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All on Fri Jul 30 21:26:10 2021
Sábado, 31 de Julio, 2021 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
Cada SÁBADO, amorosamente, hace muy feliz y rico el corazón santísimo del PADRE celestial con la TIERRA entera: enriqueciéndote a ti también siempre:
Divinamente, nuestro Padre celestial empezó a sentir en su corazón santísimo la necesidad de llenar la tierra entera con su vida eterna, pero necesitaba ser llenada con victorias sobre sus enemigos, que se habían rebelado en contra de Él y su santo
nombre fuegos, ofendiendo a su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, como Lucifer y sus ángeles caídos, por ejemplo. Entendiendo que, nuestro Padre celestial es un Dios Todopoderoso, que siempre está consiente de todo lo que sucede en su Creación, y
que los lamentos de sus hijos, fallecidos, creyendo en mentiras de Lucifer, habían descendido al infierno tormentoso maldecidos, por ende, su corazón santísimo lloraba por ellos, para que regresen a vivir nuevamente, pero ellos necesitaban regresar a
l sin pecado alguno.
Por lo tanto, nuestro Padre celestial necesitaba a sus hijos regresando a la vida recibida ya de Él, como cuando ellos nacieron inicialmente de su imagen y de su alma santísima, pero ellos necesitaban regresar a ella sin el pecado que creyeron de
Lucifer y de la serpiente del Edén, de modo contrario, ellos fallarían en ver vida nuevamente con Él en el paraíso. Soberanamente, nuestro Padre celestial necesitaba establecer su vida eterna en la tierra para que sus hijos vean vida nuevamente, pero
Él necesitaba hacerlo sin la contaminación del pecado de Lucifer, puesto ya en el corazón de Eva, hizo que Adán peque junto con sus hijos en generaciones venideras; por lo tanto, Él necesitaba reiniciar su misma vida en sus hijos en la tierra
prontamente.
Realmente, nuestro Padre celestial estaba buscando siempre a alguien, como tú y tus amados, vecinos y amistades, para Él mismo descender a tu familia, confiándote a ti a su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo, porque Él necesitaba tener a su vida
eterna renaciendo en la tierra y luego descender al corazón de la tierra para ayudar a sus hijos a vivir nuevamente. Y así es como, nuestro Padre celestial finalmente encontró a Abraham junto con su esposa Sarah, que estaban más que dispuestos a
ayudarlo a Él a descender a sus hijos, bendiciéndole a Él con su único Hijo Jesucristo que necesitaba renacer en Canaán para bendecir a toda vida humana nuevamente, y así, todos sus hijos vivan nuevamente, pero sin el pecado para siempre.
Genuinamente, nuestro Padre celestial necesitaba reiniciar su vida eterna en la tierra, pero al ser Él mismo miembro de una familia humana, dispuesto a recibirlo a Él junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque Él iba a tener a sus hijos
de todas las familias de las naciones renaciendo en su vida eterna, pero sin el pecado para la eternidad. Por ello, nuestro Padre celestial encontró la familia de Abraham abierta a Él no solamente para descender a ellos, pero igualmente para tener a su
Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, finalmente complaciendo su corazón santísimo anhelando darles vida junto ayudas necesarias a sus hijos para ver vida nuevamente, eternamente enriquecidos,
regresando al paraíso por fin.
Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba llevar su bautismo en agua al corazón de la tierra, dándoles a sus hijos su cuerpo glorificado, bautizado ya en agua, invocándole a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, regresando
finalmente a vivir nuevamente desde postes del infierno, postreramente clavándolos a postes de la gloria celestial perpetuamente, salvándolos dentro del Lugar Santísimo, en Canaán. Sin embargo, primero nuestro Padre celestial necesitaba vivir su
misma vida con Abraham y Sarah su esposa, que eventualmente no solamente le daría vida a su Hijo Jesucristo como Isaac con la carne sagrada y la sangre expiatoria para ser bautizada en agua, entrando al desierto de Sinaí; pero igualmente, necesitaba
ser una carne sin pecados sobre postes del infierno victoriosa sobre el pecado perpetuamente.
Por lo tanto, una vez que nuestro Padre celestial había establecido su vida eterna en Canaán, al Él empezar a vivirla con Abraham y familia, que fue Sarah junto con sus hijos adoptados (comprados por dinero de extraños), y así, Él logre tener su
primogénito, que fue Isaac, dándole vida a sus doce patriarcas Israelitas, por ende, dándole vida a su nación dorada postreramente. Ciertamente, esto fue nuestro Padre celestial viviendo su vida personal con Abraham no solamente por su Hijo
Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, pero igualmente viviéndola con sus hijos de Israel y de las naciones, renacidos ya, bautizados todos en agua, en necesidad de ser uno solo sobre postes del infierno,
destruyendo a Satanás y su muerte perpetuamente.
Visto que, esta es la vida amada de nuestro Padre celestial, que después de vivirla con Abraham y con sus hijos en Canaán victoriosa sobre el pecado, Satanás, muertes, ángeles caídos y enemigos desafiándolo a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu
Santo, entonces, Él necesitaba derramarla en su reino angelical y en el paraíso, honrando así su santo nombre fuegos, limpiándolos de pecados finalmente perpetuamente. Definitivamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Abraham
enviando a su siervo a su tierra natal, para escoger a una de las hijas de su parentela como esposa de Isaac, y así, él continué viviendo en Canaán con la carne sagrada que bendecirá a la humanidad entera con la gloria angelical y el paraíso
finalmente, removiendo el pecado del mundo finalmente para siempre.
Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba que la esposa de Isaac tenga mellizos con la carne sagrada y la sangre expiatoria en Canaán, para que doce patriarcas israelíes entren en Egipto, enriqueciendo así a familias de las naciones con siete añ
os de riquezas de Canaán, destruyendo los siete años de pobreza de Satanás continuamente, que eventualmente destruiría la tierra entera, si el Mesías tarda en descender. Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Isaac renaciendo en Canaán,
pero no de Sarah, sin embargo, esta vez de la hija virgen de David, por poderes del Espíritu Santo, porque su Hijo necesitaba vivir su vida virgen, como en el cielo, bautizado en agua del Jordán: destruyó a Satanás instantáneamente, la muerte y á
ngeles caídos con su vida virgen finalmente vivida ya por sus hijos.
Indisputablemente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido del vientre virgen, por poderes del Espíritu Santo, porque Él necesitaba vivir su vida eterna tan poderosa y gloriosa con sus hijos en su dulce hogar, así como siempre É
l la ha viviendo en la gloria celestial con sus huestes angelicales, conociendo únicamente: paz, gloria y alegrías sin fin toda una eternidad. Ahora, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo naciendo de un vientre virgen en Canaán con
la carne sin pecados y con su sangre expiatoria, porque Él necesitaba su vida restaurada con sus hijos por una virgen, y su Hijo amado virgen que destruya a Satanás, la muerte y el infierno, hablando únicamente sus palabras, volviendo así a vivir
nuevamente sin pecado finalmente perpetuamente.
Considerando que, nuestro Padre celestial necesitaba tener a sus hijos de Israel y de las naciones regresando a la gloria celestial, pero sin pecados, entonces, su Hijo Jesucristo necesitaba vivir por cada hombre, mujer, niño y niña en Canaán,
derrotando a Satanás, muertes y el infierno con su misma vida virgen: finalmente amando, sirviendo y honrando su santo nombre con perfecta santidad hacia la eternidad. Divinamente, nuestro Padre celestial es santísimo jamás permitiendo pecados en sus
hijos, por ello, Él necesitaba a su Hijo Jesucristo viviendo en Canaán su misma vida eterna por cada hombre, mujer, niño y niña, clavándola sobre la cruz del monte de Jerusalén victoriosa sobre Satanás, pecados, muertes y el infierno: y así,
ellos logren entrar al Lugar Santísimo para declararlos perfectos y santos para siempre.
Visto que, nuestro Padre celestial estaba buscando establecer un reino de su amor eterno por su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y sus hijos nacidos de su imagen y de su alma viviente, viviendo así su vida eterna para gozar riquezas, glorias y nuevas
cosas nunca antes vistas por los ángeles, porque Él necesita su santo nombre fuegos amado, como nunca antes en la eternidad venidera. Realmente, fue importante para nuestro Padre celestial llamar a Abraham a Canaán, porque Él necesitaba vivir con él
y con sus hijos su vida eterna, finalmente descendiendo con su Hijo Jesucristo, naciendo como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, porque Él realmente necesitaba destruir el pecado primero y luego a Satanás junto con la muerte y
sus ángeles caídos para siempre.
Amorosamente, nuestro Padre celestial buscaba ver a Isaac finalmente casado en Canaán con una hija de los parientes de Abraham, que un siervo suyo fue a Padan-Aram para tomarla a ella para Isaac, que fue Rebeca, divinamente escogida por Él y su Espí
ritu Santo para tener finalmente a sus patriarcas israelíes viviendo ya en Canaán para que sea Israel, su nación dorada para siempre. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel casado ya en Canaán, para Él vivir su vida gloriosa en
necesidad de derrotar a Satanás, ángeles caídos y la muerte, teniendo a sus hijos naciendo en el cautiverio egipcio recogiendo pecados de las familias de las naciones antiguas y modernas, destruyendo todo pecado al invocar su santo nombre en el
bautismo en agua del Mar Rojo finalmente.
Por eso, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a su cruz del monte de Jerusalén, descansando sobre el monte Moriah, ofreciendo a su único hijo Isaac, como una ofrendad encendida y llena del amor, amor que él había aprendido de él, y que solamente
existe en la gloria celestial, complaciendo su corazón santísimo para conquistar nuevas riquezas, glorias, poderes y alegrías insondables toda una eternidad. Esto fue un amor muy importante, que nuestro Padre celestial siempre ha gozado en su corazón
santísimo con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo junto con sus ángeles, pero desde cuando Abraham la vivió con su hijo Isaac, entonces, Él la necesitaba en la gloria angelical para gozarla en su nuevo reino venidero de su amor sin fin y sin
pecado de sus hijos.
Entonces, cuando la esposa de Isaac, Rebecca, estaba preñada, nuestro Padre celestial tuvo sus mellizos en su vientre, peleándose ya ambos por el derecho de nacer primogénito en la familia de Isaac, porque a Abraham le fue dicho, que solamente en
Isaac serian sus hijos en la tierra para su nuevo reino venidero de su amor sin fin y sin pecados para la eternidad. Rebeca estaba perpleja con sus hijos, peleándose ya en su vientre, entonces, ella le preguntó a nuestro Padre celestial, por qué ellos
se peleaban en ella aun sin haber nacido todavía—porque Jacobo luchaba por ser el primero, pero Esaú lo resistía a él hasta que logró ser el primogénito con su hermano Jacobo agarrado de su calcañar para que no salga primero del vientre.
Soberanamente, nuestro Padre celestial le dijo a Rebeca, que ella tenía dos naciones naciendo en su vientre, que ellos peleaban ya para ser el primogénito ante Él en Canaán y en la gloria celestial, porque uno de ellos iba a traer al Rey Mesías
hacia las familias de las naciones, es decir, uno servirá al otro, que será el primogénito para siempre en la eternidad. Ciertamente, los niños pelearon en el vientre de Rebeca por unos días antes de nacer, pues Jacobo luchaba sobre Esaú, que iba
primero aparentemente, luchaba Jacobo ciegamente para ser el primogénito de la familia de Isaac, y el Rey Mesías ayudaba a Jacob para que sea el primogénito del Padre celestial del vientre de la tierra, en Canaán y en la gloria celestial igualmente.
Ahora, porque Jacobo falló en ser el primogénito de la familia de Isaac, entonces, él por un acuerdo logrado con Esaú, que se sentía hambriento por un seco de chivo, que Jacobo había preparado: entonces, Jacobo le dijo si tú me das tu
primogenitura, tú tendrás tu plato que tú tanto deseas y que está listo para ser servido ya para ti, entregándome tu primogenitura. Aquí es cuando. Jacobo obtuvo la primogenitura de Esaú, que él necesitaba poseer, porque su padre Isaac estaba
listo para su muerte, pero antes de aquel día, entonces, él necesitaba obtener de él bendiciones que él iba pronunciar sobre su primogénito Esaú, pero más bien, Jacobo obtuvo las bendiciones, que lo enriquecieron a él y a Israel entero para
recibir al Rey Mesías en su día.
Ya que, Jacobo y sus hijos necesitaban renacer nuevamente en Canaán, pero esta vez, tenía que ser del corazón de la tierra y con el Rey Mesías clavado a ellos, que es la semilla santa de nuestro Padre celestial, como la cruz sobre volando la Ciudad
de Jerusalén y con su santo nombre fuegos victorioso sobre todo pecado de la tierra hacia la eternidad entera. Sin embargo, primero toda la casa de Israel necesitaba recoger cada pecado que haya sido cometido en contra de nuestro Padre celestial, su
Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo de generaciones antiguas y modernas, llevándolos seguidamente al bautismo en agua del Mar Rojo, abandonándolos, destruidos para siempre, para que ninguna familia de las naciones los vuelva a sufrir nuevamente.
Verdaderamente, nuestro Padre celestial tendría a su Hijo Jesucristo clavado sobre la cruz del monte de Jerusalén, en Canaán, victoriosa sobre pecados de la humanidad entera, declarándolos a ellos perfectos y santos no solamente en Israel entero,
pero igualmente a cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, para que ellos sean su primogénito, como una familia única para la eternidad. Puesto que, esta es la primogenitura que Jacobo buscaba poseer jamás encontrada en Esaú,
su hermano mellizo, pero sólo se hallaba en la semilla santa de nuestro Padre celestial, que es la carne sin pecados de Isaac y su sangre expiatoria en necesidad de nacer de un vientre virgen, haciéndolo a él el primogénito del Padre en Canaán y de
toda su Creación perpetuamente.
Por lo tanto, nuestro Padre celestial tuvo a Israel antiguo no solamente bautizado en el Mar Rojo, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, pero igualmente, ellos necesitaban ser ciudadanos legales de Canaán, poseyendo
así riquezas, poderes y glorias para gozar con la tierra en una eternidad, al renacer como primogénito en Canaán nuevamente para siempre. Ya que, esta es la primogenitura que Jacobo peleaba por ella sobre su hermano mellizo Esaú en el vientre de
Rebeca su madre, saliendo en Canaán: porque él realmente peleaba por renacer del corazón de la tierra debajo de Canaán, como el primogénito del Padre, pero renacido nuevamente con la humanidad entera en el Lugar Santísimo, complaciendo finalmente a
nuestro Padre celestial para siempre.
Realmente, estas son familias antiguas y modernas de las naciones, que Israel antiguo con Moisés hallaron yaciendo en el desierto de Sinaí con la semilla santa del Padre celestial, como su árbol, la cruz, yaciendo cerca de aguas amargas de Marah en
necesidad de ser bebidas por Israel, llevándoselos así consigo a beber de la roca de salvación para no tener sed jamás nuevamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel antiguo bebiendo de las aguas amargas de Marah, endulzadas por
el árbol, que Él le dijo a Moisés que lo recoja, tirándolo en las aguas, bebiéndose finalmente Israel antiguo todas las naciones, porque luego la humanidad entera necesitaba beber de la roca y comer del maná del cielo arriba con Israel, porque
ellos ascenderían finalmente a Canaán, eternamente bendecidos.
Verdaderamente, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba a naciones antiguas y modernas, que todo Israel antiguo las bebería, cuando Moisés tiro su semilla santa, la cruz, como el árbol yaciendo cerca de aguas amargas de Mara, endulzando las
naciones enteramente, pero igualmente, Él necesitaba que ellos, como uno con Israel, ejecutasen rituales y ceremonias del Juramento a Isaac, accediendo así legalmente a Canaán postreramente. Sin embargo, después que almas perdidas de la humanidad
entera se hicieron una familia con Israel antiguo, que la carne sin pecados había bebido de aguas amargas, endulzándolas Moisés con la semilla santa, como el árbol yaciendo siempre cerca a ellos, entonces, sedientos, bebieron de la roca y comieron
del maná, para entrar eternamente enriquecidos en Canaán, viendo vida nuevamente pronto con sus hijos venideros.
Divinamente, por cuarenta años Israel antiguo anduvo por el desierto de Sinaí con familias antiguas y modernas de las naciones, ejecutando rituales y ceremonias de perfecta santidad, que el sumo sacerdote Levita del año en curso requería ejecutar
para entrar al Lugar Santísimo con Isaac para ser bendecidos por nuestro Padre celestial, por ende, bendiciendo la tierra entera con riquezas de Canaán progresivamente siempre. Por Ley, nuestro Padre celestial requería, que al menos una vez al año,
el sumo sacerdote Levita entre en el Lugar Santísimo, parándose delante de Él con su Hijo Jesucristo, que fue siempre Isaac para Abraham inicialmente y para sus hijos de generaciones venideras, viéndolos como sus hijos, viviendo ya en su semilla
santa, la carne sin pecados eventualmente salvándolos de todo pecado en Canaán.
Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba ver a naciones antiguas y modernas con sus hijos, al menos una vez al año en la carne sagrada de Isaac en el Lugar Santísimo: Isaac nacido del vientre estéril de Sarah y luego como Jesucristo de la
hija virgen de David, entregándonos su nacimiento virgen a nosotros, convirtiéndonos en primogénitos: amando, sirviendo y honrando su nombre en Canaán siempre. Entendiendo que, siempre fallaremos en acceder a Canaán, si no somos su primogénito, y
para ser su primogénito, entonces, nosotros necesitábamos ser nacidos de un vientre virgen para ser bautizados en el rio Jordán, desafortunadamente, esto era imposible para cada uno de nosotros, sin embargo, su Hijo Jesucristo nació de la hija virgen
de David, para que nosotros seamos vírgenes siempre en nuestros días.
Visto que, nuestro Señor Jesucristo nació como primogénito de la hija virgen de David para vivir su vida eterna en Canaán, enfrentado a Satanás, muertes y ángeles caídos, destruyendo el pecado en el corazón de la tierra, porque en aquellos días
Israel antiguo yacía sobre postes del infierno con la humanidad entera, esperando ser clavado al Lugar Santísimo con la carne virgen y sin pecados. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba tener a Israel antiguo viviendo nuevamente con la
humanidad entera en necesidad de verlo a Él con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo en su nueva tierra, creada ya con poderes del Juramento a Isaac, más entrando en Canaán todos ellos renacidos ya en el Lugar Santísimo vírgenes, recibiendo
su nuevo reino de amor finalmente eternamente enriquecido.
Esto fue algo, que nuestro Padre celestial llevaría a cabo en el Sábado, y dentro del Valle de los huesos secos, en donde Israel antiguo sobre postes del infierno esperaba ser clavado a la cruz del Rey Mesías victorioso ya sobre Satanás, pecados,
muertes y el infierno, porque él había derrotado a Satanás y la muerte, como Hijo virgen del Padre en el Lugar Santísimo. Francamente, este es el Sábado eterno de nuestro Padre celestial, conquistado con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo,
viviendo su vida gloriosa en sus hijos antiguos y modernos, convirtiéndose en uno con la humanidad entera en su corazón santísimo y muy feliz, enriqueciendo la nueva tierra siempre, que es la misma tierra antigua, llenándose de riquezas, poderes y
alegrías interminables siempre por ti.
Legítimamente, nuestro Padre celestial clavó a su Hijo Jesucristo a la cruz del monte Sion, en Canaán, cuando Israel antiguo con las naciones antiguas y modernas, encontradas yaciendo en el desierto de Sinaí con el árbol cerca de ellos, esperando
por Moisés e Israel, levantarlo, entonces, finalmente el corazón de la tierra seria su mismo corazón santísimo y muy feliz, celebrando su Sábado eterno siempre. Realmente, este es nuestro Padre celestial observando a su Hijo Jesucristo, obedecié
ndolo a Él y a su Espíritu en Canaán junto con sus hijos: derrotó a Satanás y el infierno, entonces instantáneamente su corazón santísimo y feliz en el corazón de la tierra se ofrendó en un sacrificio eterno de su amor infalible por las
naciones, que Él celebra cada Sábado sin pecado alguno siempre.
Amorosamente, este es nuestro Padre celestial ofreciendo su corazón santísimo finalmente victorioso sobre Satanás, pecados, ángeles caídos, muertes y el infierno, que Él había conquistado en la tierra, para Él finalmente establecer su reino de su
amor infalible por cada hombre, mujer, niño y niña nacido de su imagen y alma santísima para vivir eternamente amado, próspero y enriquecido con Él únicamente, en la eternidad. Por lo tanto, es importante bautizarte en agua, invocándolo a Él,
como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, abandonando la carne pecadora con el espíritu de error por la carne sangrada y su Espíritu Santo, llevándote a ti siempre a Canaán, en donde su corazón santísimo muy feliz espera ser uno contigo,
enriqueciéndote a ti con abundante amor siempre toda una vida.
Ciertamente, bautizándote, invocando su santo nombre fuegos, sumergiéndote en el agua, instantáneamente tú emergerá del rio Jordán en Canaán, en donde nuestro Padre celestial ha ofrecido su corazón santísimo muy feliz por verte a ti, perdonado
de todo pecado: conociendo únicamente su amor asombroso, riquezas, prosperidad y alegrías sin fin, entonces, tú vivirás con tus amados, vecinos y amistades su gloriosa vida abundante siempre. Definitivamente, esta es una vida gloriosa, que nuestro
Padre celestial la vive con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, y Él la vivió con Abraham y con Sarah su esposa, dándole vida a Isaac, entregándote a ti también su carne sin pecados y su sangre expiatoria, llena con poderes, ejecutando
grandes señales, maravillas, milagros, expulsando cada espíritu inmundo, acercándose a ti, para molestarte.
Entendiendo que, nuestro Padre celestial enriqueció su misma vida, entregada a ti con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, como Israel antiguo con la humanidad entera, últimamente volviendo a vivir en el Lugar Santísimo, porque su Hijo herido
fue sanado, entonces, cada hombre, mujer, niño y niña igualmente lo fue con su vida eterna victoriosa sobre el pecado en la tierra entera. Visto que, este es el Sábado eterno de nuestro Padre celestial, que Él mismo celebra semanalmente con Israel
antiguo y sus hijos en las naciones actuales sus victorias en el Lugar Santísimo sobre Satanás, pecados, ángeles caídos, muerte y el infierno, enriqueciendo así a cada hombre, mujer, niño y niña de la humanidad entera ya bautizada, invocando su
santo nombre fuegos sobre ellos siempre.
Dado que, desde cuando nuestro Padre celestial celebra su glorioso Sábado eterno no solamente fue porque su Hijo Jesucristo entró victorioso con Israel antiguo y con su Espíritu Santo al Lugar Santísimo, declarándolos Él mismo con la humanidad
entera perfectos y santos junto con la tierra, que desde entonces acá su corazón santísimo es muy feliz contigo, enriqueciéndote a ti junto con tus amados siempre. Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesita enriquecer a cada hombre, mujer, niñ
o y niña de las naciones, empezando con Israel, porque Él ha destruido el pecado, a Satanás, la muerte, demonios y el infierno, celebrándolo todo en su Sábado eterno semanalmente para enriquecerte a ti, y finalmente la tierra entera sea su reino de
su amor eterno para toda vida humana hacia la eternidad venidera.
Por eso, nuestro Padre celestial necesita enriquecerte a ti cada Sábado con la casa de Israel antigua y moderna en las naciones actuales, porque Él desde la gloria celestial trae riquezas que nosotros necesitamos tener con nosotros, enriqueciendo
semanalmente la tierra entera, complaciendo la bendita voluntad de su corazón santísimo y muy feliz, haciendo así posible su reino de su amor eterno por ti hoy. Igualmente, nosotros necesitamos entender, que nuestro Padre celestial está enviando
riquezas desde la gloria celestial, que Israel entero debe recibir continuamente para enriquecer las naciones, porque Él le dijo a Abraham, que es Isaac, su semilla santa, como carne virgen y sangre expiatoria y poderosa quita el pecado del mundo,
entonces, riquezas tocan toda familia humana junto con sus hijos hasta ver su reino venir pronto.
Ciertamente, nuestro Padre celestial está enviando desde la gloria celestial riquezas cotidianas sobre la tierra entera, vistiendo a Israel con amor, poderes y glorias que enriquecen a hombres, mujeres, niños y niñas de las naciones, porque la
humanidad entera está con Él en el Lugar Santísimo, declarados ya todos perfectos y santos con su Hijo Jesucristo clavado a ellos sobre la cruz, recibiendo riquezas siempre. Ahora, nuestro Padre celestial ha estado enviando riquezas cotidianas desde
la gloria celestial sobre Israel entero, porque Él necesita vestir a Israel con sus riquezas para que su reino de amor por las familias de las naciones se manifieste pronto, y así, Él descienda a un Israel enriquecido, pero igualmente la tierra entera
enriquecida: sin embargo, Satanás con brujos y brujas bloquea siempre sus riquezas descendiendo.
Realmente, esto es lo que Satanás, ángeles caídos y la muerte han estado haciendo con familias satanistas y sus brujerías continuas sobre Israel en Canaán y en la tierra entera, porque nuestro Padre celestial empezó a bendecir a cada hombre, mujer,
niño y niña con riquezas, enriqueciendo a Israel desde la gloria celestial para su reino venidero con glorias nunca antes contaminadas por pecados. Verdaderamente, Satanás junto con familias brujas bloquea diariamente toda riqueza, que tú estás
supuesto a recibir progresivamente de Israel, Israel poseyendo un pacto poderoso con nuestro Padre celestial, celebrado cada Sábado, que es el Juramento a Isaac, en donde Él te ha declarado a ti perfecto y santo, digno de recibir riquezas abundantes
siempre sin fallarte jamás—pero Satanás te necesita pobre aun, como siempre.
Efectivamente, Satanás siempre ha luchado en contra de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo para ver a Israel empobrecido, porque él sabe junto con la muerte y ángeles caídos, que bloqueando riquezas que descienden
diariamente de la gloria angelical, entonces familias de las naciones fallaran en conocer riquezas conquistadas ya para ellos sobre la cruz del monte de Jerusalén, en Canaán. Realmente, Satanás siempre ha trabajado en contra de cada gloria que nuestro
Padre celestial ha conquistado junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo para bendecir a Israel poderosamente, visto que Israel es bendecido con riquezas cotidianas descendiendo desde la gloria angelical abundantemente, entonces familias de las
naciones enriquecerán grandemente, haciendo que el reino de su amor finamente se manifieste en su nueva tierra.
Indudablemente, Satanás junto con familias brujas bloquea toda gloria, alabanza, amor, servicio y honor que tú ofrecerás libremente al santo nombre de nuestro Padre celestial, muy amado, exaltado y glorificado cada Sábado por Israel antiguo e Israel
moderno, porque fue clavado junto con su Hijo Jesucristo sobre la cruz victorioso sobre el pecado: logrando riquezas para enriquecerte a ti siempre para su reino venidero últimamente. La solución al problema de brujerías en Israel y en Canaán, como
el dulce hogar del Padre celestial en necesidad de ser enriquecido diariamente desde la gloria angelical, cuando Israel es enriquecido junto con cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones, será tener a familias brujas regresando a sus tierras,
entonces, Canaán fluirá riquezas hacia la tierra entera constantemente, como leche y miel.
Milagrosamente con Israel bautizándose, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, abandonaran la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sin pecados y el Espíritu Santo, en donde poderes enriquecedores del
Juramento a Isaac operan, porque riquezas cotidianas descienden hacia Israel, enriqueciendo naciones enteras: entonces, nosotros tendremos una tierra gloriosa, enriqueciéndonos toda una vida siempre. Por lo tanto, toda pobreza que tú veas en ciertas
naciones alrededor del mundo entero, será porque ellos han fallado en entender poderes del Juramento a Isaac, que nuestro Padre celestial empezó con Abraham para que su Hijo Jesucristo nazca con la carne sin pecados, que tú recibirás bautizado en
agua, únicamente enriqueciendo tu vida cada día toda una vida entera, empezando ahora mismo.
Realmente, tú puedes ser enriquecido diariamente, bautizándote, invocando la perfecta santidad del santo nombre de nuestro Padre celestial, al sumergirte en agua, emergerás instantáneamente en el rio Jordán únicamente conociendo riquezas de Canaán:
amor, felicidad, prosperidad y alegrías interminables con tus amados, vecinos y amistades, porque Israel junto con las naciones han sido llamados a su bautismo, enriqueciendo la tierra entera para su reino venidero. Por eso, es importante bautizar a
tus hijos en agua ahora mismo, invocando al Padre, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, porque Él llamó a Israel a dejar a sus hijos venir a Él, y esto es su bautismo muy necesario en tu familia para vivir una vida prospera, porque
ellos poseen el reino de los cielos—bautizándose en agua.
Sin embargo, Israel junto con las naciones fallaron en entender el llamado de nuestro Padre celestial, de bautizar a sus niños en agua, haciendo que el reino angelical se manifieste en sus hogares, barrios, comunidades, ciudadelas, ciudades, pueblos y
naciones enteras, porque el Juramento a Isaac es todopoderoso en toda vida humana, especialmente en los niños, enriqueciendo a cualquier nación hoy en la tierra entera. Realmente, bautizado en agua, entonces, tú leerás la Biblia con tu voz para ser o
do en la tierra entera y en el reino celestial por nuestro Padre celestial, porque al tú leer sus palabras vivas inmediatamente Él oirá tu voz, saliendo de ti hacia Él, bendiciéndote a ti abundantemente cada día para bendecir a otros también
siempre con sus grandes riquezas constantes.
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