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    From ivanvalarezo@gmail.com@21:1/5 to All on Fri Aug 16 15:20:23 2019
    Sábado, 17 de Agosto, 2019 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    CANAÁN LIBRE de SATANISMO: ENRIQUECE toda VIDA ETERNA en ISRAEL y en las NACIONES en estos días:


    El día llegó, cuando nuestro Padre celestial estaba listo para establecer su vida eterna sobre la tierra, y Él llamó a Abraham a que abandone a su familia, pueblo y conocidos, por la tierra que Él le mostraría a él, porque allí Él le entregara a
    su hijo muy esperado, Isaac, trayendo su vida eterna consigo a su tierra escogida, Canaán. Y esta es la tierra que nuestro Padre celestial había escogido como la mejor del mundo, porque tiene consigo el maná y riquezas asombrosas apoyando su vida
    eterna no solamente en Él, pero en cada uno de sus hijos por una eternidad entera, y así, Él finalmente establezca su nueva tierra, nacida naturalmente de su corazón santísimo, en donde el pecado jamás existió.


    Visto que, esta es la tierra que nuestro Padre celestial ha escogido para manifestar su santo nombre fuego no solamente a Moisés para que Israel lo posea por siempre, pero igualmente las familias de las naciones, sobre su altar de su amor infalible para
    establecer su nueva tierra perpetuamente con sus hijos renacidos del bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo. Ya que, esta es la tierra que nuestro Padre celestial ha escogido divinamente para manifestar su palabra viva, hablada por poderes
    del Espíritu Santo de boca de sus profetas que siempre envió a los hijos de Jacobo continuamente y sin cesar: Para que ellos regresen a Él en Canaán, renacidos del agua, invocando la perfecta santidad de su nombre.


    Considerando que, las palabras de vida que nuestro Padre celestial le entregó a Moisés junto con sus Diez Mandamientos solamente podían ser sostenidos por su Espíritu Santo que florece con el maná, emanando de la tierra de Canaán, y esto es solo
    posible por el bautismo de agua, para que lo entiendan, leyéndolo, y así, lo cumplan en su plenitud total siempre. Entendiendo que, siempre ha sido Canaán soportando no solamente su vida eterna pero igualmente su palabra viva que ha sido siempre
    hablada por Él mismo, como nuestro Padre celestial, desde la gloria celestial, para que sus profetas no solamente la lleven a sus hijos, y así, todos ellos lleven su voluntad perfecta, viviéndola cabalmente en su gloria cotidiana en la tierra, siempre.


    Por las razones que, fue importante para nuestro Padre celestial tener un convenio de vida con Abraham, comiendo del pan y vino sobre su Mesa santa, servida por su Hijo Jesucristo, como el rey de Salem y su Santidad Eterna, y así, Él tenga finalmente a
    su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, en Canaán. Comprendiendo que, el Hijo amado de nuestro Padre celestial no podía nacer en ninguna otra tierra del mundo entero, pero únicamente en Canaán,
    porque Canaán apoya su vida eterna y cada palabra viva derramada sobre Isaac tendido sobre el madero del monte Sion, descansando sobre el Moriah, floreciendo y tocando siempre a sus hijos de las familias de las naciones con salvación perfecta.


    Además, es Canaán que nuestro Padre celestial ha escogido para que sus hijos nazcan con su vida eterna de Israel, pero igualmente de todas las familias de las naciones, porque: Bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo
    Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, ellos son renacidos de Canaán y de su vida eterna legítimamente, enriquecidos continuamente por sus tierras. Ya que, es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial que sus hijos renazcan del bautismo de
    agua y del bautismo del Espíritu Santo para ser parte de Canaán, y así, todos ellos sean uno con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo: Porque Él ya desciende finalmente a vivir en Canaán con sus hijos, para jamás abandonarlos por otra
    tierra.


    Entendiendo que, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a abandonar su familia y tierra junto con sus amistades por Canaán, porque allí Él le iba a entregar a su hijo muy esperado Isaac junto con todos sus hijos prometidos, viviendo en generaciones
    venideras, porque cada uno de sus hijos tiene que nacer en Canaán para entrar a su vida eterna, eternamente enriquecido. Sin embargo, si sus hijos nacen en tierras lejanas, entonces, Él les dijo, que por donde sea que vayan por las naciones: Él será
    su santuario, y esto es sólo posible bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, ellos renacerán en Canaán instantáneamente con vida eterna, convirtiéndose en uno con Él
    perpetuamente.


    Es decir, también que por donde sea que ellos nazcan y vivan en las naciones de la tierra, entonces, por el bautismo en agua, ellos podrán renacer con Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en Canaán, su paraíso moderno, viviendo su vida eterna,
    establecida allí por una eternidad entera, ya que es aquí, en donde su dulce hogar estará establecido infinitamente. Aquí es cuando, aquellos bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo,
    entonces, ellos no solamente habrán sido integrados como parte de Canaán junto con nuestro Padre celestial y su corazón santísimo, que es el corazón de la tierra, como su nueva tierra, creciendo, pero igual, sus riquezas cotidianas les pertenecen a
    ellos siempre, eternamente.

    Aquí es cuando, no solamente han renacidos todos en la vida eterna de Canaán, cuando fueron bautizados en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, sus propiedades vienen a ser parte de
    Canaán, para que la bendición cotidiana de Canaán pase por todas las cosas continuamente, enriqueciéndolo todo grandemente para siempre. Es decir, que sus casas, tierras y barrios, incluyendo sus comunidades junto con sus lugares de trabajo, como sus
    oficinas, y aun escuelas, colegios, universidades serán integradas a Canaán, para que la bendición de vida eterna fluya por todos ellos para que nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo con sus ángeles los visiten
    eventualmente con poderosas bendiciones cotidianas.

    Es decir, que todo lo que le pertenece a todo hombre, mujer, niño y niña será integrado a Canaán, porque aquellas personas han renacido junto con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo y con todo Canaán, que empezaran a ser
    bendecidos todos ellos con su misma vida eterna por toda la tierra, y en la gloria celestial perpetuamente. Porque nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo junto con todas las huestes angelicales y la tierra de Canaán misma han
    venido a ser uno, que es el bautismo en agua, para bendiciones de vida eterna, establecida en Canaán, el altar de Abraham e Isaac, bendiciendo siempre aquella persona por toda la tierra, y en la gloria celestial para siempre.

    Por eso, nuestro Padre celestial necesitaba tener a Abraham sacrificando tres carneros sobre la roca de salvación con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, llevándolo todo por el desierto del
    Sinaí finalmente para descender al Valle de los huesos secos, derrotando a Satanás y la muerte sobre la puerta del infierno para siempre. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba tener su vida eterna no solamente salpicada a la puerta de la Ciudad de
    Jerusalén, pero igual, la puerta del infierno, porque su Hijo Jesucristo viviendo su vida eterna victoriosa junto con el Espíritu Santo sobre Satanás y la muerte en Canaán, entonces él fue clavado a sus hijos, regresándolos así a Él, eternamente
    bendecidos, para jamás ser derrotados nuevamente.

    Puesto que, esta es la vida que nuestro Padre celestial tenía en mente para sus hijos, que ha derrotado a Satanás junto con los ángeles caídos y la muerte, y así, Él enriquecer a todos ellos de Israel y de las familias de las naciones con riquezas
    que solamente emanan de su corazón santísimo y de Canaán, su dulce hogar, por una eternidad entera. Ahora, para que esto sea posible, entonces, nuestro Padre celestial tuvo a los hijos de Abraham naciendo en el cautiverio egipcio con el Juramento a
    Isaac, que Él había derramado sobre su único hijo Isaac yaciendo sobre el madero del monte Sion, descansando sobre el Moriah, y así, Él hacer su voluntad perfecta en la tierra, así como en el cielo con los huestes angelicales.

    Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba a los hijos de Abraham recogiendo pecados del mundo entero del pasado, del presente y del futuro, llevándolos a todos ellos con Israel antiguo no solamente al Día del Juicio, en donde Él juzgara cada pecado
    con perfecta justicia, pero, más bien, al bautismo en agua, abandonándolos en el Mar Rojo, para jamás acordarse de ellos. Además, nuestro Padre celestial necesitaba llevar a Israel antiguo al bautismo del Mar Rojo, porque es aquí, en donde Él los
    lavara de sus pecados, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, abandonando así la carne pecadora por la carne sagrada, en donde Él ejecuta su perfecta voluntad de perdonar el pecado para siempre.


    Definitivamente, este es el Juramento a Isaac, en donde nuestro Padre celestial ha juzgado cada pecado que no solamente Adán y Eva habían cometido en contra de Él en la gloria celestial, como en el paraíso, pero igual, para los hijos de las familias
    de las naciones, y así, ellos entren instantáneamente a la vida eterna, eternamente justificados, pero bautizados en agua solamente primero. Es decir, que tomó a Israel antiguo del cautiverio egipcio al bautismo de agua del Mar Rojo, porque invocando
    la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, Israel renació de la carne sagrada y del Espíritu Santo, llevando su perfecta voluntad por todo el desierto del Sinaí para ser finalmente ciudadanos de Canaán
    perpetuamente.

    Por ende, en el bautismo de agua del Mar Rojo, nuestro Padre celestial no solamente pudo bendecirlos a todos ellos con poderes del Juramento a Isaac, recibiendo la carne sagrada y el Espíritu Santo, llevando su perfecta voluntad para ser ciudadanos legí
    timos de Canaán, pero igual, a gozar de riquezas, paz y gloria que Canaán entrega ya a sus ciudadanos de la gloria celestial. Por eso, cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones renacidos, sumergiéndose en un cuerpo considerable
    de agua, como la bañera del hogar, piscina, río o playa, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, ellos habrán renacido en Canaán instantáneamente, viviendo ya la vida eterna de Canaán, que ha
    derrotado la muerte eternamente.


    Por esta razón, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a abandonar su familia, su pueblo y amistades para vivir en Canaán, porque su hijo Isaac iba a nacer del vientre estéril de Sarah con su vida eterna junto otras bendiciones importantes, que
    solamente pueden ser apoyadas por el maná de Canaán, que alimenta la vida eterna siempre por el mundo entero. Por ende, nuestro Padre celestial llamó a Abraham hacia Canaán, porque Él estaba listo para tener no solamente a su Hijo Jesucristo nacido
    como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, pero igual, sus hijos prometidos con su Juramento a Isaac, que es su perfecta voluntad, para destruir a Satanás y la muerte, empezando en el corazón de la tierra vieja.

    Es decir que: con el Juramento a Isaac, nuestro Padre celestial ha pasado su veredicto en contra de cada pecado de las familias de las naciones, que ellas hayan cometido en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, que puede aplicar a cada
    hombre, mujer, niño y niña renacido del bautismo en agua, resultando, como ciudadano legítimo de Canaán instantáneamente. Ahora, nuestro Padre celestial necesita a cada hombre, mujer, niño y niña bautizado en agua, invocando la santidad perfecta
    de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque renacidos del agua, entonces, ellos renacerán del Lugar Santísimo del monte santo de Jerusalén, en Canaán, y así, ellos empiecen a vivir bendiciones cotidianas de su vida eterna, guiá
    ndolos hacia riquezas siempre crecientes cada día.


    Visto que, nuestro Padre celestial necesita a sus hijos de Israel y de las familias de las naciones, viviendo ya su vida eterna nacida en Canaán, como cuando su Hijo Jesucristo nació del vientre virgen de la hija de David, por poderes del Espíritu
    Santo no solamente para derrotar a Satanás y sus maldades junto con la muerte, pero igual, conquistar nuevas riquezas siempre mundialmente. Ciertamente, cuando nuestro Padre celestial bautizó a Israel antiguo en el Mar Rojo, entonces, ellos fueron
    hechos hijos legítimos, renacidos, abandonando la carne pecadora por la carne sagrada llena de su perfecta voluntad, que ya ha juzgado todo pecado, pero igualmente, otorgándoles ciudadanía para vivir en asombrosas riquezas de Canaán, viviendo así su
    vida eterna, como en la gloria celestial por sus huestes angelicales.


    Considerando que, la vida eterna de nuestro Padre celestial solamente puede ser nutrida por las riquezas cotidianas de Canaán, que emanan continuamente, cuando la gente vive allí, como los hijos de Abraham, por ejemplo, pero únicamente si ellos han
    renacido del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad del nombre del Dios de Abraham, del Dios de Isaac y del Dios de Jacobo. Visto que, fue en Canaán, en donde nuestro Padre celestial le dijo a Abraham que contase las estrellas del cielo arriba,
    porque así de numerosos son los hijos entregados a él, por el vientre estéril de Sarah su esposa, por el Espíritu Santo, naciendo en Canaán con el Juramento a Isaac, que es su perfecta voluntad, enriqueciéndolos diariamente a ellos una eternidad
    entera.

    Puesto que, es Canaán que enriquece la vida eterna de nuestro Padre celestial que cada hombre, mujer, niño y niña habrá recibido, bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para que ellos
    crezcan con riquezas emanando constantemente de Canaán, empoderándolos a ellos a familiarizarse con la gloria celestial y sus riquezas inagotables antes de ascender finalmente. Esto significa, que cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las
    naciones tienen que ser uno con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo en Canaán en estos días: Porque este es Canaán, emanando riquezas que enriquece la vida eterna sobre la tierra, pero igualmente, enriquece su santo nombre
    fuego sobre el monte santo de Jerusalén, perpetuamente.


    Ciertamente, riquezas que Canaán emana hacia la vida eterna de nuestro Padre celestial y hacia cada uno de sus hijos en Canaán y por todas sus comunidades de alrededor del mundo, para que las familias gentiles vean su vida eterna floreciendo en sus
    hijos, gozando de su amor, paz, alegrías y riquezas interminables, que todos fallaran en conocer hasta que sean bautizados. Realmente, Canaán es la mejor tierra del mundo entero, así como nuestro Padre celestial la describió a sus hijos, empezando
    con Abraham, porque es la tierra que puede dar abundantes riquezas, enriqueciendo no solamente toda la casa de Israel, porque Él está por descender hacia sus hijos colmados de riquezas asombrosas, pero también, enriquece al mundo entero hacia toda una
    eternidad entera.


    Actualmente, nuestro Padre celestial está buscando que su santo nombre fuego sea conocido junto con su palabra viva y su Espíritu Santo, que siempre habla de Él y de su Hijo Jesucristo victorioso sobre el monte santo de Jerusalén, que ha derrotado a
    Satanás, pecados, enfermedades, maldiciones, tinieblas, pobrezas, infiernos y muerte, para que sus hijos sean bautizados en agua instantáneamente con salvación perfecta. Entendiendo que, es únicamente en el bautismo, en que cada hombre, mujer, niño
    y niña se sumerge en agua, muriendo para la carne pecadora, emergiendo del agua para vivir en la carne sagrada, que ha recibido enteramente la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial, glorificada por huestes angelicales en el cielo, pero ahora,
    necesita ser glorificada en la tierra por todos nosotros.

    Esta es la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial, que Él mismo gustosamente la vivirá contigo junto con tus amados, cuando tú eres bautizado en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así,
    l pueda hacer sus labores cotidianas en ti, cuando tú hayas entrado en su vida eterna, eternamente justificado. Considerando que, después que tú hayas sido bautizado en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, entonces, nuestro Padre
    celestial ha juzgado ya cada pecado terrenal cometido en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, tú vivas su vida eterna, en donde tú te gozaras de su amor asombroso enteramente por ti y por tus amados siempre.

    Realmente, después que nuestro Padre celestial había liberado a Israel antiguo del cautiverio egipcio, entonces, en vez de llevarlos a ellos a su Día de Juicio, que Él perfectamente pudo haberlo hecho así en Egipto o en el desierto del Sinaí,
    juzgando cada pecado acumulado por cuatrocientos años, entonces, Él más bien los llevó al bautismo en agua del Mar Rojo. Comprediendo que, entrando a Canaán, entonces, tú tienes que estar limpio de pecado, para vivir su vida eterna únicamente
    alimentada por maná de Canaán, en donde Él no solamente vivirá su vida eterna en ti, pero igualmente, ejecuta su obra cotidiana de su voluntad perfecta en la tierra, bendiciéndote a ti junto con tus amados con riquezas perfectas que perduran una
    eternidad entera.


    Ahora, una vez que tú te hayas bautizado en agua, entonces, tú serás uno no solamente con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero igualmente, con Canaán, en donde la tierra te alimentará a ti su maná cotidiano para tu
    vida eterna, y así, toda riqueza que tú tengas allí te enriquecerá junto con los tuyos toda una vida. Considerando que, Canaán no solamente necesita enriquecer la vida eterna de nuestro Padre celestial en cada hombre, mujer, niño y niña de Israel
    y de las familias de las naciones, renacidos del bautismo en agua, pero igualmente, necesita personalmente enriquecer a todos los demás con grandes riquezas, para que cuando se encuentren con el Padre, entonces, ellos se encontraran con Él entre
    grandes riquezas insondables.


    Verdaderamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Israel antiguo en cautiverio egipcio con su Juramento a Isaac, que es su perfecta voluntad, juzgando y perdonando cada pecado que cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las
    naciones cometió en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, conquistando así finalmente Canaán por el bautismo en agua únicamente. En vista que, únicamente por el bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo
    Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, Él puede perdonar cada pecado cometido en la tierra en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y así, ellos entren a su dulce hogar, gozando privilegios de su vida eterna, como ciudadanos legí
    timos de Canaán.


    Por ende, es aquí, ya sea una persona judía, musulmana, budista, taoísta, cristiana, hindú, satanista o de cualquier otra religión del mundo entero, entonces, por el bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y
    su Espíritu Santo, legalmente, Él tiene ya juzgado y perdonado cada pecado perpetuamente, y así, tú entres a su vida eterna ahora mismo. Por cuanto, es únicamente en su vida eterna, que tú habrás recibido ya, invocando la perfecta santidad de su
    nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, tú serás llenado de su naturaleza divina, descendiendo en tu corazón, bautizándote a ti con perfecta santidad para amar, servir y alabar su santo nombre fuego sobre el monte Sion, en Canaán,
    constantemente.


    Además, es aquí, en donde tú serás enriquecido por riquezas asombrosas no solamente emanando de Canaán, pero igualmente, desde su corazón santísimo, establecido en el epicentro de la tierra junto con la roca de salvación, salpicado con sangre
    expiatoria de Isaac, derrotando a Satanás y sus maldades junto con la muerte, y así, tú vivas su vida eterna enriquecida siempre progresivamente, empezado hoy. Ya que, esta es la vida que tú necesitas vivir en tu país hoy, nacida por poder del Espí
    ritu Santo del vientre virgen de la hija de David, cuando nacía nuestro Señor Jesucristo para vivirla, derrotada en el paraíso por Lucifer y la serpiente en Eva, pero ahora, victoriosa en Canaán, derrotando a Satanás y la muerte para que tú la
    vivas siempre victoriosa: ¡Enriqueciendote!


    Esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial entregada a ti, para que la poseas en estos días, derrotando a Satanás y sus maldades diariamente: como el pecado, enfermedades, pobreza y muerte: además, ha destruido a la muerte, para que tú la
    vivas diariamente sin temor al mal, porque ha conquistado poderes en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra. Porque esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial con la cual su Hijo Jesucristo nació en Canaán, por el Espíritu Santo, vivié
    ndola victoriosamente sobre Satanás y los ángeles caídos, destruyendo la muerte y el infierno perpetuamente, y así, tú asciendas al altar de Abraham e Isaac: En donde la roca de salvación espera llenarte de su amor infalible por una vida entera.

    Es decir, que: cuando tú hayas renacido del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, tú habrás abandonado la carne pecadora y el espíritu de error por la carne sagrada y el Espí
    ritu Santo, que necesita llenar tu alma viviente con toda la roca de salvación eterna, para siempre. Incuestionablemente, esto será, ser lleno de océanos de su amor infalible, alegrías, gozos y otras bendiciones importantes y poderes llenándote
    grandemente, para amar con grandes gozos y alegrías interminables a nuestro Padre celestial y a su santo nombre fuego sobre el monte Sion, en Canaán, consiguientemente, viviendo su vida eterna con perfecta riquezas y glorias cotidianas, por una
    eternidad entera, empezando ya.

    Puesto que, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, enriquecida por Canaán, así como seguirá enriqueciendo no solamente a su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo junto con las huestes angelicales, pero igualmente, su santo nombre fuego
    sobre el monte Sion, en Canaán, y así, tú vivas una vida eterna enriquecida cotidianamente en la tierra y el cielo toda una eternidad. Porque cuando nuestro Padre celestial descienda hacia Canaán, entonces, su descender será sobre sus hijos
    enriquecidos poderosamente ya por Canaán, porque sus hijos habrán sido ya bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, que toda la tierra de Canaán fluirá con leche y mil, recibiéndolo a É
    l con grandes honores postreramente.


    Por consiguiente, es Canaán, que no solamente alimentará y enriquecerá la vida eterna en cada uno de sus hijos de Israel, pero igualmente, de las familias de las naciones, que realmente enriquecerá a Israel, como jamás tantas riquezas habrán sido
    conocidas desde la fundación del mundo, porque todos se habrán enriquecido extremamente para recibir a nuestro Padre celestial descendiendo a Canaán finalmente. Puesto que, nuestro Padre celestial ha decidido casarse con Israel junto con las naciones,
    bautizadas todas en agua y bautizadas en el Espíritu Santo, porque tendrán que ser todas ellas enriquecidas por Canaán, fluyendo leche y miel, recibiendo así a nuestro Padre celestial en su descender final hacia su dulce hogar, y vestidas todas ellas
    de bodas y adornadas con riquezas recibidas de Canaán solamente.


    A tiempo, nuestro Padre celestial le dijo a Abraham que las familias de las naciones serian benditas en su simiente, bendiciones emanando no solamente de sus hijos bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre para vivir su vida eterna
    y con sus mandamientos cumplidos perpetuamente, pero igualmente, hacen que Canaán fluya con leche y miel de riquezas asombrosas para la humanidad entera. Ya que, nuestro Padre celestial no está dispuesto a descender a un Israel que ha sido golpeado
    hacia un terrible holocausto, pero, más bien, Él descenderá a un Israel que ha derrotado a las naciones del mundo entero con riquezas asombrosas, que no solamente su Hijo Jesucristo nos ha otorgado con su perfecta salvación, pero igualmente, Canaán
    fluyendo con leche y miel abundantemente.


    Considerando que, Canaán es una tierra que fluye con riquezas reales, desconocidas por la humanidad desde la fundación del mundo, porque estas son riquezas que enriquecerán a Israel sobre todas las naciones, impresionando a todos en el reino angelical
    hasta el punto de la envidia, que lo único que los ángeles desearan hacer será vivir en estas riquezas asombrosas de Canaán pronto. Dado que, riquezas asombrosas de Canaán están aún por conocerse no solamente por las huestes angelicales del cielo
    arriba, pero igual, por cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, incluyendo los que están en el infierno, muertos en sus pecados, cuando ellos pudieron haberse escapado de sus pecados, bautizados en agua, invocando su santo
    nombre fuego para perdón.


    Es decir, que también nuestro Padre celestial tendrá riquezas de Canaán no solamente enriqueciendo a sus hijos de Israel para finalmente recibirlo a Él en su descenso final hacia su dulce hogar, y con asombrosas glorias y honores nunca antes vistas
    por la humanidad entera, pero igual, enriquecerá a las naciones, incluyendo las del infierno, regresando a vivir nuevamente en su nueva tierra. Visto que, es la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial, que el amor de padres regrese al amor de hijos,
    y el amor de hijos al amor de padres, pero, únicamente en su nueva tierra, nacida naturalmente de su corazón santísimo, establecido como el corazón de la tierra vieja, que es su nueva tierra hoy, creciendo, y el pecado no existe en ella jamás.

    Ciertamente, cuando nuestro Padre celestial finalmente haya enriquecido a sus hijos de Israel con sus asombrosas riquezas emanando de Canaán, entonces, Él ira hacia adelante para enriquecer a cada familia de las naciones del mundo entero, incluyendo
    las familias de naciones antiguas emergiendo del infierno, porque no tendrán nada, pero únicamente lo que Canaán les dé, como sus únicas abundantes riquezas eternas. Visto que, nuestro Padre celestial enriquecerá la tierra grandemente, como una
    nueva nacida naturalmente de su corazón santísimo, establecida ya en el corazón de la tierra vieja, en donde estuvo el Valle de los huesos secos: Porque Él mismo enriquecerá las familias, empezando en Israel, y así, Él finalmente descender a sus
    hijos vestidos de riquezas asombrosas de honores infinitos jamás vistos por los ángeles.

    Positivamente, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Israel antiguo cruzando el Mar Rojo, porque, en vez de juzgar pecados recogidos en años de cautiverio egipcio, entonces, Él simplemente los llevó al bautismo en agua, en donde con su
    Juramento a Isaac Él había ya removido todo pecado: Visto que, los juzgó eternamente en la carne sagrada y en la sangre expiatoria de Isaac. A tiempo, nuestro Padre celestial tuvo a Israel antiguo mordidos por serpientes venenosas del desierto,
    descendiendo al Valle de los huesos secos, entonces, Él lo hizo así no solamente para tener a Isaac salpicando su sangre expiatoria sobre la puerta del infierno, pero igualmente, destruyendo todas tinieblas directamente desde el monte Sion, en Canaán:
    Y así, sus hijos vivan nuevamente en el Tercer Día.

    Ciertamente, una vez que nuestro Padre celestial había expiado cada pecado con Israel antiguo, llevando en ellos su voluntad perfecta para ejecutarla sobre todas las familias de las naciones yaciendo en sus infiernos, entonces, Él lo hizo no solamente
    para quitar todo pecado de ellos antes del Día del Juicio, pero también, Él establecer su santo nombre fuego en Canaán, protegiendo a sus hijos perpetuamente. Por eso, una vez que Israel antiguo descendió al Valle de los huesos, entonces sus cuerpos
    se volvieron polvo, como la semilla que nuestro Padre celestial necesitaba para plantarla con su brazo derecho en Canaán, dándonos el madero, en donde su santo nombre fuego seria establecido perpetuamente sobre el monte santo de Jerusalén, protegiendo
    a sus hijos del infierno tormentoso toda una eternidad entera.


    Dado que, el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial tenía que sobrevolar el monte Sion no solamente victorioso sobre Satanás y sus ángeles caídos y la muerte, destruidos todos ellos perpetuamente, pero igualmente, proteger a cada hombre, mujer,
    niño y niña de las familias de las naciones, y así, sean bendecidas con la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo salpicando sobre ellas siempre. Y así, nuestro Padre celestial no solamente sería victorioso enteramente sobre sus Archienemigos,
    como Satanás y la muerte, destruyendo obras de ellos por toda la tierra en contra de la humanidad entera, pero igualmente, Él tendría a su Hijo Jesucristo derramando de su sangre expiatoria, enriqueciendo a Canaán con riquezas asombrosas, manifestá
    ndose eventualmente en cada hijo suyo, bautizado en agua, mundialmente, empezando en Israel.

    Sin embargo, estas asombrosas bendiciones de riquezas inagotables, nacidas naturalmente del corazón santísimo de nuestro Padre celestial, derramadas por el Juramento a Isaac, sobre su Hijo único yaciendo en el monte Sion, descansando sobre el Moriah,
    fallaran en manifestarse continuamente en Israel, para enriquecer a Israel sobre las naciones del mundo entero, porque el satanismo, la naturaleza de Satanás, detiene su manifestación siempre. Legalmente, nuestro Padre celestial le dijo a Moisés y
    luego a Josué, que ellos tenían que entrar con el ejército en Canaán, destruyendo toda nación amando a Satanás y sus demonios de muerte, porque estaban contaminando a Canaán, su tierra escogida, como su dulce hogar eterno, para Él finalmente
    vivir sus riquezas asombrosas, emanando de su corazón santísimo diariamente por amor a sus hijos.

    Visto que, nuestro Padre celestial necesitaba tener a Canaán manifestando ya sus riquezas asombrosas, que no solamente enriquecerán a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel, pero igualmente, familias de las naciones, porque Él descenderá hacia
    Canaán, su dulce hogar, cuando sus hijos vistan sus riquezas soñadas finalmente, y así, Él quedarse a vivir su vida eterna con ellos una eternidad entera. Riquezas asombrosas: nacidas naturalmente del corazón santísimo de nuestro Padre celestial,
    derramadas inicialmente sobre Isaac tendido sobre el monte Sion, descansando en el Moriah, que enriquecerá asombrosamente la casa de Israel por el mundo entero, y es por eso que Satanás ha destruido a Israel con holocaustos terribles, que son lo
    contrario a riquezas asombrosas de Canaán, manifestándose mundialmente en los últimos días.


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