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    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Fri Jan 18 20:55:21 2019
    Sábado, 19 de Enero, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    DIOS ES NUESTRO PADRE SÓLO DESDE EL VIENTRE VIRGEN (LUGAR SANTÍSIMO) SALPICANDO SANGRE EXPIATORIA:


    Con gracia, nuestro Padre celestial le habló a Abraham, diciéndole, este es el convenio contigo, que tú serás padre de no solamente de una nación sino de multitudes de naciones, porque tú vas a ser enriquecido hasta el punto de bendecir a otros por
    todas las generaciones venideras hacia toda la eternidad celestial. Por cuanto, nuestro Padre celestial estaba listo para tener a sus hijos nacidos de la familia de Abraham y del vientre estéril de su esposa Sarah, ya que era imposible que ella diese
    vida a un hijo, y desde su vientre Él iba a tener a sus hijos poblando la tierra al fin con su perfecta voluntad hacia la eternidad angelical.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial había planeado tener a sus hijos nacidos en las naciones de la humanidad entera con Abraham que había fallado en ser padre con Sarah su esposa, porque su vientre estaba sin vida, así como toda la tierra con las
    familias de las naciones que la habitaban, por ende, ya había muchas descendido al infierno tormentoso, perdidos eternamente. Realmente, cuando nuestro Padre celestial le dijo a Abraham que seria padre no solamente de una nación, pero de muchas
    naciones, entonces, Él le estaba diciendo, que Él iba a tener a sus hijos nacidos del vientre estéril de Sarah su esposa, aunque estaba ya muerto: porque solamente Él es el Padre de todas las naciones de la tierra, empezando con Israel.

    Fue como cuando nuestro Padre celestial llamó a Abraham a ascender el monte alto, que Él mismo le mostraría en el Monte Moriah, con su único hijo amado Isaac: ofreciéndolo, como una ofrenda encendida hacia Él en la gloria celestial, entonces,
    cuando Abraham estuvo listo para ofrecérselo, instantáneamente una voz se oyó desde el cielo, deteniéndolo de sacrificar a su unigénito. Considerando que, iba a ser nuestro Padre celestial el que sacrificaría a su único Hijo Jesucristo nacido
    nuevamente en la tierra prometida, pero, esta vez, iba a nacer del vientre virgen de la hija de David, y así, él derramar su sangre expiatoria de vida eterna del Padre, llenando la tierra con ella, con salvación perfecta para todos sus hijos
    finalmente.

    En la media que, nuestro Padre celestial necesitaba repoblar la tierra con sus hijos descendiendo desde el cielo arriba e incontables como las estrellas del firmamento, porque Él tiene que rescatar a sus familias de las naciones que ya han descendido al
    infierno tormentoso, porque fallaron en conocer su santo nombre ni menos hicieron sacrificios de corderos para expiar por sus pecados. Por ende, era la responsabilidad de Abraham de ser padre de Israel, pero también, padre de muchas naciones del mundo
    entero: porque al su hijo Isaac ser la ofrenda encendida hacia el Padre en la gloria celestial, entonces, él estaba preparando la carne sagrada para sus hijos prometidos e incontables, y también para el renacimiento de naciones, bautizadas en agua
    todas ellas.

    Porque así es como nuestro Padre celestial que no solamente puede prometerle a Abraham hijos incontables como las estrellas del cielo, pero igualmente, a toda familia de las naciones, porque cuando creen en su convenio de vida, empezado con la carne
    sagrada de Isaac, entonces, creyendo en él, ellos renacerán por el bautismo en agua y por el bautismo del Espíritu Santo. Creyendo que, es por el sacrificio de nuestro Padre celestial, llamando a Abraham a ofrecerlo sobre el monte santo de Jerusalén
    y su Lugar Santísimo, descansando sobre el Moriah, que luego Él mismo le mostró a tres días camino de su pueblo, entonces, con su Hijo Jesucristo ofrecido como Isaac inicialmente: Él es el único Padre de Israel y de las naciones, siempre.

    Oportunamente, nuestro Padre celestial empezó a lidiar así no solamente con la familia de Abraham, y esto es con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, porque todos los demás y con la misma tierra
    habían muerto ya, por la rebelión angelical de Lucifer en la gloria celestial en contra de su santo nombre fuego. Por ello, nuestro Padre celestial necesitaba restaurar toda vida en la gloria angelical, pero, Él empezaría con la misma tierra, porque
    fue de su polvo que Él vistió a Adán y a sus hijos, empezando con Eva, para que el pecado sea removido finalmente de su presencia santísima y así su santo nombre sea amado, servido y alabado por todos sus hijos, siempre.

    Definitivamente, los hijos de nuestro Padre celestial necesitaban renacer no solamente de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por su Espíritu Santo, pero igualmente todo espíritu humano, para que su
    misma vida santísima sea vida en cada uno de ellos: floreciendo para amar, servir y alabar su santo nombre fuego por toda una eternidad. Esto significa que las familias de las naciones habían ya descendido al infierno, porque habían fallado en conocer,
    amar, servir y alabar su santo nombre fuego en la vida recibida de Adán y Eva, entonces, por su Hijo Jesucristo nacido de Abraham y del vientre estéril de Sarah, instantáneamente ellos pueden resucitar hacia su vida eterna: amando, sirviendo y adorá
    ndolo a Él, siempre.

    Por cuanto, las palabras de nuestro Padre celestial a Abraham tienen que cumplirse últimamente, porque Él por su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, y luego de la hija de David, en ambas ocasiones por el Espíritu Santo,
    milagrosamente: Él puede tener a sus hijos renaciendo del Juramento a Isaac para ver vida nuevamente en su tierra nueva eterna. Dado que, ellos renacerán de poderes del Espíritu Santo, así como si todos ellos renaciesen directamente del reino de los
    cielos por poderes del Juramento a Isaac, aunque ellos hayan estado siglos en el Valle de los huesos secos o de cualquier otro infierno del corazón de la tierra, porque ellos son sus hijos regresando a su gloria celestial, para siempre.

    Aquí es, en donde nosotros veremos las palabras de nuestro Padre celestial prometidas a Abraham inicialmente, que él no solamente será padre de una gran nación, pero igualmente de muchas, porque por poderes del Juramento a Isaac ellos renacerán en
    la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo, tornándose todos ellos santos y perfectos, así como Él es siempre. Ciertamente, Abraham se hizo no solamente padre de una nación israelí, pero de muchas naciones desde del sacrificio
    que empezó sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, descansando sobre el Moriah, porque sólo su Hijo Jesucristo fue ofrenda encendida en Isaac ante nuestro Padre celestial, para que las familias de las naciones regresen a Él:
    perdonados, protegidos y redimidos eternamente.

    Realmente, nuestro Padre celestial sobre el monte santo de Jerusalén, en donde su Hijo Jesucristo ascendió finalmente con el madero del Israel antiguo, acumulando pecados del mundo desde la cautividad egipcia y el Valle de los huesos secos, entonces,
    con su misma vida eterna vivida en Canaán victoriosamente sobre Satanás, pecados y muerte, finalmente Él es el Padre de las naciones perpetuamente. Entendiendo que, nuestro Padre celestial sobre el monte santo de Jerusalén, y su vientre virgen,
    recibió ya a cada israelí hombre, mujer, niño y niña del Valle los huesos secos que ascendieron en el Tercer Día, por el Juramento a Isaac cumplido por su Hijo Jesucristo, derramando su sangre expiatoria con vida eterna perfectamente victoriosa
    sobre Satanás, pecados y muerte, en Canaán, perpetuamente.

    Realmente, es sobre el monte Sion y su Lugar Santísimo, en Canaán: en donde nuestro Padre celestial se declaró no solamente ser Padre legitimo del Rey Mesías, por el renacimiento de su carne sagrada, huesos inquebrantables y sangre expiatoria,
    viviendo únicamente los Diez Mandamientos cumplidos una eternidad entera, pero igualmente, Padre legitimo de toda nación, bautizada en agua, invocando su santo nombre, siempre. Ciertamente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham, como padre no
    solamente de una nación sino de muchas, sobre el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Moriah, porque su Hijo Jesucristo había nacido como Isaac de Sarah, por el Espíritu Santo, empero, sobre el monte Sion, en Canaán, su Hijo renació del
    vientre virgen con su carne sagrada como su único Hijo amado perpetuamente.

    Por eso, nuestro Padre celestial le declaró a su Hijo Jesucristo en Canaán, que en aquel día Él fue hecho su Padre, y que él sería su Hijo amado siempre, porque su nacimiento del vientre estéril él falló en ser su Hijo, más bien, el hijo de
    Abraham como Isaac, pero, con su nacimiento virgen entonces él fue hecho su Hijo legitimo, finalmente. Considerando que, al hacer esto nuestro Padre celestial con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo entonces Él estaba restaurando no solamente su
    vida santísima en Canaán, como su paraíso moderno junto con cada bendición posible de su Juramento enriquecedor hacia Isaac, pero igualmente, Él restauró su amor de Padre para con Adán y sus hijos, aunque estén ya en el infierno perdidos.

    Por cierto, cada hijo prometido a Abraham e incontable como las estrellas del cielo arriba, no solamente viene directamente del cielo, pero también de debajo de la tierra, por poderes cotidianos del Juramento a Isaac conquistados sobre el monte santo de
    Jerusalén y su Lagar Santísimo por su Hijo Jesucristo maravillosamente, en el Moriah inicialmente, y luego en Canaán finalmente, derramando sangre reparadora. Dado que, es únicamente por el bautismo en que nuestro Padre celestial no solamente recibió
    a cada sacerdote Levita, entrando en el tabernáculo de reunión para realizar sus rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac, pero igualmente, Él acepta a cada uno de Israel y de las familias de las naciones del mundo entero,
    como sus hijos legítimos perpetuamente.

    Puesto que, este es el único lugar de la gloria celestial, en donde sus huestes angelicales aman, sirven y adoran su santo nombre ante su Gran Trono Blanco, y es el mismo lugar con Israel y las familias de las naciones, recibiendo a todos sus hijos
    renacidos del bautismo en agua y del Espíritu Santo, invocando la perfecta santidad de su nombre salvador. Efectivamente, aquí es, en donde nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo derramando su sangre expiatoria y llena de su misma vida
    eterna, que había derrotado a Satanás y a sus ángeles caídos junto con la muerte, en Canaán, para que sus mentiras, pecados, maldiciones, enfermedades, conflictos y guerras siempre fallen en sus hijos, por poderes del Juramento a Isaac en ellos.

    Entendiendo que, aquí es, en donde nuestro Padre celestial finalmente a entrado en el corazón, alma, mente, cuerpo y espíritu humano de todos sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, y únicamente cuando están bautizados ya en agua y
    del Espíritu Santo, abandonando así el fruto prohibido por el fruto de vida, como su naturaleza divina en ellos siempre. Dado que, cuando sus hijos se bautizan en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuego, su Hijo Jesucristo y su
    Espíritu Santo, entonces, cada uno de ellos desciende a las aguas, abandonando la carne pecadora por la carne sagrada, en donde nuestro Padre celestial es nuestro único Padre en el cielo, y sobre toda la faz de la tierra perpetuamente.

    Considerando que, cuando somos bautizados en agua, invocando su santo nombre fuego, entonces nosotros no solamente estamos invocando a nuestro Padre celestial, pero igualmente, a su familia divina, que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con
    almas redimidas de muchas generaciones, y así, todos nosotros seamos uno con Él instantáneamente sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo. Ya que, nuestro Padre celestial está sentado sobre su Silla de Misericordia, que está en su
    tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo, como el Lugar Más Santo del reino angelical y para las familias de las naciones, empezando con todo Israel, en donde nosotros somos recibidos por Él en persona, renaciendo así de su imagen santísima una
    vez más para la eternidad.

    Y es aquí, en donde tú renacerás del tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo, como el vientre virgen de nuestro Padre celestial, entrando tú en él, bautizado ya en agua únicamente, renaciendo nuevamente de su imagen y de su alma santísima,
    cuando Él mismo te abraza, abrazándote fuertemente con su amor eterno, y así, tú vuelves a ser su hijo legitimo eternamente. Visto que, cuando tú naciste de tu madre y padre, entraste en el mundo llorando, entonces tú nacías del bautismo del
    vientre de tu madre, que es una vejiga llena de agua, en donde tú eres sólo una célula, que empieza a desarrollarse, como un feto (embrión), formándose últimamente en un ser viviente con identidad, pero, lleno del fruto prohibido desafortunadamente.

    Sin embargo, cuando tú renaces bautizado, en donde tú decidas sumergirte en agua, lo suficientemente abundante con tu cuerpo que quede sumergido, como en el vientre de tu madre, seguidamente tú emerges de él, bautizado en santidad perfecta de su
    santo nombre estarás siempre, levantándote su Espíritu Santo hacia su tabernáculo del vientre virgen, renaciendo así junto con Dios como su hijo legítimo. Porque sobre aguas del mundo tú eres bautizado, renaciendo sin el fruto prohibido, invocando
    la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, tú asciendes inmediatamente al monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, como el vientre virgen del tabernáculo de nuestro Padre celestial, esperando por tú
    nuevo renacer está, como su Hijo legítimo para siempre.

    Entendemos que, este es el tabernáculo con su Lugar Santísimo, en donde nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, viven en el corazón y alma de cada Levita y de todo Israel, entonces, ellos nos aceptaron como sus
    hijos desde el cielo arriba inicialmente, en donde el tabernáculo ya conducía rituales y ceremonias cotidianas de perfecta santidad. Estos eran rituales y ceremonias de perfecta santidad que tenían que ser conducidas por nuestro Padre celestial, su
    Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en la gloria celestial primeramente junto con sus huestes angelicales, porque el tabernáculo necesitaba estar preparado no solamente para continuar conquistando nuevas glorias para su santo nombre fuego en el cielo,
    pero también sobre nosotros en la tierra postreramente.

    Considerando que, cuan pronto nuestro Padre celestial estuvo listo con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo para terminar con cada ritual y ceremonia de perfecta santidad, conducido por el reino angelical con poderes del Juramento a Isaac ya
    derramado sobre él yaciendo sobre el monte santo de Jerusalén, en el Monte Moriah, entonces, Moisés estaba listo para recibirlo completamente para Israel. Entendiendo que, nuestro Padre celestial había terminado junto con su Hijo Jesucristo y con su
    Espíritu Santo de conducir maravillosamente cada ritual y ceremonia de perfecta santidad del Juramento a Isaac por todo el reino angelical junto con su tierra nueva y con su glorioso cielo ya creado todo, para que Israel lo reciba perpetuamente en sus
    campos, del desierto del Sinaí.

    Puesto que, después que Israel antiguo se bautizó en el Mar Rojo y bebió de las aguas amargas de Marah, milagrosamente endulzadas, por el árbol que descendió del monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, en Canaán, entonces, ellos estaban
    listos para beber de la roca de salvación, satisfaciendo su sed por el desierto y por el Valle de los huesos secos. Considerando que, para que el Israel antiguo empiece a conducir rituales y ceremonias de perfecta santidad del tabernáculo de reunión y
    su Lugar Santísimo, que ellos habían recibido del cielo arriba para ser conducidos por cada hombre, mujer, niño y niña israelí, porque tenían que poner sus manos a la obra en él, entonces ellos tenían que haber eliminado su sed completamente.

    Seguramente, tan pronto como nuestro Padre celestial junto con su Hijo, su Espíritu Santo y con cada hueste angelical que condujeron primero cada ritual y ceremonia de perfecta santidad del Juramento a Isaac, que necesitaba ser establecida en la vida
    eterna de la gloria celestial por nosotros, entonces, ninguno estuvo sediento, porque toda sed del mundo fue complacida primero en toda gloria angelical. Francamente, fue importante primero que Israel antiguo tan pronto fueron bautizados en el Mar Rojo,
    entonces, ellos fueron guiados por nuestro Padre celestial y su Espíritu Santo con gran sed, buscando agua, pero fallaron en encontrarla, y sólo hasta que ellos se acercaron a las aguas amargas de Marah, que tenían que ser endulzadas por el madero del
    monte santo de Jerusalén.

    Estas aguas amargas de Marah, aunque fueron endulzadas por el madero del monte santo de Jerusalén, en Canaán, entonces, todo Israel al haber satisfecho su sed junto con cada animal que sería ofrecido, como víctima de los altares escogidos y sus
    lugares especiales por el desierto del Sinaí, pues, bebieron todas las manadas igualmente hasta quitar aun su sed de ellos completamente. Considerando que, cada ritual y ceremonia de perfecta santidad, que tenía que ser conducida por sacerdotes levitas
    junto con los ayudantes de los israelitas antiguos, instantáneamente ellos necesitaban haber satisfecho su sed igualmente, bebiendo abundantemente de la roca de salvación, manifestada por nuestro Padre celestial a Moisés en donde encontrarla, lista,
    como siempre, para satisfacer la sed de quienquiera beber de ella, siempre.

    Por eso, es que una vez que Israel antiguo había bebido abundantemente del agua no solamente de las aguas amargas de Marah, endulzadas por el madero del monte santo de Jerusalén, pero igualmente de la roca de salvación, y así, ellos conducir cada
    ritual y ceremonia de perfecta santidad del Juramento a Isaac, satisfaciendo cada sed del Valle de los huesos secos perpetuamente. Considerando que, cada sed necesitaba ser no solamente satisfecha y destruida, como cualquier pecado nacido del corazón de
    Lucifer y de sus ángeles caídos para atormentar a la humanidad entera sobre la tierra, pero también, desde su fundación del infierno que atormenta el corazón de cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones que no se han
    bautizado aún.

    Es decir, que nuestro Padre celestial necesitaba satisfacer y destruir la sed de cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones de la tierra, empezando en la gloria celestial, caminando con el Lugar Santísimo y salpicando sangres
    expiatorias de corderos triunfando sobre toda sed del desierto del Sinaí y hasta ascender victoriosamente al monte santo de Jerusalén, en Canaán. Visto que, cada derramamiento de sangre de corderos por el desierto del Sinaí, entonces, fue conducido
    por sacerdotes levitas entrando al tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo, porque el Lugar Más Santo es el vientre virgen de la gloria angelical, así como Eva en el paraíso y la hija de David en Canaán, salpicando sangre expiatoria, santí
    sima y perfecta por ti, siempre.

    Efectivamente, al nuestro Padre celestial, su Hijo, su Espíritu Santo y cada hombre, mujer, niño y niña de Israel antiguo que condujeron rituales y ceremonias de perfecta santidad con sacerdotes levitas, entonces, fue calmando tu sed en ti, empezando
    arriba, por el desierto del Sinaí, el Valle de los huesos secos y sobre el monte Sion, en Canaán, finalmente alcanzando tu salvación perfecta. Por eso, es que una vez que tú eres bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, su Hijo
    Jesucristo y su Espíritu Santo entonces, tú renacerás inmediatamente, abandonando la carne pecadora por la carne sagrada, en donde tú jamás volverás a tener sed en esta vida ni en la venidera: ¡Porque tú estarás lleno de agua viva, siempre!

    Entonces, esto significa que tú estarás saturado de agua viva de la roca de salvación, que continuara llenándote con el amor infalible de nuestro Padre celestial y su vida eterna con gozos insondables, como alegrías que tú fallaras siempre de
    encontrarlas en el mundo, incluyendo el reposo Sabatino y junto con paz continua para amar siempre a nuestro Padre celestial una eternidad entera. Considerando que, cada ritual y ceremonia que fueron conducidos por todo el desierto del Sinaí por los
    israelitas antiguos, como sacerdotes de nuestro Padre celestial, entonces, estos asombrosos y portentosos poderes del Juramento a Isaac operaran siempre a tu favor y sin fallarte jamás cada día, porque tú ahora habrás renacido de la santidad perfecta
    de su nombre, y con salvación eterna.

    En donde tú serás abrazado por nuestro Padre celestial sobre el monte Sion y su Lugar Santísimo, porque es aquí en donde tú habrás renacido de su imagen y de su alma santísima, entrando así eternamente enriquecido y justificado por poderes del
    Juramento hacia su gloria celestial, empezando a vivir su misma vida eterna, establecida ya en Israel por ti y los tuyos. Presentemente, tú podrás entrar en la misma vida de nuestro Padre celestial, que fue vivida por su Hijo Jesucristo junto con su
    Espíritu Santo en Canaán victoriosamente sobre todo pecado, maldición, enfermedad, conflicto, problema, dificultad y muerte de Satanás, por rituales y ceremonias de perfecta santidad ejecutadas para que tú las goces siempre con los tuyos, vecinos y
    amistades del mundo entero.

    Por ende, no importa cuán pecador tú seas, porque con sus rituales y ceremonias de perfecta santidad conducidas por nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en la gloria celestial, y luego, Israel antiguo por el desierto del
    Sinaí, entonces, tú puedas calmar tu sed de pecado, maldición, enfermedad, problema, conflicto y muerte, viviendo su vida gloriosa hoy, bautizado primero. Ciertamente, no le importa nunca a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu
    Santo cuán ateo tú hayas sido, sin embargo, con rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac conducidos en el Lugar Santísimo, como vientre virgen de la gloria angelical y de Canaán, entonces, tú eres tan santo y perfecto, como É
    l lo es hoy, y siempre.

    Es decir, también que nuestro Padre celestial siempre te vera por sus rituales y ceremonias de perfecta santidad del Juramento a Isaac, que empezaron a trabajar a tu favor desde la gloria angelical, por el desierto del Sinaí y en el Valle infernal,
    como el Valle de los huesos secos, para que tú jamás vuelvas a vivir sediento (por culpa del pecado). Hoy en día, tú podrás ser un musulmán, budista, hindú, pagano, persona espiritista, y/o, de cualquier otra religión o fe, por cuanto nuestro
    Padre celestial ha destruido cada pecado ya de todos ellos por poderes del Juramento a Isaac sobre el monte santo de Jerusalén, en Canaán, y así, tú seas perfecto y santo siempre, como Él lo es hoy una eternidad entera.

    Visto que, es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial que te hizo perfecto y santo ya, así como Él mismo ante su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo, sus ángeles e hijos, hijos hechos perfectos y santos en cada generación, así como Él
    siempre lo será en el cielo, para que tú vivas enriquecido hasta que su reino descienda al mundo por ti. Son poderes del Padre celestial en tu corazón, alma, mente, cuerpo y espíritu humano, porque bautizado en agua, abandonas la naturaleza rebelde
    de Lucifer, poseyendo su naturaleza divina rápidamente, por poderes de rituales y ceremonias de perfecta santidad, empezadas divinamente, culminándolas grandemente sobre el monte Sion, en Canaán, cuando su Hijo Jesucristo derramaba su sangre
    expiatoria, destruyendo el pecado del mundo entero perpetuamente.

    Esta es la naturaleza divina de nuestro Padre celestial, integrándose instantáneamente en todo tu ser interior y exterior, porque tú habrás cambiado el fruto prohibido por el fruto del árbol de vida eterna, endulzando tu diario vivir, y así, tú
    ames, sirvas y adores su santo nombre sobre el monte Sion y su Lugar Santísimo hasta que su reino te abrace eternamente. Nuevamente, nuestro Padre celestial jamás vera tus pecados, como musulmán, budista, pagano, hindú, satanismo, y/o, cualquier
    religión o fe del mundo entero, porque Él únicamente te vera en su naturaleza divina, en donde su palabra viva fluye como río de agua viva, sin que tu alma jamás tenga sed, porque Él te bendijo ya con su Juramento a Isaac, y en su bautismo eterno.

    Aquí, tú serás saturado con su grande Gracia, su grande Misericordia, su grande Verdad y su grande Justicia Divina por poderes cotidianos del Juramento a Isaac, en donde sus poderes jamás te fallan, no importando lo que suceda en tu vida cada día,
    porque Él es perfectamente fiel a su santo nombre fuego y palabra viva en ti eternamente, desde ahora. Además, nuestro Padre celestial hará todas estas cosas por ti, porque tú habrás renacido primeramente del bautismo en agua al invocar su santo
    nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, levantándote al monte santo de Jerusalén, ha beber de la roca de salvación, y así, tú te conviertas en su roca de amor, servicio y exaltación a su santo nombre para siempre.

    Aquí es donde, tú necesitas estar para nuestro Padre celestial, porque al tú renacer del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre fuego, e instantáneamente, tú habrás entrado a poderes cotidianos del Juramento a Isaac, haciendo
    llover amor, sanidad, paz, riquezas, prosperidad y abundante vida sobre tu vida de cada día por toda la tierra, siempre. Puesto que, estas son bendiciones que nuestro Padre celestial necesita personalmente derramar sobre muchos lugares de la tierra,
    perdonando el pecado instantáneamente, borrándolos con poderes cotidianos del Juramento a Isaac, que estarán operando en ti, y así, Él establecer su voluntad perfecta, en donde Satanás ha hecho sus obras, para que la gente empiece a recibir sus
    liberaciones, sanidades, prosperidad y riquezas inagotables.

    Comprobado que, aquí era en donde nuestro Padre celestial necesitaba tener a su Hijo Jesucristo después de haber vivido su misma vida personal (como en el cielo) victoriosa sobre mentiras, maldiciones, enfermedades, problemas, dificultades, pobreza y
    muerte, que él últimamente derramó su sangre expiatoria, quitando el pecado del mundo enteramente, sanando cada enfermedad mencionada antes, y así, tú vivas tu vida bendecida, siempre. Ya que, es la voluntad personal de nuestro Padre celestial
    manifestada ya sobre Isaac ante Abraham y sus amados, pero también, últimamente sobre el monte santo de Jerusalén y su Lugar Santísimo, en Canaán, con su misma vida, vivida, victoriosa sobre Satanás y sus ángeles caídos, y así, desde el cielo su
    voluntad se manifieste contigo y los tuyos, vecinos y amistades, siempre.

    Porque esta es la voluntad de nuestro Padre celestial: de descender progresivamente sobre Isaac con su Espíritu Santo sobre el monte Sion y su Lugar Santísimo, pero también sobre ti y los tuyos, bautizado en agua primero, invocando perfecta santidad
    de su nombre, clavado al madero del Israel antiguo y victorioso sobre el Valle de los huesos secos, y así, tú vivas siempre feliz. En otras palabras, nuestro Padre celestial empezó a derramar de su voluntad perfecta, así como es en la gloria
    angelical continuamente, para que tú también la goces con tus amados, incluyendo tus vecinos y amistades de las familias de las naciones, porque por el bautismo en agua su perfecta voluntad es posible en la tierra instantáneamente cada día hacia la
    eternidad.

    Por eso, una vez que tú estés bautizado en agua, entonces, tú habrás recibido su perfecta santidad, que se manifestara en tu vida por donde sea que vayas por toda la tierra, porque será su perfecta voluntad, hecha en el reino angelical instantá
    neamente deshaciendo obras de Lucifer, reemplazándolas con sus obras poderosas en cada alma viviente para que regrese a Él, perfectamente bendecida. Esto significa, que tú una vez bautizado en agua al invocar la santidad perfecta de su nombre, su Hijo
    Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, tú habrás recibido instantáneamente su naturaleza divina, porque la naturaleza de Satanás en ti habrá descendido al infierno tormentoso, seguidamente, por donde sea que tú pises con tu pie, estableces así
    su voluntad perfecta en todo lugar siempre.

    Por ende, la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial será hecha en la gloria celestial por sus huestes angelicales, entonces manifestada instantáneamente, y sin fallarte jamás, en tu vida por donde sea que vayas en su vida, porque Él necesita
    bendecir a cada familia de las naciones, y así, su naturaleza divina engolfe toda vida humana, removiendo la naturaleza de Satanás últimamente, perpetuamente. Esto significa que, viviendo tu vida en la tierra, entonces la perfecta voluntad de nuestro
    Padre celestial, que es su naturaleza divina, hablada a Abraham inicialmente, asegurándole que él tenía que ser santo y perfecto, así como Él lo es en la gloria angelical ante su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y las huestes angelicales,
    finalmente tú la lleves hacia otros, entregándoselas abundantemente.

    Mejor dicho, por donde sea que te lleve la vida, como en tu casa con tus amados, vecinos y amistades, entonces, tú estarás llevando contigo la naturaleza divina de nuestro Padre celestial, manifestando en ti su perfecta santidad que remueve toda
    mentira, maldición, enfermedad, pobreza, conflicto y muerte, reemplazándolo todo con su misma gloria maravillosa e instantánea—si—mientras vas caminando cambia todo. Así es como, no importando jamás el estado espiritual de nadie, ya sea que
    crean en Dios o no, entonces, serán tocados, sanados, bendecidos, enriquecidos, porque la naturaleza divina de nuestro Padre celestial va operando en ti, porque habrás tú renacido del bautismo en agua, haciendo que bendiciones del cielo arriba se
    derramen sobre ellos, sin fallarles jamás la presencia del Espíritu Santo.

    Por eso, es que si una persona musulmana, budista, pagana, espiritista, hindú, o de cualquier religión o fe del mundo entero, por el bautismo en agua al invocar la santidad perfecta de su nombre fuego ya clavado al madero del Israel antiguo sobre el
    monte santo de Jerusalén, entonces, su naturaleza divina desciende progresivamente sobre ti y tus amados diariamente, sin fallar jamás. Comprobado que, así es como nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo clavado al madero del monte Sion,
    entonces, derramando su sangre expiatoria y con su misma vida eterna, vivida ya diariamente victoriosa sobre Lucifer y sus ángeles caídos, en Canaán, instantáneamente su santidad divina se derramaba sobre sus hijos yaciendo en el Valle de los huesos
    secos para vivir nuevamente.


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