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    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Fri Aug 30 16:20:28 2019
    Sábado, 31 de Agosto, 2019 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    EL PADRE ESTÁ por CANAÁN INDEPENDIENTE del SATANISMO: ENRIQUECER a ISRAEL y las NACIONES hoy:

    Nuestro Padre celestial necesitaba enriquecer la tierra, pero, Él necesitaba trabajar con alguien, asistiéndolo, por eso, Él envió a su familia divina, que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para ser uno con las familias de las naciones: Y
    aquí es, cuando Él encontró a Abraham, para sentarse con Él a la Mesa santa: comiendo del pan y vino. Considerando que, si nuestro Padre celestial se puede sentar a la Mesa santa para comer del pan y vino con alguno de las familias de la tierra,
    entonces, Él realmente puede empezar a enriquecer a cada una de las familias de las naciones: Visto que, Él está dispuesto a hacer no solamente a Canaán, su dulce hogar, pero igualmente a la humanidad entera inmensamente rica.


    Puesto que, estas son riquezas jamás encontradas en la tierra, pero únicamente en su corazón santísimo, en donde sus hijos nacieron de su imagen para vivir conforme a la semejanza de su Hijo Jesucristo y riquezas cotidianas de poderes y dones del Esp
    ritu Santo, que enriquecerá a cada hombre, mujer, niño y niña, derramándose Él mismo libremente desde la gloria celestial hacia sus corazones. Por eso, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham sacrificando tres de sus carneros con sus mitades
    opuestas una a otra junto con dos palomas sin cortar sobre la roca de salvación, salpicados con sangre expiatoria, y así, su Hijo Jesucristo nazca del vientre estéril de Sarah como Isaac, salpicando su altar en Canaán y la puerta del infierno con su
    sangre expiatoria, de riquezas insondables.


    Por ende, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba a Abraham y Sarah junto con sus hijos adoptados, comprados con dinero de extranjeros, para darles amor de familia, comiendo del pan y vino con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero
    igualmente, sus hijos prometidos naciendo de generaciones futuras, enriqueciendo así las familias de las naciones con la vida del Rey Mesías últimamente. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a los hijos de Abraham, comiendo del pan y vino con É
    l, para que Él finalmente conquiste el corazón de la tierra con su roca de salvación, desplegando los tres sacrificios de Abraham con sus mitades opuestas una a otra junto con dos palomillos sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, garantizando
    así que Satanás y la muerte serian destruidos pronto.


    Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba finalmente empezar a atacar a Satanás y al ángel de la muerte con los hijos de Abraham viviendo en generaciones venideras del cautiverio egipcio, porque ellos iban a recoger cada pecado del pasado, del
    presente y del futuro de las familias de las naciones, para finalmente destruirlos en el bautismo en agua del Mar Rojo. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba hacer esta obra maravillosa de salvación con los hijos de Abraham, que iban a
    poseer Canaán perpetuamente, pero primero ellos tenían que nacer en el cautiverio egipcio, en donde ellos recogerían cada pecado, pero naciendo siempre lejos de Canaán y de sus poderes cotidianos, poderes de bendiciones hacia el santo nombre fuego
    por generaciones venideras hacia la eternidad venidera.


    Dado que, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hombre, mujer, niño y niña naciendo con el Juramento a Isaac y sin el santo nombre fuego, porque ellos tenían que recoger cada pecado de la humanidad entera finalmente para el bautismo en agua del
    Mar Rojo, abandonándolos en el lecho marino para jamás acordarse de ellos, conquistando así Canaán, sin el efecto del pecado finalmente. Realmente, una vez que nuestro Padre celestial estableció un convenio de vida con Abraham al comer del pan y
    vino de manos de su Hijo Jesucristo, sirviendo la Mesa santa, entonces, su Hijo amado podía legalmente nacer del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, pero sin su santo nombre conocido en la gloria angelical como Yeshua, Jesucristo.



    Dado que, la casa de Israel tenía que nacer en tierra extranjera, como Egipto, y sin el conocimiento de su santo nombre fuego además lejos de Canaán, que es el maná, enriqueciendo su santo nombre fuego junto con su vida eterna continuamente en sus
    hijos de cada generación, y así, ellos finalmente liberen a toda la tierra del efecto del pecado perpetuamente. Más aun, nuestro Padre celestial necesitaba destruir cada pecado primero con hijos de Abraham, naciendo lejos de Canaán: La tierra que
    alimenta el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial junto con su vida eterna en cada hijo suyo en Israel y en las naciones, y así, Él finalmente destruir a Satanás y la muerte, conquistando a Canaán finalmente, ocupada por el satanismo.


    Por eso, cuando nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo nacido finalmente del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, entonces, su Hijo amado nació como Isaac con su vida eterna, llena de su amor infalible, su grande Gracia,
    su grande Misericordia, su grande Verdad y su grande Justicia Divina, estableciéndola así finalmente Él mismo en la humanidad entera. Aquí es cuando: Abraham aprendió del amor infalible de nuestro Padre celestial, de que Él mismo siempre le hablo
    a él y a su esposa Sarah, prometiéndoles un hijo de ellos mismos, pero, este hijo, será como ningún otro, trayendo consigo vida eterna en su hogar, y así, ambos lo amen a Él, así como es amado en la gloria angelical por sus ángeles.


    Realmente, esto es algo que nuestro Padre celestial había deseado hacer antes con las familias de las naciones, pero Él siempre fallo en encontrar alguien digno que se parase con Él, creyendo en sus palabras de vida, emanando de su corazón santísimo,
    acongojado por las familias que habían descendido al infierno tormentoso, porque ellas fallaron en invocar su santo nombre fuego para salvación. Sin embargo, después que su Hijo Jesucristo nació como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes
    del Espíritu Santo, entonces, nuestro Padre celestial pudo vivir con Abraham y sus amados su vida eterna, llena de su amor infalible y asombroso, entregándoles a cada uno de ellos: gozos, alegrías, prosperidad, riquezas sin fin y paz como jamás la
    habían conocido antes.

    Y es aquí, en donde nuestro Padre celestial empezó a cambiar el mundo, porque: si Él podía vivir con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en el hogar de una familia, llena de vida humana, como Abraham y Sarah junto con sus hijos adoptados,
    entonces, Él podía ver, que ellos podían ser sus amados también, al tan sólo vivir con Él. Y es aquí, en donde nuestro Padre celestial realmente desarrolló su Juramento a Isaac, que Él necesitaba derramarla sobre la humanidad entera, como la
    carne sagrada, los huesos inquebrantables y sangre expiatoria, para que Él no solamente tenga su vida eterna establecida, pero igualmente, su voluntad perfecta, cambiando como las familias piensan y viven, al renacer por el bautismo de agua.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial pudo vivir su vida eterna, llena de su amor asombroso e infalible por su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, que Él podía ver que Abraham junto con Sarah y los demás, incluyendo vecinos y amistades, eran
    compatibles para vivir su vida eterna junto con su roca de salvación, emanado amor, gozos y alegrías sin cesar jamás entre ellos. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial se sintió convencido que las familias de las naciones podían integrarse a su
    familia divina, que su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, dándole vida de su corazón santísimo palabras de vida del Juramento a Isaac, que es su perfecta voluntad para ser una con la humanidad entera, por el bautismo en agua únicamente, invocá
    ndole a Él.


    Ciertamente, aquí es cuando, nuestro Padre celestial estuvo listo para derramar de su corazón santísimo sobre Isaac yaciendo sobre el madero del monte Sion, descansando en el Moriah, porque Él ya había juzgado cada pecado de las naciones, cometidos
    en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, perdonándolos a todos, bautizados en agua, invocando su santo nombre fuego para salvación eterna. Verdaderamente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a que traiga a su único hijo Isaac
    que amaba mucho al monte que le mostraría sobre una de las montañas del Moriah, ofreciéndolo, como una ofrenda encendida hacia la gloria celestial, porque Él estaba listo para derramar de su voluntad perfecta para que sea obedecida por todos en la
    tierra: ¡Bautizados en agua únicamente!


    Además, nuestro Padre celestial tenia que tener ya a Abraham ascendiendo al monte alto con Isaac, ofreciéndolo, como su ofrenda encendida hacia Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque Él necesitaba tener a su amor asombroso, que tiene
    consigo su misma vida eterna vivida con Abraham y sus amados, para ser uno con su familia divina entre las huestes angelicales del cielo. En otras palabras, nuestro Padre celestial necesitaba saturar sus naciones angelicales con su vida eterna, vivida ya
    por Él junto con su Hijo Jesucristo, su Espíritu y con Abraham y sus amados en su hogar familiar, y así, Él gozar del amor de sus hijos, viviendo su misma vida eterna todos ellos antes de ascender a vivir con Él en la gloria angelical.


    Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Abraham con su único hijo Isaac, que había aprendido a amar mucho en su vida eterna, que descendió del cielo para no solamente ser el cordero con la sangre expiatoria que quite los pecados
    de su familia, pero también, ser el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo en un día eternamente. Puesto que, los hijos nacidos de Abraham serán sus hijos prometidos, incontables como las estrellas del cielo arriba, absorbiendo pecados de las
    familias de las naciones en el cautiverio egipcio, por cuatrocientos años: Porque ellos nacerían con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria, pero sin el santo nombre fuego que destruye todo pecado en el bautismo en agua ú
    ltimamente.


    Sin embargo, nuestro Padre celestial tenia que haber tenido a toda la casa de Israel recogiendo pecados de las familias de las naciones, porque Él no solamente necesitaba abolir cada pecado, pero igualmente, a Satanás y la muerte junto con los ángeles
    caídos, y así, Él poseer Canaán, fluyendo con leche y miel, enriqueciendo a Israel milagrosamente más que las naciones siempre. Realmente, nuestro Padre celestial necesita a las naciones, conociendo, que es el Dios rico para con los ángeles del
    reino angelical y que Él necesita ser el Dios rico también para cada hombre, mujer, niño y niña de la humanidad entera, porque Él desciende ya a vivir con ellos en sus inmensas riquezas, fluyendo por toda la tierra una eternidad entera, empezando en
    Canaán.


    Ya que, son riquezas, que nuestro Padre celestial jamás ha manifestado a ángeles del cielo por toda una eternidad y hasta hoy, porque ellas son naturalmente nacidas de su corazón santísimo cotidianamente, que solamente pueden gozarse enteramente por
    su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo junto con cada hombre, mujer, niño y niña de la humanidad entera, pero bautizados todos en agua primero. Riquezas naturales del corazón santísimo de nuestro Padre celestial, complaciéndolo a Él, su Hijo
    Jesucristo, su Espíritu Santo y a la humanidad entera, visto que, ellos solamente las gozaran con la carne sagrada, la sangre expiatoria, llena de vida eterna: Destruyendo obras de Satanás, la muerte y los ángeles caídos eternamente, viviendo para
    conocer únicamente: amor, paz, prosperidad y gloria por toda la tierra siempre.


    Sin embargo, para que nuestro Padre celestial goce de estas riquezas ya derramadas sobre Isaac yaciendo sobre el monte Sion, descansando en el Moriah, que es su voluntad perfecta, obedecida en cada hombre, mujer, niño y niña bautizado en agua,
    invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, Él debe quitar todo mal de ti ahora mismo. Por eso, nuestro Padre celestial tenia que tener a la casa de Israel naciendo en el cautiverio egipcio con su
    Juramento a Isaac y sin su santo nombre fuego para ser invocado, y así, ellos recojan cada pecado de las familias de las naciones, cometidos por toda la tierra para destruirlos a todos ellos en el bautismo del Mar Rojo, en el último día.


    Por cuanto, nuestro Padre celestial estaba decidido a abolir a Satanás, la muerte y sus ángeles caídos, pero primero Él necesitaba tener a toda la cada de Israel recogiendo los pecados del mundo entero para abandonarlos en el bautismo de agua del Mar
    Rojo, liberando así a Canaán del reino del Satanismo, para que su santo nombre fuego descienda con su Hijo Jesucristo finalmente. Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesitaba su santo nombre fuego ya sobrevolando el monte Sion, mientras su Hijo
    Jesucristo nacía del vientre virgen de la hija de David, salpicando la sangre expiatoria, llena de vida eterna que necesitaba derrotar a Satanás y la muerte, liberando finalmente a Canaán del Satanismo, y así, nosotros vivamos con nuestro Padre
    celestial su vida eterna eternamente enriquecida hoy.


    Considerando que, si nuestro Padre celestial puede liberar a Canaán de la presencia del satanismo, entonces, Él puede liberar no solamente toda la casa de Israel, pero igualmente a las familias de las naciones, porque al remover el satanismo de Canaán
    entonces Él abolirá todo pecado, enfermedades, pobreza y la terrible violencia que de pronto se manifiesta entre las naciones para destruir vida humana. Ahora, para que nuestro Padre celestial libere a Canaán del satanismo entonces el corazón de la
    tierra seria liberado por Israel antiguo, bautizados en el Mar Rojo primero, y así, ellos abandonen la carne pecadora por la carne sagrada, en donde Él trabaja con su voluntad perfecta, derramada enteramente sobre Isaac, expiando cada pecado antes de
    descender hacia el Valle de los huesos secos.


    Entendiendo que, después que nuestro Padre celestial había expiado cada pecado de las familias de las naciones por el desierto del Sinaí con Israel antiguo, operando con el tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo, en donde sangres expiatorias
    de víctimas se derramaban continuamente, entonces, Él tuvo a los israelitas mordidos por serpientes venenosas, que descendían sangrando al Valle de los huesos secos. Obviamente, nuestro Padre celestial necesitaba al Israel antiguo descendiendo al
    Valle de los huesos secos, sangrando de las mordidas de las serpientes, porque Él quería que cada uno en Israel entendiera que su sangre no era lo suficiente fuerte para salvarlos de la muerte y del Valle de lágrimas: Dado que, únicamente la sangre
    expiatoria de su Hijo Jesucristo los salvaría finalmente.


    Además, la sangre que Israel antiguo tenía: estaba llena de vida eterna que había sido derrotada en el paraíso en Adán y en Eva, cuando Lucifer hizo que la serpiente los haga comer del fruto prohibido del árbol de la ciencia del bien y del mal, por
    ende, sus sangres fallaron en salvarlos de la muerte y del Valle de los huesos secos. Sin embargo, ahora nuestro Padre celestial tendría a su Hijo Jesucristo nacido de la hija de David, por el Espíritu Santo, viviendo la vida eterna, derrotada en el
    paraíso, finalmente derrotando a Satanás y la muerte en el paraíso moderno, Canaán, y así, él la salpique sobre sus hermanos y hermanas, salvándolos de la muerte y del Valle de los huesos secos últimamente.


    Ahora, para que esto suceda, entonces, nuestro Padre celestial tenia que trabajar con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, cuando Él envió a su Hijo amado a caminar las calles de Israel, predicando y enseñando sus palabras de vida naturales de
    su corazón santísimo, que es el Juramento a Isaac, su perfecta voluntad finalmente ejecutada apropiadamente por todo Canaán. Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba glorificar la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, llena de vida eterna que
    necesitaba destruir cada obra de Satanás y la muerte por todo Canaán, para que finalmente Israel antiguo la reciba victoriosa, escapando la muerte y el infierno en el Tercer Día, ascendiendo al monte alto a servir al Padre con Moisés para siempre.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba destruir cada obra de Satanás y de la muerte por todo Canaán, y por eso es que fue importante para que su Hijo Jesucristo fuese por todas las ciudades y pueblos de Israel, hablando de sus palabras de vida del
    Juramento a Isaac, sanando a los enfermos y liberando a los sentenciados ya a muerte. Sin embargo, cuando nuestro Señor Jesucristo empezaba su ministerio en Canaán, entonces, él fue a encontrarse con Juan el Bautista en el río Jordán, porque él ten
    a que ser bautizado en agua, invocando el nombre santo del Padre, el nombre del Hijo y el nombre del Espíritu Santo, y así, Israel antiguo sea finalmente liberado del Valle de lágrimas con este su bautismo santísimo.


    Realmente, hay vida eterna después del bautismo en agua para cualquiera sumergiéndose en agua hoy, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque es aquí: En donde la carne pecadora se cambia por la carne
    sagrada, en donde nuestro Padre celestial hace su voluntad perfecta de grandes obras, bendiciendo toda vida humana por toda la tierra siempre. Además, esta es la carne sagrada que Israel antiguo necesitaba vestir para escapar del Valle de los huesos
    secos para ver al SEÑOR en el Tercer Día, porque nuestro Señor Jesucristo fue bautizado en el Jordán por Juan, y así, él transfirió este cuerpo glorificado, bautizado en agua ya, para que Israel escape de la muerte y del Valle de los huesos secos
    finalmente.


    Considerando que, cuando nuestro Señor Jesucristo fue clavado al madero de Israel antiguo sobre el monte Sion, en Canaán, entonces, él transfirió victorias en contra de Satanás y la muerte, pero igualmente, el bautismo del río Jordán, que Israel
    antiguo necesitaba para tornar el Valle de los huesos secos en el corazón santísimo del Padre, volviendo así a ver vida nuevamente en el Tercer Día. Francamente, cuando nuestro Señor Jesucristo fue clavado al madero de Israel antiguo sobre el monte
    Sion, entonces, la casa de Israel recibió el cuerpo glorificado que necesitaba para ver al SEÑOR en el Tercer Día con perfecta vida eterna, pero igualmente, convertir el Valle de muerte en un corazón santísimo (Salmo 84:6), bendiciendo toda la
    tierra siempre hacia la eternidad celestial.


    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba tornar el Valle de muerte en su corazón santísimo, destruyendo así a Satanás, la muerte y los ángeles caídos, salpicando la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo sobre la puerta del infierno y la roca
    de salvación, y así, Él finalmente liberar no solamente a Israel antiguo, pero igualmente a Canaán para que fluya con leche y miel siempre. Además, nuestro Padre celestial necesitaba convertir el Valle de lágrimas en el corazón santísimo de la
    tierra, así como el de su pecho, pero igual, Él necesitaba sus hijos renacidos del bautismo en agua del Jordán, recibido finalmente de nuestro Señor Jesucristo, derrotando finalmente a Satanás y la muerte en Canaán, y así, todos gocen de riquezas
    asombrosas de su corazón santísimo siempre.


    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba enriquecer la tierra entera, pero Él tenía que empezar en su corazón, en donde la casa de Israel yacía en el Valle de los huesos secos, porque con el bautismo en agua recibido de nuestro Señor
    Jesucristo, entonces, ellos tenían poderes para tornar todo aquel lugar en una fuente de sanidad para las familias de las naciones ahora mismo. Ya que, esta es la sanidad que nuestro Padre celestial envió a Israel antiguo para que viva nuevamente,
    cuando su Hijo Jesucristo derramaba su sangre expiatoria sobre el madero del monte santo de Jerusalén, en Canaán, y así, ellos reciban las victorias conquistadas en Canaán en contra de Satanás y la muerte para que todos vean vida en el Tercer Día
    finalmente.


    Verdaderamente, estos son poder de sanidad, que nuestro Padre celestial continuara enviando a las familias de las naciones, que han estado en el infierno tormentoso por años, porque ellos murieron en sus pecados al fallar en conocer sus palabras de vida,
    además, ellos fallaron en bautizarse en agua, invocando su santo nombre para perdón de pecados por poderes del Juramento a Isaac. Puesto que, así como Israel antiguo camino por el Valle de lágrimas (Salmo 84: 6), entonces, ellos recibieron poderes
    del bautismo del río Jordán por su Hijo Jesucristo: tornándolo ellos mismos en el corazón santísimo del Padre, llenó de su amor infalible por sus hijos de Israel y las naciones, y así, ellos lo conozcan a Él y su vida eterna, perpetuamente.


    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente la sangre expiatoria de Isaac salpicada sobre el monte Sion, en Canaán, pero igual, salpicar la roca de salvación y sobre postes del infierno, cantando victorias en contra de Satanás y de la
    muerte, y así, Él finalmente tornar el corazón de la tierra en su mismo corazón santísimo, enriqueciendo a Israel y a las naciones poderosamente. Considerando que, nuestro Padre celestial necesita descender a Canaán fluyendo leche y miel ya, porque
    esto es lo que inicialmente le prometió no solamente a Abraham y a los demás, como sus hijos viviendo en generaciones futuras, porque el Juramento a Isaac, que ellos han recibido ya, por inicio, solamente puede existir en grandes riquezas insondables
    de cada día y por siempre.


    En otras palabras, la vida de nuestro Padre celestial puede únicamente coexistir con su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y los demás, como los ángeles junto con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las naciones en sus inmensas riquezas,
    emanando de su corazón santísimo: Bendiciéndolo todo en su alrededor, y engrandeciendo y glorificando su vida eterna por una eternidad entera. Visto que, es únicamente en las inmensas riquezas del corazón santísimo de nuestro Padre celestial, que
    su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo siempre lo han conocido como el Todopoderoso, Omnisciente y Omnipresente también por razones de su vida personal que puede estar instantáneamente, llenándolo todo en el reino angelical, en la tierra y por toda
    la Creación igual, para siempre.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial es inmensamente masivo y Todopoderoso, que su vida eterna puede estar en todo lugar a la vez por toda su Creación, que Él necesita vivir entre sus hijos junto con sus huestes angelicales con sus inmensas riquezas
    que su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo siempre han conocido y experimentado con él a través de la eternidad y hasta nuestros días. Por ende, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Israel antiguo descendiendo al Valle de lágrimas con
    la roca de salvación, salpicada con sangre expiatoria de tres carneros junto con dos palomillos sin cortar, porque Él necesitaba a su Hijo Jesucristo salpicando su sangre expiatoria clavado al madero, estableciendo así su corazón santísimo en el
    corazón de la tierra para siempre.


    Ya que, nuestro Padre celestial había establecido su corazón santísimo, como el corazón de la tierra, entonces, Él no solamente podía tener a Israel antiguo bautizado por el poderoso bautismo del Jordán, en el cual su Hijo Jesucristo fue bautizado
    por Juan, pero igual, Él podía tener a Israel ascendiendo hacia Canaán instantáneamente, viviendo ya la vida eterna victoriosa sobre la muerte perpetuamente. Sin embargo, para que esto suceda, entonces la tierra de Canaán tiene que fluir con leche y
    miel, que Él inicialmente prometió a Abraham y los patriarcas de Israel a través de las generaciones, y esto puede solamente ser posible hoy en día: Si Israel renace del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo, finalmente liberando así a
    Canaán del satanismo.


    Entendiendo que, cuando todo Israel renazca del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo sobre el monte Sion y su Lugar Santísimo, entonces, ellos estarán viviendo ya la vida eterna de nuestro Padre celestial, así como Él mismo la vive con
    sus huestes angelicales, derramando miedo y terror en los corazones del satanismo, alejándolos así de Canaán seguidamente. Aquí es cuando: Finalmente Canaán será liberado del satanismo, como cuando nuestro Padre celestial llamó a Israel antiguo a
    que vaya hacia la tierra prometida con su ejército, liderado por Moisés o por Josué, para remover el satanismo de su tierra escogida, y así, ella fluya con leche y miel, riquezas que se manifestaran para su descender final a su dulce hogar.


    Dado que, el Juramento a Isaac, que es su perfecta voluntad, para ser obedecida no solamente en Canaán y con todo Israel, pero igualmente para las naciones, en donde Él enriquecerá a cada hombre, mujer, niño y niña, finalmente bautizados en agua
    todos ellos, y así, Él haga su perfecta voluntad diariamente sobre la tierra con ellos, así como en el cielo con los ángeles. Considerando que, todos ya bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espí
    ritu Santo, entonces cada uno habrá cumplido con Los Diez Mandamientos, entrando así instantáneamente a la vida eterna de nuestro Padre celestial junto con palabras vivas del Juramento a Isaac, en donde Él ejecutará su perfecta voluntad con ellos en
    toda la tierra progresivamente.


    Ahora, cuando aquel hombre, mujer, niño y niña, bautizados en agua estén, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, ellos han entrado en la vida eterna de nuestro Padre celestial con los
    mandamientos cumplidos, y así, Él hace sus asombrosas misericordias, enriqueciendo su vida eterna en ellos con riquezas de Canaán y de su corazón santísimo. Dado que, nuestro Padre celestial siempre listo está para enriquecer su vida eterna en cada
    hombre, mujer, niño y niña, bautizados en agua de Israel y de las naciones, y así, Él finalmente llenar la tierra, desde su corazón y hasta su superficie vasta con su misma vida eterna, enriquecida con grandes riquezas, entregándonos nuevas glorias
    para su santo nombre fuego una eternidad entera.


    Evidentemente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Abraham abandonando su país, que fue Ur, de los caldeos, por Canaán, porque él necesitaba derramar su corazón santísimo sobre Isaac yaciendo sobre el madero del monte Sion,
    descansando sobre el Moriah, y así, Él enriquecer a Canaán con sus riquezas inmensas, estableciendo finalmente su santo nombre fuego sobre su sacrificio inmortal de Israel, Jesucristo, perpetuamente. Entendiendo que, nuestro Padre celestial preparó a
    Canaán no solamente abastecido con riquezas asombrosas, pero igual, Él tiene ya su mismo corazón santísimo debajo de ella, enriqueciéndola progresivamente, como su dulce hogar, en donde Él descenderá pronto a vivir su vida eterna con sus hijos,
    como tú y yo, victoriosos sobre la muerte: Además, Él está listo para enriquecer cada familia de las naciones ahora.


    Sin embargo, Satanás está allí en Canaán con sus familias que hacen brujerías con los ángeles caídos del mismo infierno, rebeldes como inicialmente en el día de la rebelión angelical en contra de su santo nombre fuego en el cielo, liderado por
    su arcángel Lucifer, desafiando continuamente a nuestro Padre celestial y su santo nombre, establecido ya sobre el monte Sion perpetuamente. Ahora, nuestro Padre celestial necesitaba establecer su santo nombre sobre el monte Sion y junto con su corazón
    santísimo, como el corazón eterno de su nueva tierra y con sus hijos renacidos, porque eran huesos en el Valle de lágrimas, viviendo su vida nuevamente en el Tercer Día, porque Isaac finalmente derramó de su sangre expiatoria sobre postes del
    infierno, victoriosa sobre la muerte eternamente.


    Además, desde que nuestro Señor Jesucristo salpicó su sangre expiatoria sobre postes de la Ciudad de David finalmente para salpicar sobre postes del infierno junto con la roca de salvación, que está allí en el corazón de la tierra, entonces, no
    solamente Israel antiguo pudo regresar a la vida, viendo al SEÑOR, igualmente, cada nación antigua puede ahora también ver al SEÑOR. Legalmente, una vez que nuestro Padre celestial ensangrentó postes de la Ciudad de David con sangre expiatoria de su
    Hijo Jesucristo sobre todo su altar de su amor eterno por cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las naciones, entonces, Él enriqueció igualmente el mismo infierno, ensangrentando sus postes perpetuamente, y así, todo Canaán y el mundo
    entero ahora mismo.


    Ahora, si nuestro Padre celestial no solamente está dispuesto a enriquecer el infierno mismo con riquezas asombrosas de su corazón santísimo junto con su roca de salvación, que descendió allí con Israel antiguo, tornándose todos ellos en huesos
    secos, porque fallaron en cumplir con el bautismo legal en agua del Padre, entonces, Él ciertamente hoy te enriquecerá junto con tus amados, vecinos y amistades. Es decir, también que: Si nuestro Padre celestial está dispuesto a enriquecer el mismo
    infierno con riquezas asombrosas, nacidas naturalmente de su amor infalible y asombroso por sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, entonces, Él puede ciertamente enriquecer a cualquier hombre, mujer, niño y niña pobre de la tierra,
    enriqueciéndolos hasta que digan: Basta ya, no más riquezas.


    Aquí es: cuando nuestro Padre celestial realmente puede enriquecerte a ti junto con tus amados, vecinos y amistades, con riquezas asombrosas, establecidas ya en el corazón de la tierra, y así en Canaán también, porque cuando tú eres bautizado
    entonces serás tú uno con ellos junto con la gloria angelical, como el paraíso y la Nueva Jerusalén celestial del cielo arriba, por ejemplo. Verdaderamente, tú serás llenado con riquezas asombrosas, que nuestro Padre celestial ya te las ha
    entregado a ti junto tus amados, cuando tú renacías de su imagen y de su alma santísima, viviendo en la semejanza de su Hijo Jesucristo, que no solamente es su naturaleza divina, pero igualmente, es su cuerpo glorificado de la carne sagrada y del Espí
    ritu Santo—de riquezas insondables siempre.


    Visto que, este es el cuerpo glorificado, que todos nosotros hemos recibido de Isaac y luego nuevamente en Canaán, cuando nuestro Señor Jesucristo nació con nuestra vida eterna, derrotada por Satanás y la serpiente en el paraíso, cuando ambos
    hicieron que Eva coma del fruto prohibido del árbol de la ciencia del bien y del mal, y así, Adán pecó finalmente. Sin embargo, cuando nuestro Señor Jesucristo vivió nuestra vida eterna en su cuerpo glorificado de carne sagrada y de sangre
    expiatoria, llena del Espíritu del Juramento a Isaac, entonces, obras de Satanás y de la muerte fueron destruidas en Canaán, y así, nosotros tengamos nuestra vida eterna siempre victoriosa sobre todo mal, gozando riquezas de Canaán por una eternidad
    entera, empezando hoy contigo.


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