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All on Fri Aug 17 12:23:03 2018
Sábado, 18 de Agosto, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
(Deseamos expresar nuestro amor, oraciones y condolencias a las familias de todas las victimas de este accidente fatal, en Genoa, Italia, en done un puente colapso, reclamando las vidas de 22 fallecidos, y algunos heridos. Ellos están en la presencia
santÃsima de nuestro Padre celestial, porque su Hijo Jesucristo pagó con su sangre santÃsima por la culpa de sus pecados, por los poderes del Juramento a Isaac, para que tengan vida en abundancia en el cielo, para siempre. Nosotros seguiremos orando
por sus familiares, para que entiendan que sus amados desaparecidos están en la gloria eterna, viviendo la vida que nuestro Padre celestial señalo para ellos vivirla eternamente en su Hijo Jesucristo y en su EspÃritu Santo. ¡Amén!)
EL JURAMENTO A ISAAC ES UN PODER SIEMPRE PRESENTE EN TI: ENERIQUECIÉDOTE DIARIAMENTE:
Por su amor infalible para con la humanidad entera: Nuestro Padre celestial llamó a Abraham a llevar a su hijo Isaac al lugar que Él mismo le enseñarÃa en Canaán, en donde él tenia que ofrecerlo como en un sacrificio quemando, ascendiendo hacia su
presencia santÃsima del cielo glorioso, porque Él estaba listo para hacer algo maravilloso por toda la tierra postreramente. Nuestro Padre celestial necesitaba encontrarse con Abraham y con su hijo Isaac en el Lugar SantÃsimo, descansando sobre el
monte Moriah, para que Él no solamente reciba su amor asombroso que él lo habÃa aprendido de Isaac su hijo, pero igualmente, Él estaba listo para derramar su único amor glorioso sobre todas las familias de las naciones, para siempre.
Claramente, las familias de las naciones ya habÃan vivido sus vidas en la tierra y descendido a las regiones de los perdidos eternamente, porque ellos fallaron en conocer su santo nombre fuego ni tampoco conocÃan de su gran amor por su Hijo Jesucristo
y por su EspÃritu Santo, por ende, fallaron en tener la sangre expiatoria de corderos cubriendo sus pecados. Puesto que, nuestro Padre celestial habÃa creado el infierno y sus regiones de tormentos eternos para Lucifer y sus ángeles caÃdos, pero jamá
s para sus hijos nacidos de Adán y Eva, por eso, Él estaba preocupado por ellos que continúen pecando y descendiendo a estos lugares terribles de tormentos interminables, entonces Él tenÃa que establecer un convenio de vida inmediatamente—ayudá
ndolos siempre.
Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba comer del pan y vino con Abraham y sus hijos adoptados sobre su Mesa santa, servida diariamente por su Hijo Jesucristo como Melquisedec, rey de Salem, y Santidad de Dios, para que Él luego derrame todo su
amor maravilloso de su corazón santÃsimo, que Él siempre ha sentido por ellos, aunque yacÃan ya en el infierno tormentoso. Este es el dÃa en que nuestro Padre celestial siempre espero, porque Él necesitaba manifestar por su Hijo Jesucristo y por su
EspÃritu Santo el amor maravilloso, que Él siempre sintió y acarició por sus hijos nacidos de su imagen y de su alma santÃsima, por ello, Él necesitaba manifestárselo a ellos tal cual, aunque ellos yacÃan ya en el infierno, perdidos eternamente.
Después de tres dÃas de camino, cabalgando con su hijo Isaac sobre una asna con el madero y dos jóvenes acompañándolos, entonces Abraham pudo ver el lugar que nuestro Padre celestial habÃa escogido para derramar desde su corazón santÃsimo todo su
perfecto amor y santidad sobre sus hijos nacidos de su imagen y de su alma, ayudándolos asà a regresar a casa pronto. Abraham les dijo a sus dos jóvenes acampándolo, que esperen con los asnos, porque él ascenderÃa con su hijo Isaac y con el madero
y fuego para ver al Padre celestial, porque Él estaba listo para hacer algo maravilloso sobre lo alto, bendiciendo a toda la tierra junto con las familias de las naciones, por último, que regresarÃan pronto a ellos.
Obedientemente, Abraham empezó a caminar con su hijo Isaac hacia el lugar, en donde nuestro Padre celestial esperaba encontrarse con ellos junto con el madero y el fuego que encenderÃa el fuego, ascendiendo con su amor por su hijo Isaac para
encontrarse y ser uno por una eternidad entera con el amor del Padre por su Hijo Jesucristo y por su EspÃritu Santo. Puntualmente, Abraham arribó sobre el monte alto, que realmente era el monte Sion, descansando sobre el monte Moriah, entonces él
preparo el madero para tender a su hijo Isaac sobre él, porque él no solamente tenÃa que matarlo como un sacrificio de amor de su familia hacia la familia divina del reino angelical, pero igualmente, encender el fuego del nuevo reino venidero.
Aquà es cuando, nuestro Padre celestial vio a Abraham listo para cortar con su cuchillo a su único hijo Isaac, entonces Él tenÃa a su único Hijo Jesucristo, llamándolo desde el cielo para que no lo hiera gravemente, porque ahora Él sabÃa que
Abraham jamás le negarÃa a su único hijo cómo un sacrificio de amor eterno hacia Él, en el cielo. En este momento, nuestro Padre celestial vio que Abraham estaba cumpliendo con su mandamiento de no herir a su único hijo Isaac, pero, más bien,
dejarlo ir libre del peligro de morir y quemar como en un sacrificio de ofrenda encendida, ascendiendo continuamente hacia Él, en el cielo, porque Él estaba listo para derramar todo su amor infalible sobre él una eternidad entera.
Aquà es cuando, nuestro Padre celestial le prometió bendecirlo a él más allá de todo entendimiento humano, porque Abraham no solamente estaba listo para hacer todo esto con su único hijo Isaac, en quien él habÃa aprendido a amar con su esposa
Sarah junto con sus hijos adoptados viviendo en su hogar, pero igualmente, con todos sus hijos naciendo en generaciones futuras. Es decir, que Abraham no solamente estaba listo para obedecer a nuestro Padre celestial, sacrificando a su único hijo Isaac,
en quien él habÃa aprendido a amar como amó en sus dÃas al Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo, por ende, él estaba listo a sacrificar a cada hijo prometido en su familia de generaciones futuras.
(Por cierto, si tú eres una persona judÃa nacida en Israel (o en cualquier nación del mundo), entonces Abraham estaba listo a obedecer al llamado de ascender del monte santo de Jerusalén y su Lugar SantÃsimo para ofrecerte a ti (tú mismo hoy) como
en una ofrenda encendida a Él, en el cielo, para que su salvación sea posible al fin en la tierra.) Sin embargo, esto fue algo que únicamente su Hijo Jesucristo podÃa hacer por Abraham en sus dÃas, ascendiendo como Isaac para ser ofrecido él mismo
como en una ofrenda encendida sobre el altar del amor prehistórico, porque esto fue una manifestación de amor de familia humana que nuestro Padre celestial necesitaba hacerla una con el amor de su familia divina del reino angelical.
Esto es amor: uniendo no solamente el amor familiar de Abraham y Sarah junto con sus hijos adoptados, haciéndose uno con el amor de la familia divina de nuestro Padre celestial que es su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, y, asimismo, con el amor de
las familias de las naciones, aunque hayan ya descendido al infierno, sin embargo, Él aun los ama. Y para hacer esto posible: entonces nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham sobre el monte Sion, descansando sobre el Moriah, con su único hijo
Isaac dispuesto sobre el madero, porque Él derramarÃa continuamente sobre su carne sagrada y su sangre expiatoria junto con los huesos inquebrantables todo su amor de su corazón para con las familias de las naciones, salvándoles del mal postreramente.
AquÃ, nuestro Padre celestial derramó su corazón santo sobre todo hombre, mujer, niño y niña de Israel (sin nacer aún), porque Jacobo no habÃa nacido todavÃa ni habÃa establecido un convenio con Dios sobre el monte santo de Jerusalén, más aún,
Él derramó su amor infalible para las familias de las naciones, para que tengan un convenio de vida con Él, siempre. Aquà es cuando, nuestro Padre celestial por vez primera manifestó su amor infalible sobre sus hijos nacidos de su imagen y de su
alma santÃsima, empezando con Adán y Eva, porque Él jamás los olvido a ellos, pero Él siguió amándolos, aunque ellos habÃan caminado, alejándose de Él, comiendo del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Este es el momento, en que nuestro Padre celestial les hablo tantas veces al pueblo judÃo en Israel, para que ellos sepan junto con las familias de las naciones, que: De tal manera Dios amó al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que
en él crea no muera más tenga vida eterna (Juan 3:16). Este es el Juramento a Isaac que nuestro Señor Jesucristo le manifestó no solamente a Israel, pero igualmente a cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, aunque muchos
yacen en el infierno, pero aun asà Él los ama a ellos, y con todo su amor sublime derramado de su corazón santÃsimo, Él tiene poderes para ayudarlos siempre.
Dado que, el infierno está lleno de fuegos atormentando el alma de cada hombre, mujer, niño y niña que ha descendido allÃ, porque fallaron en bautizarse en agua, al invocar la perfecta santidad de su nombre, su Hijo y su EspÃritu Santo, sin embargo,
el amor sentimental del corazón de nuestro Padre celestial es más poderoso que todo fuego infernal, para ayudarlos siempre. Por eso, es que nuestro Padre celestial ha ordenado el bautismo en agua para sus hijos al invocar la perfecta santidad de su
nombre, su Hijo y su EspÃritu Santo, porque con él tú tendrás poderes del fruto de la vida, removiendo el espÃritu de error por el EspÃritu de Gracia, Misericordia, Verdad y de Justicia Divina, reinando en tu vida siempre.
Estos son poderes que Adán y Eva estaban supuestos a obtener en el paraÃso con simplemente comer del fruto de vida en vez del fruto prohibido, porque estos son los poderes de la roca de salvación que son abundantes en su amor infalible, gozo, alegrÃ
as, felicidad, el reposo Sabático, y paz junto con otras bendiciones necesarias constantemente, para vivir una vida bendecida. Por eso, nuestro Padre celestial tenÃa que derramar su corazón santÃsimo sobre un hombre digno de recibir por vez primera
su amor asombrador junto con abundantes bendiciones, enriqueciendo toda vida humana en el cielo una eternidad entera, para que tú vivas esta vida maravillosa y gloriosa cuando aún todo hombre vive en la tierra hoy, y asà manifestar su nuevo reino
mundial pronto.
Es decir, que cuando nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo nacido del vientre estéril de Sarah como Isaac, por su EspÃritu Santo, entonces Él finalmente tuvo a alguien digno de recibir su amor asombroso, el amor entregado a ti ya con
poderes de vida eterna, para que tú lo vivas en estos dÃas antes de ascender al reino de los cielos. Aquà es cuando, nuestro Padre celestial derramó todo su corazón de su amor infalible de bendiciones interminables de cada dÃa para ti y tus amados,
incluyendo tus amistades, porque finalmente Él tenÃa a su Hijo amado nacido en una familia humana como Isaac junto con su EspÃritu Santo, en donde Él derramarÃa todo amor y vida sobre ti, y asà vivas feliz siempre.
Por eso, su Hijo Jesucristo junto con su EspÃritu Santo fue muy importante para Abraham, su esposa Sarah, sus hijos adoptados (comprados con dinero de extranjeros) y sus hijos por nacer en sus familias de generaciones futuras, para que él sea siempre
importante para ti como el Cordero de Dios, y con su sangre expiatoria, removiendo todo pecado de ti, siempre. Además, este es el Juramento de nuestro Padre celestial derramado sobre Isaac en el monte santo de Jerusalén y su Lugar SantÃsimo, en el
Moriah, en donde luego en Canaán conquistado, y sobre el mismo altar su Hijo Jesucristo fue clavado al madero del Israel antiguo, levantándolos del Valle de muerte a vida en el Tercer DÃa, para que tú vivas enriquecido hoy.
Esto es el amor infalible de nuestro Padre celestial, consumiendo su corazón santÃsimo siempre por cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones yaciendo en el infierno, para que tú lo goces grandemente, asà como Abraham y su
familia lo gozaron en sus dÃas y postreramente en el cielo—porque su amor te levanta a ti también ahora mismo. Este levantamiento que nuestro Padre celestial hará por ti, no será solamente de tu Valle de tus huesos secos, asà como el Israel
antiguo necesito ser levantado al mundo del EspÃritu Santo, en donde ellos pertenecen, pero igual, tú serás levantado de tus enfermedades, conflictos, pobreza y muerte hacia dÃas de gozo y de riquezas interminables de su amor infalible por tu
bienestar.
Misericordiosamente, este es el amor divino del corazón del Padre celestial por ti, por tus amados (aunque tú sabes que están en el infierno, pero aun Él los puede ayudar con los poderes del Juramento a Isaac), incluyendo tus amistades de alrededor
del mundo, porque el poder de su amor santÃsimo es inagotable, constante, y no te fallara jamás. Justamente, este es el amor de riquezas interminables de nuestro Padre celestial que siempre sintió por Adán y sus hijos, empezando con Eva, pero Él
siempre fallo en ayudarlos, porque comieron del fruto prohibido por su imagen santa, desfigurando asà su imagen santÃsima en ellos, y asà todos fallaron siempre en comer del fruto de vida para ayudarlos una eternidad entera.
Sin embargo, con su amor maravilloso que nuestro Padre celestial derramó sobre su Hijo Jesucristo y sobre su EspÃritu Santo como Isaac, entonces Él realmente lo derramaba sobre cada hombre, mujer, niño y niña yaciendo ya en el infierno, y también
por sus hijos de generaciones futuras, porque Él necesitaba destruir el fruto prohibido de Satanás en la tierra, empezando en el infierno. Ciertamente, al nuestro Padre celestial derramar su corazón santÃsimo sobre el único hijo amado de Abraham,
que fue Isaac, entonces Él derramó todo su amor infalible que necesitaba trabajando en cada hombre, mujer, niño y niña yaciendo en el infierno no solamente arrestando pecados, pero igualmente, expiándolos con un final bautismo del Mar Rojo, sepultá
ndolos asà en el lecho marino para siempre.
Evidentemente, lo que nuestro Padre celestial le dijo a Abraham, después de caminar con sus hijos prometidos, que fue la antorcha con su santo nombre fuego, alumbrando aquella noche sobre la roca con los tres carneros separados en sus mitades, opuestas
una a otra, y con los dos palominos sin cortar, entonces fue para Él expiar el mundo pecador, empezando en el infierno. En aquella noche, sobre el altar y con sus tres carneros, Él camino entre las mitades opuestas una a otra junto con los dos
palominos sin cortar, destruyendo cada pecado que habÃa llevado al infierno a las naciones antiguas, y asÃ, Él finalmente derrotar a Satanás y la muerte, liberándolos postreramente para su reino venidero de su perfecta voluntad sobre la tierra.
Por eso, es que nuestro Padre celestial le dijo a Abraham que sus hijos iban a nacer en tierras extranjeras, cautivados por cuatrocientos años, puesto que, Él necesitaba todos estos años junto con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo, expiando
pecados de la humanidad entera y asà finalmente removerlos del mundo entero, con el bautismo del Mar Rojo, para siempre. Por estos cuatrocientos años, nuestro Padre celestial trabajo con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo, en donde Él derramó
todo su amor inmenso de su corazón santo por las familias de las naciones yaciendo en el infierno, para que Él mismo finalmente ayudarles, quitando todo pecado del mundo entero, con su bautismo en agua, cambiando asà la humanidad entera perpetuamente.
Amorosamente, nuestro Padre celestial con la casa de Israel nacida en el cautiverio egipcio, entonces Él trabajo con su Juramento a Isaac, derramándolo continuamente sobre el altar del amor prehistórico mientras su Hijo Jesucristo yacÃa sobre el
madero como Isaac, naciendo asà Israel, para que Él postreramente expÃe por todo pecado triunfantemente alrededor del mundo entero a través de generaciones futuras. Por ende, por el Juramento a Isaac, en que toda la casa de Israel nació en el
cautiverio egipcio de cuatro siglos, entonces Él puso sus manos santas a laborar con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo no solamente destruyendo pecados en todo el infierno con las familias de las naciones antiguas, pero igualmente de todas las
generaciones futuras.
Por lo tanto, nuestro Padre celestial con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo, obrando incansablemente en la familia de Abraham y de sus hijos nacidos después de él de generaciones venideras, lidio victoriosamente con cada pecado en el infierno
por cuatro siglos, y asà también por los hijos nacidos de generaciones futuras, para que su nuevo reino venga al mundo próximamente. En otras palabras, hasta hoy no hay más pecados que nuestro Padre celestial no haya lidiado y expiado victoriosamente
sobre él en Israel, en los cuatro siglos del cautiverio egipcio, y después del bautismo del Mar Rojo, en donde los israelitas le sirvieron como sacerdotes en su Lugar SantÃsimo, cubriendo todo pecado con las sangres expiatorias de corderos por el
desierto del SinaÃ.
Por eso, nuestro Padre celestial llama a todos bautizarse en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo y su EspÃritu Santo, porque por medio de la familia de Abraham y sus hijos prometidos nacidos en cautiverio egipcio, y en Canaán, É
l ha lidiado y expiado con su Juramento a Isaac cada pecado afectando tu vida y de tus amados igualmente. Por ende, tú perfectamente puedes confiar en su Juramento a Isaac, en donde Él ha puesto todo su amor muy sentido por ti, los tuyos, incluyendo
tus amistades, porque nuestro Padre celestial te necesita viviendo su vida que te ha entregado llena de su amor infalible, gozos, alegrÃas, con su reposo Sabatino, paz, además con bendiciones asombrosas, enriqueciendo cada dÃa tu vida.
Milagrosamente, tú gozaras de la vida de nuestro Padre celestial, entregada a ti, tus amados, y amistades, porque en el Juramento a Isaac no existe pecado jamás, porque Él ya los expió y destruyó, extinguiéndolos del mundo entero perpetuamente, y
asÃ, tú conozcas de alegrÃas interminables de su amor infalible por ti, que tú no tienes idea que existen por ti aún. Puesto que, es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial que tú goces de su vida eterna y de los poderes asombrosos y
constantes de su Juramento a Isaac, derramados abundantemente sobre su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo por las generaciones hasta hoy, para que tú los goces diariamente, cumpliendo su voluntad perfecta, asà como en el cielo con los ángeles.
Aquà es donde, nuestro Padre celestial no solamente te recibirá como su hijo legÃtimo, pero asimismo tus pertenencias, para que sean parte de su vida santÃsima del cielo, en donde Él trabajara en ellos con sus manos santÃsimas, y asà resolverlas
con su Gracia, Misericordia, Verdad y Justicia Divina, gozando su misma vida abundante hacia ti cada dÃa, y por siempre. Y es únicamente sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar SantÃsimo, en donde su Juramento a Isaac se derrama sobre ti
progresivamente, para que vivas tu vida con poderes que tú necesitas ya, enfrentándote a todo problema, dificulta y conflictos que estarán delante de ti, que su mismo EspÃritu y palabra viva tomaran cuidado de ellos, y hasta resolverlos completamente.
Por cuanto, no es solamente el EspÃritu Santo del Juramento a Isaac y de su palabra viva trabajando a favor tuyo, concerniente a todo malestar en ti, tus amados, incluyendo tus amistades, pero igualmente, está su santo nombre fuego con su rostro
brillando sobre tu vida por completo, obrando contigo igual, y asà seas siempre victorioso ante todo delante de ti. Considerando que, la tiniebla de malestares, conflictos, problemas, enfermedades, maldiciones, pobreza y hasta muerte serán parte de tu
diario vivir, cuando eres rodeado de mentiras, maldiciones, enfermedades, problemas, conflictos y hasta muerte, visto que, todo pecado los alimenta, manteniéndolos activos y hasta creciendo también, y aquà es cuando sientes no tener control de ellos.
Sin embargo, cuando tú eres bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces toda tiniebla de pecado desciende al infierno, en donde permanecerán allà perpetuamente, para jamás regresar
a ti, alimentando esos malestares, dificultades, problemas, enfermedades, pobreza, maldiciones y muerte, porque tú habrás cambiado el espÃritu de error por el EspÃritu Santo. Aquà es cuando, nuestro Padre celestial empezara a trabajar con sus manos
santas en todo tu interior con la ayuda constante de los poderes y dones cotidianos del EspÃritu Santo, y asÃ, tú seas lavado de toda tiniebla que estaba alimentando esos malestares, problemas, conflictos, pobreza, maldiciones y muerte en tu vida, y
en la de tus amados igual.
Puesto que, estos son los momentos de las manos de nuestro Padre celestial operando en tu interior junto con la ayuda idónea de poderes y dones del EspÃritu Santo, para que toda tiniebla que tú estés experimentando en tu vida, entonces será removida
completamente, porque en el Juramento a Isaac derramándose constantemente no se encontrara jamás ningún pecado en ti, para siempre. Tú eres perfecto y santo en la presencia santÃsima de nuestro Padre celestial, porque el Juramento a Isaac te hace
perfecto y santo con la constante ayuda idónea de poderes y dones del EspÃritu Santo, entregados a ti para tus dÃas en la tierra y en la gloria celestial perpetuamente, únicamente conociendo las grandezas de su amor infalible por ti.
Estos son poderes del Juramento a Isaac, que nuestro Padre celestial le hablo a Abraham cuando podÃa hacerlo asÃ, porque él tenÃa que ser perfecto y santo, asà como Él es con su Hijo Jesucristo, con su EspÃritu Santo y con el reino angelical, y asÃ
, tú mismo vivas las bendiciones de su vida eterna con sus amados por generaciones venideras. Visto que, es únicamente aquà con el Juramento a Isaac y sus poderes cotidianos derramándose sobre ti, tus amados, y amistades, en donde tú no solamente
serás perfecto ante nuestro Padre celestial, asà como Él lo es en la eternidad, pero igualmente, tú serás perfectamente santo ante todos en la tierra, porque su imagen divina estará restaurada en ti con todo poder.
Estos son poderes de su rostro santÃsimo brillando sobre el tuyo, porque tú naciste de esta misma imagen para ser su perfección, gloria y santidad no solamente en su familia divina que es su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, pero asimismo con las
familias de las naciones, porque Él las quiere bendecidas, conociendo siempre su amor infalible y glorias por ellos. Además, cuando nuestro Padre celestial te dio vida a ti de su imagen y de su alma bendita, entonces Él lo hizo asà para que tú tambiÃ
©n seas santo y perfecto perpetuamente con su Hijo, su EspÃritu Santo y sus huestes angelicales, y asÃ, tú estés siempre firme en la tierra, manifestando su asombroso amor y glorias a todas sus familias amadas grandemente.
Por eso, cuando nuestro Padre celestial derramó su corazón sobre Isaac nacido del vientre estéril de Sarah, por los poderes del EspÃritu Santo, entonces Él lo hizo con su amor infalible por cada hombre, mujer, niño y niña, aunque ellos yacÃan ya
en el infierno (culpables de pecado), asà Él les otorgó poderes de su amor para regresar a su vida nuevamente. Además, este es su Hijo amado como Isaac y el EspÃritu Santo con poderes y dones de su palabra viva, emergiendo de su corazón santÃsimo,
demandando que tú seas bendecido, conociendo y viviendo los poderes de su amor infalible por ti, tus amados, y amistades, porque Él te escogió para que seas su reino de su voluntad perfecta en la tierra, eternamente.
Por eso, cuando tú eres bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces el fruto prohibido finalmente te abandonara con el espÃritu de error, dándole paso al EspÃritu Santo para que
entre en tu vida en su lugar, porque el corazón santÃsimo de nuestro Padre celestial trabajara incansablemente en ti, desde ahora mismo. Aquà es cuando, tú realmente conocerás la vida como deberÃas conocerla ya inicialmente, pero, por culpa de
tinieblas del fruto prohibido y del espÃritu de error entonces esto fue imposible en ti, sin embargo, ahora tú no estarás operando más en el pecado, alimentando tinieblas en ti, más bien, nuestro Padre celestial mismo estará trabajando en ti con
sus asombrosos poderes cotidianos.
Aquà es cuando, tú por fin habrás accedido al altar de Abraham e Isaac, en donde Él derramó su corazón de amor puro, felicidades, gozos, prosperidad, riquezas inagotables, paz, el reposo Sabatino junto con bendiciones importantes en tu diario vivir,
y asÃ, tú seas su hijo legÃtimo, llevando su imagen brillando sobre tu rostro, que es la luz del nuevo mundo venidero. Además, nuestro Padre celestial desea alcanzar a cada hombre, mujer, niño y niña de todo Israel junto con los hijos de las
familias de las naciones, que perfectamente son todos ellos de la fe de grupos musulmanes, taoÃstas, budistas, hinduistas, y toda otra fe, alabando Ãdolos e imágenes, y con el bautismo en agua entonces remover estos pecados de su diario vivir instantá
neamente.
Por cuanto, el Juramento a Isaac tiene poderes para remover pecados que estos credos estarÃan viviendo con ellos hoy en dÃa, finalmente escapando de tinieblas del fruto prohibido y del espÃritu de error, que les dan una vida sufriendo la falta de todo
creado por nuestro Padre celestial para gozarlos, y asÃ, ellos vivan riquezas que les pertenece legalmente una eternidad entera. Puesto que, asà es que nuestro Padre celestial por poderes y dones del Juramento a Isaac, puede asegurarse que su santo
nombre fuego junto con su glorioso rostro brille sobre tu rostro con su luz que quita las tinieblas del mundo, y asÃ, tú puedas vivir en su luz conociendo las riquezas cotidianas de su vida eterna, creadas para tú vivirlas ahora mismo.
Considerando que, nuestro Padre celestial en su Juramento a Isaac te ha entregado ya todo su reino junto con todas sus riquezas creadas hasta hoy junto con su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, para que tú las empieces a gozar de ellas en estos dÃas,
porque es su perfecta voluntad para que tú junto con los tuyos las gocen todas enteramente. Dado que, en el diario descender del Juramento a Isaac sobre tu vida, Él ha puesto sus manos santÃsimas en tu corazón, mente, cuerpo, alma y espÃritu humano,
removiendo todo lo que no está bien, para que no haya nunca nada para mirar al pasado, todo se ha ido, he aquà nuevas cosas vienen en tu vida, ascendiendo hacia la gloria celestial siempre.
En el Juramento a Isaac, bañándote con sus poderes cotidianos continuamente, derramándose desde el corazón de nuestro Padre celestial, que empezó con su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo yaciendo sobre el madero como Isaac con Abraham cerca de é
l, entonces, Él hasta hoy sigue derramando de su palabra viva sobre ti, y asÃ, tú vivas una vida cada dÃa victoriosa siempre. Además, nuestro Padre celestial ha hecho estas maravillas por ti, empezando con su Hijo y con su EspÃritu Santo yaciendo
sobre el madero como Isaac, como una ofrenda encendida hacia la gloria celestial, cuando Abraham fue llamado a sacrificarlo, para que tú recibas vida en lugar de muerte (por pecador), entonces su amor te enriquecerá, asà como Él es enriquecido cada
vez más.
Este es el lugar, en donde nuestro Padre celestial te necesita en estos dÃas, porque Él no solamente te limpiara del poder del fruto prohibido y del espÃritu de error, pero igualmente, tú lo recibirás a él completamente como tu Padre celestial,
cuidándote progresivamente con sus palabras vivas y con los poderes de su EspÃritu Santo, y asÃ, tú vivas una vida victoriosa. En vista de que, es únicamente sobre el monte Sion, en donde nuestro Padre celestial te recibirá para que recibas sus
poderes de perfecta santidad siempre, listo para que tú conquistes nuevas glorias con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo ante las huestes angelicales en estos dÃas, incluyendo tus amados y amistades, y asÃ, tú vivas su vida eterna
completamente feliz.
Porque nuestro Padre celestial no solamente empezó a manifestar su rostro brillante sobre Isaac cuando nació del vientre estéril de Sarah, por los dones y poderes cotidianos del EspÃritu Santo, para que Él mismo entonces empiece a restaurar su
imagen en cada hombre, mujer, niño y niña, aunque ellos habÃan descendido al infierno, pero igualmente, manifestó riquezas asombrosas, creciendo cada dÃa hacia ti. Por ello, nuestro Padre celestial te necesita bautizado, invocando la perfecta
santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, porque tú serás limpio de pecado y del espÃritu de error para recibir los poderes del EspÃritu Santo, como parte de tu diario vivir, en donde tú siempre serás victorioso sobre Satanás
y sus ángeles caÃdos, en toda la tierra.
Esto hará que poderes de ser perfecto y santo de nuestro Padre celestial, como Él llamó a Abraham a ser perfecto y santo, asà como Él siempre lo es eternamente con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo ante las huestes angelicales, pero
igualmente, tú entres inmediatamente a su vida eterna en estos dÃas, y no mañana o en el futuro. Visto que, nuestro Padre celestial te necesita junto con los tuyos, y amistades, viviendo su misma vida eterna, llena de los poderes del EspÃritu Santo
de perfecta santidad, que no solamente te hará su hijo legÃtimo, pero igualmente, su siervo llevando contigo los poderes y dones que Él siempre ha llevado en la eternidad, conquistando glorias nunca antes vistas por los ángeles.
Considerando que, nuestro Padre celestial te necesita viviendo su vida eterna junto con sus bendiciones cotidianas de poderes y dones que no solamente derrotaran maldades de Satanás y de sus secuaces en contra de ti, pero igualmente, su vida y poderes
te ayudaran a conquistar nuevas glorias, glorias esperando a ser conquistadas por alguien bendecido como tú por su Juramento a Isaac. Sin duda, tú eres especial para nuestro Padre celestial, porque has sido bautizado, invocando la perfecta santidad de
su nombre, su Hijo y su EspÃritu Santo, en donde tú eres desvestido del fruto prohibido y del espÃritu de error para vestir del EspÃritu Santo y de la carne sagrada, llena de su Juramento a Isaac para hacerte victorioso en toda tu vida, siempre.
Estos son poderes viviendo en tu alma viviente, asà como tus ojos, oÃdos, corazón y el resto de tus órganos son parte de ti, por ende, por este bautismo en agua y del bautismo del EspÃritu Santo, que es el Juramento a Isaac y sus poderes cotidianos,
entonces ellos trabajaran favorablemente contigo, entregándote lo que tú has decidido cumplir por ti mismo. Estos son poderes que siempre han vestido a nuestro Padre celestial, a su Hijo Jesucristo y a su EspÃritu Santo ante las huestes angelicales
una eternidad entera, porque siempre han vivido juntos como una familia divina, que te han dado vida a ti junto con tus amados, y amigos, bendecidos siempre para vivir diariamente en los poderes de su misma vida eterna.
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