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    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Fri Jul 19 12:26:25 2019
    Sábado, 20 de Julio, 2019 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    La TIERRA está siendo BAUTIZADA por el ESPÍRITU: EL PADRE DESCIENDE a CANAÁN ya:


    Amorosamente, nuestro Padre celestial se acercó a Noé, dejándole saber que había decidido destruir a toda carne de sobre la faz de la tierra, porque todo hombre era excesivamente violento para vivir en su presencia santísima, ya que cada pensamiento
    de su corazón es de continua maldad, encendiendo así violencia como fuego salvaje del bosque, destruyéndolo todo por su camino en la tierra. Ciertamente, nuestro Padre celestial le dolía ver a sus familias hermosas, que había unido por toda la
    tierra, de repente destruidas por violentos, que cada pensar de su corazón malvado era hacer el mal a su prójimo, que Él intentó sufrirlo todo, pero, fue imposible, porque su Espíritu Santo se dolía del mal grandemente, cuando se desplegaba el mal
    por todos lados.

    En lugar de destrucción: lo que nuestro Padre celestial esperaba ver fue su amor humano de familia hacia Él, creciendo hacia la gloria celestial, recibiéndolo todo con mucho gozo, y así, Él gozarlo con su Hijo Jesucristo, con su Espíritu Santo y
    las huestes angelicales: porque Él buscaba sosiego después de la rebelión angelical hacia su santo nombre fuego sobre el monte Sion. Realmente, nuestro Padre celestial estaba buscando sanar heridas en todo su reino angelical, pero Él lo necesitaba
    hacer con sus hijos más bien, en vez de crear más ángeles que podían rebelarse en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, como Lucifer junto con una tercera de las huestes angelicales, creando así mas ruina por todo su reino.

    Naturalmente, nuestro Padre celestial necesitaba establecer su amor sentido e infalible por su Creación, porque todo lo que Él ha creado ya, Él lo hizo con obras de su amor infalible, y así, huestes angelicales le amen, le sirvan y le glorifiquen a É
    l por amor a su santo nombre fuego sobre el monte Sion, por todo el reino angelical hacia la eternidad. Sin embargo, nuestro Padre celestial necesitaba crear un nuevo reino celestial, en donde su perfecta voluntad será obedecida por sus huestes
    angelicales y por todo ser creado, como sus hijos, nacidos de su imagen y de su alma santísima, viviendo conforme a su semejanza celestial, que es su naturaleza divina, en donde es imposible que el pecado, la rebelión y las tinieblas existan.

    Ciertamente, este es un nuevo reino celestial, nacido directamente y naturalmente de su corazón santísimo, y que siempre ha existido ya por la eternidad con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, en donde es imposible que el pecado coexista con
    ellos, y así, Él finalmente tener a sus hijos nacidos naturalmente de Él, expandiendo así su familia divina por toda su Creación. Visto que, nuestro Padre celestial no quiso crear más ángeles, porque Él ya había creado muchos de ellos, además
    fallaron en nacer de su imagen y de su alma viviente, como Adán y Eva junto con los hijos, además, el peligro de ellos rebelarse en contra de Él siempre estaba presente—y Él no quiso nunca más ver otra rebelión angelical.

    En otras palabras, nuestro Padre celestial no quiso crear más seres vivientes, como las huestes angelicales, lejos de su familia divina, que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque el potencial de rebelarse está presente en ellos siempre,
    por ende, Él prefirió tener a sus hijos pacíficos por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu santo únicamente. Dado que, su nuevo reino que nuestro Padre celestial siempre soñó poseer, nacido naturalmente de su corazón santísimo en la eternidad,
    es un reino, que estará formado con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu y junto con Él, primeramente, pero nacido de la perfecta voluntad de su corazón santísimo, en donde el pecado es imposible que exista por toda una eternidad entera.

    Además, nuestro Padre celestial no solamente tuvo a sus hijos nacidos de su corazón santísimo, lleno de su amor infalible, como cuando Adán nacido primero de su imagen y de su alma viviente, pero igualmente, Eva junto con sus hijos e incontables como
    las estrellas del firmamento, más aun, Él necesitaba empezar su nuevo dulce hogar para sus hijos desde su mismo corazón santísimo. Considerando que, todo lo que nuestro Padre celestial ha creado en la gloria angelical de la eternidad, ha sido por
    poderes de su santo nombre fuego y su sabiduría inagotable, sin embargo, ahora, después de la rebelión angelical, entonces, Él está creando todo con su corazón santísimo, y lleno de su amor infalible, en donde el pecado falla en existir una
    eternidad entera.


    Visto que, el nuevo reino que nuestro Padre celestial necesitaba formar, nacería desde su corazón santísimo, y lleno de su amor infalible por Adán y Eva, cuando nacían de su imagen y de su alma viviente, primero, pero igual, por sus hijos regresando
    a Él, viviendo su vida eterna, en donde Satanás, el pecado y la muerte han sido derrotados en el paraíso, perpetuamente. Dado que, fue en la paz de su corazón divino, que nuestro Padre celestial no solamente soñó sobre su nuevo reino, en donde sus
    hijos vivirán siempre gozos al fin: amando, sirviendo y alabándolo a Él junto con su santo nombre fuego sobre el monte Sion, pero igual, Él establecería su corazón santísimo, como la fundación de su nuevo dulce hogar eterno.

    Sin embargo, para que esto sea posible, entonces, nuestro Padre celestial empezó a celebrar su día de reposo en la tierra, en donde Él había empezado a darle vida a Adán y luego a Eva junto con sus hijos, y así, ellos llenen la tierra, pero,
    llenarla con paz y su amor infalible, floreciendo en sus corazones en todos sus días por la tierra. Puesto que, este fue su amor infalible y paz, que nuestro Padre celestial necesitaba para empezar a crear toda gloria de su nuevo reino venidero, derramá
    ndose desde su corazón santísimo sin cesar jamás, así como lo hizo inicialmente con Adán y Eva junto con los hijos, y así, Él finalmente construya su dulce hogar, en donde el pecado falla en existir nuevamente para siempre.

    Esto fue algo que nuestro Padre celestial necesitaba que Adán y Eva junto con sus hijos aprendiesen a vivir en la gloria angelical y sobre la tierra igual, como hoy en día, porque todo lo que Él empezó a crear es nacido de su corazón santísimo por
    su amor infalible, gloria y paz abundantemente hacia el gozo de sus hijos en la eternidad venidera. Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba a sus hijos viviendo el sentir de su corazón santísimo por su amor infalible junto con su reposo
    Sabatino y paz, que Él siempre ha gozado en su dulce hogar celestial con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, y así, Él finalmente formar su nuevo reino venidero, en donde su perfecta voluntad brilla cada día hacia la eternidad.

    Realmente, este es el sentir gozoso del corazón santísimo de nuestro Padre celestial de su amor infalible, descanso, gloria y paz con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo—y las huestes angelicales han fallado en vivirlos con ellos, como su
    familia divina: por ende, Él decidió darles vida a sus hijos, empezando con Adán, y así, Él vivir su amor natural con ellos al fin. Considerando que, nuestro Padre celestial, especialmente escogió la tierra no solamente para tener a sus hijos
    naciendo como Adán y Eva junto con sus hijos por generaciones venideras, para que Él finalmente establecer su nuevo dulce hogar, que Él escogió para que sea conocido como Canaán, en donde Él ha planeado vivir su amor infalible, paz y gloria con sus
    hijos una eternidad entera.

    Sin embargo, para que nuestro Padre celestial pueda hacer esto, entonces, Él tenía que ya haber establecido un convenio de vida con una familia en la tierra, estableciendo así su altar de su amor infalible, reposo y gloria, llevándolo postreramente
    al corazón de la tierra por amor a sus hijos, y así, Él instalar su mismo corazón santísimo en él, para que sus hijos renazcan legítimamente. Además, los hijos de nuestro Padre celestial tenían que renacer únicamente de su corazón santísimo,
    renaciendo así tan perfecto y santo, así como Él es siempre para entrar a la vida eterna, de otro modo, fallarían en entrar en él, en donde Él puede hacer toda obra necesaria para bendecirlos con riquezas asombrosas y, además, enriquecer la tierra
    enteramente en diferentes formas.

    Primero, nuestro Padre celestial tenia que haber tenido ya a Abraham sentándose a la Mesa santa para comer del pan y vino de su Hijo Jesucristo, conocido, en aquellos días, como el rey de Salem y Santidad perfecta para las naciones—por ende, al comer
    del pan y vino juntos con Él, entonces, su Hijo Jesucristo podía nacer en la familia de Abraham. Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente vivir su vida eterna con el hombre entre las naciones, por vez primera, observando cómo vivirí
    an con Él en sus días de la eternidad venidera, pero igual, Él necesitaba establecer su amor infalible, reposo, paz y gloria sobre la tierra con una familia dispuesta a vivir con Él su vida todopoderosa, y esta fue la familia de Abraham.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba experimentar cómo una familia humana viviría la vida eterna de su familia divina junto con su usual reposo, paz y gloria, que Él necesitaba establecer con ellos y en el corazón de la tierra su altar de
    amor infalible a la puerta del infierno, salpicado con la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo victoriosa sobre Satanás, pecados y muerte. Verdaderamente, al nuestro Padre celestial sentarse con Abraham y sus hijos adoptados para comer del pan y vino
    de la Mesa santa, servida diariamente por su Hijo Jesucristo, entonces, el hijo único de Abraham nacería como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, porque: Él necesitaba su altar de su amor infalible, establecido en el corazón
    de la tierra, pronto.

    Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba desesperadamente que su hijo Jesucristo nazca como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, porque él no solamente introduciría su vida eterna, en donde Él haría toda obra necesaria
    para bendecir familias de las naciones, pero igualmente, vivirla junto con su amor infalible, reposo Sabatino, paz y gloria en la familia de Abraham. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba expiar cada pecado que las familias de las naciones hayan
    cometido en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, Él no solamente establecer su altar de su amor infalible, reposo Sabatino, paz y gloria sobre la tierra, pero igual, Él llenaría la humanidad entera con sus bendiciones, como
    con paz en cada Sábado.

    Desdichadamente, la tierra ha sufrido violencia desde su origen, por eso nuestro Padre celestial le dijo a Noé que creara una Arca, porque Él estaba listo por destruir toda carne en la tierra, porque todo hombre pecaba sin cesar desde sus primeros
    pasos en su vida, además, su Espíritu Santo era contristado continuamente por él, que Él tenía que parar toda violencia, pronto. Además, nuestro Padre celestial tenia que detener el sufrimiento de su Espíritu Santo, que veía lo malvado y violento
    que todo hombre había venido a ser desde los primeros días de la tierra, y que tenían que ser detenidos pronto, muertos en sus caminos, antes que alcancen generaciones futuras con violencia, que el diluvio fue llamado finalmente, bautizando a la
    humanidad entera con paz divina.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba parar la violencia en cada pecador, que no había manera posible para hacerlo así, pero únicamente con un gran diluvio de aguas derramándose desde el cielo arriba y fluyendo desde debajo de la tierra,
    levantando toda agua hacia montañas altas de la tierra, para que toda carne finalmente muera, excepto los del Arca de Noé. Ciertamente, nuestro Padre celestial tenia que destruir la tierra entera junto con su humanidad de naciones, alzando las aguas
    sobre toda montaña de la tierra, y así, nadie sobreviva: hombres y animales igual, porque Él necesitaba frenar el sufrimiento de su Espíritu Santo, contristado continuamente por actos de maldad de pecadores de aquellos días, y así, Él finalmente
    gozar de su paz noble.

    En estos días, la tierra fluía con fuentes de agua abiertas desde el cielo arriba y fluían también desde debajo de la tierra, llenado así la atmósfera con agua, que era imposible para que el aire y el oxígeno circulen normalmente, por ende,
    animales y gente flotando con madera entonces, murieron, sin poder respirar—y aun los que estaban sobre las montañas fallecieron pronto. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba bautizar a toda la tierra con agua, derramándose desde el
    cielo arriba, como de fuentes abiertas, y fluían de fuentes abiertas desde debajo de la tierra, porque: Él necesitaba abolir la carne pecadora para apaciguar a su Espíritu Santo, afligido, contristado grandemente por culpa de violencias del hombre:
    además, su Hijo Jesucristo iba a nacer como Isaac pronto.

    En realidad, nuestro Padre celestial necesitaba empezar nuevamente con la tierra, ahogando toda carne: hombres y animales igual, porque Él estaba listo para tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac, aún más, Él necesitaba derramar su corazón
    santísimo sobre su Hijo Jesucristo, como Isaac, sobre su altar, descansando sobre el Moriah, y así, su primogénito Jacobo nazca junto con todo Israel. Considerando que, una vez que su Hijo Jesucristo nació, como Isaac, del vientre estéril de Sarah,
    por poderes del Espíritu Santo, entonces, nuestro Padre celestial descendió a vivir su vida eterna abundantemente con Abraham y sus amados, además, Él finalmente pudo vivir su reposo Sabatino junto con su paz y gloria, que Él falló en experimentar
    en días de Noé con gente violenta.

    Es más, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente vivir su vida eterna con Abraham y sus amados, incluyendo vecinos y amistades, porque Él necesitaba que las familias de las naciones conociesen y vivan su misma vida eterna, pero igual, vengan a
    conocer su reposo Sabático junto con su paz y gloria, estableciendo así su nuevo reino en su paz personal finalmente, para siempre. Porque así es como nuestro Padre celestial introdujo en la familia humana su vida eterna junto con la roca de salvació
    n y bendiciones cotidianas y, además, Él estableció, experimentó y gozó su reposo Sabatino junto con su paz y gloria con la familia de Abraham por muchas generaciones, finalmente estableciendo su nación con su altar de su amor eterno por la
    humanidad entera, en Canaán.

    Por eso, habiendo ya nuestro Padre celestial comido del pan y vino de su Hijo Jesucristo sobre la Mesa santa junto con Abraham y sus hijos adoptados, entonces, del vientre estéril de Sarah nació su Hijo Jesucristo como Isaac, y así, su familia divina
    finalmente viva su vida eterna, estableciendo así su altar de salvación, amor, paz y gloria para la humanidad entera. Ya que, es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial no solamente de bendecir a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de
    las naciones sobre la tierra actual, pero igual, es su voluntad perfecta de sacar a las familias de naciones antiguas yaciendo en el infierno a vivir nuevamente, pero en su nueva tierra únicamente, en donde no existió el pecado jamás.

    Además, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba a Abraham sacrificando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, salpicado con sangre expiatoria, pero igual, Él necesitaba descender al Valle de los huesos
    secos con toda la casa de Israel, conquistando así el corazón de la tierra con su mismo corazón, eternamente bendecido y enriquecido, como siempre. Sin embargo, antes de Israel antiguo descender al Valle de los huesos secos, entonces, primero ellos
    tenían que convertirse en nación en el cautiverio egipcio por cuatrocientos años, recogiendo cada pecado del pasado, del presente y del futuro de naciones del mundo entero, para abandonarlos en el bautismo de agua del Mar Rojo, recibiendo finalmente
    un cuerpo glorificado en su lugar al instante.

    Visto que, en el bautismo en agua del Mar Rojo: los israelitas abandonaron la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espíritu Santo, en donde ellos vivirán en un cuerpo glorificado para ser los sumos sacerdotes de nuestro
    Padre celestial que Él necesitaba con Él, expiando cada pecado que haya nacido en toda la tierra. Realmente, nuestro Padre celestial tuvo a todo Israel bebiendo aguas amargas de Marah, pero endulzadas con su árbol del monte santo de Jerusalén, en
    Canaán, que son ellos mismos, como Hijos de Dios, nacidos con poderes del Juramento a Isaac, recogiendo pecados del mundo entero, y así, ellos expiarlos por el desierto del Sinaí con el tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo.

    Ciertamente, después que Israel había bebido de las aguas amargas de Marah, endulzadas por el árbol del monte santo de Jerusalén que descendió a ellos para saciar su sed, pero igual, luego bebieron todos ellos de la roca de salvación para no volver
    a tener sed jamás por todo el desierto del Sinaí y en el Valle de los huesos secos. Considerando que, Israel: como sacerdotes de nuestro Padre celestial, expiaron cada pecado del mundo entero con el tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo,
    derramando sangres expiatorias de corderos a tierra, porque su Hijo Jesucristo iba a nacer en Canaán con su santo nombre fuego, descansando victorioso sobre el monte Sion, y hasta ver a la muerte derrotada por todo Israel finalmente.

    Sin embargo, para nuestro Padre celestial finalmente tener a Israel antiguo descendiendo al Valle de los huesos secos, mordidos por serpientes venenosas, primeramente, luego, mordidos nuevamente por serpientes de bronce sobre el monte Sion, en Canaán,
    cuando el santo nombre fuego era clavado al madero del Israel antiguo junto con su Hijo Jesucristo, entonces, fue para ver vida eterna en el Tercer Día mundialmente. Ya que, fue la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial de liberar a las familias
    de las naciones yaciendo en el infierno en el Día de Juicio, porque Él mismo ha expiado cada pecado y hasta el último de todas las naciones—entonces, todo pecado estará ausente en toda familia, por ende, ellos son libres para ver vida nuevamente en
    el día de resurrección.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesita ver siempre amor de padres regresando al amor de hijos, y el amor de los hijos al amor de los padres, pero únicamente en su nueva tierra, en donde el pecado no existió jamás, y así, Él vivir su amor
    muy sentido en su corazón santísimo con su paz y gloria hacia todos sus hijos una eternidad entera. Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial expiar con la carne sagrada del Israel antiguo junto con su misma vida eterna, derrotada ya en el
    paraíso por Lucifer y la serpiente, engañando a Eva, al comer del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, pecando así en contra de la vida eterna de sus hijos, para siempre.

    Por lo tanto, después que nuestro Padre celestial había expiado cada pecado de las familias de las naciones del pasado, del presente y del futuro, entonces, los israelitas antiguos fueron mordidos por serpientes venenosas, descendieron sangrando luego
    al Valle de los huesos secos con la roca de salvación junto con tres sacrificios y dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria. Considerando que, nuestro Padre celestial necesitaba su roca de salvación con tres sacrificios y con sus mitades
    opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, cerca a puerta del infierno, esperando por sangre expiatoria de Isaac con vida eterna de Adán y Eva, derrotada en el paraíso inicialmente, pero, ahora, salpicada
    victoriosamente en Canaán sobre Satanás y la muerte.

    Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba establecer su altar de su amor infalible por sus hijos de las naciones yaciendo en el infierno tormentoso, que Él ya había expiado por sus pecados con el Israel antiguo junto con la roca de salvación y con su
    tabernáculo del Lugar Santísimo, por el desierto del Sinaí, y así, ellos vivan felices en su nueva tierra últimamente. Realmente, ya que nuestro Padre celestial tuvo a Israel antiguo estableciendo su altar divino junto con su roca de salvación y
    con tres sacrificios y con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, a puerta del infierno, entonces, Él cantó victoria sobre Satanás y la muerte: porque su Hijo Jesucristo junto con su Espíritu vivió su vida eterna perfectamente en el
    paraíso, Canaán.

    Esta fue la victoria de nuestro Padre celestial: trabajada fuertemente con su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y Moisés junto con Aarón y los sacerdotes levíticos por todo el desierto del Sinaí no solamente expiando pecados del mundo entero, pero
    igual, ellos necesitaban garantizar que su altar de su amor infalible sea establecido ante postes del infierno victorioso sobre Satanás y la muerte postreramente. Históricamente, cuando Israel antiguo fue mordido por serpientes venenosas, emergiendo
    desde postes del infierno, recibiéndolos a ellos, porque se habían revelado en contra de Moisés y nuestro Padre celestial, entonces, los sacerdotes levíticos fueron mordidos también, dado que: Ellos necesitaban descender, garantizando, el
    establecimiento apropiado de la roca de salvación ante puerta del infierno, y así, finalmente la victoria descienda desde Canaán.

    Este establecimiento de la roca de salvación de nuestro Padre celestial y junto con sacrificios de Abraham y con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, entonces, la confidencia angelical fue alta por victorias en contra de Satanás y la
    muerte, porque el Rey Mesías estaba resuelto de derrotar la puerta del infierno, salpicando su sangre expiatoria primero sobre la puerta de la Ciudad de David. Y es aquí. En donde los israelitas antiguos yacían en el Valle infernal y con sus huesos
    esparcidos, entonces, ellos vieron vida nuevamente con el cuerpo glorificado, clavado a sus cuerpos originales, convertidos en semilla, plantada por el brazo derecho del Padre como el árbol y madero, en Canaán, recibiendo su santo nombre fuego junto
    con su Rey Mesías, enriquecido eternamente con victorias en contra de Satanás y la muerte.

    Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente su roca de salvación, como el altar de su amor infalible por las naciones, salpicado con sangre expiatoria de tres sacrificios de Abraham, y con dos aves sin cortar, pero igualmente, finalmente
    la puerta del infierno junto con sus hijos, viviendo nuevamente por su Hijo Jesucristo, sangrando, y nuestra vida eterna victoriosa sobre la muerte al fin. Y es aquí: En donde nuestro Padre celestial logró convertir el Valle de los huesos secos en su
    corazón santísimo perpetuamente, que es el nacimiento de su nueva tierra, en donde su voluntad perfecta es hecha en la tierra, así como en el cielo con huestes angelicales, porque es siempre el Padre mismo haciendo toda obra en su vida eterna, en cada
    hijo suyo.

    En otras palabras, nuestro Padre celestial hizo todo el trabajo necesario con Abraham y sus hijos prometidos para recoger todo pecado del pasado, del presente y del futuro de las naciones, y así, Él mismo expiarlos, y hasta que el camino este limpio
    para que su Hijo Jesucristo descienda junto con su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán. Dado que, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido de la hija virgen de David, por su Espíritu, viviendo su vida
    eterna: derrotando a Satanás y la muerte en Canaán, además, Él necesitaba su sangre expiatoria derramada hacia el Valle de los huesos, convirtiéndolo en su nueva tierra de su reposo Sabatino, paz, gloria y gozo de sus hijos, para siempre.

    Además, nuestro Padre celestial convirtió el Valle de los huesos secos en su corazón santísimo, así como el que tiene siempre en su pecho, para que no solamente sus hijos de Israel renazcan desde sus interiores divinos, como su imagen y su alma
    viviente, pero igualmente, las familias de las naciones listos para abandonar el infierno en el último día, para siempre. Es decir, que nuestro Padre celestial convirtió el corazón viejo de la tierra, así perfecto y glorioso como el suyo en su pecho,
    porque Él necesitaba a Israel renacido de él y de su amor infalible junto con su vida eterna victoriosa sobre Satanás y la muerte y, además, vivir en él cada reposo Sabatino con sus hijos, enriqueciéndolos con paz siempre.

    Ciertamente, cuando el Israel antiguo descendió al Valle de los huesos secos, mordidos por serpientes venenosas, entonces, ellos establecieron la roca de salvación ante la puerta del infierno, luego salpicada por sangre expiatoria de Isaac desde Canaá
    n, llena con vida eterna victoriosa sobre la muerte eternamente, y así, nuestro Padre celestial repose sus Sabatinos con sus hijos, entregándole al mundo su amor, paz y gloria cada sábado. Realmente, nuestro Padre celestial jamás cesó de llenar el
    corazón de la tierra con sus reposos Sabatinos, paz y gloria, desde cuando su Hijo amado descendió con su vida eterna victoriosa sobre la muerte, estableciendo su roca de salvación ante la puerta del infierno, salpicándola con su sangre expiatoria, y
    así, Él disfrutar sus reposos Sabáticos con sus hijos, llenando la tierra con paz siempre.

    Ahora, cuando la casa de Israel ha caído en terribles situaciones a través de las generaciones, como holocaustos: causando la muerte de muchos de ellos y de naciones en conflictos también, entonces, su reposo Sabatino, paz y gloria han estado ausentes
    en aquellos días, porque sus hijos no estaban libres para celebrar su reposo Sabatino con Él, por ende, violencia brotaba por doquier. Es decir, también que cuando nuestro Padre celestial ha tenido problemas celebrando libremente sus reposos Sabá
    ticos, paz y gloria con sus hijos no solamente en Canaán, pero igual, por todas sus comunidades judías alrededor del mundo, entonces, violencia ha brotado con terribles conflictos, reclamando la vida de muchos inocentes y, todos estos males sucedían,
    sólo hasta que su reposo Sabatino era restaurado a sus hijos.

    Por ende, cuanto a Israel le es permitido celebrar los reposos Sabáticos, paz y gloria de nuestro Padre celestial, entonces, nosotros tendremos paz expandiéndose por el mundo entero, porque la paz que desciende con Él al corazón de la tierra para
    gozarla en el día Sabático con sus hijos, luego es para las naciones, y así, ellas gocen al fin su creciente paz siempre. Puesto que, la paz que la tierra ha gozado por generaciones pasadas no viene de ningún lugar, excepto del corazón de la tierra,
    que nuestro Padre celestial la ha convertido como en su mismo corazón santísimo de su pecho, en donde cada sábado Él lo goza con sus hijos su reposo, paz y gloria, dejándosela toda a las naciones al fin del día.

    Ciertamente que, cuando nuestro Padre celestial decía por su Hijo Jesucristo: Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo os las da yo os las doy—porque el reposo Sabático, paz y gloria entregada hacia Israel cada sábado desciende directamente
    del cielo con Él, viviéndola enteramente con sus hijos y hasta que el día termina, entonces, pasa hacia las naciones. Así es como nuestro Padre celestial no solamente desciende con su reposo Sabatino, paz y gloria para vivirla con sus hijos de Israel
    cada siete días en el corazón de la tierra, en Canaán, pero cuando el día culmina, las naciones las reciben también, para gozar de su reposo, paz y gloria, y hasta que la tierra entera sea llena de mucha paz pronto.

    Ahora, nuestro Padre celestial tiene que llenar la tierra con su reposo Sabatino, paz y gloria cada siete días, porque la casa de Israel caminó ya por todas las naciones, conquistándolas para su nueva tierra venidera, pero igual, Él necesita
    bautizarla con su Espíritu Santo enteramente, para su descender final hacia Canaán, que es pronto, observando que estamos en los últimos días. Considerando que, nuestro Padre celestial necesita bautizar con su Espíritu Santo no solamente a Canaán,
    pero igualmente cada esquina de toda la tierra, para que las familias de las naciones sean bautizadas en agua y así también bautizarse en el descender de su Espíritu Santo—dado que, Él dijo que: en días postreros, Él derramaría de su Espíritu
    Santo sobre toda carne.

    Ahora, nuestro Padre celestial está enviando de su Espíritu Santo sobre la tierra, como nunca antes, porque ella ha acumulado reposos Sabatinos, paz y gloria en el corazón de la tierra, como en cada sábado celebrado con sus hijos de Israel desde dí
    as de Moisés y hasta nuestros días, por cierto, la paz está creciendo mundialmente, bautizando finalmente las naciones con su Espíritu Santo. Puesto que, nuestro Padre celestial necesita las naciones bautizadas en agua, invocando la perfecta santidad
    de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para que la carne pecadora y el espíritu de error se hundan en el infierno, y así, la carne sagrada y el Espíritu Santo sean vestidos desde el cielo arriba con reposo, paz y gloria en todos sus
    hijos.


    Por cuanto, nuestro Padre celestial necesita a sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, confesando con su carne sagrada y con su Espíritu Santo a su Hijo Jesucristo ante el mundo, y así, su Espíritu Santo se derrame con poderes y
    bendiciones de glorias angelicales sobre sus casas, para que todos conozcan sus asombrosas glorias y riquezas inagotables. Es decir, que: si tú confiesas a su Hijo Jesucristo ante el mundo con su carne sagrada y con su Espíritu Santo ya en ti, entonces,
    él te confesara a ti ante nuestro Padre celestial y sus santos ángeles, porque tú únicamente confesaras su santo nombre ante gente, cuando tú has renacido del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo.

    Ciertamente, cuando tú has sido bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, aquí es cuando tú realmente confesaras cada día su santo nombre fuego junto con cada gloria, que
    conlleva, como siempre, ante mucha gente cerca y lejos de ti, y así, ellos entren en la luz de su salvación instantáneamente. Por lo contrario, cuando tú fallas en bautizarte en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre, su Hijo
    Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, la carne pecadora junto con el espíritu de error confesara palabras malas de ídolos, de altares y del mismo infierno, ofendiendo así al SEÑOR, contristando grandemente su Espíritu Santo en la tierra y en la
    gloria angelical.


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