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Sábado, 06 de Julio, 2019 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
Su VIDA ETERNA derrotó a SATANÁS y la MUERTE en CANAÁN para tú VIVIRLA: enriqueciéndote siempre:
Nuestro Padre celestial le dijo a Abraham a que abandonase su país junto con sus parientes y amistades, porque Él iba a mostrarle una tierra maravillosa, en donde él necesita vivir con su esposa Sarah y su nieto Lot, porque tiene planes para hacerlo a
él grande, estableciendo así su vida eterna con él y sus hijos en la tierra finalmente. El tiempo había llegado para nuestro Padre celestial bendecir a un hombre, creyendo en sus palabras naturales, nacidas de su corazón santísimo, porque Él tenia
que establecer su vida eterna en la humanidad entera, que Lucifer había derrotado con la serpiente en el paraíso al hacer que Eva coma del fruto prohibido, del árbol de la ciencia y del bien.
Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba derrotar a Lucifer y la serpiente que hizo que Eva junto con Adán y los hijos comiesen del fruto prohibido, pero, como no tenía a sus hijos de regreso en el paraíso para derrotar a Lucifer, entonces, Él
hizo de Canaán la mejor tierra del mundo entero, y así, su vida eterna florezca en la humanidad entera postreramente. Esto significa que nuestro Padre celestial tenia que preparar a Canaán no solamente como su paraíso primoroso, y así, Él tener a
sus hijos viviendo su vida eterna, creciendo en ellos, pero igualmente, Él ha hecho que Canaán alimente su vida eterna siempre, que una vez fue derrotada en el paraíso con Adán y Eva, pero victoriosa sobre Lucifer y sus pecados finalmente.
Por eso, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham junto con su esposa Sarah y su nieto Lot acompañándolo a él hacia Canaán, en donde Él lo ha llamado a que viva su vida eterna derrotada en el paraíso, sin embargo, ahora lista para vengarse en
contra de Lucifer y la serpiente antigua junto con los ángeles caídos que ayudaron a que Adán peque. Nuestro Padre celestial necesitaba derrotar a Lucifer y la serpiente del Jardín del Edén, pero tenia que ser en su nuevo paraíso en la tierra, como
Canaán, en donde Abraham junto con Sarah dará a luz a los hijos prometidos de su vientre estéril, por poderes del Espíritu Santo, empezando con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac.
Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, pero Él tenia que tenerlo a él descendiendo del cielo como el pan de vida que todo hombre, mujer, niño y
niña necesita consumir para regresar a la vida eterna, pero victoriosa sobre Lucifer y sus pecados finalmente. Sin embargo, para que esto suceda entonces Abraham junto con Sarah tenían que estar viviendo ya en Canaán con muchos de sus hijos comprados
con dinero de extranjeros para darles a ellos un hogar en su familia amorosa, amor que él había aprendido en su relación que había gozado por años con nuestro Padre celestial.
Además, ellos necesitaban vivir cerca del rey de Salem, que en esos días era nuestro Señor Jesucristo, como Melquisedec, y la Justicia del Padre celestial en la tierra, para que él mismo sirva el pan y vino sobre la Mesa santa que empezaría un
convenio de vida eterna con Abraham y con sus hijos prometidos viviendo en generaciones futuras, para siempre. Ciertamente, este es un convenio que empezó con Abraham, comiendo de la Mesa santa con nuestro Padre celestial el pan y vino, servido
diariamente por nuestro Señor Jesucristo a los ángeles para mantenerlos santos y perfectos para amar, servir y alabar su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén por muchas generaciones, pero ahora también Abraham y su familia.
Puesto que, este comer del pan y vino significa no solamente comer con nuestro Padre celestial de su naturaleza divina, que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo compartiéndola siempre con todos nosotros por una vida entera en la tierra y en el
cielo, pero igualmente, es su misma vida eterna: leche y miel para ser consumida por sus hijos en Canaán postreramente. Por cierto, fue siempre importante no solamente para nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero
igualmente, para Abraham y Sarah de comer de la Mesa santa el pan y vino, entregándonos así instantáneamente de su naturaleza divina, haciéndonos parte de su familia divina aun hoy en la tierra finalmente, ascendiendo todos nosotros hacia la gloria
celestial, eternamente enriquecidos.
Legalmente, nuestro Padre celestial necesita empezar nuevamente su vida eterna, derrotada por Lucifer y la serpiente en el paraíso con mentiras, para finalmente derrotarlo a él y a la serpiente en su paraíso moderno, Canaán, restaurando así glorias
de su vida eterna con su verdad, camino y vida, llevando a sus hijos hacia toda victoria sobre el pecado, la muerte y el infierno, siempre. Dado que, nuestro Padre celestial necesitaba destruir a Lucifer y la serpiente junto con los ángeles caídos y la
muerte, sólo con su camino, verdad y vida eterna manifestada en su Hijo Jesucristo, por poderes del Espíritu Santo, naciendo del vientre virgen de la hija de David con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria con poderes de
resurrección.
Además, cuando nuestro Padre celestial envió a su Hijo Jesucristo a nacer de la hija virgen de David, por el Espíritu Santo, entonces Él lo hizo: porque sus hijos yaciendo en el Valle de los huesos secos ya habían aprendido a amarlo, a servirle, a
respetarlo, a obedecerle y a creer en Él y en su santo nombre, otorgándoles así salvación después de siglos. Por ende, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel antiguo yaciendo en el Valle los huesos secos por siglos y hasta que manifestasen señ
ales que habían aprendido a amar, servir, respetar, creer y confiar en Él y en su santo nombre, que Él ya estaba listo para clavarlo a ellos junto con su Hijo Jesucristo victorioso sobre Satanás y la muerte, para siempre.
Considerando que, los israelitas antiguos se habían dado cuenta finalmente que Satanás estaba preparando clavar a ellos, el madero antiguo, que es la naturaleza divina de nuestro Padre celestial, su nombre inicuo junto con Barrabas, culpado y convicto
de robo, asalto y muerte, sellando así su eterna desgracia en el infierno tormentoso para nunca más ver la vida nuevamente en el Tercer Día. Por eso, por palabras del Juramento a Isaac: ellos clamaron en unidad para que el Hijo de David, el Rey Mesí
as, sea clavado a ellos, el madero antiguo, junto con el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial en lugar de Barrabas y el nombre de Lucifer, porque en el Tercer Día verán vida nuevamente, conforme a la voluntad perfecta del Padre celestial.
Mientras los antiguos israelitas estaban clamando por el Rey Mesías para que sea clavado a ellos sobre el madero del Israel antiguo del monte santo de Jerusalén, en Canaán, entonces, sus hijos clamaban a Poncios Pilato igualmente para que sea clavado
el Hijo de David a sus antepasados junto con el santo nombre fuego, en lugar de Barrabás y el nombre de Satanás. Este fue un sacrificio muy crucial cuando todo Israel clamaba para que el Hijo de David sea clavado al madero antiguo sobre el monte santo
de Jerusalén, porque aquí es cuando la sangre expiatoria de Isaac finalmente salpicaría no solamente sobre la roca de salvación, pero igual, los postes de la entrada al infierno, para que todos huyan por sus vidas finalmente.
Aquí es cuando: los israelitas antiguos fueron mordidos nuevamente, pero esta vez por la serpiente de bronce en sus manos, lados y pies, entrando así al Lugar Santísimo del monte Sion, en Canaán, con el cuerpo glorificado del Rey Mesías: derrotando
a Satanás y la muerte junto con el reino de tinieblas, finalmente recibiendo así vida eterna victoriosa sobre toda la tierra perpetuamente. Considerando que, toda la casa de Israel descendió al Valle de los huesos secos, mordidos por serpientes
venenosas, porque se habían rebelado todos ellos en contra de Moisés y del SEÑOR, cayendo así en tinieblas terribles, sin embargo, mordidos por la serpiente de bronce: ellos finalmente abandonaron las tinieblas para entrar a la luz perfecta de la
salvación eterna de la gloria angelical.
Además, los israelitas pudieron entrar al Lugar Santísimo del monte Sion con el cuerpo glorificado del Rey Mesías: porque cuando él fue clavado a ellos, entonces nuestro Padre celestial estuvo con él, cuando su imagen santísima y su alma viviente
eran restauradas en cada hombre, mujer, niño y niña yaciendo en el Valle de los huesos secos para comer del pan y vino. Ya que, el Rey Mesías había declarado que él es el pan que había descendido del cielo arriba, para que todo aquel que coma de su
pan entonces aquel reciba vida eterna al instante, además, todo aquel que beba de su sangre expiatoria no volverá a tener sed jamás en esta vida y en la venidera del reino de los cielos.
Verdaderamente, cuando nuestro Señor Jesucristo fue finalmente clavado al madero del Israel antiguo sobre el monte Sion, entonces, cada hombre, mujer, niño y niña del Israel antiguo comió del pan de vida y bebió de su sangre expiatoria, que es la
copa de vida de la Mesa santa para obtener vida eterna que ha derrotado a Satanás y a la muerte, para siempre. Por eso, es que Israel antiguo no solamente pudo regresar a la vida eterna nuevamente, que nuestro Padre celestial les había entregado a
ellos por el Juramento a Isaac, pero igual, ellos empezaron a amar, a servir y a alabar su santo nombre fuego clavado a ellos, el madero antiguo, sobre el monte Sion, en Canaán, conquistando así nuevas glorias, siempre.
Es decir, también que al nuestro Padre celestial clavar a su Hijo Jesucristo al madero del Israel antiguo, entonces, esto significo que Él los estaba aceptando a ellos nuevamente, como sus hijos legítimos para vivir eternamente enriquecidos con su
vida eterna por fin victoriosa sobre la muerte en Canaán, la nueva tierra, en donde su voluntad perfecta será obedecida una eternidad entera. Esto también significa que al nuestro Padre celestial clavar a su Hijo Jesucristo al madero del Israel
antiguo sobre el monte Jerusalén y su Lugar Santísimo, entonces ellos regresaron a donde ellos siempre habían vivido en Él en la eternidad, para que ellos vuelvan a ser sus hijos legítimos nuevamente en su tierra nueva, en donde el pecado falla en
existir siempre.
Dado que, cuando nosotros nacimos del vientre de nuestras madres después de nueve meses de embarazo, entonces, nosotros emergimos inicialmente de la vida eterna de nuestro Padre celestial, como su imagen, amor, felicidad y gozos de su corazón santí
simo para vivir conforme a su semejanza celestial, conquistando así nuevas glorias para su santo nombre fuego sobre el monte Sion, en Canaán. Glorias: que jamás han sido conquistadas antes por las huestes angelicales de la gloria celestial, pero ahora,
ellas serán conquistadas por cada hombre, mujer, niño, niña, renacidos del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo, invocando siempre la perfecta santidad de su nombre sobre el monte Sion, destruyendo tinieblas que afligen cada día a la
humanidad entera hasta nuestros días.
Puesto que, estas son las tinieblas que solamente los hijos de nuestro Padre celestial que han renacido del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo conquistaran por poderes cotidianos del Juramento a Isaac, otorgándoles así poderes
especiales para destruirlos completamente en toda la tierra, y así: su Gracia, Misericordia, Verdad y Justicia Divina florezca bendiciendo a las familias de las naciones. Por ende, nuestro Padre celestial necesita a cada hombre, mujer, niño y niña no
solamente de Israel renacidos del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo, pero igualmente, las familias de las naciones, y así, tinieblas creadas por la rebelión angelical mueran por toda la tierra para siempre: Para que su luz divina
brille en toda la humanidad entera postreramente.
Verdaderamente, estas son tinieblas del corazón malvado de Lucifer, pero igualmente de los ángeles caídos y de la muerte, atacando a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, haciendo que ellos sufran: problemas,
dificultades, maldiciones, enfermedades, pobreza y muerte en el infierno, y así, ellos siempre fallen en ver la luz del Padre en ellos. Por eso, el bautismo en agua es importante, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espí
ritu Santo, en donde cada uno abandonara la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espíritu Santo, que está llenó de la luz de nuestro Padre celestial, destruyendo toda tiniebla siempre, y así, ver cada bendición llegar.
Es decir, también que cada vez que uno es bautizado en agua y bautizado en el Espíritu Santo, entonces, esa persona ha abandonado la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espíritu Santo, en donde la naturaleza divina del
Padre celestial desciende continuamente con grandes poderes de la gloria celestial, conquistando todo lo que esté por delante. Y es aquí, en donde nada será imposible para ti y para todos los demás alrededor de ti: porque será la carne sagrada y el
Espíritu Santo recibiendo del continuo descender de la naturaleza divina del Padre celestial desde el cielo, que no solamente enriquece al recibidor, pero igualmente a sus amados, vecinos y amistades de alrededor del mundo entero.
Reconociendo que, esta es la naturaleza divina de nuestro Padre celestial bendiciendo todo lo que te pertenece a ti, incluyendo a tus vecinos, amistades y propiedades, como tierras, edificios e industrias: porque es la naturaleza divina del Padre
celestial, dándonos poderes para prosperar en todo lo que hacemos, y así, tú seas bendición de riquezas celestiales para otros en todo tu país. Aquí es cuando, tú no solamente eres bendecido, pero igualmente tus amados, vecinos, amistades, tu
comunidad, vecindad, ciudad y hasta toda la economía de tu nación, para que todos prosperen siempre en todo lo que hacen cada día, porque nuestro Padre celestial necesita que toda la tierra crezca en su prosperidad hacia riquezas inagotables y
asombrosas, como con las huestes angelicales del cielo, por ejemplo.
Por eso, tú tienes que renacer del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, tú abandones la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espíritu Santo, en
donde la naturaleza divina del Padre celestial se derrama continuamente por inicio, haciéndote rico junto con otros alrededor. Entendiendo que, cuando tú abres tu boca, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu
Santo, entonces, tú habrás abierto tu corazón para que su naturaleza divina se derrame directamente de su corazón santísimo hacia el tuyo, haciendo que tú te vuelvas rico junto con los demás en tu alrededor, porque Él necesita sus riquezas
manifestadas mundialmente siempre.
Puesto que, este fue el secreto de riquezas asombrosas de Abraham, al comer con nuestro Padre celestial de la Mesa santa el pan y vino, que es la carne sagrada y el Espíritu de vida eterna que necesitaba destruir a Satanás y la muerte, en Canaán, pero
únicamente con grandes riquezas de su naturaleza divina derramándose sobre él y sus hijos prometidos también. Visto que, es la naturaleza divina de nuestro Padre celestial derramándose desde de Él hacia sus huestes angelicales que los hace ricos
grandemente, pero igualmente, es verdad con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, con el fin de que toda la tierra se torne aún más rica que el reino angelical en estos días.
Además, la naturaleza divina de nuestro Padre celestial hará rica a cualquier familia, vecindad, comunidad, pueblo, ciudad y nación también, porque poderes para enriquecer a quien quiera, como una familia, barrio, comunidad, pueblo, ciudad, escuela,
compañía, industria y nación es su naturaleza divina derramándose cada día sobre ti y los demás igualmente, después del bautismo en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre. Aquí, nuestro Padre celestial no está considerando si tú eres
musulmán, budista, taoísta, espiritista, cristiano, médium, ateo o de cualquier otra religión o fe, porque Él ya ha expiado todo pecado por el desierto del Sinaí y sobre el monte Sion y su Lugar Santísimo últimamente, en Canaán, removiendo
pecados del mundo entero, y así, tú recibas su naturaleza divina bautizado en agua hoy.
Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial comer de su Hijo Jesucristo el pan y beber de su copa de vino con Abraham y su familia de la Mesa santa, porque no solamente fue el comienzo de su vida eterna en Canaán en necesidad de destruir a
Satanás y la muerte, pero igualmente, es riquezas de salvación eterna de la humanidad entera. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel antiguo nacido en el cautiverio egipcio por cuatrocientos años no solamente recogiendo cada pecado de
las familias de las naciones del pasado, presente y futuro con poderes del Juramento a Isaac para abandonarlos en el bautismo del Mar Rojo, pero igualmente, llevarlos por el desierto del Sinaí, expiando cada pecado con sangres expiatorias de corderos.
A la verdad, nuestro Padre celestial necesitaba la carne sagrada y el Espíritu Santo de la casa de Israel conduciendo rituales y ceremonias de santidades perfectas del Juramento a Isaac junto con el tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo, para É
l mismo descender al Valle de los huesos secos con su naturaleza divina mucho antes que Israel antiguo descienda a ella. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba enriquecer el corazón de la tierra con su naturaleza divina, que seguía derramá
ndose sobre Abraham y sus hijos prometidos por todo Egipto, pero igual, Él necesitaba derramarla sobre Canaán abundantemente, pero primero: Él tenía que conquistar el Valle de los huesos secos, tornándolo en su corazón santísimo por amor eterno
por todos sus hijos.
Por ende, fue importante para nuestro Padre celestial tener a toda la casa de Israel, después que ellos habían terminado los rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac por todo el desierto de Sinaí, entonces ellos necesitaban
descender mordidos por serpientes venenosas con la roca de salvación, tocando los postes del infierno con su naturaleza divina finalmente. Esto fue importante para nuestro Padre celestial lograr con Israel antiguo y la roca de salvación y con sus tres
sacrificios y mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, porque Isaac nacería de la hija de David, en Canaán, salpicando sangre expiatoria de vida eterna victoriosa sobre Satanás y la muerte, y así,
Israel vea vida nuevamente.
Sangre expiatoria de Isaac necesitaba salpicar sobre la roca de salvación con los tres sacrificios y sus dos aves sin cortar, porque la naturaleza divina de nuestro Padre celestial salpicaría con ella y con la vida eterna victoriosa sobre Satanás y la
muerte a postes del infierno, para que sus hijos de las naciones vean vida nuevamente en su nueva tierra, pronto. Ahora, Israel antiguo vio vida nuevamente con su Hijo Jesucristo clavado al madero, que es la naturaleza divina de nuestro Padre celestial
nacida del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, dándonos a Isaac y los hijos prometidos por generaciones, recibiendo así con clavos su santo nombre fuego para amar, servir y alabarlo en Canaán, sondeando sobre la tierra por siempre
glorioso.
Esta es la victoria que nuestro Padre celestial no solamente necesitaba en Canaán, que es todo Israel, una victoria gloriosa de vida eterna sobre Satanás y los ángeles caídos y la muerte, pero igualmente en el paraíso finalmente, y así, Él hacer
que Israel vea vida nuevamente en el Tercer Día, y luego las familias de las naciones en su nueva tierra. Ahora, para nuestro Padre celestial aceptar a sus hijos de las naciones entonces ellos tienen que renacer del bautismo en agua, invocando la
santidad perfecta de su nombre bendito, pero igual, comer del pan y vino, porque el pan es la carne sagrada de Isaac y la copa es la sangre expiatoria de vida eterna victoriosa sobre la muerte en Canaán perpetuamente, finalmente.
Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham y a Sarah con su vientre estéril, comiendo del pan y vino, porque este era el camino, la verdad y la vida eterna, que necesitaba ser establecida en Canaán, expandiéndose hacia las naciones
finalmente: entendiendo que, al beber de la copa entonces todos beben de la vida eterna finalmente victoriosa sobre la muerte, para siempre. Por eso, es que nuestro Padre celestial les tenia prohibido comer de la sangre del animal sacrificado sobre su
altar, porque la vida del animal está en su sangre, por ende, jamás ellos deberían comer de la carne con su sangre, pero tienen que derramarla por completo a tierra como agua, y así, Él ser complacido por todos ellos, aceptando su sacrificio.
Puesto que, la casa de Israel es la única nación que nace por las generaciones con el convenio de vida eterna, que es el Juramento a Isaac, entregándoles así a ellos continuamente el descender de la naturaleza divina de nuestro Padre celestial que
alimenta cada día su vida eterna en ellos, manifestándose únicamente en ellos eventualmente, cuando renacen del bautismo en agua. Legalmente, nuestro Padre celestial les prohíbe comer del animal sacrificado su carne con su sangre sobre el altar,
porque al comer de la sangre del animal, entonces, estarán ellos comiendo de su vida, y esto choca con su vida eterna y con la sangre expiatoria ya en ellos, por inicio, cuando nacen con poderes del Juramento a Isaac para vivirla en Canaán, para
siempre.
En otras palabras, nuestro Padre celestial les prohíbe comer de la carne del animal sacrificado con su sangre, porque Él necesita mantenerlos santos y perfectos, y sin ninguna contaminación de las naciones, porque su Hijo Jesucristo nacía de la hija
virgen de David, como el Rey Mesías, con la carne sagrada y la sangre expiatoria para destruir a Satanás y la muerte para siempre. Además, al comer los israelitas de la carne del animal con su sangre, hubiese chocado no solamente con la carne sagrada
de su Hijo Jesucristo y con su sangre expiatoria también, que necesitaba nacer, como el Rey Mesías en Canaán de la hija virgen de David, salpicándola a tierra primero, pero hubiese igualmente colisionado terriblemente con su naturaleza divina en
ellos, siempre.
Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel retirados de toda contaminación, como naciones en sus alrededores, porque ellos necesitaban no solamente hacer que su Hijo Jesucristo nazca, pero igualmente, ser
su naturaleza divina manifestada finalmente, como el madero sobre el monte Sion, destruyendo el pecado del mundo entero en un día y para siempre. Por lo tanto, nuestro Padre celestial jamás les permitió consumir la carne y su sangre del animal
sacrificado, pero ellos tenían que regarla sobre la tierra como agua, porque ellos tienen su misma vida eterna que tiene que manifestarse en Canaán, sólo renaciendo del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo, bendiciendo así a las
familias de las naciones últimamente.
Definitivamente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, en la que su Hijo Jesucristo nació de la hija de David, por el Espíritu Santo, viviéndola enteramente, aunque derrotada en el paraíso por Lucifer y la serpiente, al Eva comer del
fruto prohibido, empero, últimamente derrotó a Satanás y la muerte en Canaán, para que sus hijos la vivan enteramente, siempre. Presentemente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial en cada hombre, mujer, niño y niña de Israel nacido con
ella por inicio divino, por poderes del Juramento a Isaac, para vivirla en Canaán, aunque vivan en tierras lejanas en sus comunidades florecientes, alcanzando así a las familias de las naciones postreramente victoriosa sobre Satanás y la muerte hacia
la eternidad.
Es decir, entonces, que Canaán es la tierra de la vida eterna de nuestro Padre celestial, en donde es alimentada continuamente, cuando sus hijos de todo Israel y de las familias de las naciones son bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de
su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para que crezca en ellos abundantemente y hasta siempre. Considerando que, la vida eterna de nuestro Padre celestial nació con su Hijo Jesucristo del vientre virgen de la hija de David, salpicando
sangre expiatoria en Canaán, restaurando así su vida eterna atacada por Lucifer y la serpiente en el paraíso, y así, su Hijo finamente vivirla, derrotando a Satanás y la muerte: recibiéndola Israel en el Tercer Día victoriosa sobre todo pecado
perpetuamente.
Es decir, que cuando nuestro Señor Jesucristo nació de la hija de David, entonces, la sangre expiatoria salpicó en tierra de Canaán, recibiendo así el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial, descendiendo de la gloria angelical sobre el monte
santo de Jerusalén, quedándose sobre todo lo alto del mundo entero, y hasta que la vida eterna diga: ¡Muerte, yo soy tu muerte! Ahora, nuestro Padre celestial necesitaba que la hija virgen de David salpicase la sangre expiatoria en Canaán, porque fue
Eva, como virgen del paraíso, que pecó: comiendo del fruto prohibido, contaminando así el paraíso que el santo nombre fuego y la vida eterna abandonaron a Eva, a Adán y a sus hijos y hasta que sean restaurados, salpicando la sangre expiatoria en
Canaán últimamente.
Además, esto es lo que nuestro Padre celestial ha estado esperando ver no solamente de la hija virgen de David, salpicando la sangre expiatoria en Canaán, pero igualmente, su Hijo Jesucristo viviendo su vida eterna, derrotando a Satanás y la muerte,
convirtiendo así el Valle de los huesos secos en su corazón santísimo: renaciendo así sus hijos hacia su nueva tierra, perpetuamente enriquecidos. Visto que, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, en donde su santo nombre fuego es amado,
servido y alabado sobre el monte Sion, en Canaán, y por toda su nueva tierra, además, su voluntad perfecta es obedecida en sus hijos, conociendo únicamente abundancias de su Gracia, Misericordia, Verdad y Justicia Divina, emanando de su amor infalible
hacia todos ellos por una eternidad entera.
Ciertamente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, en la que todo Israel tiene que renacer en ella, bautizados en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque esta vida eterna es
finalmente victoriosa sobre Satanás y la muerte para que las familias de las naciones vivan sus bendiciones y riquezas cotidianas siempre. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial podrá tener finalmente la vida eterna, en la que su Hijo Jesucristo naci
con ella de la hija virgen de David, para vivirla a su máximo, destruyendo así a Satanás y sus pecados junto con la muerte, y finalmente florezca toda ella en Canaán, haciendo de Canaán la mejor tierra del mundo nuevamente, para siempre.
Aquí es cuando, nuestro Padre celestial descenderá para vivir su vida eterna con cada hombre, mujer, niño y niña, viviéndola así a su máximo, no solamente bendiciendo a Canaán con grandes bendiciones, alcanzando a las familias de las naciones,
pero igualmente, tener su voluntad perfecta finalmente hecha en la tierra, así como en el cielo con las huestes angelicales hacia toda la eternidad venidera. Considerando que, es nuestro Padre celestial viviendo cada día su vida eterna en cada hombre,
mujer, niño y niña de toda la casa de Israel, porque tiene que ser solamente Él haciendo toda obra por sus hijos, y así, su voluntad perfecta sea hecha en la tierra, así como es en el cielo con las huestes angelicales, para siempre.
Entendiendo que, es nuestro Padre celestial viviendo su vida eterna en cada hombre, mujer, niño y niña para hacer toda obra, y así, sus hijos puedan obtener sus metas en todos sus días en la tierra, y sin perder ninguno de ellos jamás, porque será
siempre Él haciendo toda obra a perfección y santidad eterna, en donde sus hijos fallaran en pecar nuevamente. Considerando que, será únicamente nuestro Padre celestial viviendo su vida eterna en cada uno de sus hijos de Israel bautizados en agua ya
e invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, vivirla Él mismo enteramente victoriosa sobre Satanás y la muerte en Canaán, sin ver pecado alguno nuevamente en ellos por una eternidad entera.
Dado que, es únicamente nuestro Padre celestial que realmente vivirá su vida eterna en cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, así como la vive con cada ángel del cielo arriba, y así, nadie jamás pecará en su
presencia santísima nuevamente: porque solamente Él la vive a perfección sin jamás ver pecado en la eternidad venidera. Esta es la única manera en que nuestro Padre celestial finalmente hará su voluntad perfecta en la tierra, como en Canaán y en
toda la casa de Israel, al ser bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, así como es hecha en la gloria celestial con las huestes angelicales, sin pecar en toda una eternidad entera.
Ahora, cuando nuestro Padre celestial finalmente esté viviendo su vida eterna, que derrotó a Satanás y la muerte en Canaán en cada hombre, mujer, niño y niña de Israel, bautizados en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, entonces, la
roca de salvación en el corazón de la tierra y cerca de postes del infierno, salpicados con sangre expiatoria de Isaac: brotara agua viva nuevamente. Esta roca de salvación responderá inmediatamente a necesidades de la casa de Israel que se habrá
bautizado en agua, porque ellos habrán cumplido con los Diez Mandamientos de nuestro Padre celestial finalmente entrando así a su vida eterna victoriosa sobre Satanás, muerte y el infierno perpetuamente, que necesita ser alimentada del amor infalible
brotando cada día desde de la roca de salvación.
Visto que, esta es la roca de salvación otorgada a Abraham por nuestro Padre celestial con sus tres sacrificios y mitades opuestas una a otra junto con dos palominos sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, entrando al infierno, esperando que Isaac
salpique su sangre expiatoria, y así, brote con vida eterna victoriosa sobre Satanás, muerte y el infierno hacia Canaán y todas las naciones finalmente. Esta es la roca de salvación, respondiendo a necesidades de la casa de Israel, como con amor,
gozo, alegrías y otras bendiciones especiales, como el reposo Sabatino y la paz, así como cuando respondió inicialmente a necesidades de Israel de satisfacer su sed en el desierto del Sinaí: brotando con agua viva y bebieron hasta que no tener sed
otra vez jamás.
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