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    From Elio I. Valarezo@21:1/5 to All on Fri May 28 21:20:35 2021
    Sábado, 29 de Mayo, 2021 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    YESHUA (Jesucristo) necesita enriquecer la tierra entera contigo en Canaán, cuando Satanás necesita destruirla con tu pobreza.


    Nuestro Padre celestial necesitaba a los doce patriarcas israelíes nacidos en Canaán, por la carne sagrada, huesos inquebrantables y sangre expiatoria de Isaac, para recoger los pecados de antiguas y modernas familias de las naciones cometidas en
    contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, destruyéndolos en el bautismo del Mar Rojo, finalmente removiendo a Satanás y la muerte de la tierra perpetuamente. Uno de los patriarcas fue José vendido por veinte monedas de plata a una
    caravana madianita, pasando cerca de sus hermanos en aquellos días, los otros once patriarcas necesitaban destruirlo, por interpretar un sueño, en donde el sol y la luna, padre y madre, se humillaban delante de él con once estrellas, sus hermanos;
    entonces, ellos lo envidiaban porque sus padres lo amaban mucho.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial había hecho que José sea vendido a la caravana de madianitas finalmente para que sea vendido a Potifar de los egipcios, porque Él le iba a entregar sus sueños a Faraón, y él tenia que estar entre los egipcios
    para interpretarlos, porque nadie más podía interpretarlos a no ser que sea nacido en Canaán. Dado que, únicamente hijos nacidos de su semilla santa, por poderes del Espíritu Santo, en Canaán, podían entonces trabajar con sus cosas, que Él estarí
    a haciendo en Canaán o en otros lugares de la tierra entera, por ende, nuestro Padre celestial debía tener a José, uno de los patriarcas, viviendo en Egipto ya para interpretar sus sueños, enriqueciendo a la humanidad entera en generaciones vendieras.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial solamente fluye con su Espíritu Santo y riquezas del cielo arriba y de Canaán con su semilla santa, nacida del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, como la carne sagrada y la sangre expiatoria de Isaac,
    bendiciendo a Israel enteramente, pero igualmente familias de las naciones, y así, su reino sea establecido en la tierra finalmente con riquezas interminables. Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial tener a José vendido por sus
    hermanos, que lo envidiaban por sus sueños, que él había tenido con ellos, humillando a Jacobo su padre y a su madre, pero igualmente, ellos (sus hermanos) fueron ofendidos por él, que lo único que ellos querían era removerlo a él de la familia
    por completo.


    Además, estas fueron cosas que nuestro Padre celestial hizo en aquellos días, que la familia de Jacobo no entendía, empero, todo siguió su curso entre miembros de la familia, así como Él lo había planeado, que tenían que suceder, para que los
    hijos prometidos nazcan en el cautiverio egipcio, llevando pecados del mundo entero al bautismo del Mar Rojo para destruirlos, abandonarlos, olvidándolos para siempre. Esto fue importante, que nuestro Padre celestial necesitaba lograr con Israel en el
    cautiverio egipcio de cuatrocientos años, porque con la carne sagrada y la sangre expiatoria nacida por el Juramento a Isaac, entonces ellos lo lograrían todo, entendiendo que, cada hijo suyo antiguo y moderno de Israel y de las naciones renació de É
    l, por el derramamiento poderoso del Juramento a Isaac.


    Inicialmente nosotros nacimos de nuestro Padre celestial, cuando Adán y luego Eva con sus hijos llenaban la tierra de vida, sin embargo, por pecar, Él volvió a darles vida a sus hijos de Israel y de las naciones, aunque ya casi todos yacían en el
    infierno tormentoso, sin conocer su santo nombre fuegos y su bautismo mandatario de agua, salvándolos finalmente de perdición eterna. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba darles vida nuevamente a Adán y a Eva junto con sus hijos mundialmente,
    derramando su corazón santísimo sobre Isaac, nacido del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, viviendo así nuevamente todos ellos, aunque ya muertos en el infierno, pero vivir nuevamente con su semilla santa, como carne sagrada de Isaac y
    llena de poderes del Juramento siempre.


    Verdaderamente, nuestro Padre celestial tenia que darte vida nuevamente a ti y a tus amados, vecinos y amistades, al llamar a Abraham al monte santo de Jerusalén, descansando sobre el monte Moriah, para ofrecer a su único hijo Isaac, como una ofrenda
    encendida, en donde Él daría vida nuevamente a cada hijo suyo, pero con la tierra llena de sus riquezas únicamente. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente darle vida nuevamente a sus hijos, empezando con Adán y Eva junto con sus
    hijos de las familias de las naciones del mundo entero, cuando Isaac yacía sobre su altar, como sacrificio ofrecido por su propio padre Abraham, como una ofrenda encendida hacia Él en la gloria celestial, pero igualmente, Él tenía que entregarnos
    riquezas inagotables.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba enriquecer su vida no solamente con Abraham, porque el nacimiento de Isaac del vientre estéril de Sarah, pero igualmente, Él darte vida a ti junto con tus amados finalmente para ver vida solamente conociendo
    amor, rodeado de riquezas de su corazón santísimo inclinado hacia ti siempre en la tierra, teniéndote así a ti ascendiendo hacia la gloria celestial, finalmente justificado. Visto que, nuestro Padre celestial conocía que Satanás junto con sus á
    ngeles caídos y la muerte empobrecería a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel nacido del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, pero igualmente, empobrecería a las naciones, estableciendo así su reino de tinieblas desde del
    infierno, maldiciendo toda vida en la tierra entera; por ello, Él necesitaba verte renaciendo nuevamente.


    Por lo tanto, nuestro Padre celestial tenia que enfrentarse a Satanás y a sus ángeles caídos junto con la muerte en el corazón de la tierra, derrotándolo así con sus poderes diabólicos, acumulados para destruir a cada hombre, mujer, niño y niña
    de todas las familias de las naciones, empezando con Israel, estableciendo su reino de tinieblas para arruinar toda vida en la tierra perpetuamente. Definitivamente, Satanás junto con sus ángeles caídos ha decidido que el santo nombre fuegos de
    nuestro Padre celestial falle en ser amado, servido y adorado, por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo en la vida de sus hijos, que Él ha dado de su imagen y de su alma santísima, logrando así que la tierra entera sea su dulce hogar
    postreramente.


    Realmente, para que Satanás lo logre, y esto es de tornar la tierra en contra de nuestro Padre celestial y de su santo nombre fuegos, para que jamás sea amado, servido y alabado, por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo en el corazón, vida y
    espíritu humano de sus hijos israelís y de las naciones, entonces, él tenia que destruirla con abundante hambruna. Puesto que, Satanás destruiría la tierra entera, si él lo quisiera así con la carne pecadora que comió del fruto prohibido, del á
    rbol de la ciencia del bien y del mal, porque ella le obedece a él y a sus espíritus inmundos en cada hombre, mujer, niño y niña, que haya fallado en conocer a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo.


    Sin embargo, nuestro Padre celestial puede enriquecer la tierra entera con su semilla santa, como cuando Isaac nació del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, que cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las naciones recibirá
    perfectamente bautizándose en agua en las bañeras de sus hogares, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo. Por lo tanto, nuestro Padre celestial puede realmente enriquecer tu vida, amados, vecinos y amistades,
    renaciendo del bautismo en agua, entrando tú mismo en la bañera de tu hogar, la piscina, el río, la playa o cualquier otro cuerpo de agua, suficientemente grande para sumergirte instantáneamente emerger de él: bendecido, perdonado de tus pecados y
    lleno de riquezas de Canaán cada día, y siempre.


    Porque esto es solamente posible, entrando tú en la presencia santísima de nuestro Padre celestial, viviendo una vida bendecida del cielo arriba y de riquezas cananeas, que diariamente te pertenecen a ti, tornándote así en su perfecta voluntad en la
    tierra con su semilla santa, que es la carne sagrada de Isaac y llena del Espíritu Santo, conociendo siempre amor de Padre a hijo continuamente. Por eso, es que nuestro Padre celestial llamó a Abraham a entrar en Canaán, porque es únicamente en esta
    tierra gloriosa, en donde su presencia asombrosa fluye en ti, tus amados, vecinos y amistades, y así, tú vivas su vida eterna, que es su perfecta voluntad para manifestarse diariamente en la tierra entera, especialmente en tu país natal, enriquecié
    ndote a ti sin fallar jamás.


    Realmente, Canaán es una tierra especial, en donde el pecado falla en existir toda una eternidad, por eso fue escogida por nuestro Padre celestial no solamente para su Hijo Jesucristo nacer del vientre estéril de Sarah como Isaac, por poderes del Espí
    ritu Santo, pero igualmente, Israel como su nación junto con las familias de las naciones, logrando así vivir Él mismo con ellos, eternamente amado. Aquí es donde. Nuestro Padre celestial manifiesta su amor infalible de su corazón santísimo hacia
    ti, amados, vecinos y amistades, entonces, al cada uno vivir en su presencia santísima, finalmente gozaran de amor, paz, riquezas, prosperidad y alegrías—porque su presencia atrae estas bendiciones hacia ti siempre, conociendo finalmente tú mismo,
    como vivir y gozar su misma vida santísima, amándote a ti siempre y sin fallarte jamás.


    Realmente, es aquí, en donde nuestro Padre celestial podrá realmente amarte junto con tus amados, vecinos y amistades, porque es en su mismo corazón santísimo de su amor infalible que Él ya te ha bendecido a ti con su Juramento a Isaac, derramado
    enteramente sobre la carne sagrada y sangre expiatoria de Isaac, abrazándote finalmente hoy con su amor fraternal y con riquezas inagotables. Porque este es el amor infalible, que solamente existe en el corazón santísimo de nuestro Padre celestial, y
    en que tú serás bendecido por Él en Canaán y sin pecado alguno en su dulce hogar siempre, en donde Él ha planeado vivir contigo y con tus amados diariamente, enriqueciéndote así a ti siempre, porque: enriqueciéndote grandemente, entonces su santo
    nombre fuegos será glorificado infinitamente.


    Como opuesto a voluntad de Satanás, que necesita empobrecer la tierra, porque él entiende, que nuestro Padre celestial creó cielos y tierra no solamente para tener a sus hijos renacidos en Canaán, pero igualmente, tener su santo nombre fuegos amado,
    servido y honrado por el amor infalible de su corazón santísimo, entregándole así a Él nuevas riquezas, glorias y alegrías jamás tocadas por el pecado. Evidentemente, es la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial no solamente bendecir a cada
    uno de Israel y de las naciones en Canaán, bautizados en agua en sus bañeras hogareñas, piscinas, ríos o playas, porque sólo entonces Él los enriquecerá en riquezas abundantes de Canaán, enriqueciendo sus tierras natales, finalmente recibiendo la
    tierra entera su nuevo reino del amor eterno, enriquecido ya contigo infinitamente.


    Divinamente, nuestro Padre celestial es El Dios Todopoderoso de grandes riquezas en la gloria celestial y en la tierra entera, pero desde Canaán únicamente, enriqueciendo a cada nación, aunque ya estén yaciendo en el infierno tormentoso, muertos por
    pecar, sin embargo, Él aún puede levantarlos a vivir nuevamente, pero con riquezas cananeas, vistiendo su carne sagrada, en donde el pecado no existe toda una eternidad. Así es como, nuestro Padre celestial ha planeado enriquecerte a ti junto con tus
    amados, vecinos y amistades en tu país natal, teniendo así la tierra entera recibiendo su reino de su amor infalible por sus hijos, conociendo únicamente: amor, paz, riquezas, prosperidad y alegrías del corazón, bendiciendo finalmente su santo
    nombre fuegos apropiadamente en sus vidas individuales, finalmente justificados para siempre.


    Positivamente, estas son riquezas, que nuestro Padre celestial ya decretó para ti poseer hoy, ya derramadas desde su corazón santísimo sobre la cruz del monte Sion, descansando sobre el monte Moriah, con Abraham ofrendando a su hijo Isaac, como una
    ofrenda encendida hacia Él, porque Él necesitaba gozarse con sus hijos, incluyéndote a ti con tus amados en el cielo y junto con sus ángeles. Ahora, la razón porque nuestro Padre celestial necesitaba tener a Abraham ofrendando a su único hijo Isaac,
    como una ofrenda encendida hacia Él en la gloria celestial, fue porque Él ya había vivido su vida no solamente con Abraham, Sarah y su hijo Isaac, pero igualmente con el resto de Israel, y así, Él mismo gozarse con ellos en sus riquezas junto con
    sus ángeles.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial tenia que haber tenido ya viviendo su vida santísima por la carne sagrada y la sangre expiatoria de Isaac, y llena de poderes de su Espíritu Santo, con Abraham y Sarah, pero igualmente con los hijos prometidos
    en generaciones futuras, y así, Él aprobar la presencia de ellos con Él y en la gloria angelical, finalmente alcanzando las familias gentiles. Es decir, también que nuestro Padre celestial siempre ha tenido a cada uno de nosotros de las familias de
    las naciones, porque hemos nacido de su imagen y de su alma santísima, por ende, nosotros podemos regresar a Él para vivir su vida gloriosa, que siempre nosotros hemos gozado con Él en la gloria angelical antes que huestes angelicales existiesen.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial posee poderes legales para hacer regresar a sus hijos a Él, y con Abraham llamado a vivir en Canaán, bendiciéndolo, como a uno que jamás había conocido bendiciones, finalmente su Hijo Jesucristo nació como Isaac
    del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, introduciendo así su carne sagrada: vistiendo a sus hijos con salvación perfecta y riquezas en la tierra. Ciertamente, nuestro Padre celestial realmente necesitaba a la casa de Israel naciendo,
    pero primero Él tenia que haber tenido a los doce patriarcas israelíes en Canaán, descendiendo luego todos ellos a uno de sus hermanos, José, viviendo ya en Egipto, como el segundo en mando ante Faraón, porque él necesitaba poseer poderes para sus
    once hermanos verlo a él con riquezas de Canaán.


    Históricamente, José había interpretado dos sueños de Faraón, procediendo de nuestro Padre celestial, diciéndole no solamente a José, pero igualmente a Israel y a las naciones, que Él mismo enriquecería la tierra entera, empezando en Egipto,
    porque los doce patriarcas tenían que descender a vivir en Egipto con grandes poderes, por ello, riquezas asombrosas vendrían cada siete años, enriqueciendo la humanidad entera amorosamente infinitamente siempre. Considerando que, nuestro Padre
    celestial derramó poderes del Juramento a Isaac desde su corazón santísimo sobre Isaac yaciendo sobre la cruz del monte Sion, descansando sobre el monte Moriah, ante Abraham y huestes angelicales que observaban desde la gloria celestial, el evento
    desarrollarse, bendiciendo a Israel y las naciones en una carne sagrada finalmente, entonces riquezas encontraron su camino hacia la tierra finalmente para siempre.


    Verdaderamente, nuestro Padre celestial ya te había amado, bendecido y enriquecido a ti aun cuando no habías nacido del vientre de tu madre, porque al bautizarte en agua en tu bañera hogareña, piscina, río o playa cercana, una vez que tú recibas la
    carne sagrada de Isaac, bendecida enteramente por el corazón santísimo del Padre, como con poderes del Juramento a Isaac, entonces enriquecerás siempre. Realmente, nuestro Padre celestial te ha amado, bendecido y enriquecido a ti junto con tus amados,
    vecinos y amistades con poderes del Juramento a Isaac de su corazón santísimo, que Él personalmente derramó ante Abraham y ante las huestes angelicales, observándolo todo desde la gloria celestial: logrando Él mismo bendecirte a ti en estos días
    con solamente bautizarte en agua, invocando su santo nombre todopoderoso.


    Es decir, también que nuestro Padre celestial ha amado, bendecido y enriquecido ya a cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, empezando con Israel, porque al Él derramar su Juramento a Isaac de su corazón santísimo,
    entonces, Él te bendijo a ti con su amor infalible y lleno de riquezas del cielo arriba y de Canaán también. En otras palabras, nuestro Padre celestial ya ha amado, bendecido y enriquecido a los musulmanes, hindús, budistas, taoístas, islámicos,
    cristianos, hebreos y a todos mundialmente, sin embargo, aunque tú ya has sido bendecido poderosamente en la gloria con huestes angelicales y en la tierra con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, engañándote Satanás: tú vives sin jamá
    s conocer esta verdad todopoderosa en ti.


    Porque Satanás ha traído a ti familias satanistas, ejecutando brujerías continuamente, como diariamente sin que tú lo sepas jamás del mal logrado sobre ti y tus amados, incluyendo vecinos y amistades, y así, creas en gente endemoniada, ídolos y
    altares del infierno, en vez, de conocer su amor infalible, manifestándose hacia ti en su carne sagrada y con poderes para salvarte del pecado ahora mismo. Realmente, nuestro Padre celestial te necesita a ti escapando de estos males, que vienen hacia ti
    y tus amados, y tú escaparas de todos ellos, bautizándote en agua, invocando su santo nombre fuegos de perfecta santidad, y así, tú vivas tu vida en la carne sagrada de Isaac, que siempre estará en su presencia todopoderosa: defendiéndote, amá
    ndote y ayudante en toda la tierra para siempre.


    De otro modo, tú continuaras viviendo tu vida cotidiana con la carne, heredada de Adán y de Eva, en donde Satanás opera con sus ángeles caídos y la muerte, porque ambos comieron del fruto prohibido en el paraíso, por ello, tú tienes que renacer
    del bautismo en agua para tener la carne sin pecados únicamente para amar, prosperar con riquezas sin fin hoy, y siempre. Realmente, la carne que nuestro Padre celestial cubrió el cuerpo de Adán fue lodo, polvo, regresando a él siempre, comiendo de
    sus frutos, finalmente te reclama a ti en tu ultimo día, sin embargo, con la carne sagrada de Isaac, entonces, tú habrás renacido del Padre y del Espíritu Santo, bautizándote en agua, invocando su santo nombre fuegos, reclamándote finalmente
    glorias angelicales para la eternidad celestial.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesita enriquecer cotidianamente tu vida en la tierra con tus amados, vecinos y amistades de la humanidad entera, cuando Satanás lucha para que tú vivas siempre en la necesidad de todas las cosas, empobrecié
    ndote, porque realmente él necesita empobrecer la tierra entera, deteniendo así su enriquecimiento para que jamás sea el dulce hogar del Padre y de sus hijos. Definitivamente, nuestro Padre celestial estará descendiendo ya pronto para vivir su vida
    eterna, personalmente confiada a sus hijos de Israel y de las familias del mundo entero, porque Él ha derramado su Juramento a Isaac no solamente sobre la carne y sangre expiatoria de Isaac, pero igualmente sobre sus hijos bautizados en agua, invocá
    ndolo, para conocerlo a Él, y contigo enriquecido será Él honrado siempre.


    Francamente, nuestro Padre celestial te estará llamando a ti a vivir sus grandes riquezas ya derramadas sobre la carne sagrada y sangre expiatoria de Isaac, porque la carne sagrada con su sangre ha derrotado a todo enemigo intentando empobrecerte a ti y
    amados, por ende, tú fallaras en conocer la vida que te enriquece siempre y conoce glorias de su santo nombre en la tierra. Amorosamente, nuestro Padre celestial te estará dando su misma vida eterna que ha derrotado a Satanás, ángeles caídos y la
    muerte en la gloria angelical, como cuando Lucifer lideraba una rebelión angelical sobre Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo para atacar su santo nombre fuegos, pero él falló en su intento, logrando ser expulsado de su presencia santísima
    para siempre.


    Es decir, que también nuestro Padre celestial ha decretado que tú renazcas, bautizado en agua y del Espíritu Santo para entrar a su vida eterna, derrotando a enemigos en la gloria angelical y en la tierra entera, y así, tú vivas una vida gloriosa,
    conociendo únicamente su amor hacia ti, bendiciéndote siempre hasta enriquecerte, enriqueciendo la tierra contigo, como jamás lo fue en la eternidad. En otras palabras, nuestro Padre celestial ha derramado su deseo profundo de su corazón santísimo,
    y esto es que cada hombre, mujer, niño y niña sea bautizado en agua y en su Espíritu Santo para recibir su carne y su sangre reparadora de vida eterna, conociendo únicamente: amor, poderes, prosperidad, riquezas, sabiduría, sanidad, leche y miel,
    inteligencia y alegrías interminables en la tierra entera.

    Si no, tú fallaras en conocer la vida gloriosa, que nuestro Padre celestial ya te ha confiado a ti con tus amados, que realmente está contigo para hacer tus días muy placenteros al suplirte constantemente con riquezas del cielo arriba y de Canaán
    abajo, conociendo así siempre, gozos y vivir ricamente, así como las huestes angelicales siempre han vivido en la eternidad. Seriamente, nuestro Padre celestial necesita enriquecer la tierra entera, empezando todo en Canaán, para su descenso final a
    vivir con sus hijos de las familias de las naciones, que se han bautizado en agua ya, invocando la perfecta santidad de su nombre, que honra eternamente su voluntad perfecta, como con poderes del Juramento a Isaac, enriqueciéndote extremadamente en
    todos tus días para siempre.


    Desdichadamente, nuestro Padre celestial siempre fallara en enriquecer a Canaán, porque la casa de Israel ha fallado en generaciones pasadas vivir sin la presencia de familias satanistas, que siempre ejecutan brujerías, creando tinieblas, bloqueando as
    poderes del Juramento a Isaac, riquezas y glorias que son naturales de Israel y de todo Canaán, enriqueciendo finalmente la tierra entera para la eternidad venidera. Sin embargo, como tú te enteras ya, la voluntad de Satanás junto con sus ángeles
    caídos es de empobrecerte a ti, y así, tú jamás conozcas riquezas, poderes, salud, prosperidad y glorias, otorgadas ya a ti con tus amados por nuestro Padre celestial, finalmente amando, sirviendo y enriqueciendo su santo nombre fuegos, enriqueciendo
    la tierra entera contigo, para Él descender a Canaán ya, su dulce hogar.


    Verdaderamente, si nosotros podemos tener a toda la casa de Israel viviendo sin familias satanistas, que siempre hacen brujerías diariamente, cegándolos a ellos así para que jamás conozcan que poseen una vida gloriosa, que no solamente expulsa
    demonios y gente endiablada de Canaán, pero también de las familias de las naciones, para que finalmente reciban amor, riquezas y alegrías sin fin siempre todos ellos. De otra manera, la tierra entera vivirá continuamente en tinieblas, que familias
    satanistas producen a través de las generaciones, al vivir cerca de Israel, y así, ellos vivan sus días en ceguera espiritual, fallando en conocer, que ellos pueden hacer que Canaán fluya leche y miel para las naciones, cuando son liberados del
    Satanismo y de sus tinieblas de cada día para siempre.


    Diciendo la verdad: Canaán solamente reconoce la semilla santa de nuestro Padre celestial, que es la carne sagrada y sangre expiatoria de Isaac para todo Israel y las familias de las naciones, bautizadas ya en agua, invocando la perfecta santidad de su
    santo nombre fuegos, por lo contrario, Canaán seguirá ignorando la carne pecadora para jamás entregarnos riquezas que el mundo entero necesita progresivamente. Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial tener a todo Israel naciendo en el
    cautiverio egipcio, recogiendo cada pecado de antiguas y modernas familias de las naciones, llevando sus pecados al bautismo del Mar Rojo con Moisés, invocando su santo nombre fuegos, entregado a Él y a Israel sobre el Monte Sinaí, conquistando
    finalmente el corazón de la tierra con riquezas sin fin.


    Legalmente, nuestro Padre celestial pasó por el desierto del Sinaí con todo Israel antiguo, que había recogido los pecados de las familias de las naciones antiguas y modernas, para abandonarlas en el bautismo en agua del Mar Rojo, pero igualmente,
    ellos necesitaban expiar, juzgar y cubrirlos con rituales y ceremonias del Juramento a Isaac de perfecta santidad para que toda alma viviente vea vida nuevamente. Visto que, nuestro Padre celestial personalmente necesitaba expiar, juzgar y cubrir cada
    pecado de pasadas y futuras generaciones con sangre expiatoria de corderos, salpicando con sangre cosas del tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo, en donde Él siempre esperaba por Moisés, su Hijo Jesucristo como Isaac y el sumo sacerdote
    Levita entrando una vez al año para declarar a Israel limpio de pecado.


    Entendiendo que, cada vez que nuestro Padre celestial recibía a Moisés, y al sumo sacerdote Levita una vez al año, entonces, ambos entraban en el Lugar Santísimo para verlo a Él sobre asuntos de Israel, por ello, Moisés entraba frecuentemente,
    cuando era necesario, pero el sumo sacerdote una vez al año en curso, y todos necesitaban entrar con Isaac siempre para resolver problemas instantáneamente. Realmente, Moisés entraba al Lugar Santísimo, cuantas veces lo necesitaba hacerlo así, para
    ver al Padre celestial, porque siempre estaba acompañado del Ángel del Señor, Isaac, y lo mismo fue verdad para los sacerdotes levitas entrando a su presencia santísima, para que Israel sea declarado bendito junto con las familias de las naciones del
    mundo entero en cada año en curso.


    Dado que, cada vez que nuestro Padre celestial logró bendecir a Israel, porque el sumo sacerdote Levita entraría al Lugar Santísimo con Isaac, entonces, igualmente las familias de las naciones eran declaradas benditas en la tierra entera,
    enriqueciendo así la tierra al destruir tinieblas de Satanás, que estaban creciendo en aquellos días para empobrecer la humanidad entera en generaciones venideras, y por siempre. Realmente, después que nuestro Padre celestial terminó sus obras de
    rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac, entonces, Él no solamente bendecida a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y las naciones antiguas, pero igualmente, te bendijo a ti con todos tus amados para nuestros días,
    bendiciendo primeramente a tus antepasados yaciendo en el infierno para ver vida nuevamente pronto.


    Entendiendo que, si nuestro Padre celestial hubiese fallado en tener a toda la casa de Israel en el cautiverio egipcio, recogiendo pecados de antiguas y modernas familias de las naciones del mundo entero, entonces, Él hubiese fallado en expiar, juzgar y
    cubrir tus pecados con sangre expiatoria de carneros, para que tú veas vida nuevamente al enriquecerte con riquezas cotidianas de Canaán. Consiguientemente, fue importante para nuestro Padre celestial descender con Israel antiguo, mordidos por
    serpientes venenosas, entonces, sangrando de heridas mortales, salpicaron la vida ya bendiciendo a familias de las naciones para ser uno en su semilla santa, que es la cruz del monte de Jerusalén, en Canaán, y con su santo nombre fuegos clavado a ellos
    con destino hacia la gloria celestial, eternamente ascienden enriquecidos.


    Con la condición, que nuestro Padre celestial había destruido toda carne con el gran bautismo en agua, que fue el diluvio en días de Noé, destruyendo tinieblas, pecados, maldiciones, Satanás, ángeles caídos y el infierno tormentoso, pero no a sus
    hijos, porque Él siempre los amó a ellos con su corazón santísimo, preguntando siempre que más hay que hacer por su bienestar en la tierra. Ahora, nuestro Padre celestial descendió con toda la casa de Israel sangrando, por mordeduras de serpientes
    venenosas, emergiendo de la arena del desierto del Sinaí, para ser uno con las familias de las naciones ya esperando ayuda sobre postes del infierno tormentoso, uniéndose todos ellos en su semilla santa, emergiendo de su cuerpo glorioso los recibió,
    en Canaán, como hijos suyos al fin para siempre.


    Sin embargo, para nuestro Padre celestial tenerlos a todos ellos regresando a Él, entonces, ellos necesitaban el bautismo del Mar Rojo, convirtiéndose así en una semilla santa plantada en Canaán, cuando su Hijo Jesucristo nació de la hija virgen de
    David, creciendo junto todos ellos con él hasta tornarse en un árbol listo para ser talado por el carpintero del cielo arriba, el Mesías. Realmente, esta era la puerta, que nuestro Padre celestial necesitaba plantada en Canaán, por sus manos santí
    simas, cuando su Hijo Jesucristo nacía de la hija virgen de David, porque él necesitaba vivir una vida santísima, bautizándose en el Jordán por Juan el Bautista en perfecta santidad finalmente, entonces al transferir su perfecta santidad a su cruz,
    bendiciéndote a ti finalmente con tus amados para la eternidad.


    Pensándolo bien, nuestro Padre celestial necesitaba a sus hijos renacidos en su perfecta santidad, que Él nos había otorgado ya a todos nosotros en la carne sagrada y sangre expiatoria de Isaac, poseyendo poderes asombrosos de una vida todopoderosa,
    pero igualmente, es virgen para permanecer en su presencia santísima toda una eternidad, enriqueciendo la tierra entera, como siempre contigo y con tus amados también. Ciertamente, únicamente Isaac lo logró, para todos nosotros antiguos y modernos de
    Israel y de las naciones, para ser perfectos y santísimos, como una virgen: por ende, nacido de un vientre virgen para vivir una vida virgen junto con el árbol plantado en Canaán, por el brazo derecho del Padre, entonces bautizado virgen fue clavado a
    la cruz virgen, en Canaán, destruyendo todo pecado infinitamente.


    Históricamente, fue la virgen Eva en el paraíso, comiendo del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, entonces, debía ser un Hijo Virgen destruyendo todo pecado sobre el árbol, la cruz del monte santo de Jerusalén, en Canaán,
    y así, sus hijos sean vírgenes, al cada uno de ellos bautizarse en agua en bañeras hogareñas, invocando su santo nombre fuegos siempre. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente a todo Israel, pero igualmente a las naciones,
    esperando en tinieblas ver la cruz del monte de Sion con vida nuevamente de su Hijo Jesucristo, clavado a ellos, como el Hijo Virgen de Israel, como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo en un día, derramando toda su sangre expiatoria
    victoriosa sobre el pecado perpetuamente.



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