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    From IVANIVAN555@aol.com@21:1/5 to All on Fri Jun 5 16:57:59 2020
    Sábado, 06 de Mayo, 2020 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    CANAÁN es MIEL ahora con ISRAEL en la carne sagrada de ISAAC: UNDULZANDO la TIERRA cada día, siempre.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a invocar su santo nombre fuegos en Canaán, porque Él necesitaba que su Hijo Jesucristo naciese en su tierra escogida, pero nacido con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre
    expiatoria, salvando así a sus hermanos y hermanas, incluyendo familias gentiles, regresando nuevamente a vivir: amando, sirviendo, honrando y exaltando su nombre todopoderoso para siempre. Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham:
    amando, sirviendo, honrando y exaltando su santo nombre fuegos con sus amados, como su esposa Sarah y sus 318 hijos adoptados (comprados con dinero de extranjeros), porque él necesitaba expandir el conocimiento del SEÑOR por las familias de las
    naciones, finalmente haciendo que ellos también: amen, sirvan, honren y exalten su santo nombre fuegos por una eternidad.


    Perfectamente, Abraham obedeció al llamado de nuestro Padre celestial, abandonando a sus parientes y su tierra natal por Canaán, porque él iba a sentarse con Él para ser servido por sus Hijo Jesucristo de su Mesa santa pan y vino, como el rey
    Melquisedec, Santidad de Dios, dándole vida así al cuerpo glorificado que eventualmente llenaría la tierra entera con su presencia santísima siempre. Por gracia, nuestro Padre celestial le había prometido un hijo a Abraham, por el vientre estéril
    de Sarah, porque su hijo sería el primero de innumerables de ellos, naciendo en Canaán por generaciones venideras, y ellos necesitaban nacer con la carne sagrada, llevando la sangre expiatoria al monte santo de Jerusalén con perfecta santidad para
    salvación eterna de todos en la tierra postreramente.

    Por cuanto, los hijos de Abraham habían sido llamados a nacer en santidad perfecta para llevar su santo nombre fuegos al monte santo de Jerusalén, finalmente para amarlo, servirlo, honrarlo y exaltarlo ellos mismos, porque ellos nacerían en
    generaciones futuras con la carne sagrada y la sangre expiatoria para ejecutar esta obra salvadora, complaciendo así a nuestro Padre celestial para siempre, en Canaán. Sin embargo, los hijos de Abraham necesitaban nacer con su vida eterna, sus Diez
    Mandamientos de Israel y de Moisés en su estado virgen, para expandir los poderes del Espíritu Santo hacia las familias de las naciones junto con otras bendiciones importantes, que Él mismo tenía que derramar sobre ellos en el monte santo de Jerusalé
    n, descansando sobre el monte Moriah.

    Divinamente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a amar, servir, glorificar y exaltarlo a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo con la roca de salvación, porque él debía sacrificar tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto
    con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, porque su Hijo Jesucristo iba a nacer como Isaac del vientre estéril de Sarah. Empero, nuestro Padre celestial no solamente tendría a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac de Sarah, por su Esp
    ritu Santo, pero igualmente, Él iba a tener a sus hijos naciendo de Israel y de las naciones en la carne sagrada de Isaac, que lo complace a Él en Canaán y en la gloria angelical siempre, quitándole así la tierra entera a Satanás y la muerte
    postreramente.

    Por ende, Abraham tenía que sacrificar tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, porque sus hijos prometidos estaban por nacer liberados del poder del pecado, enfermedades, pobreza, muerte e infierno, y así, ellos
    lleven su santo nombre fuegos al monte santo de Jerusalén, en Canaán, eternamente victorioso sobre Satanás, pecados, enfermedades y sus seguidores malvados. Aquí es cuando. Nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo como Isaac del vientre esté
    ril de Sarah, por el Espíritu Santo, porque sus hijos nacerían uno a uno como Isaac inicialmente, naciendo cada uno de ellos con su vida eterna junto con sus mandamientos santos, todo protegido con poderes de su Juramento a Isaac—pero necesitaban
    bautizarse para que estos poderes trabajen en ellos, sirviéndole a Él siempre.

    Realmente, una vez cada uno bautizado en agua, entonces, ellos habrán renacido en la carne sagrada y la sangre expiatoria, viviendo sus días liberados de poderes del pecado para servir a nuestro Padre celestial y su santo nombre fuegos, así como Isaac
    nació inicialmente sin pecado, sirviendo, amando y exaltándolo a Él y su santo nombre en su vida, así como en el cielo. Presentemente, esto es verdad para cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones, llamados todos al bautismo en agua,
    invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo para integrarse a la carne sagrada de Isaac, que nació en Canaán sin pecado inicialmente por ti y por tus amados, sirviéndole al SEÑOR sin pecado siempre, empezando
    hoy contigo.

    Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, y así, Él no solamente tener la carne sagrada y su sangre expiatoria, pero igualmente, Él
    mismo vivir con cada hijo suyo de Israel y de las familias de las naciones su vida eterna, poderes y bendiciones cotidianas, para siempre. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba conocer, si allí iba a existir algún problema de pecado con sus hijos,
    por lo tanto, Él tenía que descender a vivir con Abraham y su familia, como Sarah y sus hijos adoptados, para vivir con ellos y sus hijos por nacer aun en generaciones futuras, viviendo sus riquezas cotidianas de su misma vida eterna siempre.

    Visto que, nuestro Padre celestial realmente se preocupa por sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, por ende, Él tenía que empezar a vivir con ellos en la carne sagrada y en la sangre expiatoria de Isaac, que está destinada a ser parte
    de sus hijos bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre en la tierra, empezando en Canaán. Ya que, nuestro Padre celestial es suficientemente poderoso no solamente para vivir con su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo junto con sus
    huestes angelicales, pero igualmente, vivir con cada hombre, mujer, niño y niña naciendo en la tierra, y así, Él mismo vivir su vida eterna con ellos sin conocer el pecado nuevamente por una eternidad entera, empezando en sus hogares y con sus amados.

    Es decir, que también nuestro Padre celestial ha vivido su vida eterna no solamente con su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y las huestes angelicales, pero igualmente, Él la ha vivido junto con cada riqueza de Canaán en cada hombre, mujer, niño y
    niña de Israel y de las naciones, encontrándolos a ellos perfectos y santos, así como Él lo es en la eternidad siempre. Visto que, nuestro Padre celestial es la fuerza divina, gobernando no solamente la gloria angelical junto con su Hijo Jesucristo,
    el Espíritu Santo y las huestes angelicales, pero igualmente, Él es la fuerza que regula toda la Creación, es decir, que Él está por todas partes del universo, como las estrellas, asteroides, planetas, lunas y otros lugares gloriosos, escondidos en
    la inmensidad del espacio.

    Actualmente, nuestro Padre celestial conoce el nombre de cada estrella, planeta, luna y sol, entre los millares por el universo entero, además, Él conoce a sus ángeles por sus nombres junto con cada hombre, mujer, niño y niña, empezando con Adán y
    Eva hacia el ultimo por nacer en la tierra y hasta que finalmente desciende a Canaán para vivir con ellos, eternamente enriquecido. Realmente, nuestro Padre celestial descenderá pronto, así como su Hijo Jesucristo, el Espíritu Santo junto con
    importantes huestes angelicales descendieron algunas veces, porque: Él creó la tierra, como cuna de sus hijos junto con su corazón santísimo y riquezas cotidianas por manifestarse siempre desde el corazón de la tierra, como el fundamento de su amor
    infalible por sus hijos hacia la eternidad venidera.

    Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, y así, Él no solamente tener a hijos de Abraham naciendo con la carne sagrada la sangre expiatoria,
    pero igualmente, Él necesitaba tener a las familias de las naciones naciendo con la carne sagrada y la sangre expiatoria siempre. Además, la grandeza de nuestro Padre celestial únicamente puede trabajar con aquellos renacidos en agua, bautizados al
    invocar la perfecta santidad de su nombre, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, para que ellos entonces entren en su vida eterna, viviendo eternamente enriquecidos con Él, su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y sus huestes angelicales
    por toda una eternidad.

    Considerando que, fue únicamente en la carne sagrada y en la sangre expiatoria de Isaac en que nuestro Padre celestial le aseguró a Abraham, que él sería padre de una gran nación, Israel, pero igualmente, de muchas más, porque todas ellas renacerí
    an bautizados en agua para entrar al pacto de vida, que es la carne sagrada junto con poderes del Juramento a Isaac. Justamente, una vez que nuestro Padre celestial vivió su vida eterna con Abraham, Sarah y sus hijos adoptados unos años, porque por la
    carne sagrada y la sangre expiatoria Él necesitaba vivir con cada hombre, mujer, niño y niña de naciones pasadas y futuras, otorgándoles vida eterna instantáneamente, y luego Abraham ascienda con Isaac al monte santo de Jerusalén, descansando sobre
    el monte Moriah.

    Ahora, nuestro Padre celestial necesitaba vivir su vida eterna con Abraham, Sarah y sus hijos adoptados, cuando su Hijo Jesucristo vivía entre ellos como Isaac, entonces, su corazón santísimo fue complacido grandemente de haber vivido con ellos por
    unos años, que estaba listo para derramar de su voluntad perfecta sobre cada hijo suyo, y así, ellos vivan finalmente su vida eterna, infinitamente enriquecida. A tiempo, nuestro Padre celestial llamó a Abraham con su hijo amado Isaac al monte Sion,
    descansando sobre el monte Moriah, porque él necesitaba derramar de su sangre expiatoria sobre sus hermanos y hermanas de Israel y de naciones, porque Él necesitaba que regresen a Él en la carne sagrada para vivir con ellos, infinitamente enriquecidos
    por siempre, pero, empezando en Canaán únicamente.

    Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, y así, sus hijos nazcan en la carne sagrada y sus poderes del Juramento a Isaac, porque Él los necesitaba
    clavados con las naciones a postes del infierno que ya estaban allí, tornándose en una sola carne sagrada para regresar a vivir nuevamente. Amorosamente, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba conquistar a familias de las naciones ya yaciendo
    en el infierno tormentoso, muertos pecadores, cuando ellos pudieron haberse bautizado en agua al invocar santidades importantes de su nombre todopoderoso, quitándolos (pecados) de ellos perpetuamente, sin embargo, ahora Él necesitaba allegarse a ellos
    con el bautismo necesario, porque ellos necesitaban regresar a vivir nuevamente, pero bautizados.

    Definitivamente, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido del vientre estéril de Sarah, como Isaac y con la carne sagrada y su sangre expiatoria, derramando poderes del Juramento a Isaac sobre sus hijos finalmente,
    pero igualmente: Él los necesitaba clavados a postes del infierno, renaciendo de la carne sagrada nuevamente, pero con las naciones y sin pecados para vivir nuevamente pronto. Francamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Abraham
    sacrificando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar sobre la roca de salvación, salpicada con sangre expiatoria, porque Isaac: como hijo de David salpicaría su sangre expiatoria sobre el monte Sion y sus tres
    sacrificios también, removiendo el pecado de la humanidad entera en un día.

    Realmente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham con su hijo Isaac al monte Sion, descansando sobre el Moriah, para derramar de su voluntad perfecta junto con nuevas riquezas, poderes y glorias de su vida eterna en la carne de Isaac únicamente,
    tornando el corazón de la tierra en su mismo corazón santísimo, y así, la humanidad entera vea vida nuevamente en su nueva tierra. Ya que, Lucifer junto con sus ángeles caídos había convertido el corazón de la tierra en uno terrible, emanando
    maldad y terror hacia las familias de las naciones yaciendo ya entre flamas tormentosas, pero igualmente, él sigue atacando a Canaán junto con las familias de las naciones del mundo entero, y así, él expandir su reino de tinieblas para derrotar al SE
    OR algún día.

    Ya que, Lucifer junto con sus ángeles caídos necesitaba continuar controlando el corazón de la tierra, así como su corazón malvado en su pecho para influenciar a Canaán y las familias allí, pero igual, avanzar hacia las familias de las naciones
    con sus ataques usuales de mentiras, brujerías, maldiciones, calumnias, enfermedades, pobreza, guerra y muerte, guiándolos hacia el infierno eterno, eternamente perdidos. Es decir, que: si Satanás junto con sus ángeles caídos podían continuar
    manteniendo control total del infierno tormentoso, debajo de Canaán, como desde cuando fue una vez el Valle de los huesos secos, como puertas al infierno, entonces, él podía haber continuado causando grandes desastres por toda la tierra, destruyendo
    finalmente todas las familias de las naciones enteramente, eternamente y para siempre.

    Sin embargo, desde que Satanás junto con sus ángeles caídos perdieron el infierno tormentoso de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo, el Espíritu Santo y de su Templo sobre la tierra, que somos: tú y yo hoy, invocando la santidad perfecta de
    su nombre bendito, entonces, él está en Canaán con familias satanistas haciendo brujerías a Israelitas y judíos, como cuando controlaban el infierno. Considerando que, Satanás junto con sus familias satanistas, y llenos de ángeles caídos del
    infierno tormentoso, están haciendo sus brujerías cotidianas no solamente para continuar subyugando familias israelitas y judías con sus tinieblas, pero igual con las familias de las naciones, y así, ellos fallen siempre en recibir riquezas ya
    almacenadas en Canaán para ellos gozarlas siempre, gozándolas todas hasta que su reino venga.

    Realmente, como cuando vemos a alguien, grupos, o familias, por ejemplo, sufriendo necesidades de cosas para vivir sus vidas en la tierra, como falta de agua, comida, medicina y todo lo demás, como amor, gozo, verdad, alegría y otras bendiciones
    importantes, entonces, esto significa que Satanás con sus familias satanistas y sus brujerías está impidiendo que riquezas de Canaán lleguen a ellos, hasta ahora mismo. Visto que, nuestro Padre celestial llamó a Abraham con Isaac al monte Sion,
    descansando sobre el Moriah, ofreciéndolo, como su único hijo amado, encendido de su amor eterno, aprendido únicamente de él recientemente, conociendo el amor como nunca antes: entonces, realmente el llamado divino fue para derramar de su corazón
    santísimo su perfecta voluntad en Canaán y sobre ti también, enriqueciéndote hoy, y siempre.

    Visto que, Satanás junto con la muerte y sus ángeles caídos perdieron el Valle de los huesos secos a Israel antiguo yaciendo sobre postes del infierno, mordidos por serpientes venenosas, uniéndose así a familias de las naciones para llevárselas a
    Canaán, protegidas, entonces, Satanás y su gente están en Canaán con sus brujerías, deteniendo estos poderes salvadores, para que jamás toquen tu vida. Ahora, la solución para resolver este problema es simple, y esto es que toda la casa de Israel
    tiene que bautizarse en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, para que el Espíritu Santo y con poderes del Juramento a Isaac, los quiten de Canaán por completo, y para siempre.

    De otro modo, nuestro Padre celestial no permitirá que Canaán fluya leche y miel junto con amor, paz, gozo, alegrías, sabiduría, inteligencia, poderes especiales y otras bendiciones importantes que existen ya en Canaán para cada hombre, mujer, niño
    y niña, y así, Israel sea enriquecido inmediatamente, pero igualmente familias de las naciones junto con sus antepasados, volviendo a vivir nuevamente, enriquecidos eternamente todos ellos. Ya que, nuestro Padre celestial tornó el Valle de los huesos
    secos, como su corazón santísimo, derramado por Él sobre la carne sagrada y la sangre expiatoria, que Israel antiguo luego descendió al infierno, mordidos por serpientes venenosas, que envenenaron a Eva del paraíso y familias de las naciones, ya
    muertas en pecados, pero mordidas postreramente por serpientes de bronce, y salpicadas con vida eterna.

    Así es como: Nuestro Padre celestial había planeado, por gracia, no solamente tener sus hijos de Israel antiguo regresando a vivir nuevamente, porque finalmente ellos recibieron vida otra vez, mordidos por serpientes de bronce, salpicadas con vida
    eterna, que había derrotado a Satanás, pobreza, muerte e infiernos para volver a ver vida en Canaán, enriquecidos eternamente, pero igual, la tierra entera fue bendecida infinitamente. Ahora, naciones antiguas también verán vida nuevamente, así
    como Israel antiguo en su día lo logró, porque ellos tenían que celebrar el Sábado, además, la Pascua y con sus fiestas, que realmente fue Isaac clavado a ellos con serpientes de bronce, entregándoles vida nuevamente, y esta vez eternamente—sin
    embargo, todas las familias de las naciones regresaran en sus días a vivir nuevamente, pronto.

    Presentemente, esto es únicamente posible, cuando la casa de Israel finalmente libera a Canaán de Satanás y de sus familias satanistas y de sus brujerías, haciendo problemas para familias de las naciones mundialmente, además, ellos tienen que
    asegurarse que Canaán falle siempre en fluir leche y miel para que las naciones antiguas jamás regresen a vivir nuevamente del infierno a sus tierras natales. En un día: nuestro Padre celestial removió el pecado de la humanidad entera, cuando tuvo a
    su Hijo Jesucristo clavado a su cruz, que es Israel antiguo con todas las familias de las naciones yaciendo sobre postes del infierno, entonces, Él observó a cada hijo suyo de Israel y de las naciones con su carne sagrada, honorando su santo nombre
    fuegos finalmente, para siempre.

    Verdaderamente, esto es lo que nuestro Padre celestial había esperado ver en todas las generaciones, después de comer del pan y vino de su Mesa santa, servida por su Hijo Jesucristo, como rey de Salem, Melquisedec, y así, Él finalmente tener su santo
    nombre fuegos honrado en la carne sagrada en la tierra, derrotando a Satanás, pecados, maldiciones, enfermedades, pobrezas y muertes perpetuamente. Aquí es cuando: Nuestro Padre celestial finalmente obtuvo eterna salvación para cada hombre, mujer, niñ
    o y niña de Israel y de las familias de las naciones, convirtiéndose todos en una sola carne sagrada, como un árbol, una cruz, sobre el monte santo de Jerusalén, su Lugar Santísimo, en Canaán, y así, Él mismo enriquecer la tierra entera, así
    como el reino angelical lo es infinitamente.

    Por cuanto, estos son poderes del Juramento a Isaac, que nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo junto con su Espíritu Santo, desplegando por ciudades Israelitas y familias hebreas, porque Él necesitaba a su Hijo Jesucristo, como
    Cordero que quita el pecado del mundo, finalmente levantando su santo nombre fuegos con perfectas glorias hacia la eternidad, para siempre. Esto fue algo que, nuestro Padre celestial necesitaba su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con sus apó
    stoles y discípulos ejecutando por todo Canaán, y así, no solamente Israelitas junto con familias hebreas puedan escapar cierta muerte del infierno tormentoso, pero igualmente, las familias de las naciones junto con toda la tierra vieja, manifestando
    su tierra nueva postreramente.

    Entendiendo que, su nuevo reino es su amor eterno por sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, porque ellos vivirán únicamente para conocer dulzura sin fin de su amor infalible, gozos, riquezas y alegrías, dándoles vida a sus hijos,
    como ángeles santos, porque familias bautizadas en agua que comen del pan y vino, llenaran la tierra entera de ellos (ángeles). Por eso, es que nuestro Padre celestial no creó más ángeles, reemplazando los perdidos a Lucifer en su rebelión
    angelical hacia Él, su santo nombre fuegos, su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo, las huestes angelicales y sus hijos, como tú y yo hoy, porque familias bautizadas en agua, comiendo del pan y vino cotidianamente, darán a luz a ellos en millares por
    generaciones venideras.

    Visto que, nuestro Padre celestial necesita muchos de ellos, y así, Él poder no solamente ejecutar sus obras maravillosas en todas las familias de las naciones, pero igualmente, Él necesita crear todas las cosas nuevamente, porque todas las cosas
    viejas jamás volverán a verse, porque todo será creado nuevamente y sin pecado, conquistando así nuevas glorias, poderes y nuevas riquezas nunca antes conocidas. Por lo tanto, fue importante para nuestro Padre celestial tener a toda la casa de Israel
    naciendo en tierra extranjera, como Egipto, porque ellos iban a recoger cada pecado de las familias de las naciones por cuatro siglos, luego abandonarlos en el bautismo en agua del Mar Rojo, y así, Él ejecutar sus maravillas y milagros asombrosos por
    el desierto del Sinaí.

    Entendiendo que, nuestro Padre celestial finalmente entregó su santo nombre fuegos, algo jamás hecho antes con los ángeles ni con el hombre, para que Israel lo invoque, escapando del cautiverio Egipto al fin, pero igualmente, encontrar su camino por
    el bautismo en agua, abandonando la carne pecadora por la carne sagrada, en donde Él hace maravillas cada día en la vida de todos. Por cuanto, nuestro Padre celestial necesitaba expiar, juzgar y perdonar cada pecado con la carne sagrada y la sangre
    expiatoria de cada hombre, mujer, niño y niña de Israel, porque ellos nacieron con poderes del Juramento a Isaac para liberar la tierra entera del pecado en un día, y así, Él finalmente descender a vivir su vida eterna contigo, en Canaán, como
    siempre.

    Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial tener a la casa de Israel cruzando en seco el Mar Rojo, y así, ellos sean convertidos en ciudadanos legítimos de Canaán, porque con la carne sagrada y la sangre expiatoria derramada, mordidos
    todos ellos por serpientes venenosas, entonces, ellos conquistarían el corazón de la tierra, para que su nueva tierra nazca inmediatamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial tuvo a cada hombre, mujer, niño y niña conduciendo rituales y ceremonias
    de perfecta santidad del Juramento a Isaac, porque ellos serían mordidos postreramente por serpientes venenosas, clavándolos a familias de las naciones antiguas sobre postes del infierno, esperando por el rey Mesías que sea mordido también por
    serpientes de bronce, liberándolos así a todos de la muerte para siempre.

    Por ende, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Israel antiguo descendiendo al Valle de los huesos, que son postes del infierno, en donde ellos necesitaban ser uno con familias de las naciones, muertos en pecados, pero unidos, y redimidos,
    en la carne sagrada de Isaac, que había conducido rituales y ceremonias perfectas del Juramento a Isaac, entonces, cada pecado fue cubierto finalmente. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba tener su santo nombre fuegos, como Dios de Abraham,
    Dios de Isaac y Dios de Jacobo, finalmente honrado por cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, pero solamente en la carne sagrada que destruyó a Satanás, pecados y la muerte en Canaán, esperando por la sangre
    expiatoria del Rey Mesías derramarse.

    Conclusivamente, nuestro Padre celestial logró todo lo posible con Israel antiguo no solamente en el cautiverio egipcio por cuatrocientos años, recogiendo pecados, destruyéndolos luego, pero igualmente, Él los bautizó, abandonando la carne pecadora
    por la carne sagrada, en donde su santo nombre fuego es honrado con perfecta santidad en Canaán, para casarse Él con Israel y las naciones en su nueva tierra últimamente. Por lo tanto, nuestro Padre celestial tuvo a Israel entero, abandonando el
    cautiverio egipcio para descender al Valle de los huesos secos para ser una sola carne sagrada, que había conducido rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac, clavados a las naciones perdidas del infierno tormentoso, pero con todo
    pecado cubierto por la venida del rey Mesías a Canaán postreramente.

    Francamente, nuestro Padre celestial tenía que haber tenido a toda la casa de Israel convirtiéndose en uno con las familias de las naciones no solamente con las que ya estaban en el infierno, pero igualmente con sus hijos de generaciones futuras, y así
    , Él finalmente tener su santo nombre fuegos honrado eternamente en ellos, cuando Él hizo que los romanos lo clavasen al madero. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones antiguas,
    muertas en pecado en el infierno, pero igualmente, Él tuvo a sus hijos viviendo en generaciones futuras, integrados todos a su madero: y así, cada uno finalmente honre grandemente su santo nombre fuegos en la carne sagrada y sus santidades perfectas
    por una eternidad entera.

    Obviamente, nuestro Padre celestial tenía que haber tenido ya a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las naciones, integrados a su madero por poderes del Juramento a Isaac, renacidos en Canaán, tierra santa, clavando Él a su Hijo
    Jesucristo a ellos con su santo nombre sobre su cruz, para que todos por la tierra entera lo honren finalmente, para siempre. Legalmente, nuestro Padre celestial tenía que haber tenido ya a Israel antiguo clavados a postes del infierno juntos con
    familias de las naciones antiguas, tornándose en una semilla, un árbol: su cruz con su santo nombre fuegos clavado a él, finalmente para ser honrado por ellos, cuando la carne sagrada de Isaac derramaba su sangre expiatoria victoriosa sobre Satanás,
    pobrezas, muertes e infiernos últimamente.

    Legítimamente, este es Isaac naciendo nuevamente de la hija virgen de David, por poderes del Juramento a Isaac, para ser luego bautizado en el río Jordán por Juan bautista a edad de 30 años, destruyendo así a Satanás, pecados, mentiras, maldiciones,
    pobrezas y muertes junto ángeles caídos, liberando finalmente a Canaán que fluya leche y miel con riquezas insondables para la tierra entera, ahora mismo. Históricamente, nuestro Padre celestial tuvo a Israel antiguo clavado a familias de las
    naciones para ser una sola carne santísima: no solamente, como la carne sagrada que condujo rituales y ceremonias de perfectas santidades del Juramento a Isaac, pero igualmente de la carne sagrada nuevamente, pero, esta vez, nacida del vientre virgen,
    destruyendo finalmente todo pecado del corazón de la tierra para siempre.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial no estaba dispuesto a liberar a Israel del Valle de los huesos secos hasta que aprendan a amarlo, servirle, alabarle, respetarlo, honrarlo y confiar en Él, en su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, por ello, ellos
    esperaron siglos para que el Mesías fuese clavado a ellos en la carne de Isaac, derramando sangre expiatoria, conquistando a Canaán para siempre. Ya que, Isaac tenía que nacer nuevamente de la hija virgen de David para que cada hombre, mujer, niño y
    niña de Israel y de las familias de las naciones amorosamente cumplan sus mandamientos perpetuamente, pero igualmente cada palabra que había salido de su boca santísima en la eternidad, y así, Él mismo les diga finalmente: Ahora, Yo sé que todos
    confían en mí.

    Es decir, también que cuando nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo clavado al madero, que es Israel antiguo con las naciones junto con sus hijos de generaciones futuras, entonces, Él vio a cada uno de ellos que confiaba en Él eternamente,
    porque en la carne sagrada de Isaac ellos se tornaron tan perfectos y santos, así como Él los es en la eternidad. Definitivamente, nuestro Padre celestial pudo remover el pecado del mundo entero en un día, porque Él vio a cada hombre, mujer, niño y
    niña de Israel y de las familias de las naciones, incluyendo a sus hijos en generaciones futuras, que ellos habían vivido una vida perfecta, santa y gloriosa en Canaán, dignos, por tanto, de ser llamados sus hijos en la gloria angelical.

    Aquí es cuando: la casa de Israel entera yaciendo en el Valle de los huesos secos ascendió en el Tercer Día a ver al Padre, porque ellos volvieron a vivir nuevamente, celebrando el Sábado junto con la Fiesta de la Pascua, que fue realmente nuestro Se
    or Jesucristo clavado a ellos para siempre bendecirlos, y luego entrar a Canaán eternamente enriquecidos en su nueva tierra. Puesto que, esto era lo que nuestro Padre celestial anhelaba ver por generaciones pasadas a todo Israel finalmente confiando,
    honrando, amando, exaltando y glorificando su santo nombre fuegos en Canaán, pero en la carne sagrada de Isaac, que es nuestro Señor Jesucristo, destruyendo a Satanás, pecados, pobrezas y muertes, y así, su nueva tierra de su amor infalible por sus
    hijos venga al mundo enteramente.

    Condicionalmente, nuestro Padre celestial solamente gobierna, como Rey y Padre en la carne de Isaac nacida del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, pero Isaac nuevamente renació, como su Hijo Jesucristo viviendo su vida en Canaán por cada
    hombre, mujer, niño y niña ya en el infierno, para Él mismo verlos en carne de Isaac finalmente confiando en Él, obedeciendo sus palabras siempre. Ahora, esta salvación, que nuestro Padre celestial logró con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo
    sobre el monte Sion, en Canaán, tenía que llenar la tierra entera, por ende, después de setenta años familias israelitas fallaron en llevar sus palabras fuera de Canaán, entonces, Él llamó a romanos para destruir el Templo, para que Israel alcance
    las naciones con su salvación perfecta inmediatamente.

    Ya que, nuestro Padre celestial tenía que informar a cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones de su gran salvación, lograda por Él con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, destruyendo a Satanás, pecados, enfermedades,
    pobrezas, muertes e infiernos tormentosos únicamente con la carne de Isaac, y así, ellos entren a Canaán, bautizados todos en agua, eternamente enriquecidos. Verdaderamente, nuestro Padre celestial derramó su corazón santísimo sobre la carne
    sagrada, la sangre expiatoria y su vida eterna, renaciendo así ellos por el bautismo en agua en su carne sagrada, en donde Él ya ha enriquecido a sus hijos de musulmanes, budistas, hindús, taoístas, cristianos y otras culturas del mundo entero, y así
    , todos vivan enriquecidos de riquezas cananeas siempre, como hora mismo.


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