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    From IVANIVAN555@aol.com@21:1/5 to All on Fri May 25 00:59:06 2018
    Sábado, 26 de Mayo, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    (Recordando a Cuba y sus víctimas aéreas recientes. Deseamos expresar nuestras condolencias, amor y oraciones a cada una de todas las familias que perdieron a sus hijos cuando una nave de Cubana de Aviación se estrelló minutos después de haber
    despegado del aeropuerto internacional José de Martí de La Habana, perdiendo así, sin conocerse aún las causas del accidente aéreo, 111 pasajeros, incluyendo toda su tripulación. Presentemente, ellos se encuentran en la presencia santísima de
    nuestro Padre celestial, porque su Hijo Jesucristo murió por ellos, derramando su sangre santísima sobre el madero del monte santo de Jerusalén, para que todos ellos sean perdonados de sus pecados y así tengan vida eterna en el nuevo reino de Dios,
    para siempre. Nosotros seguiremos orando ante nuestro Padre celestial por todos sus familiares y amistades, afectados por esta tragedia área sobre sus cielos, para que nuestro Padre celestial consuele sus corazones, con los poderes de su Espíritu
    Santo, en el nombre bendito de su Hijo amado. ¡Amén!)

    EL REPOSO SABÁTICO DEL SANTO NOMBRE ES TU REPOSO, PAZ Y PROSPERIDAD HOY:

    Nuestro Padre celestial después de haber liberado a Israel del cautiverio egipcio, por los poderes de su santo nombre fuego, para llevarlos al bautismo en agua del Mar rojo, entonces fue para prepararlos para derramar sangre expiatoria de corderos sobre
    todo el desierto del Sinaí, cubriendo todo pecado de naciones, pero también para buscar el lugar de reposo para su nombre todopoderoso. Por cuanto, después de la rebelión angelical que Lucifer había provocado junto con una tercera parte de los á
    ngeles caídos, entonces el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial fue atacado junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo: por ende, Él necesitaba encontrar un lugar del descanso eterno de él, que sería apropiadamente en toda la casa de
    Israel.

    En la medida que, cuando el rey David tuvo en su corazón en construir un templo para su santo nombre fuego, entonces nuestro Padre celestial descendió del cielo, para dejarle saber, que él había hecho bien en pensar en su corazón en construirle una
    casa para Él, pero, no sería él quien lo haría sino uno de sus hijos escogidos por Él. Éste fue el rey Salomón en que nuestro Padre celestial tenía sus ojos sobre él, porque él no había derramado sangre así como su padre David durante los dí
    as de su vida dado a conflictos y guerras terribles, defendiendo a la tierra prometida junto con toda la casa de Israel de enemigos crueles que deseaban derruirlos completamente, por ser hijos del reino.

    Nuestro Padre celestial tenía que sentarse a comer pan y vino con Abraham, entrando así a un convenio de vida no solamente entregándole a su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo nacido como Isaac, del vientre estéril de su esposa Sarah, pero tambié
    n todo su amor, gracia, misericordia, verdad y justicia divina: en donde su santo nombre fuego Sabáticamente, reposaría eternamente. A tiempo, nuestro Padre celestial había comido del pan y vino con Abraham junto con Sarah, y sus 318 hijos adoptados,
    comprados con dinero de extranjeros, y que habían aprendido a vivir en el calor de una familia que ama, honra, exalta y glorifica su santo nombre fuego en la tierra y por siempre en toda la eternidad venidera.

    Obviamente, nuestro Padre celestial estaba complacido con lo que Abraham estaba haciendo junto con Sarah, dándoles a los niños de otras familias el amor necesario para crecer en el temor del SEÑOR, para que entonces ellos aprendan de sus caminos de
    gracia, misericordia, verdad y justicia divina: sirviéndole a Él, para traer al mundo a los hijos de su santo nombre fuego. Por eso, es que fue importante de tener al rey David nacido en Canaán, porque él tendría en su corazón construirle un templo
    a su santo nombre fuego, en donde Él encontraría sus Sábados de reposo para que sus hijos lo amen, le sirvan, le alaben, y lo exalten a su nombre bendito una eternidad entera junto con las familias de las naciones.

    Además, nuestro Padre celestial estaba feliz de haber encontrado finalmente el lugar no solamente para su reposo sabatino junto con la casa de Israel y de las familias de las naciones pero asimismo de su santo nombre fuego, que había sufrido
    terriblemente ataques que salían de Lucifer y de sus ángeles caídos, y así finalmente establecerse en su nuevo reino venidero mundialmente. Éste será el reino de su perfecta voluntad que entrega amor, gloria, honor y exaltación de nuevas glorias
    que serán conquistadas por sus hijos en todos sus días de vida en la tierra y en el cielo, por los poderes asombrosos de su Juramento a Isaac, que es su palabra viva, para que su perfecta voluntad exista toda una eternidad entera, perpetuamente.

    Por eso, es que una vez que Israel había salido del cautiverio egipcio, que realmente era vivir con las familias de las naciones antiguas en el infierno, y que habían fallecido sin convenio de vida, por ende, al Israel nacer en cautiverio, entonces
    ellos fueron maravillosamente beneficiados del Juramento a Isaac, destruyendo así todo pecado finalmente, para postreramente encontrar vida pronto. El bautismo en agua fue muy importante de llevarlo a cabo por el Israel antiguo, porque no solamente
    estaban abandonando todo pecado en él, para olvidarlos perpetuamente como el fruto prohibido, pero igualmente tomar del fruto de vida, que es tomar cada palabra del Juramento a Isaac, dándoles vida abundantemente por medio de su Hijo Jesucristo y de su
    Espíritu Santo, para siempre.

    Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba deshacerse de cada pecado no solamente abandonándolos en el Mar Rojo por toda la casa de Israel, pero igualmente cubrirlos con las sangres expiatorias de los corderos por los rituales y ceremonias sagradas
    del tabernáculo de reunión y de su Lugar Santísimo, para que su Hijo Jesucristo vuelva a nacer, pero en Canaán esta vez. Ciertamente, nuestro Padre celestial después de haber tenido a toda la casa de Israel de beber de las aguas amargas de Marah,
    que necesitaban ser endulzadas por el árbol que Él tenía que mostrarle a Moisés de donde levantarlo del suelo para tirarlo a las aguas amargas, entonces los israelitas puedan satisfacer su sed junto con el ganado que traían de Egipto.

    Ahora, toda la casa de Israel necesitaba beber de las aguas amargas de Marah, endulzadas por el árbol que descendió del monte santo de Jerusalén, en Canaán, para encontrarse y ayudarlos a ellos, porque estaban listos para beber de la roca de salvació
    n, para que por fin cubran todo los pecados que tenían que ser cubiertos por todo el desierto del Sinaí. Milagrosamente, al Israel beber de las aguas amargadas, endulzadas por el madero descendió del monte Sión del altar antiguo, fue para hacerlos
    perfectamente santos, conduciendo sus deberes de sumos sacerdotes por el desierto del Sinaí, en Canaán, y por el reino de su voluntad perfecta que viene sobre la tierra pronto, para que su santo nombre fuego encuentre su reposo Sabatino definitivamente.

    Además, nuestro Padre celestial tenía que hacer todas estas obras maravillosas con toda la casa de Israel, al nacer inicialmente en un cautiverio eterno, como naciendo en el infierno, en donde las familias antiguas en sus millares estaban sufriendo la
    ausencia de un convenio redentor, y con el Juramento a Isaac entonces ellos finalmente lo tienen para escapar de la muerte postreramente. Por ende, nuestro Padre celestial tenía que bautizar a toda la casa de Israel en el Mar Rojo así como tú
    necesitas ser bautizado ya y junto con los tuyos y amistades, porque nuestro Padre celestial necesita a todos bautizados por todo el mundo, y así entren en su Juramento a Isaac, escapando de la muerte y del infierno tormentoso ahora mismo.

    Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba luchar en contra de los tormentos del infierno y sus poderes de tinieblas por todo el desierto del Sinaí, cubriendo así todo pecado del pasado, del presente y del futuro, para Él establecer su santo nombre
    fuego sobre el monte Sión con perfecta gloria y santidad, y así las familias de las naciones sean benditas, siempre. Realmente, estuvo siempre en el corazón de nuestro Padre celestial no solamente de derramar de sus Diez Mandamientos completamente
    cumplidos y glorificados por toda la eternidad sobre Isaac yaciendo sobre el madero con Abraham listo para de dejar caer su daga sobre su cuerpo del convenio de vida, pero igualmente su santo nombre (porque es eterno, bendiciendo a todas las naciones
    perpetuamente).

    Verdaderamente, al nuestro Padre celestial llamar a Abraham a ascender el monte alto con su hijo amado Isaac del que había aprendido a amar no solamente a él, pero igualmente por él a su nuevo amor que le enseñó a amar progresivamente a su esposa
    Sarah junto con los de su hogar, dándole así gloria al Padre eternamente, ofrendándolo sobre todo lo alto. Aquí, es cuando nuestro Padre celestial derramó todo su corazón santísimo, que es su perfecta palabra creadora, escrita con su dedo no
    solamente sobre el cuerpo sagrado de Isaac pero igualmente de los hijos de la casa de Israel: porque ellos fueron llamados a recibir su santo nombre fuego por palabra de boca, y hasta con clavos sobre el monte Sión, en Canaán.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba clavar su santo nombre fuego sobre toda la casa de Israel mientras aun yacían en el Valle de los huesos secos, pero ya libres del mal infernal desde su fundamento, porque habían pecado con terrible
    rebeliones como aceptando al cordero de oro, que les impidió entrar a Canaán victoriosos para recibirlo con clavos sobre ellos perpetuamente. Por ello, fue importante que Josué, reemplazando a Moisés, entre a Canaán bautizado en agua por el santo
    nombre, para que él pueda conquistar la tierra, en donde el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo finalmente recibirían su santo nombre fuego como el lugar eterno del reposo del Sábado, enriqueciendo así a las familias de las naciones toda
    una eternidad.

    Considerando que, cuando nuestro Padre celestial por fin pudo clavar su santo nombre fuego sobre el madero, elevándolo sobre el monte Sión, que es la carne sagrada nacida inicialmente como Isaac del vientre estéril de Sarah para que Jacobo nazca junto
    con todo Israel por generaciones venideras, únicamente entonces, su santo nombre había entrado en su reposo Sabático para bendecirte hoy, poderosamente. Visto que, si el santo nombre de nuestro Padre celestial encontró finalmente su lugar de su
    reposo Sabatino por toda la eternidad, entonces esto significa que tú también has encontrado tu reposo junto con la casa de Israel: porque su nuevo reino venidero con una nueva tierra y con cielos gloriosos es tu reposo Sabatino con el Padre hacia toda
    la eternidad.

    Por eso, es que en nuestros días tú no solamente podrás ser redimido, bautizándote en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre fuego, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, guiándote directamente hacia su altar, en donde tú serás
    vestido instantáneamente con su Juramento a Isaac, más aún, tú serás bendecido por su santo nombre, finalmente reposando contigo una eternidad entera. Dado que, si su santo nombre fuego hubiese fallado en encontrar su reposo Sabático hasta nuestros
    días entonces esto significa que tú no solamente hubieses fallado de encontrar tu reposo Sabatino, pero igualmente tu bendición cotidiana que necesitas para vivir con sus poderes que te ayudan a caminar hacia delante, conquistando nuevas glorias en la
    tierra y en el cielo, para siempre.

    En la medida en que, nuestro Padre celestial necesitaba encontrar su reposo Sabatino para su santo nombre fuego después de la rebelión angelical, para que Él también encuentre su reposo Sabático para gozarlo con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu
    Santo junto con cada uno de sus ángeles, creados para amar, servir, alabar y exaltarlo a Él toda una eternidad entera. Realmente, cuando nuestro Padre celestial pudo establecer su convenio con Abraham y con Sarah no solamente para que su Hijo
    Jesucristo nazca como Isaac de su vientre estéril, por el Espíritu Santo, pero asimismo sus hijos de su nuevo reino de su perfecta voluntad naciendo sin parar por generaciones futuras, para que su santo nombre encuentre su reposo Sabatino con ellos ú
    ltimamente.

    Por eso, todos en el cielo no solamente perdieron su reposo Sabatino junto con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente sus hijos naciendo después de Adán y Eva, emergiendo de su imagen y de su alma santísima
    para vivir conforme a semejanza de su Hijo amado, y postreramente en el nuevo reino venidero del Espíritu Santo. Y porque el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial fue atacado en la rebelión angelical entonces el reposo Sabatino en la gloria
    angelical no solamente fue interrumpida para nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con cada ángel fiel, pero igualmente para todo ser creado como los reinos de animales, además de la humanidad entera, por ejemplo.

    Comprobado que, cuando nuestro Padre celestial creó los cielos y la tierra junto con sus cosas en ellos, entonces Él creaba todo muy bien en su mirada santísima, que no hubo jamás tinieblas ni menos se encontró pecado en todos ellos, además de la
    rebelión angelical, dándole vida al pecado y la rebelión y así la violencia se propago por su Creación. Por eso, después que los hijos de Adam se multiplicaron y llenaron la tierra con familias y naciones, entonces la violencia se propagó por el
    mundo sin control como fuego de zarza, porque el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial tenía que encontrar su reposo Sabatino en el cielo y en la tierra, para que la paz reine al fin universalmente.

    Por ende, el derramamiento del Juramento de nuestro Padre celestial a Isaac fue importante ante Abraham, para que no solamente él encuentre su reposo para su alma cansada junto con su esposa Sarah y todo su hogar de hijos comprados con dinero de
    extranjeros para darles amor de familia, pero igualmente por sus hijos incontables como las estrellas de generaciones futuras. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba a los hijos de Abraham no solamente nacidos con el Juramento a Isaac, escritos sobre
    ellos, para ser cumplidos postreramente en bautismo de agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente para destruir todo pecado mundialmente, empezando en el infierno, por el desierto, en Canaá
    n, y en ti.

    Visto que, esto es el comienzo de su nuevo reino de su perfecta voluntad, establecida sobre la tierra, empezando en el monte Sión, en Israel, pero al mismo tiempo, enriqueciendo a las naciones con su Juramento a Isaac, que será desplegada sobre toda la
    casa de Israel, pero únicamente con el bautismo en agua, invocando la santidad perfecta de su santo nombre. Obviamente, el nuevo reino de nuestro Padre celestial necesitaba empezar con su Hijo Jesucristo naciendo del vientre virgen de la hija de David,
    por el Espíritu Santo, porque ella tenía que salpicar su sangre preciosa de su vida eterna, entregada ya a Abraham y a sus hijos, salvados, para recibir su santo nombre fuego con clavos sobre el altar del amor eterno.

    El momento en que la mujer virgen salpicó su sangre expiatoria y llena de su misma vida santísima, entonces nuestro Señor Jesucristo pudo vivir su vida, ya entregada por Juramento a Israel para que la posea eternamente, viviéndola en cada hogar
    israelí y así destruir las obras de Satanás y de sus ángeles caídos, para que el Padre pronto regrese a Canaán. Sin duda alguna, nuestro Padre celestial va a vivir su reposo Sabático eternamente con sus hijos de Israel y de las familias de las
    naciones que han sido bautizadas ya, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para que solamente ellos conozcan de su amor, bondades y riquezas interminables en toda la eternidad venidera.

    Aquí es cuando el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial abandonó el cielo para vivir sobre el monte Sión, porque aquí es donde está la Silla de la Misericordia con el Arca del Convenio, recibiendo a todos de alrededor del mundo, bautizados
    en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre que les entrega el bautismo del Espíritu Santo de vida eterna. El santo nombre fuego de nuestro Padre celestial necesitaba ver la vida eterna vivida por nuestro Señor Jesucristo con los dones y
    poderes cotidianos del Espíritu Santo no solamente para destruir y derrotar cada obra de Satanás en cada hogar israelí, pero igualmente las palabras de vida tenían que ser establecidas por todo Canaán para recibir al Padre en su nuevo reino
    sempiterno.

    Por ende, la alabanza al santo nombre de nuestro Padre celestial tenía que empezar inmediatamente sobre el monte Sión tan pronto como su Hijo Jesucristo nacía y fue visitado por los tres hombres sabios del Este, entregándole así mientras yacía en
    su pesebre: oro, mirra e incienso, para que su nueva familia humana empiece ya a servir al Padre en el cielo. Efectivamente, el santo nombre de nuestro Padre celestial necesitaba ser amado, servido y ensalzado inmediatamente, porque la mujer virgen tení
    a que derramar de su sangre bendita a tierra y llena de vida eterna, encendiendo así la vida regalada para ser vivida por cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, empezando con el Rey Mesías.

    Visto que, nuestro Señor Jesucristo había nacido en Israel para restaurar junto con el vientre virgen de la mujer, salpicando la sangre expiatoria: de la carne sagrada, los huesos inquebrantables, y la vida eterna, entregada inicialmente a Adán y a
    Eva, para que sus hijos puedan renacer con su vida eterna y listos para bendecir su santo nombre fuego constantemente hacia la eternidad. Es decir también que tan pronto nuestro Señor Jesucristo nació en Israel entonces Adán y Eva habían sido
    restaurados a vida milagrosamente, esto significa que ambos regresaron al paraíso, porque la carne sagrada había sido restaurada junto con los huesos inquebrantables y la sangre reparadora, complaciendo así al Padre celestial con toda su verdad y
    justicia divina en toda la eternidad celestial.

    Y al nuestro Señor Jesucristo vivir su vida eterna en Canaán, entonces él lo hizo por Adán y Eva junto con la casa de Israel yaciendo en el Valle de los huesos secos, porque a él vivir su vida en Israel entonces él cumplió y glorificó los
    mandamientos que abrió la puerta a la nueva tierra y con cielos gloriosos y espectaculares. Ésta es la nueva tierra con cielos asombrosos que recibirán no solamente a la casa de Israel pero igualmente a las familias de las naciones, que ya han vivido
    en el pasado, del presente, y del futuro, porque nuestro Padre celestial va a enriquecer a todos ellos con perfecta gloria y santidad, y así bendigan su santo nombre sobre su altar antiguo.

    Esta es la nueva alabanza, amor y servicio a su santo nombre fuego que nuestro Padre celestial necesitaba conquistar en la tierra, y Él la encontró no en Adán y Eva del paraíso pero en Abraham y en Sarah junto con sus hijos adoptados: porque su santo
    nombre necesitaba establecerse en Jerusalén con perfecta santidad y muchas glorias eternas. Evidentemente, fue importante para nuestro Padre celestial ver a su Hijo Jesucristo no solamente viviendo su vida eterna en cada hogar israelí, destruyendo a
    Satanás y la muerte, para que él finalmente conquiste los poderes del cielo, de la tierra y de debajo de las aguas de la tierra, y así Israel antiguo ame a su santo nombre en su nuevo reino venidero.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo no solamente viviendo su vida eterna para cada hombre, mujer, niño y niña de Israel pero igualmente de las familias de las naciones, porque sus mandamientos serian únicamente cumplidos y
    exaltados por su carne sagrada, sus huesos inquebrantables y su sangre expiatoria, como el Juramento a Isaac, para que su reino venga pronto. Por eso, el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial descendió del cielo inmediatamente cuando la mujer
    virgen salpicaba la sangre sobre la tierra Cananea, porque no solamente la tierra había venido a ser especialmente santa y perfecta pero igualmente el altar del amor prehistórico, para que el santo nombre entre a recibir amor, paz y gloria del
    sacrificio continuo de Jesucristo.

    Ésta es la vida que Israel necesitaba vivir para complacer toda verdad y justicia que es el cumplimiento y glorificación de toda regulación, leyes, preceptos y decretos de nuestro Padre celestial en todo Israel y hasta más allá de la eternidad
    venidera de su nuevo reino de su perfecta voluntad, en donde las naciones serán enriquecidas alabando su santo nombre para siempre. Por eso, es que tan pronto nuestro Señor Jesucristo terminó su obra y vida expiatoria en cada hogar israelí entonces é
    l tomó sobre su hombro el madero, que en vida fueron los cuerpos de la carne sagrada nacida del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, para ser clavado al santo nombre fuego sobre el monte Sión perpetuamente.

    Ya que, ésta es la carne sagrada nacida junto con la sangre expiatoria y los huesos inquebrantables, cuando nuestro Señor Jesucristo se manifestó como el cordero Isaac, que Abraham necesitaba poseer, cuando el Padre lo llamase a ofrecer a su único
    hijo amado como una ofrenda encendida sobre el monte alto del Moriah, pero igualmente para toda la casa de Israel últimamente. Definitivamente, nuestro Señor Jesucristo tenía que haber vivido ya su vida mesiánica por todo Canaán así como lo hizo
    inicialmente con Abraham y Sarah junto con los hijos adoptados, entonces él tomó el madero sobre sus hombros, ascendiendo el monte santo de Jerusalén para ser clavado a él, porque era tiempo ya para que el santo nombre sea perfectamente alabado para
    siempre.

    Aquí es cuando, nuestro Padre celestial clavó a su Hijo Jesucristo de sus manos y pies al madero junto con su santo nombre fuego sobre su cabeza coronada de espinas, porque éste era el llamado que toda la casa de Israel esperaba por años recibir
    nuevamente, como cuando fueron mordidos por las serpientes venenosas para descender al Valle de los huesos secos. Sin embargo, esta vez, ellos serían mordidos por clavos de bronce en sus manos y pies del Rey Mesías para ascender del Valle de los huesos
    secos hacia el altar antiguo, flameando ya el santo nombre fuego, para que ellos lo amen, sirvan y alaben para su nuevo reino de su perfecta voluntad que finalmente llega a las familias de naciones mundialmente.

    Ciertamente, todo Israel que falló en amar, servir y alabar el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial en sus días antiguos, entonces ellos tenían que levantarse del Valle de los huesos secos para ascender a él en el Tercer Día y así amarlo,
    servirlo y adorarlo con perfecta santidad para que el reino de una nueva tierra con cielos gloriosos venga ya. En otras palabras, al nuestro Señor Jesucristo terminar la obra que nuestro Padre celestial le encomendó cumplir en Israel, entonces él tomó
    el madero como la carne sagrada y la sangre expiatoria junto con los huesos inquebrantables, en donde el Juramento a Isaac fue derramado completamente para que su santo nombre fuego sea perfectamente levantado y alabado constantemente en su inagotable
    reposo Sabatino.

    Visto que, éste es el amor, servicio y adoración a su santo nombre que nuestro Padre celestial necesitaba empezar en el paraíso con Adán y Eva junto con sus hijos, es decir, si ellos hubiesen comido del fruto del árbol de la vida, que es su Hijo
    Jesucristo y su Espíritu Santo, estableciendo así su perfecta voluntad, en donde no hay pecado jamás. Por ende, es aquí en donde nuestro Padre celestial hubiese gustosamente descendido para vivir con toda la casa de Israel y las familias de las
    naciones, aunque aún estén en el infierno tormentoso, porque con el Juramento a Isaac no hay más pecado en toda su nueva tierra y con sus cielos gloriosos como habitación eterna de todas las naciones eternamente redimidas.

    Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial no solamente para tener a su Hijo Jesucristo nacido en Israel por el vientre virgen, salpicando su sangre expiatoria a tierra para bendecir al mundo entero finalmente, pero igual de tenerlo a é
    l junto con su santo nombre fuego, clavado a la carne sagrada del Juramento a Isaac, que se tornó en madero. Porque fue aquí en donde todo pecado, maldiciones, maldades, pobrezas, enfermedades, destrucciones, holocaustos y muertes de Satanás y de los
    ngeles caídos exaltan su nombre pecador en muchos altares creados desde la antigüedad para cegar a las multitudes que han sido destruidos últimamente, ya que el infierno ha sido derrotado eternamente, cuando Israel salió sumamente victorioso de él
    en el Tercer Día.

    Es decir, que nuestro Señor Jesucristo junto con su santo nombre fuego clavado al madero, que en vida fue el cuerpo y la sangre de los israelitas antiguos nacidos en el infierno tormentoso, expiando y removiendo pecados de las familias de las naciones
    antiguas para finalmente bautizarse en el Mar Rojo, y postreramente tornarse en el madero, endulzando el santo nombre siempre. Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba endulzar su santo nombre fuego después de la rebelión angelical, que Lucifer
    inicio, causando mucho dolor y destrucción en el cielo angelical, porque desde que falló en poseer el santo nombre para empezar su reino de tinieblas con una tercera parte de los ángeles, entonces él trató de todo para herirlo ante las fieles
    huestes angelicales.

    Pero, Lucifer falló en su intento malévolo para herir el santo nombre de nuestro Padre celestial más de lo que ya lo había hecho, porque él fue derrotado por él mismo junto con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, que
    lo tiraron a él con los ángeles caídos hacia las tinieblas eternas para jamás regresar al cielo nuevamente. Por eso, es que con el Juramento a Isaac nuestro Padre celestial pudo tener a sus hijos nacidos en el cautiverio Egipto para hacer su obra
    maravillosa, destruyendo no solamente todo pecado, maldiciones, enfermedades, pobrezas, y muertes pero igualmente al mismo infierno junto con Satanás y todo ángel caído en el lago de fuego, por amor a su reino por venir aún.

    Dado que, es únicamente con el Juramento a Isaac que es su perfecta palabra viva de su perfecta voluntad, que está ya sobre la tierra como el camino, la verdad y la vida, que no solamente encuentra el reposo Sabatino de su santo nombre fuego sobre el
    monte Sión, pero igualmente para Él y su nuevo reino poblado de sus hijos legítimos. Por eso, es que los ángeles santos nunca cesan de alabarlo sobre el altar de Abraham e Isaac en el reino angelical, porque es así como ellos encuentran su paz que
    los ayuda no solamente a vivir sus vidas angelicales diariamente, amando al Padre, al Hijo ungido y al Espíritu Santo, pero igualmente para conquistar nuevas glorias abundantes hacia la eternidad venidera.

    Visto que, éste es el reposo Sabatino que tiene hasta cierto grado paz, dada abundantemente a la humanidad entera desde cuando la rebelión angelical y hasta nuestros días, sin embargo, cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de
    las naciones aun así tienen que bautizarse en agua para recibir mayores bendiciones, enriqueciendo así sus almas vivientes continuamente. Aquí es cuando tú habrás finalmente entrado en la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial que es su
    palabra viva de su Juramento a Isaac, cumpliéndose, como su perfecta voluntad en tu vida junto con los tuyos y amistades alrededor del mundo, pero igualmente es la ayuda de tu diario vivir, conquistando glorias que tienes ya en mente encontrarlas algún
    día pronto.

    Porque al bautizarte en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo y su Espíritu noble entonces el espíritu de error abandona tu alma para recibir al Espíritu Santo y la carne pecadora abandona igual tu alma para recibir la carne
    sagrada del Juramento a Isaac, en donde el Padre te bendice por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu, siempre. Aquí es cuando tú sales del agua, caminando ya en el Camino de Santidad, que está escondido del mundo pecador, en donde tú te encontraras
    con nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, llevándote siempre por los caminos de su perfecta gracia, misericordia, verdad y justicia divina, y así tú tengas tus necesidades suplidas, siempre.

    Dado que, es únicamente en el Juramento a Isaac que nuestro Padre celestial encuentra su reposo Sabatino con su santo nombre fuego sobre el altar de Abraham e Isaac para recibirte así en su perfecto amor, que es abundante y dulce como la miel, porque
    te llena completamente por dentro y por fuera, enriqueciéndote toda una eternidad, empezando ya, pero sólo bautizado. Y es aquí, en donde nuestro Padre celestial se alegra contigo, porque tú serás alimentado por su roca de salvación, emanando agua
    viva que Moisés con los israelitas sedientos bebieron inicialmente en el desierto del Sinaí, para que tú no vuelvas a tener sed jamás, en esta vida y en la venidera como en la nueva tierra y con cielos esplendidos y gloriosos.

    En el Juramento a Isaac, nuestro Padre celestial no solamente ha encontrado su reposo Sabático con su santo nombre fuego junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, rodeado de huestes angelicales, pero asimismo con cada hombre, mujer, niño y
    niña de Israel y de las naciones, que tú te convertirás instantáneamente en una roca también, bendiciéndolo a Él, siempre. Ciertamente, tú te convertirás como la misma roca de salvación que está en el altar de Abraham e Isaac, porque cuando tú
    asciendes a ella, entonces será porque tú habrás renacido del agua y del Lugar Santísimo, convirtiéndote tú mismo en una roca viva: dándole abundantemente amor, felicidad, gozo y el reposo Sabatino a nuestro Padre celestial, para siempre.

    Aquí es cuando nuestro Padre celestial se levanta de su Silla de Misericordia, caminando hacia ti, porque tú te habrás vuelto ante Él como la roca redentora que no solamente salvó a Israel de la sed del desierto y de una muerte segura, pero
    igualmente te conviertes instantáneamente en una roca viva: porque te habrás alimentado de ella con abundantes glorias eternas. Es decir, también de que tú te habrás tornado en una roca emanado abundantemente amor, alegrías, gozo, reposo del Sá
    bado no solamente a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero asimismo a su santo nombre fuego clavado ya sobre el madero del Israel antiguo perpetuamente sobre el altar del amor eterno hacia las familias de las naciones, empezando con Israel.


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