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    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Fri Jul 3 17:38:42 2020
    Sábado, 04 de Julio, 2020 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    (Felicidades a todos en toda America, en este día glorioso. Happy Fourth of July everyone throughout America, in the name of our Lord Jesus Christ, may you enjoy these wonderful days ahead of great richness that our heavenly Father has granted you
    through His Holy Spirit with His amazing unfailing love from His holy heart that is descending towards you continually until kingdom come. Amen!)

    CANAÁN endulzó días antiguos de la TIERRA, pero: sin el Satanismo en ÉL:

    Entendiendo que, nuestro Padre celestial inmoló a su Cordero escogido, su Hijo Jesucristo, en la gloria angelical antes de la fundación del mundo, porque Él iba a establecer su dulce hogar, en donde sus hijos nacerían por muchas generaciones en la
    tierra, por ende, Él tenía que tener a su Hijo amado inmolado nuevamente, pero en Canaán por un siervo suyo. Por cuando, nuestro Padre celestial buscó entre familias de las naciones por alguno digno, que sea su siervo, dispuesto a tener a su Hijo
    Jesucristo inmolado nuevamente en la tierra, pero esta vez, tenía que ser en Canaán, porque sus hijos renacerían de su tierra escogida, aprendiendo a amarlo, servirle y adorarle a Él y a su santo nombre fuegos por generaciones interminables.

    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba transferir hacia la humanidad entera poderes muy importantes, que Él los había obtenido, cuando su Hijo amado fue inmolado antes de la fundación del mundo, porque Él buscaba siempre bendecir a sus hijos,
    como jamás ellos han sido bendecidos, manifestando así riquezas, poderes y glorias jamás vistas por nadie en el cielo ni en la tierra. Poderes, riquezas, glorias, bendiciones y riquezas inagotables muy importantes, que nuestro Padre celestial
    necesitaba establecerlas en la tierra con una familia dispuesta a oír y obedecer sus palabras de vida, derramándose desde su corazón santísimo y lleno de bondad, bendiciendo a sus hijos antes de nacer, porque ellos necesitaban amar, servir y alabar
    su santo nombre fuegos sobre su altar de su amor eterno.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba crear una nueva tierra con sus hijos renaciendo de su corazón santísimo, pero igualmente, Él los necesitaba renaciendo con su pacto de vida, como el Juramento a Isaac, en donde Él derramaría desde su coraz
    n santísimo: poderes, glorias y riquezas desconocidas por las huestes angelicales, y así, Él vivir con sus hijos sin pecado por una eternidad entera. Por eso, es que nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham que sea su siervo fiel, dispuesto no
    solamente a creer en sus palabras de vida, pero igualmente, llevarlas a cabo todas ellas fielmente, complaciéndolo así a Él en toda verdad, poderes y justicia, que Él necesitaba establecer en la tierra por sus hijos por nacer enriquecidos, pero sin
    pecado alguno.

    Es decir, que nuestro Padre celestial iba a tener a sus hijos naciendo con la carne sagrada y la sangre expiatoria, y así, ellos vivan sus días de vida en la tierra sin pecado alguno jamás, porque este es el Juramento a Isaac, pero, ellos necesitaban
    renacer del bautismo en agua para que esto sea posible en sus vidas por toda la tierra, siempre. Y esto es verdad en nuestros días no solamente con Israel, pero igualmente con las familias de las naciones, que una vez ya bautizadas en agua, invocando la
    perfecta santidad de su nombre, como el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, entonces, ellos vivirán sin pecado en toda la tierra, gozando siempre de dulzuras de Canaán hasta que su reino venga.

    Aquí es cuando, nuestro Padre celestial tuvo a Abraham sacrificando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos palominos sin cortar sobre la roca de salvación, salpicadas con sangre expiatoria, sacrificando un carnero por el Padre,
    uno por el Hijo y otro por el Espíritu Santo, para que sus hijos nazcan, empezando con Isaac a vivir sin pecado alguno siempre. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba introducir en las familias de las naciones no solamente su vida eterna por
    completo, pero igualmente, Él necesitaba establecer sus Diez Mandamientos de Israel y de Moisés en perfecta santidad, y así, ellos vivan una vida gloriosa ante Él, su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y las huestes angelicales en toda la tierra.

    Evidentemente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, vivida por su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, que no solamente introducía en las familias de las naciones su amor infalible y
    asombroso para toda vida humana, pero igualmente, establecía sus glorias, poderes, riquezas, enriqueciendo a sus hijos de la humanidad entera, empezando en Canaán. Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial tener a Abraham sacrificado
    tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar sobre la roca de salvación, salpicadas con sangre expiatoria, y así, él empiece su sacrificio continuo, que empezó en el reino angelical, siguiendo en Canaán hasta
    quitar el pecado del mundo en un día.

    Ciertamente, este es el sacrificio continuo de nuestro Padre celestial, que Él mismo lo empezó ante sus huestes angelicales, cuando su Hijo Jesucristo era inmolado antes de la fundación del mundo, y así, Él lo continúe no solamente por toda la
    tierra, empezando en Canaán, pero igualmente, por todo su nuevo reino, como su nueva tierra y llena de su amor infalible. Además, nuestro Padre celestial necesitaba abolir el pecado del mundo y de la humanidad, pero sucedería en Canaán, porque fue en
    la gloria celestial, en donde el pecado nació del corazón malvado de Lucifer, por ende, tenía que ser destruido en Canaán, y así, Adán y Eva junto con sus hijos vuelvan a vivir nuevamente victoriosos sobre Satanás y su pecado y la muerte.

    Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hijo nacido de las familias de las naciones sin el efecto del pecado, que había empezado en Adán y en Eva en el paraíso, cuando ambos comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del
    bien y del mal, y así, ellos sean sus hijos legítimos y con perfecta santidad, pero únicamente posible bautizados en agua. Por lo tanto, cuando nuestro Padre celestial tuvo a Abraham sacrificando sus tres carneros sobre la roca de salvación y con sus
    mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, entonces, su Hijo Jesucristo podía nacer del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, y sin el efecto del pecado en la tierra, por vez primera.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba tener el sacrificio de su Hijo Jesucristo conducido desde antes de la fundación del mundo en la gloria angelical, tocando ya las almas de las familias de la humanidad, empezando con Abraham y sus amados,
    porque Él estaba dispuesto a llenar la tierra con su familia divina, que es, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo viviendo con Abraham y con sus amados, como Isaac nacido del vientre
    estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, y así, Él poder vivir su vida eterna con cada hijo suyo, porque Él necesitaba encontrar amor, amor prístino y apasionado, que está en ellos abundantemente, amándolo a Él por una eternidad entera.

    Realmente, nuestro Padre celestial pudo vivir su vida eterna con Abraham y con sus amados, incluyendo vecinos y amistades en la carne sagrada y la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, que había nacido como Isaac entre ellos, y así, Él pueda
    encontrar ese glorioso amor, que siempre ha estado en ellos, finalmente para gozarlo por todo su reino angelical para siempre. Definidamente, nuestro Padre celestial necesitaba amor de su Creación entera, como de sus huestes angelicales en sus millares,
    pero igualmente, Él necesitaba ser amado por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo, como siempre ambos lo han amado a Él, pero ahora, Él necesitaba a sus hijos nacidos de su imagen, amándolo continuamente por una eternidad, empezando en su
    hogar en la tierra.

    Aquí es cuando, nuestro Padre celestial finalmente encontró, lo que Él había siempre buscado por siglos interminables de la gloria celestial, que Él falló en encontrarlo en sus huestes angelicales, porque le fueron rebeldes a Él y a su santo
    nombre fuegos, empezando con Lucifer, pero con sus hijos naciendo de Él, empezó a ver su amor puro, gozándolo con ellos últimamente. Visto que, este es el amor infalible de nuestro Padre celestial, emanando de su corazón santísimo siempre para amar
    a su Hijo Jesucristo, a su Espíritu Santo y las huestes angelicales, pero ahora, Él necesita ser amado por sus hijos, empezando con Adán y Eva junto contigo y tus amados, pues nacieron amándolo a Él, pero amarlo a Él con su roca de salvación.

    Por consiguiente, nuestro Padre celestial lo encontró con Abraham y con sus hijos por generaciones futuras, pero igualmente, Él lo encontró, gozándolo, con los hijos de las familias de las naciones, aunque ellos ya yacían en sus infiernos
    tormentosos, pero viéndolos regresar a vivir únicamente para amarle a Él, como jamás ha sido amado antes. Verdaderamente, este es el amor que nuestro Padre celestial sintió, cuando le dada vida no solamente a Adán y a Eva junto con sus hijos por
    generaciones venideras: sin embargo, desde cuando ellos cayeron en el pecado, por comer del fruto prohibido, entonces, Él tuvo que sacrificar su misma vida, haciendo que ellos regresen a su dulce hogar nuevamente, pero sin pecado para siempre.

    Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesitaba ofrecer su misma vida eterna, como su sacrificio personal por cada hijo suyo de Israel y de las familias de las naciones, y así, Él tenerlos amándolo a Él por edades interminables, empezando hoy
    contigo y con todos tus amados, pero amándolo a Él con sus océanos de amor puro y apasionado de su roca de salvación. Realmente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial siempre amando a sus hijos, nacidos de su imagen, su alma santísima,
    su corazón y de su amor infalible, por ello, Él no pensó dos veces para dar su propia vida para que ellos regresen a vivir nuevamente en su dulce hogar, inmolando a su Hijo amado inicialmente para hacerlo todo posible hoy contigo.

    Es decir, también que nuestro Padre celestial: cuando Él tuvo a Abraham con Isaac yaciendo sobre leñas del monte Sion, descansando sobre el monte Moriah, en Canaán, entonces, Él derramó todo su amor infalible de su corazón santísimo junto con su
    vida eterna, ofrendada ya por sus hijos perpetuamente, llenando así la tierra entera con sus glorias interminables, poderes, dulzuras y riquezas insondables. En otras palabras, cuando el Cordero de Dios fue inmolado antes de la fundación del mundo,
    entonces, nuestro Padre celestial ofreció su misma vida eterna, que jamás conoció el pecado, la maldad o tinieblas, ofrendándolo por sus hijos por el continuo sacrificio de su Hijo Jesucristo, y así, sus hijos escapen todo mal, regresando a Él y a
    su dulce hogar, enriquecidos como nunca antes.

    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham sacrificando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, porque Isaac iba a nacer del vientre estéril de Sarah, por poderes
    del Espíritu Santo, renaciendo luego con hijos de Dios del corazón de la tierra con perfecta salvación, amándolo a Él por una eternidad entera. Realmente, nuestro Padre celestial ya había encontrado a sus hijos, llamándooslo a vivir su amor
    infalible, solamente posible en la roca de salvación, en donde Abraham sacrifico tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, porque Él necesitaba caminar entre las víctimas victoriosas sobre Satanás, pecados,
    maldiciones, enfermedades, conflictos, pobrezas y la muerte en la tierra.

    Legalmente, nuestro Padre celestial tenía que haber tenido ya a su Hijo Jesucristo inmolado antes de la fundación del mundo sobre la roca de salvación en la gloria celestial y ante sus huestes angelicales, como testigos, pagándolo todo no solamente
    por su amor asombroso emanando de Él hacia nosotros, pero igualmente, por cada bendición para vivir enriquecido y con perfecta salvación en la tierra. Ciertamente, este es el amor, que nuestro Padre celestial necesita para ser amado por sus hijos de
    Israel y de las naciones, recibiéndolos ellos mismos de la roca de salvación cada día de sus vidas entre sus familias, porque ya bautizados en agua, entonces, el amor asombroso de la roca será parte de sus vidas siempre, empezando en cada hogar en la
    tierra.

    Ya que, nuestro Padre celestial caminó sobre la roca de salvación con sus tres sacrificios y sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, entonces, Él caminaba, como cuando su Hijo Jesucristo fue inmolado en la gloria celestial,
    proclamando así victoria, porque su unigénito iba a nacer como Isaac y sin pecado, bendiciendo la tierra entera finalmente para siempre. Visto que, esta es la vida gloriosa, que nuestro Padre celestial había deseado siempre vivirla con su Hijo
    Jesucristo y con su Espíritu Santo, pero en cada hijo suyo de Israel y de las naciones, porque esta es su misma vida llena de su amor infalible que nos entrega su santo nombre fuegos: glorias, poderes, honores y riquezas interminables jamás tocadas por
    el pecado.

    Verdaderamente, cada vez que un hijo suyo se bautiza en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, la carne pecadora y el espíritu de error son reemplazados por la carne sagrada y el Espíritu
    Santo, en donde su vida eterna florece en nosotros con poderes asombrosos, riquezas y felicidad inagotable por toda la tierra. Ya que, esta es su propia vida, que nuestro Padre celestial siempre la ha vivido con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu
    Santo por una eternidad junto con las huestes angelicales, pero ahora, Él desea vivirla contigo, tus amados, vecinos y amistades de alrededor del mundo, porque Él ha descubierto glorias nobles, poderes, dulzuras y riquezas jamás tocadas por el pecado.

    Positivamente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, que Él necesitaba vivirla con Abraham, pero igualmente, con sus hijos por generaciones venideras, porque Él necesita salvar a cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de
    las naciones, aunque ellos ya yacen en el infierno tormentoso, más aun así, Él tiene poderes para salvarlos con su vida eterna. En otras palabras, nuestro Padre celestial, con sólo Él vivir su vida eterna enteramente con Abraham, que había
    descendido con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, entonces, Él la vivió con cada hijo suyo de Israel y de las naciones del pasado y del futuro, encontrándolos compatible con Él por una
    eternidad entera.

    Realmente, cuando nuestro Padre celestial vivió su vida eterna con su siervo Abraham junto con sus amados, como Sarah y sus hijos adoptados, vecinos y amistades de cerca y de lejos, entonces, Él no vio pecado, sino únicamente glorias interminables,
    poderes y riquezas por una eternidad entera, y así, Él finalmente viva su vida eterna con sus hijos que verdaderamente lo aman infinitamente. Ya que, tú has nacido de la imagen de nuestro Padre celestial, alma, mente, corazón y vida eterna llena de
    su amor asombroso por ti, tus amados, vecinos y amistades de alrededor del mundo, porque tú has nacido para amarlo a Él únicamente desde tu hogar y tierra natal, pero, amándolo con océanos de amor de su roca de salvación por toda eternidad entera.

    Francamente, nuestro Padre celestial siempre ha buscado su amor infalible no solamente en su Hijo Jesucristo y en su Espíritu Santo junto con los ángeles por el reino angelical, pues sorprendido, veía a Lucifer rebelde hacia su santo nombre fuegos
    junto con una tercera parte de los ángeles, apoyándolo a él en su rebelión que amenazaba el amor y la vida en la Creación. Claramente, desde la rebelión angelical en el cielo, nuestro Padre celestial se interesó en vivir cada día su amor
    infalible con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, pero igualmente, Él necesitaba vivirla por completo con sus hijos nacidos de su imagen, empezando con Adán y Eva en el paraíso, y así, Él conquistar nuevas glorias, poderes y riquezas en su
    Creación.

    Aquí es cuando, nuestro Padre celestial empezó a vivir su vida eterna contigo, tus amados, vecinos y amistades de alrededor del mundo, porque su Hijo Jesucristo había nacido como Isaac con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre
    expiatoria, en donde Él realmente puede vivir su vida eterna enteramente con quienquiera vivirla con Él, eternamente enriquecido en toda la tierra. Legalmente, nuestro Padre celestial ha vivido su vida eterna ya no solamente con Abraham y con sus
    amados, como Sarah y sus hijos adoptados, incluyendo hijos prometidos por generaciones venideras, pero igualmente, contigo, tus amados, vecinos y amistades, hundiéndose aún más profundo en su amor contigo, que Él ya te hizo ascender hacia Él, como
    cuando Abraham ofrecía a Isaac hacia la gloria celestial.

    En verdad, nuestro Padre celestial creó el cielo y la tierra en seis días, pero en el séptimo día reposo de sus obras, de igual manera, Él pudo vivir con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones en siete años,
    que Él aprendió que realmente seria amado por ellos por una eternidad entera. Aquí, nuestro Padre celestial entendió que Él viviría su vida eterna con Abraham y con cada hijo suyo de Israel y de las naciones, que Abraham ascendió al monte santo de
    Jerusalén con su hijo Isaac, ofreciéndolo, como una ofrenda encendida hacia Él y la gloria angelical, llenando así lugares celestiales con su nuevo amor que encontró contigo y con la humanidad entera.

    Verdaderamente, complació a nuestro Padre celestial tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, para ser ofrecido hacia Él en su gloria angelical, porque cuando Abraham ofrecía a su único hijo,
    encendido hacia Él, porque Él había vivido ya su vida eterna contigo, entonces, Él reino angelical te recibió, como hijo legítimo, enriquecido eternamente. En consecuencia, cuando tú eres bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su
    nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, tú habrás abandonado la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espíritu Santo, en donde nuestro Padre celestial ha empezando ya a vivir su vida eterna contigo junto
    con riquezas de Canaán, como siempre será.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial ya te ha bendecido, empoderado y enriquecido grandemente con la carne sagrada, la sangre expiatoria y con toda su vida eterna, que siempre existe, creciendo, en la gloria angelical, conociendo únicamente su amor
    infalible por ti, tus amados, vecinos y amistades, ya seas tú musulmán, budista, hindú, taoísta, cristiano o de cualquier otra fe religiosa del mundo entero. Visto que, nuestro Padre celestial ya ha removido el pecado de sobre de la tierra, por ende,
    no hay pecado que exista en los poderes del Juramento a Isaac, porque Él nos ha entregado su vida eterna junto con su amor infalible, en donde Él únicamente conoce amor, gozo y alegrías contigo, tus amados, vecinos y amistades por una eternidad
    entera, empezando hoy.

    En verdad, no existe el pecado en Canaán de ningún modo, porque Él ha escogido su tierra santa para vivir con sus hijos de Israel y de las familias de las naciones: únicamente conociendo cada día amor, gozo, poderes, alegrías y riquezas
    interminables junto con conocimiento de Dios, sabiduría, inteligencia, leche y miel entre otras bendiciones esenciales, enriqueciéndote continuamente hacia la eternidad angelical. Por eso, es que nuestro Padre celestial le dijo a Abraham, que él iba a
    heredar a Canaán junto con sus hijos prometidos, incontables como las estrellas del cielo arriba, como una tierra fluyendo leche y miel hacia las familias de las naciones, porque la escogió para Él vivir allí, como su dulce hogar y gozo de toda la
    tierra, para siempre.

    En días antiguos, nuestro Padre celestial tuvo a Canaán fluyendo de su dulce presencia, como leche y miel, que es el gozo de la tierra entera, porque Él necesitaba a las familias de las naciones tornándose hacia Él, creyendo en sus palabras vivas,
    enviada a ellos por sus profetas y ángeles santísimos, y así, ellos sean redimidos, pero sólo unos cuantos respondían al llamado. Es decir, también que gentes antiguas de la tierra gozaban dulzuras cotidianas de Canaán, fluyendo libremente por
    toda la tierra, porque así era la manera de nuestro Padre celestial llamarlos a todos, a que regresen a Él, abandonando sus pecados por amor, servicio y alabanza a Él y sus palabras vivas, que Él las enviaba a ellos por sus profetas y sus ángeles
    santos.

    Además, nuestro Padre celestial buscaba, familias que viniesen a Él de todas las naciones de la tierra para amar, servir y alabarlo a Él por sus palabras vivas, enviadas continuamente hacia ellos por sus profetas y por sus ángeles santos, y así,
    ellos entren a su dulce presencia, salvándose al fin de Satanás, pecados, muerte y del infierno tormentoso para siempre. Legalmente, nuestro Padre celestial ayudaba a gentes antiguas a sentir dulzuras de su santo nombre fuegos, encendido sobre todo lo
    alto de su árbol de su amor eterno del monte santo de Jerusalén, en Canaán, enriqueciendo la tierra entera con su Gracia, Misericordia, Verdad y Justicia Divina, endulzando así toda vida humana siempre, creyendo en sus palabras vivas para salvación
    eterna de todos ellos.

    Además, nuestro Padre celestial controlaba Canaán no solamente fluyendo de su dulzura hacia familias de las naciones, dispuestas a creer en sus palabras vivas, que Él siempre enviaba hacia ellos por sus profetas y sus santos ángeles, pero igualmente,
    Él los bendecía a todos ellos con poderosas sanidades, ayudándolos así a vivir una vida maravillosa, pacífica y fructífera por toda la tierra. Ciertamente, lo que nuestro Padre celestial hizo con las familias de las naciones, fue de ayudarlos a
    entender, que solamente Él es el Todopoderoso en la gloria angelical para ángeles y en la tierra para ellos, por ende, ellos siempre tienen que venir a Él por su bendición cotidiana, porque Él endulzaba la tierra entera siempre para que ellos
    conozcan su verdad salvadora.

    Efectivamente, Canaán, en días antiguos, fue conocido, como el gozo de la tierra, porque nuestro Padre celestial fluía en ella con dulzuras de su presencia santísima, como leche y miel hacia cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las
    naciones, incluyendo reinos de animales, y así, ellos vengan a Él, como el Dios Todopoderoso, bendiciéndolos desde el cielo toda una vida. Sin embargo, únicamente unos cuantos entendieron el llamado de nuestro Padre celestial para conocerlo en la
    dulzura de su presencia santísima, como el Dios Todopoderoso de la gloria angelical, y que siempre Él estaba dispuesto para bendecirlos en lo que su corazón deseara, y así, ellos se salvasen para su nuevo reino venidero, que Él siempre soñó
    formarlo con sus hijos obedientes a Él.

    Actualmente: la nueva tierra nace del corazón de la tierra antigua, que una vez fue el Valle de los huesos secos, porque su Hijo Jesucristo finalmente derramó de su sangre expiatoria, quitando el pecado de la humanidad, por ende, no existe el pecado en
    Canaán y en su nueva tierra, en donde su dulzura prevalece, como leche y miel, mucho más que antes. Verdaderamente, días antiguos de la tierra fueron dulces, que las familias de las naciones los gozaban siempre, porque nuestro Padre celestial los
    estaba llamando por sus palabras vivas y por poderes de su corazón santísimo derramando dulzuras continuamente, dulzuras de su amor infalible siempre presente por ellos en Canaán, y así, ellos gocen de sus bendiciones en sus hogares y en sus tierras
    natales.

    Amorosamente, nuestro Padre celestial llamaba a cada hombre, mujer, niño y niña a Él, pero, llamándolos en su dulzura personal, recibiéndolos así, como sus hijos legítimos, porque Él verdaderamente los amaba con amor eterno y, quizá, amándolos,
    como su misma vida gloriosa, haciendo que su corazón se derrame continuamente hacia ellos, y así, ellos lleguen a conocerlo en la dulzura de su presencia santísima. Por eso, es que familias de las naciones antiguas vinieron a conocer a nuestro Padre
    celestial por su presencia santísima, endulzándolos, sintiéndolos ellos a Él en sus hogares grandemente, como leche y miel, y así, ellos venían a Él, salvándolos al fin, porque ellos estaban en peligro del infierno tormentoso, ya que el pecado no
    había sido quitado de la tierra aún.

    Desdichadamente, gente antigua continuo rebelándose en contra de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque ellos estaban gozando de días gloriosos, llenos de la dulzura de su presencia, emanando de su corazón santísimo
    desde Canaán hacia ellos en sus hogares y en sus tierras natales, porque fallaban en manifestar interés en su presencia dulce, llamado y palabra vivas para salvarlos. Francamente, ellos estaban mas abiertos a oír a espíritus seductores, que venían
    hacia ellos de Satanás y de sus ángeles caídos, aunque ellos hacían estos males en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, aun así, Él fue fiel a su llamado para que regresen a Él por la dulzura de su presencia santísima, que
    diariamente enviaba hacia ellos desde Canaán.

    Sé sentida dulzura de Canaán en las naciones, porque no había tantos pecados en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, que Él hacía que Canaán fluyese de su diaria dulzura hacia las familias, logrando que todos regresen a Él para
    encontrar amor, dulzura, entendimiento, protección, paz y salvación eterna en Él, antes de descender al infierno tormentoso, perdidos en pecados. Sin embargo, Satanás junto con sus ángeles caídos y la muerte, hacían que las familias de los días
    antiguos ignorasen el diario llamado de nuestro Padre celestial, que Él normalmente enviaba hacia ellos por sus profetas y ángeles, que el pecado aumento como nunca antes, invadiendo así tierra santa por tinieblas del pecado, y así, Satanás logró
    ennegrecer Canaán con tinieblas del infierno tormentoso.

    Esto hizo que Canaán no siga fluyendo dulzura hacia las familias de las naciones, para que ellos vivan sus vidas con la dulce presencia de nuestro Padre celestial, entregándoles seguridad constantemente, pero igualmente, los ayudaba a ellos con sus
    necesidades cotidianas, entregándoles abundancias de las cosas siempre, por ende, ellos gozaban de riquezas, así como los ángeles en cielo gozan de ellas constantemente, como siempre. Ciertamente, esto fue algo que Satanás necesitaba hacer con sus á
    ngeles caídos y con la muerte, parar, detener el flujo de dulzura de Canaán hacia las familias de las naciones, y así, ellos jamás despierten de sus tinieblas en la luz que nuestro Padre celestial les ofrecía a ellos cada día con la ayuda de su
    Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo.

    Ya que, las familias de las naciones continuaron pecando en contra de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque ellos fallaban en responder a su llamado para obedecer sus palabras vivas, que Él normalmente las enviaba
    hacia ellos por sus profetas y sus ángeles, entonces, el pecado invadió Canaán, haciendo que el flujo de dulzura disminuya en toda la tierra. Tomó años para que Canaán finalmente sea tomado por el pecado y tinieblas, pecados provenientes de todas
    partes de la tierra, que la dulzura que normalmente fluía diariamente se detuvo, porque Satanás lograba controlar a Canaán con familias que le sirven diariamente con brujerías y hechizos, haciendo que Canaán se ennegreciera como nunca antes, dejando
    de ser el gozo de la tierra hasta hoy.

    Conclusivamente, Satanás ha invadido a Canaán con sus familias satanistas, le tomó años, quizá siglos, pero él lo controló, haciendo que el fluir de toda dulzura cotidiana parase hacia las familias de las naciones, por ende, el amor que ellos sent
    an por nuestro Padre celestial moría progresivamente una muerte lenta, mientras el pecado, pobreza y brujerías se regaban por toda la tierra hasta hoy. Gente antigua empezó a morir en la tierra sin realmente conocer su amor infalible, que nuestro
    Padre celestial diariamente a manifestado desde Canaán y hasta que Satanás lo invadió, haciendo que el flujo de su dulzura se detenga, que no solamente ayudaba a todos a vivir una vida gloriosa y abundante, pero igualmente los ayudaba a encontrar amor
    en sus corazones, salvándose así finalmente.

    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba tener su dulce presencia siempre emanando desde Canaán hacia hogares de las familias de las naciones, avisándoles del peligro de morir en pecado, porque el infierno es amargura eterna para toda alma de la
    humanidad, por ende, la dulzura cotidiana de Canaán le decía a cada hombre, mujer, niño y niña de verlo a Él pronto para ser salvados. Por lo tanto, nuestro Padre celestial continúo fallando en alcanzar a las familias de las naciones en toda la
    tierra, porque Satanás había hecho que ellos no solamente pequen en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, ellos habían llenado su dulce hogar, Canaán, con sus pecados, que el flujo de su dulzura no pudo seguir hasta
    hoy.

    Definitivamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, introduciendo no solamente su vida eterna para derrotar a Satanás y a sus seguidores en
    Canaán, pero igualmente, poderes entregó a las naciones para hacerlo así siempre, y dulzura de Canaán fluya hacia ellos nuevamente, pero esta vez mayor que antes. Actualmente, dulzura de Canaán fluirá mayor que las familias de las naciones antiguas
    gozaron, porque nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac y, luego, por la hija virgen de David, por poderes del Espíritu Santo en ambos casos, derrotando a Satanás y la muerte en Canaán, con el fin de que Canaán endulce
    nuevamente la tierra entera, como antiguamente.

    Realmente, una vez que Abraham se sentó a comer del pan y vino con nuestro Padre celestial, servida la Mesa santa por su Hijo Jesucristo en la gloria para que las huestes angelicales se mantengan santas y perfectas siempre, amando, sirviendo y alabando
    su santo nombre fuegos, entonces, nosotros podremos tener dulzura en la tierra nuevamente, y tener dulzura siempre fluyendo eternamente, esta vez. Presentemente, tú junto con tus amados, vecinos y amistades del mundo entero, pueden vivir la vida
    otorgada a ellos ya por nuestro Padre celestial, por la carne sagrada y sangre expiatoria de Isaac, en donde su dulzura fluye desde Canaán hacia cada hombre, mujer, niño y niña, amándole a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, endulzando así
    la tierra entera siempre.


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