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    Sábado, 09 de Julio, 2022 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas escritas por Iván Valarezo)


    Tú eres su Sinagoga de Jerusalén con su Lugar Santísimo, ya bautizado en agua, hablando de su nombre y palabras vivas, enriqueciéndote cada día siempre toda una vida entera:


    Tempranamente, nuestro Padre celestial llamó a Moisés al monte de la cruz santa, descansando sobre el monte Sinaí, porque toda la casa de Israel había recogido ya todo pecado de familias de naciones antiguas y modernas, cometidas en contra de Él, su
    Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para Él finalmente entregarles su santo nombre fuegos a Israel, para el bautismo del Mar Rojo. Ciertamente, nuestro Padre celestial estaba listo para entregar su santo nombre fuegos al hombre en la tierra, porque
    cuando Jacobo se lo pidió a Él, entonces, Él falló al intentar entregárselo, entendiendo que, la tierra entera estaba llena de pecados, e indigna de recibirlo, hasta que él mismo lidiara en contra él (pecado) con su semilla santa, ya lista para
    ser plantada en Canaán.


    Definitivamente, este era el santo nombre de nuestro Padre celestial, que su Hijo Jesucristo lo llevara en perfecta santidad toda una eternidad, entonces, Él necesitaba enviarlo a él a la tierra finalmente, plantándolo con él en Canaán, bendiciendo
    l mismo a sus hijos enteramente, al abandonar ellos sus pecados bautizados en agua, entrando seguidamente todos ellos a su presencia santísima sin pecado alguno infinitamente. Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba enriquecer no solamente a
    sus hijos, pero igualmente a la tierra entera, porque Él planeaba descender a vivir en Canaán con su santo nombre fuegos eternamente honrado, glorificado y exaltado, enriqueciendo a familias de naciones antiguas y modernas para su reino venidero de
    amor y de riquezas interminables sobre su nueva tierra, llena de su misma vida eterna, enriquecida.


    Galantemente, nuestro Padre celestial necesitaba tener a sus hijos renaciendo con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en Canaán, en donde jamás existió el pecado, y Él empezar su nuevo reino con su vida eterna, conociendo amor, paz, riquezas
    y glorias interminables en toda una vida entera, pero sin efectos del pecado, conquistando nuevas riquezas nunca antes vistas en Canaán por nadie. Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial tener a toda la casa de Israel, recogiendo
    pecados cometidos por sus hijos de familias de naciones antiguas y modernas, pero igualmente, tenerlos a todos ellos ya bautizados del Mar Rojo, abandonando todo pecado, para empezar su vida eterna nuevamente en el infierno tormentoso, ante todo lo que
    es Satanás para siempre—derrotándolo infinitamente.


    Para repararlo todo, nuestro Padre celestial necesitaba derrotar a Satanás, ángeles caídos, la muerte y el infierno tormentoso, destruyendo el pecado en el mismo infierno, al todo Israel antiguo pasar por el bautismo en agua, invocando su santo nombre,
    como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, para Él mismo entregarles su vida eterna nuevamente, abundantemente como el Mar Rojo eternamente. Además, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente derrotar a Satanás, ángeles caídos, la
    muerte y el infierno tormentoso, al destruir cada pecado, bautizándolos del Mar Rojo, pecados cometidos por sus hijos en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, Él necesitaba empezar su nuevo dulce hogar en el infierno,
    finalmente estableciéndolo con sus hijos entre riquezas interminables de Canaán.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Satanás derrotado junto con ángeles caídos y la muerte en el mismo infierno tormentoso, y en presencia de sus hijos de familias de naciones antiguas y modernas, empezando con Adán y Eva, y
    seguidamente llevárselos con Él de regreso a su dulce hogar en la gloria angelical últimamente, en donde siempre el pecado jamás existió en todos ellos. Entendiendo que, cualquiera que hubiese sido la vida malvada que Satanás les entregaría a sus
    hijos en el infierno tormentoso, en su reino de tinieblas y de hambruna interminable, entonces, nuestro Padre celestial lo convirtió todo ello, en el fundamento de su nuevo reino de amor, paz y de riquezas interminables para las naciones conocer en
    todos sus días de la tierra entera, para siempre.


    Por lo tanto, fue importante para nuestro Padre celestial tener a toda la casa de Israel, recogiendo pecados del mundo entero por cuatro siglos, por poderes del Juramento a Isaac, y Moisés nazca sin la presencia de pecados en el cautiverio egipcio,
    ascendiendo luego al monte Sinaí para recibir su santo nombre fuegos, para Él mismo entregarles a sus hijos vida eterna abundantemente siempre. Legalmente, nuestro Padre celestial tuvo a Moisés ascendiendo a su cruz santa del monte Sion, descansando
    sobre el monte Sinaí, no solamente para recibir su nombre, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, pero igualmente para entregarle sus Diez Mandamientos para ser cumplidos en el Lugar Santísimo del tabernáculo de reunión, para que su
    nombre sea honrado en Canaán infinitamente.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba su Sinagoga de Jerusalén con el Lugar Santísimo, cruzando el desierto de Sinaí, como el tabernáculo de reunión, rescatando a sus hijos de naciones antiguas y modernas al expiar, juzgar y cubrir pecados con
    sangres de corderos, derramadas ante Él, rescatándolos finalmente con su misma carne sagrada y sangre expiatoria en su dulce hogar, en Canaán ya infinitamente enriquecida. Considerando que, nuestro Padre celestial necesitaba a su Sinagoga de Jerusalé
    n destruida, destruida luego por soldados romanos, y enterrada debajo de la Ciudad de Jerusalén, en Canaán, como semilla santa, con victorias conquistadas con su Hijo Jesucristo, el Espíritu Santo junto contigo, tus amados, vecinos y amistades, viendo
    vida nuevamente ya pronto, como su nuevo reino de amor en la tierra entera para la eternidad.


    Verdaderamente, nuestro Padre celestial tendrá a su Sinagoga de Jerusalén, viviendo nuevamente no solamente contigo, con tus amados, vecinos y amistades, pero igualmente con Adán y Eva junto con familias de naciones antiguas y modernas en su nueva
    tierra, llena de gloria, sanidad, santidades, pero con el pecado quitado de ti perpetuamente, conociendo finalmente amor, paz, gloria y riquezas insondables en la eternidad venidera. Por lo tanto, fue importante para nuestro Padre celestial tener a su
    Hijo Jesucristo como Melquisedec rey de Salem (Jerusalén moderno) apasionadamente renaciendo nuevamente con Adán y Eva junto con sus hijos de familias de naciones antiguas y modernas, recogiendo pecados cometidos en contra de Él para el bautismo del
    Mar Rojo, para entregarles su santo nombre fuegos finalmente con glorias interminables, en Canaán.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba descender hacia el infierno, rescatando a sus hijos de familias Israel y de la humanidad entera, entendiendo que, Él necesitaba tener su santo nombre fuegos amado, honrado, glorificado y exaltado en Canaán,
    para Él vivir su vida eterna por siempre amado de su familia divina, que eres tú con tus amados, vecinos y amistades en la tierra entera, para siempre. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba buscar por el desierto de Sinaí por ti y por tus
    amados junto con tus vecinos y amistades y el resto de las familias de naciones antiguas y modernas, para tener su santo nombre fuegos amado, honrado y exaltado por ti, pero Él necesitaba remover tus pecados por ti primero, finalmente honrándolo a Él
    en Canaán con perfecta santidad eterna.


    Realmente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a ser santo y perfecto, así como Él en la gloria celestial ante su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque Él necesitaba que tú junto con tus amados renazcas de su semilla santa, que es la
    carne y sangre expiatoria de Isaac en el Lugar Santísimo, y así, tú seas su hijo siempre en toda la tierra. Por lo tanto, después que Moisés e Israel antiguo se bautizaron en aguas del Mar Rojo, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de
    Isaac y Dios de Jacobo, entonces, ellos necesitaban caminar por tres días hacia aguas amargas de Mara, y ellos caminaron hacia ellas, porque les fue dicho que en el tercer día entrarían a tierra prometida, eternamente liberados.


    Sin embargo, la casa de Israel cansada entonces camino sedienta por tres días sin encontrar agua alguna hasta alcanzar a aguas amargas de Mara, porque ellos necesitaban milagrosamente, endulzarlas con el árbol yaciendo cerca de él, entendiendo que,
    ellos necesitaban entrar a Canaán con naciones antiguas y modernas, pero con el pecado derrotado por la semilla santa de nuestro Padre celestial, que es Isaac contigo. Consiguientemente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Moisés e
    Israel antiguo pasando por Mara, endulzándolas con el árbol yaciendo cerca de él, que no solamente eras tú, pero igualmente cada hombre, mujer, niño y niña del mundo entero en necesidad de ser uno en la semilla santa, que es la carne de Isaac,
    entrando a Canaán con todos liberados del pecado perpetuamente.


    Últimamente, nuestro Padre celestial necesitaba a sus hijos llenos de vida eterna en el desierto de Sinaí, porque ellos habían ya abandonado sus pecados, bautizados del Mar Rojo, y seguidamente Él darles de comer del pan y vino de la Mesa de la
    Presencia de la gloria celestial cerca del Lugar Santísimo, recibiendo finalmente su cuerpo glorificado, honrando su santo nombre eternamente en Canaán. Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba a Moisés junto con sacerdotes levitas ejecutando
    rituales y ceremonias de santidad perfectas del Juramento a Isaac para el Lugar Santísimo del tabernáculo de reunión, y seguidamente Él mismo expiar, juzgar y cubrir todo pecado ya abandonado en el bautismo del Mar Rojo por Israel, vistiendo
    finalmente su cuerpo glorificado del cielo arriba en el desierto de Sinaí.


    Ciertamente, cuando Moisés hubo endulzado aguas amargas de Mara con el árbol, levantado en sus manos, tirándolo inmediatamente en él, entonces, ellos bebieron de sus aguas, endulzadas, para ser uno en la carne de Isaac bautizada ya del Mar Rojo,
    entonces participaron del maná del cielo arriba junto con bebidas de la roca, integrándose a nuestro Padre celestial, en Canaán, finalmente justificados todos infinitamente. Ahora, Moisés e Israel antiguo necesitaban ser uno con cada hombre, mujer,
    niño y niña de naciones antiguas y modernas en la carne sagrada y sangre expiatoria de Isaac no solamente para comer del maná y beber de la roca, pero igualmente, porque el Padre únicamente conoce al Hijo y el Hijo al Padre, y postreramente todos
    sean aceptados en Canaán con perfecta santidad eterna.


    Es decir, también que únicamente nuestro Padre celestial conoce a su Hijo Isaac en el desierto de Sinaí con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de naciones antiguas y modernas, abandonando el pecado junto con el infierno, y el Hijo conoce al
    Padre entrando a riquezas de Canaán, manifestándole a Él finalmente que ellos lo aman toda una vida entera, para siempre. Realmente, nuestro Padre celestial únicamente conocerá amor de ti hacia Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en tus dí
    as en la tierra y en la gloria angelical, bautizado ya en Canaán, entonces, todos necesitaban ser uno con Moisés e Israel antiguo al beber de aguas amargas de Mara, endulzadas por el árbol cerca de él, manifestándole a Él finalmente amor eterno en
    Canaán.


    Ciertamente, al nuestro Padre celestial tener a Moisés e Israel antiguo bautizado del Mar Rojo, entonces, fue todo así no solamente abandonando pecados del mundo entero en el lecho marino, pero igualmente, fue para llevar el bautismo a cada hombre,
    mujer, niño y niña de naciones antiguas y modernas, que todos necesitaban, finalmente mostrándole amor a Él en la gloria angelical toda una vida entera. Verdaderamente, al Moisés junto con Israel antiguo y naciones antiguas y modernas finalmente le
    manifestaron amor a nuestro Padre celestial en la gloria celestial, entonces, el maná descendió cada mañana con agua de la roca de salvación para crecer como Isaac, recibiendo el cuerpo glorificado que derrotó el pecado, Satanás, ángeles caídos,
    la muerte y el infierno tormentoso para entrar a Canaán, eternamente justificados.


    Positivamente, este fue el único camino, en el cual, nuestro Padre celestial recibió amor de sus hijos de Israel y la humanidad enteramente, porque todos fueron uno con Moisés e Israel antiguo, bebiendo aguas amargas de Mara, endulzadas, por el árbol
    cerca de él, entonces, el Padre reconoció al Hijo y el Hijo al Padre, en una sola carne sin pecados para la tierra entera. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba derrotar a Satanás, pecados, la muerte, y brujerías del infierno por
    cuarenta años, al tener a Moisés en la gloria ayunando por cuarenta días y cuarenta noches, para entregarle a Israel su tabernáculo de reunión con el Lugar Santísimo, rescatando a sus hijos: expiando, juzgando y cubriendo pecados con sangres de
    carneros, para vivir nuevamente en Canaán, eternamente enriquecidos.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Moisés e Israel antiguo junto con naciones antiguas y modernas, consumiendo su maná, descendiendo cada mañana del cielo arriba junto con bebidas de la roca de salvación por cuarenta años, para vestir sus
    almas con su semilla santa, que es la carne sin pecados de Isaac, en el cual Moisés había ayunado ya por cuarenta días y noches. En otras palabras, nuestro Padre celestial tuvo a Moisés ayunando por cuarenta días y noches en la gloria celestial,
    enseñándole cómo construir su tabernáculo de reunión con su Lugar Santísimo en el campamento israelí, para Él usarlo por el desierto de Sinaí, recibiendo a sus hijos con su cuerpo glorificado que descendía del cielo arriba, al Israel comer de
    su pan y agua diariamente.

    Esta es la verdad. Divinamente, nuestro Padre celestial tuvo a Moisés ayunando por cuarenta días y noches en la gloria celestial, sin comer nada, preparándolo para comer y beber del cielo arriba con sus hijos de Israel y junto con la humanidad
    enteramente para recibir su cuerpo glorificado, destruyendo el pecado, finalmente quitando a Satanás de la tierra para su reino venidero de amor y de riquezas interminables. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Moisés ayunando por cuarenta
    días y noches en la gloria celestial ante Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para Él derramar del Pan de la Presencia con su Vino (agua), como su misma sangre por el desierto de Sinaí, destruyendo la hambruna de Satanás para riquezas
    abundantes de Canaán sobre la tierra entera finalmente, para siempre.


    Evidentemente, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel y naciones antiguas y modernas, comiendo de su cuerpo glorificado, como la carne sagrada de Isaac perpetuamente, como maná y agua de su roca de salvación, y así, ellos sean perfectos y santos,
    así como Él en la gloria angelical, alejándose del reino de tinieblas de Satanás, para conocer amor con Él en Canaán toda una vida entera. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba crecer con Israel y con la humanidad entera en el desierto,
    como el infierno tormentoso, finalmente enriqueciendo la tierra, empezando en su mismo corazón, al liberar a sus hijos del reino de tinieblas de Satanás y de la muerte, para que ellos conozcan con Él amor, prosperidad, riquezas y alegrías
    interminables toda una vida, conquistando postreramente nuevas riquezas progresivamente.


    Considerando que, el cuerpo glorificado que nuestro Padre celestial le entregó no solamente a Moisés e Israel antiguo junto con familias de naciones antiguas y modernas en la tierra, para abandonar la carne pecadora, atrayendo pecados, maldiciones, esp
    ritus inmundos, pobreza, hambruna, muerte y al infierno tormentoso, para nosotros finalmente atraer riquezas siempre cada día hasta que el reino venga sobre la tierra entera postreramente. Confidentemente, el cuerpo glorificado de nuestro Padre
    celestial, recibido por nosotros directamente de Él como Isaac del vientre estéril de Sara, por el Espíritu Santo, para recoger nuestros pecados para el Mar Rojo, y fue así para mostrarle a Él amor en la gloria celestial inmediatamente, pero
    igualmente, para enriquecer las naciones, enriqueciendo seguidamente la tierra entera, para su reino venidero del amor eterno.


    Sinceramente, es importante para ti bautizarte en agua junto con amados, vecinos y amistades, para abandonar la carne pecadora y el espíritu de error, en donde Satanás te empobrece, para recibir la carne de Isaac y el Espíritu Santo, en donde nuestro
    Padre celestial ya te ha enriqueció, al tú nacer de su imagen para vivir conforme a su semejanza, bendecido en toda tu vida. Realmente, nuestro Padre celestial ya te enriqueció a ti junto con tus amados, al tú nacer de su imagen para vivir conforme a
    su semejanza en la tierra y en la gloria celestial para siempre, considerando que, contigo bautizado en agua, entonces, Él te bautizara en su Espíritu Santo inmediatamente, y así, tú recibas riquezas cotidianas, bendiciéndote grandemente junto con
    otros.


    Esto es algo, que Satanás junto con la muerte jamás desea que tú lo conozcas, y esto es que tú naciste de la imagen y alma santísima de nuestro Padre celestial, para vivir conforme a su semejanza perfecta, gozando así de días gloriosos del cielo
    en la tierra y llenos de amor, paz, prosperidad y de alegrías interminables de tu corazón, enriqueciendo siempre a muchos. Es decir, también que nuestro Padre celestial te apuesto a ti en la tierra, para renacer con Él, su Hijo Jesucristo y su Espí
    ritu Santo de riquezas sin fin de Canaán, enriqueciéndote a ti grandemente junto tus amados, vecinos y amistades, pero igualmente enriqueciendo familias de las naciones abundantemente, logrando que la tierra entera sea enriquecida grandemente, para su
    reino venidero del amor eterno.


    Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial crecer contigo junto con tus amados por el desierto de Sinaí, al tú convertirte en su carne sin pecados con Moisés e Israel antiguo para comer del cielo arriba su pan y agua, que es su cuerpo
    glorificado, derrotando progresivamente a Satanás y su reino de tinieblas, como cuando él intento instalarlo en el reino angelical inicialmente. Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba crecer contigo y con tus amados por el desierto de Sinaí,
    lleno de la hambruna de Satanás junto con males, haciéndolo todo imposible para tú escapar hacia Canaán, en donde Él esperaba por ti junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para entregarte a ti riquezas cotidianas que enriquecen la tierra
    entera constantemente, en la vida de todos.


    Esa es la verdad. Nuestro Padre celestial no solamente te necesitaba renacido con su Hijo Jesucristo como Isaac del vientre estéril de Sara, por el Espíritu Santo, con poderes para recoger tus pecados, para luego Moisés naciendo sin el pecado presente,
    recibió su santo nombre sobre la cruz santa del monte de Jerusalén, descansando sobre el monte Sinaí, para tu bautismo del Mar Rojo, seguidamente todos abandonaron el infierno. Realmente, nuestro Padre celestial te tuvo a ti bautizado en el Mar Rojo
    con Moisés, liderando a Israel antiguo hacia la tierra prometida, pero con tus pecados abandonados atrás por Canaán llena de riquezas cotidianas, enriqueciéndote a ti con tus amados, para enriquecer la tierra entera, enriqueciendo a otros a que
    vengan hacia su gran salvación sobre la cruz del monte de Jerusalén, en Canaán.


    Victoriosamente, nuestro Padre celestial descendió al desierto de Sinaí para ser uno contigo junto con amados, vecinos y amistades, sacándote del infierno, entendiendo que, tú vivías ya la hambruna eterna, faltándote a ti las cosas para siempre,
    cuando Él ya te había bendecido con amor, paz, prosperidad y riquezas interminables sobre la tierra, amándolo tú a Él con perfecto amor toda una vida entera. Definitivamente, tú no solamente naciste de su imagen y alma santísima con riquezas para
    tu diario vivir de siempre, pero igualmente, al tener a su Hijo Jesucristo naciendo contigo como Isaac del vientre estéril de Sara, entonces, fue así inicialmente, para Él mismo crecer contigo, halándote del infierno, tú entraste a riquezas de Canaá
    n, para tú amarlo a Él con riquezas abundantes toda una vida entera.


    Realmente, Satanás oculta la verdad de ti, es decir, que nuestro Padre celestial se hizo uno contigo en su semilla santa, que es la carne sin pecados, huesos inquebrantables y sangre expiatoria de Isaac no solamente escapando del infierno tormentoso,
    pero igualmente entraste a Canaán, eternamente enriquecido, caminando con Él siempre en tus días con perfecta santidad, enriqueciendo la tierra entera siempre, poderosamente. Además, nuestro Padre celestial logró cumplir con Moisés e Israel antiguo
    rituales y ceremonias de santidades perfectas, que el Juramento a Isaac requiere que tú poseas infinitamente no solamente para escapar del infierno tormentoso, eternamente justificado, pero igualmente, para que tú entres en el Lugar Santísimo de la
    Sinagoga de Jerusalén, para ser uno con Él en la tierra entera, como su perfecta voluntad.


    Como resultado, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Moisés junto con la casa de Israel entera descendiendo a postes del infierno tormentoso, para esperar por el Mesías nacer en Canaán contigo junto con familias de naciones antiguas y
    modernas, para vivir su vida eterna en Canaán todos juntos, finalmente para ser todos como uno bautizados en el Jordán por Juan el Bautista. Sin embargo, para que esto suceda, entonces, nuestro Padre celestial necesitaba tener a cada hombre, mujer, niñ
    o y niña, especialmente aquellos rebeldes en contra de Él, su Hijo Jesucristo, como su Ángel santo, y su Espíritu Santo por el desierto de Sinaí, mordidos por serpientes venenosas, derramando finalmente la sangre rebelde, ofendiéndolo a Él, para
    entrar a Canaán con su misma sangre abundantemente últimamente.


    Este derramamiento de sangre, enteramente por Israel antiguo, fue importante para nuestro Padre celestial, porque haciéndolo así, entonces Él obtuvo a cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones abandonado la sangre rebelde, ofendiéndole a Él
    siempre, desde cuando Eva junto con Adán comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, y finalmente todos reciban su sangre expiatoria. Definitivamente, fue la sangre de nuestro Padre celestial, que su Hijo Jesucristo trajo
    al mundo, renaciendo contigo en su carne sagrada, en donde no hay pecado jamás, creciendo Él mismo contigo, así como inicialmente contigo con Moisés e Israel antiguo, ayudándote a ti junto con tus amados a escapar de la hambruna de Satanás en el
    desierto de Sinaí, asimilando el infierno en la tierra.


    Divinamente, esta es la semilla santa de nuestro Padre celestial, que nació del vientre estéril de Sara, cuando renació del desierto de Sinaí, por el Espíritu Santo, y tú recibas su cuerpo glorificado al comer del pan y beber de su agua, creciendo
    l contigo como un gigante para ser todo el Dios que tú siempre necesitaras para lograr cualquier cosa, sin fallarte jamás. Consiguientemente, fue importante para nuestro Padre celestial verte a ti renacer con su Hijo Jesucristo de la hija de David,
    rompiendo su virginidad al entrar en Canaán, viviendo su vida eterna por treinta y tres años y seis meses hasta la Pascua, porque Él necesitaba iniciar su voluntad perfecta contigo, destruyendo a Satanás, la muerte y brujerías del infierno en la
    tierra entera, para siempre.


    Misericordiosamente, nuestro Padre celestial te necesitaba a ti no solamente renaciendo de la hija virgen de David en Canaán, pero igualmente, observarte vivir su vida eterna por diez años para Él, diez para Isaac y diez para su Espíritu Santo,
    viviendo así su perfecta voluntad para el bautismo del Jordán, para aceptarte finalmente a ti en su Lugar Santísimo con santidad interminable, para siempre. Ciertamente, bautizado del Jordán, entonces, tú saliste, destruyendo a Satanás, la muerte y
    brujerías infernales, usadas siempre en contra de ti, sin tú saberlo jamás, para establecer la voluntad de Satanás en tu alrededor, haciéndote vivir nuevamente la hambruna del desierto en tus días, fallando así al recibir riquezas cotidianas de
    nuestro Padre celestial, ya entregadas a ti, y camines gozándolas hacia la gloria celestial.


    Ciertamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Israel antiguo, mordidos por serpientes venenosas para abandonar no solamente la carne pecadora, pero igualmente la sangre rebelde, ofendiéndolo siempre a Él, desde cuando Adán y Eva en
    el paraíso, y finalmente tú recibas su propia sangre expiatoria, traída por su Hijo Jesucristo, enriqueciéndote a ti diariamente con ella, viviéndola actualmente por ti en la gloria. Por eso, nuestro Padre celestial crecerá diariamente contigo, así
    como Él lo hizo por el desierto de Sinaí, ayudándote a ti a escapar la hambruna, destruyéndote a ti con tus amados, para entrar a riquezas cotidianas de Canaán, y tú mismo vivas su vida gloriosa, que es siempre vivida en la gloria celestial por ti
    en tu país, conociendo siempre riquezas toda una vida entera.


    Entendiendo que, bautizado del Jordán entonces tú saliste a destruir obras de Satanás, ángeles caídos, familias brujas, la muerte y el infierno para conquistar la tierra entera para nuestro Padre celestial vivir contigo, creciendo como un gigante,
    porque sólo Él es todo Dios que tú necesitaras para lograr cosas en tu vida con tus amados; Verdaderamente, nada te será imposible a ti desde ahora. Amorosamente, al nuestro Padre celestial terminar con su obra redentora con su Hijo Jesucristo y con
    su Espíritu Santo, observándote Él mismo cumplir con su voluntad perfecta, viviendo su vida eterna fielmente con sus Diez Mandamientos, honrando, exaltando y glorificando su santo nombre fuegos en tus días siempre, entonces, tú fuiste clavado al
    Lugar Santísimo de su Sinagoga de Jerusalén con salvación eterna, en Canaán.


    Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba aceptarte a ti perfecto y santo, así como Él lo es ante su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en Canaán y en la gloria angelical igualmente, para Él declararte oficialmente ser su voluntad perfecta en
    la tierra, atrayendo así su nuevo reino de amor y de riquezas interminables triunfantemente hacia las naciones, empezando en su Lugar Santísimo. Además, nuestro Padre celestial te vio a ti renacer como Isaac del vientre estéril de Sara, bautizándote
    en el Mar Rojo, y luego de la hija virgen de David, bautizándote en el Jordán con su perfecta voluntad, observándote Él mismo cumplirla para Él en Canaán como Isaac, y entraste al Lugar Santísimo de la Sinagoga de Jerusalén, eternamente
    justificado, enriqueciendo la tierra entera infinitamente.


    Divinamente, en aquel Sábado Pascual, tú entraste al Lugar Santísimo de la Sinagoga de Jerusalén con su Hijo Jesucristo clavado a tus manos y pies, derramando su misma sangre con victorias increíbles, entonces, Adán y Eva junto con sus hijos de
    generaciones pasadas y futuras, entraron también: Amando, honrando, exaltando su santo nombre, porque sus mandamientos santos fueron cumplidos en Canaán por las naciones eternamente. Definitivamente, bautizado en agua entonces tú te encontraras a ti
    mismo, parado con nuestro Padre celestial en el Lugar Santísimo, en donde Él siempre te ve a ti en la tierra y en la gloria celestial como su perfecta voluntad no solamente enriqueciéndote a ti con riquezas cotidianas de Canaán, pero igualmente la
    tierra entera, para su reino venidero de amor y de riquezas inagotables.


    Ciertamente, bautizándote en agua, entonces nuestro Padre celestial siempre caminara contigo, por donde sea que te lleve la vida, para Él destruir continuamente obras de Satanás, ángeles caídos, la muerte, familias brujas y el infierno también, y
    así, Él mismo ir hacia las naciones, logrando su voluntad perfecta contigo: perdonando, sanando, bendiciendo con paz y enriqueciéndolos a todos, hasta ver su reino llegar últimamente. Esta es la verdad. Definitivamente, tú eres la voluntad perfecta
    de nuestro Padre celestial en tu país, bautizándote, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, y Él mismo caminara entonces contigo, destruyendo obras de Satanás y enemigas, estableciendo su obra, que es su perfecta
    voluntad para perdonar, sanar y enriquecer a todos con lo mejor de Canaán y del cielo arriba continuamente.


    Ciertamente, después que nuestro Padre celestial te recibió a ti como Isaac en el Lugar Santísimo, como su voluntad perfecta en la tierra y en el cielo arriba, por su misma sangre expiatoria, enriquecida con glorias, santidades y bendiciones
    interminables, entonces, Él mismo llamó a los romanos para destruir su Sinagoga de Jerusalén, enviándola a limpiar naciones hasta su perfecta santidad con su sacrificio continuo. Divinamente, la Sinagoga de Jerusalén con su Lugar Santísimo va
    trabajando siempre contigo (y por ti), llegó a tu país, para enriquecerte diariamente, al remover impurezas de Satanás, la muerte, ángeles caídos, familias brujas y el infierno, infierno atormentando a familias con espíritus inmundos, y así, tú
    seas lavado de estos males para conocer amor, paz, prosperidad y riquezas sin fin toda una vida entera.


    Misericordiosamente, nuestro Padre celestial envió su Sinagoga de Jerusalén con su Lugar Santísimo victoriosa sobre la humanidad entera, lavándote a ti con tus amados de espíritus inmundos, atacándote, y tú vivas victorioso sobre artimañas de
    Satanás—entendiendo que, Él ha enviado a su Lugar Santísimo hacia tu país, así como inicialmente Él envió a su Hijo Jesucristo para limpiar a la tierra entera del pecado. Conformemente, tú ya estás en el Lugar Santísimo con nuestro Padre
    celestial ahora mismo, porque Él ya te aceptó a ti como su familia divina, porque su familia divina es con Isaac, tú, y el Espíritu Santo, entonces, Él siempre trabajara contigo ya bautizado en agua, logrando su voluntad perfecta cada día contigo,
    hasta que la tierra entera enriquecida reciba su reino de amor eterno.


    Seriamente, no importa jamás si tú eres religioso o no, ya seas tú musulmán, hindú, budista, taoísta, shinto, hebreo, cristiano, islámico u otros, porque nuestro Padre celestial crecerá contigo como un gigante para ser todo el Dios que siempre
    necesitaras en tus días, como escapando del desierto nuevamente, asimilando el infierno tormentoso con la hambruna, destruyéndote a ti con tus amados una eternidad entera. Ciertamente, la Sinagoga de Jerusalén con su Lugar Santísimo y llena de
    riquezas, glorias, sanidades, conocimiento del Señor, leche y miel, sabiduría, inteligencia y con otras poderosas bendiciones, fue enviada para enriquecerte a ti con tus amados, vecinos y amistades en tu país; sin embargo, tú necesitas bautizarte en
    agua, para que el Lugar Santísimo trabaje contigo día a día toda una vida entera.



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