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Sábado, 04 de Agosto, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
VIDA ETERNA AHORA: BAUTIZADO EN AGUA: VERAS AL PADRE EN RIQUEZAS DEL JURAMENTO A ISAAC POR TI:
Nuestro Padre celestial dijo: Creamos al hombre en nuestra imagen y conforme a nuestra semejanza con ayuda idónea de su Hijo Jesucristo y de su EspÃritu Santo, porque, Él estaba listo para bendecir toda la tierra y con el nacimiento de la humanidad
entera (sus hijos), reinando sobre todo lo creado por Él para que su vida santa florezca toda una eternidad. Pues, estaba en la mente de nuestro Padre celestial de sanar todo lo que Lucifer junto con sus ángeles caÃdos habÃa hecho en contra de Él,
su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, sus ángeles fieles y su santo nombre fuego, al no crear más ángeles, reemplazando los rebeldes, pero, más bien, dar vida abundantemente a sus hijos legÃtimos para siempre.
Estos son los hijos nacidos directamente de su imagen y conforme a semejanza de su Hijo Jesucristo, y por los dones y poderes del EspÃritu Santo, que es su nuevo reino naciendo sobre la tierra y con glorias nunca vista ni por las huestes angelicales,
porque Él no querÃa liderar más con el pecado nuevamente; por ende, un nuevo reino nacerÃa urgentemente. Este nuevo mundo, que estaba por crear, tenia que estar poblado por sus hijos nacidos de su imagen y conforme a semejanza de su Hijo Jesucristo y
con los poderes y dones asombrosos del EspÃritu Santo, y asà el pecado jamás seria parte de su reino venidero: porque será un reino gobernado a cada momento por su palabra viva toda una eternidad.
Dado que, Lucifer junto con los ángeles caÃdos habÃa hecho no solamente que su santo nombre fuego que sea atacado y herido, pero igualmente, habÃa contaminado sus lugares santos, que amenazaba seguir extendiéndose por toda su Creación, incluyendo
la tierra: porque el reino de tinieblas de Lucifer será gobernado por sus mentiras toda una eternidad. Por eso, nuestro Padre celestial actuó urgentemente, descendiendo sobre la tierra para crear a sus hijos nacidos de su imagen y alma viviente, y asÃ
vivan todos a semejanza de su Hijo Jesucristo, por los poderes y dones asombrosos del EspÃritu Santo, en donde ya no existe más lugar para Lucifer, sus ángeles caÃdos, ni el pecado por toda la eternidad venidera.
Por ello, nuestro Padre celestial descendió con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo sobre el monte Sion, porque este es el monte escogido por Él para vivir con su Hijo amado y con su EspÃritu Santo junto con las huestes angelicales, y asimismo,
con sus hijos nacidos de su imagen, floreciendo conforme a semejanza de su Hijo Jesucristo por siempre. Ciertamente, este es Canaán, en donde nuestro Padre celestial necesitaba bendecir a su primogénito Adán, nacido de su imagen y alma viviente, y asÃ
florezca conforme a semejanza de su Hijo Jesucristo, por los dones y poderes de su EspÃritu, para que su hijo jamás conozca el pecado, pero únicamente su perfecta voluntad de su palabra viva, que es su fruto de vida.
Por eso, nuestro Padre celestial le dijo a Adán, que él podÃa comer de cada árbol del JardÃn del Edén, que es el paraÃso, pero jamás del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el dÃa que comiese de él, entonces su rostro, que
es su imagen santÃsima en él, terriblemente seria desfigurada por el pecado. Es decir, que Adán morirÃa de sed y de hambre, porque es de la boca de su imagen santÃsima en él, y de sus hijos de generaciones futuras, que comen todos diariamente,
entonces él fallarÃa de continuar comiendo y bebiendo con Él, su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo—y esto es muerte—eterna separación de la vida eterna.
Porque Adán nació de su imagen y de su alma santÃsima alimentándose de su boca santa de todo de lo que se come y se bebe, por ende, al comer del fruto prohibido, Adán abandonó su imagen gloriosa que estaba sobre él, como resultado, él dejo de
comer del pan y vino de la Mesa santa para poder vivir la vida eterna. Aquà es cuando, Adán recibió a su esposa Eva nacida de su quinta costilla, porque nuestro Padre celestial se dio cuenta, que no estaba bien que el hombre viviese solo, entonces Él
lo durmió para crear de una de sus costillas a su mujer, para que sea su compañera junto con sus hijos por nacer de generaciones incontables hacia la eternidad.
Evidentemente, nuestro Padre celestial tomó la quinta costilla con sus manos santas para crear a cada hombre, mujer, niño y niña que nacerÃa de él, empezando con Eva su esposa, porque Él querÃa asegurarse que cada uno de ellos nacerÃa llevando su
imagen para vivir conforme a la semejanza de su Hijo Jesucristo, y lleno de los poderes del EspÃritu Santo. Por ello, cada uno de sus hijos nacido de su imagen y de su alma viviente, trabajando con su santo nombre fuego en ellos, entonces sus manos se
aseguraron que nacerÃan como sus hijos legÃtimos únicamente para conocer la llenura de su amor infalible, emanando continuamente de su roca salvadora, localizada como siempre sobre el monte santo de Jerusalén hacia la eternidad.
Esta es la roca salvadora, que Adán fue llamado a comer de ella junto con Eva y sus hijos por nacer de su imagen y de su alma santÃsima por muchas generaciones, conociéndole a Él como su único Padre legal, amándolos grandemente con su amor
infalible, que es un amor apasionado y prÃstino, derramándose abundantemente sobre ellos toda una eternidad entera. Puesto que, fue la intención de nuestro Padre celestial de que sus hijos, empezando con Adán y Eva, vivan gozándose de sus
bendiciones cotidianas, ya entregadas de su roca redentora, llena no solamente de su amor asombroso e infalible, y que es muy dulce, pero asimismo las alegrÃas y gozo de alimentar sus almas vivientes cada dÃa viviendo ya su vida eterna abundantemente.
Puesto que, una vez que sus hijos, empezando con Adán y Eva, estén ante la roca redentora, establecida sobre el monte santo de Jerusalén siempre, entonces el rostro de ellos es restaurado con su rostro brillante y maravilloso, entregándoles
bendiciones asombrosas de luz y de riquezas interminables, alimentando: sus corazones, almas, mentes, cuerpos y espÃritu humano para comer siempre con Él del cielo. Dado que, cuando cada hombre, mujer, niño y niña está sobre el monte santo de
Jerusalén, y su Lugar SantÃsimo, en donde la roca salvadora existe, entonces el rostro de nuestro Padre celestial es restaurado del daño hecho por Eva inicialmente, comiendo del fruto prohibido, que nadie puede jamás comer nuevamente de él, del pan
y vino para enriquecer su vida.
Ya que, esta es la vida eterna que nuestro Padre celestial empezó a entregarle no solamente a Adán y a Eva por ser los primeros humanos nacidos de su imagen y de su alma viviente para poblar la tierra con sus hijos, pero igualmente para vivir su vida
personal con todo su amor, bendiciones y felicidades sin fin por toda su Creación. Sin embargo, Lucifer trató de destruir todo creado por nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo al tomar control de su santo nombre fuego, y asÃ
poseer poderes necesarios, no solamente para controlar los cielos con sus ángeles, pero la tierra con la humanidad entera, formando asà su reino de tinieblas conforme a su voluntad enferma y rebelde.
Ciegamente, Lucifer querÃa poseer todo lo que nuestro Padre celestial le habÃa entregado por inicio a su hijo Adán junto con sus hijos por nacer de él de generaciones futuras, empezando con Eva su esposa en el paraÃso: porque si Lucifer podÃa hacer
que comiesen del fruto prohibido entonces él podÃa tocar de una manera enferma la imagen del Padre en ellos. Dado que, si Lucifer desfigura la imagen santÃsima del Padre en cada hombre, mujer, niño y niña, comiendo del fruto prohibido, porque, él
sabÃa que el Padre come cotidianamente de su Mesa el pan y vino de su Hijo Jesucristo, y asà junto con sus hijos naciendo de generaciones vendieras, por el EspÃritu Santo, entonces él podÃa imponer su rostro rebelde sobre ellos.
Porque asà es como Lucifer hace que el mal florezca entre los ángeles del cielo e igualmente con el hombre en la tierra, al tenerlos a todos ellos naciendo con el rostro del Padre celestial desfigurado, entonces asà va tomando progresivamente la
Creación, porque es la imagen del Padre haciendo el bien opuesto a Lucifer con su rostro desfigurado haciendo el mal. Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial darle vida a sus hijos desde su imagen santa y su alma viviente para que vivan
conforme a la semejanza de su perfecta voluntad en su Hijo Jesucristo, que son poderes y dones manifestados del EspÃritu Santo, operando en ellos con bendiciones cotidianas, enriqueciendo sus almas vivientes, y asà hagan su perfecta voluntad siempre.
Puesto que, con los ángeles caÃdos nuestro Padre celestial no sintió ningún amor, como para ayudarlos a alejarse de sus pecados y asà regresen a la gloria y perfección, en que fueron creados inicialmente, cuando fueron recibidos en su reino para
amar, servir y glorificarlo a Él, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, pero le fallaron desdichadamente por pecado y rebelión. Sin embargo, con Adán y sus hijos, aunque ellos desobedecieron sus palabras cuando les dijo que jamás debÃan comer del
fruto prohibido, más bien podÃan comer del fruto del árbol de la vida, que realmente es su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces Él sintió un amor profundo por su imagen en ellos y la gloria de su santo nombre fuego.
Evidentemente, cuando Adán y Eva pecaron al comer del fruto prohibido del árbol de la ciencia del bien y del mal, entonces, por los poderes no de la serpiente o de Lucifer, pero por desobedecer su palabra viva, dada a ellos especialmente para jamás
comer de él y su mal, instantáneamente murieron: porque fallaran siempre de comer del fruto de vida con Él. Comprobado que, es únicamente posible comer del pan y vino de vida con el rostro del Padre celestial brillando gloriosamente, instalado en
cada uno de nosotros, por ende, fue importante para Lucifer al tener a Adán y Eva comiendo del fruto prohibido, desfigurando asà el rostro del Padre en ellos, para que jamás coman del fruto de la vida, y mueran postreramente.
Puesto que, esta es la única manera de no solamente seguir rebelde en contra de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo, su EspÃritu Santo, y las huestes angelicales fieles hasta nuestros dÃas a su santo nombre fuego sobre el monte santo de
Jerusalén, pero igualmente de tener a Adán y sus hijos, empezando con Eva, comiendo con él las rebeliones del fruto prohibido. Asumiendo que, este es el camino en que Lucifer aun puede establecer su reino de tinieblas, en donde el pecado prevalece
sobre lo que nuestro Padre celestial con su Hijo y con su EspÃritu ha creado para bien y honor en el cielo con los ángeles y en la tierra con la humanidad entera, y asà manifieste su nuevo reino de su perfecta voluntad.
Visto que, al ser nuestro Padre celestial omnisciente (sabio) entonces veÃa que Lucifer junto con sus ángeles caÃdos planeaba para que su reino de tinieblas prevalezca sobre lo creado por Él junto con su Hijo y con su EspÃritu en los cielos con los Ã
¡ngeles y en la tierra con la humanidad, en donde Él necesitaba restaurar su imagen con Adán y Eva. Sin embargo, para que esto suceda, entonces nuestro Padre celestial necesitaba un hombre sobre la tierra, creyendo en sus palabras vivas, que Él tenia
que derramar sobre su altar del amor prehistórico, en donde su continuo sacrificio empezarÃa, cumpliendo con las obras salvadoras para bendecir su imagen sobre todo hombre que crea fielmente junto con sus hijos por nacer en generaciones futuras.
Este hombre fue Abraham, que nuestro Padre celestial habÃa buscado, empezando con Adán y Eva en el paraÃso, pero, Él finalmente lo encontró en la tierra, porque él creyó en toda palabra que Él derramarÃa sobre él y sus hogares de su esposa
Sarah y de sus hijos adoptados, comprados por dinero de gente extranjera, para darles asà amor de familia abundantemente. Entonces, cuando nuestro Padre celestial finalmente encontró el hombre que Él siempre buscó por toda su Creación,
inmediatamente al empezar a hablarle a Abraham, entonces Él derramaba abundantes bendiciones en todos los dÃas de su vida sobre todo lo que tenia, y sobre todo en que ocupaba sus manos, porque Él lo necesitaba extremadamente bendecido y rico.
Nuestro Padre celestial realmente estaba transfiriendo esas poderosas bendiciones, que Él siempre gozó con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo en el cielo junto con los ángeles en la eternidad, porque Él planeaba tener a su Hijo Jesucristo
nacido de mujeres, por los poderes del EspÃritu Santo de riquezas interminables, para restaurar su imagen santa en la humanidad entera eventualmente. Pero Lucifer tenÃa que atacar sin misericordia su santo nombre junto con su rostro brillante y
glorioso en el reino angelical y en la tierra con la humanidad entera, porque Lucifer estaba decidido a tener su reino de tinieblas, establecido a su manera, oponiéndose a todo lo bueno y honorable, creado por el Padre celestial que lo exalta sobre toda
su Creación continuamente.
Por eso, es que nuestro Padre celestial necesitaba soltar todos esos bienes que recogió del reino angelical, porque Él tenia que transportar no solamente a su Hijo Jesucristo junto con su EspÃritu Santo a la tierra, empezando en el hogar de Abraham,
pero igualmente su altar del amor prehistórico, y asà arreglar y establecer su imagen divina sobre la humanidad entera eventualmente. Por cierto, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba destruir continuamente a Lucifer y a sus ángeles caÃdos
con su santo nombre, que Lucifer intentó inicialmente de deshonrarlo en el cielo angelical, pero asimismo arreglar su imagen con Adán y sus hijos y asà regresen a Él, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo con su imagen santa sobre ellos brillando
con nuevas glorias.
Es más, fue importante para Abraham sentarse con nuestro Padre celestial a la Mesa santa para comer del pan y vino con Él, servido diariamente por su Hijo Jesucristo, en aquellos dÃas como Melquisedec rey de Salem, y Santidad de Dios, para que su Hijo
amado nazca finalmente con su rostro santÃsimo del vientre virgen de una mujer en la tierra. Puesto que, la esposa de Abraham tenia que darle un hijo, aunque su vientre estaba estéril, pero como Abraham se sentó con nuestro Padre celestial a la Mesa
santa a comer del pan y vino, servido por su Hijo Jesucristo a los ángeles del cielo para mantenerlos santÃsimos siempre, entonces, su imagen santa empezó a restaurarse finalmente de lleno en el hombre.
Puesto que, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba restaurar inmediatamente su imagen santa en cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, aunque ya hayan descendido al infierno tormentoso, pero, Él puede llegar a
ellos con sus poderes cotidianos de su santo nombre fuego y su palabra viva, bendiciéndolos asà ricamente como jamás lo han sido antes. Además, nuestro Padre celestial necesitaba trabajar continuamente en contra de las mentiras de Lucifer hacia Él,
su Hijo y su EspÃritu en el corazón de cada hombre, mujer, niño y niña de la tierra, para que Él finalmente tenga a su Hijo Jesucristo nacido en la familia humana, por el EspÃritu Santo, empezando asà su obra salvadora sobre el monte Sion.
Ciertamente, cuando su Hijo Jesucristo nació del vientre estéril de Sarah, por el EspÃritu Santo, entonces nuestro Padre celestial cumplió su maravillosa labor, en donde Adán y Eva le fallaron en el paraÃso, pero con Abraham y Sarah, Él se
encamino hacia arreglar su imagen y establecerla sobre la humanidad entera para manifestar pronto su nuevo reino de su voluntad perfecta. Por eso, es que los ángeles de todos sus diferentes rangos y poderes y de glorias asombrosas empezaron a alabar,
exaltar y glorificar a nuestro Padre celestial, su santo nombre fuego y cada palabra viva que hasta hoy no cesan de celebrar toda victoria que ha ascendido al cielo, porque Abraham le creyó al Padre hasta al fin de sus dÃas.
Estas son las victorias maravillosas, conquistadas por nuestro Padre celestial por la fe de un hombre, que creyó a cada palabra, que emergÃa de su boca santÃsima, aunque él aún no habÃa recibido nada por escrito para leer y creer y asà seguir
ciegamente su fe divina para recibir, cumplir y glorificar eternamente con el Padre hasta que su reino venga postreramente. Realmente, las huestes angelicales hasta hoy aman, sirven y adoran a nuestro Padre celestial por la obra salvadora, planeada por É
l, solo para que su Hijo Jesucristo junto con su EspÃritu Santo la ejecuten progresivamente, arreglando y estableciendo milagrosamente su imagen santa con asombrosos poderes y dones en sus hijos decididos a regresar a casa por su único camino, verdad y
vida absoluta.
Visto que, nuestro Padre celestial empezó su gran salvación maravillosa para sus hijos, empezando con Adán y Eva, porque Él siempre los ha amado a cada uno de ellos, y que jamás ha habido ningún poder en su presencia que lo haga a Él olvidarse de
ellos ni por un segundo, puesto que, Él sólo piensa en traerlos a casa, cuando antes mejor. Desafortunadamente, no podrán jamás regresar a Él, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo después de la maldad de Lucifer que engañó a Eva por medio de
la serpiente, comiendo del fruto prohibido, desfigurando su imagen divina en ellos junto con sus hijos de generaciones futuras, para que jamás coman vida nuevamente pero sólo tinieblas, mentiras y maldiciones, y asà mueran eternamente perdidos.
Sin embargo, fue importante para nuestro Padre celestial, para que su Hijo Jesucristo nazca del vientre estéril de Sarah, por los poderes del EspÃritu Santo, porque al Isaac nacer, entonces Él estarÃa siempre presente en la vida de Abraham, porque su
Hijo amado lleva su imagen con su santo nombre fuego, bendiciendo cada alma viviente con bendiciones cotidianas de riquezas interminables. En vista de que, estas son bendiciones muy importantes que todos en la casa de Israel están supuestamente a poseer
completamente, porque para amar, servir y glorificar la imagen brillante y el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial, entonces nosotros necesitamos poder para hacerlo correctamente, y asà hacer que glorias asciendan al cielo, dándole grandes
placeres a su corazón santÃsimo.
Ciertamente, estas son bendiciones que son continuas en nuestras vidas, que jamás fallaran en la vida del diario quehacer del hombre, porque nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo vive en el corazón, mente, cuerpo y espÃritu humano de é
l, en cualquier lugar del mundo entero, y asà Él ayuda inmediatamente con grandes poderes divinos del EspÃritu Santo cuando es necesario. No importa jamás cuan grande sea tu problema, dificultad, enfermedad o amenaza de muerte que nuestro Padre
celestial te ayudara a tiempo junto con la gracia de su Hijo Jesucristo y con los poderes y dones del EspÃritu Santo, para que tú no solamente derrotes todos tus males sin fallar jamás, gozando de bendiciones de la roca salvadora descendiendo sobre ti
progresivamente.
Visto que, nuestro Padre celestial ya te ha bendecido con su oración manifestada inicialmente a Moisés para que sea implorada diariamente por Aarón y sus hijos sobre los hijos de Israel (números 22-27), porque tenia que bendecir su imagen santa en
ellos cada dÃa de sus vidas, aunque terminaron, todos ellos descendiendo al Valle de los huesos secos, sin vida alguna. Bondadosamente, nuestro Padre celestial bendijo a Israel con esta oración única en sus dÃas de vida finalmente para ser orada e
invocada por los hijos de Aarón sobre el monte santo de Jerusalén, cuando su santo nombre fuego fue clavado junto sobre la cabeza de su Hijo Jesucristo al madero, y asà se restauró su imagen santa en ellos últimamente, salvándolos instantáneamente.
Esta es una oración, y bendición, pronunciada por los hijos de Aarón sobre los hijos de Israel con sus carnes convertidas en madero con el tiempo, llevando con clavos su santo nombre fuego junto con su imagen santa restaurada sobre cada uno de ellos (
primeros israelitas), y asà fueron benditos con grandes poderes importantes, levantándolos de muerte a vida en el Tercer DÃa. Este es un poder descendiendo directamente del Gran Trono Blanco de nuestro Padre celestial de su grande Gracia, de su grande
Misericordia, de su grande Verdad y de su grande Justicia Divina, porque todo aquel amado, sirviendo y exaltándolo a Él y a su santo nombre sobre el madero del monte Sion, entonces necesita estos poderes continuos para hacerlo todo bien, siempre.
Puesto que, esta es una bendición poderosa que Abraham e Isaac empezaron cuando nuestro Padre celestial esperaba por ellos sobre uno los montes del Moriah, porque él ofrecÃa a su único hijo Isaac como una ofrenda encendida, ascendiendo continuamente
al cielo, para que lugares santos desde donde su santo nombre es alabado, entonces sean saturados con el amor de familia, aprendido de Isaac. En este dÃa, nuestro Padre celestial finalmente se encontró con Abraham y su único hijo amado, Isaac, sobre
el monte Moriah, entonces fue para derramar de su fe todopoderosa, rescatando no solamente a Adán y Eva, que pecaron, comiendo del fruto prohibido, pero igualmente, ellos contaminaron su imagen santa en sus hijos, haciendo asà imposible que ellos
adoren su santo nombre nuevamente.
Sin embargo, con Abraham y su hijo Isaac tendido sobre el madero como una ofrenda encendida hacia los lugares celestiales, como desde donde su santo nombre es alabado continuamente por las huestes angelicales y asà también de las familias de las
naciones, entonces, Él tenÃa que derramar su corazón sobre la carne sagrada, bendiciendo asà su misma vida santÃsima sobre la tierra finalmente. Visto que, nuestro Padre celestial estaba listo para bendecir el mundo y su humanidad entera, pero
primero necesitaba vivir con Abraham, gozándolo todo por su Hijo Jesucristo como Isaac y junto con los dones y poderes del EspÃritu Santo, bendiciendo asà todo su hogar y los hijos con amor y hasta que llamó a Abraham a su dulce hogar sobre el monte
Sion.
Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba ver a sus hijos nacidos en la familia de Abraham de muchas generaciones, que empezó con Isaac nacido del vientre estéril de Sarah, por los poderes del EspÃritu Santo, para que Jacobo nazca y asÃ
establezca su convenio de vida con Él, bendiciendo a sus hijos, pero igualmente a las familias de las naciones, perpetuamente. A tiempo, nuestro Padre celestial necesitaba derramar todo su corazón santÃsimo, dándole vida desde el hogar de Abraham a
sus hijos, que Él necesitaba llevando su santo nombre fuego sobre ellos y con su rostro brillando para resucitar después de la muerte, para que las familias de las naciones sean bendecidas con sus bendiciones, sanidades, prosperidad y salvación
inagotable toda una eternidad bendita.
Estos son poderes de bendiciones, trayendo vida y riquezas a sus hijos, formando asà su nuevo reino, descendiendo sobre toda la casa de Israel, en Canaán, finalmente para bendecir a las familias de las naciones, con salvación perfecta que perdura toda
una eternidad, y asà traer a Israel todo su reino de su perfecta voluntad, en donde el pecado no existe jamás. Este es el derramamiento constante de su perfecta voluntad sobre el altar de Abraham e Isaac, en donde su santo nombre fuego descendido desde
el cielo, cumpliendo con el Juramento a Isaac, para esperar por el Israel antiguo, ascendiendo en el Tercer DÃa, para reencontrarse con el Padre finalmente para amar, servir y adorar su santo nombre, sanando la tierra entera eventualmente.
Visto que, nuestro Padre celestial, cuando su Hijo Jesucristo fue clavado a los israelitas junto con su santo nombre fuego sobre su cabeza, coronado con corona de espinas, haciéndolo sangrar, salpicando su sangre expiatoria sobre todo el altar, entonces,
fue hecho todo asà únicamente para cubrir todo pecado del mundo eternamente, y por ultimo sus hijos vivan sin pecados, maldiciones, ni muerte. Aquà es cuando, nuestro Padre celestial finalmente habÃa restaurado su imagen santa en cada uno de sus
hijos de Israel finalmente para volverlos a ver, entonces ellos también lo vean a Él claramente como su Padre en el cielo, que siempre los amo por el Juramento a Isaac, derramado desde su corazón santÃsimo sobre ellos, cuando Abraham estaba muy cerca
del madero.
Esta es la bendición que solamente los hijos de Aarón podÃan invocar sobre los hijos de Israel mientras yacÃan en el Valle de los huesos secos, y sus cuerpos se habÃan convertido en parte del altar del amor prehistórico, en donde Él finalmente
pudo comer del pan y beber del vino por sus hijos, volviendo asà ellos a ver vida nuevamente para siempre. En este dÃa, cuando la imagen de nuestro Padre celestial fue restaurada en cada uno de sus hijos, convertidos en huesos en el Valle de muerte,
entonces últimamente, ellos gustaron del pan del cielo y de la copa de vino, que ellos tenÃan que consumir, pero habÃan fallado siempre, porque la imagen del Padre en ellos estaba desfigurada por el fruto prohibido.
Este es el dÃa, en que Adán y Eva comieron del pan de la Mesa del SEÑOR nuevamente junto con la copa de vida, en el cual ellos habÃan nacido inicialmente de la imagen del Padre celestial y de su alma santÃsima, por ende, una vez que la imagen del
Padre se restauró en ellos, entonces comieron para vivir nuevamente una eternidad. Hoy, cuando alguien de Israel se bautiza en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo y su EspÃritu Santo, entonces aquella persona asciende al Lugar
SantÃsimo del monte santo de Jerusalén, en donde su Juramento a Isaac constantemente desciende sobre todo el lugar santo, manteniendo asà todo santificado con riquezas, incluyendo a sus hijos por alrededor del mundo entero.
Por eso, nuestro Padre celestial ha llamado a todos no solamente de Israel, pero igualmente de las familias de las naciones a oÃr y a obedecer todo lo que su Hijo Jesucristo ha dicho en Escritura, para que sean ellos bendecidos con su Juramento a Isaac
y sus poderes y dones cotidianos, porque es únicamente aquÃ, en donde toda alma es bendecida. Ciertamente, tú eres bendecido sobre el monte Sion con su Juramento a Isaac constantemente derramándose sobre ti y asà mantener su santo nombre clavado
junto con su rostro brillando gloriosamente restaurado sobre tu rostro, para que veas, oigas y razones con su corazón santÃsimo, amándote una eternidad entera más allá de todo entendimiento humano con su Gracia, Misericordia, Verdad y Justicia
Divina.
Es más, tú podrás comer del pan del cielo y beber de la copa de vino, llenándote con su vida eterna que piensa en ti con su amor infalible, derramándose sobre ti constantemente, para ser tu misma vida cotidiana junto con sus deleites, felicidades,
alegrÃas y prosperidades sin fin, llevándote siempre a nuevas glorias que no sabias que existen por ti ya, siempre. Asà como nuestro Padre celestial no solamente liberó a la casa de Israel del Valle de los huesos secos para que viva nuevamente,
llenos todos de su pan del cielo y de la copa de vida eterna que van por el interior de sus cuerpos, conociendo siempre toda perfección, gloria y santidad que le fue requerido a Abraham inicialmente poseer sin medida alguna.
Si la verdad se dijera en estos dÃas: el bautismo es muy importante para amar, servir, gloriar y exaltar el rostro santÃsimo de nuestro Padre celestial, clavado con su santo nombre fuego sobre el madero del Israel antiguo en el monte santo de Jerusalé
n, para que tú comas y bebas vida abundantemente para exaltar su santo nombre con poderes por toda la tierra. Dado que, únicamente por el bautismo en agua, nuestro Padre celestial te vera como tú eres santÃsimo en su presencia del Juramento a Isaac,
porque es aquÃ, en donde Él pondrá sus manos santÃsimas a trabajar en tu corazón, mente, cuerpo y espÃritu humano, limpiándote profundamente, y asà seas el hijo amoroso siempre que Él quiere tener a su lado una eternidad entera.
Visto que, en el bautismo en agua, nuestro Padre celestial se asegurara que el espÃritu de error y la carne pecadora desciendan al infierno tormentoso, porque tú vestirás de su EspÃritu Santo y de la carne sagrada de su Hijo amado, que siempre ha
sido Isaac hasta hoy, alimentándote diariamente de su roca de salvación: perfecto amor, alegrÃas, y deleites celestiales e interminables. Esto significa que tú habrás renacido de la imagen santa de nuestro Padre celestial, clavado junto con su santo
nombre fuego al madero del Israel antiguo, que son sus hijos redimidos para amar, servir y alabarlo a Él y sus palabras vivas sobre el monte santo de Jerusalén una eternidad entera, porque ahora conocen lo que es amar al Padre celestial para siempre.
Además, porque tú habrás renacido de su imagen santÃsima, clavada al madero junto con su nombre fuego, entonces tú comerás con su boca santa el pan descendido del cielo para beber de la copa de vino, que es su misma vida eterna, entregada a ti
gratuitamente, y asà vivas perpetuamente bendecido, contemplando muchas riquezas con sus ojos más allá del conocimiento humano. Por cuanto, tú ya no vivirás más con el fruto prohibido que contaminó la imagen santa del Padre celestial en ti y asÃ
siempre falles en amar, servir y adorar su santo nombre fuego, pero ahora, tú estarás vestido con las palabras del Juramento a Isaac, que son poderosas, para conocer solamente riquezas celestiales y por toda la tierra igual, siempre.
Por culpa del espÃritu de error y de la carne pecadora recibida de Adán y Eva, porque desobedecieron a nuestro Padre celestial, entonces tú eres pobre hoy, cuando fueron engañados de Lucifer por la serpiente comiendo del fruto prohibido, por ende,
ellos descendieron ya con los males que son para atormentarte en los rÃos de fuego liquido del infierno, quemándote con maldiciones eternamente. Por ello, cuando los antiguos fallaron en renacer de la imagen santa de nuestro Padre celestial, bautizá
ndose en agua, al ellos mismos haber invocado la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, y asà ser todos ellos libres de maldiciones del infierno tormentoso y del DÃa del Juicio venidero, pero, desafortunadamente
fallaron en hacerlo asÃ, muriendo pecadores.
Por consiguiente, al morir ellos pecadores, entonces descendieron a rÃos, lagos, pozos, tinas y otros cuerpos de fuego liquido en donde fueron recibidos para ser atormentados por pecados cometidos en contra del Padre, su Hijo y su EspÃritu Santo,
porque no le obedecieron al no bautizarse en agua por invocación de su santo nombre, clavado hoy sobre el madero del monte Sion. Por eso, es que Lucifer junto con sus ángeles caÃdos, incluyendo las gentes pecadoras que le servÃan con sus imágenes, Ã
dolos y altares en donde él mantiene aún los nombres de demonios leales, y maldiciones para crear más tinieblas en la tierra, entonces descendieron al infierno tormentoso, y postreramente al lago de fuego Irán, porque fallaron en bautizarse para
abandonar sus pecados.
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