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    From Elio I. Valarezo@21:1/5 to All on Fri May 13 20:04:47 2022
    Sábado, 14 de Mayo, 2022 de Nuestro Salvador

    Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas escritas por Iván Valarezo)


    El Padre crece contigo en el lugar santísimo:

    sacando a Satanás de Canaán y de la tierra

    entera, empezando en tu hogar:


    Amorosamente, nuestro Padre celestial necesitaba

    crecer con sus hijos (pero sin pecado),

    bendiciendo a su nueva creación, como cielos y

    tierra, entendiendo que, Él necesitaba descender

    a él, viviendo por siempre amado junto con su

    santo nombre fuego una eternidad entera, pero

    crecer con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu

    Santo, estableciendo así su nuevo reino de amor

    para con todos ellos eternamente. Ciertamente,

    nuestro Padre celestial necesitaba enriquecer la

    tierra entera, porque Él es un Dios de grandes

    riquezas, que Él necesitaba gozar no solamente

    con Adán y Eva, naciendo de su imagen y de su

    alma santísima, pero igualmente, Él necesitaba

    gozarlas con ellos abundantemente con sus hijos

    después de ellos, sin embargo, Satanás había

    tomado control de todo, por culpa del mal.


    Desdichadamente, Adán y Eva habían comido del

    fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien

    y del mal, del cual, nuestro Padre celestial les

    había avisado no tocarlo jamás, dado que, al

    comer ellos de él entonces ellos morirían,

    fallando siempre vivir en su vida eterna, que

    enriquece a sus hijos únicamente para conocer

    amor, prosperidad y alegrías sin fin toda una

    vida. Por lo tanto, fue importante para Satanás y

    sus ángeles caídos tener a la tierra entera

    empobrecida por Adán y Eva junto con sus hijos de

    generaciones venideras, entendiendo que, nuestro

    Padre celestial necesitaba enriquecerla,

    empezando así su nuevo reino de amor y de

    riquezas sin fin, que excluiría a Satanás y a sus

    ángeles caídos que tenían en mente llenarla de

    tinieblas eternamente.


    Definitivamente, Satanás necesitaba ennegrecer la

    tierra, al tener a Adán y a Eva con sus hijos

    pecando en generaciones futuras, incrementando

    así su reino de tinieblas, desafiando a riquezas,

    poderes y glorias de nuestro Padre celestial y de

    su santo nombre fuegos únicamente posibles con su

    Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo a través

    de sus amados (tú y yo), destruyendo tinieblas

    finalmente siempre. Realmente, Satanás con sus

    espíritus inmundos ha traído siempre tinieblas

    sobre la tierra, llenándola enteramente con su

    mal en las naciones, y así, ellas siempre fallen

    al conocer a nuestro Padre celestial y glorias de

    su santo nombre fuego, entonces, invocándolo,

    recibiremos desde el cielo arriba y en la tierra

    abajo riquezas, para gozar de la vida en que

    hemos nacido, gozándola diariamente siempre.


    Ciertamente, esta es la vida eterna de nuestro

    Padre celestial, que estará derramándose sobre

    nosotros, viviéndola con Él, su Hijo Jesucristo y

    su Espíritu Santo, entendiendo que, Él creó

    cielos y tierra para vivirla enteramente con sus

    hijos: amando, sirviendo y honrando su santo

    nombre, así como ángeles en la gloria angelical,

    conquistando finalmente riquezas, glorias y

    poderes jamás conocidas en la eternidad. Esto es

    algo, que nuestro Padre celestial necesitaba

    hacer con sus huestes angelicales en el cielo,

    pero ellos fallaron al lograr estas riquezas,

    glorias y poderes en la eternidad, porque ellos

    poseen poderes limitados, empero, con Adán y sus

    hijos naciendo de Él, entonces ellos los podrán

    lograr, entendiendo que, nosotros salimos de Él

    para ser perfectos y santo, así como Él

    eternamente.


    Positivamente, nuestro Padre celestial creó

    cielos y tierra con asombrosas glorias, poderes y

    riquezas, que su vida vivida con sus hijos de

    familias de las naciones, gozaran continuamente

    siempre, conquistando mayores riquezas, glorias y

    poderes jamás tocados por nadie, por ende,

    presentemente Él está alegre al ver a su reino de

    amor llenar la tierra últimamente contigo,

    amados, vecinos y amistades, bautizados en agua.

    Verdaderamente, nuestro Padre celestial será el

    que crecerá contigo junto con amados en tu país

    natal, porque Él es el poder creador de cosas en

    el cielo y en la tierra, para gozarlas contigo

    toda una eternidad entera, para siempre

    conquistando nuevas riquezas, poderes y glorias

    jamás tocadas por el pecado, por ello, estarán

    siempre escondidas, que solamente Él conoce como

    encontrarlas contigo.


    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba

    descender a crecer contigo junto con amados,

    vecinos y amistades, para llevarte a donde se

    encuentran (riquezas) cerca de ti, para que tú

    las desentierres con Él, su Hijo Jesucristo y su

    Espíritu Santo, viviendo así una vida de grandes

    riquezas, poderes y glorias desconocidas por los

    ángeles en el cielo y por la humanidad en la

    tierra, hasta hoy. Aún más, nuestro Padre

    celestial está dispuesto a enriquecer la tierra

    entera contigo, logrando así su perfecta voluntad

    contigo, y esto eres tú enriquecido, tal como Él

    siempre lo ha sido en la eternidad, entonces, Él

    necesita vestirte con su semilla santa, como su

    carne sagrada y sangre expiatoria de su misma

    vida, conociendo únicamente amor por ti toda una

    vida entera, para siempre.


    Por eso, al nuestro Padre celestial crear cielos

    y tierra, entonces, Él los creó con todo en ellos

    enriquecidos, pero igualmente, Él estableció su

    tierra santa, que es Canaán, en donde Él vivirá

    eternamente amado por ti, tus amados, vecinos y

    amistades en la tierra entera, entendiendo que,

    no ha pecado allí, pero únicamente amor, alegría

    y riquezas interminables para todos, siempre

    todos bautizados ya. Y es aquí, en donde nuestro

    Padre celestial llamó a Abraham junto con su

    esposa Sarah, que tenía su vientre estéril, pero

    igualmente, Él llamó a su Hijo Jesucristo a nacer

    como Isaac en Canaán contigo junto con cada

    hombre, mujer, niño y niña de naciones antiguas y

    modernas, porque el pecado jamás existió allí,

    enriqueciéndolos así a ellos siempre toda una

    vida entera.


    Ya que, aquí es, en donde nuestro Padre celestial

    necesita reiniciar su vida eterna con Adán y Eva

    junto con sus hijos, pero Él necesita reiniciarla

    con su semilla santa, que es su carne sagrada,

    huesos inquebrantables y sangre expiatoria de

    vida eterna, poderes y riquezas que enriquecen

    las almas vivientes de sus hijos, enriqueciendo

    finalmente la tierra entera igualmente para

    conocer glorias eternamente. Entendiendo que,

    nuestro Padre celestial creó cielos y tierra con

    riquezas interminables, para enriquecer su reino

    venidero de amor eterno, y así, sus hijos amen,

    sirvan y honren su santo nombre toda una vida,

    conquistando nuevas riquezas, poderes y glorias,

    que huestes angelicales fallaron al

    conquistarlas, y finalmente Él vivir alegrías de

    su corazón santísimo contigo toda una eternidad

    entera en la tierra, siempre.


    Ciertamente, riquezas, poderes y glorias en todo

    su nuevo reino venidero de amor, que únicamente

    Él con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo

    en sus hijos, que serán conquistados, alegrando

    su corazón toda una eternidad, y aún más alegre

    que en la gloria celestial, establecido ya todo

    está en Canaán enteramente, esperando por su

    descender, reiniciando su vida eterna con la

    humanidad finalmente. Sin embargo, para lograrlo

    todo en las naciones, entonces, nuestro Padre

    celestial llamó a Abraham a su Mesa santa,

    servida por su Hijo Jesucristo, como Melquisedec,

    rey de Salem (Jerusalén antiguo) con pan y vino

    no solamente Abraham participando con Él, pero

    igualmente sus hijos en generaciones futuras,

    teniéndolos a todos ellos finalmente, viviendo en

    su carne sin pecados toda una vida entera,

    siempre.


    Seriamente, nuestro Padre celestial necesitaba a

    su Hijo Jesucristo, sirviendo su Mesa santa para

    Él con Abraham junto con Sarah e hijos adoptados,

    entonces, su Hijo nacería del vientre estéril de

    Sarah como Isaac con todos, vistiendo ellos

    mismos su carne sin pecados, en donde el pecado

    no existe toda una vida, y así, Ellos retomen sus

    pecados para el bautismo en agua últimamente.

    Este evento fue importante, al tener nuestro

    Padre celestial a su Hijo Jesucristo naciendo

    como Isaac del vientre estéril de Sarah, por

    poderes del Espíritu Santo, considerando que, Él

    planeaba no solamente tenerlos a ellos retomando

    sus pecados por el cautiverio Egipto con su carne

    sangrada, Isaac, pero igualmente, Él los

    necesitaba renaciendo del corazón de la tierra,

    viviendo nuevamente con salvación eterna, en

    Canaán, últimamente.


    Por eso, Israel antiguo con Moisés sobre el monte

    Sinaí, recibió su santo nombre fuegos, como Dios

    de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo,

    comprendiendo que, ahora Israel recibía en la

    carne de Isaac, que había recogido todo pecado

    del mundo entero en el cautiverio egipcio de

    cuatro siglos, por ello, caminaba Israel entero

    hacia el bautismo del Mar Rojo, para abandonarlos

    perpetuamente. Verdaderamente, nuestro Padre

    celestial tuvo a Moisés e Israel antiguo saliendo

    del cautiverio egipcio, para abandonar tus

    pecados junto con los de tus amados, vecinos y

    amistades de familias de naciones antiguas y

    modernas, en el bautismo de agua, invocando su

    santo nombre, que Él no se lo había entregado a

    Jacobo al pedírselo a su Ángel santo

    inicialmente, ya mucho tiempo atrás.



    Ahora, nuestro Padre celestial no le otorgó su

    santo nombre a Jacobo inicialmente, porque Él

    solamente se lo entregaría a su Hijo Jesucristo

    como Isaac, que no solamente es Israel, pero

    igualmente familias de naciones antiguas y

    modernas, renacidas del vientre estéril de Sarah,

    y luego renacidas de la virgen hija de David en

    Canaán sin pecado alguno finalmente, por poderes

    salvadores de su nombre. Realmente, fue la

    perfecta voluntad de nuestro Padre celestial, que

    su Hijo Jesucristo sea Isaac con cada hombre,

    mujer, niño y niña de generaciones pasadas y

    futuras, retomando sus pecados por el cautiverio

    egipcio, luego lavándose de ellos en el Mar Rojo

    con poderes salvadores de su santo nombre,

    recibiendo instantáneamente su cuerpo

    glorificado, llamando a su reino de amor a

    descender en Canaán, finalmente.


    Sinceramente, tan pronto que nuestro Padre

    celestial tuvo a Moisés bautizando a toda la casa

    de Israel, entonces, cada pecado que había sido

    cometido en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su

    Espíritu Santo fue abandonado en el lecho marino

    para no volverlo a ver, renaciendo todos ellos

    juntos con naciones antiguas y modernas en

    Canaán, para conquistar el desierto finalmente,

    para siempre. Por lo tanto, una vez que nuestro

    Padre celestial tuvo a familias de naciones

    antiguas y modernas, renaciendo en Canaán con la

    carne sagrada de Isaac, huesos inquebrantables y

    sangre expiatoria, entonces, Él logró usar

    poderes del Juramento a Isaac, bendiciéndolos

    sobre todo ataque, que venga en contra de ellos

    de cualquier enemigo, por el desierto, además de

    Satanás, destruyéndolos finalmente en la tierra

    entera.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba

    destruir a Satanás junto con ángeles caídos y la

    muerte en el desierto de Sinaí, al tener no

    solamente a Israel renaciendo de Canaán

    instantáneamente, por poderes de su santo nombre,

    pero igualmente tener familias de naciones

    antiguas y modernas, renaciendo en Canaán, y

    finalmente, Él usar efectivamente poderes

    cotidianos del Juramento a Isaac para enriquecer

    la tierra entera, perpetuamente. Además, nuestro

    Padre celestial necesitaba a Satanás destruido

    junto con ángeles caídos, la muerte y enemigos

    con riquezas, entregadas a nosotros ya del cielo

    arriba, pero igualmente, de la tierra entera,

    desenterrándolas Él mismo gradualmente para sus

    hijos, renacidos del bautismo en agua y del

    bautismo del Espíritu Santo, enriqueciendo

    finalmente su reino de amor sobre la tierra

    entera poderosamente, empezando en Canaán,

    siempre.


    Consecuentemente, fue importante para nuestro

    Padre celestial entregarle a Jacobo y a sus

    hijos, que es Israel con naciones antiguas y

    modernas, poderes de su santo nombre, no cuando

    él se lo pidió al Ángel, dárselo, que es Isaac

    siempre, pero únicamente con pecados del mundo

    recogidos para el bautismo en agua, reiniciando

    su vida en el desierto derrotado, poseyendo

    riquezas de Canaán finalmente. Tempranamente,

    nuestro Padre celestial llamó a Abraham,

    prometiéndole una tierra santa, haciéndolo a él

    una bendición para otros, mirándolo a él ya

    perfecto y santo, así como Él lo es en la

    eternidad, eternamente enriquecido, y esto es

    Canaán: Entendiendo que, al Abraham ser llamado a

    ser como Él eternamente—entonces, este es el

    bautismo en agua, instantáneamente renacido como

    Él eternamente en Canaán.


    Seriamente, nuestro Padre celestial te necesita a

    ti renacido con Él, su Hijo Jesucristo y su

    Espíritu Santo en el amor, poderes, glorias y

    riquezas interminables de Canaán entre otras

    asombrosas bendiciones, esperando siempre por ti,

    tus amados, vecinos y amistades, renaciendo todo

    ello contigo eternamente, y así, tú vivirás su

    vida eterna, enriqueciéndote a ti con la tierra,

    para su reino de amor venidero. Legalmente,

    nuestro Padre celestial te necesita bautizado en

    agua, invocándolo a Él, como Dios de Abraham,

    Dios de Isaac y Dios de Jacobo, renaciendo no

    solamente de Canaán, pero igualmente de la cruz

    del monte Sion, pues, clavado tú fuiste

    perpetuamente a manos y pies sangrando de su Hijo

    Jesucristo en el Lugar Santísimo de la Sinagoga

    de Jerusalén, victorioso sobre todo pecado para

    siempre.


    Afirmativamente, nuestro Padre celestial te

    necesita, en Canaán, renacido de Él y del amor de

    su corazón santísimo, siempre sentido por ti

    profundamente, por verte vivir nuevamente, pero

    enriquecido de Canaán, enriqueciendo no solamente

    tu hogar y familia, pero igualmente tu nación

    entera: conociendo riquezas antes imposibles,

    pero ahora le dan a Él la bienvenida a su

    descender finalmente en Canaán, para la eternidad

    venidera. Amorosamente, es en este amor, que

    nuestro Padre celestial necesita descendiendo

    sobre ti abundantemente no solamente

    bendiciéndote a ti hasta que su reino de amor

    venga sobre las naciones, pero igualmente, es

    aquí, en donde Él realmente conoce que tú lo amas

    a Él y a su santo nombre fuegos sobre todo

    entendimiento humano, visto que, es poderoso,

    glorioso, e imposible para entenderlo

    infinitamente.


    Definitivamente, Canaán es, en donde nuestro

    Padre celestial te ha recibido a ti ya, renacido

    con su Hijo Jesucristo como Isaac del vientre

    estéril de Sarah, rescatándote del infierno,

    logrando que renazcas nuevamente como Isaac con

    su Hijo amado de la hija virgen de David,

    finalmente de su corazón virgen, su Lugar

    Santísimo, conociendo únicamente su pasión,

    poderes y alegrías toda una vida contigo siempre.

    Ya que, fue importante para nuestro Padre

    celestial tenerte a ti en el desierto de Sinaí

    con Moisés e Israel antiguo, obrando con poderes

    del Juramento a Isaac para declararte perfecto y

    santo en el Lugar Santísimo de la Sinagoga de

    Jerusalén, en Canaán, enriqueciéndote diariamente

    a ti en tu hogar con tus amados, vecinos y

    amistades, enriqueciendo hasta tu nación

    poderosamente, para siempre.


    Entendiendo que, bautizándote con Moisés e Israel

    antiguo en el Mar Rojo, entonces, tú renaciste

    con ellos como ciudadano de riquezas, poderes y

    glorias de Canaán, para vivir en el desierto de

    Sinaí siempre victorioso sobre Satanás, ángeles

    caídos, hambruna, naciones brujas y sus familias,

    la muerte y el infierno tormentoso, finalmente

    logrando riquezas cotidianas en tu caminar de

    todos tus días, perpetuamente. Realmente, nuestro

    Padre celestial creó cielos y tierra contigo, con

    tus amados, vecinos y amistades en su

    pensamiento, seguidamente, formando todo ello con

    sus cosas llenas de riquezas, que tú fallas en

    encontrarlas en la carne pecadora de Adán y Eva,

    sin embargo, con su carne sin pecados, recibida

    exclusivamente de Isaac, entonces, tú siempre

    caminaras hacia ellas sin problema alguno, hasta

    enriquecerte grandemente.


    Históricamente, nuestro Padre celestial te tuvo a

    ti, caminando por el desierto de Sinaí con Moisés

    e Israel antiguo, porque ellos recogieron pecados

    en el cautiverio egipcio, por cuatrocientos años,

    abandonándolos en el bautismo del Mar Rojo:

    además, ellos endulzaron aguas amargas de Mara, y

    finalmente tú te bautices en la bañera hogareña,

    bebiendo así de la roca de salvación, que es

    eterna riqueza, siempre. Legalmente, nuestro

    Padre celestial no solamente te necesitaba a ti,

    caminando por el desierto liberado de tus pecados

    con Moisés e Israel antiguo, pero igualmente, Él

    necesitaba otorgarte sus Diez Mandamientos, para

    que sean cumplidos por ti ante Satanás y sus

    serpientes venenosas, como ángeles caídos y

    naciones brujas, que no desean verte a ti entrar

    a Canaán victorioso sobre todo pecado, para

    siempre.


    Ahora, nuestro Padre celestial te entregó sus

    santos mandamientos en el desierto, como el reino

    de serpientes satánicas, conociendo que,

    habiéndote convertido tú en uno con Moisés e

    Israel antiguo, bebiendo ellos aguas amargas de

    Mara, endulzadas por el árbol yaciendo cerca de

    él, que eras tú en necesidad del bautismo en

    aguas limpias, bebibles para Israel, para ser uno

    en Isaac, finalmente enriquecido eternamente.

    Realmente, nuestro Padre celestial te necesitaba

    a ti renacido en Canaán nuevamente, entregándote

    sus mandamientos santos, para tú cumplirlos, dado

    que, Moisés nació al Israel antiguo haber

    recogido pecados del mundo entero en el

    cautiverio egipcio, entonces, su santo nombre le

    fue entregado a él perpetuamente—bien, Él ha

    logrado lo mismo contigo, renaciendo en Canaán,

    finalmente cumpliste sus mandamientos por el

    desierto totalmente.


    Es decir, que nuestro Padre celestial te entregó

    su santo nombre, como Dios de Abraham, Dios de

    Isaac y Dios de Jacobo para que abandones tus

    pecados, bautizado del Mar Rojo, entregándote

    seguidamente sus mandamientos, como ciudadano del

    amor, poderes y riquezas interminables de Canaán,

    cumpliéndolos así tú todos ellos infinitamente,

    en donde Satanás te tenia a ti con otros

    sufriendo hambruna, eternamente perdido.

    Ciertamente, nuestro Padre celestial te

    necesitaba, renacido de hambruna, maldición,

    muerte y perdición eterna del desierto, para

    tenerte a ti viviendo sin pecado alguno en su

    cuerpo glorificado, entregado a ti ya como Isaac,

    en donde nunca hubo pecado, complaciendo

    finalmente su corazón santísimo al tú honrar,

    amar y exaltar su santo nombre, visto que, ahora

    sus santos mandamientos son perfectos en ti

    siempre.


    Divinamente, nuestro Padre celestial te

    necesitaba: amando, sirviendo y alabándolo a Él y

    a su santo nombre con sus santos mandamientos,

    cumplidos en ti por el desierto, que es el reino

    de serpientes satánicas, esperando, atacarte a ti

    hasta que seas destruido eternamente, y así, tú

    jamás entres en el reino de amor que llena la

    tierra entera con riquezas inacabables, empezando

    en Canaán. Por ley, nuestro Padre celestial

    necesitaba a Satanás con sus serpientes venenosas

    destruido en el infierno tormentoso, al tenerte a

    ti cumpliendo sus santos mandamientos, que son su

    vida eterna, siempre vivida con su Hijo

    Jesucristo y con su Espíritu Santo en perfecta

    comunión junto con huestes angelicales: amando,

    sirviendo y honrando su santo nombre con mayores

    glorias que antes toda una eternidad entera

    contigo.


    Visto que, para nuestro Padre celestial cumplir

    todo esto contigo, con tus amados, vecinos y

    amistades de naciones antiguas y modernas,

    entonces, Él te necesitaba a ti, participando de

    su maná, descendiendo cada mañana del cielo

    arriba junto con agua de la roca de salvación,

    recibiendo finalmente su cuerpo glorificado

    fresco de Él en el cielo, para vivir eternamente

    amado por Él, por el desierto. Además, nuestro

    Padre celestial necesitaba a Satanás y a sus

    serpientes, conociendo, cuánto lo amas a Él, su

    Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con su

    santo nombre, grandemente exaltándolo diariamente

    con sus santos mandamientos cumplidos,

    glorificados y exaltados contigo, por todo el

    desierto, y todo esto fue posible contigo,

    vistiendo su cuerpo perfecto y santo ante

    Satanás, confundido eternamente, hasta ahora.


    Físicamente, nuestro Padre celestial necesitaba

    tener a cada hijo suyo de Israel y de naciones

    antiguas y modernas, participando del maná y

    bebiendo de la roca, descendiendo del cielo

    arriba cada mañana y hasta vestirlos del cuerpo

    glorificado, como carne sin pecados, en donde su

    corazón santísimo lo ama a Él junto contigo sobre

    todo entendimiento humano—confundiendo a Satanás

    aún más, para siempre. Entendiendo que, nuestro

    Padre celestial necesitaba hacer todo esto con

    cada hombre, mujer, niño y niña de naciones

    antiguas y modernas, empezando con Adán y Eva, al

    tener su corazón santísimo en sus pechos,

    clamando, cuánto ellos siempre lo han amado a Él,

    aunque ellos habían descendido al infierno

    tormentoso, pecando, por haber fallado su

    bautismo en agua que los salva del mal eterno

    permanentemente.


    Ciertamente, lo que Satanás no entendió, fue que

    nuestro Padre celestial descendida diariamente en

    el maná y en el agua de la roca, renaciendo con

    sus hijos como un gigante con ellos, entonces Él

    mismo crecía con ellos enteramente en la carne

    sin pecados, los huesos inquebrantables y la

    sangre expiatoria de Isaac, abandonando el

    infierno tormentoso, finalmente accediendo

    Canaán, eternamente victorioso sobre todo mal.

    Por ley, nuestro Padre celestial necesitaba

    crecer como un gigante con cada hombre, mujer,

    niño y niña convertido en huesos y cenizas por el

    desierto de Sinaí, y con Satanás reinando sobre

    ellos con serpientes venenosas, como en su reino

    de tinieblas, que lo único que Él necesitaba

    hacer fue crecer con ellos grandemente, poderoso

    y glorioso, enriquecido grandemente ante Satanás

    hacia la eternidad.


    Consiguientemente, fue importante para nuestro

    Padre celestial tener a Moisés conociendo su

    tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo del

    cielo, entendiendo que, Él necesitaba expiar,

    juzgar y cubrir el pecado de todos con sangre

    expiatoria de carneros, pero igualmente, Él

    necesitaba su corazón santísimo creciendo con su

    asombroso amor infalible mayor que el infierno

    tormentoso, liberando finalmente a sus hijos de

    Satanás perpetuamente. Realmente, nuestro Padre

    celestial tuvo a sus hijos, empezando con Moisés

    e Israel antiguo junto con cada hombre y mujer de

    naciones antiguas y modernas, participando del

    pan (maná) y bebiendo de su copa de vino (agua,

    té, jugo, etc.), logrando que su cuerpo

    glorificado crezca mayor que el desierto de

    Sinaí, derrotando a Satanás finalmente, al entrar

    con todos en riquezas de Canaán inagotables.


    Tempranamente, nuestro Padre celestial necesitaba

    conquistar el desierto de Sinaí no solamente al

    tener a Moisés e Israel antiguo endulzando aguas

    amargas de Mara, echando en él el árbol yaciendo

    cerca, endulzando así su corazón santísimo en

    necesidad de entregar sus santos mandamientos a

    sus hijos, pero igualmente, Él empezó finalmente

    su reino de amor, al condenar a Satanás hacia el

    lago de fuego, eternamente maldecido. Además,

    nuestro Padre celestial necesitaba sellar la

    destrucción de Satanás junto con ángeles caídos,

    la muerte y el infierno con familias brujas,

    enemigos usados siempre en contra de Él, su Hijo

    Jesucristo y su Espíritu Santo, atacando

    continuamente su santo nombre fuegos en todas las

    familias de las naciones, para establecer su

    reino de tinieblas con la humanidad entera,

    perdida en una hambruna eterna.


    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba a

    Satanás, ángeles caídos, la muerte, el infierno

    tormentoso junto con serpientes venenosas del

    desierto de Sinaí en persona, creciendo con todos

    nosotros, al comer de su pan y beber de su vino

    del cielo arriba, y así, Él destruir también

    problemas, conflictos, enfermedades, maldiciones,

    y cualquier arma forjada en contra de sus hijos

    en la tierra entera. Verdaderamente, nuestro

    Padre celestial creció con Moisés e Israel

    antiguo junto con familias de naciones antiguas y

    modernas en el desierto, al comer nosotros

    diariamente de su cuerpo glorificado, como su pan

    y agua, convirtiéndose Él mismo así en un gigante

    en nuestro diario vivir en la tierra entera, y

    así, Satanás siempre falle al crecer en nosotros,

    finalmente destruyendo el infierno tormentoso

    nuevamente.


    Seriamente, bautizado en agua, invocándolo a Él,

    como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de

    Jacobo, entonces, tú abandonaras la carne

    pecadora y el espíritu de error por la carne de

    Isaac y su Espíritu Santo, en donde Él mismo

    crece contigo gigantescamente, mayor que Satanás

    y su reino de tinieblas, y así, tú siempre vivas

    victorioso sobre él y sus artimañas. Divinamente,

    esta era la única manera, en que nuestro Padre

    celestial caminaría contigo, tus amados, vecinos

    y amistades de familias de naciones del mundo

    entero del infierno tormentoso y sus serpientes

    venenosas, para ver vida nuevamente, enriquecida

    con riquezas de Canaán, llevándote a ti siempre

    hacia la gloria celestial, eternamente

    enriquecido, para vivir amando, sirviendo y

    honrando su santo nombre toda una eternidad

    entera.


    Realmente, nuestro Padre celestial descendió con

    su tabernáculo de reunión y su Lugar Santísimo,

    para expiar, juzgar y cubrir pecados de sus hijos

    de Israel y de familias de naciones antiguas y

    modernas, haciendo que uno a uno renazca con Él,

    su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo,

    alejándose del infierno tormentoso todos ellos,

    para jamás regresar a él toda una eternidad

    entera. Ahora, considerando que, nuestro Padre

    celestial ha logrado todas estas cosas contigo

    con su Hijo Jesucristo como Isaac y con su

    Espíritu Santo en el Lugar Santísimo, por el

    desierto de Sinaí, entonces, tú perfectamente

    puedes ser enriquecido ahora mismo, al renacer

    del bautismo en agua para entrar a riquezas de

    Canaán, enriqueciéndote a ti junto con tu país

    entero y la tierra entera igualmente.


    Ciertamente, bautizado en agua entonces nuestro

    Padre celestial te puede bendecir con riquezas

    progresivamente junto con tus amados en tu país

    entero, atrayendo riquezas sobre la tierra

    entera, enriqueciendo familias ya listas para

    recibirlo a Él en su descender final hacia

    Canaán, en donde Él vivirá contigo y con su

    corazón santísimo, derramando su amor asombroso

    sobre ti, sin jamás haber tocado el pecado.

    Verdaderamente, al nuestro Padre celestial

    saturarte con su amor cotidiano de su corazón

    santísimo, viniendo siempre hacia ti con

    poderosas bendiciones, enriqueciendo a tus

    amados, vecinos y amistades, entonces, Él lo hará

    así para enriquecerte, así como Él lo es

    eternamente, saturándote con su presencia

    santísima, como su pasión por ti infinitamente,

    entonces será así para enriquecerte a ti aun

    hacía muchas riquezas mayores, progresivamente.


    Ahora, nuestro Padre celestial necesita poderosas

    bendiciones cotidianas contigo, así como hizo con

    Moisés e Israel antiguo, por el desierto,

    derrotando a Satanás, ángeles caídos, la muerte,

    el infierno tormentoso, conquistando finalmente

    la tierra con riquezas mayores que antes nunca

    vistas ni por los ángeles ni menos en el desierto

    ni en la tierra entera—porque Él desciende a

    riquezas mayores que riquezas abundantes.

    Ciertamente, tú necesitas vivir en este mundo,

    que nuestro Padre celestial te ha llamado a él,

    al abandonar el desierto de Sinaí con sus

    serpientes venenosas, como ángeles caídos de

    hambruna, enfermedades, pobreza, la muerte, a

    vivir en su vida mayor que la tierra y la

    humanidad entera, conociendo únicamente riquezas,

    que tú no sabrás vivirlas jamás sin el bautismo

    en agua, ahora mismo.


    Misericordiosamente, nuestro Padre celestial tuvo

    a toda la casa de Israel junto con Moisés,

    mordidos por serpientes venenosas, por rebelarse

    en contra de Él y su santo nombre fuegos, para

    abandonar la sangre que fue rebelde hacia Él y su

    perfecta voluntad, y esperar por la venida del

    Mesías sobre postes infernales, para vivir

    abundantemente en el Tercer Día, hacia la

    eternidad venidera finalmente. Realmente, una vez

    que nuestro Padre celestial tuvo a Moisés e

    Israel antiguo, abandonando la sangre,

    ofendiéndolo a Él y su perfecta voluntad,

    entonces, Él hizo que ellos descendiendo a postes

    infernales, esperando por el Mesías bañado en

    sangre expiatoria de vida eterna, amándolos con

    riquezas que enriquecen su reino de amor toda una

    eternidad entera, como su perfecta voluntad sobre

    toda la tierra contigo últimamente.


    Verdaderamente, nuestro Padre celestial

    necesitaba a Moisés e Israel antiguo junto con

    familias antiguas y modernas, abandonando la

    carne pecadora y su sangre rebelde, recibiendo

    finalmente su sangre expiatoria, derramada por

    Isaac en el Lugar Santísimo de la Sinagoga de

    Jerusalén, en Canaán, y así, tú vivas riquezas

    cotidianas, enriqueciendo a tus amados, vecinos y

    amistades, para su reino de amor sobre la tierra

    finalmente. Misericordiosamente, nuestro Padre

    celestial te necesitaba, renaciendo con su

    semilla santa, como el árbol sangrando,

    accediendo el Lugar Santísimo de la Sinagoga de

    Jerusalén, salpicando vida eterna hacia ti toda

    una vida entera; además, Él te necesitaba

    renaciendo nuevamente como Isaac de la hija

    virgen de David, abriendo su virginidad en

    Canaán, viviendo su vida bautizada en el Jordán

    por Juan, enriqueciéndote diariamente, siempre.


    Adicionalmente, nuestro Padre celestial

    necesitaba enriquecerte a ti poderosamente toda

    una vida, para enriquecer la tierra, porque ahora

    Él te veía a ti perfecto y santo, convirtiéndote

    en su perfecta voluntad progresivamente, visto

    que, tú ya lo habías amado, servido y exaltado a

    Él y a su santo nombre, cumpliendo infinitamente

    sus santos mandamientos con riquezas

    interminables, haciendo su corazón sentirse muy

    feliz contigo siempre. Ciertamente, bautizándote,

    entonces tú vivirás en el Lugar Santísimo de su

    Sinagoga de Jerusalén, en Canaán, con su roca de

    salvación supliéndote océanos de amor, alegrías,

    gozos y otras dulzuras, colocando su mano

    izquierda sobre tu cabeza para que tú no veas su

    rostro, jalándote con su mano derecha hacia Él,

    entonces Él te unirá a Él en su corazón santísimo

    con riquezas cotidianas perpetuamente.


    Amorosamente, nuestro Padre celestial te tendrá a

    ti, renaciendo del Lugar Santísimo de su Sinagoga

    de Jerusalén, en Canaán, entendiendo que, tú

    fuiste clavado a manos y pies de su Hijo

    Jesucristo, salpicando sangre santa que no

    solamente te limpia de pecado eternamente,

    declarándote perfecto y santo, pero igualmente,

    teniéndote a ti, renaciendo de riquezas

    cotidianas de su corazón santísimo, por su


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