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    From tomschlechte@gmail.com@21:1/5 to ivanva...@gmail.com on Tue Apr 25 23:01:44 2017
    On Friday, February 17, 2017 at 8:56:01 PM UTC-6, ivanva...@gmail.com wrote:
    Sábado, 18 de Febrero, 2017 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    SU ANTORCHA ES EL MADERO ISRAELÃ CON SU NOMBRE FUEGO: ENCENDIDO POR TI:

    Abraham le dijo a nuestro Padre celestial, ¿cómo yo voy a conocer que heredare está tierra, en donde estoy parado ahora mismo?

    Entonces nuestro Padre celestial le dijo a Abraham: Tráeme una becerra de tres años, una chiva de tres años y una oveja de tres años junto con una tórtola y un palomino, para ofrecerlos a mí, en un sacrificio especial, que enriquecerá tu vida y
    la de los tuyos, por siempre (Génesis 15: 9; 17,18). Yo necesito que tú los sacrifiques sobre la roca y separados individualmente con sus partes, partidas por la mitad, opuestas de entre ellas mismas sobre el altar que tú me levantaras, para yo volver
    sobre ellos, y manifestarte lo que haré contigo, la tierra y los hijos que te he prometido que los tendrás tan numerosos como las estrellas del cielo.

    Instantáneamente, Abraham le obedeció a nuestro Padre celestial y empezó los sacrificios de los animales que él le había especificado que los pusiese sobre la roca, opuestas entre sus mitades, excepto las aves: porque él le iba a hablar de la
    tierra prometida y de los hijos que le nacerían en las generaciones futuras, para gloria de su nombre bendito. Y esto fue de que un sacrificio de animal era para el Padre, el segundo animal sacrificado para el Hijo, y el tercer animal sacrificado para
    el Espíritu Santo, iniciando así el sacrificio continuo sobre el Monte Sión, en donde su Hijo Jesucristo salvaría a Israel y a las familias de las naciones del podré del pecado, en un sólo día.

    Y estos animales tenían que ser sacrificado con sus mitades opuestas de las mismas, y con sus sangres salpicadas por sus alrededores en la tierra, excepto con las aves porque representan el Espíritu Santo que jamás puede ser cortado ni reducido a
    pedazos: porque es el Espíritu Santísimo sobre la roca del altar del amor prehistórico, derramándose sobre la humanidad entera. Abraham había terminado de hacer exactamente lo que nuestro Padre celestial le había llamado (hacer) con los animales
    sacrificados junto con las aves, que él se quedó dormido en un profundo sueño: en donde, se encontró rodeado de tinieblas y terror que se vio con el SEÑOR—porque éste era el momento y el lugar, en donde oiría de sus planes divinos.

    Nuestro Padre celestial le aseguró a Abraham de que sus hijos que le había prometido a él poseer numerosos como las estrellas del cielo, y que las gentes siempre fallaran en contarlas, y además, que nacerían en tierra extraña como esclavos, por mÃ
    ¡s de cuatrocientos años, seria al fin para gloria de su nombre bendito. Pero la nación que los esclavice, él los juzgara, en su tiempo, por todas las maldades que le harían a ellos, visitándolos finalmente para liberarlos con su grande amor y
    misericordias hacia ellos, para que vayan a vivir a la tierra que ya les había entregado a él y a sus hijos por nacer aún.

    Abraham se mantuvo firme, oyendo todo lo que nuestro Padre celestial le revelaba a él y de lo que iba hacer con sus hijos en los años venideros, porque él creía profundamente en su palabra y en su voluntad eterna para con él y sus hijos, que nacerÃ
    ­an después de que él haya vivido sus días llenos de vida, en la tierra. Además, nuestro Padre celestial le aseguró a Abraham, de que él le continuaría bendiciendo por el resto de su vida con grandes riquezas, porque él iba a recibir las riquezas
    eternas para que sus hijos las hereden, para que ellos hagan su voluntad divina en la tierra, que les había dado a poseer perpetuamente, hacia toda la eternidad venidera.

    Es decir, que nuestro Padre celestial no solamente aseguró el bienestar de Abraham y de sus contemporáneos y amados, pero también de sus hijos por nacer en generaciones venideras: y Dios bendijo a Abraham para que sea rico con su hijo Isaac y hasta
    el ultimo de ellos: porque Dios quería que las naciones conociesen su nombre fuego por sus abundantes riquezas. Visto que, Abraham empezó los sacrificios de los animales muy temprano, obedeciendo al llamado divino de ofrecerlos sobre la roca, escogida
    para desplegar las partes de los animales en sus mitades junto con la sangre salpicada sobre el lugar: Porque Dios regresaba a caminar en medio de ellos y sus mitades, como prometió, sellando así su convenio con Abraham y sus hijos.

    Sin embargo, mientras Abraham esperaba muy paciente el regreso de nuestro Padre celestial hacia él, entonces el sol se ocultaba hasta que entró la noche por completo, y rodeado de aves de rapiña y depravadores que cazan en la oscuridad, entonces
    sentía que se acercaban hacia las partes de los animales sacrificados sobre la roca y la sangre derramada sobre el altar. Abraham tenia que espantar a todos estos depravadores, porque habían llegado para arruinar el sacrificio de los animales, que Dios
    mismo le había pedido llevar acabo, para establecer un convenio que le daría la tierra de Canaán, que seria para sus hijos, que eventualmente vendrían a ser parte del altar del amor prehistórico, que él ya estaba por recibirlo, en aquellos días.

    Es decir, también de que hubieron momentos en que Abraham tenia que ofrecer su propia vida, para mantener los animales sacrificados, asegurados sobre la roca junto con la sangre salpicada sobre ellos, ya que, él no solamente estaba dispuesto de parar
    las aves de rapiña, pero igualmente los animales como leones y osos, si es que se acercarían al altar. Las aves de rapiña volaron y los depravadores huían, porque Abraham tenia grandes poderes parado ante él altar, protegiendo los tres animales
    sacrificados de nuestro Padre celestial y que los había cortado por sus mitades opuestas una con la roca: porque pronto el Todopoderoso caminaría en medio de ellos, sellando así el convenio de vida con él y sus hijos por nacer.

    Por tanto, éste altar que nuestro Padre celestial le había llamado a levantar para él, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo tenia que permanecer por todo el día y la noche, porque El Todopoderoso tenia que caminar entre las mitades de los
    animales descuartizados: porque seria él quien eventualmente seria cortado, dándose asimismo para comer a sus hijos, salvándolos eternamente. Porque la parte por la cual nuestro Padre celestial había llamado a Abraham a hacer, era que primeramente
    tenia que levantar el altar con los animales cortados en sus mitades opuestas entre ellos mismos, porque él es quien seria cortado finalmente: Dándole de comer y de beber de su cuerpo santísimo a sus hijos, salvándolos: y así mantenerse fiel ante el
    altar, siempre.

    Y esto fue a lo que nuestro Padre celestial había llamado a Abraham hacer, después de preparar los tres sacrificios de los animales junto con la tórtola y un pichón, y fue de mantenerse cuidadoso, fiel, y hábil de hacer su voluntad sobre el altar
    del templo: porque en él está el santuario personal de todos en los templos de las naciones. Además, nuestro Padre celestial necesitaba que Abraham se parase ante el altar de sus tres sacrificios, porque él necesitaba su presencia humana
    representando en el lugar de cada hombre, mujer, niño y niña de todos los hijos incontables como las estrellas del cielo que le había prometido recibir en las generaciones venideras, pero igualmente por las familias de las naciones.

    Ya que, nuestro Padre celestial no solamente estaba listo para tomar los pecados de cada hombre, mujer, niño y niña de Israel que aún no nacía, pero igualmente por las familias de las naciones, al ponerle fin al pecado en un sólo día por los
    poderes asombrosos de su nombre que es fuego, y con su semilla divina derramada sobre su altar. Puesto que, sólo así él le podía poner fin al pecado en cada uno de sus hijos, de Israel y de las familias de las naciones, para finalmente establecer su
    nombre bendito sobre su carne sagrada que se convertiría en madera, después de sus hijos descender al Valle de los huesos secos, para que postreramente su Hijo amado levantarlos a vivir nuevamente.

    Puesto que, éste es el nuevo reino que nuestro Padre celestial estaba buscando en cada uno de sus hijos, empezando con Abraham y con Sarah, porque por el nacimiento de su Hijo Jesucristo como Isaac, por los poderes del Espíritu Santo, entonces él
    estaba recogiendo los pecados del mundo entero sobre su altar, para destruirlos en un sólo día, y para siempre. Habiendo entonces Abraham esperado el día entero y hacia la noche por nuestro Padre celestial, de pronto se encontró luchando para
    preservar la integridad de los tres sacrificios, en contra de las fieras de la noche, que él había preparado para sellar su convenio de bendiciones con Dios, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, e instantáneamente una bola de fuego apareció.

    Éste es el horno de fuego de su grande gracia, de su grande misericordia, de su grande verdad y de su grande justicia divina, que no solamente alumbraba los momentos más oscuros de la vida entera de Abraham, incluyendo su esposa Sarah y sus hijos
    adoptados, pero igualmente por hijos prometidos ha nacer junto con todas las familias de las naciones. Puesto que, éste es el altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y con el Espíritu Santo, que le iba a poner fin al pecado de
    todos, para que escapen no solamente los terrores de Satanás que esté trayendo hacia sus vidas junto con los ángeles caídos, pero igualmente hacerlos tan santos, y renacidos como Dios es santo, perpetuamente.

    Éste es el altar del amor prehistórico que cambiara la vida de cada hombre, mujer, niño y niña nacido en Israel como hijos de Abraham, pero igualmente para las familias de las naciones, porque posee poderes necesarios para cambiar la manera en que
    las naciones viven y creen en nuestro Padre celestial, por medio de su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo. Visto que, cada uno que se salve del pecado y de la presencia engañadora de Satanás, que lleva a sus almas vivientes hacia el infierno, por
    medio de la carne pecadora, en la que han nacido del vientre de sus madres, serán, pues, cubiertos y destruidos por los poderes de éste altar con los animales sacrificados, y sus sangres derramadas a tierra.

    Éste es el altar del amor prehistórico que descenderá en el agua con cada hombre, mujer, niño y niña que invoca su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo junto con el Espíritu Santo, y al ellos descender, sumergidos todos en el agua, entonces
    la perfecta santidad de su nombre: Removerá la carne pecadora para vestirse con la carne sagrada: Salvándolos, eternamente. Puesto que, el alma viviente de aquella persona ha sido bautizada, entonces es cambiada de la carne pecadora hacia la carne
    sagrada instantáneamente, liberándose del tormento del infierno que le atacaba en su corazón, mente, cuerpo, alma y espíritu humano desde que nació del vientre de su madre, para que finalmente cese de ver tinieblas y ahora solamente vea luz en su
    vida.

    Ésta es la luz del nombre santísimo de nuestro Padre celestial, ardiendo apasionadamente junto con el fuego del horno de su gracia, de su misericordia, de su verdad y de su justicia divina, saturando así su vida entera con bendiciones frescas de
    amor, paz, reposo, prosperidad, felicidad y gozos que su corazón, mente, alma, cuerpo y espíritu humano jamás han conocido. Porque el alma viviente del hombre, mujer, niño o niña que se bautiza en agua, invocando al Padre, al Hijo y al Espíritu
    Santo, abandonara la carne pecadora que siempre ha fallado en llevar el nombre bendito para tomar la carne sagrada que siempre lo lleva poderosamente con clavos, y ardiendo apasionadamente por toda su vida, enriqueciendose, hacia toda la eternidad
    venidera.

    Y para que todo esto sea posible en sus hijos nacidos de su imagen y de su alma santísima así como Adán nació de él junto con Eva, que nació después de su quinta costilla, al dormir Adán por poderes divinos, entonces él junto con su Hijo
    Jesucristo y el Espíritu Santo tuvo que caminar entre los animales sacrificados, ¡iniciando nuestra salvación! Ciertamente, al nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo caminar entre las mitades de los tres animales
    sacrificados, y tendidos sobre sus sangres derramadas sobre la roca, entonces nuestro Padre Todopoderoso estaba haciendo todo el trabajo necesario para empezar el sacrificio continuo de su Hijo Jesucristo, para terminar con su Espíritu todo pecado de
    sus hijos, perpetuamente.

    Una vez que nuestro Padre celestial había caminado con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo sobre la roca que tenia los tres animales sacrificados y cortados en sus mitades opuestas entre ellas y con sus sangres derramadas por doquiera, entonces é
    l finalmente pudo establecer un convenio bendito con Abraham: porque ahora les podía otorgar a Canaán a sus hijos, para siempre. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham poseer las tierras de Canaán para siempre con sus hijos que nacerí
    an en las generaciones venideras, porque necesitaba que sus hijos no solamente lleven los pecados de las naciones para destruirlos en un solo día: pero igualmente remover la carne pecadora que ocupaba sus tierras, en donde construirá su ciudad con su
    dulce hogar, perpetuamente.

    El sueño de nuestro Padre celestial es de no solamente establecer su familia divina de vida y bendiciones en cada familia humana de Israel y de las naciones, pero asimismo su dulce hogar: en donde reinara sobre su pueblo que él mismo le ha dado vida
    por medio de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, y llena de su Espíritu Santo. Por eso, es que después que nuestro Padre celestial empezó su convenio con Abraham al presentar los tres animales sacrificados con sus sangres derramadas sobre sus
    mitades cortadas y opuestas entre ellas, entonces nuestro Padre junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo trajo la antorcha ardiendo con su nombre santo que es el fuego, bendiciendo los sacrificios sin cesar, perpetuamente.

    Es decir, que cuando nuestro Padre celestial regresó a Abraham, entonces lo hizo con su antorcha antigua ardiendo, que es su nombre Todopoderoso, clavado al madero que es realmente la carne sagrada del convenio, entregándole así a él a sus hijos
    prometidos e incontables como las estrellas del cielo, para que él sea el padre de una gran nación. Efectivamente, ésta es la antorcha, ardiendo con su nombre santísimo, que es realmente el cuerpo de cada uno de sus hijos, entregados a Abraham para
    recibirlos en las generaciones venideras como nacidos en el cautiverio Egipto en los pecados del mundo entero, para finalmente llevarlos sobre su altar del fuego, destruyendo todo pecado en un día, salvando así a la humanidad entera.

    Dado que, era imposible para cada hombre, mujer, niño y niña, ni menos toda una familia, llevar sus pecados al altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, para que nuestro Padre celestial los quite con sus
    poderes del horno encendido, perdonándolos a todos, para salvarlos milagrosamente del tormento eterno del infierno. Sin embargo, con Israel nacido en el cautiverio Egipcio, entonces ellos sufrieron los pecados de las familias de las naciones, acumulá
    ndolos en el convenio de la carne sagrada para morir en el desierto infernal del Sinaí, mordidos por las serpientes venenosas, para finalmente convertirse en polvo y los árboles, clamando por el Rey Mesías, para que los levante al altar del amor.

    Ellos necesitaban abandonar los pecados que habían acumulado por años en el cautiverio egipcio y por el desierto del Sinaí de cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, para que finalmente sean destruidos por la carne sagrada
    de su Hijo Jesucristo y por su nombre que es fuego, clavados al madero, y la sangre derramada en un día. En éste día, nuestro Padre celestial no solamente clavó su nombre Todopoderoso sobre su Hijo Jesucristo que igualmente estaba clavado al madero,
    que fue inicialmente la carne sagrada de Israel en Isaac, pero ahora ellos yacían en el Valle de los huesos secos para que las misericordias prometidas con el amor eterno finalmente quiten los pecados de todo conflicto, enfermedades y muertes,
    perpetuamente.

    Nuestro Padre celestial, ciertamente, no solamente destruyó a Satanás junto con cada obra malvada que él jamás haya hecho en todo el mundo, y especialmente en la casa de Israel, que el pecado dejó de tener poder con sus problemas usuales,
    conflictos, enfermedades, pobrezas, y muertes, afligiendo regularmente la humanidad entera, para que las naciones finalmente vivan libremente de todo mal eterno. Y ésta es la vida que realmente vive para nuestro Padre celestial, porque es en ella, en
    donde su carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, salpicada no solamente destruyó el pecado y sus espíritus inmundos, pero asimismo a Satanás y a la muerte: para que las familias vivan conociendo solamente su gracia, misericordia (
    amor puro), verdad y justicia divina, perpetuamente.

    Puesto que, éste es el altar, descendido del cielo, para ser parte de la familia de Abraham por medio de su Hijo Jesucristo que nació como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, que vino a ser el epicentro de su amor, paz,
    prosperidad y salvación de Israel y de las naciones, porque el mundo entero será salvo, eventualmente. Por ello, es únicamente desde éste altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, que alimentara a cada uno en
    Israel y en las familias de la humanidad entera, porque es la voluntad de nuestro Padre celestial de hacer de Israel un paraíso terrenal junto con las naciones, para que el mundo sea finalmente su dulce hogar.

    Evidentemente, nuestro Padre celestial ha hecho de su altar del amor prehistórico, dado a Abraham y Sarah, de ser no solamente el renacimiento de su único hijo Isaac, pero igualmente de sus hijos prometidos de generaciones venideras, y lo mismo es
    verdad para las familias de las naciones: porque es su voluntad divina de ganar para su nombre fuego: ¡la humanidad entera! Considerando, que Isaac renació sobre el altar del amor prehistórico cuando Abraham estuvo listo para sacrificarlo ante nuestro
    Padre en el cielo, pero, antes de hacerlo todo, entonces él oyó una voz del cielo, diciéndole, no hiera al niño, porque desde ahora se conoce en el cielo grandemente de que tú obedeces a la palabra de Dios hacia toda la eternidad celestial.

    Indiscutiblemente, Isaac no murió sobre el monte Sión como nuestro Padre celestial había llamado a Abraham a sacrificarlo como su único hijo ante él, y en su gran fuego visible de horizonte a horizonte del mundo entero, y hasta el mismo cielo
    angelical igualmente: porque Isaac necesitaba ser el primer renacido de sus hermanos que serian la nación del sueño dorado de Dios. Aquí es, cuando nuestro Padre celestial hizo renacer a Abraham del fuego de su grande gracia, de su grande misericordia,
    de su grande verdad y de su grande justicia divina, para que sea bautizado en el Espíritu Santo de los Diez Mandamientos, obedeciendo cada palabra articulada de su boca divina en toda la eternidad, y por siempre en su nuevo reino angelical.

    Y es aquí. En donde nuestro Padre celestial te bautizara también no solamente en agua, al invocar la perfecta santidad de su nombre y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, pero igualmente en la santidad perfecta de su Espíritu, cumpliendo
    así con sus mandamientos junto con cada palabra que haya salido de su boca en la eternidad, para salvarte para siempre. Dado que, únicamente cuando eres redimido, al haber tú sido bautizado en agua y en el Espíritu Santo de su altar del amor prehistó
    rico, descendido del cielo con Isaac y con el Espíritu Santo, es cuando realmente tú eres aceptado en la gloria celestial y enriquecido perpetuamente, para que finalmente conozcas la única vida que te ama: amándote verdaderamente por una eternidad.

    Por eso, es que nuestro Padre celestial te está siempre llamado a su altar del amor prehistórico, para que seas bautizado con el Espíritu Santo de su gracia, misericordia, verdad y justicia divina, porque tú necesitas tener estos bautismos
    urgentemente, y en segundos: para que seas redimido y gozar cada día la vida que realmente te ama con muchas bendiciones hacia la eternidad. Y ésta vida solamente puede ser encontrada en la gloria celestial, porque viene directamente hacia ti, cuando
    eres renacido de la imagen y el alma viviente de nuestro Padre celestial, para que seas perfecto y santo así como siempre él lo ha sido ante sus ángeles, y solamente entonces tú conocerás la vida como deberías conocerla con sus riquezas de cada dí
    a.

    Y es sobre el altar de su amor eterno, en donde Israel finalmente pudo destruir cada pecado que conoció en la cautividad egipcia, y por el desierto del Sinaí, que realmente es el infierno de Satanás que esperaba por ellos que viniesen, para
    recibirlos con las mordeduras de las serpientes venenosas, para que desciendan al Valle de los huesos secos, sin salvación. Indiscutiblemente, Israel descendió al Valle de los huesos secos, es decir, porque vivieron los pecados de las naciones
    intensamente, y no se podían salir de ellos hasta que su carne del convenio se torne en polvo y árboles, clamando a nuestro Padre celestial que envíe a su Hijo Jesucristo, para que les clave su nombre fuego sobre ellos y sobre su altar.

    Oportunamente, Israel sabia que tenia que ascender al monte Sión, en donde el fuego de Abraham e Isaac arde intensamente en toda gracia, misericordia, verdad y justicia divina desde que el Padre los llevó por un camino de tres días, para renacer y
    bautizarse en el fuego de su amor eterno, cumpliendo finalmente con sus mandamientos y sus palabras de la eternidad. Y una vez ellos levantados sobre el monte alto por la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de su Hijo
    Jesucristo, victoriosos sobre toda mentira, maldición de Satanás, además, él destruyó al ángel de la muerte con los ángeles caídos, entonces: Los israelitas pudieron bautizarse en el Espíritu Santo y agua, porque su Hijo Jesucristo fue bautizado
    por ellos, eternamente.

    Puesto que, ésta era la única manera posible que no solamente complacería el corazón santísimo de nuestro Padre celestial con toda su verdad y justicia divina, pero igualmente ellos serian llenos del Espíritu Santo del amor y de la vida eterna ú
    nicamente para conocer su bondad, gracia, misericordia, verdad y justicia divina, y de las riquezas inagotables de La Nueva Jerusalén celestial. Ahora, que toda la casa de Israel había sido clavada al nombre fuego de nuestro Padre celestial y a la
    carne sagrada, derramando de ella la sangre reparadora sobre todos ellos, quitando todo pecado de cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones que lo aman: únicamente entonces, todos ellos podrán regresar a Israel, reconquistá
    ndola para su gloria.

    Es decir, que viendo nuestro Padre celestial sus cuerpos convertidos en polvo en el desierto del Sinaí junto con sus hijos en Canaán, entonces ellos se volvieron los árboles listo para ser levantados a su altar del amor eterno por su Hijo Jesucristo
    y el nombre fuego, clavado al madero: levantándolos así del Valle de los huesos secos a la vida eterna. En otras palabras, viendo nuestro Padre celestial su nombre fuego, clavado al madero de la casa de Israel junto con la carne sagrada de su Hijo
    Jesucristo, abrazándolos así perpetuamente, entonces Dios ya no vio la necesidad para que cada hombre, mujer, niño y niña sufra en el Valle de los huesos secos: e inmediatamente los llamó a su dulce hogar nuevamente.

    Evidentemente, Israel había finalmente exaltado el nombre fuego de nuestro Padre celestial sobre el mundo entero para salvar a las familias de las naciones del pecado y del infierno tormentoso, para que ellos puedan encontrar la vida que realmente
    agrada a nuestro Padre celestial sobre su altar del amor eterno para con ellos en la tierra y en el cielo, perpetuamente. Por eso, es que ahora Israel quiere reconquistar a Canaán para servir a nuestro Padre celestial sobre su altar del amor prehistó
    rico, que está los cielos de Jerusalén, y nadie puede verlo jamás: porque para verlo, entonces uno tiene que estar bautizado en agua y en el Espíritu Santo, vistiendo la carne sagrada—y solamente entonces uno puede servirle a Dios, perpetuamente.

    De otra manera, sin el bautismo de agua y del Espíritu Santo del altar del amor eterno, descansando sobre el Monte Sión, entonces tú serás como cualquiera del pasado que falló en encontrarlo, porque jamás tú lo veras en la carne pecadora sino
    solamente en la carne sagrada, que todos tenemos ya en el cuerpo glorificado de su Hijo Jesucristo, para siempre. Por cierto, ésta es la única manera en que vas a terminar con el pecado que te está causando problemas, dificultades, enfermedades,
    pobreza y muerte en el mundo junto con todos los tuyos y amistades, igualmente, porque sobre el altar del amor eterno, en donde Israel ha sido levantado con su nombre fuego, volando altamente, ha sido para liberarte del mal, perpetuamente.

    Ya que, es únicamente sobre el altar del amor eterno, en donde Israel sostiene en alto sobre toda la tierra y la humanidad entera el nombre bendito de nuestro Padre celestial, ardiendo como siempre en su fuego de gracia, misericordia, verdad y
    justicia divina para contigo, para que vivas completamente liberado de toda influencia satánica: caminando siempre en su Camino de Santidad. Éste es el Camino Santo de su Evangelio de Salvación que nuestro Padre celestial empezó con Abraham, Sarah y
    su único hijo Isaac, en que nació la nación de familias listas para vivir ya en su más maravilloso sueño divino de amor eterno, bendiciones y felicidades interminables, dándole gozos asombrosos a su corazón santo y a sus amados por toda la
    eternidad.

    Nuestro Padre celestial necesita caminar en su Camino de Santidad contigo en estos días, porque éste es el único camino posible que él ha establecido en la tierra, por medio de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, en donde encontraras tu camino
    hacia su altar del amor prehistórico, para ser bautizado en agua y en el Espíritu Santo, para salvación eterna. De otro modo, tú fallaras en recibir bendición de amor, paz, prosperidad y felicidad eterna, que él te ha provisto ya: porque él te
    necesita viviendo su vida muy rica ya, en donde no solamente cumplirás con sus mandamientos eternos, pero igualmente cada palabra hablada por él, para decirte: Ahora yo sé que me amas.

    Y cuando nuestro Padre celestial sepa que tú lo amas por medio de su nombre fuego, porque has obedecido a su llamado para bautizarte en agua y en el Espíritu Santo, que está listo para descender sobre ti desde su altar del amor prehistórico,
    descansando sobre el Monte Sión, entonces él mismo te bendecirá hasta que seas cada día inmensamente rico. Realmente, tú serás muy rico en tu vida terrenal y en la gloria celestial igualmente, porque ahora estarás viviendo en su carne sagrada, que
    le dice constantemente, que él es muy amado por tu corazón, alma, mente, cuerpo, fuerzas y espíritu humano, desde que su nombre fuego arde victorioso sobre ti así como está clavado a Israel sobre su altar del amor eterno.

    Además, viviendo sobre la tierra y la humanidad entera que es todo hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, entonces esto significa que nuestro Padre celestial siempre te favorecerá en todo lo que tú hagas en el cada día
    de tu vida, por lo tanto, tú siempre estarás sobre encima de todo victorioso, alcanzando tus metas impresionantes. Esto significa, que éste es el único lugar, en donde tú recibirás el nombre fuego de nuestro Padre celestial no solamente porque ya
    has sido bautizado en agua y en el Espíritu Santo de su amor eterno, así como Israel lo recibió con clavos sobre su madero que en vida, vistió sus almas vivientes: pero porque ahora tú eres su hijo legitimo.

    Y una vez que tú has recibido el nombre fuego de nuestro Padre celestial, ardiendo apasionadamente sobre la antorcha, que es la madera de Israel que recibió con clavos a su Hijo Jesucristo, para derramar su sangre reparadora victoriosa sobre las
    mentiras, maldiciones, problemas, enfermedades, pobreza, incluyendo la muerte, para que su nombre todopoderoso reine sobre ti victoriosamente, siempre, entonces serás feliz finalmente. Esto nos dice, que éste es el nombre fuego de nuestro Padre
    celestial que arde apasionadamente sobre ti así como flamea sobre la torre de Israel, en donde está clavado a su Hijo Jesucristo y su sangre reparadora, salpicada toda, para que vivas sin pecado y victorioso sobre cada obra de Satanás que quizá a
    preparado para lanzarla en contra de ti pronto.

    Y, es únicamente aquí, en donde en nuestros días, tú finalmente encontraras la vida que te pertenece, diseñada por nuestro Padre celestial solamente para que tú la disfrutes de él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, en donde su nombre
    fuego reinara sobre tu vida para siempre, asegurándote así tu bendición cotidiana y victorias sobre todas tus metas por conquistar. Y, es únicamente sobre éste altar de su amor eterno, en donde Israel finalmente recibió el nombre fuego de nuestro
    Padre celestial, para levantarlo muy en alto de toda la tierra y hasta del reino angelical, igualmente: en donde serás bendecido junto con tus muy amados al destruir cada pecado que te moleste, bloqueando injustamente todo progreso en tu vida de cada dí
    a.

    Éste altar del amor prehistórico de nuestro Padre celestial que se lo otorgó a Abraham y Sarah, continuara siendo parte de tu vida junto con tus muy amados y amistades igualmente, porque te seguirá por toda tu vida y hasta el mismo reino de los
    cielos, llenándote siempre de su gracia, misericordia, verdad y justicia divina, para guiarte hacia riquezas inalcanzables antes. Efectivamente, nuestro Padre celestial te bendecirá con riquezas increíbles no solamente porque su nombre fuego arde
    apasionadamente sobre tu vida así como flamea sobre la carne muy sufrida de Israel, que es el madero, en donde está clavado junto con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo victorioso sobre el mundo entero: pero también porque tú mismo le entregaras
    glorias cada día, siempre.

    Y, es aquí, en donde nuestro Padre celestial espera fielmente con su corazón de amor apasionado por las familias de Israel y por ti igualmente, no importa de donde tú vengas hacia él y su nombre santo como de diferente continente, país, cultura o
    religión como el Budismo, Hinduismo, Islam, Cristianismo, Espiritismo, Paganismo o cualquier otro para recibir su nombre fuego, perpetuamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial ha creado su nuevo reino angelical que será llenó de sus hijos
    renacidos de él y de su nombre todopoderoso, clavado a ellos por la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, porque han recibido todos sus bautismos fielmente para vivir con las familias de las naciones, perpetuamente justificados, llenos de su amor y
    sellado todo por la sangre reparadora.


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