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Sábado, 07 de Julio, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
JURAMENTO A ISAAC HA SANADO LA IMAGEN DEL PADRE EN TI, POR FIN, PERPETUAMENTE:
Ciertamente, nuestro Padre celestial pudo llamar y confiar en Abraham, porque obedeció a su voz y asà cumplió con sus mandamientos, sus preceptos, sus regulaciones, sus estatutos, sus decretos y sus leyes sin transgredirlas jamás, al recibir con el
calor de sus brazos, a cada niño, que habÃa perdido a sus padres, por razones de la violencia y guerras, de aquellos dÃas. Y, en aquellos dÃas, las gentes eran inhumanas y extremadamente violentas, y familias por todos lados usualmente eran invadidas
por bandas de bandidos sin escrúpulos, que siempre buscaban robar lo que pudiesen y asà destruÃan familias enteras, matándolas, y frecuentemente los niños escapaban o eran tomados para ser cambiados por cualquier cosa de valor como oro, plata o
dinero, por ejemplo.
Estos eran niños que descuidados cuando niños aún, entonces seguramente habÃan conocido el camino de la violencia, y jamás el camino del amor, para amar, servir y glorificar el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial sobre la tierra; y las
gentes en los dÃas de Abraham los compraban de extranjeros con dinero, dándoles asà amor: ayudándolos a crecer temerosos del Señor. Además, Abraham junto con su esposa Sarah habÃa hecho de su familia un hogar y refugio para todo niño necesitado
que habÃa perdido a sus padres por razones de guerras; por ende, los niños habÃan perdido su única fuente de amor que conocÃan, y Abraham siempre estuvo ahà por ellos, restaurando el amor de familia al comprarlos de negociadores con dinero.
Esto fue algo que complació mucho a nuestro Padre celestial, a su Hijo Jesucristo y a su EspÃritu Santo, porque Abraham empezó a recibir visitaciones del cielo, que eran importantes bendiciones que él necesitaba como parte de su vida cotidiana
descendiendo, para él tener las abundantes bendiciones que necesitaba para presentar y ofrecer sin interés alguno a los necesitados, de aquellos dÃas. Por cierto, Abraham fue un hombre como el corazón del Padre celestial, que Él se le manifestó a é
l y a Sarah como el Omnipotente, que significa el Todopoderoso en el cielo con las huestes angelicales y en la tierra con la humanidad entera, para que él confié en su santo nombre y su palabra viva lista para siempre suplir sus necesidades
inmediatamente.
Nuestro Padre celestial habÃa encontrado en Abraham y en su familia el lugar en donde hacer nacer a su Hijo Jesucristo como el segundo Adán que necesitaba tener en la tierra con las familias de las naciones, para restaurar su sangre santÃsima, que
Lucifer con el fruto prohibido del árbol de la ciencia del bien y del mal habÃa contaminado por engaño. Por lo tanto, para nuestro Padre celestial, Abraham y Sarah junto con los hijos adoptados, viviendo en su hogar, eran la familia ideal, en donde El
necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido del poder del EspÃritu Santo del vientre estéril de Sarah como Isaac, para que Él destruya toda obra de Lucifer, y asà restaurar toda vida humana en la tierra postreramente.
Y para que todo suceda para nuestro Padre celestial, entonces Él tenÃa que tener a su Hijo Jesucristo como Melquisedec, rey de Salem y su Santidad, sirviendo pan y vino sobre su Mesa para que Abraham junto los hijos coman siempre con Él y su EspÃritu
Santo del convenio de vida, establecido con Abraham, bendiciendo a las familias de las naciones, siempre. Por eso, cuando nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el EspÃritu Santo, entonces
lo que realmente Él hizo fue restaurar su sangre santÃsima en un dÃa, para que no solamente Abraham sea bendecido siempre junto con Sarah y sus hijos prometidos, pero eventualmente toda familia de las naciones por igual.
Esto fue algo importante para nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo lograr en un dÃa, porque ellos necesitaban bendecir a cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias, sin importar jamás en donde vivan en la tierra
y aun hasta en el infierno; porque Él necesita a todos sus hijos regresando al paraÃso nuevamente con Él. Ciertamente, estos fueron dÃas cuando nuestro Padre celestial junto su Hijo y su EspÃritu Santo sanaba a la humanidad al tener a Abraham
obedeciendo su voz, sus decretos, sus regulaciones, sus preceptos, sus estatutos, y sus leyes sólo viviendo con su hijo Isaac, que hizo nacer en su corazón la alegrÃa del Padre, restaurando asà progresivamente su sangre santÃsima sobre la tierra.
Abraham, ciertamente, habÃa complacido al Padre celestial completamente, porque a él vivir con su hijo Isaac, que realmente es Jesucristo y su EspÃritu Santo, viviendo con el espÃritu de la humanidad no solamente de Israel, pero igualmente de las
familias de las naciones, entonces él obedecÃa completamente su voz, mandamientos, preceptos, regulaciones, estatutos, y decretos, asà como obedecidos son eternamente por ángeles. Visto que, cuando Abraham recibió a su hijo Isaac entonces él recibiÃ
³ junto con Sarah y sus hijos adoptados, viviendo en su hogar ya, la sangre santÃsima del Padre celestial y su nuevo reino de su perfecta voluntad, que es Jesucristo y su EspÃritu Santo, esparciendo por el espÃritu humano de cada hombre, mujer, niño
y niña del mundo entero salvación perfecta.
Dado que, es únicamente en la sangre santÃsima de nuestro Padre celestial que su Hijo Jesucristo con la carne sagrada del convenio de vida y el EspÃritu Santo y con sus dones y poderes cambian maravillosamente todo corazón, alma, mente, cuerpo y espÃ
ritu humano, que cumple cada palabra y mandamiento en la tierra, asà como se cumplen constantemente con las huestes angelicales. Mejor dicho, cuando alguien como con Abraham que recibió milagrosamente a su Hijo Jesucristo junto con su EspÃritu Santo,
entonces aquella persona ha renacido con la carne sagrada y los dones y poderes del EspÃritu Santo, que no solamente protegen y bendicen a los hijos prometidos, pero igualmente destruye obras de Satanás, cumpliendo asà toda palabra santÃsima junto
con los mandamientos diariamente.
Por eso, Abraham podÃa estar en la presencia de nuestro Padre celestial, completamente justificado, porque él recibió de su hijo Isaac, que realmente es Jesucristo con los dones y regalos del EspÃritu Santo de su grande Gracia, su grande Misericordia,
su grande Verdad y su grande Justicia Divina que cumplen y glorifican sus mandamientos, aunque él jamás los recibió como Moisés postreramente. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba que Abraham fuese el primero de su familia de naciones
ascendiendo el monte Sion, que Él mismo le mostrarÃa a su debido tiempo, porque él estarÃa listo para bautizarse con poderes sobre los fuegos del horno, y de su roca viva, en donde su Hijo Jesucristo fue inmolado desde la fundación del mundo por su
humanidad bendita.
Sin duda, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham que sea el primero en entrar a su Lugar Más Santo sobre el altar del amor prehistórico, en donde Él lo necesitaba a él con su hijo Isaac como el cordero ofrecido en un sacrificio eterno, expiando
pecados del mundo entero, para que Él le otorgue hijos numerosos como las estrellas del cielo. Por cierto, nuestro Padre celestial necesitaba que Abraham establezca el ejemplo a seguir por sus hijos y por las familias de las naciones por generaciones
venideras, porque Él necesitaba hacerlos tan santos y perfectos como Él siempre lo ha sido ante las huestes angelicales del cielo, para que su nuevo reino de su voluntad perfecta sea establecido sobre la tierra por fin.
Porque cuando nuestro Padre celestial vio a Abraham con el tiempo cumplido con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo nacido del vientre estéril de Sarah como Isaac, él, pues, estaba listo con sus hijos por nacer postreramente, entrando en el
altar del amor eterno, y asà empezar a amar, servir y glorificarlo a Él junto con su santo nombre perpetuamente. Por eso, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a ascender con su hijo Isaac al monte alto que le mostrarÃa sobre el Moriah, entonces,
esto significó, que él ya estaba llenó de su amor, de su gracia, de su misericordia, de su verdad y de su justicia divina, para ser aceptado por Él y por su santo nombre sobre su altar en Jerusalén.
A tiempo, nuestro Padre le otorgó a Abraham y a sus hijos en generaciones futuras a su Hijo Jesucristo y a su EspÃritu Santo nacido del vientre estéril de Sarah como Isaac, y asà prepararlos, entrando a su altar del amor prehistórico, porque ahora
Abraham primero podÃa ser tan perfecto y santo como Él lo llamó a vivir su vida eterna inicialmente. Puesto que, este es el paterno que nuestro Padre celestial necesitaba establecer no solamente para que Abraham lo siga ascendiendo al monte Sion llenó
de su amor, misericordia, verdad y justicia divina, pero igualmente para sus hijos de generaciones futuras, porque el Juramento derramándose progresivamente sobre la carne sagrada de Isaac y su sangre santÃsima es por todos sus hijos, bautizados
universalmente.
Ya que, este es el altar del amor prehistórico, en donde su Hijo Jesucristo junto con su EspÃritu Santo tenderÃa su vida victoriosa sobre las obras de Satanás y de las tinieblas del ángel de la muerte, para que él derrame de su sangre expiatoria
nacida inicialmente del vientre estéril de Sarah, dando abundante vida, sanidad y salvación a la humanidad últimamente. A tiempo, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham parado ante la roca redentora, y asà llenarse de su amor, su poderosa
felicidad necesaria para amar, servir y alabarlo a Él siempre, pero igualmente, para que él experimente el reposo Sabatino, aunque no lo recibido aún del Padre, pero igual, debÃa vivirlo plenamente como si lo hubiese recibido ya perpetuamente sobre
su altar antiguo.
Puesto que, estas son bendiciones, cuyos hijos, ya sean ellos de Israel o de las familias de las naciones, pudiesen experimentar ascendiendo sobre el monte Sion y su Lugar SantÃsimo para ser alimentado como normal de la roca redentora, y en su epicentro
siempre listo está para recibir a quienquiera, bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre todopoderoso perpetuamente. Visto que, este es el epicentro del altar del amor eterno, en donde nuestro Padre celestial siempre tiene su roca
salvadora esperando por sus hijos a que estén ante ella, porque es aquÃ, en donde tú serás alimentado con su amor infalible y junto con bendiciones que siempre necesitaras para amar, servir y alabarlo a Él junto con su santo nombre fuego.
Aquà es donde que, por razones de sus asombrosos poderes cotidianos del Juramento a Isaac, en que tú serás bendecido como jamás lo pensaste posible por nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, porque tú recibirás todo el
contenido de la roca salvadora y asà amar, servir y glorifÃcalo a Él y a su santo nombre una eternidad entera. Y mientras tú estés en el epicentro del altar del amor prehistórico, y la roca salvadora te está alimentando completamente con el amor
infalible del Padre celestial junto su felicidad personal, su gozo y otras bendiciones del cielo, incluyendo el reposo Sabático, entonces Él te abrazara fuertemente sobre su pecho por mucho tiempo para jamás dejarte ir de su presencia santÃsima.
Tú estarás parado en el epicentro del altar del amor prehistórico de su nombre todopoderoso, abrazándote, apretándote fuertemente, porque Él necesita que tú regreses a su imagen, su alma bendita y corazón que te ama, aunque hayas pecado en contra
de Él en tus dÃas, aun asÃ, Él te ama con su amor asombroso y todopoderoso, sin conocer limites en ti jamás. Alla arriba, mientras tú estés ante su roca salvadora, y con los brazos de nuestro Padre celestial sobre ti, como un padre abraza a su
hijo, entonces tú, de pronto, te has hecho uno con Él, por los poderes asombrosos del Juramento a Isaac, que tú empezaras a amarlo a Él con su mismo amor infalible, sin conocer limites en ti jamás.
Tú estarás parado con nuestro Padre celestial, asà como Abraham y todos los demás del pasado tuvieron que pararse ante la roca salvadora para ser alimentados con abundancias de su amor infalible, felicidad, placeres angelicales y otras bendiciones
desconocidas por la humanidad hasta ahora, pero, están todas allÃ, esperando alimentarte abundantemente, porque tienes una eternidad para vivir su vida eterna. Efectivamente, una vez que estés allà entonces tú trataras de conocer y de entender todo
lo que tú habrás pasado y experimentado con la roca redentora, alimentándote de estas bendiciones incesantes y desconocidas por la humanidad entera, porque querrás recibir aún mucho más, por lo tanto, decirles a otros sobre tu experiencia
sobrenatural, y miraras alrededor de ti asombrado grandemente.
Sin embargo, todo lo que tome lugar contigo mientras estés ante la roca redentora y los brazos de nuestro Padre celestial abrazándote fuertemente, pero no te preocupes de nada, no hay dolor alguno con Él, porque te ama tanto para jamás dejarte alejar
de Él nuevamente, y tú podrás respirar, sentir y gozar de lo que es inexplicable para los demás. Aquà es donde el bautismo en agua te llevara inmediatamente cuando tú eres sumergido y emergido del agua, invocando la santidad perfecta de su nombre,
su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, porque tú estarás muy limpio de pecados y del espÃritu de error que el EspÃritu Santo te transportara instantáneamente hacia el Lugar SantÃsimo para estar siempre ante la roca redentora.
Tú serás transportado sobre el monte santo de Jerusalén, en Israel, por los poderes del EspÃritu Santo, porque tú tienes que encontrarte en persona con nuestro Padre celestial, en donde Él pondrá sus brazos sobre ti, para que, abrazándote,
entonces jamás dejarte ir de Él, pero igualmente, porque Él necesita hablarte y asà dejarte sabes cosas importantes que te bendecirán siempre. Este es el único altar no importando jamás en donde estés en las naciones ahora mismo, que el bautismo
en agua, que tú conducirás en la bañera (tina) de tu casa y abundante agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces, tú serás llevado rápidamente al monte santo de Jerusalén para recibir tu
salvación todopoderosa.
Esta es la salvación que Abraham y Sarah junto con sus hijos adoptados, que él tenÃa viviendo con su familia, que tú recibirás instantáneamente hoy mismo, por los poderes emanando continuamente hacia ti de la roca redentora, porque tú habrás
renacido de la imagen santÃsima de nuestro Padre celestial para vivir su vida eterna en el cielo con Él una eternidad entera. Y por el bautismo en agua, sumergiéndote en él, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃ
ritu Santo, entonces, tú habrás cumplido con toda verdad y justicia en la tierra y en el cielo, porque tú ya no eres más nunca guiado por el espÃritu de error, pero ahora únicamente por su EspÃritu Santo del Juramento a Isaac.
Por ende, tú serás vestido con la perfecta fe de nuestro Padre celestial, que es el único poder que tú siempre necesitaras en esta vida y en la venidera del cielo arriba, porque no existe otro poder mayor que su propia fe divina en ti, obrando
continuamente en tus quehaceres cotidianos, y asà prosperes progresivamente en todo que desees alcanzar siempre. Infaliblemente, no existe otro poder mayor lejos de ti una vez que hayas invocado la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su
EspÃritu Santo, porque los poderes endebles del espÃritu de error te abandonaran junto con la carne pecadora, únicamente para conocer su fe todopoderosa que su EspÃritu y palabras vivas del Juramento a Isaac trabajaran contigo continuamente siempre.
Indiscutiblemente, únicamente por el bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo que tú tendrás acceso inmediato a su altar y su Lugar SantÃsimo, porque tú habrás sido purificado del fruto
prohibido y del espÃritu de error que han hecho que siempre la carne pecadora te conduzca hacia pecados, errores, e impurezas terribles. Es decir, que el altar de Abraham e Isaac en Jerusalén, en Israel, es el único que se puede acceder por medio del
renacimiento del bautismo en agua en cualquier lugar del mundo entero, para que tú seas tan santo y perfecto que nuestro Padre celestial te puede tocar y abrazar, sin preocupación alguna de pecado en los lugares celestiales, para siempre.
Por eso, Satanás junto con sus secuaces y con sus ángeles caÃdos jamás le han pedido a nadie que se bautice en agua para acceder a sus altares, inventados por ellos para engañar, porque el maligno sabe perfectamente, que, si él requiere que tú
seas bautizado en agua para entrar a su altar, entonces tú estarás entrando más bien al altar del Señor. Porque el bautismo en agua es del corazón santÃsimo de nuestro Padre celestial derramando sus palabras vivas del Juramento a Isaac no solamente
para bendecir y enriquecer a Abraham y a sus hijos prometidos por generaciones venideras, que siempre constituirán su nación dorada, amando su santo nombre y su palabra viva, pero igualmente le da acceso a quienquiera instantemente a sus lugares
celestiales.
El bautismo es del corazón santÃsimo de nuestro Padre celestial derramando cada palabra viva de su Juramento a Isaac, entregándote instantáneamente poderes que ningún enemigo podrá jamás estar delante de ti sin caer, porque los poderes de su fe
siempre trabajan a favor tuyo, destruyendo asà las obras del maligno en ti, en los tuyos, y en tus amistades, sin fallar jamás. Por la historia de Israel, con los altares que Satanás ha introducido con sus satanistas, que son sus sacerdotes ejerciendo
sin cesar jamás sus hechicerÃas en contra de gente inocente, entonces él jamás le ha requerido a nadie en Israel ni menos en las familias de las naciones a que se bauticen en agua para acceder a sus altares del mal eterno.
Porque Satanás sabe que cualquiera bautizado en agua, y esto no es agua salpicada de una copa o baso, pero, sumergidos completamente en agua abundante, invocando la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo que liberara a
quienquiera de poderes malévolos del fruto prohibido que arruinan y matan mucha vida humana desde siempre, y hasta nuestros dÃas. El diario lavarse en agua de los hijos de Aaron fue esencial no solamente para entrar en el tabernáculo y su Lugar SantÃ
simo, pero igualmente, cada año para el sumo sacerdote en turno y ser aceptado por nuestro Padre celestial en tierra santa, y contigo igual hoy en dÃa, es decir, si tú deseas vestirte de riquezas y de sus poderes cotidianos.
Nosotros conocemos en la historia de la tierra, que Satanás jamás requirió del bautismo en agua para sus altares que tendrÃa en Israel o en cualquier nación del mundo hasta hoy, porque él sabe que estarÃa haciendo un favor poderoso sobre ti, los
tuyos, incluyendo tus amistades, si es que él llamase el bautismo entonces será para el altar del Señor siempre. Seguramente, por generaciones y hasta nuestros dÃas, cualquiera religioso de las naciones que ha sido bautizado en agua, ya sea musulmana,
hindú, budista, taoÃsta, médium, espiritista, pagana, idolatra, matón, ladrón, adultero, o cualquier otro pecado como forma de adorar a Satanás y a sus ángeles caÃdos, entonces puede escapar todo mal instantáneamente, bautizado en agua, en
cualquier lugar del mundo entero.
Porque, en el bautismo, tú abandonaras el espÃritu de error por el EspÃritu Santo y la carne pecadora por la carne sagrada de Isaac para operar no solamente en el Juramento a Isaac, que es la fe con poderes asombrosos escritos por nuestro Padre
celestial en cada hombre, mujer, niño y niña de Israel para hacer su voluntad siempre, sin fallar jamás. Aquà es cuando el Padre dijo, Este es mi Hijo amado en quien Yo vivo complacido, porque cuando Él te ve desde el cielo como desde el altar de
Abraham e Isaac, en donde sentado está sobre la Silla de la Misericordia, entonces, Él ve que estarás oyendo su voz, obedeciéndola fielmente en toda verdad y justicia en tu diario vivir.
Desde el cielo, nuestro Padre celestial vera únicamente su palabra viva descendiendo sobre ti constantemente, porque este es el convenio de vida, en donde Él te ha prometido, asà como a Abraham y sus hijos, que Él te bendecirá siempre por donde sea
que vivas por la tierra, porque Él necesita honrar, glorificar y exaltar su santo nombre en la humanidad entera. Por eso, es que cuando tú eres bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre santo, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu
Santo, entonces tú habrás ascendido instantáneamente sobre el monte santo de Jerusalén, en donde nuestro Padre celestial te recibirá en su Lugar SantÃsimo, bendiciéndote poderosamente, porque aquà es donde Él derramó de su Juramento a Isaac por
ti.
Dado que, desde que nuestro Padre celestial llamó a Abraham al monte Sion, descansando sobre el Moriah, entonces él tenÃa que ascender con Isaac, ofrendándolo con fuego vivo al cielo glorioso, pero igualmente, Él está llamado a ascender con cada
uno de sus hijos prometidos que vienen de muchas generaciones, y asà ellos juntos levantar su santo nombre fuego en perfectas glorias siempre. Puesto que, este es el altar escogido por nuestro Padre celestial desde antes de la fundación del mundo, para
que no solamente Abraham ofrezca a su único hijo Isaac, como ofrenda encendida al cielo, pero también, sus hijos levantando su santo nombre fuego con clavos junto con su Hijo Jesucristo y las victorias del EspÃritu Sano sobre Satanás y sus
decepciones.
Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial no solamente de tener a Abraham ascendiendo el monte Sion con su hijo Isaac para ofrecerlo como una ofrenda encendida al cielo, pero igualmente, cada uno de sus hijos prometidos de generaciones
venideras, porque su Juramento a Isaac se derrama continuamente sobre su altar para bautizarlos a todos ellos con agua y con fuego santÃsimo. Es decir, también que cuando nuestro Padre celestial derramó su Juramento a Isaac sobre la carne sagrada y la
sangre expiatoria, entonces Él jamás ha cesado de derramar de su palabra viva sobre Isaac y de todo aquel ascendiendo el monte Sion, como Abraham lo hizo inicialmente, y asà cumplir con el llamado divino de honrar su santo nombre toda una eternidad.
Ya que, nuestro Padre celestial tenÃa en mente que Abraham fuese primero con su hijo Isaac ofrecido como una ofrenda encendida sobre el madero, para que su Juramento a Isaac por generaciones continúe derramándose frescamente sobre todo aquel que
ascienda a su altar del amor prehistórico, porque se habrán bautizado en agua todos ellos, invocando la santidad perfecta de su santo nombre. Ciertamente, cuando Abraham ascendió sobre el monte Sion, descansando sobre el Moriah, para tender a su hijo
Isaac sobre el madero y asà encender su cuerpo como ofrenda encendida al Padre en el cielo, entonces, fue hecho todo esto para derramar de su palabra viva del Juramento a Isaac, sin parar jamás: porque su santo nombre fuego descendÃa para ser clavado
al madero.
Sin embargo, nadie sabÃa cuándo nuestro Padre celestial permitirÃa que su santo nombre descienda sobre el monte Sion para ver a el Rey MesÃas subir, que es Isaac nuevamente nacido del vientre virgen de la hija de David, restaurando la sangre del
Padre en Canaán, pero igualmente, la carne sagrada y glorias de su nombre, para su nuevo reino de su perfecta voluntad. Por lo tanto, el Juramento a Isaac de nuestro Padre celestial tenÃa que continuar descendiendo sobre el monte santo de Jerusalén no
solamente bendiciendo a los hijos que suben a él bautizados ya en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, pero igualmente, porque su santo nombre fuego estaba por descender, entonces, Él tenÃa que mantener el lugar santo, extremadamente
santÃsimo, siempre.
Por eso, cuando tú asciendes al altar de Abraham e Isaac, porque te habrás bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su santo nombre fuego, que está clavado ya sobre el madero, además gozando del continuo descender del Juramento a Isaac,
porque esto es eterno: entonces tú eres bautizado con Él y sus palabras vivas de riquezas, y sus poderes inagotables. Por ende, el derramamiento constante del Juramento a Isaac fue no solamente para Isaac para que sea bendecido extremadamente en la
tierra, pero igual, cada uno de los hijos prometidos a Abraham de generaciones futuras y hasta el fin del tiempo, y esto también es verdad para las familias de las naciones, porque todas ellas serán parte de su nuevo reino venidero.
Además, el Juramento a Isaac no solamente necesitaba ser un fluir continuo, y derramándose sin cesar sobre los hijos de generaciones futuras, pero igualmente, para su santo nombre fuego descendiendo sobre él, porque nuestro Padre celestial necesitaba
restaurar su imagen en la humanidad entera sobre su madero, asà como su Hijo Jesucristo ascenderÃa a tiempo con el madero para ser clavado a él. Por eso, cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, cuando ellos son
bautizados en agua, entonces ellos invocan el santo nombre fuego, que ya está clavado al modero del Israel antiguo, que es, además, continuamente ungido por el Juramento a Isaac, y el rostro del Padre celestial brilla en su fulgor sobre ellos
perpetuamente.
Porque antes que nuestro Señor Jesucristo tuviese que ascender al monte santo de Jerusalén con el madero del Israel antiguo, yaciendo en el Valle de los huesos secos, entonces, Él tenÃa que destruir con cada palabra del Juramento a Isaac toda obra de
Satanás en los hogares de sus hijos, para él atraer la bendición del Padre celestial sobre ellos finalmente, siempre. Por cuanto, fue siempre la voluntad del Padre de derramar toda su bendición maravillosa sobre los hijos de Israel al su Hijo
Jesucristo ser ya clavado al madero junto con su santo nombre fuego, para que los sacerdotes LevÃticos invoquen el nombre del Padre todopoderoso, bendiciéndoles asà desde el cielo con su rostro bendito brillando sobre ellos con su perfecta salvación
enriquecedora.
Visto que, el Israel antiguo yaciendo en el Valle de los huesos secos recibió con clavos, mordiendo, sus manos y pies, cuando su santo nombre clavado fue a ellos junto con su Hijo Jesucristo, entonces nuestra imagen santÃsima del Padre celestial fue
restaurada legÃtimamente en cada hombre, mujer, niño y niña con perfecta salvación, regresando a vida eterna, enriquecidos en la eternidad. Visto que, Israel antiguo habÃa sido bendecido por nuestro Padre celestial, porque Él veÃa ya claramente en
sus hijos, llevando su santo nombre fuego junto con su rostro brillando en todo su fulgor sobre sus rostros, y con salvación perfecta, e inmediatamente, Él los bendijo aún más con su Juramento cuando los levÃticos invocaron su nombre, asegurando asÃ
salvación para las naciones eternamente.
AquÃ, nuestro Padre celestial habÃa no solamente salvado a sus hijos tendidos en el Valle de los huesos secos fallando siempre de ver la vida nuevamente, por el continuo descender del Juramento a Isaac sobre el altar con su santo nombre fuego, clavado
al madero junto con su rostro brillando sobre ellos: Entonces, Él bendijo a las familias de las naciones poderosamente. Por ende, quienquiera bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo,
entonces aquella persona es transportada sobre el monte Sion, en donde su santo nombre está clavado al madero del Israel antiguo (carne sagrada), bendecidos poderosamente con su rostro brillando sobre ellos, para que todos recibÃan continuamente el
derramar del Juramento a Isaac.
Porque, hasta hora, nuestro Padre celestial jamás cesó de derramar sobre el altar del amor, en donde Él llamó a Abraham a ascender con su hijo Isaac, ofreciéndolo con fuego vivo hacia el cielo angelical, pero, más bien, fue para derramar
continuamente su corazón santÃsimo todo su Juramento a Isaac sobre las naciones, bautizando multitudes para que entren en él, perpetuamente redimidos. Ya que, es la voluntad santÃsima de nuestro Padre celestial de restaurar su imagen, que realmente
es su rostro brillando sobre cada hombre, mujer, niño y niña de la casa de Israel y de las familias de las naciones (y aunque estén aun en el infierno), porque por el Juramento a Isaac, Él posee herramientas para salvarlos, empezando con Adán y Eva.
Este derramamiento de su palabra viva del Juramento a Isaac es parte de tu diario vivir desde siempre, porque este es el único poder posible del corazón santo de nuestro Padre celestial sobre la tierra no solamente tocando tu vida con grandes y
asombrosos poderes cotidianos, pero igualmente, puede restaurar su imagen santa sobre ti, y asà siempre seas tú su hijo legÃtimo. Esta es una fuente de bendiciones continúas, saturando tu corazón, mente, cuerpo y espÃritu humano, porque posee
poderes asombrosos diariamente, que nuestro Padre celestial trabaja con sus manos en ti, visto que, Él tiene una obra maravillosa empezada ya en el cielo contigo, pero, Él debe terminarla en la tierra, porque va a vivir contigo aquà mismo una
eternidad entera de felicidades infinitas.
Esta es una fuente real de poderes que tú necesitaras bañarte en ellos, al ser bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, llevándote asà hasta su monte santo de Jerusalén, y la roca
redentora, para que tú jamás vuelvas a ser otra vez la persona que todos conocen muy bien como pecador. Aunque tú hayas vivido una vida devastada por el mal como todo Israel yaciendo en el Valle de los huesos secos, pero, con la bendición eterna de
nuestro Padre celestial sobre ti, porque los sacerdotes levÃticos invocaron su santo nombre sobre los israelÃes antiguos del monte Sion, entonces, tú serás igualmente bendito, recibiendo un cuerpo glorificado saturado de amor, paz, y riquezas
interminables.
Ciertamente, no hay otro lugar igual en el mundo, en donde tú debes estar hoy en dÃa para el derramamiento del Juramento a Isaac de nuestro Padre celestial, que empiece a saturarte con sus asombrosos poderes, que jamás pensaste que existen por ti,
pero, están allÃ, derramándose aún más como una fuente interminable de bendiciones por ti, los tuyos y amistades también. Todo está allà por ti, que nuestro Padre celestial te ha entregado a ti y a los tuyos, incluyendo tus amistades, porque Él
necesita realmente bendecir a cada uno de ellos con su derramar continuo de su Juramento a Isaac, en donde una vez que entres en Él entonces tú jamás conocerás el pecado nuevamente en esta vida y en el cielo.
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