia está representada por la observación analítica que nos familiariza con las propiedades exteriores de las cosas; en el Arte indica aquel conjunto de reglas y cánones que forman la veste
    exterior y la técnica del artista. Esta es la letra que de ordinario se escribe.

    Únicamente por medio del esfuerzo personal, con el estudio, la reflexión y la aplicación individual, puede uno llegar al sentido esotérico de la verdad, a la Doctrina Interior que se oculta en el simbolismo y en las formas externas. Esta Doctrina
    Interior es el verdadero secreto masónico: el místico o secreto entendimiento de la Verdad presentada exteriormente en las alegorías de la construcción y de sus instrumentos. Esta segunda letra no puede, por lo tanto, escribirse, y tampoco la
    siguiente, que únicamente puede recibirse por el hecho de poseer la segunda.

    Los tres años del Aprendiz y los tres pasos de su marcha, en recuerdo de los tres viajes de la iniciación, son evidentemente el símbolo del triple período que marcará las etapas de su estudio y de su progreso.



    Símbolos.

    Los símbolos pueden componerse de información realista, extraída del entorno, fácil de reconocer, o también por formas, tonos, colores, texturas..., elementos visuales básicos que no guardan similitud con los objetos del entorno natural. No poseen
    ningún significado, excepto el que se les asigna. Existen muchas formas de clasificar los símbolos; pueden ser simples o complejos, obvios u oscuros, eficaces o inútiles. Su valor se puede determinar hasta donde penetra la mente en términos de
    reconocimiento y recuerdo.

    El método iniciático se basa en diversos principios, de los cuales, por ahora, destacaremos uno, la sustitución analógica. Desde el primer momento del proceso iniciático el neófito es puesto en contacto con los símbolos y los ritos. Los símbolos
    son signos con una carga afectiva que pueden conectarse tanto con el consciente como el inconsciente del sujeto que los contempla o los reproduce.

    El que se inicia podrá ir descubriendo gradualmente, mediante analogías, las resonancias internas y tomas de conciencia que en él produce el símbolo. Este proceso, despojado del ritual, es en esencia el usado por la psicoterapia moderna para
    despertar aspectos dormidos o traumados de la psiquis (Conmoción del Individuo).

    Pasando a un ejemplo, tomado de la masonería, los restos óseos humanos de la Cámara de Reflexión podrán evocar diversos conceptos. Uno de ellos sería la transitoriedad de la existencia humana individual. Otro, la verdad desnuda, despojada de los
    ropajes con que los recubre la cultura o hipocresía humanas. Otro, la caída de las ilusiones y el enfrentamiento de sí mismo.

    El símbolo fue y es depósito de saber y sabiduría; semilla y polen para la cercana cosecha; germen y principio para desparramar enseñanza hacia las generaciones que se anuncien.

    Está implícito en el quehacer humano; casi no hay actividad en que el símbolo no tenga papel destacado, volviendo tangibles y representativas las, ideas, las emociones y sentimientos, en un otro limitado que incluye la personalidad individual y los
    perfiles sociales; los rasgos culturales y los estudios de su desarrollo.

    Es potencialmente rico en normas tendientes a dirigir la conducta, debido a que es decantación de experiencias. En el símbolo Interesa más lo conceptual que su vestidura superficial. Su figura manifiesta no es más que el vehículo para la comunicació
    n colectiva de una actitud vital que no siempre logra trasmitirse de modo explícito.

    El símbolo representa una síntesis, un resumen de conocimientos, de ideales y de propósitos. Generaliza lo que las palabras especifican y aunque no tiene una substancia determinada, fija o invariable, puede ser explicado desde diversos ángulos, dando
    origen a valoraciones diferentes, pero semejantes en el fondo.

    En el símbolo yacen dos naturalezas. La idea que sobrelleva el ideal que encarna y el medio exterior, con que se manifiesta en el mundo material. Para entrar derechamente en el símbolo hace falta el corazón que favorece la práctica de la
    fraternidad.

    La palabra que nace del corazón y llega al corazón comunica realmente.

    El Mito

    Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Al conjunto de los mitos de una cultura se le denomina mitología. Cuanto mayor número de mitos y mayor complejidad tiene una
    mitología, mayor es el desarrollo de las creencias de una comunidad. La mitología sustenta la cosmovisión de un pueblo.

    En la iniciación masónica del Primer Grado no es utilizado un mito en particular, pero sí están incorporados los elementos tradicionales que estructuran un mito: un héroe (el recipiendario) que realiza un viaje (el proceso de iniciación) y que pasa
    por etapas diferentes.

    Estas etapas son la separación del mundo que conoces (la partida), los viajes que realiza (las pruebas) y el retorno (el nacer)

    La anulación de la vista y el encierro en la Cámara de Reflexión representan la separación. Por su parte, las pruebas de los Cuatro Elementos representan los trabajos o desafíos que deben ser superados para lograr la salvación. El reencuentro final
    con los hermanos de logia y la recuperación de la visión representan el rescate de lo exterior y el derecho a vivir en dos mundos: el interno y el cotidiano, el consciente y el inconsciente, el intuitivo y el lógico, el masónico y el profano.

    El Rito

    Un rito es un acto religioso o ceremonial repetido invariablemente en cada comunidad cultural. Los ritos son las celebraciones de los mitos; por tanto, no se pueden entender separadamente de ellos. Tienen un carácter simbólico, expresión del contenido
    de los mitos. La celebración de los ritos (ritual) puede consistir en fiestas y ceremonias, de carácter más o menos solemne, según pautas que establece la tradición o la autoridad religiosa o de la organización correspondiente.

    El viaje y los elementos

    En toda iniciación el recipiendario es estimulado y guiado a realizar varios viajes donde debe demostrar, tal como se hacía en la antigüedad, que puede controlar los elementos conocidos como agua, viento y fuego, para luego ser iniciado. Esto en aquel
    entonces, no era tarea fácil, ¿por qué entonces se sometían a los riesgos que estos viajes implicaban? En la antigüedad, así como hoy, el dominio propio así como obtener la luz del conocimiento, era lo más importante para poder ejercer el poder y,
    esto solo era privilegio de pocos. Así el hombre debía demostrar su capacidad meritoria de recibir dicha luz. En la antigüedad los viajes resultaban sumamente peligrosos y podía perderse la salud o la vida pero si lograba su cometido, era seguro que
    sería aceptado en el círculo misterioso de los sabios. Hoy en día no es tan difícil y se realizan solo de manera simbólica; sin embargo, su significado no ha sido bien aprendido por muchos a internalizarlo como enseñanza de vida.

    Primer Viaje (El Cuarto de Reflexión) Elemento Tierra

    Es el desafío preliminar, previo al viaje propiamente tal y está representada por el cuarto de reflexiones en las profundidades de la Cámara. La estadía en la Cámara hace tener presente la alegoría de la caverna de las ideas de Platón, la lucha
    por conseguir la anamnesis o recuerdo de sí. Recordarse de sí mismo, tomar conciencia de sí, focalizar la atención para llegar al contacto íntimo, meditar, son sinónimos de la exigencia diaria de cada masón para pasar a ser un hombre integrado
    espiritualmente.

    El encierro del cual es objeto el recipiendario en la Cámara de Reflexiones, le posibilita entrar en el más profundo de los silencios que contrasta con un mundo cotidiano caracterizado por el exceso de ruidos. En este espacio es donde el recipiendario,
    comienza su conocimiento iniciático, caracterizado, no por la teorización a la que estamos acostumbrados, sino por la reflexión y confrontación del yo con yo, en lo más profundo del autoconocimiento interior. Es por eso que valorar la experiencia
    iniciática de la Cámara de Reflexiones, permite al neófito, transformar su relación, con él mismo, con su entorno, con los demás y con el G:.A:.D:.U:.

    Segundo Viaje – Elemento Aire

    Este elemento está asociado comúnmente a los pensamientos y emociones, y como ente interventor en esta fase de purificación del recipiendario, agudiza las sensaciones e ideas llevándolas a la calma como la suave brisa de verano hasta un vendaval de
    invierno y viceversa, todo esto con el fin de activar su sistema límbico el cual es responsable del control de las emociones. Esta modificación momentánea en el ser del recipiendario hace que esté dispuesto física, mental y emocionalmente, mejor
    preparado para el propósito de los viajes que aunado a la primera preparación, se tiene a un recipiendario con todo su ser dispuesto y activado a la captación y aprendizaje.

    Además en el esoterismo el aire está representado por el color blanco, símbolo de bondad, inocencia, pureza e iluminación; ahora analicemos lo que significa para el recipiendario proveniente de un viaje anterior al centro de la tierra, que el
    siguiente viaje represente características tan nobles, sutiles y sensibles como las que representa el color blanco, la bondad, inocencia y pureza son característicos de la esencia de cada persona al nacer, y en este caso es característico del
    recipiendario que muere y nace simbólicamente en la cámara de las reflexiones, para ir en búsqueda eterna de esa otra característica del color blanco que es la iluminación, quizás sea esta la razón que el elemento aire sea el primer viaje de
    purificación realizado luego del elemento tierra. Se dice que dominar al aire, representa el nacimiento de ideas nobles y sociales del hombre, separándolo de los impulsos animales.

    Tercer Viaje – Elemento Agua

    Representa una segunda forma de limpiarse de aquello que no fue capaz de erradicarse por el Aire. Es una invitación a serenar nuestras emociones y sentimientos, a dejar fluir sin atarnos a las pasiones, ni a los prejuicios ni a las odiosidades. Es la
    limpieza de la afectividad. Dominar el agua significa que se inicia en el dominio de la razón y el uso debido de la voluntad, la lucha entre la verdad y el error. El paso de la ilusión a la realidad.

    Cuarto Viaje – Elemento Fuego

    Representa la energía interior que podrá ser canalizada en forma creadora, debido a que antes se han armonizado las ideas y las emociones. Por tanto, la energía interior está en condiciones de conectar con la Energía Universal representada por el
    fuego del Sol. El ciclo de las pruebas y elementos se cierra, permitiéndose al recipiendario recuperar la visión después de habérsele recordado su deber de caridad y hacérsele jurar el compromiso solemne del secreto. Dominar el fuego indicaría el
    paso de las tinieblas que lo mantenían sometido a la superstición, el fanatismo, la ignorancia y el dominio de su ser por las pasiones a un estado de luz.

    Desde el cuarto de reflexiones hasta el tercer viaje el recipiendario se enfrenta a los cuatro elementos, pudiendo éstos, ser vistos como la fuente de caracteres negativos básicos. El Rabí Jaim Vital lo expresa de la siguiente manera:

    “El aire es la fuente de la palabra vana. La tendencia a hablar acerca de temas sin valor. También se refiere al habla prohibida: la adulación, la mentira, la calumnia y la burla. El aire es también la fuente de la vanidad”

    “El agua trae placer. Del agua proviene el impulso de todas las clases de deseos. También produce celos y envidias, llevando al comportamiento deshonesto y al robo”

    “El fuego es la fuente de la arrogancia, de aquel que se ve a si mismo como por sobre los demás. Es también la fuente de la ira. La ira y la arrogancia llevan a la irritabilidad y al deseo de poder y honor”

    “la tierra denota pereza y depresión. Aquel dominado por los aspectos materiales tierra se queja de su suerte y nunca está satisfecho con lo que tiene”. El maestro sufí Al-Yahir citado por Coelho nos muestra otra forma de ver los significados de
    los elementos: se podrá sacar otra enseñanza, tal como dice:

    “La tierra recibe las impurezas y las transforma en abono fertilizando el campo”

    “El agua se limpia a sí misma y limpia todo lo que toca”

    “El viento esparce semillas sobre la tierra, aviva el fuego y empuja las nubes al lugar donde se necesitan para que llueve y riegue la tierra”

    “El fuego quema y purifica”

    De tal manera que el concepto de la piedra bruta nos enseña a sacar lo bueno de lo malo como enseñó Pablo de Tarso a su discípulo Timoteo, “escudríñalo todo, saca lo bueno y desecha lo malo”, lo que no es provechoso; entonces, si se interactúa
    con los elementos de cada viaje, de la manera más concienzuda y razonada posible se podrá decir que se inició en el camino de la Luz masónica por medio del conocimiento de la interacción del conocimiento del bien y del mal y el porqué de la
    inclinación natural al bien o al mal, para escoger el camino a la perfección.



    Del Iniciado

    Será aquel que aprenda a vivir adecuadamente en el plano sustantivo de lo racional, poseyendo la capacidad de situarse también adecuadamente en el plano espiritual. Es decir, quien llegue a desarrollar su capacidad moral, mediante la potenciación del
    conjunto de lo que llamamos convencionalmente virtudes humadas, de tal forma que permanezca constantemente consciente de la polivalencia e inestabilidad de las formas materiales que percibe. A ello puede conducir lo que llamamos simbolismo o método simb
    lico de aprendizaje.

    El Mason simbólico también se propone en construir. Construir primeramente su propio Templo Interior, usando como materiales sus conceptos de las cosas, buscado aproximarse cuanto pueda a lo verdadero, es decir, a aquello que, en cada caso, presente
    una correspondencia más evidente con valores humanos de aplicación universal.

    Hemos dicho que la iniciación entraña una muerte y una resurrección. Lo que percibimos del mundo, sin educar la mirada con la que contemplamos, nos avoca a un relativismo intelectual. Para poder acceder al yo íntimo (la “Piedra Bruta” del masón)
    , cada uno de nosotros ha de limpiarse de las adherencias que lo envuelven y sumergirse en un nuevo paradigma cultural, acorde con lo esencial de nuestra naturaleza humana. Hemos de poder resucitar, así transformados, a una realidad que aprenderemos a
    ver de nuevo.

    La transformación que el masón desea alcanzar no le viene dada por una ceremonia, ritual de iniciación. Lo que recibe en ella es la introducción a un método de buscar, de transformarse a sí mismo con la aplicación de los símbolos que se le dan.

    Si lo aplica, estará avanzando por tal camino, pero si solamente lo escucha, no llegara a ninguna parte, aunque se llame a si mismo iniciado. El camino iniciático por el que se opta no es un fin, sino un medio.

    La Filosofía del grado, es pues, iniciática porque es profunda, ha de gestarse en la recóndita, silenciosa y secreta, impenetrable conciencia del iniciado, de cada cual, y porque es personal. Sólo el iniciado, y nadie por él puede acercarse a la
    verdad, a la virtud y a la belleza.

    El iniciado trata de aprehender la verdad confrontando a las luces del templo y a sus hermanos en general. Es la experiencia vital como parece haber sido siempre en la disciplina iniciática el vehículo para el aprendizaje individual. Y esa experiencia
    ha de trasmitirse a través de un lenguaje que es simplemente simbólico: porque es lenguaje y pertenece a la clase de los símbolos, porque es genéricamente un lenguaje simbólico, y porque, específicamente, está provisto del simbolismo de la Masoner
    a que es hermético.

    Es simbólica la filosofía iniciática, porque con su método nos muestra que, además de la apariencia de las cosas, cada cosa, no importa cuán diferente sea de las demás, un neutrino, un neutrón, un protón, un electrón, una molécula, una piedra,
    un océano, una flor, una máquina, cada cosa encierra en sí un misterio que solamente el iniciado, cada individuo, en su experiencia interna puede descubrir en parte; en parte, porque el significado del ser es infinito... No todo es manifiesto, ni todo
    lo manifiesto es verdad.



    Conclusión



    Y es así pues mis QQHH como llegamos esta noche a desglosar en parte ese significado puro de la masonería. Institución perfecta que basa sus enseñanzas en apreciaciones simbólicas íntimas de cada masón. En nuestro grado de aprendiz bajo el velo
    del silencio, se nos otorga el privilegio de observar detenidamente con cautela cada símbolo a nuestro alrededor, e ir estudiando desde afuera hacia adentro el significado del mismo aplicado a cada individuo, “VISITA INTERIORA TERRA RECTIFICANDO
    INVENIES OCCULTUM LAPIDEM” “Visita el interior de la tierra y rectificando encontraras la piedra oculta”. Si bien encontramos esta primera frase en nuestro iniciar masónico, ya comienza la enseñanza, mediante la apreciación simbólica. Solo
    haciendo un recorrido interno de lo que hemos sido podremos caminar hacia lo que seremos ahora.



    Tradición deriva del latín "tradere", que significa "dar a través", "transmitir", se revela como un arte o una ciencia de la transmisión, de la comunicación y del paso entre generaciones del saber ser y el saber hacer. la antropología define la
    tradición como la capacidad de recrear lo que ha sido, es decir de reactualizar con los medios del presente, las adquisiciones del pasado.

    La masonería entonces es poseedora de una tradición iniciática, que se traduce en un método constructivo que se ha creado, conservado y reelaborado por medio de la comprensión e internalización de una serie de conocimientos. Apreciados mediante
    simbolismo el simbolismo o la enseñanza a través de símbolos. La tradición es la cadena que nos une con nuestros orígenes, nuestro pasado y con nuestro futuro.

    Es por cuanto pues, que decimos que a nada importante se puede llegar sin la enseñanza del grado de aprendiz. Todo estudio, toda profundización en la Simbología, se relaciona directamente con lo allí aprendido. Se enseña y se pide entrega de ese
    algo guardado tan celosamente: la personalidad, aquello que hace único y diferente un hombre de otro. Conseguirla en toda su magnitud, es una tarea ardua, delicada y no exenta de dolor.


    El permanecer fieles a esa ley interna que diferencia al hombre de los demás y lo hace idéntico a sí mismo, es algo más fácil de decir que de hacer. Se aprende a concebir un Templo levantado a imagen de la conciencia de una sociedad mejor, con su
    evolución pragmática que produce un mejoramiento ético, y que da cuenta cabal del desbastamiento de la Piedra Bruta, con la voluntad y la inteligencia. Nada se obtendría, si el Iniciado, no se situara con esta enseñanza en el lugar que le
    corresponde en esta evolución continua del ser.



    “Estamos viviendo un momento histórico en el que científica e intelectualmente el hombre es un gigante, pero moralmente es un pigmeo”.

    – Q:. H:. Mario Moreno Cantinflas
    El domingo, 1 de noviembre de 2009, 18:25:28 (UTC-6), LvX-illuminati escribió:
    La Masonería Iniciática

    La masonería es la parte más profunda de la tradición esotérica iniciática, es la
    verdad oculta reservada solamente a una minoría selecta que reciben
    el nombre de iniciados masones. Es su misma profundidad lo que hace inaccesible para la mayoría de los seres humanos, e incomunicable por
    los medios habituales de que se vale el hombre para expresar sus conocimientos y experiencias. De ahí el carácter secreto de la
    masonería: no es que alguien haya decidido ocultarla deliberadamente
    a
    los demás; lo que ocurre es que la verdad masónica no se puede
    captar
    ni comunicar de manera verbal o conceptualmente escrita, sino
    únicamente a través de una experiencia personal y trascendente que
    requiere no sólo de una alta cualificación en el sujeto, sino
    también
    de duros esfuerzos y sacrificios por su parte bajo la estricta guía
    de
    la Tan Augusta Orden Masónica. La masonería descansa en una clave del
    mundo místico: la iniciación. Ambos conceptos se condicionan y exigen recíprocamente: sin masonería no hay iniciación, y sin iniciación no
    hay masonería. Se requiere de una calidad moral intachable. Hoy la masonería es la única organización realmente esotérica iniciática que
    se conserva a través de una cadena iniciática que reúne a cuantos participan en la comunión de esa dimensión profunda de la verdad
    masónica.

    La iniciación masónica es el procedimiento o rito por el cual un
    individuo entra a formar parte de aquella infinita cadena humana que
    tiene encomendada la transmisión exacta del conocimiento esotérico.
    Gracias al rito iniciático de la masonería el sujeto entra en
    contacto
    con los misterios sagrados a lo que no tiene acceso el común de los mortales; inicia su andadura por el sendero secreto que conduce a la
    meta suprema de la vida humana, que no es otra que la liberación, se convierte en un iluminador y realiza así el fin para el cual el ser
    humano fue creado. Recibir la iniciación masónica significa recibir
    la enseñanza y los medios necesarios para recorrer la vía que
    conduce
    a la única verdad, esa verdad iniciática para que sea realmente
    efectiva ha de hacerse vida, y hacerse efectiva en la vida diaria, si
    la iniciación masónica no impacta para mejorarnos, es mejor
    detenernos
    un momento y recapitular; verificar que hemos hecho mal. A todo esto,
    sabemos los masones que existen otras vías, que comentan haber
    llegado
    al grado de la iniciación, pero no es así; ninguna de estas ordenes
    seudo iniciáticas ha impactado de manera definitiva en la sociedad,
    es
    decir ninguna impacta directamente en la vida diaria; mientras que la masonería impactó e impacta en el orden social de manera definitiva.
    Son muchísimas las pruebas que lo constatan, los masones han creado y fomentado naciones libres y soberanas. El G.•.M.•. Jesús el Cristo
    dijo: por sus frutos los conoceréis. Dicha influencia real y efectiva podría bien comprenderse con la corriente eléctrica, solamente una corriente eléctrica real es capaz de encender una lámpara luminosa.
    Las seudo corrientes eléctricas no son capaces de encender nada.

    La masonería viene a ser como una fuente en la que se concentra esa
    fuerza o energía; un enchufe en el que esa corriente electrizante
    resulta particularmente accesible, la masonería es una fuerte pura,
    sin los contaminantes que se observan en otras ordenes seudo
    iniciáticas, en las que tratan de timar, estafar y en donde se le
    rinde culto a lo obsceno, donde un seudo maestro iniciado sé auto
    nombre Avatar o Gurú. La masonería es un cauce abierto a través del
    cual se transmite a manos llenas esa energía prístina oculta e
    invisible, pero que se manifiesta a todo aquel que esté dispuesto a recogerla y aprovecharla. Se podría decir que la masonería, es el
    punto de conexión a la razón para todo aquel que se presente tan puro
    de intenciones. En realidad la masonería lo único que hace es
    conectarnos a un sistema: ese hilo conductor que viene de lo absoluto
    y va hacia lo absoluto. Muchas sectas dudosas, usan la palabra
    iniciación, para embaucar a los buscadores, hoy por hoy, podemos
    constatar a cientos de jóvenes perdidos en los laberintos de las
    drogas, o de practicas sexuales; el cuidado debe ser extremo pues
    esas
    seudo ordenes iniciáticas son las fabricas de psicópatas, lunáticos y desviados sexuales. Volviendo a la masonería, la masonería es una institución sería y determinada a no timar ni a engañar, pone en
    tiempo real al adepto y lo ayuda a buscarse a sí mismo, para no
    perderse. Gracias al Rito de la iniciación, el masón está en
    condiciones de ir recibiendo esta tremenda energía, que pasa a su ser
    para renovarlo de manera total y positiva. Sin conexión a la
    masonería
    es imposible que un ser humano resulte iluminado como lo es que nos
    ilumine una lámpara sin enchufar. Por ello, hay que asegurarse de
    que
    la red ala que nos vamos a conectar sea autentica y genuina; el
    llamado que les hago es sincero, pues, los peligros son reales. Es
    mejor irse por lo conocido y establecido, que experimentar con
    organizaciones dudosas. Por lo dicho anteriormente, sabrán como
    identificar a una real y autentica organización iniciática como lo es
    la Masonería.


    http://groups.google.com/group/secreto-masonico

    Vicente Alcoseri

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