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    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Fri Oct 11 18:58:18 2019
    Sábado, 12 de Octubre, 2019 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    La CRUZ israelita está llena de pecados, tuyos y de todos tus amados igual: Bañados, lavados, con RITUALES de la sangre expiatoria:



    Llegó el día, cuando nuestro Padre celestial decidió llevar a sus hijos de todas las familias de las naciones a su altar de su amor infalible, que es el monte santo de Jerusalén, en Canaán, y así, Él mismo finalmente bendecirlos con su poderosa
    salvación, que únicamente su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo pueden lograrlo todo posible para una eternidad entera. Esta era la salvación que nuestro Padre celestial necesitaba establecer en Canaán junto con su altar de su monte santo de
    Jerusalén para siempre, porque sería aquí, en donde Él establecería su santo nombre fuego, para que sea amado, alabado y exaltado por sus huestes angelicales junto con sus hijos renacidos de su imagen y de su alma santísima.


    Ya que, este es Canaán junto con su altar de su monte santo de Jerusalén, en donde Él vivirá junto con su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y sus hijos, que nacieron de su imagen y de su alma viviente, y así, ellos conquisten nuevas glorias jamás
    antes contaminadas por el pecado, pero llenas con el amor infalible de su corazón asombroso perpetuamente. Aquí es cuando: Nuestro Padre celestial tenia en mente, desplegar en Canaán, para que las familias de las naciones lo vean, sobre el monte santo
    de Jerusalén y clavado al madero de Israel antiguo, su santo nombre fuego, integrado a sus hijos, endulzando no solamente aguas amargas de Marah, el Valle de los huesos secos, pero igualmente la tierra con su humanidad entera.


    Sin embargo, para hacerlo posible, entonces nuestro Padre celestial tenia que encontrar una familia entre las naciones, dispuesta a asistirlo a Él, para que Él tenga a sus hijos nacidos en la tierra, y así, ellos no solamente sean su nación dorada,
    pero igualmente, su voluntad perfecta, en donde Él puede clavar su santo nombre fuego a ellos sobre el monte Sion, eternamente. Aquí es cuando: Nuestro Padre celestial encontró a Abraham listo para obedecer la perfecta voluntad de su corazón santí
    simo, al tener a sus hijos naciendo en la tierra, y así, ellos sean su nación dorada, como su voluntad perfecta para ser llevada a las familias de las naciones yaciendo ya en sus infiernos, porque todos ellos fallaron en conocer su santo nombre fuego.



    Visto que, este es el hombre a quien nuestro Padre celestial le prometido a él, que tendría un hijo de él mismo, aunque su esposa Sarah fuese estéril, pues, le era imposible a ella darle un hijo a Abraham, por ello, ellos tenían que esperar por el
    hijo prometido a que nazca por muchos años, y hasta que finalmente llegó en sus edades avanzadas. Evidentemente: Nuestro Padre celestial hizo a propósito a que esperen por su hijo prometido por años, porque Él necesitaba tenerlos a ambos, viejos y
    estériles como Adán y Eva, sin vida, como cuando comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, habiéndoles avisado, que jamás coman de él, y así, Él empezar su vida eterna nuevamente en la tierra.


    Es decir, también que nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham y a Sarah, bien avanzados ambos en años, que les seria imposible tener hijos de ellos mismos por voluntad humana o del pecado, y él niño que Él les entregaría, realmente seria su
    mismo Hijo amado, Jesucristo, nacido del vientre estéril de Sarah como Isaac, por poderes de su Espíritu Santo. Verdaderamente, este sería un hijo, que Abraham y Sarah tendrían de sus cuerpos ya muertos, como los cuerpos de Adán y Eva, y así, Él
    empezar la vida eterna nuevamente en la humanidad entera no con Adán y Eva, porque ambos pecaron comiendo del fruto prohibido, pero de sus siervos: Abraham y Sarah, participando del pan y vino con Él sobre su Mesa santa.


    Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba que su Hijo Jesucristo nazca del vientre muerto de Sarah, por el Espíritu Santo, y jamás de voluntad de hombre, y así, Él empezar su misma vida eterna, establecida en Adán y en Eva en el paraíso, pero
    ahora, Él necesitaba empezarla nuevamente en su dulce hogar, en Canaán, en donde Satanás y la muerte morirían postreramente. Por eso, es que nuestro Padre celestial llamó a Abraham a abandonar a su familia, amistades y tierra por Canaán, porque en
    su nueva tierra escogida, nuestro Padre celestial iba a empezar nuevamente su misma vida eterna con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac, por el Espíritu Santo, y así, sus hijos la hereden postreramente, para siempre enriquecida.


    Dado que, nuestro Padre celestial jamás le entregó tierras a Abraham para que las posea, como los levitas, por ejemplo, porque su Hijo Jesucristo nacido como Isaac junto con sus hermanos y hermanas, viviendo en generaciones futuras finalmente heredarí
    an a Canaán perpetuamente, y así, ellos amen, sirvan y adoren su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén por una eternidad entera. Ahora, nuestro Padre celestial no le entregó tierra a Abraham en Canaán, como posesión suya, fue porque:
    únicamente después que Isaac nació junto con Jacobo y sus hijos en generaciones venideras, entonces, ellos heredarían a Canaán, pero empezando con Isaac siempre, porque él es el primero y el ultimo, él es el principio y el fin, y él es el Alfa y
    el Omega.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba establecer su santo nombre fuego sobre el monte Sion perpetuamente, y así, Él no solamente establecer su corazón santísimo en el Valle de los huesos secos, lleno de su amor infalible, entregando riquezas,
    glorias y honores jamás tocadas por el pecado, enriqueciendo así a sus hijos a amar, servir y alabar su santo nombre fuego al fin, eternamente. Dado que, con nuestro Padre celestial estableciendo finalmente su santo nombre fuego sobre el monte santo de
    Jerusalén, en Canaán, sobrevolando el mundo entero con su corazón santísimo establecido eternamente debajo de Canaán, como el corazón de la tierra, entonces, Él puede finalmente conquistar no solamente toda la tierra, pero igualmente, la humanidad
    entera: amándolo, glorificándolo y honrándolo sólo a Él por una eternidad entera.


    Consiguientemente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Abraham creyendo en sus palabras de vida eterna, nacidas naturalmente de su corazón santísimo, llevando su roca de salvación con tres carneros sacrificados con sus mitades opuestas
    una a otra junto con dos palomillos sin cortar, salpicado todo con sangre expiatoria, expiando Él mismo pecados del mundo entero por fin. La roca de salvación, que necesitaba encontrarse con los israelitas antiguos en el desierto del Sinaí, dándoles
    a beber agua vida, porque todos ellos descendían al Valle de los huesos secos, como la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial, empoderándose de voluntades de Satanás y de la muerte en cada infierno, y así, Él finalmente establecer su voluntad
    perfecta sobre toda la tierra.


    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba degradar, destruyendo, toda voluntad de Satanás y la muerte en cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, estableciendo así su voluntad perfecta en cada uno de ellos, y así, ellos
    no vivan condenados más entre fuegos del infierno, regresando así nuevamente a vivir en su nueva tierra, en donde el pecado no existirá jamás. Visto que, fue voluntades juntas de Satanás y la muerte, enfermándolos y matándolos, echándolos con sus
    pecados eternamente perdidos al infierno tormentoso, y así, ellos solamente conozcan tormento y castigo por una eternidad entera, cuando fue la voluntad perfecta del corazón santísimo de nuestro Padre celestial, que todos ellos conozcan su amor
    infalible por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo, salvándolos instantáneamente.


    Puesto que, es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial de manifestarles a sus hijos, empezando con Adán y Eva en el paraíso, su asombroso amor infalible, sentido profundamente por ellos, y así, ellos solamente vivan para amarlo, servirle y
    adorarlo a Él, así como su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con las huestes angelicales lo han hecho por una eternidad entera. Además, fue siempre la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial, establecer su santo nombre fuego sobre el
    monte Sion, en Canaán, y así, sus hijos renazcan de su imagen y de su alma viviente, viviendo siempre a semejanza de su Hijo Jesucristo en la vida eterna de su Espíritu, enriqueciéndose ellos únicamente al conocer su amor infalible y sus riquezas
    personales en la tierra.


    Visto que, esta es la nueva tierra, nacida naturalmente de su corazón santísimo, ya establecida en el corazón de la tierra, en donde sus hijos renacieron celebrando el primer reposo Sabatino junto con la primera fiesta Pascual para ver al SEÑOR en el
    Tercer Día, y así, Él abundantemente enriquecer a las familias de las naciones cada día con su vida eterna en ellos. Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial establecer su corazón santísimo victorioso sobre Satanás y la muerte en el
    corazón de la tierra, porque Israel antiguo había expiado, juzgado y cubierto cada pecado de las naciones, pero igualmente, su Hijo Jesucristo había conquistado Canaán con su vida eterna victoriosa sobre cada pecado, maldición, enfermedad, pobreza y
    muerte de Satanás para siempre.


    Por lo tanto, cuando nuestro Señor Jesucristo fue clavado al madero de Israel antiguo sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán, entonces, él derramó su sangre expiatoria de su corazón hacia el corazón santísimo de nuestro Padre celestial,
    establecido en el Valle de los huesos secos, como su perfecta voluntad, cumpliéndose en Canaán y en las naciones por toda su nueva tierra. Y esto era lo que nuestro Padre celestial necesitaba cumplir con todo Israel, al tener la sangre de su Hijo
    Jesucristo victoriosa viviendo en sus hijos por todo Canaán, destruyendo cada obra de Satanás y de la muerte finalmente, y así, Él tenerla toda ella en su corazón santísimo, cuando cada hijo suyo la reciba, bautizado en agua, viviéndola
    enriquecida grandemente con Él postreramente.


    Es decir, también que cada vez que uno de sus hijos es bautizado en agua, como tú y yo hoy en día, entonces, nosotros recibimos el cuerpo glorificado junto con la sangre expiatoria con la que su Hijo Jesucristo derrotó a Satanás y sus artimañas
    junto con la muerte, y así, tú mismo vivas su vida enriquecida diariamente, entregándote victorias sobre todo mal, siempre. Ya que, nuestro Padre celestial no solamente ha destruido cada pecado que nació del corazón de Satanás y de cada ángel caí
    do y de la muerte también, y así, tú vivas su vida eterna, que Él ya te ha entregado únicamente conociendo amor, gozos, paz, felicidad, prosperidad y riquezas sin fin sobre toda la tierra y en el cielo por una eternidad entera.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial ya destruyó a tus enemigos en todos tus días, y enemigos de los tuyos igualmente, sin tener que preocuparte de ellos nuevamente: porque, Él te necesita a ti: amando, sirviendo y glorificando su santo nombre sobre
    el monte Sion, en Canaán, por poderes del Juramento a Isaac, llevándote a ti de poder en poder y de gloria en gloria siempre hacia Él. Es decir, también que nuestro Padre celestial no solamente ha expiado cada pecado por todo el desierto del Sinaí
    del pasado, del presente y del futuro, pero igualmente, Él ya expió tus pecados, que tú has cometido en todos tus días ante Él en la gloria celestial, y así, tú recibas su misma vida eterna, enriqueciéndote cada paso que des hacia su gloria
    angelical.


    Legalmente, nuestro Padre celestial tenia que expiar, juzgar y perdonar cada pecado de todos nosotros, y así, Él finalmente poder pasar juicios en contra de Satanás y de sus ángeles caídos, removiendo cada problema, conflicto, enfermedad, maldición,
    pobreza y muerte de tu vida, abriendo tu camino hacia grandes riquezas siempre hasta que tú finalmente asciendas a su altar a ver al SEÑOR en persona. Dado que, para que todos de Israel y de las naciones puedan ver al Padre, entonces, ellos tienen que
    ser enriquecidos poderosamente por el bautismo en agua, abandonando la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y su Espíritu Santo: en donde nuestro Padre celestial los enriquecerá a ellos constantemente, viéndole a Él en persona
    postreramente sobre su altar.


    Aquí es cuando. Tú ascenderás al monte santo de Jerusalén, suspendido entre el cielo y Canaán, y así, tú te encontraras ante la roca de salvación, llenándote con océanos de su amor infalible, océanos de sus gozos, océanos de su felicidad y de
    otras bendiciones, convirtiéndote así en su neva roca personal, bendiciéndole a Él junto con su santo nombre fuego con perfectas glorias por una eternidad entera. Es decir, que cuando tú estés ante la presencia santísima de nuestro Padre celestial,
    entonces, tú habrás entrado en su vida eterna, en donde sus Diez Mandamientos han sido cumplidos y glorificados por una eternidad entera, fluyendo al fin por tu boca hacia tu corazón, alma, mente, fuerzas y espíritu humano, bendiciendo cada día
    todo en tu derredor con perfectas riquezas del cielo arriba.


    Ciertamente, tú serás enriquecido por nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo junto con su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, suspendido entre el cielo y la tierra, y así, Él derrame continuamente desde su
    corazón santísimo su naturaleza divina, llenándote con sus riquezas cotidianas, pasándolos a otros: sanándolos y enriqueciéndolos con perfecta salvación constantemente, siempre. Efectivamente, bendiciones únicamente posibles sobre el monte santo
    de Jerusalén, en Canaán, cuando tú eres renacido del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, abandonando así la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espíritu Santo, en donde tú vivirás poderes del
    Juramento a Isaac: entregándote riquezas eternas progresivamente, empezando ahora mismo.


    Visto que, estas son bendiciones de grandes riquezas de salud, bienestar y prosperidad insondables, porque tú habrás renacido del corazón santísimo de nuestro Padre celestial, su Espíritu Santo, su Hijo Jesucristo y de Canaán junto con sus riquezas
    escondidas, que te pertenecen a ti legalmente siempre, y así, tú seas enriquecido, así como todo el cielo es hoy y por una eternidad entera. Realmente, nuestro Padre celestial te necesita a ti enriquecido, así como su vida eterna lo enriquece a Él
    con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo junto con huestes angelicales, y así, tú lo ames, honres y alabes con su santo nombre fuego sobre el monte Sion, en Canaán, con nuevas riquezas, glorias y honores jamás tocadas por el pecado hasta hoy.


    Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial arrestar cada pecado con su Juramento a Isaac, derramado sobre él, mientras yacía sobre el madero del monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah, y así, Jacobo nazca junto con sus
    hijos prometidos, llevando cada pecado del cautiverio egipcio al bautismo del Mar Rojo, para siempre destruirlos. Además, nuestro Padre celestial necesitaba cada pecado de las familias de las naciones, yaciendo en el lecho marino, y así, Él
    enterrarlos con cada enemigo que tú encuentres en tu diario vivir en la tierra y en cualquier otro lugar, porque Él te necesita amándolo, sirviéndole y alabándolo a Él sin ningún enemigo, asediándote por ninguna razón.


    Definitivamente, nuestro Padre celestial ha derrotado y destruido cada pecado, enfermedad, problema, dificultad, pobreza y muerte con sus ángeles caídos acampanándoles, atacando tu vida sin misericordia alguna, y así, tú seas liberado únicamente
    para amar, servir y alabarlo a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, en donde tú únicamente conocerás amor, paz, prosperidad y riquezas sin fin en todos tus días. Por ende, después que nuestro Padre celestial había terminado de caminar por
    todo el desierto del Sinaí con toda la casa de Israel, bautizados todos ellos del Mar Rojo, en donde ellos se convirtieron en su perfecta voluntad eternamente, entonces, Él descendió con ellos, mordidos por serpientes venenosas, al Valle de los huesos
    secos, tornándose sus cuerpos sacerdotales en polvo eterno.


    Este polvo, emergiendo del Israel antiguo, y que había servido a nuestro Pare celestial por el desierto del Sinaí, como su voluntad perfecta: expiando, juzgando y cubriendo cada pecado del mundo entero, entonces, se convirtió en la semilla que el
    brazo derecho del Padre necesitaba para plantarla en Canaán postreramente, obteniendo así el madero para su altar, clavando su santo nombre a él, eternamente. Este es el árbol, que el brazo derecho de nuestro Padre celestial necesitaba plantar en
    Canaán, porque en el desierto falló en germinar para convertirse en el árbol, entregándonos a todos nosotros el madero para clavar su santo nombre fuego sobre él en el monte santo de Jerusalén, en Canaán, y así, Él declararse victorioso sobre
    cada pecado de la humanidad entera, para siempre.


    Este es el Israel antiguo, que nuestro Padre celestial usó, como sus sumos sacerdotes por el desierto del Sinaí, estableciendo su voluntad perfecta sobre las naciones yaciendo en sus infiernos debajo del desierto, y así, Él llevar cada pecado hacia
    su altar en el madero con rituales y ceremonias de su perfecta santidad, para ser bañados con la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo últimamente. Puesto que, esta era la única manera posible, en que nuestro Padre celestial levantaría cada pecado
    de las familias de las naciones, cometidas en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo yaciendo en sus infiernos, sobre el madero del monte Sion, en Canaán, y así, Él destruirlos con la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo salpicada
    sobre ellos para siempre.


    Definitivamente, nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo ya había expiado, juzgado y perdonado cada pecado del pasado, del presente y del futuro, incluyendo los tuyos igualmente junto con los de tus amados y
    amistades, integrados al madero de Israel antiguo sobre el monte Sion, borrados perpetuamente, en donde pecados fallaran en existir nuevamente por una eternidad entera. Legalmente, nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu
    Santo ya ha expiado, juzgado y perdonado tus días pecadores, por el cautiverio egipcio, por el bautismo del Mar Rojo, por el desierto del Sinaí, por el Valle de lágrimas, estableciendo su perfecta voluntad sobre voluntades de Satanás y la muerte, y
    así, tú seas libre de toda condenación eterna hoy.


    Esto significa que, cuando miras al madero del Israel antiguo sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán, entonces, tú estarás contemplando cada pecado que tus antepasados junto con los tuyos, y de tus amados y amistades, están integrados en el
    Lugar Santísimo con cada ritual y ceremonia de perfecta santidad del Juramento a Isaac, declarándote a ti “justo y santo para siempre.” Esto es correcto. Esta es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial en tu vida, dándole vida a su Hijo
    Jesucristo por el vientre estéril de Sarah como Isaac, por el Espíritu Santo, y así, Él lo derrame sobre él yaciendo sobre el madero del monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah, su amor infalible de su corazón santísimo, perdonando
    tus pecados antes de cometerlos.


    Amorosamente: es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial que tú vivas tu vida en la tierra y en el cielo sin efecto del pecado, y así, tú gozarla, como Él la goza, entregada inicialmente a Adán y Eva en el paraíso, que Satanás junto con la
    serpiente contaminó con el fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal. Visto que, nuestro Padre celestial ya te ha desconectado a ti junto con los tuyos y amistades de poderes del fruto prohibido y del espíritu de error por su
    Juramento a Isaac, cuando tú renaces del bautismo en agua, invocando la santidad perfecta de su santo nombre, entonces, tú finalmente eres liberado de él, conociendo únicamente su amor con sus riquezas cotidianas progresivamente.


    Ciertamente, tú habrás renacido del poder del Espíritu Santo, invocando la perfecta santidad de su nombre, entonces, tú podrás ser liberado instantáneamente de la carne pecadora y del espíritu de error y sus males, y así, tú únicamente vivas
    con la carne sagrada y con su Espíritu Santo ante nuestro Padre celestial, bendiciéndote continuamente desde el cielo arriba, conociendo únicamente riquezas insondable siempre. Ya que, esta es la vida gloriosa de nuestro Padre celestial, entregada a
    ti ya junto con tus amados, vecinos y amistades del mundo entero, porque con esta vida eterna, que ha derrotado a Satanás y la muerte en Canaán, entonces, Él pude fluir desde su corazón santísimo hacia el tuyo, en tu pecho, su naturaleza divina,
    enriqueciéndote abundantemente junto con las naciones igualmente.


    Esto es algo, que nuestro Padre celestial siempre buscó hacer con toda la casa de Israel, porque cuando cada hijo suyo es bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre, entonces, ellos verdaderamente lo honraran a Él y a su santo
    nombre fuego, clavado al madero sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán, enriqueciendo la tierra entera por siempre. Considerando que, al nuestro Padre celestial ver a sus hijos bautizados en agua, porque ellos habrán invocado al Dios de Abraham,
    al Dios de Isaac y al Dios de Jacobo (que es el Espíritu Santo), entonces, ellos habrán recibido instantáneamente el cuerpo glorificado de Isaac, como cordero de Abraham inicialmente y últimamente el Cordero de Dios, y así, Israel sea su naturaleza
    divina por siempre.


    Entendiendo que, es aquí, con toda la casa de Israel, vistiendo la carne sagrada y su Espíritu Santo, entonces, ellos se habrán convertido en su perfecta voluntad nuevamente no solamente para trabajar con Él, como los israelitas antiguos, sus
    antepasados, lo hicieron por el desierto del Sinaí y por el Valle de lágrimas, pero ahora, sus hijos igualmente enriquecerán progresivamente la humanidad entera. Esto significa, que nuestro Padre celestial tendrá a todo Israel recibiendo por sus
    bocas su naturaleza divina, que es riqueza cotidiana de tener sus mandamientos cumplidos y glorificados, fluyendo por sus corazones, mentes, fuerzas, almas y espíritu humano, bendiciendo así sus hogares junto con sus barrios y comunidades, y así, su
    naturaleza divina fluirá libremente por doquiera, salvando almas perdidas de las naciones instantáneamente.


    Dado que, esta es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial, de alcanzar almas perdidas de las familias de las naciones, que jamás conocerán su santo nombre fuego sobre el monte Sion, en Canaán, en donde Él ya los ha enriquecido abundantemente
    por amor a su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo, y así, todos ellos entren a su nueva tierra, eternamente enriquecidos. Familias de naciones que son presas fáciles para Satanás y sus ángeles caídos, atacándolos sin misericordia alguna,
    porque simplemente fallaron en conocer su santo nombre fuego de nuestro Padre celestial, ni jamás han llegado a conocer que ellos ya han sido bendecidos por el bautismo en agua, solamente invocando su santo nombre, entrando en el agua, para luego salir
    del agua, eternamente enriquecidos.


    Ciertamente, familias viviendo en lugares remotos del mundo entero hoy en día, en donde ellos jamás han oído del Dios de Abraham, del Dios de Isaac y del Dios de Jacobo, y así, ellos renazcan del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo,
    cumpliendo así sus mandamientos, obteniendo vida eterna instantáneamente directamente de Él, desde la gloria celestial cada día. Realmente, estamos hablando de hombres, mujeres, niños y niñas de familias, que han fallado siempre en conocer su santo
    nombre fuego, amándolos grandemente, clavado al madero de Israel antiguo sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán, y así, ellos vivan sus vidas totalmente protegidas en sus naciones: porque finalmente su naturaleza divina los habrá alcanzado con
    riquezas insondables, emanando de familias israelitas siempre.


    Verdaderamente, cuando cada hombre, mujer, niño y niña de Israel sean bautizados en agua, invocando la perfecta santidad del Dios de Abraham, del Dios de Isaac y del Dios de Jacobo, entonces, su naturaleza divina, que es sus mandamientos eternamente ví
    rgenes, derramándose desde su corazón santísimo, bendecirá a las familias de las naciones que han fallado en conocer al Padre en su gloria celestial. Y así, las familias harán que sus tierras sean llenas de la naturaleza divina de nuestro Padre
    celestial, manifestándose, como sus mandamientos prístinos sin haber sido violados o transgredidos por nadie en la tierra ni menos en el cielo por ángeles, y así, ellos sean vistos santos y perfectos, así como nuestro Padre lo es siempre en su vida
    eterna, recibiendo finalmente riquezas constantemente desde Canaán.


    Sólo así: Nuestro Padre celestial llenara las familias de las naciones con su naturaleza divina, y así, Él vea desde la gloria celestial a cada hombre, mujer, niño y niña, bañado en su naturaleza divina, que es sus mandamientos eternamente
    cumplidos y glorificados, fluyendo desde Israel hacia ellos instantáneamente y progresivamente, llamándolos a renacer del bautismo en agua para salvación eterna finalmente. Esto significa que, al nuestro Padre celestial tener a todo Israel bautizado
    en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre sobre el monte Sion, en Canaán, entonces, Él fluirá su naturaleza divina por sus bocas, corazones, almas, fuerzas y espíritu humano, enriqueciendo la tierra entera, y así, Israel fluirá
    constantemente su naturaleza divina hacia las naciones fallando en conocerlo a Él para salvación eterna.


    Esto fue algo, que nuestro Padre celestial necesitaba hacer con la casa de Israel inicialmente, para que ellos reciban su naturaleza divina, como sus mandamientos eternamente cumplidos y vírgenes, tornándolos en la nación más rica del mundo entero,
    entonces, ellos fluirían constantemente su naturaleza divina hacia cada nación, fallando en conocerlo a Él y sus mandamientos, finalmente conociendo así riquezas instantáneas igualmente, para siempre. Esto nos dice, que cada uno en Israel finalmente
    bautizado en agua, entonces, todos ellos continuarán recibiendo la naturaleza divina de nuestro Padre celestial sin cesar jamás, porque por medio de ellos no solamente las familias de las naciones serán enriquecidas con los mandamientos cumplidos y
    glorificados, que son riquezas enriqueciéndolos progresivamente, pero igual, tribus jamás contactadas con la civilización, serán enriquecidas siempre.


    Tribus de familias que jamás han sido contactadas con la civilización hasta hoy del Amazonas de Latina América, por ejemplo, y otros lugares como Asia, Europa, Islas naciones y África, que la naturaleza divina de nuestro Padre celestial descenderá
    hacia ellos con sus mandamientos enteramente cumplidos y glorificados, y así, Él los bendecirá poderosamente, como si ellos los hubiesen cumplido ya, para siempre. Dado que, cuando nuestro Padre celestial vea estas tribus de las familias por alrededor
    del mundo, fallando en conocer su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, además, ellos siguen fallando en recibir, conocer y cumplir con sus mandamientos de su vida eterna, que son los mandamientos de Israel y Moisés, entonces, ellos no
    serán bendecidos, para postreramente morir condenados en el infierno tormentoso.


    Realmente, todo Israel bautizado y viviendo en el Juramento a Isaac de nuestro Padre celestial, entonces, su vida eterna fluirá por Canaán, haciendo que sus enemigos reciban miedo y terror en sus corazones, dejándolos instantáneamente en paz por fin,
    y así, continué fluyendo su naturaleza divina, derramándose desde la gloria celestial, como ríos de agua viva, bendiciendo a cada familia del mundo entero siempre. Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba tener a Israel antiguo,
    descendiendo al Valle de lágrimas, excediendo poderosamente sobre voluntades de Satanás y la muerte, finalmente clavando su santo nombre fuego a su carne sagrada, convertida en el madero del monte Sion, en Canaán, recibiendo así su naturaleza divina
    para que fluya por todo Israel hacia las naciones, haciendo que la humanidad entera sea santa para siempre.


    Además, toda la tierra de Canaán ahora fluyendo con la naturaleza divina de nuestro Padre celestial, que son los mandamientos eternamente cumplidos y glorificados, y en su estado virgen, jamás violados por nadie en la tierra y en el cielo, entonces,
    fluirán divinamente sus riquezas hacia las naciones, bañadas ya con su naturaleza divina fluyendo desde Israel para enriquecerlas cada día, y por siempre. Así es como nuestro Padre celestial necesita tener su naturaleza divina fluyendo por todo
    Israel continuamente sin cesar jamás hacia las familias de las naciones, y Él mismo vera su perfecta santidad, que Él le manifestó a Abraham inicialmente, diciéndole: Tú tienes que ser perfecto y santo, así como Yo soy por siempre en la gloria
    celestial para que entres a la vida eterna.


    Ahora, una vez que nuestro Padre celestial ha triunfado no solamente en tener a todo Israel bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre sobre el monte santo de Jerusalén, entonces, Él los tendrá a ellos fluyendo de su naturaleza
    divina, que es su perfecta voluntad sobre cada familia de las naciones, enriqueciéndolos a todos diariamente con riquezas escondidas en Canaán ahora mismo. Además, nuestro Padre celestial necesita a cada hombre, mujer, niño en toda la casa de Israel
    y en sus comunidades de naciones alrededor del mundo, fluyendo con su naturaleza divina, convirtiendo los corazones de familias más impías, pecadoras, en perfecta santidad, y así, ellos finalmente lo amen, sirviéndole y glorificándole a Él y su
    santo nombre sobre el monte Sion, en Canaán.


    Definitivamente, cuando nuestro Padre celestial tenga su naturaleza divina fluyendo por todo Israel y por sus comunidades florecientes mundialmente junto con cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, bañados y fluyendo con su
    naturaleza divina, entonces, Él vera sus mandamientos cumplidos, finalmente tocando almas perdidas en el infierno, porque ahora Él tendrá poderes de resurrección, dándoles vida nuevamente. Y es aquí. Cuando nuestro Padre celestial vera las familias
    de las naciones antiguas en el infierno por milenios, regresando a vivir nuevamente en la tierra, pero ahora, la tierra entera estará llena de sus mandamientos eternamente honrados y glorificados: porque su naturaleza divina estará libremente fluyendo
    desde el monte Sion, logrando que: Israel y las familias de las naciones vivan en perfecta santidad últimamente, para siempre.




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