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    From Elio I. Valarezo@21:1/5 to All on Fri Jul 16 21:00:51 2021
    Sábado, 17 de Julio, 2021 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    En el Sábado, poderes del Juramento a Isaac enriquecen a Israel contigo (tú gentil) y la TIERRA entera:


    Amorosamente, el corazón santísimo de nuestro Padre celestial sufría la perdida de sus hijos a Lucifer y la serpiente mentirosa, engañando a Eva y luego a Adán junto con sus hijos, porque ellos lo amarían a Él y a su Hijo Jesucristo junto con su
    Espíritu Santo con su amor infalible, en que ellos habían nacido inicialmente únicamente conociendo alabanza, alegrías y riquezas insondables. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba derramar su asombroso amor de su corazón santísimo sobre
    sus hijos que habían descendido a la tierra, cuando ellos estaban supuestos a nacer en el paraíso únicamente conociéndolo a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, ellos llenar todo su reino angelical con alegrías, que
    desafortunadamente habían sido atacadas y heridas por el pecado de Lucifer.


    Realmente, nuestro Padre celestial siempre ha amado a sus hijos viviendo en su corazón santísimo, empezando con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para ahora, desde que Adán y Eva pecaron en contra de Él al comer del fruto prohibido, del árbol
    de la ciencia del bien y del mal, entonces Él espera que ellos regresen al paraíso pronto, pero sin pecados. Visto que, el corazón santísimo de nuestro Padre celestial necesitaba descender hacia sus hijos, retomándolos de Lucifer y de su vida
    pecadora, esperando por ellos en la tierra y finalmente en el infierno, en donde Lucifer con sus ángeles caídos los ataca, deshonrando su santo nombre fuegos por la Creación entera, entonces, Él necesitaba moverse cerca hacia ellos, como nunca antes
    y ayudarlos siempre.


    Sin embargo, para nuestro Padre celestial acercarse hacia sus hijos, entonces, Él tenia que hacerlo con su corazón santísimo, derramándose sobre ellos, pero Él necesitaba derramarlo sobre una carne que jamas había conocido el pecado antes, llená
    ndola con su Espíritu Santo y su amor infalible e infinito por sus hijos nacidos de Adán y Eva en la tierra entera. Evidentemente, nuestro Padre celestial necesitaba convertir la tierra entera perfecta y santa, así como su corazón santísimo lo es
    eternamente, porque Él estaba listo para ver a sus hijos regresando a su vida eterna nuevamente, pero viviendo con Él primero y sin pecado, por ende, la humanidad entera necesitaba ser perfecta y santa, así como Él ante su Hijo Jesucristo y su Espí
    ritu Santo.


    Ahora, desde cuando empezó el pecado en el reino angelical, al Lucifer rebelarse en contra su santo nombre fuegos junto con un tercio de ángeles caídos, para poseerlo para su reino de tinieblas, entonces, Satanás logró que Adán e hijos pequen tambi
    n, comiendo del fruto prohibido, aun así, nuestro Padre celestial los recibiría en su vida eterna nuevamente, comiendo de Él mismo con amor. Por consiguiente, nuestro Padre celestial necesitaba a alguien dispuesto a sentarse con Él junto con su Hijo
    Jesucristo y con su Espíritu Santo a dar la primera mordida a su pan y vino de vida eterna, que Él estaba dispuesto a entregar enteramente por sus hijos, para verlos nuevamente en su vida celestial, pero sin los efectos del pecado para siempre.


    Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba tener a sus hijos regresando a su vida eterna para vivir su amor infalible con ellos junto con sus riquezas cotidianas que bendice su corazón santísimo siempre, y así, ellos finalmente alaben, amen,
    honren y exalten su santo nombre fuegos con glorias infinitas en la tierra entera, para luego Él descender a Canaán con todo su reino angelical. Ciertamente, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra, bendiciendo a su reino angelical con su amor
    asombroso, que Él siempre ha sentido en su corazón santísimo por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo, viviendo así todos juntos su amor, gozos y alegrías, atrayendo riquezas hacia su santo nombre fuegos por medio de sus hijos renaciendo de É
    l, pero sin pecado en la tierra.


    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba salvar a sus huestes angelicales contaminadas por el pecado de Lucifer que había atacado a su santo nombre fuegos sobre su altar junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, su santo nombre
    necesitaba un nuevo reino, en donde el pecado no existió jamas, y esto es la tierra con sus hijos—tú con tus amados hoy. Divinamente, nuestro Padre celestial es un Dios santísimo, amando ser amado por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu santo
    junto con sus ángeles, pero como Lucifer se rebeló en contra su santo nombre, entonces, el pecado nació para convertir su reino angelical en un reino de tinieblas; por ende, Él necesitaba crear un nuevo reino, en donde el pecado no amenace la vida
    nuevamente.


    Francamente, para nuestro Padre celestial no existió ningún problema para crear un nuevo reino para sus huestes angelicales y vivir sin el pecado de Lucifer, verdaderamente, Él crearía cualquier cosa que su corazón santísimo desee en su Creación,
    pero Él necesitaba un nuevo reino, en donde sus hijos y sus ángeles lo amarían a Él por medio de su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo. Entendiendo que, jamas ha existió el pecado delante de nuestro Padre celestial, ni en su Hijo Jesucristo ni en
    su Espíritu Santo, sin embargo, porque Lucifer pecó en la gloria angelical, rebelándose en contra de su santo nombre fuegos junto con un tercio de ángeles caídos, entonces, su reino angelical fue contaminado con el pecado, seguidamente, Él
    necesitaba matar el pecado en su camino pronto.


    Algo que nuestro Padre celestial fallaría al intentar hacerlo en la gloria angelical, ciertamente, Él necesitaba hacerlo en otro lugar, como la tierra con sus hijos renaciendo allí con sus asombrosos poderes, destruyendo el pecado perpetuamente, pero
    también logró su reino glorioso de amor, en donde Él seria amado por ellos y las huestes angelicales, liberadas de toda amenaza de pecado finalmente para siempre. Definitivamente, no solamente el pecado amenazaría contaminar sus huestes angelicales
    junto con el paraíso y la tierra entera, pero también su nuevo reino de amor eterno, que Él siempre sonó poseerlo, conquistando así nuevas riquezas, glorias y poderes nunca antes vistas, entregándole a Él mucho amor, glorias y honores a su santo
    nombre sobre la cruz del monte Sion, en Canaán, para la eternidad.


    Ya que, estas son riquezas junto con poderes y glorias interminables, que nuestro Padre celestial necesita conquistar no con ángeles, pero tenia que ser con su Hijo Jesucristo junto con su Espíritu Santo en la vida de sus hijos nacidos de su imagen y
    de su alma santísima, porque solamente pueden ser conquistadas (riquezas) con su perfecta santidad en la eternidad, empezando en Canaán. Concluyentemente, nuestro Padre celestial contempla siempre vivir en la eternidad venidera sin el pecado, por ello,
    Él necesitaba derramar sus asombrosos poderes de su amor infalible de su corazón santísimo sobre Canaán, finalmente conquistando el corazón de la tierra, para Él mismo destruir el pecado al tener a sus hijos renaciendo en su vida eterna en Canaán,
    pero sin pecado alguno en su nueva tierra.


    Entendiendo que, no solamente la humanidad necesitaba remover el pecado de la vida de sus hijos en generaciones futuras, pero igualmente las huestes angelicales, porque aquellos que pecaron con Lucifer en contra del santo nombre de nuestro Padre
    celestial se perdieron para no vivir nuevamente jamás, sin embargo, los otros ángeles fueron afectados por el pecado, por ende, ellos necesitan ser liberados—limpiados—purificados. Por eso, es que nuestro Padre celestial creó cielos y tierra para
    remover el pecado de sus huestes angelicales que jamás pecaron en contra de Él y su santo nombre fuego, más fueron tocados por el pecado de Lucifer y su rebelión, por ende, ellos serán descontaminados del pecado, cuando la humanidad entera
    finalmente sea liberada del pecado en Canaán, bautizados todos en agua.


    Realmente, para que sea así, entonces, nuestro Padre necesitaba establecido ya su corazón santísimo en el corazón de la tierra, desplegando finalmente la totalidad de su inmenso amor no solamente hacia su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero
    igualmente para con sus hijos nacidos de Él junto con las huestes angelicales—porque eventualmente los ángeles serán descontaminados del pecado que una vez sufrieron. Visto que, esto es finalmente el reino dorado de nuestro Padre celestial para sus
    hijos y sus ángeles fieles a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, como desde cuando Lucifer se rebeló en contra de su santo nombre hasta hoy, porque es un nuevo reino saliendo de su corazón santísimo, en donde no hay pecado jamas en sus
    hijos y en sus ángeles.


    Además, este reino glorioso, que nuestro Padre celestial le dio vida en la tierra finalmente para salvar no solamente a la humanidad, pero igualmente a sus ángeles en necesidad de renacer del corazón de la tierra, al convertirla en su mismo corazón
    santísimo, que es virgen infinitamente, en donde no hay pecado, porque Él y su Hijo jamas han pecado en su Espíritu Santísimo. Realmente, este es el reino dorado de nuestro Padre celestial, deseando poseerlo con Israel, porque está aquí, en donde É
    l finalmente manifestara su asombroso amor infalible por sus hijos, que eres tú con tus amados, vecinos y amistades en la tierra entera, viviendo sin pecado alguno en la eternidad venidera: conociendo siempre alabanza, amor, alegrías y riquezas dulces
    e interminables toda una vida entera contigo.


    Verdaderamente, lo que nuestro Padre celestial empezó, fue salvar no solamente a sus hijos del pecado de Lucifer y de su rebelión en contra de Él y su santo nombre sobre la cruz del monte Sion, en Canaán, pero igualmente, Él sana a sus ángeles,
    porque al encontrarse ellos con el pecado de Lucifer y de sus ángeles caídos entonces no son felices como antes. Es decir, también que cada ángel en sus diferentes poderes, glorias y perfecta santidad necesitan regresar a sus días antiguos, como
    cuando no conocían el pecado, como cuando ellos empezaron a conocerlo con Lucifer y los ángeles caídos, que pecaban en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para finalmente ellos vivir una vida angelical pura en la eternidad
    nuevamente.


    Evidentemente, fue importante para nuestro Padre celestial sentarse con Abraham para participar del pan y vino con Él de su Mesa santa, servida por su Hijo para los ángeles del cielo y para cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las naciones,
    para que ellos vivan una vida enriquecida siempre, en donde no hay pecado en ellos toda una vida entera. Por cuanto, el paraíso se había tornado en un desierto de muerte, como el de Sinaí, en donde su semilla santa yacía, como el árbol, que
    necesitaba entrar a aguas amargas de Mara, endulzándolas para Israel antiguo beberlas, haciéndose así uno con ellos con rituales y ceremonias del Juramento a Isaac, comiendo así de Él diariamente camino hacia Canaán y sus abundantes riquezas
    insondables.


    Consiguientemente, nuestro Padre celestial necesitaba derramar de su Juramento a Isaac sobre ti, pero necesitaba empezarlo con su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, en Canaán, y así, Él llegar a
    ti y tus amados hoy, llenándote a ti con su carne sin pecados y sangre expiatoria, en donde el pecado jamás existirá en ti continuamente. Esencialmente, nuestro Padre celestial necesita enriquecer la tierra entera, pero Él necesita empezar contigo y
    con tus amados hoy en día, obteniendo finalmente su reino de amor eterno establecido ya en la tierra, para manifestar su asombroso amor infalible de su corazón santísimo hacia ti y por tu país natal: porque todos ellos necesitan ser enriquecidos
    diariamente también por Él, desde la gloria celestial.


    Realmente, al nuestro Padre celestial ver a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre estéril de Sarah, por su Espíritu Santo, entonces su hijo primogénito Jacobo nació para empezar a bendecirte a ti y a tus amados, quitando tus pecados,
    dado que, Él tendría a uno de sus hijos, como José, en Egipto, para empezar a caminar hacia ti con muchas riquezas cada Sábado. Ciertamente, José fue uno de los patriarcas Israelíes que necesitaba establecerse en Egipto, como segundo en mando ante
    Faraón, porque él iba a interpretar dos sueños que nuestro Padre celestial necesitaba interpretados para que el mundo conozca, que Él estaba listo para enriquecer la humanidad entera para tocarte a ti hoy finalmente, pero primero necesitaba Él mismo
    destruir el pecado para siempre.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesitaba establecer su semilla santa en Canaán perpetuamente, que es la carne sin pecados de su Hijo Jesucristo, huesos inquebrantables y sangre expiatoria, recogiendo pecados, incluyendo los tuyos, de las
    familias de las naciones, luego para tener a Israel antiguo caminando con Moisés (como Jesucristo) hacia el Mar Rojo (sangre santísima), abandonando pecados para no verlos jamás en la eternidad. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel
    antiguo caminando por el Mar Rojo en seco con tus pecados, abandonados en el lecho marino para no verlos jamás en la eternidad, porque Él llevaba a Israel con Moisés a su semilla santa, su cruz, yaciendo cerca de las aguas amargas de Mara, rescatando
    finalmente a sus hijos (como tú hoy) de amarguras de pobreza eterna.


    Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba Israel antiguo, gimiendo por agua, porque todos habían caminado hacia muy adentro del desierto de Sinaí para estar tan sedientos y hambrientos, como las antiguas y modernas familias yaciendo ya y
    destruidas eternamente sobre postes del infierno, por el pecado de no haber conocido su nombre y su bautismo en agua, que los pudieron haber salvados de perdición eterna. Felizmente, para nuestro Padre celestial tener a cada hombre, mujer, niño y niña
    de las naciones, vistiendo de su semilla santa, que es la carne sin pecados y la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo como Isaac, entonces, ellos debían beber de la roca de salvación y comer de su comida divina, el maná, viviendo vida nuevamente
    con Él, infinitamente enriquecidos ya en el cielo.


    Históricamente, Israel antiguo intentó beber de las aguas amargas de Mara, porque esta era la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial en el desierto de Sinaí en aquel día, pero era imposible, porque estaban muy amargas para beberlas, por ende, É
    l necesitaba endulzarlas con Él mismo—y esta es su semilla santa, la cruz, yaciendo sobre el arenal del desierto, esperando ser levantada por Moisés. Además, nuestro Padre celestial le dijo a Moisés: sígueme, y Yo te mostrare a ti un árbol, que t
    debes lanzarlo hacia las aguas amargas de Mara para endulzarlas, para que todo Israel beba de ellas junto con sus manadas, que ellos traían consigo de Egipto, como víctimas, que iban a ser sacrificadas cada paso hacia la conquista de Canaán
    finalmente.


    Indiscutiblemente, animales para ser sacrificados por el desierto de Sinaí, en donde cada grano de arena era un alma perdida, caída ante mentiras de Lucifer y de la serpiente, engañando a Eva y luego a Adán junto con sus hijos, convirtiéndolos en
    aguas amargas de Mara, pudiendo ser endulzadas con su semilla santa, la cruz del monte Sion, sangrando, en Canaán, para vivir nuevamente pronto. Entendiendo que, las aguas amargas de Mara son familias de las naciones antiguas y modernas, convertidas en
    uno solo cuerpo de agua en el desierto de Sinaí, que el único que las endulzaría era nuestro Padre celestial junto con sus hijos, tirando su cruz en ellas, endulzando así cada vida humana en la tierra finalmente, empezando con Israel antiguo, para
    que riquezas sean posibles postreramente.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial había llevado a Moisés con Israel antiguo, invocando su santo nombre, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo para el bautismo del Mar Rojo, pero igualmente para beber de aguas amargas de Mara, que eran
    sus hijos en necesidad de regresar a vivir nuevamente con ellos, unidos como uno en Canaán pronto—la cruz—endulzándolos siempre. Es decir, que nuestro Padre celestial tuvo a Moisés junto con Israel bebiendo de aguas amargas de Mara para ser uno
    con todos ellos, porque Él estaba listo para darles de beber de su roca de salvación aguas de vida abundantemente, además, tenerlos a todos ellos comiendo de su maná cotidiano del cielo, porque ellos iban a vestir de su carne sin pecados para siempre.


    Esto fue algo, que todo Israel antiguo junto con las familias de las naciones antiguas y modernas, que habían bebido aguas amargas de Mara, endulzadas por su cruz, que Moisés había tirado sobre ellas, para que puedan comer y beber seguidamente de su
    comida divina hasta que ellos desciendan a postes del infierno, finalmente tornándose en una semilla santa para ser plantada en Canaán. Por lo tanto, cada uno antiguo y moderno de las naciones tenia que comer y beber con Israel antiguo y Moisés por el
    desierto de Sinaí del maná de la boca de nuestro Padre celestial y beber de su roca de salvación, muriendo en el desierto finalmente, unidos con Israel y Moisés, para luego resucitar con cada uno de ellos para la gloria celestial.


    Entendiendo que, Moisés debía morir en el desierto junto con Israel antiguo, porque ellos se volvieron uno con familias de las naciones antiguas y modernas en necesidad de entrar a Canaán, como la semilla santa de nuestro Padre celestial, plantada en
    Canaán, y el Mesías muera clavado a ellos sobre la cruz, para resucitar en el tercer día, y vivir finalmente para la eternidad. Ciertamente, esto fue importante para nuestro Padre celestial, tener a Moisés muriendo en el desierto de Sinaí entrando a
    Canaán, pero muerto ante puertas de Canaán, porque su Hijo Jesucristo iba a nacer sin pecados para vivir virgen, bautizado virgen: destruyó a Satanás y la muerte virgen sobre la cruz del monte de Jerusalén, entonces nos entregó victorias de su vida
    virgen para la eternidad.


    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba a Moisés muerto antes de entrar por puertas de Canaán, y enterrado en un monte cercano antes de entrar a Canaán, ya que Él no quería que nadie supiese en donde él fue enterrado finalmente, y así,
    Israel jamás haga un santuario para adorarlo a él, mas bien, ellos necesitaban adorarlo únicamente a Él por el Mesías venidero. Consiguientemente, nuestro Padre celestial necesitaba a Moisés muerto con Israel antiguo en el desierto, integrado
    enteramente con naciones antiguas y modernas, porque ellos escaparon del cautiverio egipcio para abandonar pecados de cada uno de ellos en el bautismo del Mar Rojo, pero igualmente, ellos necesitaban entrar a Canaán con la humanidad entera únicamente
    para vivir nuevamente junto con abundantes riquezas cotidianas en sus tierras natales.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba que su Hijo Jesucristo naciera nuevamente en Canaán, pero esta vez de la hija virgen de David, porque él necesitaba nacer virgen, y vivir su vida virgen para la humanidad entera, bautizado virgen en el Jordá
    n, destruyó a Satanás y la muerte finalmente sobre la cruz del monte Jerusalén, y las naciones vieron vida nuevamente sin el pecado para siempre. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel antiguo con la humanidad entera, renaciendo, como
    su semilla santa, llevando finalmente su santo nombre sobre la cruz del monte Sion, en Canaán, y con perfecta santidad celebrar sus Sábados con las naciones en el corazón de su nueva tierra, para su reino venidero de su amor por sus hijos en la Creaci
    n, pero sin pecados perpetuamente.


    Efectivamente, nuestro Padre celestial empezó a celebrar sus días Sabatinos con Israel antiguo, como uno con familias de las naciones antiguas y modernas, con su Hijo Jesucristo clavado a la cruz del monte Jerusalén, en Canaán, entonces su nacimiento
    virgen, vida, poderes, conquistas, victorias sobre Satanás, ángeles caídos, la muerte y el infierno se tornaron en sus días Sabatinos, enriqueciendo la tierra enteramente siempre. Concluyentemente, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hombre,
    mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones no solamente declaradas perfectas y santas, como Él es perfecto y santo siempre ante su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, Él los necesitaba enriquecidos toda una vida
    con riquezas conquistadas en su Lugar Santísimo, su reino de amor eterno.


    Justamente, al nuestro Señor Jesucristo ser clavado a la cruz, entonces Israel con cada antiguo y moderno hombre, mujer, niño y niña de las naciones, recibieron su carne sin pecados y sangre expiatoria, haciéndolos a ellos perfectos y santos siempre
    en el corazón de nuestro Padre celestial, el corazón de la tierra, pero igualmente en cada día Sábado, enriqueciendo así la tierra con ellos siempre. Milagrosamente, Israel antiguo fue uno con la humanidad entera en poderes del Juramento a Isaac,
    bebiendo aguas amargas de Mara, endulzadas por el árbol yaciendo cerca de él, descendieron postreramente a puertas del infierno, mordidos por serpientes venenosas, nuevamente mordidos por serpientes de bronce con el Mesías en el Lugar Santísimo,
    entonces, todos celebraron el primer Sábado juntos con nuestro Padre celestial muy complacido finalmente.


    Por cuanto, nuestro Padre celestial necesitaba empezar a enriquecer la tierra entera con Israel antiguo y con hijos de las familias de las naciones antiguas y modernas ya todos en el corazón de la tierra, convertido en su corazón santísimo, con su
    Hijo Jesucristo clavado a su cruz, entraron así todos juntos al Lugar Santísimo para celebrar cada Sábado siempre para su nueva tierra venidera. Es decir, que nuestro Padre celestial había declarado a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de
    las naciones perfectos y santos en su Lugar Santísimo, con su Hijo Jesucristo clavado a la cruz del monte Sion, en Canaán, entregando Él mismo riquezas a cada uno renacido del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo, invocando su santo
    nombre siempre.


    Sin duda, cada vez que nuestro Padre celestial desciende a celebrar sus Sábados con Israel antiguo, entonces, Él estará celebrando sus victorias de su cruz contra Satanás, ángeles caídos, la muerte, el infierno y enemigos en contra de cada hombre,
    mujer, niño y niña de familias de las naciones antiguas y modernas, entrando así todos ellos a su nueva tierra ya enriquecidos infinitamente. Realmente, nuestro Padre celestial celebra cada Sabatino con Israel antiguo y la humanidad entera, encontrada
    yaciendo en el desierto de Sinaí, tirando la cruz sobre ellos, yaciendo cerca de aguas amargas de Mara, endulzaron las naciones: seguidamente bebiéndolos Israel, entonces se unieron en poderes del Juramento a Isaac para celebrar el Sábado
    continuamente juntos en la eternidad, enriqueciendo siempre la tierra entera con glorias insondables.


    Legalmente, nuestro Padre celebra sus Sábados con Israel antiguo y con cada hombre, mujer, niño y niña de generaciones pasadas y futuras victorias sobre Satanás, ángeles caídos, la muerte y el infierno, porque viven una vida conociendo únicamente:
    alabanza, amor, paz, prosperidad y riquezas interminables, complaciendo al Padre toda una eternidad, y así, ellos amen, sirvan y honren su santo nombre con perfecta santidad siempre. Objetivamente, nuestro Padre celestial le entregó a Faraón de Egipto
    dos sueños, que solamente alguno de la carne sin pecados de Isaac podía interpretarlas, y este fue José, uno de los patriarcas israelíes, logrando recoger seguidamente riquezas por cada siete años, alimentando así a naciones de la tierra entera
    junto con la humanidad que necesitaba enriquecerse postreramente, para su reino venidero de su amor eterno.


    Palpablemente, poderes, glorias y riquezas que nuestro Padre celestial necesitaba multiplicarlas no solamente en Egipto para que sus hijos vivan bendecidos, recogiendo pecados de naciones antiguas y modernas, para destruirlos en el bautismo del Mar Rojo,
    abandonándolos en el lecho marino, invocando su santo nombre fuegos: pero igualmente, Israel necesitaba incrementar toda riqueza en el Lugar Santísimo, celebrando cada Sábado fielmente sin cesar jamás. Ciertamente, nuestro Padre celestial está
    enriqueciendo cada hombre, mujer, niño y niña no solamente de Israel, pero igualmente de las familias de las naciones cada reposo Sabático, que Él celebra en su corazón santísimo, como en el Lugar Santísimo, enriqueciendo así la tierra entera con
    aquellos ya bautizados en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo.


    Fundamentalmente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Israel antiguo no solamente unidos con antiguas y modernas naciones yaciendo ya en el desierto de Sinaí (porque Adán y Eva pecaron en el paraíso), pero igualmente ellos necesitaban
    ser uno con el bautismo del Mar Rojo en el Valle de los huesos secos, finalmente destruyendo a Satanás en el corazón de la tierra perpetuamente. Físicamente, el bautismo del Mar Rojo cambió el Valle de huesos secos, cuando Israel antiguo descendió a
    él con la humanidad entera, como semilla santa, mordidos fueron por serpientes venenosas, y luego mordidos nuevamente por serpientes de bronce con el Mesías bautizado en el Jordán por Juan, seguidamente celebraron el Sábado en el Lugar Santísimo con
    nuestro Padre eternamente complacido contigo en su nueva tierra.


    Misericordioso, nuestro Padre celestial empezó a celebrar su primer Sábado con Israel antiguo y con la humanidad entera una vez perdida, pero ahora encontrada en poderes del Juramento a Isaac, celebrado en su corazón santísimo del corazón de la
    tierra, incrementando así en el Lugar Santísimo: poderes, glorias y riquezas interminables para todos en la tierra entera en cada Sábado celebrado victoriosamente siempre. Visto que, este es el Sábado que nuestro Padre celestial lo trabajo
    fuertemente con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo para hacerlo posible en el corazón de la tierra, debajo de Canaán, con su Hijo Jesucristo clavado a la cruz del monte Sion, empezó a abrazar: amando, bendiciendo a sus hijos, enriqueciéndote a
    ti con tus amados en la tierra entera con salvación eterna.


    Y es aquí. Cuando nuestro Padre celestial realmente empezó a amar, bendecir y enriquecerte a ti junto con tus amados, vecinos y amistades, porque “Él quitó todo pecado en el primer Sábado”, clavando a su Hijo Jesucristo virgen a su cruz del
    monte Sion, en Canaán, viendo Israel antiguo vida nuevamente con las naciones en su Sábado, enriqueciendo la tierra entera continuamente siempre, desde aquel Sábado memorable. Entendiendo que, Lucifer junto con la muerte y los ángeles caídos aun
    trabajan arduamente para empobrecer la tierra para su reino de tinieblas, porque: si él logra que todas las familias de las naciones, incluyendo a Israel entero, sufran la necesidad de agua y de alimentos, entonces, él puede destruirlos a ellos con
    pobreza extrema, reinando así sobre ellos, maldiciéndolos para la eternidad finalmente.


    Sin embargo, nuestro Padre celestial aun sigue enriqueciendo la tierra entera sin parar jamás, empezando con Israel que adoptó naciones antiguas y modernas yaciendo en el desierto de Sinaí porque Adán y Eva pecaron, comiendo del fruto prohibido,
    entonces les dio Él mismo a comer su maná y agua de su roca salvadora, destruyendo el veneno del fruto prohibido en ellos eternamente al fin. Realmente, nuestro Padre celestial celebra aun con Israel antiguo y con cada antiguo y moderno hombre, mujer,
    niño y niña su Sábado en Canaán, como el primer Sábado, porque su Hijo Jesucristo fue clavado a su cruz con ellos, para amarlos, bendecirlos y enriquecerlos sin pecado alguno en la tierra entera, formando así su reino de amor que exalta su santo
    nombre con perfecta santidad siempre.


    Verdaderamente, es importante para ti, tus amados, vecinos y amistades, que se bauticen en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, abandonando la carne pecadora, que comió del fruto prohibido, para recibir la
    carne sin pecados, que comió del maná y bebió de la roca de salvación, y así, tú seas amado, redimido y enriquecido cada Sábado siempre. Realmente, nuestro Padre celestial empezó su primer Sabatino en Canaán con su Hijo Jesucristo victorioso
    sobre Satanás y la muerte, clavado sobre la cruz del monte Sion, recibiendo a sus hijos, incluyéndote a ti con tus amados, vecinos y amistades en el Lugar Santísimo: amándolos, enriqueciéndolos y prosperándolos siempre, pero sin pecado alguno,
    enriqueciendo la tierra entera con ellos para descender a Canaán ya pronto.


    Ciertamente, es importante, que tú seas bautizado en agua junto con tus amados, vecinos y amistades en tu tierra natal, porque nuestro Padre celestial ya ha amado, redimido y enriquecido a cada uno de ellos con bendiciones de riquezas insondables, desde
    la gloria angelical y de riquezas cotidianas de Canaán, enriqueciendo tu vida enteramente siempre, pero tú debes estar bautizado en agua ya. Por su gracia, nuestro Padre celestial ya ha declarado a cada islámico, sintoísta, budista, hindú, taoísta,
    cristiano, hebreo y demás perfectos y santos, clavando a su Hijo Jesucristo sobre su cruz, que es Israel antiguo con la humanidad entera en su Lugar Santísimo infinitamente enriquecidos: celebrando así siempre victorias sobre Satanás, muertes,
    pobrezas, enfermedades y el infierno al enriquecerte a ti toda una vida entera.


    Verdaderamente, bautizado en agua, invocando tú mismo su santo nombre fuegos, entonces, palabras vivas del Juramento a Isaac entraran en tu pecho llenas de su amor infalible, poderes, sanidad, riquezas y otras bendiciones, así como hizo con el corazón
    de la tierra, tornándolo en su corazón santísimo, logrando finalmente celebrar sus días Sabatinos contigo en su Lugar Santísimo, con perfecta santidad cada vez y siempre. Definitivamente, cada sábado, tú eres amado junto con los tuyos, vecinos y
    amistades de las naciones (sin olvidar a nadie), porque: Él enriquece la tierra enteramente con poderes del Juramento a Isaac, que es su corazón santísimo derramado sobre la carne sin pecados de Isaac, tocando tu vida hoy, bautizado ya en agua, y
    riquezas con mucho amor y alegrías interminables vengan a ti siempre. ¡Amén!


    On SABBATH the OATH SWORN to Isaac’s powers enriches ISRAEL and YOU (gentiles) with the entire EARTH:


    Graciously, our heavenly Father’s holy heart was suffering for losing His children to Lucifer and his lying serpent that deceived Eve later to deceive Adam and the children through the generations that were going to love Him and His Son Jesus Christ
    along with the Holy Spirit with His amazing unfailing-love in which they were born initially only knowing worship, happiness and endless richness. Therefore, our heavenly Father needed to pour His amazing holy heart’s love towards His children that had
    descended to live on earth, when they were supposed to be born in paradise only to know Him, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, so they may fill His entire angelical kingdom with happiness that had been unfoturnately attacked and hurt with Lucifer
    s sin.



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