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All on Fri Dec 21 17:13:03 2018
Sábado, 22 de Diciembre, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
(We would like to wish a very Happy Hanukkah to every Jewish family around the world, starting within Israel, where the Rebbe Yeshua HaMoshiach (Jesus Christ) was born, so he may live our eternal life, granted by our heavenly Father, but only with the
Ten Commandments fulfilled and glorified through eternity filled with His Grace, Mercy, Truth and Divine Justice towards us.
Merry Christmas to every one throughout the Americas, may our heavenly Father bless you along with your loved ones, neighbors and friends nearby and far through His Son Jesus Christ that has shed his atoning-blood filled with love thus to cover you, your
loved ones, neighbors and friends with his unfailing love, where there is no sin visible in you anymore, forever.
Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo 2019 a nuestras familias en toda nuestra gran América continental, y asÃ, seguiremos bendiciendo a sus hijos e hijas en tierras lejanas, como en España y por toda Europa continental, con el amor del Padre, la
gracia y verdad de su Hijo Jesucristo, y con poderes y dones de justicia divina del EspÃritu Santo. ¡Feliz Navidad—y Amén!)
LA ROCA DE SALVACIÓN CON TU SACRIFICIO: TE VISTE DE PAZ, VIDA Y RIQUEZAS AHORA:
Nuestro Padre celestial le dijo a Abraham tráeme una vaquilla, una cabra y un cordero de tres años cada uno, y sin defectos en ellos, y sacrifÃcalos sobre la roca delante de ti, y esta es la roca de salvación, descendida del monte santo de Jerusalén,
en Canaán, porque estos sacrificios con sus mitades opuestas una a otra quitando pecados estaban. Divinamente, nuestro Padre celestial habÃa llamado a Abraham a hacer sacrificios sobre la roca de salvación que habÃa descendido del monte santo de
Jerusalén, porque él habÃa entrado en un convenio muy importante no solamente de salvación, pero también de bendiciones de muchas generaciones, enriqueciendo a sus hijos prometidos y a las familias de las naciones del mundo entero.
Visto que, nuestro Padre celestial habÃa llamado ya a Abraham a contar las estrellas del cielo arriba, porque si él las podÃa contar, entonces él podrÃa contar perfectamente también a sus hijos que nacerÃan de él a través de muchas generaciones,
llamados a poseer a Canaán perpetuamente, para gloria de su santo nombre sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán. Por ende, nuestro Padre celestial tenÃa que tener ya a Abraham haciendo estos tres sacrificios sobre la roca de salvación junto
con dos palominos sin cortar, en Canaán, porque esta tierra preciosa habÃa escogido para ser como su paraÃso moderno en la tierra, que jamás habÃa sido ofrecida a Él, a su Hijo Jesucristo y a su EspÃritu Santo en el cielo.
Ciertamente, en este dÃa, cuando nuestro Padre celestial les entregó su tierra escogida a Abraham y a sus hijos prometidos para vivir en generaciones futuras, entonces, él mismo tenÃa que dedicarla toda a Él, a su Hijo Jesucristo y a su EspÃritu
Santo en un gran sacrificio de tres carneros con sus mitades opuestas una a otra, salpicando sangre sobre el altar. Y es aquÃ: cuando nuestro Padre celestial le reveló a Abraham que sus hijos iban a vivir en generaciones venideras, incontables como las
estrellas del firmamento, que Él mismo le habÃa pedido que las contase antes, pero ellos nacerÃan en una tierra extranjera de cautiverio, para ser liberados después de un periodo de cuatrocientos años, para luego entrar en Canaán con grandes
riquezas.
Asegurando asÃ, que nuestro Padre celestial los visitarÃa después cumplidos los cuatrocientos años, dado que ellos abandonaran la tierra de su cautividad con grandes riquezas que jamás les fallaran, porque Él continuara multiplicando las riquezas
de Abraham por muchas generaciones para sus hijos que lo aman, le sirven y lo alaban a Él y a su santo nombre fuego por toda una vida. Visto que, estos tres carneros sacrificados serán la fundación para que sus hijos prometidos finalmente nazcan como
Isaac del vientre estéril de Sarah su esposa, por poderes del EspÃritu Santo: porque el niño nacerá con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora del cuerpo glorificado que heredara a Canaán, para gloria de su santo nombre
fuego, para siempre.
Considerando que, solamente será en la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria de su único hijo Isaac que sus hijos serán reconocido a través de las generaciones, heredando la tierra prometida para que su santo nombre fuego
sea exaltado sobre el monte santo de Jerusalén, conquistando nuevas glorias por medio de las familias de las naciones, para siempre. Es decir, también que en este dÃa nuestro Padre celestial le entregó a Abraham no solamente a sus hijos viviendo en
cada generación con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria, pero también Canaán, finalmente levantando su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén perpetuamente, y asÃ, su reino de su voluntad perfecta venga
al mundo eventualmente.
Además, nuestro Padre celestial necesitaba tener a su santo nombre fuego ya siendo amado, servido y alabado por sus hijos nacidos del vientre estéril de Sarah como Isaac, y con su corazón santÃsimo gimiendo por sus hijos perdidos a mentiras,
maldiciones, enfermedades, conflictos, pobreza y muerte de Lucifer, finalmente rescatándolos con poderes de resurrección sobre su monte santo de Jerusalén, en Israel. Por cuanto, estos son hijos que nuestro Padre celestial necesitaba viviendo ya en la
tierra con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo y del EspÃritu Santo de su palabra viva, que es el Juramento a Isaac, derramándola enteramente y sin cesar sobre Isaac yaciendo sobre el monte santo de
Jerusalén, descansando en el Moriah.
Visto que, estos son los hijos viviendo en muchas generaciones, bendiciendo a las familias de las naciones con el corazón de nuestro Padre celestial lleno de amor, de aflicción, de poderes de resurrección y de intercesión por sus hijos perdidos a
mentiras, maldiciones, enfermedades, pobreza y decepciones de Lucifer, finalmente liberándolos con la poderosa resurrección de su Hijo Jesucristo nacido en Canaán. Considerando que, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham que tenga a sus hijos
viviendo en generaciones futuras con su corazón santÃsimo: afligido, gimiendo y mediando por sus hijos perdidos de todas las familias de las naciones yaciendo ya en el infierno, para Él poderlos enriquecer eventualmente con riquezas entregadas a él
desde el cielo arriba, pero únicamente con el bautismo en agua primero.
Entendiendo que, jamás quiso oÃrle a alguien decir que él haya enriquecido a Abraham y a sus hijos, por ello, de las abundantes riquezas derramándose constantemente sobre Abraham y Sarah su esposa, para que ellos vivan en abundancia de riquezas
cotidianas y hasta que sus hijos prometidos nazcan como Isaac, por poderes del EspÃritu Santo. Definitivamente, estas son riquezas que eventualmente fluirán entre todas las familias de las naciones, al ser ellas renacidas del bautismo en agua y
bautizas del EspÃritu Santo, porque es su voluntad perfecta de que sus hijos sean enriquecidos por la carne sagrada y su sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, y asÃ, ellos vivan en los dones y poderes del EspÃritu Santo.
Considerando que, esta es la única manera en que nuestro Padre celestial aceptara a cada hombre, mujer, niño y niña renaciendo del bautismo en agua y del EspÃritu Santo para entrar a Canaán, su paraÃso moderno, su dulce hogar, establecido ya para
vivir con su familia divina de carne sagrada y del EspÃritu Santo, conociendo siempre riquezas de su corazón hacia ellos diariamente. Entendiendo que, para quienquiera entrar en Canaán, que es la nueva tierra de nuestro padre celestial con cielos
gloriosos, que está por manifestarse entre todos nosotros, como su tierra de grandes riquezas: y asÃ, tú entres en ella hoy, pero enriquecido ya abundantemente con bautismos en agua y en su EspÃritu Santo, porque sólo asà tú recibirás muchas
riquezas de Abraham constantemente.
Bautizado en agua y en el EspÃritu Santo, entonces, tú abandonaras la carne pecadora por la carne sagrada y llena de riquezas de Abraham, y además, tú abandonaras el espÃritu de error, que es el fruto prohibido, por su EspÃritu Santo y el pan de
vida, que tú comerás para vestirte con perfecta gloria y santidad ante nuestro Padre en el cielo. Visto que, para quienquiera entrar en Canaán o en la gloria angelical en estos dÃas, entonces, aquella persona deber vestirse con el cuerpo glorificado
y llena de riquezas concedidas por nuestro Padre celestial a Abraham y a Sarah su esposa junto sus hijos viviendo en toda generación, y asÃ, tú continuaras viviendo grandes riquezas en la vida eterna una eternidad entera.
Comprendiendo que, nuestro Padre celestial es rico, asà como su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo lo son junto con las huestes angelicales, por ende, tú debes vestirte con sus riquezas en la tierra, no importando jamás tu religión o fe, visto que Ã
‰l jamás esperó recibir nada menos de ti que su perfección, santidad y riquezas interminables, manifestadas a Abraham inicialmente. Realmente, los bautismos en agua y del EspÃritu Santo son importantes en ti no solamente para abandonar la carne
pecadora por la carne sagrada, para que tú jamás camines en el espÃritu de error, pero, más bien, camines en poderes y dones del EspÃritu, acompañándote por donde sea que vayas en su vida, conociendo únicamente riquezas insondables de su corazón
santÃsimo hacia ti.
Por lo tanto, las riquezas de nuestro Padre celestial entregadas a Abraham y Sarah junto con sus hijos en generaciones futuras son para ser gozadas en la carne sagrada y jamás en la carne pecadora, y asÃ, caminar siempre en poderes y dones del EspÃ
ritu Santo del Juramento a Isaac, destruyendo asà las obras del espÃritu de error, para que tú vivas una vida victoriosa progresivamente. Ya que, esta es la única manera posible como nuestro Padre celestial necesitaba conocerlo a él por su Hijo
Jesucristo y por su EspÃritu Santo, porque es únicamente por la carne sagrada y por el EspÃritu Santo, que Él es siempre complacido con toda verdad y justicia en la gloria celestial con huestes angelicales y sobre la tierra contigo y con los tuyos.
Por ello, es solamente aquÃ, en donde tú vas creciendo hacia Él, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, porque tú habrás renacido del bautismo en agua, abandonando la carne pecadora con cada pecado de tu vida, para vivir en la carne sagrada de su
Hijo Jesucristo, en donde la fe de nuestro Padre celestial es tuya completamente cada dÃa hacia la eternidad. Por eso, ahora tú podrás hacer todo lo que nuestro Señor Jesucristo hizo junto con el EspÃritu Santo en toda su vida mesiánica en Canaán,
y esto fue sanando enfermos, sanando a los ciegos para ver nuevamente, sanando a los sordos y cojos para que oigan y caminen nuevamente, porque en su carne sagrada tú habrás adquirido la fe del Padre enteramente.
Por consiguiente, tú no solamente podrás hacer todo lo que nuestro Señor Jesucristo hizo junto con su EspÃritu Santo por las calles, valles, pueblos y ciudades de Israel, pero igual, aún mayores cosas que estas tú harás, porque él ha cumplido con
el Juramento a Isaac por ti, para que hagas de lo imposible, posible cada vez, y siempre. Es decir, que tú estarás haciendo la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial en la tierra, asà como es en la gloria angelical, porque tú estarás operando
en tu vida con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y con dones y poderes del EspÃritu Santo, por ende, todo te será posible a ti, porque la fe del Padre estará trabajando contigo continuamente.
Evidentemente, lo único que te es requerido hacer para obtener la fe personal de nuestro Padre celestial, operando en cada dÃa de tu vida, es de renacer del bautismo en agua y del bautismo del EspÃritu Santo, porque tú necesitas deshacerte de la
carne pecadora por la carne sagrada, en donde su fe personal opera constantemente y sin fallarte a ti jamás. Por eso, es que tú siempre obtendrás todo lo que desees en tu vida no solamente para ti, pero igual, para tus amados, incluyendo vecinos y
amistades de cerca y de lejos, porque nuestro Padre celestial necesita que su misma fe mueva todas las cosas en la tierra, asà como lo mueve todo universalmente en la gloria celestial con sus huestes angelicales.
Realmente, esta es su perfecta voluntad hoy para ti, y esto es de usar su fe poderosa entrega a ti ya enteramente por su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el EspÃritu Santo, y luego nacido de la hija de David
igualmente, y asÃ, tú vivas su vida eterna junto con su fe haciendo su perfecta voluntad diariamente. Y es aquÃ, en donde tú jamás volverás a pecar nuevamente, porque en el Juramento a Isaac, que es la fe de nuestro Padre celestial, operando en tu
vida diariamente, entonces, será su fe trabajando en ti ya junto con riquezas interminables, y asÃ, tú tornaras lo imposible en posible en toda tu vida, y por toda la tierra igualmente: triunfando siempre.
Ciertamente, esta es la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial actualmente para con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, para ser como Él es en la gloria celestial ante su Hijo Jesucristo y su EspÃritu
Santo junto con las huestes angelicales, porque su fe estará tornando todo lo imposible en posible, sin fallarte nunca. Verdaderamente, el único requisito que tú necesitas obtener para caminar en la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y poderes y
dones del Juramento a Isaac, es de haber renacido del agua y del EspÃritu Santo únicamente, y asÃ, tú jamás vuelvas a caminar en la carne pecadora ni en el espÃritu de error, que son las raÃces de tus dudas, siempre.
Legalmente, nuestro Padre celestial Padre celestial ha hecho del bautismo en agua esencial en la vida de cada hijo de Él, para abandonar la carne pecadora por la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y asà abandonar el espÃritu de error por dones y
poderes del EspÃritu Santo, porque es únicamente aquÃ, en donde su fe todopoderosa opera en ti, sin fallarte jamás. Ciertamente, poderes del Juramento a Isaac son la fe personal de nuestro Padre celestial confiada a ti, porque cuando tú te bautizas
en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces, tú habrás entrado instantáneamente en su fe y sus asombrosos poderes cotidianos que jamás te fallaran, no importando jamás lo que pase contigo.
Realmente, es únicamente aquÃ, en donde nuestro Padre celestial te limpia de pecado, que aparezca de pronto en tu vida, ya sea que lo hayas cometido tú en contra de Él, su Hijo Jesucristo o su EspÃritu Santo o que viene hacia ti de tus antepasados,
como sea, ellos serán borrados instantáneamente, para que tú no peques jamás en la eternidad. Porque estos son pecados que impiden que tus oraciones, peticiones, intercesiones y bendiciones desciendan en tu vida, porque nuestro Padre celestial ya te
ha enriquecido sobre el monte santo de Jerusalén con su Juramento a Isaac, es decir, si tú renaces del bautismo en agua al invocar los poderes de resurrección que bendijo a su Hijo Jesucristo junto contigo una eternidad entera.
Actualmente, estos son poderes importantes, que empezaran a operar en ti y en tus amados, incluyendo tus vecinos y amistades, porque la fe personal de nuestro Padre celestial estará operando en cosas en que tú estarás ocupado para alcanzar tus metas
cotidianas, para que Él sea glorificado en ti cada vez más y por siempre, cuando tú vayas triunfando en tu vida progresivamente. Ya que, nuestro Padre celestial te necesita junto con tus amados y amistades también, viviendo una vida fructÃfera para
que gente de alrededor del mundo vea, que tu Dios es el Dios del cielo y de la tierra, que está derramando bendiciones cotidianas sobre ti y sobre tus tierras, y asÃ, la gente sea poderosa y digna de invocar su santo nombre.
De hecho, nuestro Padre celestial necesita a las familias de las naciones que estén alabando a un dios diferente, como un pedazo de madera, piedra o tela, que no tienen ningún valor de honor, porque siempre fallaran en bendecirlos, como cuando
necesitan ayuda, es más, son todos ellos espÃritus inmundos, enfermos, sin poder y pobres, por ende, no podrán ayudar a nadie jamás. No obstante, con nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo sobre el monte santo
de Jerusalén y su Lugar SantÃsimo, en Canaán, entonces tú recibirás toda ayuda necesaria en tus dÃas, porque ellos ya han hecho lo divinamente necesario para ayudarte, amarte, resucitarte con poderes y bendiciones desde el cielo arriba y desde
abajo en la tierra.
Realmente, es sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar SantÃsimo únicamente, en donde nuestro Padre celestial espera por ti presentemente, desde cuando su Hijo Jesucristo derramó su sangre expiatoria sobre el madero del Israel antiguo, para que tÃ
º recibas su sanidad que necesitas en tu vida, incluyendo bendiciones del Juramento a Isaac, porque Él ya te ha enriquecido con su fe. Hoy, esta es la misma fe de nuestro Padre celestial llena de su amor infalible, sanidad, felicidad, gozos, y poderes
de resurrección y de bendiciones cotidianos, como el reposo Sabatino, en donde tú gozaras de su amor de Padre hacia ti y los tuyos, incluyendo vecinos y amistades, porque Él siempre cuidad de no fallarte jamás, no importa lo que suceda contigo.
Además, estos son naturalmente poderes de resurrección de nuestro Padre celestial, entregados a su Hijo Jesucristo, porque él fue clavado al madero del Israel antiguo, entonces, él derramó toda su sangre expiatoria y llena de vida eterna para todos:
para que el Padre celestial descienda sobre el madero como la sanidad cotidiana de toda vida, y asÃ, tú recibas sanidad hoy también. Esto significa, que tú siempre fallaras en enfermarte, empobrecerte o perderte para descender progresivamente a
eterna perdición, del infierno tormentoso, porque tú ahora estarás gozando de la fe personal de nuestro Padre celestial, porque trabaja constantemente en ti y en los tuyos, incluyendo tus vecinos y amistades, para que tú vivas su vida todopoderosa
sobre la tierra ante la mirada de sus enemigos.
Visto que, asà es como nuestro Padre celestial glorifica su santo nombre fuego, deshaciendo las obras de Lucifer en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo en la gloria celestial y ante sus huestes angelicales, por ello, al tú ser
victorioso en tu vida con su fe, operando en ti, entonces Él habrá derrotado a sus enemigos en la tierra. Por ende, asà es como nuestro Padre celestial glorifica su santo nombre contigo, con tus amados, vecinos y amistades de alrededor del mundo sobre
el monte santo de Jerusalén, porque tú habrás renacido del agua y del EspÃritu Santo, destruyendo toda obra de Satanás en tu vida y en la de otros igualmente, para que Él se sienta siempre perfectamente glorificado en ti.
Aún más, es aquà únicamente que tú estarás haciendo junto con tus amados y amistades la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial, asà como es en la gloria celestial progresivamente con sus huestes angelicales, porque es sólo en su fe personal,
que tú serás muy santo y perfecto ante Él, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo sobre la tierra de hoy. Por eso, hoy nuestro Padre celestial realmente te puede bendecir sobre todo entendimiento humano, porque tú estarás actuando a cada hora de
tu vida en su fe personal, en donde Él te ha declarado SantÃsimo y Perfecto perpetuamente, asà como Él se lo declaró inicialmente a Abraham, porque creyó en sus palabras: por eso, Él mismo le dijo, Abraham tú eres Santo eternamente.
Igualmente, nuestro Padre celestial te está declarando a ti Santo en este dÃa, porque tú te habrás bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, en donde Él puede realmente entregarte su
bendición cotidiana desde el cielo arriba, asà como bendice a sus ángeles, y asÃ, tú vivas su misma vida siempre enriquecido. Realmente, tú jamás pecaras en su Juramento a Isaac de poderes cotidianos, porque es su misma fe haciendo todo por ti,
tus amados, vecinos y amistades igualmente, para que tú te conviertas en un testimonio vivo de su santo nombre fuego, operando en ti, ayudando a otros a acercarse a su perfecta salvación, en donde sus corazones son extremadamente felices, siempre.
Aquà es donde: nuestro Padre celestial te introducirá en la presencia de su roca de salvación, esperando a que vengas a ella ya, porque te recibirá con cada bendición eterna de ella, llenándote abundantemente con su amor infalible, felicidad, gozos
y otras bendiciones importantes, como el reposo Sabático, y asÃ, tú vivas su misma vida feliz con sus dÃas sin fin continuamente. Puesto que, nuestro Padre celestial necesita manifestar grandezas de su corazón santo junto con su vida eterna, que Él
ya te entregó por su Hijo Jesucristo y por su EspÃritu Santo, para que tú mismo vivas su cada dÃa sobre la tierra con los tuyos, vecinos y amistades, y asÃ, Él atraer a cada familia de las naciones a su gloria angelical.
Por eso, nuestro Padre celestial ha establecido un convenio de vida con Abraham y con el vientre estéril de Sarah su esposa, destruyendo obras de Lucifer empezadas en contra de su santo nombre fuego con un tercio de los ángeles, para que tú seas
liberado de sus males, para vivir únicamente de grandezas de su corazón santo hacia ti: honrándolo a Él, siempre. Considerando que, si nuestro Padre celestial destruye maldades de Lucifer en contra de su santo nombre fuego con sus ángeles caÃdos,
entonces, Él no solamente puede liberarte de sus mentiras, maldiciones, enfermedades, conflictos, problemas, pobreza y muerte, pero igualmente, la misma Tierra para que sea su dulce hogar, empezando contigo, es decir, si crees en obras maravillosas de
su fe en ti, siempre.
Conociendo que, si tú realmente crees a poderes de la fe personal de nuestro Padre celestial, trabajando en ti, entonces, tú habrás sido ya bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, e
instantáneamente tú tendrás soluciones a problemas, enfermedades, dificultades, conflictos, pobreza y muerte, para finalmente vivir liberado de Lucifer y sus males. Esto significa también, que la fe personal de nuestro Padre celestial, que es, su
Juramento a Isaac con poderes tomando control instantáneamente, trabajando en ti sin fallarte jamás, y asÃ, solucionaran tus problemas, dificultades, sanándote de enfermedades y de virus mortales, además alejarte de toda pobreza y muerte, para que tÃ
º conozcas su bondad asombrosa derramándose hacia ti desde el cielo arriba.
Ciertamente que, nuestro Padre celestial hará todas estas cosas por ti cada dÃa, porque tu carne no será ya más de Adán y Eva, por ejemplo, pero ahora, tú estarás vestido de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y con tu espÃritu humano, guiado
por su EspÃritu siempre a toda verdad y justicia junto con bendiciones cotidianas, concedidas ya a ti. AquÃ, la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial es hecha continuamente por sus huestes angelicales del reino, cuando su Hijo Jesucristo y con
poderes del EspÃritu Santo trabaja para conquistar nuevas glorias para su santo nombre, asimismo, su voluntad perfecta es contigo y con tus amados, porque ahora tú vives en su fe personal diariamente para que su nueva tierra venga al mundo.
Esta es la nueva tierra, viajando con Jacobo y con sus hijos nacidos desde Isaac, llevando a toda generación el corazón afligido de nuestro Padre celestial por sus hijos perdidos a mentiras, maldiciones, enfermedades, conflictos, pobreza y muerte de
Lucifer, para que sean liberados eventualmente no a la Tierra vieja sino a su tierra nueva, en donde el pecado no existe jamás. Entendiendo que, con tres sacrificios de Abraham sobre la roca de salvación, descendida del monte Sion a donde nuestro Padre
celestial necesitaba encontrarse con él, bendiciendo a su familia, al regresar a él con la antorcha alumbrando con fuego aquella noche, porque estos eran sus hijos entregados a él y con su santo nombre, quitando el pecado del mundo en un dÃa.
Entonces, es desde la roca de salvación, que tú la encontraras sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar SantÃsimo, cuando eres bautizado ya, esperando está para conocerte en persona, para llenarte de ella con bendiciones de amor, felicidad y
goces interminables junto con su paz asombrosa, que Él ya ha destruido todo mal por ti en estos dÃas, y para siempre. Realmente, es sobre la roca de salvación en que tú vida está fundada junto con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo, su EspÃ
ritu Santo, las huestes angelicales y con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las naciones, obedeciendo palabras vivas del Juramento a Isaac, que los necesita bautizados ya, recibiendo cada bendición cotidiana siempre, y sin fallarles jamá
s.
Presentemente, esta es la roca de salvación entregada a Abraham inicialmente, expiando pecados del mundo mucho antes que su primer hijo nazca del vientre estéril de Sarah como Isaac, por el EspÃritu Santo, que realmente es su Hijo Jesucristo
introduciendo diariamente, como siempre, en cada familia su carne sagrada y su sangre expiatoria por el bautismo en agua, complaciendo al Padre celestial eternamente. Realmente, esta es la roca que Abraham no solamente utilizó, ejecutando tres carneros
para que nuestro Padre celestial descienda con sus hijos prometidos, expiando ya pecados de las familias de las naciones yaciendo en el infierno tormentoso, pero igualmente, esta es la roca en donde él fue llamado a ofrecer a su único hijo Isaac, como
una ofrenda encendida hacia el cielo.
Entendemos que: nuestro Padre celestial finalmente tuvo a su Hijo Jesucristo nacido del vientre virgen de la hija de David, salpicando sangre expiatoria en Canaán, llena de vida eterna no solamente para su dulce hogar, pero también, para hogares de las
naciones, para Él entonces enviar su sanidad a toda familia, empezando con Israel antiguo yaciendo en el Valle de los huesos secos. Escrituralmente, nuestro Padre celestial con sus hijos salpicados con sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, como el ú
nico Rey MesÃas posible de Israel, entonces pecados del mundo fueron quitados, incluyendo el Valle de los huesos secos, viviendo asà nuevamente Israel antiguo, pero sobre la roca de salvación y hasta que Canaán sea paz, por todo ello, sanado eres tú
hoy, si sólo crees.
Por eso, presentemente, tú puedes gozarte de una vida maravillosa, que nuestro Padre celestial ya la ha establecido en Canaán y sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar SantÃsimo por su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, para que tú la vivas
cada dÃa de tu vida, y asÃ, tú glorifiques su santo nombre fuego en ella, viviéndola, ante sus enemigos. Archienemigos, como Lucifer y sus ángeles caÃdos, incluyendo cada impÃo, fallando siempre cada dÃa en conocerlo a Él por su grande Gracia,
su grande Misericordia, su grande Verdad y su grande Justicia Divina, manifestadas por el bautismo en agua y por el bautismo del EspÃritu Santo igualmente, cuando ellos renacen en su presencia santa para conocerlo a Él, por siempre bendecidos
abundantemente.
Considerando que, ha sido la voluntad de nuestro Padre celestial por cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones de conocerlo a Él por su altar de amor, derramando de su asombrosa gracia, misericordia, verdad y justicia
divina, sólo renaciendo de la carne de su Hijo Jesucristo y del EspÃritu Santo, cuando oras con su fe. Desdichadamente, las gentes han caminado lejos de Él, su Hijo Jesucristo y de su EspÃritu Santo, adorando Ãdolos de otros altares extraños, que
no tienen nada que hacer con su amor infalible, gracia, misericordia, verdad y justicia divina, y por ello muchos han caÃdo en mentiras, maldiciones, decepciones, enfermedades, pobreza y muerte de Lucifer en el infierno, para siempre.
Cuando el altar del amor infalible, gracia, misericordia, verdad y justicia divina de nuestro Padre celestial ha estado siempre abierto a cada uno de ellos, con tan sólo ser bautizados en agua y de su EspÃritu Santo, porque para acceder a su Juramento
a Isaac entonces todos tienen que estar limpios del fruto prohibido, que es el espÃritu de error. Además, aquà es, sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar SantÃsimo, en Canaán, en donde nuestro Padre celestial ha establecido su santo nombre
sobre el madero, que en vida fuese la casa de Israel que abandonó la cautividad egipcia, bautizados en el Mar Rojo, para que ellos sean su dulce hogar de sanidad y de paz para los que lo aman siempre.
Definitivamente, esta es la paz que toda la casa de Israel yaciendo en el Valle de los huesos secos necesitaba inmediatamente para volver a vivir nuevamente, porque se sentÃan abandonados por nuestro Padre celestial, aunque ellos lo habÃan complacido
con cada reposo Sabatino y celebraciones de dÃas festivos en cada año, aun asÃ, ellos se encontraban perdidos en regiones de profundas oscuridades. Sin embargo, cuando su Hijo Jesucristo nació del vientre virgen de la hija de David, entonces la
sangre expiatoria de nuestro Padre celestial y llena de su misma vida, salpicó sobre Canaán, estableciéndola como su vida entregada a sus hijos nacidos de Israel y de las naciones de muchas generaciones, pero únicamente, si ellos lo complacen a Él
en sus Diez Mandamientos.
Dado que, estos mandamientos tenÃan que cumplirse por Israel y por las familias de las naciones en Canaán, primeramente, que nuestro Padre celestial escogió como su paraÃso moderno, pero cumplidos en ellos perpetuamente en la carne sagrada, la sangre
expiatoria y el EspÃritu Santo, establecido con Abraham inicialmente: por ello, sólo su Hijo Jesucristo podÃa hacerlo por todos en su vida santÃsima perpetuamente. Por eso, fue importante para nuestro Señor Jesucristo no solamente nacer del vientre
virgen de la hija de David, salpicando vida eterna de nuestro Padre celestial a tierra, para que entonces sus mandamientos sean vividos por su Hijo amado en perfección y santidad, destruyendo asà toda obra de Lucifer y de sus ángeles caÃdos y la
muerte de todos nosotros también, perpetuamente.
Visto que, nuestro Señor Jesucristo nació de la hija de David, restaurando la carne sagrada, los huesos inquebrantables, la sangre reparadora y con vida eterna, y además, la paz de nuestro Padre celestial que Lucifer perturbo con sus ángeles caÃdos,
rebelándose en contra de su santo nombre fuego, para que nosotros postreramente gocemos de su paz siempre en nuestros hogares del mundo entero. Realmente, lo primero que nuestro Padre celestial restauró sobre el monte santo de Jerusalén y su madero
del Israel antiguo fue su paz, porque al ser su Hijo Jesucristo clavado a él junto con su santo nombre fuego, entonces, su rostro divino brilló, concediéndoles paz a las familias de las naciones, empezando con Israel yaciendo en el Valle de huesos
secos.
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