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    Sábado, 09 de Abril, 2022 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    ISRAEL con cada nación, rompió el corazón virgen del Padre: naciendo cada hijo suyo como Isaac, para ser su voluntad permanente en la tierra, siempre:


    Diligentemente, nuestro Padre celestial veía por la tierra entera que sus hijos estaban descendiendo al corazón de ella, eternamente condenados, por el pecado cometido de Adán y Eva en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo al comer
    del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, pero igualmente, toda la tierra se estaba muriendo rápidamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial había creado cielos y tierra con perfectas riquezas que enriquecerían no solamente a
    sus hijos hacia la eternidad venidera, pero igualmente a sus huestes angelicales, que descenderán a Canaán para manifestarle a Él, su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo, que todos ellos lo amaran siempre, conquistando así nuevas riquezas, poderes
    y glorias nunca antes vistas por nadie.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra con perfecta riquezas, porque Él no solamente necesitaba enriquecer a sus hijos, pero igualmente a huestes angelicales del cielo arriba hacia la eternidad, dado que, ellos necesitan
    manifestar amor hacia Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en Canaán con perfecta riquezas santísimas jamás tocadas por el pecado, para su nuevo reino de amor. Infaliblemente, nuestro Padre celestial es un Dios Todopoderoso en necesidad de ser
    amado con perfecta santidad y riquezas insondables únicamente encontradas en su corazón santísimo, derramada ya sobre la tierra, cuando Él la creaba junto con cielos y sus cosas, empezando así su reino para ser amado con perfecta santidad, poderes y
    riquezas interminables por sus hijos y por sus huestes angelicales, para siempre.


    Sin embargo, Lucifer junto con la muerte y ángeles caídos destruían lo creado en cielos y en tierra por Él, estableciendo su reino de amor, poderes y riquezas interminables, entregándole a Él perfecto amor de sus hijos nacidos de su imagen y de su
    alma santísima junto con ángeles santísimos, ángeles creados por sus palabras para exaltar su santo nombre con perfecta santidad siempre. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba la tierra entera junto con la gloria angelical creciendo con
    perfectas riquezas que salen de su corazón santísimo, para vivirlas, gozándolas con sus hijos y con sus ángeles toda una vida fiel a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque ellos realmente exaltaban su santo nombre cuando Lucifer
    necesitaba humillarlo, intentando, empezar así su reino de tinieblas.


    Realmente, nuestro Padre celestial solamente puede ser amado, exaltado y glorificado junto con su Hijo Jesucristo, con su Espíritu Santo y con riquezas únicamente saliendo de su corazón santísimo, porque fue en su corazón: que Él sonó de su nuevo
    reino de amor, viéndolo cada día con sus hijos, como tú y yo junto sus ángeles en la nueva tierra—enriqueciéndola progresivamente hasta hoy. Definitivamente, la tierra junto con glorias celestiales crecerá con riquezas del corazón santísimo de
    nuestro Padre celestial siempre hacia riquezas crecientes por generaciones futuras, pero si sólo Él logra mantenerlos intactos con riquezas crecientes, como con riquezas que Él creó cuando creaba todo inicialmente, para jamás ser tocadas por Lucifer
    y ángeles caídos, porque son ellos los que atraen tinieblas sobre la tierra entera, siempre.


    Por eso, fue importante para Lucifer engañar no solamente huestes angelicales, siguiéndolo a él, pero igualmente a Adán y a Eva en el paraíso, para él contaminar la tierra entera con tinieblas que detienen al reino angelical en llenarla enteramente
    con glorias de norte a sur y de este a oeste, logrando finalmente que su reino de amor y de riquezas interminables se manifieste. Ya que, Lucifer había contaminado la carne sagrada con vida de nuestro Padre celestial, entregada a Adán y a Eva junto con
    sus hijos en el paraíso y en la tierra entera igualmente, entendiendo que, Él mismo los había llamado a llenar la tierra entera con familias: amando, sirviendo y alabando su santo nombre fuegos, que Lucifer ya había atacado con tinieblas para siempre.


    Realmente, fue imposible para nuestro padre celestial tener su nuevo reino de amor establecido en la tierra ni menos tener su santo nombre fuegos amado, servido y alabado por sus hijos, como en la gloria angelical hacia la eternidad, porque la carne de
    Adán y de Eva había sido contaminada con el fruto prohibido, aceptando tinieblas, por consiguiente, Satanás con espíritus inmundos florecerían siempre. Sin embargo, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra, pero con Canaán todopoderoso, que
    maldades de Lucifer y de ángeles caídos fallan en afectarlo siempre con tinieblas, porque con él, Él empezaría su reino de amor y de riquezas inagotables con sus hijos, renaciendo en él junto con huestes angelicales igualmente, para ser amado por
    ellos sin pecado alguno y con perfectas riquezas siempre.


    Por consiguiente, nuestro Padre celestial necesitaba la humanidad entera, renaciendo con Él, su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, y así, Él mismo descender a vivir con sus hijos de todas las familias de las naciones antiguas y modernas en su
    nueva tierra, pero para que esto suceda: Él necesitaba remover el pecado junto con la carne pecadora igualmente, para siempre. Considerando que, Satanás contaminó a Adán y a Eva para que sus hijos nazcan con la carne pecadora que atrae tinieblas,
    logrando que toda vida sea imposible vivirla: amando, sirviendo y adorando a nuestro Padre celestial por medio de su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para exaltar su santo nombre fuegos sobre la tierra entera, como su nuevo reino de glorias eternas
    perpetuamente.


    Realmente, nuestro Padre celestial estaba enfrentado a un gran problema, que únicamente Él con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu podía resolverlo, y esto fue inicialmente de darle vida a su Hijo Jesucristo como Isaac del vientre estéril de Sarah,
    por poderes del Espíritu Santo, y así, Israel nazca, y tú puedas vivir nuevamente junto con todos los demás, de toda generación. Ciertamente, Lucifer estaba llenando la tierra con tinieblas al tener a hijos de Adán y de Eva naciendo en generaciones
    futuras, estableciendo así su reino de tinieblas, en donde nuestro Padre celestial con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo fallaría en ver su santo nombre fuegos: amado, servido y exaltado en la humanidad entera, como en el cielo con sus
    huestes angelicales.


    Seguramente, nuestro Padre celestial necesitaba remover no solamente el pecado de sobre la faz de la tierra, pero igualmente la carne pecadora con sus males, atrayendo tinieblas de Lucifer y de ángeles caídos, causando destrucción, hambruna, pobreza y
    muerte en la tierra entera, y así, toda vida sea imposible vivirla, excepto la vida de tinieblas, emergiendo del infierno tormentoso cada día toda una eternidad. Físicamente, es la carne pecadora, en que hombres, mujeres, niños y niñas nacen con
    ella, atrayendo pecados, maldiciones, brujerías, hambruna, pobreza y muerte del infierno tormentoso por medio de familias de naciones antiguas y modernas, hasta que todos ellos son bautizados en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de
    Isaac y Dios de Jacobo para ser lavados de todo pecado finalmente.


    Por eso, nosotros siempre veremos familias luchando toda una vida entera, tratando de obtener cosas para ellos mismos y para sus amados, pero fallando siempre, porque ellos han nacido con la carne pecadora, que ellos necesitan abandonar, para finalmente
    no atraer pecados, maldiciones, brujerías, hambruna, pobreza y la muerte, que Lucifer enviara hacia ellos con espíritus inmundos hasta verlos destruidos en el infierno eternamente. Palpablemente, es importante para ti y para tus amados, vecinos y
    amistades bautizarte en la bañera hogareña, piscina, rio o playa, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo: abandonando la carne pecadora y el espíritu de error por la carne de Isaac y su Espíritu Santo con riquezas
    fluyendo siempre hacia ti, hasta recibir su reino últimamente.


    Es como Israel antiguo, naciendo en el cautiverio egipcio, recogió pecados de familias de las naciones antiguas y modernas, luego, después de cuatrocientos años, Moisés nació, pero sin efectos del pecado (porque ya habían sido recogidos por Israel
    antiguo), recibiendo el santo nombre, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo para abandonar todo pecado en aguas del Mar Rojo perpetuamente. De otro modo, familias de las naciones hubiesen continuado fallando en recoger sus pecados, como
    los antiguos, llenando la humanidad entera con males de Lucifer y de ángeles caídos que atraen tinieblas, formando un reino de tinieblas, en donde el pecado, maldiciones, enfermedades, hambruna, pobreza y muerte prevalecen desde el infierno sobre la
    tierra entera, haciendo que toda vida sea imposible en la eternidad.


    Esto es exactamente, lo que familias de las naciones en sus generaciones han sufrido, recogiendo pecados, maldiciones, enfermedades, hambruna, pobreza y finalmente muerte infernal, por no tener un gran sistema de limpieza continuo, como el que nuestro
    Padre celestial le ha provisto a Israel, como celebrando cada Sábado para lavarlos de tinieblas, y así, ellos sean enriquecidos con riquezas toda una vida entera, siempre. Realmente, Israel ha experimentado en sus generaciones algunos holocaustos,
    devastándoles completamente, que eran dejados sin nada siempre, sin embargo, entendiendo que, ellos nacen con poderes del Juramento a Isaac (como un pacto sin fin) entonces al celebrar el Sábado cada siete días fielmente: inmediatamente, ellos siempre
    se han recuperado de devastaciones terribles, como si males han fallado en afectarlos siempre, hasta hoy.


    Ciertamente, esto es algo que ha fallado en obrar efectivamente en naciones de la historia de la tierra entera, excepto cuando cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones ha estado bautizado en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios
    de Isaac y Dios de Jacobo, ungiéndose todos ellos con poderes del Juramento siempre expulsando males, como holocaustos pasados de Israel. Ahora, que todo Israel estará bautizado en agua, invocándolo a Él en su santo nombre fuegos, entonces Satanás
    con sus familias brujas siempre fallará al engañarlos nuevamente para otro holocausto, por cuanto en poderes del Juramento a Isaac no hay jamás pecado, maldiciones, enfermedades, hambruna, destrucción, holocausto, pobrezas ni mucho menos muerte del
    infierno tormentoso.


    Sin embargo, Satanás quiere hacerse uno con ellos, uniéndose, así como va la vida con ellos, logrando que ellos cesen de celebrar el Sábado, como cuando lo hacen para que nuestro Padre celestial descanse en él por obras logradas en la Creación,
    puesto que, Él es la fuerza que dirige el universo entero, como una unidad obrando maravillosamente conforme a su voluntad perfecta, hasta hoy. Además, nuestro Padre celestial aun gobierna el cielo con sus ángeles santos y la tierra entera con
    familias de las naciones bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, bendiciéndolos así para sanarlos y enriquecerlos en la mejor manera posible, y así, ellos le amen, sirviéndole y honrándole a Él, su Hijo Jesucristo y su Espí
    ritu Santo en sus países, para siempre.


    Ciertamente, para nuestro Padre celestial hacer esto posible, entonces la carne pecadora junto con el espíritu de error necesita ser reemplazados con su carne sagrada y con su Espíritu Santo lleno de poderes del Juramento a Isaac, bendiciendo,
    empoderando y enriqueciendo cada día de vida, y así, tú siempre derrotes artimañas de Satanás junto con ángeles caídos de hambruna, brujerías, enfermedades, pobreza y muerte. Visto que, nuestro Padre celestial necesita establecer su carne sagrada
    junto con su Espíritu Santo lleno de poderes del Juramento a Isaac en cada hombre, mujer, niño y niña de familias de las naciones antiguas y modernas, para bendecir, empoderar y enriquecer la tierra enteramente con riquezas, poderes y glorias nunca
    antes vistas hasta hoy por nadie, en la tierra y en los cielos.


    Realmente, la carne pecadora junto con el espíritu de error naciendo en las naciones destruye toda vida, sin importar religión alguna, excepto las familias hebreas (porque ellos nacen con el Juramento a Isaac) celebrando bendiciones del Sábado,
    empoderándolos y enriqueciéndolos grandemente, pero igualmente la tierra entera para su reino venidero de amor, riquezas interminables, felicidades y de dulzuras nunca antes vistas, finalmente vengan todas abundantemente. En otras palabras, nuestro
    Padre celestial necesita la carne pecadora y el espíritu de error sustituida con la carne sagrada y su Espíritu Santo, y poderes del Juramento a Isaac obren en hombres, mujeres, niños y niñas de naciones antiguas y modernas, obrando enteramente en
    ellos, así como en familias hebreas, para su reino de amor y de riquezas en la tierra entera postreramente.


    Por eso, nuestro Padre celestial necesitaba intervenir sobre la tierra al descender con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, para Él mismo destruir males de Satanás junto con los ángeles caídos de hambruna, pobreza y muerte del infierno
    tormentoso, entendiendo que, porque Él formó a Lucifer entonces sólo Él lo destruye junto con males en la tierra entera finalmente, para siempre. Misericordiosamente, nuestro Padre celestial descendido sobre la tierra para vivir con sus hijos,
    entonces la carne pecadora junto con el espíritu de error necesitaba ser reemplazado con su carne sagrada y su Espíritu Santo, emergiendo de Él mismo perfectos y santos, así como Él lo es eternamente con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo
    ante sus huestes angelicales en el cielo.


    Lealmente, sólo así nuestro Padre celestial lograría finalmente remover no solamente a Satanás junto a ángeles caídos y la muerte, pero igualmente, Él podía destruir el pecado en cada hombre, mujer, niño y niña de familias de naciones antiguas
    y modernas, llenándolas grandemente con su amor infinito de su corazón santísimo que atrae bendiciones, sanidad, paz y prosperidad en la tierra entera progresivamente, para siempre. Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba cielo y tierra,
    creadas por Él, con perfecta santidad, poderes y asombrosas riquezas interminables para manifestarse en la Creación enteramente, empezando con Adán y Eva e hijos de ellos en familias de las naciones, estableciendo postreramente su reino dorado de amor
    interminable en la eternidad, conociendo únicamente mucho amor, paz, prosperidad y alegrías inagotables toda una vida entera, siempre.


    Aquí es cuando. Nuestro Padre celestial encontró a Abraham y a su esposa Sara con su vientre estéril para sentarse con Él a su Mesa santa, participando del pan y vino, servido diariamente por su Hijo Jesucristo como Melquisedec rey de Salem (Jerusalé
    n antiguo), dándole vida a su cuerpo glorificado en Canaán, destruyendo a Satanás, pecados, hambruna, pobreza y la muerte en cada vida humana perpetuamente. Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba enriquecer la tierra entera desde Canaán, una
    tierra sin pecados (porque es imposible que exista allí toda una eternidad), y Él mismo enriquecer a Abraham y a su Hijo Jesucristo como Isaac junto con hijos de Adán y Eva en familias de naciones antiguas y modernas hasta que Satanás, pecados y la
    muerte, sea removido finalmente para siempre.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial con el pecado prevaleciendo en la tierra y en la humanidad entera, entonces, Él fallaría en enriquecerla, puesto que, es imposible para Él enriquecer a su gente viviendo en pecado, pecados saliendo de Lucifer y
    de ángeles caídos, como la muerte, por ejemplo, que atrae tinieblas en cada generación hasta ver la tierra perdida, en una hambruna eterna. Por lo tanto, fue importante para su Hijo Jesucristo ser Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del
    Espíritu Santo, contigo junto con tus amados, vecinos y amistades, liberándolos a todos ellos no solamente del pecado, porque todos ellos nacieron con poderes para recoger sus pecados en el cautiverio egipcio para abandonarlos en el Mar Rojo finalmente,
    pero igualmente para vivir nuevamente para siempre.


    Considerando que, tú junto con tus amados, vecinos y amistades de familias de naciones antiguas y modernas ya yacían juntos cerca de aguas amargas de Mara, como el árbol que necesitaba beber de ella, sin embargo, ya que estaban amargas las aguas, para
    bautizarse en ellas, ni menos para beberlas, entonces, Moisés enviado del Señor, se acercó a ti para rescatarte como Isaac finalmente. Consiguientemente, Moisés vino a ti con poderes divinos para rescatarte como Isaac, porque él nació con la carne
    sagrada y con la sangre expiatoria, derramándose de nuestro Padre celestial para llevarte a ti hacia su Sinagoga de Jerusalén y su Lugar Santísimo, como su dulce hogar, en donde Él vivirá contigo junto con tus amados en perfecta santidad una
    eternidad entera, pero bautizándote, primeramente.


    Además, amorosamente nuestro Padre celestial le dijo a Abraham, que en Isaac serian benditas todas las familias con Él y con su Espíritu Santo desde la gloria angelical, que es su Sinagoga de Jerusalén y su Lugar Santísimo, en donde Él derrotó a
    Satanás, pecados, muertes, familias brujas y el infierno, logrando su voluntad perfecta en la tierra, así como en el cielo siempre. Visto que, la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial fue lograda en la tierra, así como en el cielo, su Sinagoga
    de Jerusalén y su Lugar Santísimo, en Israel, clavando a su Hijo Jesucristo a Adán y a Eva junto con sus hijos de familias antiguas y modernas, entonces todos recibieron su cuerpo glorificado, derrotando a Satanás, pecados y la muerte en aquel Sá
    bado memorable.


    Definitivamente, en el Sábado la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial fue lograda sobre la tierra, como en el cielo, en la Sinagoga de Jerusalén y su Lugar Santísimo, en donde su sangre expiatoria salpicó, rompiendo la cortina azul, purpura y
    carmesí hacia el suelo, cumpliendo su voluntad perfecta, gloria y poderes contigo como con Isaac en tu país y en el cielo infinitamente. Consiguientemente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac
    contigo, amados, vecinos y amistades del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, sacándote a ti del desierto de Sinaí, asimilando el infierno tormentoso sobre la tierra, destruyendo tu hambruna, pobreza y muerte: y finalmente tú
    renazcas de riquezas insondables de Canaán para enriquecer tu nación permanentemente.


    Ahora, nuestro Padre celestial bautizó a Israel antiguo en el Mar Rojo contigo, abandonando tus pecados para renacer con Moisés y con Israel en riquezas cananeas, al ellos beberte a ti junto con tus amados, endulzando aguas amargas de Mara, y
    finalmente tú endulces el corazón santísimo de nuestro Padre celestial, renaciendo de él en la carne de Isaac perfecto y santo para siempre. Entendiendo que, cuando nuestro Padre celestial tuvo a Moisés, levándote a ti, como el árbol yaciendo
    cerca de aguas amargas de Mara, entonces te lanzó a ti en ellas, endulzándolas, haciéndolas bebibles, pero igualmente para bautizar a sus hijos de naciones antiguas y modernas, endulzando así su corazón santísimo nuevamente, al ver el pecado
    removido de ti y de la tierra enteramente, para siempre.


    Aquí es cuando. Nuestro Padre celestial tuvo a Moisés ayunando por cuarenta días y cuarenta noches para recibir Tablas de sus Diez Mandamientos sobre el monte Sinaí, que cada hombre, mujer, niño y niña de naciones antiguas y modernas necesitaba
    cumplirlas, empezando con Israel antiguo, para ellos escapar de maldiciones del infierno al cumplirlas con su cuerpo glorificado: amando, sirviendo y honrando su santo nombre finalmente para siempre. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba las
    aguas amargas de Mara, endulzadas contigo, como el árbol yaciendo cerca de ellas, que tú necesitabas beberlas, pero igualmente bautizarte en ellas, sin embargo, era imposible, cumplir con estos eventos esenciales hasta que la carne de Isaac con su Espí
    ritu Santo fue traída a ti por Moisés e Israel antiguo en el desierto, rescatándote del hambre infernal postreramente.


    Evidentemente, nuestro Padre celestial necesitaba verte a ti junto con tus amados, vecinos y amistades, cumpliendo con sus mandamientos en el desierto de Sinaí para amar, servir y honrar su santo nombre, finalmente escapando serpientes venenosas de
    Satanás, esperando morderte a ti nuevamente en tus últimos días, y así, tú jamás escapes el pecado, la muerte y el infierno para regresar al paraíso, eternamente enriquecido. Francamente, es cuando serpientes de Satanás te muerden con pecados,
    maldiciones, brujerías, enfermedades, muerte y con el infierno, que tú no solamente empobreces, pero igualmente tu familia junto con tu nación, porque venenos de serpientes Satánicas estarán en ti para destruirte a ti junto con todo tu contorno,
    hasta que tú seas liberado poderosamente, bautizándote en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre.


    Provisto que, nuestro Padre celestial tenia a Moisés regresando al monte Sinaí para ver el tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo: por cuanto, él necesitaba construirlo en el campamento israelí, para Él expiar, juzgar y cubrir tus pecados
    junto con el de los demás con sangre expiatoria de corderos siempre derramados al entrar al tabernáculo, preparándote a ti para renacer en Canaán, eternamente justificado. En adición, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hombre, mujer, niño y
    niña de familias de naciones antiguas y modernas convirtiéndose en uno con Moisés y con Israel entero en el desierto, comiendo del maná descendiendo del cielo arriba cada mañana, y bebiendo de la roca de salvación para amar, servir y honrar su
    santo nombre con riquezas cotidianas de Canaán siempre.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial tuvo a Moisés e Israel antiguo, que se habían bebido aguas amargas de Mara, endulzadas por el árbol, que eres tú, pero igualmente el Mesías con sus hermanos y hermanas de naciones antiguas y modernas para ser
    uno con él, como Isaac, descendiendo a postes infernales, mordidos por serpientes venenosas, para esperar por la salvación perfecta del Padre postreramente. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba a sus hijos renaciendo de su Hijo Jesucristo como
    Isaac, sangrando profusamente sobre postes infernales para derrotar a Satanás, pecados, maldiciones, enfermedades, familias brujas, ángeles caídos, hambruna, pobreza, conflictos, muerte y el reino de tinieblas, para todos vivir nuevamente en el Tercer
    Día con salvación perfecta del Padre, en la Sinagoga de Jerusalén y en su Lugar Santísimo, en Canaán.


    Consiguientemente, nuestro Padre celestial observando a sus hijos sangrando sobre postes del infierno, mordidos por serpientes de Satanás, entonces su semilla santa, como la carne sagrada y con su Espíritu Santo, fue plantada en Canaán, renaciendo sus
    hijos nuevamente como el árbol, la cruz derrotando a Satanás, pecados, muertes, brujerías en el infierno, liberando la tierra, como su nuevo reino de amor en la eternidad. Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo
    renaciendo de una de sus hijas hebreas con hijos de Adán y Eva junto con los de las familias de naciones antiguas y modernas, para vivir su vida eterna en Canaán, que necesitaba bautizarse en el Jordán con Juan el Bautista, derrotando finalmente a
    enemigos contigo: A Satanás y la muerte sobre la cruz infinitamente.


    Verdaderamente, nuestro Padre celestial ya te ha visto a ti junto con tus amados, vecinos y amistades sobre postes infernales, sangrando profusamente, porque serpientes satánicas de pecados, maldiciones, enfermedades, hambruna y pobreza te habían
    mordido ya, matándote, y así, tú siempre falles en cumplir con sus mandamientos y ames su santo nombre fuego en tu alma viviente, logrando que riquezas vengan hacia ti permanentemente. Definitivamente, nuestro Padre celestial te necesitaba a ti ya
    renacido de su Hijo Jesucristo de la hija virgen de David, en Canaán, opuestamente, fuera imposible para ti estar allí, viviendo con Él eternamente amado por sus hijos, renacidos de su carne sagrada y del Espíritu Santo, bautizados ya todos en el
    Jordán, finalmente así todo hijo suyo sea santo y perfecto, así como Él eternamente.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba que tú renacieses del Jordán, porque con este bautismo en agua entonces poderes de su Juramento a Isaac operan en ti diariamente, sin cesar jamás, entendiendo que, este poder es mayor que la tierra, además
    es imposible que falle, porque es constante, viviendo tú siempre victorioso sobre todo mal, en donde sea que tú vivas en la tierra hoy. Es el poder del Juramento a Isaac que es constante, sin jamás fallarte a ti, ya seas tú musulmán, budista, hindú,
    taoísta, shinto, hebreo, cristiano u otros, porque nuestro Padre celestial te ha jalado de postes del infierno para entrar a su Lugar Santísimo con su Hijo Jesucristo clavado a ti, y así, tú siempre seas Isaac por Él en la tierra entera
    permanentemente.


    Realmente, nuestro Padre celestial solamente conoce a su Hijo Jesucristo y su Hijo a Él, por ende, bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre entonces tú renacerás de Él como Isaac, conociéndote así a ti por su Espíritu Santo,
    así como Él a su Hijo eternamente, finalmente enriqueciendo así tú mismo tu país junto con los demás alrededor de ti, siempre. Esto significa, que nuestro Padre celestial solamente te conoce a ti como Isaac en todo tu país no solamente para
    bendecirte a ti, lavándote progresivamente, santificándote a ti con perfecta santidad a cada hora del día para ejecutar su voluntad perfecta, bendiciendo a otros como tus amados, vecinos y amistades, limpiándolos de espíritus inmundos, y así, sus
    riquezas fluyan en ti permanentemente, para siempre.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesita enriquecer la tierra enteramente contigo, empezando con tu país junto con tus amados, vecinos y amistades, porque su amor de amor y de riquezas interminables fluirán con riquezas abundantes en cada
    miembro de familias de las naciones, y así, Satanás con sus ángeles caídos y la muerte fallara siempre en encontrar un lugar para quedarse en la tierra. Ya que, nuestro Padre celestial ha limpiado la tierra junto la humanidad de cada generación,
    cuando Él celebraba el Sábado semanal de reposo con familias israelitas y judías en las naciones, removiendo Él mismo todo mal, pero igualmente a Satanás y espíritus inmundos atrayendo tinieblas que bloquean riquezas de sus hijos para enriquecer su
    reino de amor en la tierra entera finalmente, para siempre.


    Consiguientemente, es importante para nuestro Padre celestial bautizarte a ti en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, abandonando la carne pecadora y el espíritu de error por su carne sagrada y su Espíritu
    Santo, en donde Él ya te limpió: bendiciéndote y enriqueciéndote a ti poderosamente, empezando finalmente Él mismo su reino de amor eterno contigo. Entendiendo que, tú eres aquel, que Él mismo le hablaba a Samuel, cuando le aseguraba, que Él ya
    había encontrado a alguien como su corazón santísimo, logrando su voluntad perfecta no solamente en Canaán, pero igualmente con familias de las naciones trayendo su reino de amor sobre la tierra, en donde Él vivirá eternamente amado, glorificado y
    enriquecido por ti y por los tuyos.


    Además, nuestro Padre celestial te tuvo a ti naciendo del vientre estéril de Sarah como Isaac con su Hijo Jesucristo, recogiendo tus propios pecados del cautiverio egipcio para abandonarlos en el bautismo del Mar Rojo, llevándote Él mismo
    seguidamente por el desierto de Sinaí para cumplir con sus santos mandamientos, finalmente honrando su santo nombre fuegos en su Lugar Santísimo, en Canaán, con salvación perfecta. Seguidamente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo
    naciendo contigo nuevamente de la hija virgen de David, viviendo su misma vida en Canaán, finalmente bautizándote en el Jordán con ella, destruyendo a Satanás, pecados, ángeles caídos, familias brujas, la muerte y al infierno, postreramente
    conquistando la tierra entera para su reino de amor eterno, en su Lugar Santísimo, en Canaán, contigo enriquecido infinitamente.


    Amorosamente, nuestro Padre celestial te tuvo a ti clavado a manos y pies de su Hijo Jesucristo entrando al Lugar Santísimo, salpicando sangre expiatoria, rasgando la cortina de azul, purpura y carmesí hacia el piso, separando lugares santos del Lugar
    Santísimo, finalmente renaciendo tú de su corazón como aquel varón conforme a su corazón santísimo, logrando su voluntad perfecta en la tierra contigo: como Isaac. Físicamente, nuestro Padre celestial te tuvo a ti renacido con su Hijo Jesucristo
    de la hija de David, rompiendo su vientre virgen, entrando finalmente tú a Canaán para vivir su vida santísima con Él y con su Espíritu Santo, bautizándote con Él del Jordán para destruir a Satanás, pecados y la muerte para conquistar la tierra
    para su reino de amor eterno hacia la eternidad.


    Definitivamente, nuestro Padre celestial te necesitaba a ti renaciendo con su Hijo Jesucristo de la hija de David, rompiendo su virginidad en Canaán, y así, tú logres vivir su vida en necesidad de bautizarse en el Jordán, destruyendo a Satanás, la
    muerte y el infierno al conquistar la tierra para su Lugar Santísimo, empezando finalmente su reino de amor eterno contigo hacia la eternidad. Evidentemente, ahora nuestro Padre celestial te necesitaba a ti rasgando la cortina, separando lugares santos
    del Lugar Santísimo al salpicar su sangre expiatoria, y así, tú renazcas como aquel que Él ha encontrado conforme a su corazón santísimo para hacer su voluntad perfecta en tu país, obteniendo diariamente sus riquezas que enriquecen su reino de
    amor eterno en la tierra entera finalmente, para la eternidad.


    Aquí es cuando. Nuestro Padre celestial tuvo sus mandamientos santos finalmente cumplidos en ti para amar, servir y honrar su santo nombre fuegos en su Lugar Santísimo, pasando por la cortina, rasgada hasta el piso, y así, tú trabajes con Él,
    construyendo su dulce hogar en la tierra, para su reino venidero de amor: bendiciendo finalmente familias antiguas y modernas de las naciones hacia la eternidad venidera. Ciertamente, nuestro Padre celestial te tuvo a ti renaciendo del vientre estéril
    de Sarah con su Hijo Jesucristo como Isaac, rescatándote del desierto de Sinaí con su cuerpo glorificado, para renacer nuevamente de la hija virgen de David, rompiendo su virginidad para rasgar la cortina del Lugar Santísimo, y finalmente tú seas
    Isaac, construyendo su dulce hogar en tu país para su reino venidero.



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