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    From Elio I. Valarezo@21:1/5 to All on Sun May 15 15:29:59 2022
    Sábado, 14 de Mayo, 2022 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas escritas por Iván Valarezo)


    El Padre crece contigo en el lugar santísimo: sacando a Satanás de Canaán y de la tierra entera, empezando en tu hogar:


    Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba crecer con sus hijos (pero sin pecado), bendiciendo a su nueva creación, como cielos y tierra, entendiendo que, Él necesitaba descender a él, viviendo por siempre amado junto con su santo nombre fuego
    una eternidad entera, pero crecer con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, estableciendo así su nuevo reino de amor para con todos ellos eternamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba enriquecer la tierra entera, porque Él es un
    Dios de grandes riquezas, que Él necesitaba gozar no solamente con Adán y Eva, naciendo de su imagen y de su alma santísima, pero igualmente, Él necesitaba gozarlas con ellos abundantemente con sus hijos después de ellos, sin embargo, Satanás habí
    a tomado control de todo, por culpa del mal.


    Desdichadamente, Adán y Eva habían comido del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, del cual, nuestro Padre celestial les había avisado no tocarlo jamás, dado que, al comer ellos de él entonces ellos morirían, fallando
    siempre vivir en su vida eterna, que enriquece a sus hijos únicamente para conocer amor, prosperidad y alegrías sin fin toda una vida. Por lo tanto, fue importante para Satanás y sus ángeles caídos tener a la tierra entera empobrecida por Adán y
    Eva junto con sus hijos de generaciones venideras, entendiendo que, nuestro Padre celestial necesitaba enriquecerla, empezando así su nuevo reino de amor y de riquezas sin fin, que excluiría a Satanás y a sus ángeles caídos que tenían en mente
    llenarla de tinieblas eternamente.


    Definitivamente, Satanás necesitaba ennegrecer la tierra, al tener a Adán y a Eva con sus hijos pecando en generaciones futuras, incrementando así su reino de tinieblas, desafiando a riquezas, poderes y glorias de nuestro Padre celestial y de su santo
    nombre fuegos únicamente posibles con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo a través de sus amados (tú y yo), destruyendo tinieblas finalmente siempre. Realmente, Satanás con sus espíritus inmundos ha traído siempre tinieblas sobre la tierra,
    llenándola enteramente con su mal en las naciones, y así, ellas siempre fallen al conocer a nuestro Padre celestial y glorias de su santo nombre fuego, entonces, invocándolo, recibiremos desde el cielo arriba y en la tierra abajo riquezas, para gozar
    de la vida en que hemos nacido, gozándola diariamente siempre.


    Ciertamente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, que estará derramándose sobre nosotros, viviéndola con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entendiendo que, Él creó cielos y tierra para vivirla enteramente con sus hijos:
    amando, sirviendo y honrando su santo nombre, así como ángeles en la gloria angelical, conquistando finalmente riquezas, glorias y poderes jamás conocidas en la eternidad. Esto es algo, que nuestro Padre celestial necesitaba hacer con sus huestes
    angelicales en el cielo, pero ellos fallaron al lograr estas riquezas, glorias y poderes en la eternidad, porque ellos poseen poderes limitados, empero, con Adán y sus hijos naciendo de Él, entonces ellos los podrán lograr, entendiendo que, nosotros
    salimos de Él para ser perfectos y santo, así como Él eternamente.


    Positivamente, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra con asombrosas glorias, poderes y riquezas, que su vida vivida con sus hijos de familias de las naciones, gozaran continuamente siempre, conquistando mayores riquezas, glorias y poderes jamás
    tocados por nadie, por ende, presentemente Él está alegre al ver a su reino de amor llenar la tierra últimamente contigo, amados, vecinos y amistades, bautizados en agua. Verdaderamente, nuestro Padre celestial será el que crecerá contigo junto con
    amados en tu país natal, porque Él es el poder creador de cosas en el cielo y en la tierra, para gozarlas contigo toda una eternidad entera, para siempre conquistando nuevas riquezas, poderes y glorias jamás tocadas por el pecado, por ello, estarán
    siempre escondidas, que solamente Él conoce como encontrarlas contigo.


    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba descender a crecer contigo junto con amados, vecinos y amistades, para llevarte a donde se encuentran (riquezas) cerca de ti, para que tú las desentierres con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo,
    viviendo así una vida de grandes riquezas, poderes y glorias desconocidas por los ángeles en el cielo y por la humanidad en la tierra, hasta hoy. Aún más, nuestro Padre celestial está dispuesto a enriquecer la tierra entera contigo, logrando así su
    perfecta voluntad contigo, y esto eres tú enriquecido, tal como Él siempre lo ha sido en la eternidad, entonces, Él necesita vestirte con su semilla santa, como su carne sagrada y sangre expiatoria de su misma vida, conociendo únicamente amor por ti
    toda una vida entera, para siempre.


    Por eso, al nuestro Padre celestial crear cielos y tierra, entonces, Él los creó con todo en ellos enriquecidos, pero igualmente, Él estableció su tierra santa, que es Canaán, en donde Él vivirá eternamente amado por ti, tus amados, vecinos y
    amistades en la tierra entera, entendiendo que, no ha pecado allí, pero únicamente amor, alegría y riquezas interminables para todos, siempre todos bautizados ya. Y es aquí, en donde nuestro Padre celestial llamó a Abraham junto con su esposa Sarah,
    que tenía su vientre estéril, pero igualmente, Él llamó a su Hijo Jesucristo a nacer como Isaac en Canaán contigo junto con cada hombre, mujer, niño y niña de naciones antiguas y modernas, porque el pecado jamás existió allí, enriqueciéndolos
    así a ellos siempre toda una vida entera.


    Ya que, aquí es, en donde nuestro Padre celestial necesita reiniciar su vida eterna con Adán y Eva junto con sus hijos, pero Él necesita reiniciarla con su semilla santa, que es su carne sagrada, huesos inquebrantables y sangre expiatoria de vida
    eterna, poderes y riquezas que enriquecen las almas vivientes de sus hijos, enriqueciendo finalmente la tierra entera igualmente para conocer glorias eternamente. Entendiendo que, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra con riquezas interminables,
    para enriquecer su reino venidero de amor eterno, y así, sus hijos amen, sirvan y honren su santo nombre toda una vida, conquistando nuevas riquezas, poderes y glorias, que huestes angelicales fallaron al conquistarlas, y finalmente Él vivir alegrías
    de su corazón santísimo contigo toda una eternidad entera en la tierra, siempre.


    Ciertamente, riquezas, poderes y glorias en todo su nuevo reino venidero de amor, que únicamente Él con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo en sus hijos, que serán conquistados, alegrando su corazón toda una eternidad, y aún más alegre que
    en la gloria celestial, establecido ya todo está en Canaán enteramente, esperando por su descender, reiniciando su vida eterna con la humanidad finalmente. Sin embargo, para lograrlo todo en las naciones, entonces, nuestro Padre celestial llamó a
    Abraham a su Mesa santa, servida por su Hijo Jesucristo, como Melquisedec, rey de Salem (Jerusalén antiguo) con pan y vino no solamente Abraham participando con Él, pero igualmente sus hijos en generaciones futuras, teniéndolos a todos ellos
    finalmente, viviendo en su carne sin pecados toda una vida entera, siempre.


    Seriamente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo, sirviendo su Mesa santa para Él con Abraham junto con Sarah e hijos adoptados, entonces, su Hijo nacería del vientre estéril de Sarah como Isaac con todos, vistiendo ellos mismos su
    carne sin pecados, en donde el pecado no existe toda una vida, y así, Ellos retomen sus pecados para el bautismo en agua últimamente. Este evento fue importante, al tener nuestro Padre celestial a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre esté
    ril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, considerando que, Él planeaba no solamente tenerlos a ellos retomando sus pecados por el cautiverio Egipto con su carne sangrada, Isaac, pero igualmente, Él los necesitaba renaciendo del corazón de la
    tierra, viviendo nuevamente con salvación eterna, en Canaán, últimamente.


    Por eso, Israel antiguo con Moisés sobre el monte Sinaí, recibió su santo nombre fuegos, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, comprendiendo que, ahora Israel recibía en la carne de Isaac, que había recogido todo pecado del mundo
    entero en el cautiverio egipcio de cuatro siglos, por ello, caminaba Israel entero hacia el bautismo del Mar Rojo, para abandonarlos perpetuamente. Verdaderamente, nuestro Padre celestial tuvo a Moisés e Israel antiguo saliendo del cautiverio egipcio,
    para abandonar tus pecados junto con los de tus amados, vecinos y amistades de familias de naciones antiguas y modernas, en el bautismo de agua, invocando su santo nombre, que Él no se lo había entregado a Jacobo al pedírselo a su Ángel santo
    inicialmente, ya mucho tiempo atrás.



    Ahora, nuestro Padre celestial no le otorgó su santo nombre a Jacobo inicialmente, porque Él solamente se lo entregaría a su Hijo Jesucristo como Isaac, que no solamente es Israel, pero igualmente familias de naciones antiguas y modernas, renacidas
    del vientre estéril de Sarah, y luego renacidas de la virgen hija de David en Canaán sin pecado alguno finalmente, por poderes salvadores de su nombre. Realmente, fue la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial, que su Hijo Jesucristo sea Isaac con
    cada hombre, mujer, niño y niña de generaciones pasadas y futuras, retomando sus pecados por el cautiverio egipcio, luego lavándose de ellos en el Mar Rojo con poderes salvadores de su santo nombre, recibiendo instantáneamente su cuerpo glorificado,
    llamando a su reino de amor a descender en Canaán, finalmente.


    Sinceramente, tan pronto que nuestro Padre celestial tuvo a Moisés bautizando a toda la casa de Israel, entonces, cada pecado que había sido cometido en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo fue abandonado en el lecho marino para no
    volverlo a ver, renaciendo todos ellos juntos con naciones antiguas y modernas en Canaán, para conquistar el desierto finalmente, para siempre. Por lo tanto, una vez que nuestro Padre celestial tuvo a familias de naciones antiguas y modernas, renaciendo
    en Canaán con la carne sagrada de Isaac, huesos inquebrantables y sangre expiatoria, entonces, Él logró usar poderes del Juramento a Isaac, bendiciéndolos sobre todo ataque, que venga en contra de ellos de cualquier enemigo, por el desierto, además
    de Satanás, destruyéndolos finalmente en la tierra entera.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba destruir a Satanás junto con ángeles caídos y la muerte en el desierto de Sinaí, al tener no solamente a Israel renaciendo de Canaán instantáneamente, por poderes de su santo nombre, pero igualmente tener
    familias de naciones antiguas y modernas, renaciendo en Canaán, y finalmente, Él usar efectivamente poderes cotidianos del Juramento a Isaac para enriquecer la tierra entera, perpetuamente. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Satanás
    destruido junto con ángeles caídos, la muerte y enemigos con riquezas, entregadas a nosotros ya del cielo arriba, pero igualmente, de la tierra entera, desenterrándolas Él mismo gradualmente para sus hijos, renacidos del bautismo en agua y del
    bautismo del Espíritu Santo, enriqueciendo finalmente su reino de amor sobre la tierra entera poderosamente, empezando en Canaán, siempre.


    Consecuentemente, fue importante para nuestro Padre celestial entregarle a Jacobo y a sus hijos, que es Israel con naciones antiguas y modernas, poderes de su santo nombre, no cuando él se lo pidió al Ángel, dárselo, que es Isaac siempre, pero ú
    nicamente con pecados del mundo recogidos para el bautismo en agua, reiniciando su vida en el desierto derrotado, poseyendo riquezas de Canaán finalmente. Tempranamente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham, prometiéndole una tierra santa, hacié
    ndolo a él una bendición para otros, mirándolo a él ya perfecto y santo, así como Él lo es en la eternidad, eternamente enriquecido, y esto es Canaán: Entendiendo que, al Abraham ser llamado a ser como Él eternamente—entonces, este es el
    bautismo en agua, instantáneamente renacido como Él eternamente en Canaán.


    Seriamente, nuestro Padre celestial te necesita a ti renacido con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en el amor, poderes, glorias y riquezas interminables de Canaán entre otras asombrosas bendiciones, esperando siempre por ti, tus amados,
    vecinos y amistades, renaciendo todo ello contigo eternamente, y así, tú vivirás su vida eterna, enriqueciéndote a ti con la tierra, para su reino de amor venidero. Legalmente, nuestro Padre celestial te necesita bautizado en agua, invocándolo a Él,
    como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, renaciendo no solamente de Canaán, pero igualmente de la cruz del monte Sion, pues, clavado tú fuiste perpetuamente a manos y pies sangrando de su Hijo Jesucristo en el Lugar Santísimo de la
    Sinagoga de Jerusalén, victorioso sobre todo pecado para siempre.


    Afirmativamente, nuestro Padre celestial te necesita, en Canaán, renacido de Él y del amor de su corazón santísimo, siempre sentido por ti profundamente, por verte vivir nuevamente, pero enriquecido de Canaán, enriqueciendo no solamente tu hogar y
    familia, pero igualmente tu nación entera: conociendo riquezas antes imposibles, pero ahora le dan a Él la bienvenida a su descender finalmente en Canaán, para la eternidad venidera. Amorosamente, es en este amor, que nuestro Padre celestial necesita
    descendiendo sobre ti abundantemente no solamente bendiciéndote a ti hasta que su reino de amor venga sobre las naciones, pero igualmente, es aquí, en donde Él realmente conoce que tú lo amas a Él y a su santo nombre fuegos sobre todo entendimiento
    humano, visto que, es poderoso, glorioso, e imposible para entenderlo infinitamente.


    Definitivamente, Canaán es, en donde nuestro Padre celestial te ha recibido a ti ya, renacido con su Hijo Jesucristo como Isaac del vientre estéril de Sarah, rescatándote del infierno, logrando que renazcas nuevamente como Isaac con su Hijo amado de
    la hija virgen de David, finalmente de su corazón virgen, su Lugar Santísimo, conociendo únicamente su pasión, poderes y alegrías toda una vida contigo siempre. Ya que, fue importante para nuestro Padre celestial tenerte a ti en el desierto de Sinaí
    con Moisés e Israel antiguo, obrando con poderes del Juramento a Isaac para declararte perfecto y santo en el Lugar Santísimo de la Sinagoga de Jerusalén, en Canaán, enriqueciéndote diariamente a ti en tu hogar con tus amados, vecinos y amistades,
    enriqueciendo hasta tu nación poderosamente, para siempre.


    Entendiendo que, bautizándote con Moisés e Israel antiguo en el Mar Rojo, entonces, tú renaciste con ellos como ciudadano de riquezas, poderes y glorias de Canaán, para vivir en el desierto de Sinaí siempre victorioso sobre Satanás, ángeles caí
    dos, hambruna, naciones brujas y sus familias, la muerte y el infierno tormentoso, finalmente logrando riquezas cotidianas en tu caminar de todos tus días, perpetuamente. Realmente, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra contigo, con tus amados,
    vecinos y amistades en su pensamiento, seguidamente, formando todo ello con sus cosas llenas de riquezas, que tú fallas en encontrarlas en la carne pecadora de Adán y Eva, sin embargo, con su carne sin pecados, recibida exclusivamente de Isaac,
    entonces, tú siempre caminaras hacia ellas sin problema alguno, hasta enriquecerte grandemente.


    Históricamente, nuestro Padre celestial te tuvo a ti, caminando por el desierto de Sinaí con Moisés e Israel antiguo, porque ellos recogieron pecados en el cautiverio egipcio, por cuatrocientos años, abandonándolos en el bautismo del Mar Rojo: ademá
    s, ellos endulzaron aguas amargas de Mara, y finalmente tú te bautices en la bañera hogareña, bebiendo así de la roca de salvación, que es eterna riqueza, siempre. Legalmente, nuestro Padre celestial no solamente te necesitaba a ti, caminando por el
    desierto liberado de tus pecados con Moisés e Israel antiguo, pero igualmente, Él necesitaba otorgarte sus Diez Mandamientos, para que sean cumplidos por ti ante Satanás y sus serpientes venenosas, como ángeles caídos y naciones brujas, que no
    desean verte a ti entrar a Canaán victorioso sobre todo pecado, para siempre.


    Ahora, nuestro Padre celestial te entregó sus santos mandamientos en el desierto, como el reino de serpientes satánicas, conociendo que, habiéndote convertido tú en uno con Moisés e Israel antiguo, bebiendo ellos aguas amargas de Mara, endulzadas
    por el árbol yaciendo cerca de él, que eras tú en necesidad del bautismo en aguas limpias, bebibles para Israel, para ser uno en Isaac, finalmente enriquecido eternamente. Realmente, nuestro Padre celestial te necesitaba a ti renacido en Canaán
    nuevamente, entregándote sus mandamientos santos, para tú cumplirlos, dado que, Moisés nació al Israel antiguo haber recogido pecados del mundo entero en el cautiverio egipcio, entonces, su santo nombre le fue entregado a él perpetuamente—bien, É
    l ha logrado lo mismo contigo, renaciendo en Canaán, finalmente cumpliste sus mandamientos por el desierto totalmente.


    Es decir, que nuestro Padre celestial te entregó su santo nombre, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo para que abandones tus pecados, bautizado del Mar Rojo, entregándote seguidamente sus mandamientos, como ciudadano del amor, poderes
    y riquezas interminables de Canaán, cumpliéndolos así tú todos ellos infinitamente, en donde Satanás te tenia a ti con otros sufriendo hambruna, eternamente perdido. Ciertamente, nuestro Padre celestial te necesitaba, renacido de hambruna, maldició
    n, muerte y perdición eterna del desierto, para tenerte a ti viviendo sin pecado alguno en su cuerpo glorificado, entregado a ti ya como Isaac, en donde nunca hubo pecado, complaciendo finalmente su corazón santísimo al tú honrar, amar y exaltar su
    santo nombre, visto que, ahora sus santos mandamientos son perfectos en ti siempre.


    Divinamente, nuestro Padre celestial te necesitaba: amando, sirviendo y alabándolo a Él y a su santo nombre con sus santos mandamientos, cumplidos en ti por el desierto, que es el reino de serpientes satánicas, esperando, atacarte a ti hasta que seas
    destruido eternamente, y así, tú jamás entres en el reino de amor que llena la tierra entera con riquezas inacabables, empezando en Canaán. Por ley, nuestro Padre celestial necesitaba a Satanás con sus serpientes venenosas destruido en el infierno
    tormentoso, al tenerte a ti cumpliendo sus santos mandamientos, que son su vida eterna, siempre vivida con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo en perfecta comunión junto con huestes angelicales: amando, sirviendo y honrando su santo nombre con
    mayores glorias que antes toda una eternidad entera contigo.


    Visto que, para nuestro Padre celestial cumplir todo esto contigo, con tus amados, vecinos y amistades de naciones antiguas y modernas, entonces, Él te necesitaba a ti, participando de su maná, descendiendo cada mañana del cielo arriba junto con agua
    de la roca de salvación, recibiendo finalmente su cuerpo glorificado fresco de Él en el cielo, para vivir eternamente amado por Él, por el desierto. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Satanás y a sus serpientes, conociendo, cuánto lo amas
    a Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con su santo nombre, grandemente exaltándolo diariamente con sus santos mandamientos cumplidos, glorificados y exaltados contigo, por todo el desierto, y todo esto fue posible contigo, vistiendo su
    cuerpo perfecto y santo ante Satanás, confundido eternamente, hasta ahora.


    Físicamente, nuestro Padre celestial necesitaba tener a cada hijo suyo de Israel y de naciones antiguas y modernas, participando del maná y bebiendo de la roca, descendiendo del cielo arriba cada mañana y hasta vestirlos del cuerpo glorificado, como
    carne sin pecados, en donde su corazón santísimo lo ama a Él junto contigo sobre todo entendimiento humano—confundiendo a Satanás aún más, para siempre. Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesitaba hacer todo esto con cada hombre, mujer,
    niño y niña de naciones antiguas y modernas, empezando con Adán y Eva, al tener su corazón santísimo en sus pechos, clamando, cuánto ellos siempre lo han amado a Él, aunque ellos habían descendido al infierno tormentoso, pecando, por haber
    fallado su bautismo en agua que los salva del mal eterno permanentemente.


    Ciertamente, lo que Satanás no entendió, fue que nuestro Padre celestial descendida diariamente en el maná y en el agua de la roca, renaciendo con sus hijos como un gigante con ellos, entonces Él mismo crecía con ellos enteramente en la carne sin
    pecados, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria de Isaac, abandonando el infierno tormentoso, finalmente accediendo Canaán, eternamente victorioso sobre todo mal. Por ley, nuestro Padre celestial necesitaba crecer como un gigante con cada
    hombre, mujer, niño y niña convertido en huesos y cenizas por el desierto de Sinaí, y con Satanás reinando sobre ellos con serpientes venenosas, como en su reino de tinieblas, que lo único que Él necesitaba hacer fue crecer con ellos grandemente,
    poderoso y glorioso, enriquecido grandemente ante Satanás hacia la eternidad.


    Consiguientemente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Moisés conociendo su tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo del cielo, entendiendo que, Él necesitaba expiar, juzgar y cubrir el pecado de todos con sangre expiatoria de
    carneros, pero igualmente, Él necesitaba su corazón santísimo creciendo con su asombroso amor infalible mayor que el infierno tormentoso, liberando finalmente a sus hijos de Satanás perpetuamente. Realmente, nuestro Padre celestial tuvo a sus hijos,
    empezando con Moisés e Israel antiguo junto con cada hombre y mujer de naciones antiguas y modernas, participando del pan (maná) y bebiendo de su copa de vino (agua, té, jugo, etc.), logrando que su cuerpo glorificado crezca mayor que el desierto de
    Sinaí, derrotando a Satanás finalmente, al entrar con todos en riquezas de Canaán inagotables.


    Tempranamente, nuestro Padre celestial necesitaba conquistar el desierto de Sinaí no solamente al tener a Moisés e Israel antiguo endulzando aguas amargas de Mara, echando en él el árbol yaciendo cerca, endulzando así su corazón santísimo en
    necesidad de entregar sus santos mandamientos a sus hijos, pero igualmente, Él empezó finalmente su reino de amor, al condenar a Satanás hacia el lago de fuego, eternamente maldecido. Además, nuestro Padre celestial necesitaba sellar la destrucción
    de Satanás junto con ángeles caídos, la muerte y el infierno con familias brujas, enemigos usados siempre en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, atacando continuamente su santo nombre fuegos en todas las familias de las naciones,
    para establecer su reino de tinieblas con la humanidad entera, perdida en una hambruna eterna.


    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba a Satanás, ángeles caídos, la muerte, el infierno tormentoso junto con serpientes venenosas del desierto de Sinaí en persona, creciendo con todos nosotros, al comer de su pan y beber de su vino del cielo
    arriba, y así, Él destruir también problemas, conflictos, enfermedades, maldiciones, y cualquier arma forjada en contra de sus hijos en la tierra entera. Verdaderamente, nuestro Padre celestial creció con Moisés e Israel antiguo junto con familias
    de naciones antiguas y modernas en el desierto, al comer nosotros diariamente de su cuerpo glorificado, como su pan y agua, convirtiéndose Él mismo así en un gigante en nuestro diario vivir en la tierra entera, y así, Satanás siempre falle al crecer
    en nosotros, finalmente destruyendo el infierno tormentoso nuevamente.


    Seriamente, bautizado en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, entonces, tú abandonaras la carne pecadora y el espíritu de error por la carne de Isaac y su Espíritu Santo, en donde Él mismo crece contigo
    gigantescamente, mayor que Satanás y su reino de tinieblas, y así, tú siempre vivas victorioso sobre él y sus artimañas. Divinamente, esta era la única manera, en que nuestro Padre celestial caminaría contigo, tus amados, vecinos y amistades de
    familias de naciones del mundo entero del infierno tormentoso y sus serpientes venenosas, para ver vida nuevamente, enriquecida con riquezas de Canaán, llevándote a ti siempre hacia la gloria celestial, eternamente enriquecido, para vivir amando,
    sirviendo y honrando su santo nombre toda una eternidad entera.


    Realmente, nuestro Padre celestial descendió con su tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo, para expiar, juzgar y cubrir pecados de sus hijos de Israel y de familias de naciones antiguas y modernas, haciendo que uno a uno renazca con Él, su
    Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, alejándose del infierno tormentoso todos ellos, para jamás regresar a él toda una eternidad entera. Ahora, considerando que, nuestro Padre celestial ha logrado todas estas cosas contigo con su Hijo Jesucristo como
    Isaac y con su Espíritu Santo en el Lugar Santísimo, por el desierto de Sinaí, entonces, tú perfectamente puedes ser enriquecido ahora mismo, al renacer del bautismo en agua para entrar a riquezas de Canaán, enriqueciéndote a ti junto con tu país
    entero y la tierra entera igualmente.


    Ciertamente, bautizado en agua entonces nuestro Padre celestial te puede bendecir con riquezas progresivamente junto con tus amados en tu país entero, atrayendo riquezas sobre la tierra entera, enriqueciendo familias ya listas para recibirlo a Él en su
    descender final hacia Canaán, en donde Él vivirá contigo y con su corazón santísimo, derramando su amor asombroso sobre ti, sin jamás haber tocado el pecado. Verdaderamente, al nuestro Padre celestial saturarte con su amor cotidiano de su corazón
    santísimo, viniendo siempre hacia ti con poderosas bendiciones, enriqueciendo a tus amados, vecinos y amistades, entonces, Él lo hará así para enriquecerte, así como Él lo es eternamente, saturándote con su presencia santísima, como su pasión
    por ti infinitamente, entonces será así para enriquecerte a ti aun hacía muchas riquezas mayores, progresivamente.


    Ahora, nuestro Padre celestial necesita poderosas bendiciones cotidianas contigo, así como hizo con Moisés e Israel antiguo, por el desierto, derrotando a Satanás, ángeles caídos, la muerte, el infierno tormentoso, conquistando finalmente la tierra
    con riquezas mayores que antes nunca vistas ni por los ángeles ni menos en el desierto ni en la tierra entera—porque Él desciende a riquezas mayores que riquezas abundantes. Ciertamente, tú necesitas vivir en este mundo, que nuestro Padre celestial
    te ha llamado a él, al abandonar el desierto de Sinaí con sus serpientes venenosas, como ángeles caídos de hambruna, enfermedades, pobreza, la muerte, a vivir en su vida mayor que la tierra y la humanidad entera, conociendo únicamente riquezas, que
    tú no sabrás vivirlas jamás sin el bautismo en agua, ahora mismo.


    Misericordiosamente, nuestro Padre celestial tuvo a toda la casa de Israel junto con Moisés, mordidos por serpientes venenosas, por rebelarse en contra de Él y su santo nombre fuegos, para abandonar la sangre que fue rebelde hacia Él y su perfecta
    voluntad, y esperar por la venida del Mesías sobre postes infernales, para vivir abundantemente en el Tercer Día, hacia la eternidad venidera finalmente. Realmente, una vez que nuestro Padre celestial tuvo a Moisés e Israel antiguo, abandonando la
    sangre, ofendiéndolo a Él y su perfecta voluntad, entonces, Él hizo que ellos descendiendo a postes infernales, esperando por el Mesías bañado en sangre expiatoria de vida eterna, amándolos con riquezas que enriquecen su reino de amor toda una
    eternidad entera, como su perfecta voluntad sobre toda la tierra contigo últimamente.


    Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Moisés e Israel antiguo junto con familias antiguas y modernas, abandonando la carne pecadora y su sangre rebelde, recibiendo finalmente su sangre expiatoria, derramada por Isaac en el Lugar Santí
    simo de la Sinagoga de Jerusalén, en Canaán, y así, tú vivas riquezas cotidianas, enriqueciendo a tus amados, vecinos y amistades, para su reino de amor sobre la tierra finalmente. Misericordiosamente, nuestro Padre celestial te necesitaba,
    renaciendo con su semilla santa, como el árbol sangrando, accediendo el Lugar Santísimo de la Sinagoga de Jerusalén, salpicando vida eterna hacia ti toda una vida entera; además, Él te necesitaba renaciendo nuevamente como Isaac de la hija virgen de
    David, abriendo su virginidad en Canaán, viviendo su vida bautizada en el Jordán por Juan, enriqueciéndote diariamente, siempre.


    Adicionalmente, nuestro Padre celestial necesitaba enriquecerte a ti poderosamente toda una vida, para enriquecer la tierra, porque ahora Él te veía a ti perfecto y santo, convirtiéndote en su perfecta voluntad progresivamente, visto que, tú ya lo
    habías amado, servido y exaltado a Él y a su santo nombre, cumpliendo infinitamente sus santos mandamientos con riquezas interminables, haciendo su corazón sentirse muy feliz contigo siempre. Ciertamente, bautizándote, entonces tú vivirás en el
    Lugar Santísimo de su Sinagoga de Jerusalén, en Canaán, con su roca de salvación supliéndote océanos de amor, alegrías, gozos y otras dulzuras, colocando su mano izquierda sobre tu cabeza para que tú no veas su rostro, jalándote con su mano
    derecha hacia Él, entonces Él te unirá a Él en su corazón santísimo con riquezas cotidianas perpetuamente.


    Amorosamente, nuestro Padre celestial te tendrá a ti, renaciendo del Lugar Santísimo de su Sinagoga de Jerusalén, en Canaán, entendiendo que, tú fuiste clavado a manos y pies de su Hijo Jesucristo, salpicando sangre santa que no solamente te limpia
    de pecado eternamente, declarándote perfecto y santo, pero igualmente, teniéndote a ti, renaciendo de riquezas cotidianas de su corazón santísimo, por su Espíritu Santo. Comprendiendo que, nuestro Padre celestial ha logrado estas cosas triunfando
    contigo, eternamente clavado a manos y pies de su Hijo Jesucristo, salpicando su sangre expiatoria que va limpiándote de pecado a ti, enriqueciéndote así con riquezas de su corazón santísimo, que enriquecerán a tus amados, vecinos y amistades en la
    tierra entera, para su reino venidero de amor eterno, sin jamás cesar en la eternidad.



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