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    From Elio I. Valarezo@21:1/5 to All on Fri Feb 19 20:32:08 2021
    Sábado, 20 de Febrero, 2021 de Nuestro Salvador Jesucristo, uayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)



    El PADRE clavado a CANAÁN con ISRAEL: bendice a familias mundialmente con amor, sanidad, santidad y riquezas inagotables diariamente y siempre:


    El día había llegado, para nuestro Padre celestial empezar una nueva Creación, en donde Él podrá vivir con sus hijos nacidos de su imagen y de su alma santísima, para vivir con ellos: amando, sirviendo y exaltando su santo nombre fuegos toda una
    eternidad: conquistando nuevas riquezas, glorias y poderes jamás tocadas por el pecado para siempre. Además, nuestro Padre celestial necesitaba vivir su vida eterna, que siempre ha amado a su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con sus ángeles
    por una eternidad, pero ahora, Él necesitaba vivirla con sus hijos nacidos de Él en el paraíso, como Adán y Eva junto con sus hijos en la tierra, porque Él necesita aun conquistar riquezas asombrosas de su corazón últimamente.


    Esta riqueza, que nuestro Padre celestial siempre ha conocido en la tierra con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, pero Él únicamente la podía vivir junto con nuevas glorias, poderes y bendiciones asombrosas bendiciendo a sus hijos nacidos de
    Él junto con sus ángeles fieles a Él y a su santo nombre fuegos para siempre. Glorias, poderes, bendiciones y riquezas insondables siempre existiendo en su corazón santísimo, realmente, gozándolas grandemente con su Hijo Jesucristo, su Espíritu
    Santo y sus ángeles fieles a Él y a su santo nombre fuegos sobre su altar glorioso hasta que pecado y rebelión de Lucifer junto con un tercio de ángeles caídos interfirió en contra de Él con su maldad en su reino angelical.


    Verdaderamente, glorias, poderes y asombrosas riquezas que nuestro Padre celestial amaría gozarlas grandemente con sus ángeles fieles a Él junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero sólo hasta que Lucifer pecó, entonces todos fueron
    expulsados de su presencia, dándole vida a sus hijos de su imagen y de su alma santísima para vivir riquezas de su corazón santísimo últimamente toda una eternidad. Ciertamente, glorias, poderes y riquezas interminables que nuestro Padre celestial
    le hubiese gustado gozarlas con sus ángeles fieles a Él junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero Él fue detenido por pecados y rebelión de Lucifer y de huestes angelicales siguiéndole a él, pecando sobre su santo nombre fuegos, que É
    l tuvo que darte vida a ti junto con tus amados inmediatamente.


    Visto que, nuestro Padre celestial tenía que darte vida a ti junto con tus amados, vecinos y amistades del mundo entero, porque nosotros nacimos amándolo a Él y a su santo nombre fuegos junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque Lucifer
    y sus ángeles caídos fallaban en amar y en entender su santo nombre por una eternidad—por ello, te llamó. Si la verdad se dijera hoy, entonces nosotros entenderíamos que solamente nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu
    realmente entienden su santo nombre fuegos, porque huestes angelicales hasta hoy han fallado en entenderlo, visto que Lucifer y sus ángeles caídos pecaron, rebelándose en contra de él, tratando de retenerlo con ellos, ofendiendo así al SEÑOR y a su
    Hijo infinitamente.


    Esa es la verdad, huestes angelicales hasta hoy en día han fallado en entender el santo nombre fuegos de nuestro Padre celestial sobre su altar santísimo, que nosotros conocemos perfectamente ser el monte santo de Jerusalén, en Canaán, porque este es
    el lugar que Él escogido desde la fundación del mundo, clavarlo a ti, tus amados, vecinos y amistades para la eternidad venidera. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba crear cielo y tierra, en donde Él nacería con su Hijo Jesucristo y con
    su Espíritu Santo como Isaac, para Él tener a sus hijos en su familia divina en la tierra, naciendo para amarlo a Él junto con su santo nombre fuegos, porque Él realmente necesita que sus hijos lo conozcan, así como Él lo conoce en la eternidad.


    Realmente, nuestro Padre celestial creó cielo y tierra, para que sus hijos nazcan de su imagen y de su alma santísima, finalmente para tenerlos a ellos conociendo su santo nombre fuegos, así como Él siempre: conquistando nuevas riquezas, glorias,
    poderes y bendiciones interminables, enriqueciendo así su corazón santísimo en su pecho, pero igualmente en el pecho de sus hijos, conociéndolo y amándolo toda una eternidad. Es decir, si nuestro Padre celestial lo logra todo, así como Él quiere
    por medio de su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo, entonces, Él te tendrá a ti amando y conociendo su santo nombre fuegos sobre su monte Sion, en Canaán, así como Él junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo lo ha amado y lo ha
    conocido en la eternidad.


    Visto que, esta es verdadera alegría de tu corazón, de tus amados, vecinos y amistades del mundo entero, finalmente para amar, conocer y alabar su santo nombre fuegos sobre su monte santo de Jerusalén, en Canaán, porque está clavado a su cruz para
    la eternidad, que eres tú junto con Israel y las naciones, conociéndolo enteramente con sus riquezas cotidianas toda una eternidad entera. En otras palabras, nuestro Padre celestial ha creado cielo y tierra no para Satanás y sus familias brujas,
    haciendo brujerías diariamente sobre sus hijos de Israel y de las naciones, más bien, Él ha creado su nuevo reino de amor eterno para sus hijos amar y conocer su santo nombre fuegos, así como Él siempre lo ama y lo conoce hasta nuestros días.


    Esta es la nueva tierra, en donde nuestro Padre celestial finalmente tiene a su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo viviendo en cada hijo suyo de Israel y de las familias las perfectas glorias, riquezas y poderes de su corazón santísimo solamente
    para amar, servir y honrar su santo nombre fuegos, que conquistara nuevas riquezas nunca antes vistas por ninguno hasta hoy. Realmente glorias abundantes con poderes y riquezas sin fin, naciendo del corazón santísimo de nuestro Padre celestial en la
    eternidad venidera para su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con sus hijos gozarlas en su nueva tierra, pero empezándolo todo en Canaán, porque esta tierra santa jamás conoció pecado hasta hoy, visto que es imposible que exista en él y en
    la eternidad celestial.

    Por eso, cada vez que un hijo suyo de Israel y de las familias de las naciones es bautizado por el bautismo en agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, entonces, aquella persona es renacida en Canaán para ser su
    hijo vestido con su semilla santa, que es la carne sin pecados de Isaac perpetuamente. Esto también significa, que la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial es finalmente en la tierra, porque la persona estará vestida de su semilla santa, nacida
    de Él, por el Espíritu Santo, teniéndola tú también contigo hoy, en donde Él hará milagros que tú necesitaras junto con tus amados, vecinos y amistades, así como su voluntad es en el cielo con sus ángeles para siempre.


    Realmente, nuestro Padre celestial empezara a vivir y a crecer en ti enteramente, porque bautizándote en agua, entonces, tú serás su semilla santa, que es su carne sagrada sin pecados, para que sus palabras de vida de su Juramento a Isaac empiecen a
    lograr milagros en ti, tus amados, vecinos y amistades de alrededor del mundo, glorificando así su santo nombre fuegos siempre. Ciertamente, es importante que tú seas bautizado en agua, para que nuestro Padre celestial crezca en ti con sus poderes
    asombrosos del Juramento a Isaac, y así, Él pueda lograr sus asombrosos milagros cotidianos para ti y para los demás, ayudándote cada día a amar, a servir y finalmente a conocer su santo nombre fuegos sobre su monte santo de Jerusalén, en Canaán.


    Además, esto es gloriosa riqueza cotidiana, que empezara a derramarse sobre ti y tus amados, porque nuestro Padre celestial necesita bendecirte a ti ricamente con sus poderes asombrosos de su corazón santísimo, tocando a tus vecinos y amistades de
    todas partes, para glorias asombrosas de su santo nombre fuegos llenando la tierra entera siempre con ellas, empezando en Canaán contigo—su dulce hogar. Realmente, tú solamente conocerás a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu
    Santo con su santo nombre fuegos, clavado a la cruz sobre el monte Sion, en Canaán, porque esta es su tierra santa, sin haber conocido jamás pecado alguno hasta hoy—lo que si ha habido allí siempre, han sido familias brujas (no hebreas), sirvié
    ndole a Satanás para maldecirla con maldiciones terribles.


    Sin embargo, la verdad es que Canaán es sin pecado desde siempre, porque nuestro Padre celestial tuvo a Abraham viendo a ella con su esposa Sarah sin darle un hijo jamás, aun así, Él tuvo a su Hijo Jesucristo naciendo de ella como Isaac para que
    Jacobo y los hijos prometidos sean la primera nación sin pecados entre naciones de la tierra entera siempre. Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre estéril de Sarah, por su Espíritu Santo, y
    así, Él tener a Abraham viviendo en su carne sin pecados, quitando el pecado de su vida, además, llamarlo a él al monte Sion, sobre el Moriah, con su único hijo amado Isaac para declararlo: perfecto y santo para la eternidad venidera.


    Considerando que, si nuestro Padre celestial logró que Abraham viviese con su Hijo Jesucristo, naciendo del vientre estéril de Sarah como Isaac, entonces, él perfectamente vivió su vida en Canaán luego tuvo a Jacobo y los doce patriarcas israelitas
    en Canaán, como padres de las doce tribus israelitas, mientras sus hijos por cuatro siglos recogían pecados del mundo entero, bautizándose en el Mar Rojo finalmente. Sin embargo, visto que nuestro Padre celestial logró tener a su Hijo Jesucristo
    naciendo como Isaac en Canaán, entonces, Él logró tener a Jacobo junto con los doce patriarcas israelíes, como padres de las doce tribus de Israel siempre viviendo en Canaán, mientras sus hijos por cuatrocientos años recogían pecados para el
    bautismo final del Mar Rojo—liberando la humanidad entera del mal eterno finalmente.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba tener no solamente a su Hijo Jesucristo en Canana como Isaac con Abraham, Jacobo y los doce patriarcas israelíes, pero igualmente, Él necesitaba que ellos permanezcan perfectos y santos en Canaán ante Él y
    sus ángeles fieles a su santo nombre fuegos sobre el monte Sion, mientras Israel enteramente enfrentaba a enemigos para destruir el pecado en el Mar Rojo. Verdaderamente, esta fue perfecta santidad para nuestro Padre celestial, porque Él tenia a su
    Hijo Jesucristo viviendo en Canaán como Isaac para Abraham, Jacobo y los doce patriarcas israelíes, mientras los hijos, como su nación santa, luchaba sobre poderes malvados para recoger pecados de las familias de las naciones ya casi todas yaciendo en
    el infierno tormentoso por no haberse bautizado jamás en agua.


    Definitivamente, para nuestro Padre celestial fue importante, que su Hijo Jesucristo permanezca con Abraham, Jacobo y los doce patriarcas israelíes en Canaán, en donde el pecado falla en existir toda una eternidad, mientras los hijos israelitas vivían
    en el cautiverio egipcio para recoger tus pecados y los de tus amados, vecinos y amistades, y así, Él finalmente descender hacia ti últimamente con asombrosas riquezas cotidianas. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba bendecirte a ti, pero en
    Canaán, en donde no hay pecado, aunque Satanás ha tenido siempre sus familias haciendo brujerías diariamente, engañando a Israel, como siempre, pero igualmente a familias de las naciones, haciéndolas vivir en sus cegueras espirituales, engañados
    por sus mentiras, sin jamás conocer que ellos ya han sido bendecidos con grandes riquezas en Canaán.


    Verdaderamente, tú has nacido de la imagen y de su alma santísima con grandes riquezas, manifestándose en tu diario vivir en la tierra, pero desde Canaán, como en tu tierra natal, en donde tú naciste con tus amados, para seguirse manifestando tus
    riquezas en días largos y eternos de la eternidad, dado que, desde Canaán tú estarás encaminado hacia la gloria celestial, eternamente enriquecido. Por lo tanto, bautizado en agua, entonces, tú renacerás en Canaán, uniéndote al cuerpo glorificado
    de Isaac, Abraham, Jacobo y los doce patriarcas israelíes junto con sus hijos que vivieron en el cautiverio egipcio, destruyendo tus pecados y de tus amados igualmente, y así, tú tengas vida abundantemente en estos días, enriquecidos diariamente
    desde Canaán, en donde tú jamás has pecado en la eternidad.


    Visto que, así es como nuestro Padre celestial bendijo a Abraham, pero igualmente a Jacobo con los doce patriarcas israelíes, haciendo que sus hijos sean el fundamento de su perfecta santidad, nacida de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo,
    finalmente todas las familias de las naciones crean en su obra salvadora, renaciendo todos ellos del bautismo en agua y del Espíritu Santo. Entendiendo que, para que los hijos de nuestro Padre celestial sean salvados por su obra salvadora, empezada con
    Abraham y el vientre estéril de Sarah, logrando que su Hijo Jesucristo sea Isaac, por el Espíritu Santo, entonces los convirtió a todos en eternos ciudadanos legítimos de Canaán, viviendo su vida eterna sin pecado en tierras de su nacimiento con sus
    amados, vecinos y amistades.


    Realmente, para que los hijos de nuestro Padre celestial y las naciones sean redimidos, entonces, ellos tienen que vivir en Canaán con Él y en su carne sagrada, como cuerpo glorificado de Isaac, destruyendo a Satanás, ángeles caídos, maldiciones,
    brujerías, pobreza, muerte y el infierno, haciéndose así conocer por Él y por sus huestes angelicales antes de ascender a la gloria celestial, enriquecidos desde Canaán. En otras palabras, sin bautizarte en agua, entonces, tú jamás conocerás
    riquezas cananeas, que tú ya tienes en el cielo arriba y en Canaán, que tú necesitas vivirlas en tu tierra natal con tus amados, vecinos y amistades, y así, tú accedas a la gloria celestial, conocido por ángeles y gentes en la vida eterna,
    enriquecido ya infinitamente desde tierra santa, su dulce hogar.


    Ciertamente, estos son poderes, glorias y riquezas sin fin, que tú tienes que empezarlas a gozar, trabajando así con sus riquezas en tu corazón, alma, mente, cuerpo y espíritu humano, preparándote a ti para amar, servir y glorificar su santo nombre
    fuegos sobre su monte santo de Jerusalén, en Canaán. Por ende, bautizándote, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, entonces, tú obtendrás lo mejor de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, tú
    solamente conozcas amor, servicio y gloria para su santo nombre fuegos sobre su monte santo de Jerusalén, en Canaán, porque Él está decidido a crecer contigo en la eternidad progresivamente.


    Seguramente, bautizado en agua ya, invocando la perfecta santidad de su nombre, entonces, tú vestirás de la carne sagrada de nuestro Padre celestial, que ha destruido a Satanás, ángeles caídos, maldiciones, enfermedades, familias brujas, pobreza,
    muerte y el infierno tormentoso por ti y tus amados, y así, tú vivas en riquezas cananeas diariamente, enriqueciendo tu familia y tu nación hasta que su reino venga. Francamente, nuestro Padre celestial ya ha ahogado a cada enemigo que venia hacia ti,
    tus amados, vecinos y amistades del mundo entero, porque bautizándote, entonces, tú te has sumergido con tus enemigos, derrotándolos: Como Satanás, espíritus inmundos, maldiciones, conflictos, problemas, pobreza, familias brujas, muerte y infierno
    tormentoso, eternamente devastados han quedado debajo de las aguas, sin poder regresar a ti jamás como antes.


    Ya que, nuestro Padre celestial te necesita perfecto y santo, así como Él junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, viviendo siempre con lo mejor de Él en ti de Canaán: amando, sirviendo y glorificando su santo nombre fuegos, así como los á
    ngeles en la gloria celestial, conquistando finalmente nuevas riquezas en la tierra entera, con Él mismo creciendo en ti siempre. Realmente, nuestro Padre celestial ama todo lo que tú harás con su carne sagrada y su Espíritu Santo en tu diario vivir
    en la tierra y en la gloria celestial igualmente, al tú finalmente ascender a ella, eternamente enriquecido de Él en Canaán, y así, su corazón santísimo sea feliz con todo lo que había sido planeando que tú cumplas con los tuyos siempre.


    Por eso, es que nuestro Padre celestial necesitaba empezar un pacto de vida con Abraham en Canaán, para que tú regreses a los poderes cotidianos de su corazón santísimo, que son manifestadas desde su pecho santísimo en la gloria angelical para sus á
    ngeles y en las familias que han sido redimidas de generaciones pasadas, pero igualmente contigo en tu hogar hoy en día. Visto que, nuestro Padre celestial derramó su corazón santísimo sobre Isaac del monte Sion, descansando sobre el Moriah, y así,
    tú lo recibas en tu pecho también, ejecutando finalmente su voluntad perfecta contigo, porque Él estará trabajando en tu diario vivir con su corazón santísimo en tu pecho, logrando su perfecta voluntad en la tierra entera finalmente, como en el
    cielo al instante, como siempre.


    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo como Isaac en Canaán, para que su semilla santa no solamente sea en Jacobo y en los doce patriarcas israelitas, naciendo de su carne sin pecados, pero igualmente en sus hijos cautivados
    en tus pecados cotidianos, destruyéndolos luego, finalmente entregándote la carne sagrada y regreses a Él perfecto y santo, así como Él lo es eternamente. Incuestionablemente, nuestro Padre celestial tuvo a Israel antiguo naciendo en el cautiverio
    egipcio, cautivados por tus pecados, para luego ellos tener a Moisés naciendo especialmente para recibir su santo nombre fuegos sobre el monte Sinaí, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, llevando tus pecados y de tus amados al bautismo
    del Mar Rojo: liberándote a ti infinitamente del mal eterno.


    Considerando que, este fue el único camino posible para que nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo nazca en Canaán como Israel, liberándote luego finalmente de tus pecados, porque ellos nacieron para lidiar con ellos
    aun cuando tú no nacías de tu madre en tu nación natal, y así, tú conozcas su liberación para amarlo a Él eternamente. Realmente, ya Israel bautizado en agua, cruzando el Mar Rojo en seco, invocando su santo nombre fuegos, entonces, ellos
    abandonaron la carne pecadora (que recogió tus pecados) y el espíritu de error, y así, tú tengas junto tus amados, vecinos y amistades la carne sin pecados de Isaac y su Espíritu Santo, atrayendo cada día riquezas hacia a ti y tu nación también
    siempre.


    Sin embargo, para nuestro Padre celestial entregarte a ti esta gran salvación, que Abraham, Isaac y Jacobo junto con sus hijos viviendo en el cautiverio egipcio por ti, para que tú jamás desciendas al infierno tormentoso, que es la cautividad que
    Lucifer ha preparado para ti, más bien, tú bautizado en agua entraras a Canaán únicamente conociendo riquezas toda una vida siempre. Entonces, nuestro Padre celestial tuvo que caminar hacia ti con Israel antiguo hambriento y sediento, que Él tuvo
    que darles de comer del maná y de beber de la roca de salvación, para que tú también comas de su maná de la gloria angelical y bebas de su roca, satisfaciendo tu sed y la de tus amados por una eternidad entera.


    Ciertamente, esta es riqueza, que nuestro Padre celestial le entregó a Israel por el desierto del Sinaí, en donde toda vida falla en existir, sin embargo, comiendo de lo mejor del cielo, como el maná, pero igualmente, bebieron de su roca de salvación
    agua de vida, y así, tú también seas satisfecho con los tuyos en tu hogar hoy-pero bautizado ya en agua. Por lo tanto, fue importante para nuestro Padre celestial caminar hacia ti, caminando con todo Israel antiguo cada paso por el desierto del Sinaí,
    que te llevaba a ti hacia tu cautiverio, que Satanás había preparado para ti y tus amados en el infierno tormentoso, y así, Él conquistar puertas del infierno y con sus ciudades, para que tú jamás pases por ellas.


    Nuestro Padre celestial con Israel antiguo bautizado del Mar Rojo, teniéndolos a ellos comiendo del maná del cielo cada día y bebiendo de la roca de salvación, entonces, ellos caminaron cada paso, que tú caminarías en la tierra postreramente, llevá
    ndote a ti hacia el infierno tormentoso, y así, tú escapes finalmente cada mal, así como ellos inicialmente del cautiverio de tus pecados en Egipto. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel antiguo viviendo en el desierto del Sinaí,
    porque asimila el infierno, pero igualmente asimila tu diario vivir en tu tierra natal, fallando siempre en conocer su santo nombre, listo para entregarte a ti una vida todopoderosa, bautizándote en agua, bendiciéndote diariamente hasta que su reino
    venga, en donde todo es amor, paz, prosperidad y tu felicidad eterna.


    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba derrotar tus pecados cotidianos no solamente con Israel antiguo bautizado del Mar Rojo, invocándolo a Él, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, pero igualmente derrotar tu vida pecadora por
    el desierto, finalmente descendiendo al corazón de la tierra para instalar su corazón santísimo debajo de Canaán, declarándote cuan grande es su amor por ti siempre. Empero, para nuestro Padre celestial establecer su corazón santísimo en el corazó
    n de la tierra, entonces, Él tenía que expiar, juzgar y cubrir tus pecados con sangre expiatoria de corderos, cumpliendo así con rituales y ceremonias del Juramento a Isaac, porque Él necesitaba a Isaac en Canaán nuevamente, pero como su Hijo
    Jesucristo junto con su santo nombre bendiciéndote a ti sobre su cruz siempre.


    Realmente, para que esto sea posible, nuestro Padre celestial necesitaba descender sangrando con Israel antiguo, porque cuando ellos se rebelaron en contra de Él y su Ángel Santísimo en días finales del desierto, entonces, cada uno fue mordido por
    serpientes venenosas, ya que necesitaban sangrar sobre puertas del infierno para ser una semilla santa con las familias de las naciones, redimiéndolos finalmente para Canaán. Por cuanto, Israel antiguo tenia que ser una semilla santa con cada hombre,
    mujer, niño y niña de las naciones que habían vivido ya en la tierra, pero que descendieron al infierno tormentoso por no conocer jamás su santo nombre ni su bautismo en agua, que los hubiese limpiado de sus pecados perpetuamente, haciéndolos
    seguidamente uno también con sus hijos de generaciones venideras--salvándolos.


    Legítimamente, esta es la semilla santa de nuestro Padre celestial, saliendo de Él, por el Espíritu Santo del vientre estéril de Sarah como Isaac, pero luego también de la hija virgen de David como Isaac nuevamente, pero esta vez, como su Hijo
    Jesucristo y con su santo nombre, clavándolo a su semilla santa sobre el monte Sion, destruyendo tus pecados y del mundo entero. Actualmente, esta es la semilla santa de nuestro Padre celestial, nacida de Él como Isaac, recogiendo pecados cometidos en
    contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo de las naciones pasadas y futuras, y así, Él mismo destruirlas en el Mar Rojo, llevando Israel antiguo finalmente este bautismo en agua al corazón de la tierra, borrando así pecados del mundo
    entero eternamente.


    Considerando que, nuestro Padre celestial tenia que destruir las familias de las naciones en días de Noé con un gran diluvio, que la humanidad entera nunca pensó posible, burlándose de la familia de Noé, al observarlos como construían el Arca en
    tierra muy alta y lejos del mar, porque de seguro, Él había determinado borrar el pecado de la tierra entera en un día. Entendiendo que, nuestro Padre celestial pensaba no solamente manifestar deseos gloriosos de su corazón santísimo, fundando una
    nación nacida de su semilla santa, que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo y sin pecado en Canaán y en el corazón de la tierra, en donde Satanás tenia su reino de tinieblas, pero igualmente Él mismo renacer con la humanidad entera en Canaán
    finalmente.


    Amorosamente, nuestro Padre celestial conocía perfectamente a su nación dorada, nacida de su corazón santísimo: como familias únicamente conociendo su vida, su santo nombre, su palabra viva junto con sus Diez Mandamientos, enriqueciendo a cada
    hombre, mujer, niño y niña de las naciones, sangrando sobre postes del infierno: y por Canaán, sangrando sobre su cruz, finalmente alcanzando salvación con el bautismo todopoderoso de agua. Por eso, es que nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo
    Jesucristo naciendo del vientre virgen de la hija de David sin pecado alguno, para luego tenerlo con Juan el Bautista en el río Jordán, porque él necesitaba bautizarse para clavar este bautismo sobre todo lo alto de la cruz en su último día con
    perfecta salvación, para la tierra entera por fin.


    En otras palabras, nuestro Padre celestial necesitaba toda carne destruida con el diluvio de Noé, ascendiendo montañas, quitando el pecado, espíritus inmundos y violencia de naciones antiguas y futuras, luego liberar a Israel de su corazón santísimo,
    como su semilla santa, bautizado del Mar Rojo, para bautizar el corazón de la tierra con carne de Isaac, viviendo nuevamente con el Mesías bautizado del Jordán. Legalmente, nuestro Padre celestial con Noé y su Arca flotando, destruyó a toda carne
    en aquellos días, para darles vida luego, pero con su semilla santa, nacida de su corazón santísimo, su Hijo Jesucristo viviendo en Canaán como Isaac, bautizado por uno de sus hermanos Juan en el río Jordán, finalmente entregándonos vida
    nuevamente a todo aquel bautizado en agua, invocando su santo nombre.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo junto con su Espíritu Santo viviendo tu vida eterna, entregada a ti, tus amados, vecinos y amistades, pero viviéndola enteramente, como Él normalmente la vive con sus huestes
    angelicales eternamente victorioso sobre Lucifer, pecados y ángeles caídos, y así, tú mismo la vivas sobre Satanás y sus espíritus inmundos en la tierra entera siempre. Realmente, fue importante para nuestro Padre celestial comer con Abraham sobre
    su Mesa santa pan y vino, servidos por su Hijo Jesucristo a huestes angelicales de la gloria celestial, y así, ellos sean siempre amorosos, fieles y verdaderos a su santo nombre fuegos sobre el monte Sion, en Canaán, para que tú vivas su vida eterna
    por siempre enriquecida en toda la tierra.


    Dado que, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente a Abraham y Sarah junto con los demás, comiendo y bebiendo pan y vino de su Mesa santa con Él y con su Espíritu Santo, siempre servida por su Hijo Jesucristo en la gloria angelical, manteniendo
    a ángeles perfectos y santos, pero igualmente, él necesita hacerlo así en la tierra contigo, manteniéndote santo y perfecto siempre. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham junto con Sarah y sus hijos prometidos en generaciones
    venideras, comiendo y bebiendo del pan y vino, porque Él los necesitaba a ellos no solamente viviendo con Él en su semilla santa, que es su Hijo Jesucristo, que nació en Canaán como Isaac, pero igualmente, tú que seas santo y perfecto, así como Él
    lo es eternamente.


    Realmente, nuestro Padre celestial necesita crecer en sus hijos de Israel y de las naciones, porque bautizados en agua entonces ellos abandonaran la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sin pecados y su Espíritu Santo, creciendo Él
    libremente en ellos, logrando así su voluntad perfecta, que es milagro tras milagro, bendiciéndolos en la tierra entera siempre hasta que su reino venga. Por lo contrario, Lucifer y sus ángeles caídos siempre crecen al lado de cada hombre, mujer, niñ
    o y niña no bautizados en agua aun, porque ellos habrán fallado en conocer, que han nacido para amar a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero bautizados finalmente para recibir la roca de salvación, amándolos a ellos
    con un amor todopoderoso para siempre.


    Porque esto siempre fue el problema de las naciones, fallando en conocer en días de Noé: que Lucifer junto con sus ángeles caídos crecía en ellos, sin nadie darse cuenta, que el mal crecía incesante en sus carnes pecadoras, causando violencia entre
    ellos, que nuestro Padre celestial se vio obligado a bautizarlos con un diluvio mundial, quitando así a Satanás de entre ellos perpetuamente. Históricamente, nuestro Padre celestial tuvo a Israel y Moisés bautizados en agua, invocándolo a Él, como
    Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, porque ellos necesitaban no solamente quitar pecados de naciones antiguas y futuras, durante su cautiverio egipcio, pero igualmente, recibir el cuerpo glorificado, que es su semilla santa, saliendo de Él
    para que tú vivas nuevamente en Canana, infinitamente enriquecido.


    En estos días, nuestro Padre celestial necesita crecer en sus hijos de Israel y de las naciones, y así, Él ser el gigante que Él es con sus huestes angelicales junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, finalmente para vivir las riquezas
    insondables de su corazón santísimo, que su reino angelical jamás conoció hasta que tú naciste de Él en la tierra. Verdaderamente, tú has nacido junto con tus amados, vecinos y amistades directamente de la imagen y del alma santísima y del amor
    infalible de su corazón santísimo y con muchas riquezas sin fin de nuestro Padre celestial para manifestarse todo en cielos y tierra, creados por ti, y así, tú vivas con Él y su santo nombre fuegos, eternamente enriquecido en la eternidad venidera.


    Además, este es el nuevo reino de nuestro Padre celestial, en donde Él vivirá con sus hijos bautizados ya todos en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, para que todos ellos sean
    conocidos en Canaán y en la gloria celestial, creciendo todos ellos en grandes riquezas para su nueva tierra eterna. Amorosamente, esto es lo que nuestro Padre celestial necesitaba ver en Israel enteramente, bautizándolos, invocando la perfecta
    santidad de su nombre, y así, Él mismo crecer en ellos en su semilla santa, como la carne sin pecados de Isaac y enriquecida del Juramento a Isaac, derramada ya enteramente sobre Canaán y sus hijos para vivir su vida y riquezas insondables en toda la
    tierra.



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