• =?UTF-8?Q?=28IV=C3=81N=29=3A_EL_AMOR_ANTIGUO_ARDE_APASIONADO=2C_RESTAUR

    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Sun May 15 15:10:50 2016
    Sábado, 14 de Mayo, 2016 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    CADA DÃA ES TU DÃA MADRE MÃA—FELICIDADES A NUESTRAS MADRES: Nuestro Padre celestial vio que Adán estaba sólo, y le pareció a él que esto no era bueno; pues entonces lo puso a dormir, como en un profundo sueño, como quien está en el quirófano
    para ser operado. Teniendo a Adán en su profundo sueño, tendido sobre la tierra, entonces abrió su quinta costilla, sacando de él la costilla y con sus tejidos, para formar en sus manos santísimas a mi madre única, y mamá de cada uno de nosotros
    en todas las generaciones por venir. Y en el corazón de Adán, nuestro Padre celestial, con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, formó a la primer mujer que seria compañera, como carne de su carne, huesos de sus huesos y sangre de su sangre; madre
    y amiga de su corazón y de sus hijos por nacer como las estrellas del cielo e incontables, para siempre. Y desde ese día glorioso del paraíso, el cual jamás podrá ser olvidado, mi madre por siempre vive en mi corazón aunque sé que el altar del
    amor prehistórico de Dios y de su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo está siempre ardiendo apasionadamente con el fuego que jamás se apagara y en su primer lugar ante todas las cosas. Puesto que, Dios mismo dijo: el que ame a padre, madre,
    hermanos y hermanas más que a mí, no es digno de mí; y el que pone su mano sobre el arado (el timón, su altar del sacrificio Espiritual de su amor eterno) y mira hacia atrás no es merecedor de mí, tampoco. Pues en mi corazón llevo por siempre el
    altar del amor prehistórico de mi Padre celestial y de su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo para amarlo, servirle y exaltarlo a él y a su nombre santísimo así como su unigénito lo hizo por los poderes y dones del Espíritu Santo; y mi madre,
    como siempre, sirviéndole con todos nosotros. Tengo, pues, a mi madre, como algo muy valioso delante del altar de mi Padre celestial y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que sea bendecida grandemente todo el día, de todos los días de su
    vida. Feliz Día de Mamá a todas nuestras familias ecuatorianas y de Iberoamérica entera. ¡Que nuestro Padre celestial siempre siga bendiciéndoles grandemente a todos sus hijos e hijas, en todo momento, desde de su altar del amor prehistórico,
    bajado del cielo, y siempre presente en nuestros corazones, enriqueciéndolo todo a cada paso que damos y prosperando hacia la gloria celestial y hogar de nuestra felicidad eterna! HAPPY MOTHER’S DAY TO EVERY ONE EVERYWHERE! ¡Amén!


    EL AMOR ANTIGUO ARDE APASIONADO, RESTAURANDO RIQUEZAS DE VIDA EN TI, HOY:

    A tiempo, nuestro Padre celestial le habla a Abraham, diciéndole: toma a tu hijo, a tu hijo único, al que amas mucho a la tierra de Moriah, para que lo sacrifiques allá, como en un sacrificio Espiritual ofreciendo así el amor que has recibido sobre
    el monte santo, del que yo te hablare de él. Y nuestro Padre celestial llamó a Abraham a tomar a su único hijo hacia uno de los montes de Moriah, del cual siempre él le hablara, porque éste era el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el
    monte Moriah, de que él jamás a avisto ni tampoco sabe nada de sus muchas glorias en el cielo y ante las huestes angelicales.

    Ciertamente, que Abraham estaba preocupado de que él tenia que llevar a su único hijo Isaac a ser sacrificado en un sacrificio encendido, que él jamás pensó hacerlo con un ser humano ni menos con su hijo, por tanto, esto era algo muy nuevo para él
    que lo hizo en su corazón herido y confundido sufrir agonías y dolores sin fin. Seguramente, Abraham le estaba siempre preguntando sobre éste monte santo, en donde él jamás había estado y, además, preocupado por el sacrificio Espiritual de ofrecer
    a su hijo en un altar de amor eterno, que estaba a punto de llevar acabo, derramando la sangre a tierra de su propio hijo Isaac, como en el que aprendió a amar grandemente con su familia.

    Lastimosamente, Abraham estaba abatido, porque pensó que perdía a su hijo Isaac en un sacrificio Espiritual de amor, ardiendo en fuego, en donde él tendría que matarlo, derramando su sangre a tierra, como cualquier sacrificio de animal como de los
    que ya había hecho siempre, complaciendo toda verdad y justicia de nuestro Padre hacia el reino de los cielos. Indisputablemente, que Abraham lloraba a grandes voces en su corazón, viendo a su único Isaac, como en el que siempre aprendió a amar y a
    vivir en perfecta felicidad con Sarah su esposa y con sus hijos adoptivos, comprados por dinero de extraños, otorgándoles así la vida de familia que siempre buscaron sin encontrarla jamás, hasta que entraron en su hogar.

    Realmente, como Abraham lloraba ante nuestro Padre celestial, de saber que ofrecería a su único hijo Isaac en un eterno sacrificio Espiritual de amor sobre el monte santo de Jerusalén, en el monte del que Dios siempre le hablara de él, entonces era
    el mismo amor del cielo llorando a Dios, entregando su misma vida santísima, bautizando a la humanidad entera. Ciertamente, era el mismo amor prehistórico recién descendido con Isaac que lloraba a nuestro Padre celestial, porque no solamente Abraham
    sufría de oír del cielo que ahora tenia que ofrecer a su único hijo Isaac, en un sacrificio Espiritual de fuego sobre el monte santo, pero también todos los demás lloraban con Sarah la madre del hijo único, inmolado para Dios.

    Es decir, que la noticia de nuestro Padre celestial fue recibida por Abraham, para llevar a su único hijo, Isaac, a quien amaba grandemente al monte santo de Jerusalén, que es el monte que él siempre falló en conocer y de entender a sacrificarlo allí
    , como en un sacrificio Espiritual de amor inmortal, entonces todos lloraban inconsolablemente de ver a Isaac partir. Incuestionablemente, cada uno en la casa de Abraham lloraba desconsolado por la noticia de que Isaac tenia que ser ofrecido, como en un
    sacrificio Espiritual de amor eterno sobre el monte santo, en la tierra del Moriah, un monte que Abraham no conocía ni entendía junto con los demás, que prolongó el llanto de todos por toda la noche antes del sacrificio.

    Cada uno en la casa de Abraham lloraba la partida de repente de Isaac, pero excepto él, pues, Isaac no sabia, porque jamás vio nada mal en su derredor, ya que todos en el hogar continuaron amándolo y cuidándolo como siempre, visto que los suyos
    mismos lo llevaban como cordero al altar del sacrificio sin darse cuenta jamás hacia donde iba. Isaac se mantuvo calmado por todo el día y la noche y hasta la mañana siguiente cuando Abraham tomó a dos de los suyos, de su hogar, para encaminarse
    hacia donde nuestro Padre celestial le había hablado ya, para que sepa exactamente en donde ofrecería a único hijo Isaac, como un sacrificio Espiritual del amor prehistórico, que jamás cesara, transformando vidas humanas, perpetuamente.

    Absolutamente, éste es el completo sacrificio Espiritual del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac, como desde el reino angelical de nuestro Padre celestial, de su Rebbe Yeshua jaMashiax (su Hijo Jesucristo) y del Espíritu Santo, para que
    sea no solamente el centro de salvación, pero también el comienzo de su nuevo reino angelical en la tierra, para la eternidad venidera. Definitivamente, éste es el sacrificio Espiritual de su amor primitivo, que nuestro Padre celestial deseaba
    establecer con Adán y Eva en el paraíso, para tener a los hijos que él siempre deseó tener en el reino angelical, por medio de ellos, pero desde que Lucifer envió la serpiente antigua para engañar a Eva con mentiras, entonces su plan fue suspendido
    temporáneamente.

    Éste es el nuevo reino angelical, que nuestro Padre celestial siempre soñó poseer hacia la eternidad no tanto de ángeles, pero de sus propios hijos, renacidos de su imagen santísima, por el poder del Espíritu Santo, para vivir en la semejanza de su
    Hijo Jesucristo, puesto que, esto seria la extensión de su familia divina en la tierra y hacia la eternidad. Ciertamente, éste es un nuevo reino, que nuestro Padre celestial siempre soñó poseer no tanto de nuevo ángeles creados, pero de sus hijos,
    renacidos de su imagen, por el Espíritu Santo, para vivir en la semejanza de la carne sagrada, de los huesos inquebrantables y de la sangre reparadora de su unigénito, amándolo a él perpetuamente, pero siempre en su amor prehistórico.

    Por eso, es que nuestro Padre celestial necesitó siempre establecer su altar Espiritual del amor prehistórico, descendido del cielo, entrando en la familia de Abraham, cuando Isaac nació por los poderes maravillosos del Espíritu Santo del vientre estÃ
    ©ril de su esposa Sarah, por ello, al Isaac nacer, entonces el amor prehistórico entró en la humanidad entera, pero sin relación al pecado. Esto fue importante para nuestro Padre celestial, para tener no solamente a Isaac nacido del vientre estéril
    de Sarah su madre, completamente sin relación al pecado, pero también el amor prehistórico, que descendió con la semejanza de la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de Jesucristo, para que su altar Espiritual de amor sea
    establecido en perfecta santidad perpetua.

    Éste es el altar del amor prehistórico de nuestro Padre celestial, que él quería establecer con Abraham e Isaac como su hijo llevando todo éste amor maravilloso junto con su nombre bendito y los Diez Mandamientos aún no manifestado al mundo entero,
    sin embargo, necesitaban estar sobre altar, ardiendo en su amor eterno y en perfecta santidad, para que Israel nazca pronto. Esto nos dice, que nuestro Padre celestial necesitaba tener a todo su altar antiguo del amor prehistórico, estacionado en el
    cielo, movido milagrosamente sobre la tierra al Isaac nacer por el poder del Espíritu Santo, del vientre enfermo de Sarah, y cuando Israel nazca como nación, entonces todas sus cosas santísimas estarían en su lugar, recibiéndolos con toda perfecció
    n santísima, perpetuamente.

    Por ello, era muy importante para nuestro Padre celestial de tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por los poderes asombrosos del Espíritu Santo, para que todo su altar del amor prehistórico, del reino de los
    cielos, esté en su lugar listo para recibirlos, para que sean bendecidos poderosamente con bendiciones especiales, lloviendo desde el cielo. Por eso, es que cuando nuestro Padre celestial llamó a Abraham al monte santo de Jerusalén, descansando sobre
    el Monte Moriah, entonces todas las cosas que él ya le había otorgado a Israel antes de que nazca, para venir a ser la nación de sus sueños sobre toda la tierra, remarcablemente, pues, todo ya estaba presente sobre su altar Espiritual, esperándolos.

    No había nada que faltase de nuestro Padre celestial y de su altar del amor prehistórico, porque Abraham cuando ascendía con su hijo Isaac para ofrecerlo como el eterno sacrificio Espiritual, que lo bautizara no solamente a él, pero también a sus
    hijos y de las familias de las naciones, entonces todo estaba en su lugar, para que todos sean vestidos con salvación. Así, cuando Abraham fue bautizado con nuestro Padre celestial por el Espíritu Santo, en la carne sagrada, en los huesos
    inquebrantables y en la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, entonces Abraham fue bautizado con el Espíritu Santo del nombre, de los mandamientos y de todas las cosas constituyendo el tabernáculo de reunión junto con el Lugar Santo de los Santos.

    Legalmente, Abraham fue bautizado con nuestro Padre celestial al limpiarse de sus pecados, por la carne sagrada de su hijo Isaac, porque éste pacto de vida entre nuestro Padre celestial y Abraham es de la carne sagrada que derramaría postreramente la
    sangre sobre el altar del amor prehistórico, destruyendo los males de Satanás, y conquistando vida eterna para todo creyente fiel. Además, nuestro Padre celestial tenia que hacerlo así con Abraham, porque para Abraham ser bautizado con él y junto
    con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y la sangre derramada ante el Espíritu Santo, entonces sus cosas personales como su nombre bendito, los mandamientos y el tabernáculo de reunión junto con el Lugar Más Santo tenían que estar ahí también
    presentes.

    De otro modo, éste bautismo de fuego del amor prehistórico, descendido del cielo, descansando sobre el monte santo de Jerusalén, hubiese sido considerado un fracaso e incompleto trabajo de salvación, para siempre, es decir, que Abraham hubiese
    fallado en su intento de renacer con nuestro Padre celestial para retomar así su perfección y su santidad perpetua, para entrar al cielo eternamente justificado. Sin duda, esto era algo que nuestro Padre celestial tenia que hacerlo bien desde el
    comienzo con Abraham e Isaac su hijo nacido por el poder del Espíritu Santo del vientre enfermo de Sarah, para que él no solamente traiga al mundo la carne sagrada, pero también el amor prehistórico que santifica eternamente el templo del nombre
    bendito de nuestro Padre celestial.

    Puesto que, éste es el amor prehistórico, que no solamente le entregaría a Abraham el bautismo para renacer con nuestro Padre celestial en su perfecta santidad requería abundantemente, para entrar a la vida eterna y angelical, pero también, otorga a
    sus hijos el templo con el nombre bendito junto con los mandamientos justos, para que estén en su lugar, al nacer Israel. Por eso, es que Abraham fue bautizado en el amor prehistórico con nuestro Padre celestial, por el Espíritu Santo, pues entonces,
    posteriormente Jacobo esté listo para nacer y así recibir el pacto maravilloso del Espíritu Santo de que por siempre lo alimentaria, vestiría, protegería y enriquecería a él y a sus hijos cada día en la tierra y en el cielo, perpetuamente.

    Además, nuestro Padre celestial pudo bendecir a Jacobo con maravillosos poderes del cielo sobre el monte santo de Jerusalén y del altar del sacrificio Espiritual del amor prehistórico, entre Abraham e Isaac su hijo, porque con Isaac, que realmente es
    Jesucristo manifestado, está siempre ahí como el templo del nombre bendito y de los mandamientos para salvación y bendición de todo creyente. Es decir, también que no solamente Abraham fue bautizado con nuestro Padre celestial junto con la carne
    sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo presente siempre en Isaac, por el poder del Espíritu Santo y de su obra maravillosa, además sus hijos y de las familias de las naciones son bautizados así igualmente con las mismas bendiciones,
    descendidas del cielo.

    Por eso, es que cuando tú eres bautizado en el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, entonces eres bautizado como Abraham lo fue, y esto es con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y como templo de su nombre bendito junto con los
    mandamientos justos, por tanto, tú mismo renaces instantáneamente honrando, cumpliendo y glorificando su nombre y sus mandamientos, perpetuamente. Éste es el maravilloso poder de cada día del monte santo de Jerusalén, desplegando todo el altar
    antiguo del sacrificio Espiritual del amor prehistórico, que descendió del cielo, para ser parte no solamente de la familia de Abraham, pero también de todas las familias de las naciones, porque Dios está haciendo que milagrosamente todos renazcan
    con él en su amor prehistórico, salvándolos.

    Por eso, es que tú necesitas comer de su altar del sacrificio Espiritual de su amor prehistórico, que Abraham e Isaac ofrecieron sobre su monte santo de Jerusalén, para que no solamente Abraham coma de la Mesa del SEÑOR el pan y vino, pero también
    sus hijos junto con las familias de las naciones, porque así es que tu fe crecerá siempre. Es decir, que tu fe crece al tú comer y beber de la Mesa del SEÑOR, que muy bien podía ser tu mesa, en donde tus alimentos son servidos como el desayuno, la
    merienda, la cena y así, cuando comes, lo que esté ante ti sobre tu mesa, entonces, dile: Señor, éste es el pan del cielo, y cómelo; ¡dándole gracias!

    Dado que, al tú comer del pan que está sobre la mesa, entonces tú lo aceptas como el pan del Cordero de Dios, del epicentro del altar del sacrificio Espiritual del amor eterno, ofrecido inicialmente por Abraham e Isaac, para que seas bautizado en su
    amor de salvación, en un momento de fe y de oración ante él en el cielo. Ahora, nosotros al leer la Escritura, no vemos a nuestro Padre celestial requerirle a Abraham a que sea bautizado en agua, como vemos después que los israelíes, abandonando
    Egipto para cruzar el Mar Rojo, entonces, él hizo que lo cruzasen en tierra seca, porque él necesitaba enseñarles la importancia de ser bautizados en el bautismo de su amor prehistórico, para redimirlos.

    Aquí, nuestro Padre celestial necesitaba tener a Israel, escapando de la cautividad egipcia, bautizados en agua al cruzar el Mar Rojo por tierra seca, porque él quería que no solamente su vida antigua sea enterrada y abandonada para siempre en el
    fondo del mar junto con sus pecados, pero también sus cuerpos pecadores, finalmente para recibir el bautismo de su amor eterno. Pero, en la Escritura nosotros no vemos a nuestro Padre celestial requiriendo a Abraham ser bautizado en agua antes del monte
    santo de Jerusalén, para establecer su altar del sacrificio Espiritual del amor eterno entre él y su hijo, para que sea bautizado con nuestro Padre en su Espíritu Santo, visto que, ya había vivido en santidad con su hijo Isaac, aceptándolo.

    Probablemente, Abraham ya había entrado en bautismo de agua con su hijo Isaac, que nuestro Padre celestial no le pidió bautizarse abiertamente otra vez, y cuando vino el tiempo para él ascender el monte santo de Jerusalén, un monte que jamás conoció
    hasta que Dios mismo le hablo de él, entonces ahí Abraham estuvo listo para ser bautizado en su amor prehistórico. Evidentemente, Abraham fue bautizado con su hijo Isaac algunas veces, cuando ambos iban de nado ocasionalmente, pero aún así,
    nosotros debemos bautizarnos en agua en el nombre del Padre, del Hijo (el Cordero de Dios) y del Espíritu Santo, porque, nosotros al ser bautizados en agua, entonces nuestra fe vive para entrar al bautismo del amor en fuego, ardiendo apasionadamente por
    nosotros.

    Además, éste bautismo es del altar antiguo del amor prehistórico, descendió del cielo, para recibirnos con nuestro Padre celestial, porque todos nosotros tenemos que renacer con él de su imagen santísima junto con la carne sagrada y la sangre
    milagrosa de su Hijo Jesucristo y junto con el Espíritu Santo, liberándonos así de pecado y finalmente entrar a la vida eterna. De otra manera, nosotros estamos muertos, porque al Adán y Eva comer del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del
    bien y del mal, entonces vivimos contaminados con éste fruto terrible que no sabe amar y vivir para nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, por lo tanto, nosotros jamás conoceremos la felicidad de su familia divina.

    Es decir, que nosotros siempre fallaremos en conocer el nombre bendito de nuestro Padre celestial que siempre vive en perfecta santidad de su Hijo Jesucristo, por los poderes del Espíritu Santo, y, por ello, solamente conoceremos total desolación en la
    tierra y en el infierno, porque sin el altar del amor prehistórico no podremos jamás ascender al cielo, renacidos de Dios. Por eso, es que todos tenemos que conocer a nuestro Padre celestial, por medio de la fe que él mismo nos ha entregado a cada uno
    de nosotros, al comer libremente del pan y vino que son diariamente servidos por su Hijo Jesucristo sobre la Mesa del SEÑOR a los ángeles y así al comer de él, entonces, comemos vida eterna.

    Ya que, ésta es la única vida que nuestro Padre celestial nos ha otorgado para poseer, por medio del renacimiento con él y del Espíritu Santo sobre su altar del amor prehistórico, que descendió del cielo con Isaac, para limpiarnos de todo pecado,
    vistiéndonos así con su gloria y santidad perpetua, para ascender al cielo eternamente enriquecidos, hacia toda la eternidad venidera. Además, para que esto suceda, entonces nosotros tenemos que obedecer a nuestro Padre celestial al llamarnos a ser
    bautizados con él, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo en cualquier cuerpo de agua que esté disponible para sumergirnos en su nombre bendito, para abandonar nuestros pecados en el fondo del agua, antes que el pecado nos lleve al infierno,
    eternamente condenados.

    Puesto que, éste es un acto de fe, que nosotros estaremos llevando acabo ante nuestro Padre celestial, porque, nosotros al sumergirnos en agua, invocando su nombre bendito, entonces, nosotros no solamente estaremos enterrando nuestros pecados en el
    fondo, pero también le estamos demostrando a él que deseamos ser bautizados, renaciendo en su altar del amor prehistórico para salvación eterna, para siempre. Esto es algo, que nuestro Padre celestial desea vernos obedecer su llamado a ser bautizados
    en agua, en donde sea disponible delante de nosotros, porque al sumergirnos en agua, entonces, estaremos manifestándole a él, a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo nuestra fe y voluntad de ser bautizados en el fuego del amor eterno, emanando de su
    altar antiguo para salvación eterna.

    Puesto que, éste es un bautismo del altar del amor prehistórico, descendido del cielo, que nos bautizara con Dios, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, en un bautismo eterno de amor que nos llevara hacia la gloria celestial y la vida eterna,
    solamente para conocer amor, riquezas y la felicidad perpetua de nuestra alma viviente, viviendo infinitamente bendecidos ante Dios. Por ello, es importante siempre de comer del pan y vino que están sobre el altar del amor prehistórico entre nuestro
    Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo y, por tanto, al comer nosotros de la comida angelical, entonces estamos manifestando nuestra fe, para ser bautizados en agua y así en su amor prehistórico, renaciendo en el cielo milagrosamente.

    Visto que, ya bautizados con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en el altar del amor primitivo—que realmente es su amor uniéndonos con él y con su familia divina, que es su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, pero
    también, incluyendo a Adán y Eva aunque comieron del fruto prohibido, entonces seremos recibidos como hijos nuevamente. Por eso, es que el ser sumergidos en su nombre bendito, de su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo en cualquier cuerpo de agua
    disponible doquiera, entonces estaremos edificando nuestra fe y voluntad de ser bautizados con él y con su familia divina, que es su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, en un bautismo del amor divino que jamás perecerá.

    Ya que, ésta es la fe y voluntad, que nuestro Padre celestial está buscando en nosotros antes de descender con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo que siempre están delante de él, para recibirnos a cada uno de nosotros, en un bautismo
    individual de su amor prehistórico, que perdurara en la eternidad siempre bendiciéndonos con poderes y riquezas asombrosas. Ciertamente, después de haber sido bautizado en cualquier cuerpo de agua, que hayas encontrado disponible ante ti por doquier,
    entonces nuestro Padre celestial te recibirá en tu fe, entendiendo al fin de que estás listo para su bautismo de su amor prehistórico, que siempre se encuentra en su altar antiguo, establecido por Abraham e Isaac sobre el monte santo de Jerusalén.

    Esto nos dice que nuestro Padre celestial inmediatamente empezara a trabajar a favor tuyo y de tus muy amados, quitando todo pecado e ídolos que estén delante de ti y de su altar de su amor prehistórico, que descendió del cielo, para que tú seas
    bautizado con él, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo perpetuamente en su unión de amor salvador. Nuestro Padre celestial, ciertamente, te favorecerá, después que tú te hayas bautizado en agua en donde sea y en su nombre bendito, y de su Hijo
    Jesucristo y del Espíritu Santo, porque al sumergirte en agua, entonces esto le dice que tú estás dispuesto a sumergirte con él en su amor eterno, renaciendo milagrosamente para los placeres de su nuevo reino angelical.

    Visto que, éste es el único camino posible en que tú abandonaras ésta vida pecadora que el fruto prohibido del paraíso te ha llevado a ti junto con tus muy amados y amistades, igualmente, porque Adán y Eva comieron del árbol de la ciencia del bien
    y del mal únicamente conociendo, dolor, destrucción, pobreza y muerte en el infierno, y perdidos infinitamente. No obstante, al tú comer del pan y vino, servido diariamente por su Hijo Jesucristo de la Mesa del SEÑOR a los ángeles santos, entonces tÃ
    º estarás recordando a nuestro Padre celestial, la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo sobre el monte santo de Jerusalén y el altar del amor prehistórico, establecido perpetuamente, para que seas redimido.

    Seguramente, al comer de la Mesa del SEÑOR el pan y vino, servido diariamente por su Hijo Jesucristo a todo aquel que desee comer, y eres bautizado en agua en su nombre bendito, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces él recibe y entiende
    de ti que tú deseas ya ser bautizado inmediatamente en el fuego del amor salvador. Aquí es, cuando nuestro Padre celestial está listo para descender sobre ti y los tuyos, incluyendo tus amistades por doquier, bautizándote a ti y a los tuyos instantá
    neamente en su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac, para ser parte de ti en la tierra en estos días y en el cielo perpetuamente con salvación perfecta hacia la eternidad.

    Claramente, una vez que comas de su altar del amor prehistórico del cielo el pan y vino, que diariamente son servidos a los ángeles como alimentos, manteniendo sus poderes y glorias espirituales de amor, servicio y adoración de nuestro Padre celestial
    y de su nombre bendito, y has sido bautizado en agua, igualmente, entonces el amor prehistórico descenderá sobre ti, cuandoquiera. Absolutamente, tú puedes estar en cualquier lugar del mundo, pero, ya que has comido del pan y vino de su altar del amor
    prehistórico, además has sido bautizado en agua en su nombre y en el del su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces, en cualquier momento, seguidamente nuestro Padre te bautizara con él y en su perfecta justicia infinita.

    Aquí es, cuando tú eres renacido con nuestro Padre celestial en su amor prehistórico, regresando milagrosamente por el Espíritu Santo a su alma viviente, como de donde saliste, naciendo en su imagen, para que retomes, al renacer con él, la perfecta
    santidad perdida en el paraíso a Satanás mentiroso que engañó a Adán y Eva, por medio de la serpiente mentirosa. Ciertamente, ya que tú has renacido con nuestro Padre celestial en su amor prehistórico, ardiendo apasionadamente como en un altar de
    sacrificio Espiritual, que Abraham e Isaac encendieron sobre su monte santo, entonces tú renaces para la vida eterna con la misma santidad perfecta de nuestro Padre celestial, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo que siempre poseerán contigo
    hacia la eternidad.

    Esto nos dice, que al tú renacer con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo sobre el altar del amor prehistórico entre Abraham e Isaac, entonces tú serás como él siempre ha sido delante de las huestes angelicales, y esto es
    de que tú vendrás a ser un rey, sumo sacerdote y templo a su nombre bendito, para siempre. Ya que, éste es un nuevo reino angelical que nuestro Padre celestial desea establecerlo en la tierra con cada hombre, mujer, niño y niña, renacidos con él,
    su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo no solamente en el bautismo de agua, pero también en el bautismo de su amor prehistórico, entregándoles perfecta santidad con él, para entrar al cielo eternamente justificados.

    Y, es aquí, en donde tú empezaras realmente a amar, servir y alabar a nuestro Padre celestial y en su nombre bendito juntamente con su Espíritu Santo de los mandamientos, que son muy importantes para ti honrar y glorificar cada día de tu vida, para
    que bendiciones desciendan del reino angelical, haciéndote así ricamente prospero en todo lo que tú posees. Por razones de que todo lo que hagas en tu vida, es enriquecido por nuestro Padre celestial, por medio de la carne sagrada y la sangre
    reparadora de su Hijo Jesucristo, derramada a tierra, por los poderes del amor prehistórico, para que el Espíritu Santo se mueva junto contigo y tus muy amados, incluyendo a tus amistades, conquistando así todas tus metas.

    Además, nuestro Padre celestial continuara bendiciéndote cada día desde su monte santo de Jerusalén y del altar de su amor prehistórico, porque cada bendición como milagros, maravillas y señales en los cielos y en la tierra, provienen
    constantemente de su altar glorioso, que Abraham junto con su hijo Isaac lo levantó, para que tú seas bautizado con salvación y bendiciones especiales. Por eso, es que cada vez que tú tengas algún problema, dificultad, enfermedad, conflicto, pobreza
    (o escasees de cualquier cosa en tu vida y de los tuyos), incluyendo amenazas de muerte de Satanás y sus secuaces, entonces tú tienes que llevarlos al altar de amor, y dejarlos ahí, porque ahora nuestro Padre los ha hecho suyos, resolviéndolos a tu
    favor, maravillosamente.

    Realmente, nuestro Padre celestial resolverá cada conflicto que tú tengas en tu vida o en la de los tuyos, amistades y hasta de enemigos que siempre trabajan a favor de los malvados, porque nuestro Padre celestial lo ha establecido claramente en su
    Escritura que siempre estará conquistando todas tus dificultades, para que le des gloria a su nombre santísimo en tu vida. Visto que, no existe dificultad que nuestro Padre celestial no pueda resolver para ti y para los demás, porque él ha
    conquistado poderes en el cielo, en la tierra y en las aguas debajo de la tierra, por los poderes de su amor prehistórico, liberándote así de pecados, problemas, enfermedades y de la muerte, solamente al bautizarse contigo en su amor indestructible.

    Por eso, es que en donde sea que te sientes a comer entonces tú tienes que comer como si estuvieras comiendo de su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, en donde la carne sagrada está junta con la sangre reparadora ya derramada a tierra,
    para que comas amor eterno, bendiciéndote con los tuyos hoy en la tierra y en cielo, perpetuamente. En tu mesa: tú estarás comiendo del amor prehistórico, descendido de la familia divina de nuestro Padre celestial, que es su Hijo Jesucristo y el Espí
    ritu Santo, y éste es el altar del amor infinito inicialmente entregado a Abraham junto con su hijo Isaac, para que sea elevado sobre el monte santo y siempre ardiendo apasionadamente, bendiciéndote con poderes espirituales doquiera, e instantá
    neamente.


    [continued in next message]

    --- SoupGate-Win32 v1.05
    * Origin: fsxNet Usenet Gateway (21:1/5)