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Sábado, 23 de Junio, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
JESÚS (YESHUA) CUMPLIÓ CON EL JURAMENTO A ISAAC POR TI, PARA ENRIQUECERTE:
Toda la casa de Israel habÃa por fin llegado a rÃo Jordán, y listo para cruzarlo, para conquistar la tierra prometida que nuestro Padre celestial le habÃa prometido poseer a Abraham junto con todos sus hijos nacidos por miles generaciones, y
numerosos como las estrellas del cielo hacia la eternidad. Sin embargo, al llegar cerca de los lÃmites del Jordán que estaban por conquistar, entonces nuestro Padre celestial no les permitió entrar en él, porque aún llevaban en sus corazones el
becerro de oro que Aaron habÃa fusionado en su horno ardiente al tirar las joyas de oro, recibidas de los egipcios.
Éstas era riquezas que nuestro Padre celestial le dijo a Moisés que les diga a las mujeres israelÃes que se las pidan a las egipcias para que se las lleven con ellos como riquezas que habÃan enriquecido a los egipcios por cuatrocientos años, para
ser bautizados con riquezas en el Mar Rojo, porque iban a recibir mayores riquezas camino a Canaán. Ya que, nuestro Padre celestial no solamente enriqueció a la casa de Israel en aquellos dÃas con las riquezas de Abraham que habÃa recibido junto con
Sarah en sus dÃas, pero igualmente las riquezas iban a ser heredadas por sus hijos de Israel y por las familias de las naciones, al ser bautizados en agua, invocando su santo nombre y todopoderoso.
Con este bautismo en agua, el Israel antiguo lo pasaron invocando el nombre del Dios de Abraham, el nombre del Dios de Isaac y el nombre del Dios de Jacobo, que es el EspÃritu Santo, entonces ellos abandonaron cada pecado expiado por el Juramento a
Isaac, pero igualmente, ellos pudieron recibir legalmente las abundantes riquezas de Abraham, para siempre. Nuestro Padre celestial necesitaba tomar a cada uno de la casa de Israel no solamente bautizado en agua en el Mar Rojo al invocar la perfecta
santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, para abandonar cada pecado encontrado en cautiverio egipcio, pero igualmente, ellos tenÃan que llevar las riquezas de Abraham a Canaán, enriqueciendo grandemente a generaciones venideras.
Estas son riquezas del Juramento a Isaac que fueron primeramente entregadas a Abraham, pero igualmente a su hijo Isaac para heredarlas junto con Jacobo su primogénito sobre la tierra y sus hijos de generaciones venideras, ya que estas son riquezas que
tienen que enriquecer a la tierra de Canaán que recibirá su santo nombre fuego sobre su altar antiguo, para siempre. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a cada israelà en Canaán escogida para vivir con ellos en santidad y en perfección
perpetua, por amor a su santo nombre fuego, descansando sobre el monte Sion: pero igualmente, Él necesitaba las abundantes riquezas de Abraham llenando a Canaán con riquezas siempre crecientes para que sus hijos y de las familias de las naciones las
gocen.
Puesto que, éstas son riquezas que nuestro Padre celestial le entregó a Abraham poseer abundantemente y por siempre, pero igualmente, para sus hijos por generaciones futuras finalmente vayan honrando, glorificando, santificando y exaltando su santo
nombre fuego sobre el monte Sion, y asÃ, ellos necesitaban hacer todo esto para Él y por su santo nombre con las riquezas de Abraham multiplicándose siempre. Éstas son riquezas que nuestro Padre celestial ha acumulado sobre el monte santo de Jerusalé
n y su Lugar SantÃsimo por muchas generaciones, porque toda la casa de Israel siempre habÃa fallado en bautizarse del agua y bautizarse del EspÃritu Santo, pero, cuando ellos sean bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre
todopoderoso, entonces ellos recibirán sus riquezas abundantes instantáneamente.
Visto que, estas son riquezas que nuestro Padre celestial le entregó a Abraham abundantemente no solamente para él vivir con su esposa Sarah y junto con sus 318 hijos adoptados de extranjeros por dinero, pero igualmente, para enriquecerlos por muchas
generaciones, incluyendo las familias de las naciones, y asà enriquecer cada dÃa su reino nuevo venidero hacia la eternidad. Milagrosamente, esta riqueza jamás ha fallado de multiplicarse por las generaciones como desde que nuestro Padre celestial
bendijo a Abraham y a su hijo Isaac que no solamente hizo rico a Jacobo, pero igualmente a sus hijos por generaciones venideras, pero únicamente, si ellos renacen del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su
EspÃritu Santo.
De otro modo, esta riqueza que creció a través de los años y asà continúan aún por generaciones futuras, por gracia continuaran siendo almacenadas en el altar de Abraham e Isaac y hasta que cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las
familias de las naciones las reclamen, sólo al renacer del agua y asà renacer del EspÃritu Santo. Por eso, nuestro Padre celestial tenÃa que haber tenido ya a Abraham ascendiendo sobre el monte Sion con su hijo Isaac primeramente para ofrecerlo como
en una ofrenda encendida ante Él con el humo del fuego ascendiendo a sus lugares santÃsimos del cielo, pero asimismo su nuevo amor dulce aprendido de Isaac para seguir amando divinamente cada dÃa y hacia la eternidad celestial.
Visto que, nuestro Padre celestial tenÃa que tener el amor de Abraham por su hijo Isaac ardiendo fuertemente en su corazón y asà mismo en Sarah y en los de su hogar como en una ofrenda eterna ascendiendo desde su hogar familiar, enriqueciendo lugares
gloriosos del cielo, para que finalmente el Padre derrame su fe sobre él y sus hijos por generaciones futuras. Además, éste es el Juramento a Isaac, en que nuestro Padre celestial tenÃa que derramar su perfecta fe y amor de su palabra viva emanando
de su corazón santÃsimo para bendecir a los hijos de Abraham, pero igualmente, a las familias de las naciones con riquezas maravillosas acumuladas desde siempre para sus hijos renacidos: amando, sirviendo y glorificando su santo nombre, siempre.
Estas palabras que nuestro Padre celestial derramó sobre Isaac tendido sobre el madero del monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah, manifestaba cuanto amor Él siente por sus hijos nacidos de su imagen y de su alma viviente en el cielo,
como cuando Adán nació primero, dándole vida a Eva y sus hijos por muchas generaciones como las estrellas del cielo. Éstas son las palabras del Juramento a Isaac que nuestro Padre celestial finalmente se la entregó a Moisés para que los hijos de
Aarón las posean en autoridad completa en todos sus dÃas de ministerio, del tabernáculo de reunión y su Lugar SantÃsimo, porque ellos eran especialmente ungidos para invocarlos sobre los hijos de Israel para recibir la bendición de riquezas
inagotables.
Efectivamente, solamente los hijos de Aarón tenÃan poder para decir esta oración sobre los hijos de Israel, como por donde sea que nuestro Padre celestial los guiaba con su SHEKINAH (gloria divina), y asà conducir rituales y ceremonias importantes de
perfecta santidad del Juramento a Isaac, cubriendo pecados con sangres derramada de corderos por el desierto del Sinaà camino a Canaán. Evidentemente, nuestro Padre celestial tenÃa que cubrir cada pecado que Él habÃa encontrado con Israel mientras
vivió en el cautiverio egipcio de cuatrocientos años, porque todo pecado tenÃa que ser derrotado no solamente en el infierno tormentoso, en donde las familias de las naciones están condenadas por sus pecados, pero igualmente por todo el desierto
antes de entrar victoriosos a Canaán.
Ésta fue una victoria importante que nuestro Padre celestial tenÃa que alcanzar con todo Israel que no solamente habÃa nacido con el Juramento a Isaac, pero también bautizado en agua, para vestir los atuendos del EspÃritu Santo y de poderes de la
carne sagrada para cubrir pecados, finalmente para que su Hijo Jesucristo nazca en Israel, restaurando asà todas las casas eternamente. Por ende, todo pecado yaciendo en el fondo marino con Israel investido con poderes del EspÃritu Santo y de la carne
sagrada, sirviéndole a Él y a su santo nombre fuego como sacerdotes por el desierto y asimismo en Canaán sus cuerpos convertidos en el madero, entonces recibieron finalmente con clavos su santo nombre y a su Hijo Jesucristo radiando su rostro santÃ
simo.
Puesto que, los hijos de Aarón fueron divinamente ungidos para dirigirse a los romanos con autoridad para bajar el santo nombre escrito como Rey de los JudÃos, reescribiéndolo, para decir que él dice que es Rey de los JudÃos—pero Poncio Pilato no
quiso complacerlos, porque nuestro Padre celestial esperaba este momento para bendecir con su bendición maravillosa y todopoderosa a Israel. Ciertamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Israel no solamente liberados del cautiverio
egipcio, pero igual, bautizados del lecho marino, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo y asà vestirse con su EspÃritu y su carne sagrada para cubrir todo pecado, porque los levitas estaban llamados a
bendecirlos grandemente en Canaán, para siempre.
Legalmente, nuestro Padre celestial tenÃa que tener a los sacerdotes levÃticos en Israel, viviendo con los hijos de Israel, y listos para pronunciar su santo nombre fuego sobre el monte Sion, porque cada israelà hombre, mujer, niño y niña, aunque
yacÃan en el Valle de los huesos secos entonces estaban listos para recibir su bendición de riquezas interminables, levantándose a vivir nuevamente. Además, ésta es la bendición que nuestro Padre celestial tenÃa que tener a Israel primeramente
yaciendo en el Valle de los huesos secos con sus carnes convertidas todos ellos en el madero, para clavar su santo nombre fuego junto con su Hijo Jesucristo a ellos, levantando su rostro santo mundialmente, porque esta es la paz que la tierra necesita,
para vivir eternamente.
Es decir, también que, si Israel finalmente tiene paz, porque nuestro Padre celestial ha clavado su santo nombre fuego junto con su Hijo Jesucristo que ha descendido para restaurar la carne sagrada, la sangre expiatoria y los huesos inquebrantables en
todo Israel, entonces Israel antiguo pudo regresar a la vida nuevamente, eternamente bendecidos todos, gozando diariamente de bendiciones de riquezas inagotables. Visto que, Israel ha sido siempre llamado por nuestro Padre celestial para gozar las
primeras bendiciones de su Juramento a Isaac en que derramó todo su corazón santÃsimo sobre la carne sagrada del convenio de vida, pero, asimismo, Él lo escribió todo con su dedo sobre cada hombre, mujer, niño y niña, porque, haciéndolo asÃ,
entonces Él pude finalmente bendecir las naciones perpetuamente.
Puesto que, nuestro Padre celestial le dijo a Abraham de que su semilla, y este es Isaac bendecido por su corazón santÃsimo con su perfecta voluntad sobre sus hijos y las familias de las naciones, que es el Juramento a Isaac, entonces, Él pude
finalmente crear una nueva tierra con cielos gloriosos cubriendo diariamente la humanidad entera con su amor perfecto, siempre. Es decir, ya que Israel antiguo fue levantado del Valle de los huesos secos por los poderes del Juramento a Isaac, que es su
Hijo Jesucristo nacido del vientre virgen de la hija de David, que su vientre tenÃa que salpicar la sangre a tierra, entonces, ella divinamente restauró eternamente la sangre expiatoria que Eva del paraÃso contaminó, comiendo del fruto prohibido.
Entonces, nuestro Señor Jesucristo pudo vivir la vida eterna de nuestro Padre celestial que Israel fue llamado divinamente a vivirla en Canaán, en donde ellos habÃan sido llamados a cumplir cuidadosamente cada mandamiento junto con cada precepto y
decreto dado por el Juramento a Isaac a todos ellos, para que sean bendecidos con nuevas bendiciones de riquezas interminables toda una eternidad entera. Por ende, al nuestro Señor Jesucristo nacer del vientre virgen de la hija de David entonces el
santo nombre fuego de nuestro Padre celestial descendió del cielo, porque la mujer virgen habÃa restaurado la perfecta santidad de la sangre expiatoria que circulara por las venas de sus hijos, para que finalmente vivan en paz, gozando diariamente de
sus bendiciones en la eternidad.
Oportunamente, el santo nombre de nuestro Padre celestial descendió con su Hijo amado para vivir no solamente con el EspÃritu Santo, pero también con sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, porque su sangre ha sido restaurada en su
santidad perfecta a la humanidad entera y asà regresen a vivir todos nuevamente, y esta vez enriquecidos interminables, siempre. Efectivamente, al tú renacer del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃ
ritu Santo, entonces, tú poseerás poderes importantes, trabajando desde del Juramento a Isaac, creando asà en ti todo nuevamente, con tus amados y hasta con tus amistades, porque creer en su obra del monte Sion con su Cordero escogido, te bendice
siempre.
Por eso, es que cuando Israel fue levantado en el Tercer DÃa del Valle de los huesos secos entonces ellos entraron en el Lugar SantÃsimo del tabernáculo de reunión, porque entonces nuestro Padre celestial estaba listo para abrazarlos y asà hacerse
uno con ellos en la eternidad, ya que ellos habÃan renacido nuevamente, pero perfectos y santÃsimos ante Él, para siempre. Ciertamente, aunque todo Israel yacÃa en el Valle de los huesos secos por siglos, entonces cuando nuestro Señor Jesucristo
finalizó su obra, clavado al madero junto con el santo nombre y las victorias del EspÃritu Santo conquistadas en todo hogar israelà en Canaán, entonces los sacerdotes levÃticos invocaron su nombre todopoderoso sobre ellos, que bendición de riquezas
inagotables descienden sobre Israel diariamente.
Ciertamente, la casa entera de Israel renació del Valle de los huesos secos, vestidos con la carne sagrada y los huesos inquebrantables de su Hijo Jesucristo junto con victorias del EspÃritu santo conquistadas en contra de Satanás y de la muerte en
cada hogar israelÃ, para que todos ellos sean hechos perfectos y santos en el Tercer DÃas para ver al SEÑOR. Ésta es la bendición que el Israel antiguo recibió directamente de nuestro Padre celestial cuando los sacerdotes levÃticos invocaron su
nombre todopoderoso mientras su Hijo amado clavado estaba sobre ellos junto con las victorias del EspÃritu Santo sobre toda obra de Satanás y de sus ángeles caÃdos, entonces, Israel renació con vida eterna, y asà toda familia de naciones será
bendita instantáneamente.
Esta oración que fue finalmente cumplida sobre el monte santo de Jerusalén y que finalmente nuestro Padre celestial le otorgó todo poder de bendición sobre ellos, aunque estaban tendidos en el Valle de los huesos secos por muchos años, entonces, fue
para cambiar el Valle de los huesos secos en una fuente de bendiciones sin fin, para las familias de las naciones. Ya que, el Israel antiguo recibió la bendición de nuestro Padre celestial cuando los sacerdotes levÃticos invocaron su santo nombre
sobre ellos, con sus cuerpos convertidos en polvo inicialmente, luego en árboles en Canaán, y finalmente en el madero del monte Sion, recibiendo con clavos su rostro brillando con paz sobre las naciones, por eso, hoy tú puedes recibir su bendición,
creyéndole.
En otras palabras, al nuestro Señor Jesucristo decir, está terminado, entonces él habÃa destruido ya toda obra de Satanás y de sus ángeles caÃdos no solamente los cometidos en el paraÃso, pero asimismo en la tierra, incluyendo el infierno y hasta
que el mal llevó a Israel al Valle de los huesos secos, levantándolos finalmente a Israel vivo en el Tercer DÃa. Esto significa que después que nuestro Padre celestial habÃa visto ya a su Juramento a Isaac cumplido y glorificado por su Hijo
Jesucristo y por su EspÃritu Santo al destruir cada obra de Satanás que logró hacer con los ángeles caÃdos, entonces no solamente Israel pudo ser liberado del cautiverio nuevamente pero asimismo las familias de las naciones yaciendo en el infierno.
Por eso, hoy cuando alguien ora por algún enfermo o que necesite liberación de la opresión de Satanás, puede ser sanado y liberado fácilmente, porque cuando nuestro Padre celestial derramó su corazón entero sobre Isaac, entonces, Él lo hizo
liberando no solamente a Israel del opresor, pero igualmente a las familias de las naciones caÃdas y enfermas, aunque estén en el infierno. Dado que, si nuestro Padre celestial finalmente liberó a Israel antiguo del Valle de los huesos secos con su ú
nica y todopoderosa bendición de todas las generaciones hacia toda la eternidad venidera, entonces, Él no solamente liberara a toda nación del infierno tormentoso hoy mismo, pero igualmente, a ti también junto con los tuyos, incluyendo a tus
amistades de alrededor del mundo.
Ya que, nuestro Padre celestial por su Juramento a Isaac derramó sobre Isaac y las familias de las naciones de muchas generaciones venideras todos los poderes necesarios en cualquier momento para escapar de toda enfermedad, conflicto, pobreza, muerte y
hasta del mismo infierno, porque Él los necesita a todos ellos amando, sirviendo y alabando su nombre todopoderoso en su nuevo reino venidero. Por eso, quienquiera que haya sido bautizado en agua invocando la santidad perfecta de su santo nombre, su
Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo entonces aquella persona no solamente ha abandonado la carne pecadora y el espÃritu de error en el infierno, pero igualmente, esta persona viste la bendición del monte santo de Jerusalén, enriqueciendo a otros con
poderes asombrosos y constantes.
Estos son poderes del Juramento a Isaac que los sacerdotes levÃticos oraron e invocaron sobre los hijos de Israel últimamente (antes de fallecer), porque una vez que ellos hicieron esta oración sobre Israel, entonces ellos ascendieron a nuestro Padre
celestial, ya que habÃan cumplido finalmente sus deberes sacerdotales de invocar su santo nombre sobre Israel y asà vivan todos por siempre bendecidos. Es decir, también que nuestro Padre celestial habÃa cumplido y sellado esta oración y bendición Ã
ºnica, activándose sobre toda la casa de Israel por muchas generaciones venideras, porque una vez que el Israel antiguo fue levantado del Valle de los huesos secos, entonces, su bendición de riquezas interminables pasó a las familias de las naciones y
asà sean bendecidas por siempre igual.
Por ende, cuando alguien renace del agua nuevamente y asimismo renace del EspÃritu Santo entonces esta persona ha entrado en la única bendición de riquezas interminables, bendiciendo a todos los que necesitan oración, sanidad, protección, y liberaciÃ
³n, porque una vez que Israel fue sanado, liberado, y levantado con vida eterna en el Tercer DÃa, entonces hoy quienquiera puede recibir esta bendición igualmente. Es decir, que cuando alguien en necesidad de la bendición única del Padre celestial es
orada sobre él por alguien que ya ha entrado en ésta todopoderosa bendición del Juramento a Isaac, cumplida y establecida sobre el monte santo de Jerusalén perpetuamente, entonces esta persona recibe bendición por sanidad o liberación, porque
Israel antiguo ya está bendecido y liberado con ella perpetuamente.
Esto significa que la persona en que es orada porque alguien que ha creÃdo, ha sido bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre todopoderoso, entonces esta bendición inagotable por muchas generaciones venideras, que bendijo a Israel
antiguo instantemente, te bendecirá del mismo modo, porque si necesitas un órgano o solo ser sanado, entonces recibirás tu sanidad y bendición inmediatamente. Ciertamente, tú recibirás tus órganos nuevamente, sanándote, como restaurándote a la
vida eterna junto con la bendición de riquezas interminables para toda una eternidad, entonces tú lo recibirás todo completamente instantemente como el Israel antiguo, para que seas no solamente su hijo renacido del poder del EspÃritu Santo, pero
igualmente hecho ciudadano de su nuevo reino de su voluntad perfecta, para siempre.
A tiempo, todos estos poderes maravillosos vendrán a ti y a los tuyos, incluyendo tus amistades de alrededor del mundo, porque el Israel antiguo fue bendecido ya primero por nuestro Padre celestial cuando los sacerdotes levÃticos invocaron su nombre
todopoderoso sobre el madero del monte santo de Jerusalén, para que tú tengas esta bendición contigo cada dÃa al bautizarte en agua. Sin duda, tú tienes que asegurarte de que te bautizaras en agua pronto, para renacer para el cielo, porque es ú
nicamente aquÃ, en donde nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, al tú invocarlos, entonces te lavaran de todo pecado y asà te llenaran de toda verdad y justicia perpetuamente, para que jamás te vuelvas a contaminar de
pecado.
Esto es algo que perfectamente puedes hacerlo en tu casa, hoy mismo, como en tu tina llena de agua, y entonces oras al Padre celestial, arrepintiéndote de todos tus pecados que hayas cometido y los que tus familiares habrán cometido igualmente,
invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, sumergiéndote entonces en agua por completo finalmente. Y seguidamente al tú emerger del bautismo en agua que vendrá a ser parte de tu vida perpetuamente, porque
este bautismo es para la eternidad al tú haber invocado la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, inmediatamente tú empezaras a vivir cada dÃa la bendición sin fin del Juramento a Isaac que va enriqueciéndote
continuamente, siempre.
Ésta es la única bendición que tú por siempre necesitaras no solamente para ti, pero igualmente para tus amados, incluyendo tus amistades (porque alcanza a todos por el mundo entero), bendiciéndolos con los poderes perfectos del Juramento a Isaac,
haciendo asà que ellos fielmente lo amen, le sirvan y lo alaben a Él siempre, y asà Satanás jamás los volverá a tocar. Ésta es una bendición asombrosa de poderes constantes e interminables que siempre te seguirán en toda tu vida con perfecta
gracia, misericordia, verdad y justicia divina, y que jamás te fallarán, no importando en la situación en que te encuentres, porque la fe del Padre trabaja continuamente por ti, los tuyos, incluyendo tus amistades, para que jamás pierdas otra bendiciÃ
³n más de Él.
Ésta es una oración que únicamente nuestro Padre celestial pudo haberla escrito con su dedo sobre Isaac y sobre sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, es decir, si ellos se bautizan en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre,
su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo para conocer siempre su amor abundante y fiel hacia ellos. Porque es únicamente por el bautismo en agua que tú borraras de tu vida el fruto prohibido que te hace creer en mentiras y decepciones de Satanás y de
sus malvados que sólo añaden tinieblas a tus tinieblas, sin embargo, cuando tú eres bautizado entonces el EspÃritu Santo junto con la carne sagrada visten de bendiciones y de riquezas tu vida progresivamente.
Estas bendiciones nunca mueren, y nuestro Padre celestial las ha pronunciado ya sobre todo Israel, que se su carne sagrada se tornó en madero sobre el monte Sion, recibiendo con clavos su santo nombre todopoderoso junto con su Hijo Jesucristo,
implantando asà su rostro de Padre celestial sobre el rostro de sus hijos, y asà todos ellos entren en su reino bendecidos. Ésta misma bendición del Juramento a Isaac tú recibirás hoy de nuestro Padre celestial, asà como cuando fue pronunciada
sobre Israel antiguo, clavado con su santo nombre y su Hijo Jesucristo, que hace que el rostro del Padre brille no solamente en todo Israel, pero igualmente en las familias de las naciones, porque Él los quiere redimidos para su nuevo reino venidero.
Puesto que, ésta es la nueva tierra con cielos gloriosos y espaciosos, en donde nosotros jamás necesitaremos del Sol brillando sobre nuestros dÃas, porque ahora tendremos a nuestro Padre celestial con su rostro brillando, alumbrándonos en nuestro
diario vivir por la eternidad entera, para que nosotros le amemos, sirviéndole y glorificando a su santo nombre todopoderoso con nuestra santidad perfecta y eterna. Ésta es la nueva tierra con cielos gloriosos que continuaran recibiendo glorias
asombrosas nunca antes vistas por las huestes angelicales desde el dÃa que nuestro Padre celestial las creó, porque con el Juramento a Isaac todo es creado nuevo en ti, y las cosas antiguas pasan, abriendo camino a una nueva creación colosal con la
humanidad entera, disfrutándola toda una eternidad entera.
Esta es la oración que nuestro Padre celestial le entregó a Moisés para que Aarón y sus hijos siempre oren con ella sobre los hijos de Israel en todos sus dÃas para que bendiciones desciendan sobre ellos en donde sea que vivan en la tierra, y la
oración empieza, diciendo, Que el Padre Jehová te bendiga y te guarde. Que el Padre Jehová haga que su rostro brille sobre ti y que te entregue abundantemente cada dÃa de su misericordia. Que el Padre Jehová levante su rostro sobre ti y ponga
abundantemente de su paz. Entonces ellos (los sacerdotes levitas) invocaran mi santo nombre sobre los hijos de Israel, y Yo los bendeciré, les decÃa el SEÑOR para que todos regresen a Él y a su bendición cotidiana de vida eterna del cielo, amando,
sirviendo y alabando su santo nombre clavado al madero: bendiciendo asà a las familias de las naciones hasta que su nuevo reino venga mundialmente.
Esta oración realmente empezó desarrollándose por todo Israel cuando nuestro Señor Jesucristo nació del vientre virgen de la hija de David, por los poderes del EspÃritu Santo, para que la mujer salpique la sangre cuando el Rey MesÃas rompÃa su
virginidad entrando a Canaán con el santo nombre, la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre restaurada para las naciones mundialmente. Aquà es cuando el santo nombre de nuestro Padre celestial descendió, posicionándose eternamente
sobre el monte santo de Jerusalén, porque tenÃa que esperar por el Rey MesÃas que viva cada palabra del Juramento a Isaac en Canaán y asà finalmente ascienda él sobre el altar con el madero, recibiendo asà el Padre a Israel con su bendición de
riquezas cotidianas e insondables.
Ya que, esta bendición es única de generaciones venideras que el santo nombre de nuestro Padre celestial descendió para esperar por el Señor Jesucristo que destruya a Satanás y a la muerte, pero igualmente, recibir al Israel antiguo con la bendició
n perfecta del Padre, y asà finalmente recibir a cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones bautizados todos en agua. Visto que, es únicamente por el bautismo en agua que uno recibe legalmente el Juramento a Isaac de nuestro Padre celestial, que
es realmente su fe asentada en el creyente y asà poder hacer todo lo deseado en vida, y nada será imposible jamás para alcanzar, porque será siempre su palabra perfecta trabajando en ti y por ti en toda la tierra.
Es decir, también que con el bautismo en agua tú invocaras la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo entonces tú recibirás todo el Juramento a Isaac, que es su fe personal y poderes cotidianos que Él ha confiado en
ti y en tus amados, incluyendo tus amistades, para que vivas sin el temor al pecado siempre. Porque en el Juramento a Isaac tú fallaras en conocer el pecado nuevamente, puesto que, ya no existe en él jamás perpetuamente, empezando aquà en la tierra
contigo, dado que su palabra viva es su perfecta fe y poderes entregados a ti, trabajando en todo por ti y por los tuyos, y asÃ, todo lo que hagas será libre de pecado continuamente.
Por eso, por los poderes asombrosos del Juramento a Isaac nuestro Señor Jesucristo pudo derrotar a Satanás y al ángel de la muerte por todas las calles y hogares de los israelitas, porque siempre fue el Padre celestial hablando por medio de su Hijo a
los israelitas, y asà destruir las obras de mentira, maldiciones, enfermedades, pobrezas, y decepciones de Satanás instantáneamente. Incuestionablemente, al Señor Jesucristo terminar su obra mesiánica por las ciudades, calles y hogares israelitas,
que eran los hijos de los israelÃes antiguos yaciendo en el Valle de los huesos secos, entonces, Él mató a la muerte para tomar el madero para ascender al monte santo de Jerusalén, y asà el Padre derrame de su bendición sobre los hijos de Israel
finalmente.
Ésta es la bendición que el Israel antiguo recibió de nuestro Padre celestial, porque su Hijo Jesucristo junto con su EspÃritu Santo cumplieron y glorificaron con su Juramento a Isaac en Canaán, entonces por esta bendición de riquezas interminables
pudieron regresar a la vida en el Tercer DÃa, porque esta bendición salvadora de Israel tenÃa que salvar inmediatamente a las naciones mundialmente. Esta bendición vino sobre los hijos de Israel mientras sus almas vivientes yacÃan en el Valle de los
huesos secos, y sus cuerpos convertidos en polvo, que la diestra del Padre plantó como árbol en Canaán, para que sea el madero sobre el monte Sion, recibiendo su santo nombre con su Hijo Jesucristo, pero igualmente toda bendición salvadora del
Juramento a Isaac.
Puesto que, esta es la bendición de perfecta salvación que nuestro Padre celestial te entrega a ti y con poderes eternos que levantó a Israel inicialmente del Valle de los huesos secos a vivir en el Tercer DÃa para ver al SEÑOR en persona, porque
esta bendición de muchas generaciones posee poderes para salvarte de tu Valle de los huesos secos hoy. Por ende, es aquà en donde tú finalmente entraras en el corazón de nuestro Padre celestial que escribió con su dedo su Juramento a Isaac para
salvación, sanidad, prosperidad, riquezas y liberación eterna de sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, pero igualmente, para que su nuevo reino de su perfecta voluntad sea establecido sobre la tierra postreramente.
Aquà es, cuando tú le puedes traer al Padre celestial todo lo que te amenace a ti y a los tuyos y hasta tus amistades, porque cualquier problema, dificultad, enfermedad o amenaza de muerte que estés sufriendo entonces Él empezara a controlar esa
situación para resolverla inmediatamente, porque el Juramento a Isaac tiene el poder sobrenatural para hacerlo todo por ti, siempre. Y tú instalado ya en el Juramento a Isaac, porque te habrás bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su
nombre, su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, entonces cualquier situación que estés enfrentando con tus amados, e inmediatamente será abordada automáticamente por su palabra viva, escrita ya por ti, para que seas siempre victorioso sobre todas
las artimañas de Satanás.
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