Sábado, 30 de Abril, 2022 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)



Abraham fue nuestro padre con pecados en la tierra: y nuestro Padre celestial sin ellos lo será siempre en Canaán y con riquezas cotidianas: bautizados ya todos en bañeras hogareñas:


Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba que Abraham fuese padre de Israel, su nación dorada en Canaán, pero igualmente, Él necesitaba que fuese padre de muchas naciones, y esto es de ser padre de las familias de la tierra entera, para
limpiarlos así del pecado, ya que, Él planeaba ser Padre de sus hijos enteramente en su nueva tierra, desde Canaán eternamente y para siempre, finalmente. Entiendo que, nuestro Padre celestial siempre fallara al ser Padre de aquellos nacidos de Adán
y Eva, que comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, entonces, Él necesitaba reiniciar toda vida con su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac con cada hombre, mujer, niño y niña de naciones antiguas y modernas,
removiendo así el pecado en ellos perpetuamente.


Esto significa, que nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre estéril de Sarah en Canaán, por poderes del Espíritu Santo: contigo, amados, vecinos y amistades, teniéndolos a todos ellos así al vivir en
cautividad, como viviendo ya en el infierno tormentoso con sus pecados, que ellos siempre fallaron abandonarlos, para por fin lograr el bautismo en agua. Es decir, también que nuestro Padre celestial te tuvo a ti junto con los demás de las generaciones
nacido ya del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu, abandonando el desierto de Sinaí (el infierno), y así, tú mismo viviste como Isaac con Moisés e Israel antiguo, finalmente recibiendo su santo nombre fuegos sobre el monte Sinaí,
para el bautismo del Mar Rojo.


Ya que, este era el único camino posible, en que nuestro Padre celestial podía tener a ti, renacido con su Hijo Jesucristo del vientre estéril de Sarah como Isaac, por poderes del Espíritu Santo, llevando tus pecados por el cautiverio egipcio,
finalmente abandonándolos en el bautismo del Mar Rojo, y así, tú seas Isaac recibiendo su bendición cotidiana del cielo arriba continuamente en tu país. Entendiendo que, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra para que sea su reino de amor y
de riquezas insondables, sin embargo, como Adán y Eva pecaron en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, Satanás junto con ángeles caídos, invadió su nueva Creación, contaminándola con tus pecados, para que su santo
nombre falle siempre al ser amado y honrado.


No obstante, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra para que su santo nombre fuegos sea amado, servido y honrado con nuevos poderes, honores, glorias y riquezas nunca vistas en la gloria celestial hasta hoy, para Él tener a sus hijos naciendo de
su imagen y de su alma santísima, enriquecidos infinitamente, para ser perfectos y santos, así como Él en la gloria angelical siempre. Ciertamente, el nuevo reino de amor y de riquezas interminables de nuestro Padre celestial necesitaba ser poblado
por sus hijos, naciendo con la carne sagrada y sangre expiatoria de Isaac no solamente quitando pecados con el bautismo del Mar Rojo, pero igualmente entrando en Canaán: gozando riquezas cotidianas en la tierra entera, conquistando finalmente glorias
nunca vistas por nadie en la eternidad, hasta hoy.


Confidentemente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a alguien, como Abraham, viviendo en Canaán y enriqueciéndolo a él diariamente junto con sus amados, como su esposa Sarah con su vientre estéril y con sus 318 hijos adoptados (
comprados con dinero de extranjeros), logrando postreramente tener a sus hijos renacidos con Isaac, y Abraham como padre de ellos hasta Él mismo introducirlos en Canaán últimamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial solamente podía ser Padre de
sus hijos en Canaán, porque el pecado no existió jamás allí en la eternidad, por ende, Él necesitaba a Abraham como padre de Israel y de todas las naciones hasta que Él mismo introducirlos en su dulce hogar, con cada uno de ellos regresando a vivir
nuevamente, enriquecidos ya, así como Él lo es eternamente.


Consiguientemente, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham, enriquecido junto con Sarah y sus hijos adoptados (y este fuiste tú (además de Israel enteramente) junto con tus amados, vecinos y amistades del mundo entero), considerando que, Él te
necesitaba a ti enriquecido ya, emergiendo del desierto de Sinaí para derrotar a serpientes de Satanás, para vivir nuevamente, conociendo siempre riquezas inagotables toda una vida entera. Sin embargo, nuestro Padre celestial necesitaba familias de las
naciones antiguas y modernas, emergiendo del desierto de Sinaí, enriquecidas todas ellas, con su Hijo Jesucristo renaciendo como Isaac contigo no solamente para derrotar serpientes satánicas de pobreza, pero igualmente, Él te necesitaba a ti
enriqueciendo tu país, y así, Él finalmente descender a la tierra enriquecida ya grandemente por ti por muchos años.


Efectivamente, nuestro Padre celestial derrotó a Satanás y la muerte sobre la tierra entera, enriqueciendo a Abraham, mirándote a ti renacer como Isaac con su Hijo Jesucristo del vientre estéril de Sarah, derrotando Él mismo nuevamente a Satanás y
sus pecados contigo, contigo renacido con su único Hijo en Canaán, finalmente conociendo riquezas cotidianas siempre con Él, como tu único Padre en el cielo permanentemente. Primeramente, nuestro Padre celestial le otorgó a Moisés su santo nombre
fuegos, porque ahora Él podía entregárselo a Israel, entonces, Él lo hizo así, porque pecados de las naciones habían sido recogidos por Israel antiguo naciendo con poderes del Juramento a Isaac, poderes mayores que la tierra entera y que jamás
fallaran, porque son poderes constantes bendiciendo toda vida hasta enriquecerla nuevamente, para siempre.


Además, también nosotros debemos entender, que nuestro Padre celestial siempre falló entregarle su santo nombre fuegos a Jacobo, como cuando se lo pido al Ángel del Señor, mientras luchaba con él toda una noche para que se lo manifestase en
aquellos días, y entonces él dijo: porque preguntas por mí nombre, porque es un nombre muy grande —ahora, dime, como te llamas tú. Entonces, él le contestó diciendo: mí nombre es Jacobo. Aquí, nuestro Señor Jesucristo le pidió a Jacobo por su
nombre—no fue porque él no lo conocía, sin embargo, él se lo pido a él (Jacobo) con mucho amor en su corazón santísimo, porque él estaba listo para entregarle su gran nombre, el cual solamente nuestro Padre celestial se lo podía entregar a
Israel, para alcanzar salvación eterna para las naciones postreramente.


Entonces, él dijo: mí nombre es Jacobo. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial necesitaba cambiar su nombre de Jacobo a Israel, por él haberle pedido por su santo nombre fuegos, que Él solamente se lo podía entregar a Israel—seguidamente el Á
ngel le dijo a él: tú nombre no será más Jacobo, pero desde ahora en adelante será Israel, y así, Él se lo otorgaría a Israel para salvación eterna universalmente. Siglos después, que Israel antiguo terminó recogiendo pecados de naciones
antiguas y modernas para el bautismo del Mar Rojo, abandonándolos todos en el lecho marino, y así, finalmente las familias reciban su cuerpo glorificado, que es Isaac, derrotando a Satanás y la muerte en el desierto de Sinaí y en postes infernales,
postreramente Moisés ascendió al monte Sinaí, recibiéndolo para salvación eterna de Israel.


En otras palabras, nuestro Padre celestial no podía otorgar su santo nombre fuegos a Jacobo, cuando él se lo pedía, más bien, cambiándole su nombre a Israel, entonces, él se lo entregó a él, pero sólo sería así con Moisés naciendo cuando el
pecado del mundo ya estaba recogido enteramente por cuatro siglos, para bautizar a la humanidad entera en el Mar Rojo últimamente. Por ende, si nuestro Padre celestial le hubiese otorgado su santo nombre a Jacobo, cuando él se lo pidió por su Ángel
santo, entonces, él y sus hijos no hubiesen logrado recoger pecados de familias de naciones antiguas y modernas para el bautismo del Mar Rojo, entendiendo que, Jacobo con él entonces poderes del Juramento a Isaac hubiesen fallado al colectarlos, para
destruirlos eternamente.


Positivamente, nuestro Padre celestial necesitaba entregar su santo nombre fuegos no solamente a Israel en Canaán, pero primero ellos necesitaban recoger cada pecado de familias de las naciones antiguas y modernas en el cautiverio egipcio, representando
el infierno tormentoso, y así, Él tener su nombre junto con poderes del Juramento a Isaac llevándolos hacia la destrucción eterna, finalmente enriqueciendo a sus hijos abundantemente, universalmente, siempre. Modo contrario, hubiese sido imposible
para nuestro Padre celestial enriquecer a cada uno de familias de generaciones pasadas y futuras, para enriquecer a la tierra enteramente, y así, su santo nombre fuegos sea amado, servido y honrado en su nuevo reino de amor y de riquezas interminables:
Finalmente, atrayéndolo a Él para descender a vivir por siempre amado por sus hijos en Canaán.


Desdichadamente, Satanás aún necesita poseer la tierra, haciendo pecar a Adán y Eva junto con sus hijos por generaciones venideras, contaminando así su nuevo reino de amor y de riquezas, para que su santo nombre fuegos no sea amado, servido y
exaltado por ellos, empero, la tierra fue creada con Canaán, en donde no hay pecado jamás, aunque con su presencia dañina esté allí. Inicialmente, fue importante para nuestro Padre celestial nombrar a Abraham tu padre junto con familias de naciones
antiguas y modernas en el desierto de Sinaí, enriqueciéndolo a él (Abraham) poderosamente con su Hijo Isaac, porque en Canaán Él será el Padre amoroso de sus hijos en el cielo arriba, enriqueciéndolos con grandes riquezas toda una vida entera,
observando su reino en la tierra postreramente.


Considerando que, nuestro Padre celestial necesitaba derrotar a Satanás y la muerte en el cielo, porque fue allí, en donde empezó la rebelión angelical de Lucifer en contra de Él y su santo nombre fuegos, pecando, contaminando también la humanidad
en el paraíso por muchas generaciones, seguidamente, Él colocó a Canaán sobre la tierra, derrotando el reino de tinieblas y el pecado contigo finalmente bautizado. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba destruir el pecado no solamente
con Abraham y con toda nación antigua y moderna en el desierto, enriqueciendo finalmente a sus hijos con su Hijo Isaac, pero igualmente, Él necesitaba enriquecerte a ti con sus riquezas cotidianas del cielo arriba, en Canaán, enriqueciendo así la
tierra entera para su reino de amor, descendiendo en tu país finalmente, eternamente enriquecido.


Visto que, nuestro Padre celestial es un Dios de grandes riquezas, que nosotros hemos fallado al recibirlas en cada generación, porque Satanás sigue luchando para empobrecer la tierra entera, empobreciéndote a ti junto con amados, vecinos y amistades,
entendiendo que, ya Satanás y la muerte derrotados en ti, entonces, ellos te abandonaran a ti, para que riquezas siempre vengan hacia ti con grandes poderes. Consiguientemente, nuestro Padre celestial hizo renacer a su Hijo Jesucristo contigo como Isaac
del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, alejándote a ti del infierno, pobreza y muerte para destruir tu pecado, bautizándote en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, y así, tú mismo renazcas en Canaán, enriqueciéndote,
enriqueciendo entonces la tierra enteramente para su reino venidero de amor finalmente.


Por eso, Israel enteramente fallara siempre al descender al infierno tormentoso, porque ellos no solamente nacen con poderes del Juramento a Isaac, que previene que ellos desciendan allí, eternamente condenados (porque ellos ya han sido bendecidos para
generaciones venideras), sin embargo, Moisés e Israel antiguo estuvieron allí ya, sacándote a ti de la pobreza, hambruna y muerte para que tú vivas nuevamente enriquecido siempre. Sin embargo, la gente sigue desciendo al infierno, maldecidos por el
pecado, por no haberse bautizado en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, para abandonar la carne pecadora por la carne sagrada para vivir victoriosamente sobre Satanás, porque bautizados todos en agua entonces
renacerán con el Juramento a Isaac, para jamás ver la perdición eterna, eternamente condenados.


Realmente, hasta hoy, nuestro Padre celestial jamás ha permitido a ningún hebreo descender al tormento infernal, eternamente condenado (convicto de pecado), porque ellos ya han estado allí por el desierto de Sinaí con Moisés junto con familias de
naciones antiguas y modernas, rescatándolas, y así, ellas jamás desciendan allí a no ser que fallen al manifestarle amor a Él en Canaán, después de todo un milenio. Es decir, que pronto nuestro Padre celestial tendrá a toda la casa de Israel, que
es Moisés sobre el monte Sinaí con todos ellos para vivir por un milenio, porque ellos necesitan manifestarle amor eterno a Él, sin embargo, aquellos que fallen al manifestarle amor a Él con el bautismo en agua en mil años, entonces, ellos serán
lanzados al lago de fuego finalmente.


Entonces, tú quizás digas, que los hebreos han sido privilegiados, porque ellos siempre fallaran al descender al infierno tormentoso, eternamente condenados—bien, esa es la verdad, ellos no descenderán allí por ninguna razón, porque ellos ya nacen
con poderes del Juramento a Isaac—ahora, tú podrías ser privilegiado igualmente, bautizándote en agua—instantáneamente tú también poseerás los mismos poderes, así como ellos siempre. Esta es la verdad, para todo musulmán, budista, hindú,
taoísta, shinto, islámico, falsa religión, cristiano y demás igualmente, dado que, bautizados todos en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo entonces ellos abandonarán la carne pecadora por la carne sagrada,
en donde ellos jamás descenderán al infierno, eternamente condenados, convictos del pecado hacia la eternidad venidera.


Verdaderamente, tú vivirás una vida gloriosa, así como en la gloria angelical, porque tú estarás viviendo con la vida de nuestro Padre celestial que ha derrotado a Satanás, la muerte y el infierno, finalmente conquistando la tierra enteramente para
su reino de amor y de riquezas interminables, en donde tú siempre crecerás, por cuanto, su carne sagrada, su semilla santa, estará en ti infinitamente creciendo. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial siempre te oye, cuando tú lees su Biblia, sus
palabras vivas, poseyendo poderes para bendecirte a ti junto con tus amados, vecinos y amistades, y así, tú vivas una vida gloriosa que ya ha expulsado a Satanás, pecados, brujerías, y la muerte de Canaán, pero igualmente de tu país entero, y así,
toda riqueza llegue siempre hacia ti progresivamente.


Ciertamente, es aquí, en donde tú derrotaras a Satanás, pecados, la muerte, brujerías, y el infierno, porque bautizado entonces tú vivirás en la carne de Isaac, en donde Él te ha declarado a ti ser su Hijo Isaac para siempre, seas tú hombre,
mujer, niño o niña de las naciones, porque su carne sagrada te limpia diariamente hasta que su reino de amor llegue finalmente. Convenidamente, nuestro Padre celestial ha tenido ya a cada musulmán, budista, hindú, taoísta, shinto, islámico, hebreo,
cristiano, y otros, renacidos con Moisés e Israel antiguo, como el árbol yaciendo cerca de Mara, endulzando sus aguas amargas, integrándolos en Isaac, al renacer todos juntos como un solo hombre, comiendo maná del cielo arriba y bebiendo de la roca
de salvación, para derrotar serpientes satánicas finalmente siempre.


Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Isaac que sea uno con familias de naciones antiguas y modernas no solamente triunfando por el desierto de Sinaí, pero igualmente, mordidos por serpientes venenosas de Satanás sobre postes del infierno,
para luego mordidos por serpientes de bronce sobre puertas de la Sinagoga de Jerusalén, su cruz, finalmente ser recibidos por Él en el Lugar Santísimo con salvación eterna. Tempranamente, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hombre, mujer, niño
y niña de las familias de naciones antiguas y modernas dentro de su Sinagoga, de Jerusalén y en su Lugar Santísimo, rompiendo su cortina, salpicando su sangre expiatoria, traída a ellos por su Hijo Jesucristo como Isaac, finalmente derrotando a sus
enemigos en Canaán, pero igualmente derrotarlos hoy en tu país para su reino venidero.


Realmente, nuestro Padre celestial tuvo a sus hijos renaciendo en su Sinagoga, de Jerusalén y en su Lugar Santísimo no solamente con Adán y Eva junto con hijos de las naciones, derrotando a Satanás en tierra santa, en donde su sangre expiatoria habí
a salpicado, rompiendo su cortina hasta el suelo, pero igualmente derrotar enemigos repetidamente con poderes del Lugar Santísimo, en la tierra entera, siempre. Definitivamente, la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial fue lograda en la tierra,
así como en el cielo arriba, derrotando enemigos viniendo hacia ti con poderes victoriosos del Lugar Santísimo de su Sinagoga de Jerusalén, empezando con Satanás, la muerte y familias brujas (siempre trabajando incansablemente para destruirte), y así
, tú solamente conozcas victorias sobre males en tu vida, hasta ver su reino llegar mundialmente.


Definitivamente, nuestro Padre celestial necesita transferir su Sinagoga de Jerusalén con grandes victorias infinitas de su Lugar Santísimo en tu hogar no solamente bendiciéndote a ti con tus amados, vecinos y amistades, pero igualmente, Él necesita
lugares que tu frecuentas bendecidos, expulsando así cada espíritu inmundo, operando en contra de ti—y así, tú iras creciendo siempre en riquezas toda una vida entera. Realmente, nuestro Padre celestial necesita destruir a espíritus inmundos,
viniendo hacia ti desde Satanás, la muerte y de familias brujas, (obstinadas en destruirte cada día), intentando empobrecerte para servir a sus artimañas en contra de familias en tus contornos, atrayendo así su reino de tinieblas sobre la tierra,
finalmente derrotando la voluntad perfecta de engrandecer su santo nombre fuego en tu vida, para siempre.


Milagrosamente, bautizado en agua entonces tú serás perfecto y santo, así como nuestro Padre celestial lo es eternamente, considerando que, tú habrás renacido en Canaán del Lugar Santísimo de su Sinagoga de Jerusalén, hoy presente en tu nación,
trayendo finalmente sus victorias enteramente del Lugar Santísimo hacia tu hogar, vecindad, ciudad y nación para exaltar su santo nombre contigo, logrando riquezas permanentes para ti, siempre. Nuevamente, nuestro Padre celestial necesita derrotar a
cada enemigo en tu comunidad, empezando en tu hogar y lugares de trabajo, logrando que Satanás siempre falle al obtener lo mejor de ti, de tus amados, vecinos y amistades, porque con glorias conquistadas en su Sinagoga de Jerusalén del Lugar Santísimo
entonces Él mismo te vestirá a ti con ellas, como riquezas nunca antes vistas, hasta hoy.


Históricamente, nosotros podemos ver, que nuestro Padre celestial bendecía a Israel enteramente cada Sábado semanal, porque Él necesita usar glorias, victorias y conquistas alcanzadas en el Lugar Santísimo de la Sinagoga de Jerusalén para
limpiarlos a ellos, pero igualmente a naciones de toda generación, bendiciéndolos así a todos ellos fielmente con grandes riquezas, para traer su reino de amor eterno sobre la tierra entera finalmente. Bien, esto es lo que hoy nuestro Padre celestial
hará por ti: musulmán, budista, hindú, taoísta, shinto, islámico, cristiano y demás, rescatados ya del desierto de Sinaí, como el infierno, lavándolos de pecados con el Mar Rojo, bautizados como Isaac, pero esta vez: Renaciendo últimamente en
Canaán, en donde Él conocerá que tú lo amaras a Él fielmente en toda una vida entera con riquezas cotidianas.


Ciertamente, si la verdad se dijera, entonces, tú conocerías que tus antepasados descendieron al infierno, eternamente maldecidos por pecar, rendidos hacia demonios, atacándolos ahora mismo para alcanzarte a ti de algún modo, afectando tu diario
vivir en tu hogar, vecindad y trabajo, y así, tú jamás seas feliz y próspero, para enriquecer tu vida con victorias cotidianas del Lugar Santísimo, de nuestro Padre celestial. Entendiendo que, cada hombre, mujer, niño y niña no nacido con poderes
del Juramento a Isaac, como familias hebreas que: si nacen con ellos, entonces, los que no descenderán al infierno, atacados por demonios por pecar, destruyéndote así a ti con los tuyos, atormentados, empero, bautizándote, entonces tú escaparas
estas maldades para conocer únicamente victorias, conquistadas ya en el Lugar Santísimo por ti enormemente.


Ahora, entendiendo que, hebreos no descenderán jamás al infierno, maldecidos por pecar, entonces, Satanás, la muerte y espíritus inmundos se acercarán, atormentándolos siempre a ellos en sus quehaceres cotidianos, porque ellos (demonios) no pueden
verlos en el infierno, como con familias gentiles, sin embargo, el infierno tiene familias brujas con espíritus inmundos, llevándolos hacia holocaustos, asimilando infiernos, infiernos que Israel evitara siempre, por poderes divinos. Además, estos
holocaustos terribles han venido hacia familias hebreas, porque cada riqueza recibida de nuestro Padre celestial por celebrar fielmente cada reposo Sabático junto con festividades anuales, entonces, cuando ellos poner estas riquezas en manos de familias
brujas, han estado pagando para holocaustos, y así, ellos siempre han fallado al ver la gloria de su reino venidero de amor eterno sobre toda la tierra finalmente.


Definitivamente, riquezas que nuestro Padre celestial estará entregándoles fielmente a familias hebreas a través de las generaciones, para que su reino venidero de amor eterno sea llenado de poderes de la gloria angelical, exaltándolos, a ellos,
Israel entero, sobre las naciones aun con mayores riquezas, entonces fue siempre así para Él descender hacia Canaán, finalmente honrado con riquezas jamás vistas en la humanidad entera, hasta hoy. Por eso, nuestro Padre celestial les decía a
familias hebreas por su Rey Mesías, caminando las calles de ciudades israelíes, que ellos no deberían jamás dar lo que es santo a perros ni perlas a chanchos, considerando que, estas son riquezas para enriquecer su reino de amor eterno, pero
igualmente, para Él descender con su reino angelical sobre la tierra entera, eternamente bendecido postreramente.


En consecuencia, Satanás, que estará siempre atormentando a familias gentiles en el infierno tormentoso, entonces, porque él siempre no tendrá familias hebreas ante él para atormentarlas con la muerte y ángeles caídos, como resultado, él trae
siempre tormentos del infierno hacia ellos con familias brujas, maldiciéndolos hasta que son destruidos con riquezas recibidas del Padre celestial, al convertirlas (riquezas sabáticas) en holocaustos, como siempre. Ahora, para Israel escapar siempre
estos males del infierno tormentoso, pecados, maldiciones y de familias brujas, atrayendo hacia ellos muertes y holocaustos indescriptibles e inhumanos, entonces, ellos necesitaban bautizarse en agua: Entendiendo que, fue con el gran bautismo del Mar
Rojo, logrado con Moisés, que ellos entraron en males del desierto de Sinaí para destruirlos con serpientes venenosas, para jamás volver al infierno tormentoso.


Bien, esto es verdad también para familias gentiles en las naciones, si ellos se bautizan en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, de modo contrario, ellos regresaran al infierno tormentoso, maldecidos por pecar
y por las serpientes de Satanás, como espíritus inmundos, atacándolos a ellos siempre toda una vida hasta ser derrotados, para siempre. En otras palabras, Moisés e Israel antiguo entraron en el desierto de Sinaí con el bautismo del Mar Rojo,
finalmente escapando el infierno tormentoso, pero familias antiguas y modernas no se habían bautizado aun, porque ellos yacían, como el árbol cerca de aguas amargas de Mara en necesidad del bautismo, por ello, cuando se bautizan, entonces ellos ya no
descenderán al infierno, eternamente perdidos nuevamente.


Sin embargo, ahora, Israel entero necesita bautizarse en agua, invocando la perfecta santidad del nombre salvador, entrando así en el Lugar Santísimo de la Sinagoga de Jerusalén, para manifestarle que lo aman a Él siempre en su nuevo reino de amor,
porque: Él sólo conoce que lo aman a Él, con sus hijos renacidos en riquezas abundantes, perfección y santidad de Canaán, para la eternidad venidera. Ciertamente, es lo mismo con gentiles de naciones antiguas y modernas junto con huestes angelicales,
porque ellos necesitan entrar en Canaán, manifestándole a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo que lo aman a Él y a su santo nombre fuegos toda una vida eterna en su nuevo reino de amor, como su nueva tierra, en donde el pecado no existe jamá
s.


Seguramente, bautizado en agua, entonces, tú manifestaras junto con los tuyos amor hacia Él en Canaán, porque bautizado, invocando su nombre santísimo, instantáneamente tú habrás renacido en la vida eterna y enriquecida, derrotando a Satanás,
brujerías, la muerte y el infierno, conquistando la tierra para su reino venidero de amor que lo enriquece a Él y a su nombre todopoderoso toda una vida entera. Amorosamente, tú naciste de la imagen y del alma santísima de nuestro Padre celestial,
amándolo a Él, así como su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo lo han amado junto con su santo nombre fuegos en el cielo, hasta hoy, finalmente, Él nos dio vida a todos nosotros con su amor infalible, entregándonos, riquezas cotidianas para
enriquecerlo a Él siempre abundantemente toda una eternidad.


Es como en el reino angelical, creado por poderes de su palabra viva en perfecta santidad, autoridades y glorias eternas, para amar, servir y glorificarlo a Él junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo que bendicen su santo nombre, para alcanzar
mayores riquezas en toda su Creación eternamente, ciertamente, todo esto eres tú hoy, renaciendo de Él con mayores poderes nunca antes vistos. Empero, nuestro Padre celestial nos ha privilegiado no solamente a nosotros para renacer de su imagen y de
su alma santísima, entregándonos, riquezas complaciendo su corazón santísimo completamente siempre, cuando nosotros amados, servimos y alabamos su santo nombre, en Canaán, entendiendo que, Él vivirá allí, enriquecido por nosotros con mayores
riquezas eternamente, pero también para bendecirlo a Él progresivamente, como ángeles del cielo, para siempre.


Ahora, para ti, tus amados, vecinos y amistades, como musulmanes, hindús, budistas, taoístas, shinto, hebreos, cristianos y otros, bautizados ya, entonces, abandonaran la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y su Espíritu Santo,
en donde todos ya han sido declarados perfectos y santos con poderes del Juramento a Isaac, amándolo fielmente a Él, así como su Hijo Jesucristo eternamente enriquecido. Por lo contrario, tú siempre fallaras al conocer riquezas, que nuestro Padre
celestial te ha entregado ya, como con su único Hijo Jesucristo renacido contigo, bautizándote en agua, y finalmente tú seas Isaac siempre delante de Él en el Lugar Santísimo de su Sinagoga, de Jerusalén, bendiciéndolo a Él junto con tus amados
en tu país y con perfectas riquezas cotidianas, siempre viniendo hacia ti.


Realmente, nuestro Padre celestial te ha facilitado poderes mayores que la tierra entera e imposible de fallarte jamás, porque son poderes constantes y jamás han fallado en la eternidad, entonces, bautizado en agua tú vives su vida, renaciendo instant�
�neamente como Isaac delante de Él, y siempre victorioso sobre Satanás, la muerte y brujerías, enriqueciéndote a ti progresivamente, para enriquecer la tierra entera permanentemente. Ciertamente, nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo
naciendo contigo como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, rescatándote del infierno tormentoso, para luego hacerte renacer de la hija virgen de David para vivir su vida eterna, en Canaán, bautizándote en el Jordán
para entrar finalmente al Lugar Santísimo, enriqueciéndote a ti y a tu país grandemente, para siempre.


Positivamente, nuestro Padre celestial no solamente te necesitaba a ti renaciendo del vientre estéril de Sarah con su Hijo Jesucristo como Isaac, escapando del infierno, pobreza y muertes, además, Él te necesitaba a ti renacido de la hija de David,
rompiendo su virginidad, te encontraste en Canaán, rompiendo su vientre virgen, la cortina, separándote a ti del Lugar Santísimo, finalmente enriqueciéndote en su nueva tierra infinitamente. Además, nuestro Padre celestial te enriquecerá hoy,
porque Él desciende a Canaán ya pronto, haciendo que fluya: leche y miel, conocimiento del Señor, sabiduría, inteligencia, sanidad y poderes llenando su nueva tierra con glorias interminables, que es su nuevo reino de amor, juntando familias de
naciones antiguas y modernas en su dulce hogar, entonces, Él te necesita a ti enriquecido, lográndolo así todo, ahora mismo.


Evidentemente, bautizado en agua ya entonces tú vives en la vida eterna de Canaán que ha destruido a Satanás, la muerte, familias brujas, el infierno y enemigos para conquistar la tierra enteramente para su reino venidero de amor, manifestándose con
prosperidad, emanando diariamente del Lugar Santísimo, en donde Él te ha bendecido con riquezas asombrosas toda una vida entera, bautizándote en tu bañera hogareña. Realmente, nuestro Padre celestial ha derrotado a todo enemigo del reino de
tinieblas de Satanás, que trabajaba para destruirte junto con amados, vecinos y amistades, y así, tú jamás conozcas poderes del Juramento a Isaac, operando en ti permanentemente bautizado ya en agua, en donde Él ha jurado fe eterna hacia ti hasta
que seas enriquecido, enriqueciéndote grandemente en tu país toda una vida entera.


Además, nuestro Padre celestial estará viviendo contigo junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo en el Lugar Santísimo de la Sinagoga, de Jerusalén, logrando que tu hogar, lugar de trabajo, y lugares que frecuentas en tu vecindad, ciudad
y nación, convertidos también en su dulce hogar, su Lugar Santísimo, enriquecidos con riquezas abundantes siempre por ti, hasta ver su reino venir postreramente. Incuestionablemente, cuando nuestro Padre celestial te recibió a ti, clavado a manos y
pies de su Hijo Jesucristo en su Lugar Santísimo, entonces, Él también recibió tu hogar, lugar de trabajo, lugares que visitas siempre, y así, sean todos ellos su Lugar Santísimo, llenos de riquezas interminables por amor a ti, conociendo ú
nicamente riquezas toda una vida, como en la gloria celestial, ahora mismo.



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