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    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Fri Sep 28 15:59:47 2018
    Sábado, 29 de Septiembre, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    LA NUEVA TIERRA CON SUS RIQUEZAS A VIAJADO GENERACIONES: ALCANZÁNDOTE HOY:

    Nuestro Padre celestial llamó a Abraham a abandonar su hogar y tierras, su padre y madre, parientes y amistades, para ir a la tierra que Él le mostraría, porque él había sido ungido para ser padre de una gran nación naciendo milagrosamente de Él,
    su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo sobre el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el monte Moriah. Sin esperar más, Abraham obedeció al llamado de nuestro Padre celestial, porque él tomó a su esposa Sarai y con todas sus posesiones que
    le pertenecían a él junto con su nieto Lot, porque él tenia que entrar a la tierra que su Dios lo había llamado a habitarla con su familia, y esta es la tierra de Canaán.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba obedecer al llamado de abandonar su tierra, padre y a sus amados y conocidos de muchos años, porque él estaba listo para recibir mucho más de lo que estaba abandonando, cumpliendo así con la voluntad
    perfecta del Padre para con su vida y la de los suyos por nacer en Canaán eternamente bendecidos, enriqueciendo así la tierra eventualmente. Obedientemente, cuando Abraham llegó a la tierra que nuestro Padre celestial le había mostrado para heredarla,
    entonces, él inmediatamente levantó un altar para bendecir al Padre en el cielo, por razones de la hermosa tierra que le había mostrado para poseerla con sus amados que venían junto con él, y así recibir todas las bendiciones preparadas para
    disfrutarlas todos juntos.

    Ahora, nuestro Padre celestial había llamado a Abraham a poseer la tierra que Él personalmente había escogido para establecer su altar del amor prehistórico que siempre ha existido en el cielo con Él, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo,
    bendiciendo no solamente toda gloria del cielo, pero igualmente angelical, creados para gloria y honor de su santo nombre fuego para siempre. Es decir, que al Abraham obedecer al llamado de nuestro Padre celestial para entrar a la tierra que él jamás
    había visto para vivir allí con sus amados, como Sarai su esposa y Lot su nieto con sus parientes, entonces Él lo hizo finalmente todo así, para tener a alguien en la tierra, creyendo en su palabra viva, derramada de su corazón santísimo.

    Puesto que, nuestro Padre celestial había llamado a Abraham a la tierra que era hostil hacia Él, su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo, porque estaba habitada por gentes que servían y adoraban a sus dioses con sus altares individuales, levantados
    en toda su tierra, y no estaban dispuestos a abandonarla, más bien, listos estaban para quedarse en ella, perpetuamente. Sin embargo, con nuestro Padre celestial teniendo a un hombre junto con sus amados obedeciendo su llamado para entrar a su tierra
    escogida, y así, establecer su altar del amor prehistórico eternamente, en donde su familia siempre ha vivido con Él toda una eternidad, entonces, Él estaba listo para pelear en contra de sus enemigos y hasta reconquistar nuevamente su tierra
    escogida.

    Ciertamente, con Abraham obedeciendo a su palabra para entrar en Canaán entonces Él podía pelear en contra de sus enemigos, que no estaban dispuestos a obedecer su palabra ni menos abandonarla para gloria de su altar del amor prehistórico
    descendiendo del cielo, para bendecir a Abraham y a sus amados, pero igualmente, a las familias de las naciones necesitadas de sus bendiciones. Esto fue algo que nuestro Padre celestial necesitaba empezar con Abraham junto con sus amados, porque Él
    necesitaba pelear en contra de sus enemigos que eran numerosos como la arena del mar, sin embargo, con uno de sus siervos obedeciendo a su palabra viva, hablada a él con mucha bondad y con sus poderes, entonces Él podía enfrentarse a cualquier enemigo
    y derrotarlo.

    Visto que, esta era la pelea que nuestro Padre celestial necesitaba empezar con Abraham y con sus amados que traían hacia Canaán su palabra viva y sus promesas de una gran vida para él y sus hijos prometidos, pero igualmente, su altar del amor prehist
    rico, descendiendo del cielo iba a instalarse por primeara vez sobre la tierra, para empezar su obra salvadora. Esto fue algo que nuestro Padre celestial necesitaba hacer con Abraham junto con su hijo Isaac y así empezar a establecer su voluntad
    perfecta en cada familia de las naciones, así como está establecida en el cielo con sus huestes angelicales, que son siempre fieles todos ellos a su santo nombre fuego, conquistando siempre nuevas glorias asombrosas toda una eternidad entera.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial estaba listo con Abraham y junto con sus amados para enfrentarse a sus enemigos en Canaán, y así, conquistarla, por su palabra viva y poderosa, hablada a su siervo y amados, porque esta era una lucha de su palabra
    venciendo toda mentira y engaño de Satanás establecidas ya en sus altares de las familias de las naciones ocupando Canaán. Realmente, lo que nuestro Padre celestial estaba haciendo junto con Abraham y sus amados, entrando con él en Canaán, fue
    establecer primeramente toda palabra viva y promesas hacia Abraham y su familia en la tierra escogida, entonces, hizo que el Espíritu Santo de su palabra destruya cada mentira de Satanás, liberando así al mundo entero de todo pecado postreramente,
    empezando en Israel.

    Además, para que la palabra viva y promesas de grandes bendiciones de nuestro Padre celestial hacia Abraham y sus amados empiece a enraizarse en Canaán, entonces, Él tenia que sentarse con Abraham a comer pan y vino con los 318 hijos adoptados de la
    Mesa santa, servida por su Hijo Jesucristo en el cielo para mantener a cada ángel perfecto y santo siempre. Considerando que, todo el reino de los cielos continua siempre perfecto y santo por toda la eternidad, entonces, se debe a que todos comen del
    pan y vino de su Hijo Jesucristo, servido diariamente para comer perfecta santidad ante nuestro Padre celestial y su Espíritu Santo, y estos son los poderes conocidos por nosotros en estos días como el Juramento a Isaac.

    Puesto que, esta es la única manera posible para nuestro Padre celestial mantener su voluntad obedecida siempre por sus huestes angelicales, como arcángeles, querubines, criaturas especiales, y demás, para que le continúen amando, sirviendo, alabando
    a su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, que es su dulce hogar, en donde Él vive con su familia divina siempre glorificado. Por eso, Lucifer se convirtió en Satanás y sus ángeles caídos en demonios, ya que se habían rebelado en
    contra de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, desafiando su santo nombre fuego sobre su altar antiguo, entonces, ellos cesaron de comer del pan y vino, convirtiéndose en seres horribles y malignos como los hemos conocido
    hasta nuestros días.

    Por lo tanto, las gentes viviendo en Canaán sin el consentimiento de nuestro Padre celestial entonces ellos estaban siendo alimentados por Satanás y por los ángeles caídos comida del infierno, alimentando así toda mentira, maldición y maldades que
    estaban recibiendo de Satanás y de sus secuaces malvados, por ende, nuestro Padre celestial necesitaba parar estas maldades inmediatamente antes que se rieguen mundialmente. Por cuanto, nuestro Padre celestial necesitaba bendecir a todo Canaán
    grandemente no solamente entregándosela a Abraham y a sus hijos prometidos por nacer en generaciones futuras incontables como las estrellas del firmamento, pero igualmente, Él necesitaba bendecir con salvación perfecta a cada hombre, mujer, niño y ni
    a de todas familias de las naciones del pasado, del presente y del futuro.

    Sin duda alguna, esto era algo que tenia que tomar lugar en la tierra que Él había escogido no solamente para establecer su altar del amor prehistórico para siempre con Abraham y su familia creyendo en sus palabras vivas y promesas, pero igualmente,
    todas las familias de las naciones, creyendo en Él y en su santo nombre fuego por todo el mundo. Por cuanto, cada uno de ellos creyendo en Él, su Hijo Jesucristo (nacido como Isaac y luego como su único Hijo amado en Canaán), y el Espíritu Santo,
    entonces, ellos podían perfectamente bautizarse en agua en cualquier lugar de las naciones, accediendo así instantáneamente a su altar de su amor prehistórico, en donde Él los recibirá siempre con su convenio de vida.

    Visto que, nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo necesitaba conquistar a toda familia de las naciones desde el monte santo de Jerusalén, en donde Él siempre ha vivido con su familia divina y con sus huestes
    angelicales, para que sus hijos eventualmente regresen a Él y a su vida eterna por el todopoderoso convenio de reconciliación. Además, este es un convenio de su palabra viva, que nuestro Padre celestial le empezó a hablar a Abraham, enriqueciéndolo
    así grandemente junto con su esposa Sarai, aunque su vientre estaba estéril y sin hijos eternamente, pero por su palabra viva, hablada tempranamente, entonces, Él podía darles a su Hijo Jesucristo como Isaac, y así, Abraham posea su Espíritu de
    vida eterna siempre.

    Porque esto era exactamente lo que nuestro Padre celestial necesitaba para cada familia de las naciones del pasado, presente y futuro, porque por el convenio de su palabra viva y de sus promesas entregadas a Abraham y su familia, entonces, Él no
    solamente les entregaría a su Hijo Jesucristo como Isaac, pero igualmente, a su Espíritu Santo con riquezas inagotables del cielo arriba. Indefectiblemente, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente a Abraham junto con Sarai y sus hijos adoptados,
    hablando y creyendo en sus palabras entregadas a ellos ya en Canaán, viviendo allí en aquellos días, pero igualmente, Él necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac para que hable sus palabras llenas del Espíritu Santo y sus poderosos
    milagros, y bendiciones asombrosas de riquezas interminables.

    Visto que, serian las palabras de vida de nuestro Padre celestial habladas a Abraham y a su familia regándose desde ellos hacia otros, enriqueciendo así a toda familia de las naciones por muchas generaciones, recibiendo siempre sus bendiciones, poderes
    y regalos del cielo, pero igualmente, era importante para Él ver a su Hijo Jesucristo como Isaac, estableciendo su gloria sobre la tierra finalmente. Por cuanto, cuando nuestro Señor Jesucristo nació como Isaac del vientre estéril de Sarai entonces é
    l trajo a las familias de la tierra la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria, llena de vida eterna del Padre celestial que sería restaurada postreramente por una de hija de Abraham y de Sarai, y esta es la hija de David en
    Canaán.

    Legalmente, la hija de David tenia que derramar la sangre santísima del Padre celestial, llena de vida eterna no solamente para Israel, pero igualmente para cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, porque Él necesitaba
    deshacerse de la carne pecadora de Adán y Eva que comió del fruto prohibido, cuando se les había dicho jamás comer de él. Porque en el día que comiesen de él, entonces ellos pecarían en contra de nuestro Padre celestial, empezando a alejarse no
    solamente de Él, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo junto con las huestes angelicales, pero también, ellos empezarían a alejarse de su altar del amor prehistórico, en donde ellos necesitaban crecer y así gozar de riquezas de cada día siempre.

    Considerando que, nuestro Padre celestial había planeado ya establecer su nueva tierra con sus cielos gloriosos, porque Él necesitaba vivir no solamente con su familia divina, conocida únicamente como su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero
    simultáneamente vivir con la humanidad entera, empezando con Adán y Eva, y así, poblar toda la tierra con sus hijos nacidos de Él únicamente siempre. Ciertamente, esto era algo que nuestro Padre celestial necesitaba hacer con Adán y Eva junto con
    los hijos nacidos en generaciones futuras en la tierra, porque en el cielo Lucifer había pecado no solamente en contra de Él, su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo, pero igualmente, él amenazaba tomar control del reino angelical, cubriéndolos a
    todos ellos con sus mentiras de siempre.

    Por cierto, nuestro Padre celestial necesitaba empezar todo nuevamente, pero lejos del reino angelical, en un mundo que jamás haya pecado en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y esta es la tierra, en donde Adán y sus hijos continú
    an naciendo sobre ella hasta nuestros días, por los poderes asombrosos y cotidianos de su altar del amor prehistórico. Ahora, tú dirás, la tierra es corrupta para que un Dios santísimo venga con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo junto con
    las huestes angelicales y las familias de las naciones redimidas de muchas generaciones, creyendo en su palabra viva, hablada a Abraham y su semilla divina para vivir en ella ya, pero, con su palabra viva activada: Él si puede.

    Definitivamente, este es el Juramento a Isaac que nuestro Padre celestial necesitaba establecido sobre la tierra con su Hijo Jesucristo yaciendo sobre el madero como Isaac ante Abraham y Sarai con su vientre estéril, dándole hijos incontables hasta hoy,
    pero también, últimamente su Hijo Jesucristo yaciendo sobre el madero como Yeshua (Jesús) en Canaán, conquistada por sus hijos finalmente para su reino venidero. Este es el Juramento a Isaac, derramado desde el corazón santísimo de nuestro Padre
    celestial como una compilación de poderes y dones asombrosos sobre el altar del amor prehistórico del reino angelical, manteniendo así a las huestes angelicales no solamente siempre santos y perfectos, pero igualmente, para alabar y exaltar
    continuamente su santo nombre fuego, para que su voluntad divina sea siempre honrada.

    Legalmente, cuando nuestro Padre celestial llamó a Abraham al monte alto, mostrándoselo sobre el Moriah, entonces, fue no solamente para tender a su hijo Isaac sobre el madero como una ofrenda encendida hacia Él en el reino angelical, pero igualmente,
    fue para empezar a derramar la tierra de sus sueños con sus cielos gloriosos, en donde el pecado jamás existirá para siempre. Esto es un proceso santísimo, desarrollándose, empezado con Abraham e Isaac su hijo sobre el monte Sion, descansando sobre
    el Moriah, que sigue manifestándose incesantemente como una nueva tierra con sus cielos espléndidos por la aflicción y mediación del Espíritu Santo en Israel, salvando la humanidad entera, que nació en Isaac, y siguió con Jacobo y sus hijos, y
    hasta su victoria final.

    Por eso, cuando un bebe nace en una familia israelí entonces el Espíritu Santo está dándole vida nuevamente a Isaac, para que el ministerio del Juramento a Isaac siga manifestándose incesantemente en aquel recién nacido y hasta ser adulto, llevando
    siempre el corazón de nuestro Padre celestial afligido y mediando para que sus hijos regresen a Él, pero sin pecado alguno. Porque nuestro Padre celestial necesita salvar a sus hijos perdidos a las mentiras, maldiciones y muertes de Satanás en el
    infierno tormentoso, para que ellos regresen a Él sin pecado—por eso—el bautismo en agua fue dado desde el cielo a cada hombre, mujer, niño y niña para que renazca nuevamente, invocando la santidad perfecta de su nombre para salvación eterna.

    Asumiendo que, cada gota de agua que toda la tierra tiene hasta este día, ha descendido siempre como lluvia desde el cielo para que sus hijos puedan sostener sus vidas junto con cada otro reino que Él ha creado, apoyando toda vida humana continuamente
    como los animales sobre la tierra, el pescado en vastos océanos, y aves en los cielos espaciosos. Innegablemente, esta es el agua que se ha acumulado a través de años en grandes cuerpos acuáticos como posos, ríos, lagos y océanos vastos, en donde
    cualquier hombre, mujer, niño y niña puede bautizarse, invocando la perfecta santidad de su nombre todopoderoso, para que ellos tengan acceso a su nueva tierra con sus cielos espaciosos, que nuestro Padre celestial ha creado ya.

    Desde cuando nuestro Padre celestial empezó a derramar las aflicciones y mediaciones de su corazón santísimo sobre la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria, entonces, ha seguido derramándose y manifestándose en Jacobo y en
    cada uno de sus hijos para que todas las familias de las naciones sean bendecidas, conociendo su nueva tierra dorada que es su Juramento a Isaac. Este es un ministerio único del Espíritu Santo: llevándolo a cada hombre, mujer, niño y niña nacido de
    Israel con las aflicciones y sufrimiento del corazón de nuestro Padre celestial por sus hijos perdidos a mentiras de Satanás para que regresen a casa, sin pecado—y este es el camino, la verdad y la vida de su Juramento a Isaac para toda reconciliació
    n.

    Además, cada aflicción, sufrimiento, mediación ejecutada por el Espíritu Santo en cada hombre, mujer, niño y niña de Israel, porque ellos son los ungidos de nuestro Padre celestial para hacer esta obra maravillosa para Él y gloria de su santo
    nombre fuego en toda generación, es recibida cada vez sobre el monte santo de Jerusalén, complaciendo así su corazón santísimo para siempre. Considerando que, cuanto más nuestro Padre celestial es complacido con cada aflicción y sufrimiento que É
    l ha conocido en toda generación, viendo a sus hijos descender al fuego eterno del infierno (porque fallaron en tener un convenio con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo), entonces, esto significa que la nueva tierra ya ha sido creada por Él,
    manifestándose pronto mundialmente.

    Dado que, cuanto más el Espíritu Santo es capaz de ministrar el Juramento a Isaac en cada hombre, mujer, niño y niña de Israel a través de toda generación, entonces pronto nosotros veremos esta nueva tierra con sus cielos espléndidos, llenos de
    glorias que jamás nadie ha visto, porque siempre han existido en su corazón santo y perfecto para que sean manifestadas últimamente. Por eso, es que Satanás teme mucho cuando Israel crece, que él tiene que enviar su altar junto con sus ministros de
    maldad (sacerdotes brujos y brujas para que impidan la obra maravillosa del Espíritu Santo, reduciendo el número de Israel en todo lo posible), para que el ministerio del Espíritu Santo falle en alcanzar a los hijos perdidos con su mediación.

    Ahora, si todos de la casa de Israel se bautizan en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, Satanás fallara en impedir que ellos crezcan, porque es únicamente el Juramento a Isaac que hace
    que Israel se mantenga siempre firme en su crecimiento, porque no existe poder mayor que el Juramento, para destruirlo. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial podrá por fin tener su corazón santísimo creciendo con mayores poderes del cielo, como
    desde el día en que Él empezó a derramar del Juramento a Isaac sobre la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora, que el Espíritu Santo podrá seguidamente interceder como nunca antes para que todo hijo perdido regrese a casa
    ya.

    Esto significa que los poderes de nuestro Padre celestial en el Juramento a Isaac podrán incrementarse poderosamente en todas las familias de las naciones como nunca antes, manifestando así las grandezas de su corazón santísimo por todo hijo suyo,
    para que Él los pueda salvar de las maldades de Satanás y de toda pobreza, enfermedad, y muerte en el infierno tormentoso finalmente. Esto nos dice también, que nuestro Padre celestial liberara a todos sus hijos del mundo entero para que regresen a su
    grey, el Lugar Santísimo, sobre el monte santo de Jerusalén, en donde Él los recibe con su amor infalible que siempre ha sentido por ellos, y así, gocen de sus riquezas maravillosas, entregadas a todos ellos ya para vivir eternamente enriquecidos.

    Puesto que, es la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial que sus hijos vivan muy ricos y santísimos, así como Él ha vivido siempre con su familia divina que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y últimamente, eres tú también familia
    santísima junto con tus amados y amistades, porque su Hijo y su Espíritu ya te han traído a su grey. Además, su Hijo Jesucristo junto con el Espíritu Santo te ha comprado junto con tus amados y amistades del mundo entero para la grey de nuestro
    Padre celestial con gran precio, pagado con su sangre preciosa de vida eterna sobre el monte santo de Jerusalén, derramada sobre sus hijos israelíes primeramente, levantándolos del Valle de los huesos secos a riquezas interminables del reino.

    Porque cuando nuestro Señor Jesucristo fue clavado al madero del Israel antiguo yaciendo en el Valle de los huesos secos, esperando por la bendición del Padre celestial desde Sion, entonces, los hijos de Aarón ascendieron el monte santo de Jerusalén
    para que el santo nombre fuego escrito como Rey de los Judíos, sea entonces reescrito, que él dice ser Rey de los Judíos. Sin embargo, los soldados romanos no estaban dispuestos a complacerlos esta vez, porque era la voluntad de nuestro Padre
    celestial de tener su santo nombre fuego clavado a sus hijos que se habían tornado en maldición en el Valle de los huesos secos, y por sus poderes cotidianos los levanto en el Tercer Día para ver al Señor, sirviéndole a Él eternamente aceptados.

    Puesto que, debía ser sobre el monte santo de Jerusalén con su Hijo Jesucristo clavado a sus hijos yaciendo en el Valle de los huesos secos sin esperanza de vida nuevamente, cuando los hijos de Aarón tenían que invocar su santo nombre fuego colgando
    del madero, considerado como un lugar de maldición, entonces, el Padre los bendijo desde Sion con perfecta salvación eterna. Aquí es donde, sus hijos finalmente fueron bendecidos por la roca de salvación, dándoles a beber de ella perfecto amor en
    abundancia, llena con asombrosa santidad, alegrías y gozos angelicales de ser redimidos por la sangre expiatoria y de vida eterna del Padre celestial, para entrar a la gloria angelical únicamente para conocer la grandeza de su corazón santo hacia
    ellos, para siempre.

    Presentemente, aquí nuestro Padre celestial ya ha bendecido a cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, porque ellos están en la misma situación en que todo Israel antiguo una vez vivió en el Valle de los huesos, sin fe
    y sin salvación, y sólo hasta que su santo nombre fuego fue invocado sobre ellos para vivir nuevamente. Definitivamente, no hay necesidad alguna para que tú vivas una vida pecadora con escasez de las cosas esenciales de una vida bendecida, porque
    cuando nuestro Padre celestial envió su bendición desde Sion, entonces, Él te bendijo a ti también, y así, tú jamás vivas escasez que Lucifer ha vivido desde que el pecado nació en su corazón en contra de nuestro Creador.

    Corrientemente, no hay necesidad alguna para que tú sufras escasez de cosas en tu diario vivir, porque nuestro Padre celestial ha enviado su bendición desde Sion sobre sus hijos israelíes yaciendo en el Valle de los huesos secos (por culpa del becerro
    de oro recibido), entonces, tú fuiste bendecido también en este día con toda bendición de riquezas de la gloria angelical. Realmente, cuando tú te bautizas en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo
    entonces los poderes asombrosos y cotidianos del Juramento a Isaac entraran en tu vida únicamente para bendecirte progresivamente, y hasta que su nuevo reino venga al mundo, porque tú habrás entrado a su nueva tierra, en donde existe pobreza alguna
    jamás.

    Evidentemente, esta es la nueva tierra con cielos gloriosos, derramándose del corazón santísimo de nuestro Padre celestial desde cuando Abraham ascendió el monte Sion, heredado por Jacobo y sus hijos, llevado por todas las generaciones con el cuidado
    del Espíritu Santo, anunciándole a toda familia de las naciones del renacer del mundo, en donde jamás existe pecado, ni enfermedad, ni pobreza en ellos. Porque esta es la nueva tierra con cielos gloriosos: en donde nuestro Padre celestial se encontrar
    con cada hombre, mujer, niño y niña de toda fe del mundo entero: como musulmanes, budistas, hindúes, satanistas, brujos, brujas, paganos, del Vaticano o de cualquier otra religión, porque sus pecados ya han sido destruidos en el Mar Rojo
    inicialmente, por poderes de su santo nombre fuego.

    Por eso, toda la casa de Israel puede celebrar en la presencia santa de nuestro Padre celestial cada festividad dada a ellos en cada año desde los días de Moisés, como el Festival de los Tabernáculos, la Pascua y otros más, como el reposo del Sá
    bado cada siete días, por ejemplo, porque estas festividades son celebradas en poderes del Juramento a Isaac, siempre. En consecuencia, estas festividades son santísimas ante nuestro Padre celestial, cuando son celebradas de acuerdo a su perfecta
    voluntad en toda la casa de Israel, porque en estas festividades, cuando son desarrolladas por los poderes del Juramento a Isaac, entonces, cada una de ellas es celebrada en su nueva tierra, en donde el pecado ya no existe en sus hijos jamás en la
    eternidad.

    Por eso, nuestro Padre celestial cada siete días recibe a cada uno de sus hijos de la casa de Israel sobre el monte santo de Jerusalén, en Israel, porque ellos han caminado por toda la tierra con su Espíritu Santo afligido y gimiendo, para que las
    familias de las naciones entren a su nueva tierra antes que se manifieste sobre el mundo entero. Por ende, como en cada Sábado, nuestro Padre celestial recibe a sus hijos de la nueva tierra con cielos espléndidos que han viajado por toda la tierra,
    diciéndoles el Espíritu Santo por medio de su corazón santísimo y afligido e intercediendo por toda familia de las naciones la urgencia a que ellos aborden ya su nueva tierra, antes que su puerta cierre.

    Visto que, el fin del viejo estilo de vida sobre este mundo pecador está por finalizar, en donde nuestro Padre celestial eventualmente manifestara su nueva tierra con sus cielos gloriosos, viajando con los hijos de Israel por toda generación, anunciá
    ndoles el Espíritu Santo a todos que la nueva tierra está lista ya para todo creyente, a que viva su vida enriquecida, siempre. Definitivamente, esta es la nueva tierra, en donde tú mismo vivirás en ella ya, con nuestro Padre celestial bendiciendo tu
    vida con su Hijo y con su Espíritu, trabajando con el Juramento a Isaac y sus poderes cotidianos de su palabra viva: llenándote de amor, gracia, misericordia, verdad y justicia divina para que lo goces siempre todo, hasta manifestar su nuevo reino
    mundialmente.

    Es únicamente aquí: en donde nuestro Padre celestial le hablara a toda tu vida cada palabra de vida que emerge de su corazón santísimo sobre Isaac, confirmada con Jacobo finalmente para ser llevada por sus hijos por toda generación, bendiciendo a
    las familias de las naciones con perfectos poderes de amor, en donde lo que es imposible entonces es posible para siempre. Francamente, hablamos del Juramento a Isaac y sus poderes derramados por nuestro Padre celestial no solamente por ti hoy, pero
    igualmente, para tus amados del pasado, presente y futuras generaciones para que tengan diariamente poderes asombrosos siempre: viviendo una vida bendecida, en donde Lucifer aun con sus secuaces desea imponer su vida pecadora sobre ti, en donde tú
    siempre sufrirás pobrezas con él.

    En esta nueva tierra con cielos gloriosos, emergiendo del corazón de nuestro Padre celestial, rescatando a sus hijos de pecados, maldiciones, muertes y del infierno de Satanás, que es su Juramento a Isaac en ti y alrededor de ti diariamente sobre la
    tierra, entonces, tú jamás conocerás la necesidad de las cosas ni menos perderás tu salud, ni tus riquezas, ni tu vida. Este es el lugar más seguro para nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, como su familia divina,
    conocida por las huestes angelicales, y sobre toda la tierra igualmente es el lugar más seguro para cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, para vivir protegidos por su palabra viva, enriqueciéndote progresivamente
    siempre.

    Por ello, lo único que tú necesitas hacer hoy en día para entrar a esta nueva tierra con sus cielos estupendos, que bendice el cada día de tu vida ante nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con sus ángeles santos, es
    renacer del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo y su Espíritu. Porque invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo entonces tú estarás abandonando debajo del agua el espíritu
    de error, recibido del fruto prohibido, como cuando Eva y luego Adán comieron de él, para que tú vivas la vida pecadora y rebelde que Lucifer heredó al desafiar su santo nombre fuego, sobre el monte santo de Jerusalén.

    Esta es la vida pecadora de Lucifer, en donde tú siempre escasearas de cosas básicas para vivir una vida apropiada y lo suficientemente fuerte enfrentando maldades de Lucifer, que él lanzara en contra de ti por medio de sus secuaces y ángeles caídos,
    que siempre están ellos listos para atacarte cuando sea posible con mentiras crueles, maldiciones, y decepciones, hiriéndote sin misericordia alguna. Sin embargo, con el Juramento a Isaac, recibido por ti, únicamente bautizado en agua, invocando la
    perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo entonces tú vivirás una vida fuerte como es vivida en el paraíso y en La Nueva Jerusalén celestial, y también en Israel por su Hijo Jesucristo últimamente, para que tú la
    vivas siempre enriquecida y poderosa.

    Por eso, cuando nuestro Padre celestial te ve desde Sion, entonces, Él fallara en verte cada día de tu vida cometiendo pecados en contra de Él, porque su Hijo Jesucristo jamás pecó en la vida eterna ni en la gloria angelical, como en el paraíso, o
    en La Nueva Jerusalén celestial o en algún otro lugar celestial ni menos en todo Israel. Realmente, esta es la vida perfecta que nuestro Padre celestial solamente la ve en sus hijos, no importando jamás, en donde estén ellos, como el Israel antiguo
    yaciendo en el Valle de los huesos secos, pero, con su Hijo Jesucristo derramando su sangre sobre el monte Sion y el madero—entonces Él los vio impecables, enriquecidos, y victoriosos sobre Satanás por todo Canaán.

    Asumiendo que, actualmente, cuando tú eres bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, Él te ve en su bendición eterna que envió desde Sion sobre sus hijos israelíes, levantados
    como el madero antiguo del monte santo de Jerusalén, bañados en la sangre expiatoria, complaciendo toda verdad y justicia persistentemente en todos ellos. Por ende, es únicamente aquí, en donde tú entraras en el Juramento a Isaac, que es la nueva
    tierra con sus cielos gloriosos, apareciéndose de pronto ante el mundo entero, después de haberla llevado la casa de Israel por muchas generaciones, anunciando a las familias de las naciones, que el nuevo reino de la voluntad perfecta del Padre está
    por manifestarse ya.


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