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    From valarezo7@hotmail.com@21:1/5 to All on Fri Feb 1 18:06:44 2019
    Sábado, 02 de Febrero, 2019 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    PALABRA VIVA DEL PADRE EN TI, BAUTIZADO YA, ES SU PERFECTA VOLUNTAD EN LA TIERRA AL INSTANTE, ASÃ COMO ES EN EL CIELO:

    Divinamente, nuestro Padre celestial buscaba en cada generación del mundo entero a alguien dispuesto a obedecer su palabra viva, y Él encontró a Abraham, porque con él y su familia Él estaba dispuesto a bendecir a la humanidad entera repetidas veces
    y hasta convertirla en su dulce hogar hacia la eternidad venidera, para vivir con sus hijos, amado por ellos siempre. Por cuanto, nuestro Padre celestial necesitaba derramar cada palabra divina nacida en su corazón santísimo, al no solamente Él darle
    vida de su imagen al primer hombre en la gloria angelical, que fue Adán y luego Eva, pero también a cada uno de sus hijos por generaciones venideras, y así, Él necesitaba entregárselas a ellos, pero no encontró a ninguno digno.

    Realmente, nuestro Padre celestial buscó por el mundo y sus generaciones venideras para ver si había alguien digno de recibir sus palabras santas nacidas de su corazón para cada hombre, mujer, niño y niña que nacía de su imagen y de su alma,
    empezando con Adán y Eva en el paraíso, sin encontrar a ninguno jamás, porque se habían desviados del camino santo. Ciertamente, estas eran palabras naturales de su corazón santísimo, cuando sus hijos nacían inicialmente de su imagen y de su alma
    viviente: increíblemente, Él jamás encontró a ninguno para derramar de sus riquezas y sólo hasta que encontró a Abraham dispuesto a creer en ellas, que Él ya estaba listo para derramarlas con sus abundantes riquezas y bendiciones interminables, y
    sin cesar jamás.

    Amablemente, nuestro Padre celestial estaba listo para entregarse a sí mismo a él (Abraham) y a su familia antes de entregarle a su Hijo Jesucristo nacido entre sus familias, para que Él pueda derramar de sus palabras divinas que tenían que alcanzar
    a sus hijos para que ellos vivan enriquecidos, así como Él vive enriquecido en la gloria celestial para siempre. Considerando que, estas son palabras vivas naturales de su corazón santísimo, cuando sus hijos nacían de su imagen, y así, ellas sean
    de su nueva tierra con sus cielos gloriosos, que Él ya había creado para Él vivir con ellos en su perfecta voluntad, que es amor, paz, alegría y prosperidad interminable una eternidad entera, conquistando glorias asombrosas nunca antes vistas por
    nadie.

    Sin embargo, primero nuestro Padre celestial tenía que derramar todas sus palabras vivas sobre su Hijo Jesucristo nacido como Isaac, para que no solamente su siervo Abraham con sus hijos viviendo en generaciones futuras las gocen, pero igualmente, los
    hijos de las familias de las naciones, porque Él tiene palabras vivas para ellos gozarlas en estos días abundantemente. Puesto que, Satanás con su naturaleza malvada del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal únicamente les
    habla continuamente palabras malas, causándoles molestias, enfermedades, accidentes, pobreza y muerte, pero su altar de amor de Padre les habla siempre bendiciones, sanidad, prosperidad y riquezas inagotables a sus hijos (como tú y tus amados hoy,
    incluyendo amistades también).

    Por eso, nuestro Padre celestial necesitaba que su Hijo Jesucristo naciese de la familia de Abraham, para Él mismo empezar a vivir con ellos y con sus poderes asombrosos de su Espíritu Santo, que empezaron a descender progresivamente sobre su altar del
    amor por sus hijos, estableciéndolo así sobre la tierra finalmente, bendiciendo todo lugar, en donde ellos vivirán en generaciones futuras. Dado que, nuestro Padre celestial necesitaba bendecir a Abraham abundantemente con sus riquezas cotidianas, que
    él había acumulado junto con su esposa Sarah, porque esta riqueza descendía de la gloria celestial no solamente era para sus hijos gozarlas por muchas generaciones, pero igualmente, para bendecir su santo nombre fuego con ellas aun con mayores
    riquezas y hasta conquistar Canaán postreramente, para siempre.

    Comprendiendo que, una vez que Abraham había aprendido a gozar las riquezas cotidianas de nuestro Padre celestial, derramándose sobre él por el Espíritu Santo descendiendo continuamente por todas partes en donde él vivía, entonces fue para
    enriquecer a su hijo Isaac junto con sus hermanos viviendo en generaciones futuras, porque ellos le iban a servir sobre su altar de su amor eterno fielmente. Además, nuestro Padre celestial tenía que asegurarse que Abraham junto con los demás de su
    hogar, se hayan enriquecido todos en su presencia santísima, pero con riquezas derramadas sobre la tierra por Él en aquellos días: porque no solamente Abraham tenia que ser enriquecido, pero igual, sus hijos viviendo en generaciones venideras y hasta
    que reciban su santo nombre fuego para ser liberados.

    Es decir, también que cuando Abraham estaba listo para ser llamado a subir con su único hijo Isaac sobre el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah, entonces, él ya tenia que estar grandemente enriquecido con riquezas divinas, que Él
    mismo había ya derramado desde el cielo arriba por el nacimiento de su Hijo Jesucristo como Isaac del vientre estéril de Sarah. Ya que, nuestro Padre celestial esperaba de Abraham junto con su hijo Isaac que estén ambos considerablemente enriquecidos
    antes de ascender sobre el monte de Jerusalén, ofreciéndolo a él con las riquezas que Él mismo había derramado sobre él abundantemente, para que él sea grandemente enriquecido al ofrecer a su único hijo Isaac, como la ofrenda encendida hacia la
    gloria celestial.

    En otras palabras, con riquezas que nuestro Padre celestial había derramado sobre Abraham fue para enriquecer no solamente a su único hijo Isaac, pero igualmente el altar que él estaba listo para recibir camino tres días de su pueblo hacia el Moriah,
    porque al él ofrecer a su único hijo entonces él tenía que hacerlo como el hombre más rico del mundo entero. Es decir, también que no solamente Abraham tenia que ser enriquecido grandemente por nuestro Padre celestial derramando de lo mejor de su
    reino angelical, pero igualmente, a su hijo Isaac junto con cada hijo suyo nacido del vientre estéril de Sarah por muchas generaciones, por el Espíritu Santo, y así, Él sea honrado junto con su santo nombre fuego con riquezas insondables finalmente.

    Realmente, cuando Abraham fue llamado al monte alto con su hijo Isaac, como la ofrenda encendida sacrificada que llene la gloria angelical con su aroma especial, además, con el horno de fuegos de su grande Gracia, de su grande Misericordia, de su grande
    Verdad y de su grande Justicia Divina: entonces, ellos tenían que hacerlo con riquezas interminables, honrándolo así a Él perpetuamente. Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham tendiendo a su único hijo Isaac sobre el madero del
    monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah, porque Él iba a derramar de sus palabras divinas naturales de su corazón santísimo, como cuando les daba vida no solamente a Adán y Eva, pero también a sus hijos viviendo en generaciones
    futuras en la tierra.

    Ciertamente, fue importante para nuestro Padre celestial de enriquecer grandemente a Abraham y a su esposa Sarah junto con su único hijo Isaac, porque al responder a su llamado a ascender el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah,
    entonces, ellos ya eran la familia más rica del mundo entero, derramando así sus palabras vivas sobre ellos y sus riquezas eternas, siempre. En otras palabras, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham y a su único hijo Isaac como los más ricos
    del mundo, porque llamados estaban ellos a ejercer un sacrificio muy importante sobre el monte santo de Jerusalén, descansando en el Moriah, en donde Él derramaría sus palabras vivas de una nueva tierra con sus cielos gloriosos y de poderosas riquezas
    hacia la eternidad.

    Es decir, también que solamente en sus grandes riquezas nuestro Padre celestial había derramado sobre Abraham y Sarah su esposa, dándole vida a su Hijo Jesucristo como Isaac, en donde Él estaba listo para derramar de su Juramento a Isaac y sus
    palabras vivas, bendiciendo a los hijos prometidos en generaciones futuras, pero igualmente, a los de las familias de las naciones, siempre. Es más, por estas grandes riquezas que nuestro Padre celestial derramó sobre Abraham y Sarah, fue para que el
    mundo reciba a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac, por el Espíritu Santo, y por los hijos prometidos que las hereden en sus generaciones, entonces, fue finalmente para ascender enriquecidos todos al monte santo de Jerusalén, en Canaán, adorando su
    santo nombre fuego perpetuamente.

    Ahora, nuestro Padre celestial le dijo a Abraham que sus hijos nacerían en cautiverio en tierra extranjera, que fue Egipto, pero nacidos por su Espíritu Santo, así como Isaac inicialmente para vivir el Juramento a Isaac, acumulando pecados de todas
    las naciones, y luego, destruirlos en el lecho marino del Mar Rojo, enriqueciendo así la tierra entera con sus riquezas a Abraham postreramente. Además, nuestro Padre celestial le aseguró a Abraham que sus hijos vivirían esclavizados por
    cuatrocientos años en Egipto, porque al nacer por el Espíritu Santo, entonces, todos ellos vivirán con el Juramento a Isaac, absorbiendo pecados del mundo entero que empobrece a cada familia de las naciones, para destruirlos en el bautismo de agua
    finalmente, para que sus riquezas florezcan universalmente siempre.

    Visto que, fue la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial no solamente de salvar a Abraham y su familia, pero igualmente, de enriquecerlos grandemente con riquezas de la gloria angelical, que su Hijo Jesucristo junto con su Espíritu Santo y los á
    ngeles han gozado en la eternidad: amando, sirviendo y alabando su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén. Por eso, cuando nuestro Padre celestial descendió para liberar a la casa de Israel del cautiverio egipcia, entonces, no fue
    solamente porque los cuatrocientos años se habían cumplido, pero igualmente, porque Él necesitaba a los israelíes bautizados en el lecho marino del Mar Rojo con riquezas de Abraham, multiplicándolas así por el desierto del Sinaí para conquistar
    con ellas eventualmente a Canaán.

    Puesto que, estas son riquezas de Abraham enriqueciendo a Egipto mientras Israel nacía en él por cuatro siglos con la nueva tierra y cielos gloriosos de nuestro Padre celestial, derramando sobre José cada siete años de riquezas después que los siete
    años de hambruna terminaban, escapando así Israel del cautiverio para enriquecer con ellas todo bautismo, el desierto y postreramente Canaán. Bondadosamente, las riquezas de nuestro Padre celestial se derramaban sobre Abraham y sus hijos viviendo en
    sus generaciones para pasar por el cautiverio egipcio, el bautismo del Mar Rojo, el desierto del Sinaí, el Valle de los huesos secos y finalmente Canaán, y así, enriquecerte a ti hoy en día—es decir—si tú te bautizas, invocando la perfecta
    santidad de su nombre.

    Comprobado que, estas riquezas no solamente te enriquecerán a ti pero también a tus amados en tu hogar, así como nuestro Padre celestial enriqueció inicialmente a Abraham y a su esposa Sarah junto con los hijos que había comprado con dinero de
    extranjeros, para él mismo darles amor de familia, levantando así familias que aman a Dios hacia la gloria celestial. Realmente, estas riquezas que nuestro Padre celestial otorgó a Abraham y a su familia aun dispuesta están hasta hoy para nosotros,
    porque el monte santo de Jerusalén fue enriquecido con ellas inicialmente, desde cuando Abraham ascendió hacia él con su único hijo Isaac, ofreciéndolo como el sacrificio encendido hacia la gloria angelical, para que nosotros entremos postreramente
    en estas riquezas de perfecta salvación.

    Definitivamente, es la voluntad de nuestro Padre celestial no solamente de enriquecer a Abraham y a sus hijos viviendo en generaciones futuras, pero igualmente, la gloria angelical primeramente y luego las familias de las naciones, cuando ellas renacen
    del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo, empezando así a recibir sus riquezas derramándose sobre ellos, como con Abraham inicialmente. Considerando que, las riquezas de nuestro Padre celestial entregadas a Abraham y a sus hijos viviendo
    en generaciones futuras, también tenían que enriquecer la gloria celestial enteramente, porque Él necesita tener su vida eterna, convertida en una gran riqueza con sus hijos, renacidos por poderes cotidianos del Espíritu Santo del Juramento a Isaac,
    bautizándose todos ellos en agua, invocando su santo nombre salvador.

    Estas son riquezas importantes que nuestro Padre celestial tenia que confiarla todas ellas a Abraham y a sus hijos de generaciones futuras, enriqueciendo inicialmente su altar de su amor hacia su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con las huestes
    angelicales, pero igual, a sus hijos del Juramento a Isaac llamándolo a Él con sus palabras vivas a descender a Canaán ya. Comprendiendo que, nuestro Padre celestial después que el Israel antiguo fue bautizado: abandonando el espíritu de error por
    el Espíritu Santo caminando en la carne sagrada firmemente siempre, complaciendo toda verdad y justicia eternamente, porque su perfecta voluntad es cumplida instantáneamente en su Juramento a Isaac, entonces, Él enriqueció el desierto del Sinaí
    poderosamente con toda vida israelí para conquistar Canaán últimamente.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel nacido en el cautiverio egipcio con riquezas de Abraham, enriqueciendo así a los egipcios y a los demás por doquiera en necesidad de bendiciones durante los siete años de hambruna, y luego, Él
    bautizarlos en el Mar Rojo con sus riquezas, pasando por el desierto del Sinaí necesitaba incorporarse en Canaán, recibiendo así al Rey Mesías. Considerando que, una vez que nuestro Padre celestial había hecho que el Israel antiguo herede las
    riquezas de Abraham junto con el Juramento a Isaac para recibir a su Hijo Jesucristo nacido del vientre virgen de la hija de David, entonces, sus riquezas serian grandemente multiplicada, bendiciendo a todo aquel entrando en su nueva tierra con sus
    cielos gloriosos para gozarlo todo eternamente.

    Además, el camino que nuestro Padre celestial había escogido para bendecir a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel, pero igual, de las familias de las naciones de muchas generaciones, y hasta hoy: es el bautismo en agua, invocando la santidad
    perfecta de su nombre, porque Él no quiere las riquezas de la tierra que entren jamás en su nueva tierra. Hoy en día, nuestro Padre celestial legalmente bendecirá a sus hijos de Israel y de todas las familias de las naciones, así como bendijo
    inicialmente a Abraham y a Sarah junto con los hijos adoptados y los hijos prometidos viviendo en toda generación, y hasta hoy, para que gocen toda riqueza de la tierra, pero sin introducirlas jamás en su nueva tierra.

    Porque únicamente sus riquezas entregadas a Abraham y a sus hijos viviendo en generaciones venideras pueden acceder a su nueva tierra, que está saturada con la roca de salvación: entregándoles a ellos abundantemente de su amor infalible, gozos, alegrÃ
    ­as y otras bendiciones, como el reposo Sabatino con su paz cotidiana, que estarán contigo siempre, cuando todos son bautizados en agua primero. Además, es únicamente en el bautismo en agua, que tú finalmente harás en tu hogar, como en la bañera
    con abundante agua, lo suficiente para tú sumergirte enteramente en él, o en la piscina cercana, río, lago o playa, para que tú emerjas del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre que te entrega riquezas de Abraham, siempre.

    Estas son las riquezas de nuestro Padre celestial, como parte de tu vida cotidiana, enriqueciéndote en muchas formas en todo lo que necesites bendición y ayuda inmediata: entonces, sus riquezas te enriquecerán junto con poderes cotidianos del
    Juramento a Isaac, operando a favor tuyo para alcanzar tus metas sin fallarte jamás, y así, tú entres a su gloria con nuevas riquezas conquistadas. Sin embargo, ninguna riqueza que hayas tú obtenido lejos del bautismo en agua y del bautismo en el EspÃ
    ­ritu Santo jamás entrara en su nueva tierra, más bien, únicamente riquezas de Abraham y de su hijo Isaac, como el Juramento a Isaac enriqueciéndote a ti, tus amados, vecinos y amistades, y así, tú entres a la vida eterna gozándolas todas ellas,
    siempre.

    Por eso, es que nuestro Padre celestial te necesita bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su santo nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque cuando tú abandonas la carne pecadora por la carne sagrada, entonces, tú crecerás
    en los poderes y dones del Espíritu Santo, enriqueciéndote progresivamente con riquezas de Abraham para introduciéndote a la gloria angelical. Estas riquezas que nuestro Padre celestial le entrego abundantemente a Abraham su siervo no solamente para
    ser bautizada en el Mar Rojo, pasar por el desierto del Sinaí, pero igualmente, descendieron al Valle de los huesos con el Israel antiguo, destruyendo todo pecado que empobrece a las naciones desde su mismo núcleo, para que cuando te bautices, instantá
    neamente sea parte de ti perpetuamente.

    Considerando que, cuando tú renaces del bautismo en agua al invocar la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, tú eres vestido de su naturaleza divina, que es su Juramento a Isaac operando en ti, nutriéndolo
    diariamente con riquezas de Abraham, que tú heredaras cuando emerges del agua victorioso en contra de la naturaleza de Satanás. Por eso, es que una vez que Israel antiguo abandonó la cautividad egipcia, entonces, ellos fueron hacia el Mar Rojo,
    abandonando todo pecado en el lecho marino que empobrece a las naciones durante los siete años de hambruna de Satanás, para que entonces ellos vivan, descendiendo a la muerte con riquezas descendidas del cielo victoriosas sobre toda pobreza de Satanás,
    para siempre.

    Considerando que, nuestro Padre celestial pensó no solamente bendecir a Abraham y a sus hijos viviendo en generaciones futuras, y hasta que el Mesías descienda, nacido de la hija virgen de David, por el Espíritu Santo, pero ellos tenían que descender
    al Valle de los huesos secos, mordidos por serpientes venenosas, pero abastecidos de riquezas insondables de Abraham para entrar a Canaán postreramente. Visto que, estas son las riquezas que nuestro Padre celestial necesitaba tener a Abraham enriquecido
    con su único hijo Isaac, pero igualmente, enriquecer el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah, para luego enriquecerlo nuevamente, pero con Isaac nacido como su Hijo Jesucristo con todo Israel antiguo levantándose del corazón de la
    tierra con riquezas prístinas victoriosas sobre toda pobreza infernal.

    Es decir, también que únicamente riquezas que la casa de Israel pudo levantar del Valle de los huesos con ellos, jamás fueron de riquezas que los antiguos acumularon en sus generaciones en toda vida israelí, pero únicamente riquezas heredadas de
    Abraham por ellos mismos, cuando fueron bautizados en el Mar Rojo, y luego en el Jordán, conquistando así Canaán eventualmente, para siempre. Puesto que, estas son riquezas únicas con que Israel aún sigue bendiciendo a nuestro Padre celestial, su
    Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, cuando cada hombre, mujer, niño y niña confiesa su santo nombre individualmente, como manifestado a Moisés inicialmente sobre la zarza ardiendo,
    renaciendo así con ellas hacia la vida eterna.

    Estas son riquezas descendiendo constantemente sobre los hijos de Abraham, porque pasaron por el bautismo del Mar Rojo, por el desierto del Sinaí, descendiendo al Valle de los huesos secos para luego ascender al monte santo de Jerusalén con toda la
    casa de Israel: amando y alabando su santo nombre victorioso sobre las riquezas del mundo entero para siempre. Comprendiendo que, fue únicamente con riquezas perfectas de nuestro Padre celestial otorgadas a Abraham y a sus hijos viviendo en generaciones
    futuras, y en el Valle de los huesos secos, conquistando finalmente sobre toda riqueza de la humanidad entera, aceptada sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo y la gloria angelical, regresando a ti hoy bautizado, enriqueciéndote una
    eternidad entera.

    Ciertamente, cuando cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones se bautiza en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, instantáneamente vestidos son con riquezas de
    Abraham, recibiendo así poderes cotidianos del Juramento a Isaac, para vivir una vida enriquecida complaciendo al Todopoderoso en el cielo para siempre. Puesto que, nuestro Padre celestial necesita no solamente a la casa de Israel vistiendo de poderes
    cotidianos de palabras vivas del Juramento a Isaac, que llenaran la tierra entera con su perfecta voluntad eventualmente, porque su Espíritu Santo descenderá con sus huestes angelicales haciendo obras importantes, así como son hechas en el cielo, para
    que Él mismo descienda a Canaán pronto.

    Definitivamente, estas son palabras vivas y naturales del corazón santísimo del Padre, cuando daba vida de su imagen a Adán y luego a Eva para tener a sus hijos, hablándolas, porque ya han creado su nueva tierra con cielos gloriosos, pero también
    sus nuevas glorias que lo llenaran todo enteramente, y así, su voluntad perfecta siempre sea hablada una eternidad, empezando contigo hoy. En otras palabras, con nuestro Padre celestial: cuando Adán y Eva nacían de su imagen para luego darle vida a
    sus hijos en todo su nuevo reino de su nueva tierra y con cielos gloriosos, en donde Lucifer y sus ángeles caídos están excluidos de él, entonces, Él dio sus palabras vivas para saturar toda vida humana con su santidad perfecta, progresivamente.

    Aquí es donde, nuestro Padre celestial y sus palabras vivas, empezadas con Adán y Eva, nacidas de su corazón santísimo para ser creídas por sus hijos, entonces, ellos las hablarían en su nuevo reino de su perfecta voluntad, en donde la roca de
    salvación es fuente del amor cotidiano, gozo, alegría y otras bendiciones, enriqueciendo nuestras almas una eternidad con santidad perfecta, siempre. Porque sobre la tierra vieja, Satanás y sus ángeles caídos están siempre hablando palabras desde
    sus altares e ídolos, haciendo que la gente sufra terriblemente: problemas, conflictos, dificultades, enfermedades, maldiciones, mentiras, pobreza y muerte para luego descender sus almas enfermas al infierno y sus regiones de tormentos eternos, sin
    embargo, con el altar de nuestro Padre celestial es todo lo contrario.

    Puesto que, el altar de nuestro Padre celestial está llenó no solamente de riquezas que enriquecieron a su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo junto con sus ángeles, pero igualmente, Él ha enriquecido a Abraham y a sus hijos viviendo en muchas
    generaciones hasta nuestros días, porque Él solamente desea su riqueza de su perfecta santidad floreciendo en su nueva Creación. Por eso, nuestro Padre celestial necesita a todos por alrededor del mundo, especialmente la casa de Israel, bautizados en
    agua e invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo, en donde Él tendrá sus palabras vivas naturalmente nacidas de su corazón santísimo, convirtiendo este mundo pecador en uno nuevo, y lleno de su perfecta
    voluntad siempre.

    Ya que, cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones estarán hablando solamente sus palabras vivas, nacidas de su corazón santísimo, cuando ellos nacían de su imagen y de su alma viviente para hablarlas en sus días por la tierra
    y en la gloria celestial, y así, Él finalmente remover la naturaleza pecadora de Satanás de sus hijos perpetuamente. Esto significa, que nuestro Padre celestial estará hablando sus palabras vivas entregadas a todos nosotros, puesto que, cuando tú
    naciste de su imagen y de su alma santísima, entonces tú nacías con ellas naturalmente: empero, tú solamente las gozaras con poderes cotidianos de su Juramento a Isaac sobre el monte santo de Jerusalén, renacido tú del bautismo en agua finalmente,
    como ahora mismo.

    Considerando que, todo problema, dificultad, enfermedad, maldición, mentira, pobreza y muerte están molestándote junto con tus amados, vecinos y amistades de todas partes: porque Satanás aún sigue hablando sus palabras en contra del santo nombre
    fuego sobre el monte santo de Jerusalén, cuando tú los recibes en tu hogar, y así, tú solamente conozcas ruina y violencia y hasta que seas destruido completamente. Sin embargo, con el altar de nuestro Padre celestial confiado a Abraham e Isaac, que
    es el monte Sion, en Canaán, en donde Él clavó su santo nombre fuego, como corona de su vida y de ti con tus amados, entonces, su corazón santísimo te hablara progresivamente palabras vivas nacidas naturalmente contigo, y así, tú vivas siempre su
    misma vida enriquecida en ti.

    Esto significa, que una vez tú estés bautizado, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces tú abandonas la carne pecadora que comió del fruto prohibido para vestir de la carne sagrada, en donde
    nuestro Padre celestial come contigo diariamente su pan y vino, concediéndote así palabras vivas, hablándote vida, paz y prosperidad inagotable siempre. Así: el corazón malvado de Satanás jamás te hablará de problemas, conflictos, mentira,
    maldiciones, enfermedades, pobreza, muerte y constante amenazas de fuegos del infierno, porque ahora, más bien, el corazón santísimo de nuestro Padre celestial te hablará seguidamente palabras vivas de su naturaleza divina, haciéndote santo y
    perfecto, empezando ya y hacia la eternidad, conquistando nuevas glorias jamás antes vistas por ninguno.

    Considerando que, en el Juramento a Isaac, tú únicamente recibirás no solamente riquezas de Abraham, pero igualmente, de su naturaleza divina que únicamente oirá de su corazón santísimo cada bendición que te pertenece a ti y a tus amados, vecinos
    y amistades: porque Él está interesado en bendecir a cada hombre, mujer, niño y niña no importando jamás su religión, fe o cultura. Dado que, en el Juramento a Isaac, que es la naturaleza divina de nuestro Padre celestial en ti únicamente estará
    oyendo palabras vivas nacidas en su corazón santísimo, cuando tú nacías de su imagen y alma viviente, para que cuando las palabras del corazón de Satanás te ataquen, instantáneamente huirán de ti, y así, tú solamente conocerás bendiciones
    constantemente cada día, empezando ya.

    Enamoradamente, así es como nuestro Padre celestial no solamente influenció la familia de Abraham en sus quehaceres cotidianos, pero igual toda otra familia, porque desde cuando Él le empezó a hablar a Abraham y a sus hijos en generaciones futuras,
    entonces, fue con el deseo de su corazón, dejándoles saber de sus palabras vivas: enriqueciéndoles con perfecta santidad siempre, a pesar de Lucifer. Por ende, fue importante para nuestro Padre celestial tener a toda la casa de Israel bautizados en el
    lecho marino del Mar Rojo, convirtiéndolos así en sacerdotes especiales por el desierto del Sinaí, el Valle de los huesos secos, y en Canaán, como la nueva tierra con cielos gloriosos, creados ya por Él, pero todo enriquecido con riquezas
    descendidas del cielo, siempre.

    Estas riquezas poderosas que nuestro Padre celestial había entregado a Abraham y a sus hijos viviendo en generaciones futuras, tenían que descender al Valle de los huesos después que Israel antiguo había de haber ejecutado todo los rituales y
    ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac, porque estas riquezas tenían que regresar al cielo nuevamente. Consiguientemente, nuestro Padre celestial continúa bendiciendo abundantemente a los hijos de Israel y de las familias de las naciones
    con riquezas del reino angelical, de debajo de las aguas de la tierra, y nuevamente, proceden del Lugar Santísimo del tabernáculo de nuestro Padre celestial, pero como riquezas mayores, enriqueciendo así la nueva tierra con sus cielos gloriosos para
    vivir su misma vida eterna, siempre.

    Puesto que, esta es la vida que nuestro Padre celestial siempre deseó tener a toda la casa de Israel, viviéndola, no solamente en todo Canaán, pero igualmente, en todas las naciones, porque Él tiene que tener sus palabras vivas manifestándose en
    cada hombre, mujer, niño y niña: porque Él necesita oírlas ascender a su habitación personal, como aromas bendiciendo su corazón santísimo, progresivamente. Es decir, también que por esta vida es que nuestro Padre celestial sacó a Israel antiguo
    de la cautividad egipcia, para verlos a ellos vivirla enteramente por poderes cotidianos del Juramento a Isaac, en donde no hay pecado jamás: porque sus palabras vivas estarán bendiciendo a todo hijo suyo, así como desea bendecir la humanidad entera,
    enriqueciendo a Abraham y a sus hijos prometidos, siempre.

    Y es aquí, en donde nuestro Padre celestial tendrá sus palabras vivas, palabra por palabra, fluyendo por tu corazón, alma, mente, cuerpo y espíritu humano, así como fluye por su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, logrando así Él su voluntad
    perfecta en ti, como en la gloria con sus ángeles para que tú goces de sus riquezas cotidianas, enriqueciéndote progresivamente, siempre. Por esta vida nuestro Padre celestial sacó a Israel antiguo de Egipto, bendiciéndolo todo continuamente, porque
    en su Juramento a Isaac, Él mismo ya te ha enriquecido con riquezas de Abraham, llevándote por la vida enriquecido al monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, recibiéndole así a Él: como tu Padre, Señor y Salvador de tu alma viviente,
    bautizada ya en agua.

    Esta es la vida que nuestro Padre celestial orgullosamente descenderá a ella desde su gloria celestial no solamente para vivir con sus hijos de Israel, en Canaán, pero igualmente, contigo, tus amados, vecinos y amistades, porque Él seria grandemente
    honrado por ti, cuando tú hayas renacido del bautismo en agua para ver la vida eternamente enriquecida hacia toda una eternidad entera. Esta es la vida que nuestro Padre celestial ha enriquecido ya por completo en el Juramento a Isaac, porque tú no
    solamente siempre recibirás felizmente su presencia divina, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, tú habrás recibido enteramente su naturaleza divina para siempre, para no conocer el pecado jamás en su nueva tierra y en la gloria
    angelical.

    Esta es la misma vida bendita, gloriosa y aromática que nuestro Padre celestial recibe de ti diariamente, tus amados, vecinos y amistades en su gloria angelical, porque Él te ha enriquecido ya con sus palabras vivas, que continuaran bendiciéndote con
    sanidad, paz, amor, felicidad, gozo y con riquezas cotidianas y hasta que entres eternamente enriquecido con Él en su familia divina. Por eso, es que tú estarás probablemente sufriendo problemas, dificultades, enfermedades, maldiciones, pobreza y
    hasta muerte, entonces, será porque tú habrás fallado en bautizarte en agua al invocar la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para que la carne pecadora te abandone con la naturaleza de Lucifer y su mentira con
    maldiciones, enfermedades, pobreza y muerte infernal.


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