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    From valarezo@21:1/5 to All on Fri Nov 9 20:26:32 2018
    Sábado, 10 de Noviembre, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    EN EL JURAMENTO A ISAAC TÚ ESTÁS EN TIERRA SANTA: AMANDO AL PADRE CELESTIAL DIARIAMENTE:

    Amorosamente, nuestro Padre celestial ungió a Moisés sobre el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah, para enviarlo con su santo nombre fuego a decirle a Faraón que deje ir a su gente a alabarlo: porque el tiempo había llegado para
    que ellos lo amen, le sirvan y le glorifiquen sobre el Lugar Santísimo del monte santo de Jerusalén, en Canaán. Además, nuestro Padre celestial tenía que haber tenido a todo Israel nacido en el cautiverio egipcio con su Juramento a Isaac, para que
    ellos acumulen todos los pecados de las familias de las naciones que habían muerto sin conocer jamás como amarle a él diariamente ni menos habían establecido un convenio de vida para cubrir sus pecados delante de Él eternamente.

    Es decir, que los cuatrocientos años que Israel había estado en la cautividad egipcia fue para recoger cada pecado de pasadas generaciones, del presente y de futuras generaciones para abandonarlas en el lecho marino del bautismo en agua del Mar Rojo,
    por los poderes del Juramento a Isaac, para postreramente amarle, servirle y alabarle sobre su altar antiguo, en Canaán, perpetuamente. Por lo tanto, todo Israel no solamente estaba lista para abandonar Egipto y todo pecado de las familias de naciones
    antiguas en el lecho marino con un bautismo todopoderoso, que los prepararía a todos ellos para amar, servir y glorificarlo a Él y a su santo nombre fuego que deseaba ya su amor, servicio y adoración hacia toda la eternidad venidera.

    Es decir, también que cada hombre, mujer, niño y niña en todo Israel estaba listo para amar, servir y alabar al santo nombre fuego de nuestro Padre celestial por los poderes del Juramento a Isaac en toda la tierra, pero empezando sobre el monte santo
    en Jerusalén, en Canaán, y así liberar al mundo de pecado, cubriéndolo todo completamente de riquezas inescrutables. Por fin, Israel estaba realmente listo para amar, servir y adorar el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial sobre el monte
    santo de Jerusalén, porque los pecados de las familias de las naciones de toda generación habían sido capturados para ser destruidos, bautizándose Israel en el Mar Rojo, y seguidamente cubrirlos con sangres expiatorias de corderos por el desierto del
    Sinaí.

    Ciertamente, Israel se había convertido el primero entre las naciones listo para amar, servir y alabar a nuestro Padre celestial y a su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán; por ende, fue importante que Moisés abandone el
    cautiverio egipcio, finalmente cruzando el Mar Rojo en seco para acceder los lugares en donde ellos servirían a Dios perpetuamente. Definitivamente, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba a Israel bautizado, abandonando el espíritu de error
    por el Espíritu Santo y la carne pecadora por la carne sagrada, y así, operen siempre apropiadamente en el Juramento a Isaac, convirtiéndose así en una nación única: amando, sirviendo y adorándole a Él, porque finalmente Él sería clavado a
    ellos sobre el monte santo de Jerusalén.

    Sin embargo, antes de nuestro Padre celestial llevarse a Israel a Canaán, en donde ellos le amarían, sirviéndole y adorándole a Él y a su santo nombre fuego eternamente sobre el monte santo de Jerusalén, pero primeramente sirviéndole como su sumo
    sacerdote, vistiendo carne sagrada y del Espíritu Santo, que es el Juramento a Isaac con poderes cotidianos de su palabra viva. Estos son poderes de su palabra viva ejecutada por todo Israel como rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento
    a Isaac, que Él tenia que esparcir por el desierto del Sinaí, pero únicamente siempre con abundante sangre expiatoria de corderos, cubriendo todo pecado del mundo entero: porque su Hijo Jesucristo iba a nacer de la hija virgen de David, en Canaán.

    Evidentemente, nuestro Padre celestial no solamente tuvo a Israel nacido en cautiverio egipcio, como su sumo sacerdote del Juramento a Isaac, aprendiendo a amar, servir y alabarlo a Él y a su santo nombre fuego, así como su Hijo amado, el Espíritu
    Santo y las huestes angelicales lo hacen siempre en la gloria angelical, pero igual, Israel necesitaba hacerlo asimismo en Canaán postreramente. Comprendiendo que, nuestro Padre celestial necesitaba a su nueva tierra con sus cielos gloriosos visitando a
    cada una familia de las naciones antiguas ya yaciendo en el infierno (porque fallaron en conocerlo a Él y a su santo nombre salvador), pero igualmente, Él necesitaba que Israel lo llevara a Él y a su santo nombre fuego a sus hijos perdidos del mundo
    entero.

    Por eso, nuestro Padre celestial después de haber bautizado a Israel en el Mar Rojo entonces Él pudo hacer que bebiesen de las aguas amargas de Marah, endulzándolas con su antorcha descendida del monte santo de Jerusalén, que es su árbol llevando su
    santo nombre fuego sobre las familias de las naciones perpetuamente, luego para que beban abundantemente de su roca salvadora. Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba tener a Israel bebiendo de ambos lugares, primero beber de las aguas amargas de
    Marah, endulzadas por su antorcha, que es el árbol que lleva su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, bendiciendo a las familias de las naciones con perdón, sanidad y salvación eterna, para que todos conozcan su santo nombre fuego
    siempre.

    Dado que, una vez que nuestro Padre celestial haya tenido a todo Israel bebiendo de las aguas amargas de Marah, endulzadas por su antorcha llevando su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, entonces, Él no solamente pude salvar a todo
    Israel de sus pecados, pero igualmente, a las familias de las naciones, aunque ya estén algunas en el infierno tormentoso. Porque al todo Israel amarle, servirle y alabarle a Él y a su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán,
    entonces Él atraerá hacia Él a todo hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, para que sean parte de su nueva tierra con sus cielos gloriosos, en donde encontraran salvación eterna con Él siempre.

    Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial establecer un convenio de vida con Abraham y Sarah su esposa, comiendo del pan y vino sobre la Mesa del SEÑOR, servida diariamente por sus Hijo Jesucristo a todo ángel, para que siempre hagan
    su voluntad, y esto es de amar, servir y de adorarle a Él para siempre. Es decir, también que todo aquel que ama, sirve y alaba a nuestro Padre celestial y su santo nombre fuego sobre el altar de su amor prehistórico, entonces, ellos tienen que comer
    y beber de su Hijo Jesucristo el pan y vino de su Mesa santa, para que su Espíritu Santo los enriquezca a todos ellos con perfectos poderes de santidad inagotables.

    Ciertamente, esto es exactamente lo que nuestro Padre celestial necesitó hacer no solamente con Abraham y Sarah, aunque ella tenia su vientre estéril, más toda una nueva tierra con cielos gloriosos, en donde su perfecta voluntad es amada, honrada y
    exaltada por todas las familias de las naciones de siempre, finalmente nació gloriosamente, para que todos entren en ella bautizados únicamente. Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial tener a todo Israel naciendo con el Juramento a Isaac
    en cautiverio egipcio, y así, lidiar con pecados del mundo entero desde su fundación y hasta siempre, porque Israel será siempre la nación de sus sueños dorados con poderes de perfecta santidad: amando, sirviendo y adorando su santo nombre fuego una
    eternidad entera.

    Al rescatar nuestro Padre celestial a Israel del cautiverio egipcio entonces Él lo hizo porque ya era tiempo para que su santo nombre fuego sea amado, servido y adorado apropiadamente por sus hijos nacidos como Isaac por su palabra viva descendiendo
    continuamente sobre el altar antiguo, para que Él finalmente remueva todo pecado para establecer su nueva tierra con cielos gloriosos para siempre. Por eso, Israel al bautizarse en el Mar Rojo, cruzándolo en seco con paredes gigantes de agua en ambos
    lados del camino, entonces ellos habían obtenido poderes para llevar las aguas del Mar Rojo para bautizar a las familias de las naciones por todo el desierto del Sinaí, pero siempre con sangres expiatorias de corderos para que alcancen salvación todos
    ellos finalmente.

    Esto fue algo que solamente nuestro Padre celestial podía hacer con los hijos de Israel, porque ellos habían nacido con los poderes cotidianos del Juramento a Isaac como su primogénito en la nueva tierra con cielos gloriosos, por ende, poseyendo
    poderes para tocar toda vida humana siempre, aunque ya estén muchos yaciendo en el infierno tormentoso (por culpa del pecado). Esta fue la única manera posible que el corazón santísimo y afligido de nuestro Padre celestial por sus hijos que habían
    descendido ya al infierno tormentoso, porque Adán y Eva comieron del fruto prohibido del árbol de la ciencia y del bien en el paraíso, entonces, Él podía alcanzarlos ahora con salvación perfecta, pero siempre únicamente con poderes del Juramento a
    Isaac.

    Visto que, esta es la perfecta voluntad perfecta del Juramento a Isaac de nuestro Padre celestial para alcanzar a cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones del pasado, del presente y del futuro, porque Él ha conquistado poderes
    que Satanás tenía en contra de Adán y de sus hijos, para que sean todos ellos liberados, bautizados únicamente. Por eso, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente a todo Israel bautizado en el Mar Rojo con riquezas que fueran obtenidas de los
    egipcios, porque son de Abraham recibidas por él desde el cielo, pero igualmente, Él necesita a todos sus hijos bautizados por el mundo entero, gozando siempre de estas riquezas gloriosas en nuestros días y por toda una eternidad entera.

    Ya que, esta es la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial que tú goces de estas riquezas que Él les entregó a Abraham y a sus hijos como hereda a la casa de Israel, nacidos como Isaac inicialmente del vientre estéril de Sarah, por poderes del
    Espíritu Santo, para que las familias de las naciones conozcan sus riquezas gloriosas hacia ellos siempre. Porque su archienemigo, Satanás junto con sus ángeles caídos ha trabajado para empobrecer a cada hombre, mujer, niño y niña de todas las
    familias de las naciones, nacidas de su imagen y de su alma viviente en la gloria angelical, ofendiendo así a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para que jamás conozcan sus riquezas hacia ellos siempre.

    Sin embargo, con nuestro Padre celestial bendiciendo a Abraham con riquezas asombrosas junto con su esposa Sarah que tenía su vientre estéril, entonces desde donde no había esperanza para vida ni mucho menos riquezas y grandezas para con la humanidad
    entera, milagrosamente, con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac entre ellos heredaron riquezas de su corazón santísimo continuamente hacia la eternidad entera. Esto significa que cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones,
    empezando con Israel, ya han heredado riquezas de nuestro Padre celestial descendiendo del cielo para que se gocen en ellas, si tú eres renacido del agua y renacido del Espíritu Santo, dándote acceso instantáneamente a riquezas asombrosas de Abraham
    que aun esperan por ti hasta nuestros días.

    Con gracia, nuestro Padre celestial es glorificado en riquezas ya entregada a ti por medio de su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, para que tú dejes de vivir con falta de tus cosas necesarias,
    porque es su voluntad en su Juramento a Isaac que tú con tus amados y amistades seas siempre enriquecidos grandemente. Por cierto, fue inicialmente de nuestro Padre celestial enriquecer no solamente a Abraham y Sarah y todos los suyos de su hogar y
    vecinos de cerca y de lejos, y así, contigo junto con los tuyos y amistades de nuestros días, porque Él quiere hacer que la tierra empobrecida sea enriquecida con poderes cotidianos del Juramento a Isaac, operando en ti continuamente.

    Dado que, es únicamente en poderes cotidianos del Juramento a Isaac que tú realmente recibirás riquezas asombrosas, al ser bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, en que Él grandemente
    glorificado es en la gloria celestial por sus huestes angelicales y en la tierra contigo y tus amados de siempre. Puesto que, son las riquezas que nuestro Padre celestial ya te entregó a ti con tus amados, incluyendo amistades del mundo entero,
    empezando con Abraham y sus hijos, que realmente le dan a Él y a su santo nombre fuego amor, gloria y honor sobre el monte santo de Jerusalén, observando Él a sus hijos eternamente liberados de las pobrezas de Satanás.

    Por eso, nuestro Padre celestial tenía que tener a Israel, especialmente mujeres, pidiéndoles a las egipcias joyas de oro y de plata, porque ellos no solamente necesitaban obtenerlas como sus heredades directamente de Abraham y Sarah, pero igualmente,
    ellos necesitaban ser bautizados con ellas en el Mar Rojo, enriqueciéndote a ti en estos días junto con toda la tierra eventualmente para siempre. Ya que, estas son riquezas de glorias descendiendo de nuestro Padre celestial sobre su Hijo Jesucristo y
    su Espíritu Santo no solamente enriqueciendo a Abraham y Sarah junto con todo su hogar, incluyendo vecinos cercanos y lejanos, pero igualmente, enriqueciéndote a ti siempre con tus amados y amistades, y finalmente la tierra entera, es decir, si tú le
    obedeces a Él, bautizándote.

    Infaliblemente, es únicamente por estas riquezas de glorias que nuestro Padre celestial le entregó a Abraham y a sus hijos prometidos, gozarlas abundantemente, pero igualmente, enriquecer a todo hombre, mujer, niño y niña de las familias de las
    naciones: porque Él junto con su Hijo Jesucristo y con su Espirito Santo ha determinado enriquecer la tierra entera aún más que el reino angelical. Legalmente, la presencia de estas riquezas, demarrándose aun de nuestro Padre celestial sobre Abraham
    y Sarah para enriquecer a Isaac y sus hijos de generaciones venideras, para luego ser su gran familia entre las familias de las naciones, es la manifestación de su perfecta presencia santa por toda la tierra, enriqueciendo así a su nuevo reino de su
    perfecta voluntad últimamente, perpetuamente.

    Considerando que, nuestro Padre celestial puede enriquecer toda la tierra, empezando con una familia, como la de Abraham, creyendo en su palabra viva al derramarse sobre ellos, así como Él la sigue derramando completamente sobre su Hijo Jesucristo
    nacido como Isaac, y así, Él finalmente conquistar las familias de las naciones con su corazón santísimo derramando riquezas y sanidades divinas sobre ellos siempre. Por eso, nuestro Padre celestial necesita a cada hombre, mujer, niño y niña
    bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque: Él realmente necesita bautizarte con la carne sagrada de su Hijo y su Espíritu Santo, pero igualmente, con cada riqueza derramada
    abundantemente sobre Abraham y sus hijos para gozar de ellas continuamente.

    Estas son riquezas de glorias que inundaran la tierra eventualmente, porque emanan del convenio de vida que nuestro Padre celestial empezó con Abraham y el vientre estéril de Sarah, cuando su Hijo Jesucristo nacido como Isaac, para que él empiece a
    vivir solamente riquezas por ti en la casa de Abraham, además, enriqueciéndote así junto con los tuyos cada día, y siempre. Y esto es exactamente lo que nuestro Padre celestial tuvo que hacer nuevamente con su Hijo Jesucristo, pero, esta vez, nacido
    de la hija virgen de David, gozando riquezas de los Diez Mandamientos, cumpliéndolos así al vivir la vida eterna que ha sido entregada a ti ya, y esto no fue solamente para Israel, pero también eternamente para las familias de las naciones.

    Esto es algo que nuestro Padre celestial siempre pudo hacer con su Hijo Jesucristo junto con Abraham y con cada riqueza descendida sobre él y Sarah, gozándolas abundantemente con sus hijos por muchas generaciones venideras, y así, él pueda entrar a
    la vida eterna, conociendo sus riquezas asombrosas de cada día de su corazón santo hacia todos nosotros por una eternidad entera. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido nuevamente, pero, esta vez, con su santo nombre
    fuego del vientre virgen de la hija de David, viviendo la vida eterna de todo Israel yaciendo ya en el Valle de los huesos secos: porque todo Israel necesitaba levantarse a su misma vida santísima nuevamente con los mandamientos cumplidos con abundantes
    riquezas insondables.

    Visto que, estas son riquezas gloriosas transferidas legalmente a cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, porque nuestro Padre celestial necesita tener a sus hijos enriquecidos ya por su Hijo Jesucristo y los hijos de Israel
    clavados con Él sobre el monte santo de Jerusalén, para que su nuevo reino de su perfecta voluntad venga al mundo pronto. Además, nuestro Padre celestial jamás hubiese empezado un convenio ya sea con Adán y Eva en el paraíso o con Abraham y Sarah
    en Canaán, sufriendo siempre necesidades de cosas cotidianas, pero, más bien, ellos heredaron sus riquezas abundantemente, que Él mismo goza constantemente con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo junto con las huestes angelicales en su reino
    sempiterno.

    Considerando que, fue la voluntad de nuestro Padre celestial, enriquecer no solamente a Abraham, pero igual a sus hijos prometidos, empezando con Jacobo, para que sus riquezas se incrementen progresivamente en toda generación venidera, y así,
    conquistar nuevas glorias a su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, enriqueciéndote a ti grandemente junto con tus amados, incluyendo amistades hacia la eternidad. Visto que, nuestro Padre celestial empezó a enriquecer a Abraham junto
    con Sarah y sus hijos naciendo en generaciones futuras, entonces, Él siempre tendrá a su primogénito como Jacobo (Israel) gozando riquezas que siempre han existido en la gloria angelical, y así transferirlas legalmente a cada hombre, mujer, niño y
    niña de las familias de las naciones, pero únicamente bautizados en agua.

    Por eso, es que es importante para nuestro Padre celestial tener a ti bautizado en agua y su Espíritu Santo del Lugar Santísimo, porque, únicamente entonces, tú serás vestido con sus riquezas perfectas que descendieron sobre Abraham abundantemente,
    para que tú con los tuyos las goces siempre y hasta que entres a la gloria angelical, eternamente justificado. Dado que, Satanás por el fruto prohibido que Adán y Eva comieron en el paraíso puede darte pobreza, enfermedad y muerte en el infierno
    tormentoso, pero, con nuestro Padre celestial junto con su Hijo y su Espíritu sobre el monte santo de Jerusalén, que es el Juramento a Isaac y sus poderes en ti bautizado únicamente, te entregara santidades enriqueciéndote instantáneamente siempre.

    Visto que, es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial de condicionarte a vivir en sus perfectas riquezas, cuando tú renaces del agua y de su Espíritu Santo del Lugar Santísimo, y estas son glorias de riquezas que Abraham gozó abundantemente
    con Sarah y sus hijos nacidos en el cautiverio egipcio por cuatrocientos años, escapando finalmente hacia ti hoy en día. Considerando que, estas fueron riquezas gloriosas que nuestro Padre celestial empezó a entregarle a Abraham abundantemente, y
    asimismo a sus hijos en el cautiverio Egipto, porque Él necesitaba que sus riquezas se incrementaran en estos años con los hijos de Israel, pero igualmente con las familias de las naciones ya en el infierno, para que sus riquezas siempre crezcan en tu
    diario vivir.

    En otras palabras, las riquezas de nuestro Padre celestial entregadas a Abraham y a sus hijos nacidos con el Juramento a Isaac necesito descender a los lugares bajos del infierno tormentoso, en donde las familias de naciones antiguas habían descendido (
    porque fallaron en conocer sus riquezas), para que ellos se levanten con grandes riquezas hacia ti hoy, y en la eternidad venidera. Puesto que, estas son riquezas gloriosas, entregadas a Abraham y Sarah abundantemente, para que su Hijo Jesucristo nazca
    como Isaac, gozándolas una eternidad entera, pero igual, Jacobo como su primogénito junto con sus hijos prometidos de generaciones futuras, para que continúen levantándose desde lo bajo del infierno hacia los lugares celestiales de su perfecto reino:
    ¡enriqueciéndote a ti igual poderosamente, como siempre!

    Ahora, gentes de todas las generaciones han sufrido la necesidad de las cosas siempre, porque ellos siempre fallaron en renacer del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo, por cuanto las riquezas gloriosas que nuestro Padre celestial le
    entregó a Abraham y a sus hijos de generaciones futuras, escaparon del cautiverio egipcio, buscándote a ti, pero únicamente en su bautismo. Es decir, también que desde que la casa de Israel se bautizó en el Mar Rojo, entonces, ellos lo hicieron
    abandonando todo pecado del pasado, del presente y futuras generaciones que te empobrecen siempre vilmente, y cuando ascendieron de las aguas todos ellos bautizados con las riquezas de Abraham, realmente fue para alcanzarte a ti con sus abundancias
    insondables de una eternidad entera.

    Porque nuestro Padre celestial te necesita enriquecido con riquezas cotidianas de Abraham, cuando tú eres renacido del agua y del bautismo del Espíritu Santo sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, para que tú lo recibas a Él, su
    Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, enriquecido con sus riquezas asombrosas, y así, todos conozcan que tú le sirves al Todopoderoso. Ya que, nuestro Padre celestial necesita caminar contigo junto con su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y con sus
    riquezas que escaparon de Egipto también con toda la casa de Israel, para que tú realmente crezcas hacia Él en la gloria angelical, pero siempre con riquezas reales que jamás te fallaran a ti junto con tus amados y amistades alrededor del mundo
    entero.

    Porque esta es la única manera en que nuestro Padre celestial no solamente hizo que Abraham y junto con Sarah y sus hijos de generaciones futuras conozca sus riquezas entregadas a ti ya, por su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, Él
    pude hacer que todos los demás gocen de ellas, y así, remover toda pobreza de Satanás del mundo entero. Puesto que, nuestro Padre celestial no solamente está lidiando con el perdón, sanidad, y muerte de cada hombre, mujer, niño y niña, pero
    igualmente, Él necesita lidiar con la tierra y sus necesidades, erradicando toda pobreza de Satanás de sobre ella perpetuamente, y esto es solo posible con riquezas escapadas del cautiverio Egipto, bautizadas en el Mar Rojo, alcanzándote a ti hoy.

    Es decir, si tú renaces del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo para entrar en su Juramento a Isaac, en donde Él trabajara con sus manos en ti, haciéndote así perfecto y santo, pero
    sobre todo, enriquecerte con riquezas de Abraham siempre, entonces tú conocerás su misma vida en ti finalmente. Considerando que, nuestro Padre celestial se entregó a sí mismo para darse a conocer a Abraham y Sarah, como un Dios muy rico, dispuesto a
    derramar sus riquezas sobre ellos sin medida alguna, aunque ellos ya habían sido enriquecidos abundantemente, aun así, Abraham siguió recibiendo mucho más del cielo, que dijo, ¡Yo he recibido muchas riquezas ya, Señor!

    Bien, este es nuestro Padre celestial presentemente contigo y conmigo, así como fue Él con Abraham y Sarah junto con sus hijos de muchas generaciones, listo para enriquecerte grandemente, porque Él necesitaba no solamente quitar el pecado del mundo
    entero, pero igualmente, toda pobreza, pero sólo con riquezas gloriosas de Abraham viniendo hacia ti diariamente hasta que digas, ¡Me has enriquecido demasiado, Padre! Visto que, nuestro Padre celestial necesita bendecirte, así como a Abraham junto
    con Sarah y sus hijos adoptados de aquellos días, porque estas bendiciones del cielo angelical no son solamente para la salvación de tus amados junto con tus vecinos y amistades de todas partes, pero igual, es el camino de milagros enriquecidos que
    tienen que desarrollarse sobre la tierra, empezando contigo siempre.

    Puesto que, la vida que Abraham vivió de nuestro Padre celestial junto con Sarah y todo su hogar fue una vida de milagros enriquecidos de cada día, en donde ellos no eran los únicos bendecidos desde el cielo junto con sus vecinos y amistades, pero
    igualmente, gentes que aun ellos no conocían de lejanas tierras, para que las manos del Todopoderoso los tocase. Considerando que, nuestro Padre celestial le dijo a Abraham que cada hombre, mujer, niño y niña seria bendecido, y esto significa: perdón,
    sanidad, restauración junto con sus pertenencias, y de todos sus amados igual, incluyendo vecinos y amistades: pero también, esto significa enriquecerlos grandemente, mirándolos desde el cielo con su amor, como cuando llueve abundantemente riquezas a
    n desconocidas del hombre sobre la tierra.

    Por eso, tú necesitas cada palabra viva del Juramento a Isaac derramándose de nuestro Padre celestial sobre su altar del amor prehistórico, y así, tú seas enriquecido por su Hijo Jesucristo nacido como Isaac en días de Abraham, y luego sobre el
    monte santo de Jerusalén, en Canaán, desde donde Él finalmente envió su sanidad sobre Israel y sobre ti también hoy. Por lo tanto, fue esencial para nuestro Padre celestial ayudar a Israel escapar del cautiverio egipcio, para que finalmente Él
    tener a su Hijo Jesucristo en ellos como Isaac, naciendo cada vez nuevamente entre sus familias, como cuando les nace un bebe, entonces su primogénito Jacobo (Israel) va creciendo progresivamente siempre, para que postreramente Él mismo se manifieste
    al mundo entero eternamente.

    Efectivamente, nuestro Padre celestial necesitaba llevar a todo Israel por el bautismo del Mar Rojo, entonces luego ellos beber de la roca de salvación para jamás volver a tener sed nuevamente, porque comiendo del maná cotidiano de su boca santa,
    finalmente ellos estaban listos para ser su árbol de vida (del pan y vino) sobre el Lugar Santísimo, salvando así a sus hijos mundialmente. Además, nuestro Padre celestial necesitaba que todos los hijos de Israel se conviertan en el árbol que endulz
    las aguas amargas de Marah, porque después de ellos haber bebido de su roca de salvación, y comido de su boca santa maná que descendía desde el cielo diariamente, entonces, ellos podían levantar su santo nombre fuego sobre toda la tierra
    eternamente.

    Proféticamente, una vez Israel bautizado ya en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, instantáneamente entonces las palabras vivas del Juramento a Isaac se manifestarán en ellos enteramente,
    convirtiendo la tierra vieja en una tierra nueva, nacida de su corazón santísimo sobre Isaac en su Lugar Santísimo, descansando inicialmente sobre el monte Moriah. Aquí es cuando, palabras gloriosas de nuestro Padre celestial nacidas de su corazón
    santísimo, como el Juramento a Isaac, derramándose sobre el monte santo de Jerusalén, mientras Abraham estaba cerca de ella, entonces finalmente se manifestarán como la nueva tierra con sus cielos gloriosos, haciendo que las palabras de Satanás
    desaparezcan de toda la tierra y de su humanidad entera, para siempre.

    Es decir, también que instantáneamente palabras vivas, nacidas del corazón santísimo de nuestro Padre celestial sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, serán palabras cotidianas de nuestras bocas, en donde nosotros nos
    continuaremos comunicando uno al otro sin jamás mentir nuevamente con nuestras bocas, porque finalmente el Juramento a Isaac habrá conquistado la tierra vieja con su tierra nueva eternamente. Aquí es cuando, toda mentira, maldición, enfermedad,
    pobreza y muerte junto con otros males finalmente desaparecerán de sobre la faz de la tierra, abriéndole camino a toda palabra viva derramada del corazón santísimo de nuestro Padre celestial, como parte de nuestro diario vivir, y sin pecar jamás
    nuevamente: porque todos nosotros estaremos bautizados junto con la tierra nueva y sus cielos gloriosos eternamente.

    Últimamente, la victoria de nuestro Padre celestial sobre el monte santo de Jerusalén, clavado al madero, que fue el Israel antiguo yaciendo en el Valle de los huesos secos, pero ahora, ellos están todos sobre su monte alto con Moisés, sirviendo a su
    santo nombre fuego perpetuamente, bendiciendo con perfecta santidad a todo hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones. Este es el fuego que nuestro Padre celestial llamó a Abraham a empezar con su hijo Isaac sobre el monte santo de
    Jerusalén y su Lugar Santísimo, descansando sobre el monte Moriah, para que su nueva tierra con sus cielos gloriosos se manifieste finalmente a las naciones, bautizadas todas en agua para entrar en ella, en donde no existe el pecado nunca más.

    Aquí es donde nuestro Padre celestial normalmente encuentra su reposo Sabatino con los hijos de Jacobo, porque este es un convenio establecido con Moisés en el desierto del Sinaí, para que Él no solamente descanse con sus hijos, pero también con las
    naciones ya pronto, es decir, cuando cada uno de ellos sea bautizado en agua y bautizado en su Espíritu Santo. Por eso, nuestro Padre celestial siempre vela por Canaán desde el cielo, que Él ha escogido para vivir con sus hijos renacidos del bautismo
    en agua y del bautismo del Espíritu Santo, porque esta es la única manera posible para entrar en su presencia santísima, que es el Juramento a Isaac, bendiciéndonos cada día hasta que su reino venga al mundo entero finalmente.

    Ya que, esta es la tierra con vida eterna ya que nuestro Padre celestial siempre ha soñado vivir con su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo, sus huestes angelicales y contigo y con los tuyos igualmente, incluyendo tus amistades de alrededor del mundo
    entero, porque toda la raza humana finalmente gozara de su amor asombroso hacia todos sus hijos una eternidad entera. Esta es la tierra vieja, renacido, como todo pecador de las familias de las naciones del pasado, del presente y de futura generaciones,
    porque el bautismo en agua, empezado en el Mar Rojo con Israel, es poder con el Juramento a Isaac, cambiándolo todo de mal hacia el bien a quienquiera y a todas las cosas igualmente, glorificando así su santo nombre eternamente.

    Definitivamente, este es el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial restituido sobre toda la tierra con cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, viviendo entre nosotros hoy en día o yaciendo ya en el infierno tormentoso o
    que vienen de generaciones futuras, en todo momento, su santo nombre fuego ondeara sobre la nueva tierra eternamente victorioso. Nuestro Padre celestial finalmente manifestara sus victorias asombrosas en contra de Satanás y de sus ángeles caídos sobre
    el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, pero con Israel bautizado, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo y su Espíritu Santo, clavado ya al madero del Israel antiguo, para que su palabra viva remueva toda mentira del mundo
    entero perpetuamente.


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